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Una noche para olvidar (CHERIK) por AlatheaMorwellan

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Notas del capitulo:

Buenas! Éste es mi primer fanfic así que espero que lo disfruten, cualquier duda, consulta o sugerencia haganmela saber!

Saludos!!

Los gemelos no se despegaban de David. Salieron del cine y opinaban de la película con el joven, interrumpiendose uno al otro todo el tiempo.

- Niños, pueden dejar respirar al pobre David? - Erik los miró seriamente. -

- Si, papá...- Los gemelos suspiraron. - Perdón David - Repitieron ambos a coro.

- No hay problema. -Les sonrió amablemente el niño.

Los pequeños corrieron hacia una tienda que vendía cómics y pegaron sus narices al vidrio.

Charles rió. - Tienes un par de inquietos niños.

- Si, al contrario del tuyo que es muy tranquilo. ¿Saliste a tu padre, eh? - Erik revolvió el pelo de David en un gesto cariñoso.

Charles sintió que su corazón se encogía.

- Supongo que si. - Respondió David sin su usual simpatía. - Iré con los gemelos a ver la tienda-. Y se alejó.

Erik miró a David y luego a Charles con expresión de duda en su rostro. - Dije algo malo?-

- N-no, no. Es que está un poco enojado conmigo. Ya sabes, la pre-adolescencia.- Charles sonrió con tristeza y Erik sintió la necesidad de reeconfortarlo de alguna manera.

- Ánimos Charles, son niños. Ya se le pasará. Ven, vamos por los niños y el almuerzo. Esta vez yo pago.-

Charles rió e ignoró la sensación de calidez que sentía cerca de Erik.

Se sentaron en una mesa todos juntos. Los gemelos comían a una velocidad increíble, especialmente Pietro. David por su parte era más parsimonioso, y comía con sumo cuidado. 
Erik miró a David.

- No te gustan las hamburguesas, niño?

- Claro que me gustan. - David lo miró divertido. - Por qué lo dices?

- Porque estas comiendo sin ganas. Muy lento. Mira, yo te enseñaré. - Erik abrió bien grande la boca y se metió media hamburguesa en la boca.

Charles se atragantó. David miró a Erik y se rió. - Mi padre dice que el secreto de un buen comer es disfrutar de cada bocado -.

Charles se sonrojó. - B-ueno... Cada quien que coma como quiera.

Erik rió de Charles.

Los gemelos asintieron enérgicamente. - Y ahora podemos comer helado, verdad papi? - Wanda miró a Erik haciéndole ojitos. Todos rieron.

- Si, hija... Pero primero esperen a que les baje la hamburguesa.

Una hora después los niños caminaban por el centro comercial comiendo su helado. Pietro y Wanda congeniaban de maravilla con David.

- Es asombroso lo bien que se llevan, verdad? - Dijo Erik meditabundo.

- La verdad si, se llevan muy bien. - Charles estaba atónito ante la química que existía entre esos hermanos sin saber que lo eran. Una sensación de culpa le recorrió el cuerpo.

- Si tan solo no hubieses desaparecido podríamos haber compartido esto y más cosas desde mucho antes. Eras mi mejor amigo... - Erik lo miró con rencor y Charles sabía que él no iba a perdonarlo tan fácilmente.

- Erik... Por favor. Ya te expliqué...- Charles se vio interrumpido por los gemelos.

- Papi, papi. Quiero hacer pipi, me llevas?- Wanda miró a Erik haciendo puchero.

- Claro, nena. Enseguida. Vamos Pietro, ven tú también. - Erik miró al pequeño.

- No padre, te esperaré aquí con Charles y David. - Acto seguido tomó a cada uno de la mano.

- Ve tranquilo, yo cuidaré de él. - Charles le sonrió, pero Erik simplemente asintió con la cabeza y desapareció con Wanda.

- Charles...- Pietro lo miró fijamente.

- Dime cariño, qué sucede?-

- Puedo invitar a David a jugar a mi casa un día?- El nombrado rió y miró a su padre también.

- Pues... no veo porque no, si ambos están de acuerdo. De cualquier forma deberías pedirle permiso a tu padre antes.

- Permiso para que? - Charles escuchó esa voz tan profunda que le erizaba la piel y dio un respingo.

- Pietro quiere invitarme a su casa algún día y papá le dijo que antes tenía que pedirle permiso a ud. - Explicó David. 

Erik miró a los dos niños. - Por favor, David. No me trates de ud. 
Y por supuesto, puedes venir cuando gustes.-

- Gracias señ-... Erik! - David sonrió algo avergonzado.

- Eres un buen niño.- Erik le apoyó la mano en el hombro y Charles sintió que su corazón se derretía. Se reprendió mentalmente por eso.

- Bueno, creo que es hora de que nos retiremos. Fue un placer pasar el sábado con uds. - dijo Charles y sonrió abiertamente a los pequeños. Ellos les respondieron con dos resplandecientes sonrisas.

- El placer fue nuestro, esperamos que se repita- Erik se acercó a Charles y le susurró  para que sólo el pudiera escuchar. -A menos que decidas huir de nuevo. -

Charles se puso rojo de furia. - Eres...-.

- ¡Adiós Charles, adiós David! - Los gemelos repitieron lo mismo que su padre a coro y se fueron los tres.

Padre e hijo se quedaron viéndolos hasta que David habló. - Bueno, si mi padre fuera como él, no me molestaría conocerlo.-

Charles se sintió desfallecer. - Vamos hijo, es tarde. Hay que volver. -

Y salieron también del lugar.

Esa noche Charles, luego de arropar a su hijo, se puso su pijama, se acostó y no pudo dejar de pensar en Erik. En su sonrisa, en sus ojos, es lo tierno que se veía rodeado de sus hijos. De todos ellos. Si las cosas hubiesen sido distintas... pero la realidad era otra. Y esa misma realidad le decía a gritos que aún seguía enamorado de Erik, que el tiempo sólo había adormecido sus sentimientos pero que no lo había olvidado ni un poco.
¿Sólo un día de estar con él y esa verdad le explotaba en la cara? Que dios lo ayudara si tenia que seguir viéndolo con frecuencia.


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