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Mi niñera por Miky15E

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Notas del capitulo:

 

¡Disfruten! 

Yuuri.


Al día siguiente, el señor Nikiforov se fue a Canadá con los ánimos renovados. Me juró que pronto crearía una cura para Viktor y que su relación de padre e hijo iba a mejorar. Yo me sentí triste y no dormí bien por culpa de ese juramento, pero supongo que debo aceptar el destino. 


Abrí la puerta de la habitación de Vitya y asomé mi cabeza, sorprendiéndome de no encontrarlo en la cama. El reloj de la sala marcaba las ocho de la mañana, así que, ¿por qué no está durmiendo? No, ¿dónde está ese niño travieso?


—¿Vitya? —pregunté, ingresando a la recámara con la intención de buscarlo en el baño—. ¿Vitya? No estoy jugando.


No tuve que ir muy lejos, pues Viktor salió del baño y me miró con una expresión fría en los ojos, de los cuales escurrían gruesas lágrimas. Su cuerpo entero estaba temblando, como si hubiera tenido una cruel pesadilla durante toda la noche.


—¿Qué pasa, cariño? —Corrí hacia él y me arrodillé enfrente—. ¿Tuviste un mal sueño? ¿Quieres contármelo?


—Shuuri… fue por mí —balbuceó, clavando su mirada en el piso—. Shuuri, ¿soy un niño malo?


—¿De qué hablas, Viktor? —pregunté confundido—. Dime, ¿qué te pasó?


—Yo la desobedecí, Shuuri —gimoteó limpiando sus mejillas—. M—Mami… Mami se murió por mí.


—¿Qué? —articulé aturdido. ¿Cómo lo sabe? ¿Cómo sabe que ella está muerta? —Viktor, ¿qué tonterías hablas?


—¡No mientas! —exclamó enojado y me empujó hacia atrás—. ¡Eres un mentiroso, Shuuri! —gritó con una voz llena de dolor, mismo que me desgarraba el alma—. Me dijiste que mami vendría conmigo, pero ella está muerta.


—N-No —titubeé.


¿Cómo actúo? ¿Cómo le digo que es cierto? No es difícil explicar que su madre falleció en un accidente automovilístico, lo difícil es explicárselo a alguien que confiaba en mí. ¿Cómo puedo saber que no le traeré más sufrimiento del que ya siente?


El señor Nikiforov cree que una noticia así de fuerte acarreará problemas, y sin la cura, Viktor está en peligro. Si le confieso que su madre no volverá, cabe la posibilidad de que Vitya jamás se recupere de esa noticia ni ahora ni en el futuro. Sin embargo, si no lo hago, él me odiará y, cuando Vladimir halle la cura y Viktor crezca, me detestará por traicionarlo.  


¿Qué elijo?


—Ya no me quieras, Shuuri —sentenció y comenzó a caminar con paso lento—. No merezco que Shuuri me quiera porque soy un niño malo.


Oh, olvidé esa pequeña y significativa parte. ¿Qué elijo? ¡Qué pregunta más estúpida! Por supuesto que elijo el bienestar de mi amado niño. No deseo verlo destrozado como lo estaba antes de que bebiera el agua con la sustancia del experimento, yo deseo que él sonría sin importar si no me sonríe a mí.


—¡No! —negué y me reincorporé para girarme—. Vitya, tú no eres el culpable. Perdóname por ocultarte lo de tu mamá, pero comprende que no podía decírtelo porque temía tu reacción.


—Shuuri —susurró dándose la vuelta y corrió en mi dirección—. Shuuri —repitió llorando y tiritando.


—Es bueno que saques esos sentimientos, Vitya. Llora y llora hasta que tus ojos se sequen y tu corazón esté en paz —murmuré cargándolo para que él escondiera su rostro entre mi cuello y hombro derecho—. Recuerda que no eres el culpable, fue un accidente en la carretera. Tú eres el niño más hermoso y gentil que conozco, incapaz de lastimar o herir a una persona.


Esa mañana, ahí, en el cuarto de mi querido Vitya, me hice el valiente. Tragué el nudo que se había formado en mi garganta y reprimí mis lágrimas con tal de que no viera cuán afectado estaba. Yo no sé cómo sobrellevó esos sentimientos de culpabilidad en el pasado, pero sé que debió ser doloroso.


La llamada del hospital no era lo que había marcado para siempre a Viktor, fue el error de no obedecer a su madre la última vez que ellos estuvieron juntos. No puedo imaginar las emociones ni las sensaciones que experimentó al saber que no se iba a disculpar con su mamá.


Por la tarde, tomé el teléfono y le llamé al señor Vladimir. Le narré poco a poco los hechos que me hicieron decidir dos cosas: la primera, me daría de baja temporal en la universidad, al menos hasta que Vitya estuviera acompañado de su padre y, la segunda, compraría un caniche café.


-n-


Transcurrió una semana completa. El menor de la casa no carcajeó ni jugó como solía hacerlo, tampoco pidió que le cocinara emparedados. En ese tiempo, no le exigí que cambiara su comportamiento que me deprimía porque era consciente de que estaba en la etapa de aceptar para continuar su vida y sólo lo apoyé.


—Shuuri, mami es una linda mariposa —afirmó al octavo día, en una tarde muy brillante—. A mami le gustaban las mariposas, así que ella es una mariposa que vuela en los cielos.


—¿En serio? —interrogué y me levanté del sofá—. He visto una mariposa azul volando afuera, quizá sea ella que te está protegiendo.


—¡Woah! Amazing! —canturreó brincando del mueble al suelo—. Shuuri, vayamos al parque y a comer helado.


—Oye —respondí, atrayendo su atención—, te tengo una sorpresa.


—¿Qué es? ¿Qué es? ¡Dime, Shuuri! —demandó con urgencia mientras sostenía mis manos con las suyas.


—Está en la habitación de tu papi desde ayer —contesté sujetándolo de los brazos para elevarlo—. Es esponjoso, como una bolita afelpada, y es súper tierno, igual que tú.


—¿Un oso? ¡Un oso gigante que me va a comer cuando sea grande! —declaró con una sonrisa que iluminaba su cara—. ¡Santos Shuuris, apresúrate! Las tortugas son más rápidas que tú.


—¿Las tortugas? —repliqué riendo—. Creí que era un cerdito.


—Me gustan los cerditos —asintió y se acomodó en mis brazos para quedar frente a mí—. Me gusta más Shuuri.


—A mí me gustan los niños… —murmullé.


Claro, me gustan, pero no en el sentido que Viktor espera, porque insisto, ¡no soy un pedófilo. Además, Vitya es ilegal en estos momentos. Enamorarme de un niño de cinco años es un crimen. Aunque, si lo pienso mejor, eso quiere decir que me podría interesar en el Viktor adulto.


—¡Santos Shuuris! —vociferé exaltado—. ¿Qué clase de locura es ésta?


—Shuuri está hablando alto —expresó con burla.


—Sí, a veces mi cerebro se desconecta de mi boca.


Crucé el pasillo y llegué al fondo, en donde estaba la puerta de la recámara del señor Vladimir. Entré sin hacer ruido, encendí la luz con el apagador de mi izquierda y dejé a Vitya en el piso para que fuera a investigar.


Su sorpresa no tenía ganas de que su nuevo dueño se tardara en encontrarlo y salió de debajo de la cama. En ese instante, ignoré que para mi propia seguridad necesitaba taparme los oídos.


—¡Shuuri! —aclamó mi nombre con un sonoro grito.


—Sí, démosle la bienvenida a nuestro integrante peludo.


—Makkachin —tartamudeó sin poder hablar debido a la emoción—. Es Makkachin —confirmó y el cachorro agitó la colita de un lado a otro.


—Parece que le agrada —anuncié—. Lo cuidarás y amarás mucho, ¿entendido?


—¡Entendido! —dijo contento—. Shuuri, te amo.


—Yo más, cariño.  

Notas finales:

Como les dije, estaré actualizando más seguido en Wattpad mientras estoy de vacaciones y no tengo internet de WiFi. 


Si quieren pasar a Wattpad, me encontrarán como: Miky15Echelon


 


¡Nos leemos luego! <3


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