Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi niñera por Miky15E

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Sí, perdón por la demora. uvu

Estoy actualizando más seguido en Wattpad porque me es más fácil a través de la aplicación. No he dejado ni dejaré inconclusos los fanfics, así que no se preocupen por eso. 

 

 

Yuuri.

Cargué al pequeño Vitya de la cintura y lo metí a la tina conmigo. Él no lo dudó ni un segundo y se sentó en mis piernas al ver que yo me acomodaba, mirándome de frente con sus hermosos ojos azules. Debido a su estatura, el agua lo cubría hasta sus hombros; muy diferente a mí, que me llegaba debajo del pecho.

Los cuatro patitos amarillos de hule flotaban en la superficie, rodeando las orillas de la tina. La familia Nikiforov podía ser muy infantil, y eso lo demostraban con los artículos de casa que utilizaban. Por ejemplo: había toallas con estampados de animalitos, tazas de colores o ese tapete felpudo con cuernos que sobresalía en la habitación de Viktor.

De hecho, tengo curiosidad de la existencia del tapete de la recámara de Vitya. ¿Se lo regaló su papá? ¿Se lo obsequió una novia? ¡No! Yuuri, ¿estás diciendo que el jovencito que te molesta diariamente puede ser romántico con su chica? ¿Qué? ¡Imposible! No me lo imagino en una relación tan empalagosa.

¿Cómo será la faceta de conquistador del fabuloso Viktor Nikiforov?

—Shuuri, ¡tú igual tienes una premium! —exclamó, sacándome de mis absurdos pensamientos.

—¿Premium? —repetí confundido y bajé la vista a él—. Oh, eso de ahí. Diría más bien que es tamaño normal, la tuya sí era premium.

Aquí vas, Yuuri, hablando obscenidades con un niño de cinco años. En serio, ¿qué está mal contigo? No son temas para discutir con menores de edad que apenas y pueden retener su orina con tal de no mojar las sábanas.

—Vitya, ¿quién te dijo eso de premium? —pregunté, extendiendo mis brazos en los bordes de los costados de la tina.

—Lo escuché de papi —contestó con una sonrisita traviesa—. No le digas que yo lo sé porque me regañará, Shuuri. Él dice que los hijos no deben oír las conversaciones de los adultos.

—¿Y por qué oíste esa conversación?

—Papi y mami hacían ruido en su cuarto y yo me desperté porque el monstruo del armario me asustó —murmuró, jugueteando con el agua que le salpicaba al golpearla con las palmas de sus manos—. Ellos me prohibieron entrar esa noche, pero mami fue a buscarme y me leyó un cuento de dinosaurios.

El apego emocional que tiene por su madre es muy especial. Realmente la ama y atesora más de lo que creí, así que será difícil cuando sepa que ella ha fallecido. No quiero que se entere porque no quiero que llore y sufra otra vez.

—Oye —lo llamé, atrayendo su atención—, tu cabello no está húmedo.

—Hagamos burbujitas —musitó, parándose para sumergirse por completo en el agua durante unos segundos—. ¡Santos Shuuris, no puedo respirar!

—Claro que no —negué carcajeándome—. Si respiras, el agua llenará tus pulmones.

—Woah, ¡amazing! —Alzó los brazos hacia arriba y esbozó una encantadora sonrisa—. ¿Y explotarán?

—¿Quieres que exploten? —rezongué fulminándolo con la mirada—. Si explotan, Vitya dejará de acompañarme a desayunar, comer y cenar. Tampoco correremos ni iremos a los parques.

—¡No! —gritó y se abalanzó sobre mí, abrazando mi pecho—. Yo estaré con Shuuri siempre, siempre.

—¿Es una promesa? —interrogué, aun si ya conocía la respuesta.

—Lo prometo, Shuuri —afirmó y se acercó a mí hasta sostener mis mejillas—. ¿Puedo pedirte algo?

—Pídeme lo que desees, eres el rey de esta casa —canturreé, conduciendo mis dedos a sus mechones que goteaban—. Además, dijiste que somos novios, ¿no? Complaceré a mi bonito niño.

—¡Shuuri! —vociferó maravillado por mis palabras—. Te amo, Shuuri —aseveró, depositando un beso rápido en mis labios.

—Tramposo, me lo ibas a pedir —refuté, fingiendo que me enojaba—. Me has robado mi primer beso, ¿lo sabías?

—¿Tuve el primer beso de Shuuri? —replicó emocionado—. ¡Qué genial!

—Será más genial si terminamos de bañarnos y no tomamos un resfrío para mañana—comenté entre risas. 

Me vestí con mi pijama y un suéter ligero, mientras que Vitya elegía qué pantuflas usar: las de ositos o las de gatitos. Salí de la habitación rumbo a la cocina para preparar hot-cakes y licuado de fresas, pero la puerta crujió al abrirse y me detuve a mitad de camino.

—¡Yuuri! —expresó el señor Vladimir—. ¿Dónde está mi dulzura? ¿Qué hace? ¿Ya se durmió? Quiero apapacharlo.

—Bueno, seguro que lo tendrá brincando en unos minutos —articulé con una voz nerviosa. ¡Y no temblaba por el beso que Vitya me dio o por su confesión, sino porque ¿a qué demonios vino su papá?! —Hm, ¿encontraron la cura?

—Oh, no, sólo vengo de paso y me voy —explicó colocando su maletín al final del pasillo de la entrada—. Mis chicos están con mucho trabajo, pero Viktor es la prioridad. ¿Cómo ha estado?

—No ha tenido más cambios de personalidad ni ha aumentado su estatura. Creo que su cuerpo se adaptó a su edad, aunque no sé si sea una noticia agradable —declaré agachando la cabeza como un jovencito al que acaban de regañar—. Me estoy acostumbrando a cuidarlo y tengo miedo de su rechazo.

—Él no puede permanecer de esta manera, Yuuri —mencionó, y continuó—. Yo también estoy temeroso porque mi relación con Viktor no es la mejor. Los dos lloramos y nos desgastamos emocionalmente después de que… —susurró sin finalizar la oración—. Fue mi error y es mi deber hallar una cura.

—Este Viktor es tan distinto; tan amoroso y risueño —revelé con tristeza—. Lo perderé en un parpadeo. Lo perderé porque su “yo” de quince años no me acepta.

—Estamos en las mismas —señaló con una risa falsa—. Tú y yo no queremos perder a esta persona, pero esta persona no es mi hijo.

—Y—Yo necesito hacer una pregunta —balbuceé.

—Adelante, hazla —enunció, observándome cara a cara—. ¿Qué es, Yuuri?

—¿Cómo murió…? —cuestioné a medias—. A Viktor debió dolerle su muerte.

—Sí, como no tienes una idea—. Suspiró y se recargó en la pared de su derecha, evadiendo mis ojos que contemplaban sus expresiones—. Viktor recibió la llamada telefónica porque yo estaba en el laboratorio. Ese día lo marcó de mil formas y fue mi culpa. Si yo hubiera atendido la llamada, él no habría sufrido tanto con ese fatídico accidente.

—No se culpe. —Avancé en su dirección para consolarlo—. El destino es cruel, pero ustedes aprendieron a vivir con eso y los hizo fuertes—. Palmeé su hombro con la intención de animarlo.

—Es lo más preciado que me dejó y yo no he sabido amarlo. Varias veces intenté remendar mis fallas, pero me di cuenta de que era tarde. Viktor y yo ya estábamos alejados —murmulló con lágrimas en sus ojos.

—Señor Nikiforov, todavía hay tiempo —respondí con un asentimiento—. Usted creará la cura y podrá disculparse con Viktor.

—¿M—Me perdonará por abandonarlo? —titubeó limpiando las lagrimillas de sus cachetes.

—Lo perdonará —prometí.

—Entonces me esforzaré, Yuuri. Mi Viktor volverá.

Sí, volverá y me olvidará a mí, pero si eso significa que su padre y él estarán unidos, no me importa. Yo nunca formé parte de su círculo, sólo era un estorbo que odiaba. Sin embargo, incluso su odio puede convertirse en amor.    

Notas finales:

Serán dos capítulos en esta actualización, así que todavía les falta uno. xD 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).