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Una noche para olvidar (CHERIK) por AlatheaMorwellan

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Erik lo besaba sin piedad. Sus labios lo rozaban con fiereza y cuando su lengua alcanzó la suya, Charles sintió una descarga eléctrica por todo el cuerpo.
Las manos de Erik bajaron hasta sus caderas, y las atrajo hacia las suyas. Charles sintió la erección de Erik contra su vientre y se estremeció.

- E-Erik...- Charles murmuró entre jadeos, tratando de separar sus labios de ese beso tormentoso. Pero Erik no respondió, sólo se limitó a gruñir y bajó sus labios hasta alcanzar el suave cuello de Charles. Su piel olía delicioso y esa fragancia le aturdió todos los sentidos.

Charles intentaba separarse, pero no podía. Su mente era un torbellino de deseo y confusión y su cuerpo respondía a cada caricia que Erik le profesaba.

Al instante Erik comenzó a empujarlo torpemente contra el sillón, mientras lo besaba y lo sujetaba con fuerza. Charles quiso protestar pero Erik tomó su boca con más determinación y no logró emitir sonido.
Pero cuando Erik quiso sentarse en el sillón con Charles encima, calculo mal, y cayó de espaldas al suelo con su compañero sobre él.

Erik aulló y Charles intentó salir de encima pero no se lo permitió. En cuanto vio que quería escapar, rodó colocándose encima del más pequeño y lo inmovilizó bajo suyo.

- Erik, por favor... acabas de golpearte contra el suelo y estas completamente borracho...- Charles protestó y Erik sonrió perversamente.

- E-erik...- Charles tragó con dificultad. Se sentía terriblemente excitado y la mirada de su compañero sólo lo ponía más y más nervioso.

Como toda respuesta Erik utilizó sus poderes para desabotonar los broches de la parte de arriba del pijama de Charles.

- E-Erik...Por favor...- Charles murmuró con la voz entrecortada.

- Dime...- Erik murmuró besando el pecho de Charles con voracidad. - Qué necesitas...?- Atrapó un pezón rosado de Charles, y comenzó a lamer y succionar mientras acariciaba el otro con su mano libre.

Charles intentó articular, pero de sus labios sólo salió un gemido desesperado.

- Dime Charles... - Erik deslizó su mano por el vientre de su compañero, bajando suavemente hasta alcanzar su erección. - El esqueleto de lata te excita como yo?...-

- E-erik... no es...- La respiración de Charles era entrecortada y apenas podía armar una palabra coherente.

- Te hice una pregunta! - Gruñó Erik, presionando con más fuerza la erección de Charles y volvió a lamer el endurecido pezón.

- Yo... él... Logan no es...- Charles dejó escapar un gemido cuando Erik liberó su miembro y comenzó a acariciarlo.

- Responde, Charles! Te excita como yo? Te derrites en sus brazos como lo haces conmigo? - La voz de Erik sonaba cargada de pasión y posesividad y continuaba torturando el miembro de Charles mientras ignoraba su propia erección que ya palpitaba desesperadamente entre sus pantalones. 

- N-no...- Charles se sentía al borde de un precipicio.

- Lo sabía! - Exclamó Erik triunfal, mientras tomaba la boca de Charles, reclamandola como suya. Charles era suyo, y siempre lo sería.

La boca de Erik sabía a alcohol y pronto vinieron a Charles los recuerdos de una noche similar, doce años atrás. No podía volver a equivocarse. Erik al día siguiente se arrepentiría, y Charles ya había aprendido la lección.

- Erik, sueltame! - Charles lo empujó lo más fuerte que pudo y Erik cayó hacia atrás, sosteniendose con los codos.

- Qué haces? - Erik gruñó, intentando acercarse a él otra vez, pero Charles fue más veloz y se puso de pie enseguida intentando arreglarse el pijama.

- Hago algo que me agradecerás mañana por la mañana. Ahora ponte de pie, y recuestate en el sillón. Necesitas dormir. - El tono de Charles era el que empleaba con David y Erik se ofendió.

- Vas a dejarme así...? - Erik señaló su prominente erección y Charles miró hacia otro lado. No iba a caer otra vez.

- Puedes darte una ducha de agua fría. Siempre ayuda.-

Erik lo fulminó, tomó su abrigo e intentó abrir la puerta. Forcejeó, e inclusive utilizó sus poderes pero aun asi no abría.

- Charles, abre la maldita puerta! - Erik estaba borracho, frustrado y dolido.

- No. No permitiré que nuestros hijos te vean llegar en ese estado deplorable a tu casa.- Charles estaba furioso.

- No puedes decirme lo que tengo que hacer! - Erik bramó con frialdad.

- Mira Erik, sí no mueves tu maldito trasero a ese sillón ahora mismo, te arrastraré yo mismo. Y creeme que no quieres que lo haga! - Charles lo fulminó.

Erik se quedó estupefacto, Charles jamás se alteraba así, pero decidió no llevarle la contraria y se revoleó en el sillón de mala gana.

Charles desapareció y volvió a los cinco minutos con una manta y lo cubrió. Erik estaba empezando a quedarse dormido.

- Descansa, Erik.- Charles lo cubrió mejor con la manta y Erik lo tomó por la muñeca.

- Lo haré ahora que se que no lo amas.- Erik sonrió con los ojos cerrados y Charles se zafó del agarre como si su tacto le quemase.

- No te confíes, Erik. No te confíes...- Y se marchó. Escuchó a Erik maldecir y sonrió. Adoraba sus celos.

Lo último que pensó antes de quedar profundamente dormido fue que le regalaría una nueva cafetera a Logan.

A la mañana siguiente Charles se despertó de un excelente humor. Hacía dos meses que no se sentía tan bien. Se estiró en la cama, se cepilló los dientes, y pensó en los acontecimientos de la noche anterior. No estaba muy seguro de como llevar la situación, así que decidió que dejaría fluir las cosas. Al menos sabía que Erik lo seguía queriendo y eso ya lo hacía sentir bien.
Se dirigió a la cocina, y al pasar por el living, encontró a Erik completamente desparramado en el sillón. Tenía un brazo y una pierna colgando, y la cabeza completamente torcida. Ese sofá era muy pequeño para él, y le causó risa.

Caminó hacia la cocina y se dispuso a preparar el desayuno. Tenía que despertarlo para que fuera a su casa con los niños.

Se acercó a Erik y lo zarandeó suavemente.
- Erik... despierta.- Charles lo observó brevemente. Hacía tanto que no lo veía así. Sintió el impulso de besarlo pero decidió contenerse. No arruinaría todo su autodominio de la noche anterior por un solo beso.

- Charles... eres tú? - Erik preguntó confundido, aún con los ojos cerrados.

- Sí, Erik. Despierta.- Charles deseó que no recordase nada o sería todo increíblemente incómodo.

Erik abrió los ojos y lo observó detenidamente. Charles se ruborizó pero mantuvo su vista fija en él.

- Charles... qué hago aquí? - Erik se sentó bruscamente y un terrible dolor de cabeza lo hizo marear.

- Tranquilo, tienes resaca.- Charles lo ayudó a sentar en el sofá y le pasó un vaso de agua y una aspirina.

- Tomate eso, te sentirás mejor.- Charles le sonrió y Erik tomó lo que le daba con el cejo fruncido.

Los recuerdos llegaron vagamente a la mente de Erik, tenia algunos blancos pero en líneas generales recordaba todo. Y se sentía un imbécil.

- D-Disculpa por lo de anoche.- Erik gruñó, molesto. - Bebí demasiado, no sé porqué vine aquí. - En realidad lo sabía pero decidió omitir esa parte.

- No te preocupes...- Charles estaba ruborizado, con el cabello revuelto, el pijama arrugado y Erik sintió un terrible deseo de concluir lo que habían empezado la noche anterior.

- Llamé anoche a Jean y dijo que podía quedarse con los niños... Pero ya tienes que levantarte e ir con ellos.- Las palabras de Charles mataron su deseo y lo devolvieron a la realidad.

- Los niños! - Erik se paró rápidamente y sintió un fuerte dolor en la zona del trasero. - Qué demonios...?- Se frotó la zona y miró a Charles que se reía por lo bajo.

- No te preocupes, no me tomé esas libertades. Te caíste al suelo, conmigo encima. No tienes muchos reflejos cuando estas borracho.- Charles sonrió abiertamente y Erik se ruborizó.

- Ya veo.- Gruñó molesto. No entendía porque Charles no se mostraba incómodo. - Permiso, paso al baño.

Charles asintió y caminó a la cocina para buscar el café que le había preparado. Decidió que no actuaría avergonzado. Después de todo el que debía estarlo era Erik.

Dejó el café en la mesa, y el aroma llegó a su nariz revolviendole el estómago.

Erik se acercó y notó enseguida la palidez de Charles. Se sostenía de la silla y respiraba dificultosamente.

- Charles! Qué tienes? -

- Creo que... estoy mareado...- Y sin más Erik lo atrapó entre sus brazos antes de que cayese al suelo.

- Charles, Charles! - Erik lo cargó en brazos hasta recostarlo en el sofá.- Charles por favor, reacciona! - Le palmeó la mejilla con suavidad.

- Erik...- Charles abrió los ojos lentamente. Se sentía aturdido, pero al menos el estómago ya no le molestaba.

- Estás bien? - Los ojos de Erik desbordaban preocupación y Charles sintió que una calidez lo recorría por dentro.

- S-si... supongo que me bajó la presión.- Charles se incorporó con cuidado y Erik lo observó atentamente.

- Llevas demasiado tiempo con este problema, Charles. Tienes que ver un médico, pídele a Hank que te haga un chequeo. No es normal que te desmayes por la vida.- Erik lo reprendió severamente.

- Tienes razón, tal vez sea anemia. O algo asi, no hay de que preocuparse.- Charles sonrió débilmente y Erik lo fulminó.

- No te auto-diagnostiques y hazte el maldito chequeo.- Erik murmuró entre dientes.

- Está bien, lo haré. - Charles suspiró y se levantó con cuidado.-Ahora toma tu desayuno y ve con los niños. No quiero imaginar la fortuna que tendrás que pagarle a Jean.- Charles rió.

- Muy gracioso. Tú pagarás la mitad por haberme retenido aquí.-

- Si en primer lugar no hubieras venido, yo no hubiese tenido que retenerte. No podías volver borracho.- Charles lo miró desprobatoriamente y Erik suspiró.

- Tú ganas.- Dio un par de sorbos al café y se puso su abrigo. Carraspeó algo incómodo antes de hablar. - Bien... Gracias por el desayuno y las aspirinas. Y... lamento lo de anoche.-

Charles se sintió entristecer. Él no lo lamentaba para nada.
- No hay problema...saludos a los niños. Y dile a David que esta tarde pasaré a buscarlo.- Cambió el tema porque no quería que Erik notase cuanto lo afectaba.

- Le diré... Adiós Charles.- Se quedó parado como si fuese a agregar algo más pero sólo se limitó a hacer un gesto de despedida con la cabeza y salió rápidamente.

- Adiós, mi amor...- Susurró Charles cuando Erik ya no pudo oírlo.

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Charles llegó a lo de su hermana cerca del mediodía. Raven lo hizo entrar entusiasmada y lo invitó a sentarse mientras le convidaba una taza de té. 
Le relató a su hermana todo lo ocurrido la noche anterior y esa mañana con Erik.

- Así que... ¡Está celoso! - Raven aplaudió entusiasmada.

- Eso creo... Aunque dijo que lamentaba lo ocurrido, antes de irse.- Charles bajó la mirada y Raven lo fulminó.

- Y tú realmente lo crees? Por favor, Charles! No puedo creer que te hayas egresado con honores y que seas tan tonto en las relaciones! - La joven se palmeó la frente, frustrada.

- Sólo he tenido una relación en mi vida y es justo con el hombre que me confunde desde hace más de doce años.- Charles suspiró, frustrado.

- Bueno, ese hombre te ama terriblemente. Pero esta herido y tienes que acercarte con cuidado. Piensa en un perro de la calle, salvaje y desconfiado. Si quieres adoptarlo tienes que ir ganandotelo de a poco. Entiendes? -

- Entiendo que has comparado a Erik con un perro no domesticado. Creo que él no se alegraría al oír eso.- Charles rió ante las ocurrencias de su hermana.

- Mi analogía es excelente. Pero... entiendes? Erik te ama, y tú a él. Acércate de a poco, se tu mismo. No vuelvas a ponerte emo! -Raven sonrió inocentemente.

- Emo? Eres... Te odio! - Charles se cruzó de brazos ofendido. - Qué querías que hiciera? Que estuviera feliz?-

- No, cariño. Pero no puedes vivir llorando como una magdalena. Eso no es vida! Y tú ciertamente mereces algo mejor.- Raven se llevó las manos a su casi nada abultado vientre y Charles sonrió.

- Bueno... tomaré el consejo. Ahora dime, cómo anda mi pequeño/a sobrino/a?- Charles tomó asiento al lado de su hermana y apoyó su mano en su vientre.

- Pues según su padre va todo bien. Ya estoy de tres meses! - La joven sonrió complacida.

- Tendré que contener mis ganas de tenerlo entre mis brazos. Aún falta tiempo! - Charles suspiró tristemente.

- Si, me pasa exactamente lo mismo! Me mata la ansiedad! -

- Tranquila, con David me pasó igual. Pero el embarazo es muy lindo en todo su proceso, disfruta cada etapa! - Charles sonrió a su hermana.

- Excepto las náuseas y los mareos! - Raven imitó un escalofrío. - Pero ya estoy saliendo del primer trimestre así que esos horrores quedarán atrás! -

- Si, las náuseas...- Charles se quedó callado de golpe. Náuseas y mareos? No, no podía ser.

- Charles...? -Raven lo miró preocupada. Su hermano se había puesto blanco como el papel.

- Creo... creo que tengo que ver a Hank.- Charles habló con la voz temblorosa.

- Por qué? Te sientes mal? Qué tienes? - Raven lo tomó por los brazos. - Charles, me estas asustando. -

- Porque estoy hace dos meses con náuseas y mareos...- Charles ni siquiera se atrevía a ponerlo en palabras.

- Oh por dios! - Raven chilló emocionada. - Charles tendrás un bebé?! -

- Yo... no lo sé. Tendré que verlo con Hank.- Y lo último que vio Charles antes de desmayarse fue a su hermana gritando su nombre.

 


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