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Una noche para olvidar (CHERIK) por AlatheaMorwellan

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Al día siguiente Charles despertó sintiendo un brazo protector que lo rodeaba posesivamente por la cintura. Podía sentir la respiración suave de Erik detrás suyo, estaba profundamente dormido.


Charles no podía creer nada de lo que había ocurrido, pensó que había sido uno de sus más disparatados y anhelantes sueños, pero no. Todo era completa y absolutamente real. Erik estaba ahí, y no se iría a ningún lado.


-Por ahora... - La voz acusadora de su conciencia replicó en su cabeza sin piedad. Charles se estremeció al imaginar la reacción de su pareja al enterarse.


Erik sintió el temblor en el cuerpo de su compañero y lo estrujó más contra si, hundiendo su nariz en el cabello de Charles. Olía tan bien, se sentía tan bien. Por qué había tardado tanto tiempo en darse cuenta de sus sentimientos por él?


- Buen día, mi amor...- Erik besó su cuello con delicadeza. No solía decir esas cosas, pero con Charles se sentía diferente, sin barreras que los separasen. Podía ser él mismo sin ningún tipo de resquemor.


Charles salió de su ensimismamiento. La voz de Erik estaba cargada de dulzura y sintió que no podría amarlo menos. Tenía que decirle la verdad, sí. Pero por el momento se dedicaría a disfrutar de ese instante. 


Se giró para quedar de frente a Erik y apoyó sus labios en los de él, besándolo con ternura.


- Sólo un poco más...- Se repitió a si mismo. Sólo un poco más. 


Y continuaron entre besos, caricias y más hasta muy entrada la mañana.


                                                  ________________________


Raven preparó el desayuno para los niños, tostadas quemadas y una chocolatada sin demasiado chocolate. No podía decir que no lo había intentado. 


Hank se acercó a ella y rió al ver el desastre que había hecho su esposa en la cocina.


- Que suerte que no tenemos hijos, verdad? - Hank sonrió y besó la mejilla de Raven.


- Sigue riendo, tú limpiaras todo esto.- La joven respondió altiva, y algo sonrojada. Tomó la bandeja y se dispuso a salir pero frenó en seco.


- Ah, por cierto. Tal vez tenga un atraso así que acostúmbrate a preparar los desayunos tú.- Y se retiró dejando a un Hank absolutamente perplejo y sin más risas.


Los niños se sentaron alrededor de la mesa y desayunaron alegremente. Wanda y Pietro eran sumamente educados y no pronunciaron ni una sola queja sobre lo quemadas que estaban las tostadas. David por su parte comenzó a rasquetear lo quemado cuando su tía no miraba. Los gemelos rieron al verlo e intentaron copiarlo hasta que Raven los descubrió.


- Hey! No estan tan terribles! - La joven mordió una y frunció el entrecejo. - Ok, si están terribles. Dejenlas, les traeré galletas.- 


Los niños soltaron una carcajada y Raven los miró con dulzura. Los hermanos de David eran adorables, al igual que su sobrino. Ella confiaba en que Charles y Erik pudieran arreglar sus diferencias cuando éste se enterase de lo de David y continuasen consolidando esa preciosa familia que ya eran.


- Tía Rav! - Wanda la llamó alegremente. La mujer se sorprendió de que la niña la llamase tía. - Puedo llamarte tía, cierto? ya que Charles es Papá Charles... - La niña soltó como explicando lo obvio.


- Por supuesto, cariño. - Raven le sonrió dulcemente.


- Bien... podrías convertirte en el Capitán América? Porfis? - La miró con ojos soñadores y Raven rió ante el pedido.


- NO! - Pietro interrumpió enojado. - Conviértete mejor en el Soldado del Invierno! - Wanda fulminó a su hermano.


- O podrías convertirte en papá y darme un permiso ilimitado para jugar en la play... - Declaró David seriamente.


- Son terribles... cada uno de ustedes! - Exclamó Raven entre risas. - Bien, primero me convertiré en el Capi, luego en el Soldado y no David, no seré tu padre! - El joven fingió un puchero y los más pequeños rieron.


Cuando Charles y Erik tocaron a la puerta de Raven, les abrió el Capitán América.


- Es mi regalo de cumpleaños? - Exclamó Charles alegremente. Erik lo fulminó.


- Ya quisieras! - Respondió su hermana volviendo a su verdadera forma.


Entraron a la casa y los niños corrieron a abrazarlos. Raven aprovechó que Erik hablaba con los niños y se acercó a Charles hablando en susurros.


- Y? Lo hicieron? - La joven lo miró expectante.


- Sí...- Charles se puso del color del tomate y Raven sonrió triunfal. Estaba por agregar algo más cuando Hank interrumpió mirando acusadoramente a su esposa.


- Cómo demonios vas a soltar algo así de la forma en qué lo hiciste? - 


Su cuñado se veía completamente furioso y solía ser de un temperamento tranquilo por lo que Charles se sorprendió.


- Puedes bajar la voz? Luego lo hablaremos. - La joven se ruborizó hasta las orejas.


- Luego? Acabas de decirme que posiblemente estés embarazada y me dices simplemente que luego lo hablaremos? - Hank echaba chispas por los ojos.


Charles se quedó atónito. Iba a ser tío? Se sintió feliz por la noticia - Bien... creo que iré por Erik y los niños y nos retiraremos. Creo que uds dos necesitan hablar.- La pareja asintió.


Erik abrigó a los niños, Charles obligó a David a que también se abrigase y tras agradecerles por todo lo que habían hecho se retiraron de la casa.


Una vez que estuvieron todos sentados en el auto Erik se dirigió a Charles.


- A dónde vamos? - 


- Al cine! - Respondieron los gemelos al unísono. Charles rió y David asintió enérgicamente ante la sugerencia de los pequeños.


- Te queda alguna duda? - 


Erik rió ante la sonrisa resignada de su compañero. - Ninguna duda, andando!- Y manejó hasta el centro comercial.


Llegaron y los niños corrieron directo a la escalera mecánica. Ellos los siguieron detrás y Erik tomó de la mano a Charles. Éste aún no podía creer en su suerte. Recargó su cabeza en el hombro de su pareja y el otro estampó un beso en su coronilla mientras subían en la escalera.


Llegaron a la boletería e hicieron la fila correspondiente. Los gemelos miraban los diferentes carteles y David se acercó a sus padres.


- Aquí nos conocimos por primera vez - David sonrió a Erik y éste le revolvió el pelo.


- Es cierto, muchas cosas han pasado desde entonces...- Erik posó su vista en Charles y luego miró al joven. - Tú y tu padre significan mucho para mi.- 


David lo miró sonriendo y finalmente se acercó y lo abrazó. Erik le devolvió el abrazo.


- Los gemelos y tú, junto con papá también significan mucho para mi. Estoy feliz de tener una familia! - Y rodeó a ambos adultos esta vez en el abrazo. Erik miró con ternura a Charles y éste decidió ignorar una vez más la punzada de culpa y le sonrió dulcemente.


- Hey, no nos dejen afuera! - Exclamó Pietro ofendido y junto con su hermana corrieron para unirse al abrazo familiar. 


Los cinco rieron hasta que David profirió un lamento. Charles se alarmó e intentó ver que le sucedía pero su hijo cayó de rodillas al suelo, agarrándose la cabeza.


- Hijo, qué sucede? - Charles se arrodilló junto a David y lo rodeó entre sus brazos. Al ver que el niño no respondía y sólo se quejaba comenzó a desesperarse. - David, por favor dime algo! -


Los gemelos se quedaron a un costado abrazados, obervando angustiados mientras Erik se situaba al otro lado de David. - David, qué tienes? Dinos por favor, hijo.- Exclamó con aflicción. 


La gente comenzaba a reunirse alrededor mirando con curiosidad la extraña escena.


El joven por su parte comenzó a balbucear y Charles y Erik tuvieron que acercarse más para poder entender lo que decía.


- L-las voces... n-no puedo. Son demasiadas... - David se removía inquieto.


Charles ingresó en la mente de su hijo, y comprendió enseguida lo que sucedía. Los poderes de David se habían despertado y para su sorpresa era un telépata igual que él. Sonrió un poco más aliviado, pero tenía que calmar al joven.


- Hijo, intenta relajarte. Son tus poderes, finalmente han despertado.- Charles acarició el cabello del niño y sonrió a un sorprendido Erik. Al ver que las quejas de su hijo no menguaban se puso más firme.


- David, concentrate. Estás a salvo, sigue mi voz por favor. Nada malo te sucederá.- Charles no se percató de que estaba conteniendo el aire hasta que notó que las facciones de su hijo se relajaban y abría lentamente los ojos.


- L-lo lamento... estaba asustado...- David habló entrecortadamente y Charles lo acalló. 


- No te preocupes, hijo. Ahora debes descansar, iremos a casa.- Se preparó para levantarlo pero Erik lo interrumpió.


- Yo lo cargaré, tú encargate de los gemelos.- Le sonrió afectuosamente y tras espantar al grupo que se había reúnido alrededor de ellos, se dirigió a la salida.


Los gemelos estaban parados, abrazándose y Wanda tenia los ojos brillantes de lágrimas. Charles se arrodilló frente a ellos y los abrazó. Ambos comenzaron a hablar atropelladamente y les acarició el cabello para calmarlos. 


- David está bien, sólo que sus poderes lo interrumpieron en un momento muy inoportuno.- Charles sonrió a los pequeños. - Pero él estará bien, sólo fue un susto! Ahora tenemos que alcanzarlos antes de que se vayan sin nosotros! - Los pequeños sonrieron y Charles se sintió complacido. Lo tomaron cada uno de una mano y  caminaron hacia la salida.


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