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Wolf's Sonata por Pandora09

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Notas del capitulo:

Don't say a word ~ Sonata Arctica

… The wounds are too deep,
I need to keep the scars
to prove there was a time
When I loved something more than life.

 

 

 

Los rayos plateados hacían su camino por entre los árboles y sus ramas, creando figuras diáfanas e indefinidas sobre la tierra húmeda, remarcando el camino que Kris debía seguir para llegar a su destino.

El vuelo desde Corea del sur había sido incómodo e infinito, mientras que el transporte por tierra fue incluso más tedioso y molesto. Habría preferido utilizar su forma animal y disfrutar un poco de la naturaleza y lo único bueno de su condición actual, pero no tenía permitido transformarse en tierra china, así que debía conformarse con los transportes humanos y no rechistar.

Después de deambular por los campos y retrasar al máximo esa reunión, dirigió sus pasos hacia el interior, a esa granja que tantos malos recuerdos le traía, pero que al mismo tiempo representaba lo único bueno de su vida humana, lo que lo condenó a caminar por la noche eterna.

- Hola, abuela –dijo susurró luego de que sus pies atravesaran la entrada y lo dejaran en una pequeña sala tradicional con puertas de papel de arroz y cuadros que contaban la historia de esa centenaria familia.

La mujer de piel frágil y delicada como el papel, deformó su ceño en uno implacable, a diferencia de su apariencia avejentada y demacrada, su espíritu seguía ardiendo en lo profundo de sus ojos.

En lugar de responder a su saludo, la mujer se estiró en toda su encorvada estatura y, sobre las puntas de sus pies, estiró un brazo para golpearle la mejilla.

- ¿Por qué no vino contigo?

Habiendo crecido con fantasmas antiguos persiguiendo sus sueños y habiendo sido castigado de la forma más tortuosa por sus irreverencias, tensó la mandíbula y se obligó a inclinar la cabeza de forma respetuosa, aunque lo último que quería era someterse en ese momento.

- Aún no es tiempo de hacerlo –la mujer frunció la boca en una mueca que, a su edad, se veía grotesca, por lo que se apresuró a agregar unas cuantas palabras-, eso me pareció lo correcto.

- Qué sabes tú sobre qué es lo correcto –gruñó la mujer, tan menuda como peligrosa. Kris había crecido temiéndole, a ella y sus maneras, aterrado de encontrarla de malas pulgas y acabar pagando por errores de otras personas.

De cualquier forma, acabó siendo su perro de caza. Si lo pensaba bien, ahora no estaba muy contento con su decisión, esta ni siquiera lo había llevado al sitio en que deseaba estar.

No se percató cómo, pero luego de haberse perdido por unos segundos en sus pensamientos, estaba rodeado por dos de los guardias de la anciana y tenía la pugnante necesidad de arrodillarse ante ellos.

- ¡Está recuperando los recuerdos! –exclamó desesperado, antes de que sus piernas perdieran fuerza y acabara humillándose definitivamente ante ella.

- ¿Qué?

La mujer lo miró con una sonrisa deforme que mostraba sus dientes amarillentos y un hueco donde debía ir su canino izquierdo.

- Él-él solo necesita un poco más de tiempo –mintió miserablemente y en su mente se repasó el plan que pensaba llevar a cabo entre esa noche y el día siguiente, solo necesitaba un poco de tiempo y haría lo que fuera necesario para conseguirlo.

- ¿Por qué no lo trajiste simplemente? –esta vez la mujer habló con un tono más suave, casi maternal, provocando que la espalda de Kris se sacudiera con violencia.

- Suho no está preparado todavía.

- ¿Quién te dio la autoridad para decidir cuándo está preparado?

Kris se mordió el interior de las mejillas y respiró apenas, sintiendo poco a poco la presión desaparecer de su espalda.

- Él no está preparado –sentenció finalmente y le dio la espalda a la vieja, maldiciéndola en voz baja.

 

 

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BaekHyun se estremeció cuando escuchó pasos al otro lado de la madera, acercándose a él, y soltó un suspiro tembloroso cuando su madre apareció luego de abrir la puerta.

- ¡Cariño! –la mujer no esperó su saludo, simplemente se lanzó a sus brazos y lo apretó con cariño. Baek solo pudo dejarse hacer, sin sentirse capaz de responder a ninguna muestra de cariño-. ¿Qué haces en casa? Y a esta hora.

No fue consciente del tiempo pasando en Wolf ni de la insufrible caminata que lo llevó a la casa de sus padres, su mente estaba llena de borrones manchados de sangre y coronados con gritos de dolor, no podía pensar con claridad y aún era incapaz de procesar todo lo que había pasado con MinSeok.

- ¿Quién es tu amigo?

- ¿Q-qué amigo…? –dio un paso hacia atrás soltándose de los brazos de su madre y giró la cabeza, encontrando la imperturbable mirada de ChanYeol fija en él-. ¿Qué haces tú aquí? –agregó mirándolo con pánico y empujando a su madre a su espalda, como si su cuerpo flacucho y enano pudiera haberla protegido de alguien de la envergadura del alto.

- Necesitamos…

- ¡No! ¡Vete! ¡No te acerques a mi familia! –empujó a su madre más atrás y dio pasos decididos hasta estar a la altura de ChanYeol y poder empujarlo a él-. ¡Ni a mí! ¡Vete, maldito seas! ¡Vete!

ChanYeol no hizo mucho contra sus golpes y empujes, mientras que su madre comenzaba a entrar en pánico porque BaekHyun no la escuchaba ni respondía a sus palabras, golpeando desesperadamente al más alto.

- Cálmate, por favor, Baek.

- ¡No me llames Baek, hijo de perra! –, completamente desquiciado, intentó golpear al más alto en la cara, pero la diferencia de altura, su propio cansancio y lo fuera de sí que estaba, provocaron que solo tropezara con sus pies y cayera de lleno en el pecho de ChanYeol, que solo lo contra sí a pesar de que él seguía removiéndose violentamente e intentando golpearlo-. ¡Sal de mi vida! ¡Vete al infierno!

- ¿Puedo llevarlo a su habitación?

A pesar de todas sus protestas, de sus gruñidos y las lágrimas que corrían por su rostro deformado por la histeria, ChanYeol era más fuerte que él, consiguiendo sin ningún esfuerzo llevarlo a la que fue su habitación durante toda su infancia.

El lugar estaba silencioso y borroso al otro lado de la capa de llanto que cubría sus ojos, pero él lo recordaba tan perfectamente que pudo avanzar por sus propios medios hasta la cama antes de dejarse caer junto a ella y sostenerse de las colchas para llorar como un niño pequeño.

Escuchó susurros más allá de su cuerpo, una voz ronca y una suave y preocupada, quiso sentirse culpable por perturbar así a su madre, pero no podía detener el llanto ni sus temblores, no podía sacarse de la cabeza la imagen de un frágil MinSeok completamente ensangrentado y las palabras de Zelo advirtiéndole que eso sería lo que encontraría relacionándose con ChanYeol, por encima de todo, no podía olvidar el rostro impávido del más alto cuando atravesó las puertas de Wolf encontrándose con el caos que reinaba al interior.

Lloró desconsoladamente hasta que los temblores de su pecho ser convirtieron en golpes dolorosos y el cansancio comenzó a apoderarse de su cuerpo, de por sí, exhausto.

- Baek, por favor deja de llorar –sintió una caricia suave contra su cabeza, unos tirones en su cabello y soltó una risa resignada, ¿qué más podía hacer aparte de llorar? Ni siquiera estaba tan avanzado en su carrera como para poder cuidar de su amigo. Era un maldito inútil cuando se trataba de cuidar a las personas que amaba.

- Dime qué pasó con Kasper –susurró entre hipos y con la voz ronca, sin atreverse a mirar al más alto, ni siquiera cuando su madre ya los había dejado solos en la habitación, a puertas cerradas.

- No ahora.

- ¡Sí, ahora!             

- BaekHyun, no es momento para hablar de eso.

Sobre pies débiles e inestables, se levantó y buscó algo en la penumbra, sin encontrar nada útil hasta su mirada se cruzó con el infantil escritorio cubierto de cuadernos cerrados y los lápices que su madre mantenía intactos en el lapicero con diseños del hombre araña. Viéndose ligeramente desorientado, caminó hasta el escritorio y tomó un par de lápices para inspeccionar sus puntas y luego decidirse por el que le pareció el más adecuado.

Sollozó un par de veces y sorbió los mocos antes de acercarse parsimonioso a ChanYeol, que seguía expectante cada uno de sus movimientos torpes.

- ¿Cuándo será el momento?

ChanYeol negó con la cabeza y BaekHyun lo alcanzó, fijando esos llorosos ojos de cachorro en el más alto. La escasa luz de la mañana lo ayudó a encontrar el torso del más alto y tomó su ropa empuñando las manos sin soltar el lápiz que había tomado del escritorio.

- No ahora.

- ¿No ahora? –Baek sintió su propia voz temblar y vio en los ojos preocupados del más alto el efecto que causaba en él. BaekHyun siempre fue consciente de sí mismo y de las reacciones que podía provocar en otras personas, de su personalidad atractiva y seductora, de lo fáciles que podían ser los demás si él apenas mostraba un poco de disposición, ese momento no era diferente a muchos otros.

ChanYeol levantó una de sus inmensas y masculinas manos para acariciarle el rostro, contra la que se recargó viéndose absolutamente agotado.

- Baek, por favor…

Lentamente y sin requerir de mucha presión, empujó los pasos de ChanYeol hasta que estuvo al borde de la cama y cayó sobre el colchón, con el más bajo sentado a horcajadas sobre su pelvis.

- Ahora, ChanYeol –masculló con la mandíbula tensa y empuñando el lápiz con todas sus fuerzas contra la garganta del más alto-. Dime qué mierda pasó con primo o te atravesaré la yugular con este lápiz.

- ¿Crees que puedes hacerlo? –para su sorpresa, ChanYeol sonrió y ladeó la cabeza, sonriéndole de forma coqueta.

- Soy estudiante de enfermería, sé perfectamente cómo hacerlo…

- El problema no es el cómo, Baek –el ambiente desesperanzado con que había llegado a la habitación se transformó en algo que BaekHyun no podía describir, viendo los ojos del alto brillar casi con electricidad bajo la luz pálida de la Luna.

Entonces ChanYeol tomó la muñeca de la mano con que clavaba el lápiz superficialmente e hizo presión hasta que un hilo sangre emergió de su piel y Baek comenzó a temblar violentamente. La punta del lápiz penetró por completo y el flujo de sangre aumentó incluso más cuando Baek, aterrorizado, lo quitó. ChanYeol no se quejó ni hizo ningún sonido demostrando sentir dolor y eso sorprendió a BaekHyun casi tanto como lo asustó.

- Está bien, te diré todo, pero no aquí.

- Ahora –rogó el más bajo con la voz temblorosa y apenas audible, despertando la fibra sensible de ChanYeol, que volvió a acariciarle la mejilla, dejando un rastro cálido de sangre en su piel.

- No puedo, Baek, es peligroso.

- ¿Por qué? –con un movimiento rápido, se secó las lágrimas que volvían a nublar la mirada cuando, atónito, se dio cuenta de que la sangre ya no fluía de la herida en el cuello de ChanYeol porque ya no existía tal herida.

- Porque Kasper está muerto y, si sigues insistiendo, tú serás el próximo.

 

 

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Zelo se acercó silenciosamente a LuHan, que mecía sus piernas sentado en la barra, recordándole extrañamente a su hermana pequeña.

- Hey, toma esto, quizá te ayude –interrumpió su ensoñación tendiéndole una taza de chocolate caliente con canela.

- No, gracias. No creo que sea un buen momento para una sangría.

Zelo sonrió abiertamente y negó con la cabeza. La sangría no era el único trago que sabía preparar, solo su favorito y no podía negar que le gustaba ver las reacciones que los más débiles de estómago tenían frente la potente carga de alcohol disfrazada de zumo de naranja de sangre.

Con la mirada fija en los ojos cansados de LuHan, tomó un sorbo de la taza y saboreó el líquido caliente en su boca antes de volver a tendérsela.

- No es un buen momento para una sangría, pero estoy seguro de que sí lo es para un chocolate caliente con canela.

La sorpresa en el rostro del otro le divirtió y no dudó en reírse de él cuando lo vio beber con ahínco hasta que sus mejillas estuvieron ligeramente coloreadas por un rosa pálido. LuHan suspiró con los ojos cerrados y recargó la taza en uno de sus muslos, mientras su cabeza caía hacia atrás y se veía completamente en paz por unos segundos.

- ¿Cómo puedes estar tan tranquilo con lo que está pasando? ¿Acaso no lo comprendes?

¿Que no lo comprendía? Zelo paseó la mirada por el lugar vacío. Wolf muy pocas veces cerraba sus puertas, ellos eran algo parecido a un santuario para las criaturas malditas, quienes ahí podían reunirse sin tener miedo a ser descubiertos o sin tener que fingir ser humanos, aunque estos últimos también solían aparecer por ahí, generalmente por morbosa curiosidad. Ese día en especial, estaba cerrado porque YongGuk estaba encargándose del amigo de LuHan, mientras que HimChan había sacado a JongUp del lugar porque todo le provocaba recuerdos desagradables; DaeHyun y YoungJae conocían las implicancias que todo tendría en su líder y no podían hacerle frente en ese momento, no cuando todos estaban demasiado sensibles por la situación de MinSeok. Y él, no podía ni comenzar a hablar sobre sí mismo si su idea era reconfortar a LuHan.

- No es tan terrible como parece, LuHan –se encogió de hombros y sonrió-. Hay un hombre convirtiéndose en licántropo en mi sótano, no es el fin del mundo.

Vio un ojo del chino palpitar violentamente y su mandíbula caer hasta que su boca formó una perfecta “o” con sus labios. Le encantaba ver las reacciones de ese tipo, era divertidísimo.

- ¿Acaso tú no pasaste por lo mismo?

Rápidamente, como si quiera quitarse la peste de encima, LuHan sacudió la cabeza y las manos, negando con vehemencia y derramando chocolate en todas las direcciones.

- ¿No eres uno de ellos? ¿Cómo es eso posible?

LuHan necesitó de unos minutos para recomponerse, dejando la taza junto a su cadera y viendo las manchas de sangre que no había podido quitar de sus manos. Zelo le había prestado un poco de ropa, pero no había nada que hacer con las manchas de sangre o las marcas que la noche pasada estaba dejando en el alma del chino.

- No, la verdad es que yo no soy como todos ellos… ustedes.

Zelo esperó a que completara su idea, pero el otro no parecía muy entusiasmado con la idea de revelar su historia.

- Vamos, no me dejarás con la intriga, ¿o sí?

- Lo mío fue un poco más elegante, casi majestuoso –soltó de repente, con la mirada perdida en algún lugar de la nada-. Yo solo estaba ahí, burlándome de ella y entonces… pasó, estaba en cuatro patas y no podía hablar, apenas pensaba como humano. Ella casi tomó mi humanidad.

Zelo frunció el ceño con curiosidad, preguntándose de qué demonios estaba hablando el otro y si eso tenía algo que ver con las tantas historias que YongGuk solía relatarle en las noches.

- Ella era la heredera de un clan de lobos. ¿Sabes?, los clanes de lobos son los más comunes en este hemisferio, también los más poderosos, violentos y sanguinarios –tomó un nuevo sorbo de la taza y solo entonces sus miradas se encontraron, había cierto brillo melancólico en los ojos de LuHan que Zelo no pudo comprender-. Yo nací en el clan de los ciervos, que son muy escasos…

- Los eternos, ¿verdad? –no pudo evitar interrumpir, recordando a quienes eran así llamados en el pasado por sus supuestos poderes curativos que los volvían eternos, casi como un trozo de Shambhala abandonado en la lobreguez del bosque, o eso decía YongGuk.

- No éramos eternos, solo teníamos una esperanza de vida más alta que la del común en la época –le corrigió y Zelo lo apremió con la mirada para que siguiera hablando, pensando en todo lo que podría contarle a YongGuk sobre LuHan y los clanes de ciervos, que tanto habían fascinado al mayor en su juventud-. Guan Xiao Tong era la mujer más bonita de todo el clan, era la hija más pequeña del alfa y la consentida de todos. El resto de los clanes competía por quién convencía a su padre de entregar su mano, por lo que la dote era muy alta y, al ser un clan más pequeño, el mío no podía permitirse el enlace con alguien como ella y yo estaba bien con eso, no me importaba mucho, a decir verdad –lo último escapó de los labios de LuHan con algo de tristeza y resignación, provocando que Zelo sintiera un poco de lástima por él.

- ¿Tú no la amabas? –preguntó curioso e inocente, inventándose su propia historia con el chino como protagonista y su amor prohibido por una hermosa mujer.

- Yo era el séptimo hijo de mi padre, al ser el menor, debía desposar a la hija menor de algún líder para fortalecer a mi pueblo, al igual que las alianzas de mis hermanos –la mirada de LuHan se volvió distante y lejana, como su voz, completamente sumergida en los recuerdos de ese relato tan real y angustiante-. Ella tenía un hermano que me odiaba… y aún me odia, a decir verdad, todos los que quedan de ese clan me odian, ya puedes ver lo que le provocó ese odio a Xiumin. Xiumin –saboreó la palabra y Zelo casi pudo sentir la adoración en su voz-, ese fue el nombre con que sus padres le pidieron gracia a la Luna en su primera vida. La Luna, sus ancestros y los Dioses, todos le dieron la espalda cuando lo eligieron como dote. ¿Sabes que para casarse, en ese tiempo, los hombres debían entregar como dote, en lugar de riquezas, una manada de licántropos para proteger al clan? Al menos los clanes de lobos funcionaban así…

Las cosas que Zelo sabía sobre licántropos de esa época tenían más que ver con esclavos y cazadores, no con enlaces y matrimonios.

Quiso preguntar si ese Xiumin era alguien cercano a MinSeok o si tenían algún lazo que los uniera, pero decidió guardar sus preguntas hasta el final porque LuHan se veía demasiado ensimismado como para interrumpirlo.

- Él era solo un campesino que soñaba con convertirse en guardia de la familia Lu y darle honor a su propia familia. Pero su mirada felina y pura opacaba toda la belleza de Xiao Tong, esa de la que su familia hacía tanto alarde –LuHan sonrió abiertamente y sus ojos brillaron con lágrimas que no se atrevió a derramar-. Yo debía casarme con ella, debía tomarla como esposa y honrar a mi familia. Debía entregarlo como dote, pero no pude. Yo simplemente… no pude renunciar a Xiumin. Y cuando ellos se enteraron… Siete vidas del hombre pasarán frente a ti, siete tumbas, cada una por los hombres a quienes les fallé. Lo he visto morir seis veces, si él muere ahora… ya no quedará nada.

Con la garganta apretada, vio a LuHan beberse el resto del contenido de un solo trago. Zelo quiso decir algo, reconfortarlo de alguna manera, pero nada escapó de sus labios hasta que YongGuk apareció por la puerta de solo personal autorizado con una simple camiseta y manchas de sangre y arañazos cubriéndolo.

- Está inconsciente, él está tomando esto de la transformación con mucha calma –con falsa diversión, el mayor apuntó a los cortes profundos en sus brazos y se levantó la camiseta mostrando una sucia mordida en su cintura, solo por eso Zelo quiso ser quien maldecía a LuHan-. Solo debemos esperar –lo último lo dijo intentando reconfortar a LuHan sin conseguirlo.

- Chen ya tuvo su venganza –susurró enfadado el chino, escupiendo fuego por la mirada y llamando su atención-, pero esa séptima vida será la mía.

Zelo se estremeció, repentinamente abrumado por todo lo que estaba pasando, por lo que buscó los brazos de su pareja intentando sentirse protegido por él, pero siendo completamente consciente de que nada iría bien de ahí en adelante. YongGuk era pacifista, el único licántropo que no disfrutaba desmembrando personas que él conocía, pero temía que toda esa furia gestándose en Exo acabara golpeándolos a ellos, perdiendo solo por ser el daño colateral en una guerra ajena. Pero pasara lo que pasara afuera de esas paredes, Zelo estaba completamente seguro de que no dejaría que nadie dañara a su familia, especialmente a YongGuk, y estaba dispuesto a destruir el mundo por ese cometido.

Y cuando comenzó a sentirse relativamente en paz y a pensar que las cosas se calmarían, ChanYeol apareció al otro lado de una ventana cargando a un inconsciente BaekHyun.

¿Es que no les darían descanso?

 

 

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Se deslizó descalzo por el lugar, sintiendo la tierra húmeda cubrir los dedos de sus pies a medida que los movía. Le gustaba ese sitio por lo cercano que se sentía a la naturaleza, algo que había perdido en el mundo de los humanos en medio de la ciudad. Le gustaba sentirse conectado a sus antepasados y el aroma a hogar de esa región. Le gustaba todo, pero no soportaba estar un minuto más ahí.

La abuela lo recibió con una falsa sonrisa en el jardín, tenía sus arrugados pies sumergidos en un estanque mientras pequeños peces de color naranja la picoteaban. Se preguntó si los animales se estaban envenenando.

- ¿Ya te vas? –la voz rasposa de la anciana lo hizo estremecer, no por miedo, más bien por asco.

Buscó con la mirada a los guardias que siempre cuidan su decrépita espalda, confirmando que no había ninguno cerca y que, probablemente, la droga para dormir caballos también funcionaba en licántropos.

- Sí, abuela, me esperan en casa.

- Quiero ver a mi nieto la próxima vez que vengas, Yi Fan.

Kris se acuclilló junto a ella, enterrando los pies en el barro y buscando su reflejo en el agua.

La anciana ni siquiera le miró al hablar y eso no le importó. Ella, con esa estatura mínima, con esas arrugas y manos temblorosas fue la mujer que más temor le infundió en la infancia. Recordaba la voz de su padre ordenándole obedecerle a ella. Recordaba a su preciosa madre sirviéndole como una esclava. Recordaba al pequeño Kim JunMyeon rogándole a la mujer permitirles estar juntos.

- Cuando completes tu dote, yo misma bendeciré su unión –en el agua se reflejó una sonrisa dentada y asquerosa.

Recordaba a la familia Zhang quitándole la única oportunidad de ser feliz.

- No puedes ser débil –había gritado la abuela Kim mientras sus hombres lo azotaban luego de haber fracasado en su búsqueda de Zhang Yixing-, no puedes permitir que el sentimentalismo humano prime sobre tu instinto animal. No puedes flaquear si quieres ser el líder del clan de lobos Kim. Y no puedes tener a mi nieto si no has completado tu dote.

Y frente a sus ojos, que apenas comprendían la verdadera crueldad del mundo, vio a Huang ZiTao atravesar el cuello de JunMyeon con sus fauces babosas.

- No habrá dote ni una próxima vez, abuela –susurró sobre su oreja un segundo antes de desgarrarle la garganta de un mordisco.

 

Notas finales:

En un comentario del capítulo anterior di un spoiler sobre lo que pasa con LuHan y MinSeok sin darme cuenta.


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