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JUST FRIENDS por LunaMarcel

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Notas del capitulo:

HOLAAA.


Aquí estoy nuevamente, y con una actualización… PERDON POR TARDAR, DE VERDAD LO SIENTO MUCHOOOO… AAAAAAHHHHHHHH ESTOY FELIZ, POR PRIMERA VEZ IRE A UNA CONVENCÍON EN MI PAIS.. AAAAAAAAAAHHHHHHHH


Quiero agradecerles grandemente por haber leído el capitulo anterior, me hizo muy feliz ver sus bellas lecturas. Sobre todo, muchas gracias a esa linda personita que me dejo su comentario hermoso. Gracias, gracias.


Disculparan ustedes si hay faltas de ortografía.


Espero les guste.


Sin más que decir por ahora.


A leer.

 

JUST FRIENDS

—Capitulo 14—

 

Help me, please

 

 

 

Eithan no quería pensar, no quería darle vueltas a las palabras de Julian. No quería profundizar en ella y que después de tanto meditar, resultara que el chico de mirada somnolienta tenía razón. Y lo estaba haciendo perfectamente. Jonna ayudaba también. Esa semana había transcurrido y apenas había cruzado por su mente algo de lo que Julian había dicho.

 

¿Por qué las cosas no podían seguir así?

 

¿Por qué las palabras de Julian estaban golpeándolo tan fuerte en ese momento?

 

¿Por qué los recuerdos de sus acciones rondaban su mente y no lo dejaban tranquilo?

 

—Maldición —susurro, a la vez que se cubría el rostro con ambas manos.

 

Tenían una hora libre luego del receso, ya que todos los profesores se encontraban en una reunión. El motivo, Eithan no lo sabía, de todos modos ya se enteraría. Por el momento no le interesaba.

 

El oji-gris se encontraba en el jardín trasero de las instalaciones, sentado en la verde gramilla y con la espalda contra un gran e imponente roble. Cabía decir que era el único árbol, pues ene l lugar dominaban las mesas de concreto así como lugares donde sentarse alrededor de estas. Dominando también la vista y el lugar, habían varias bancas de madera y hierro. En ese momento, todo estaba despejado de otros jóvenes a excepción de él.

 

A Eithan le encantaba estar bajo ese árbol. Era relajante, tranquilo. de igual forma, a William también le fascinaba.

 

—¡Demonios! —grito en susurros.

 

Flexionó ambas piernas hasta que estas chocaron contra su pecho, entonces se abrazo a ellas y oculto su rostro entre el hueco de sus extremidades.

 

¿Por qué, Jonna, tenía que dejarlo solo en un momento como ese?

 

Luego de la «conversación» con William, y que tanto él como Jonna se marcharan de la cafetería, el rubio le había dicho que se adelantara, que compraría algo más porque tenía hambre, pero que luego volvería con él. Acordaron donde encontrarse y entonces se separaron.

 

—Maldita sea, Liam, ¿Por qué tenias que acercarte? ¿Por qué tenias que decir eso? —se mordió el labio inferior con fuerza.

 

Como si realmente pudiera cambiarlo tan fácil.

 

Ojalá y pudiera, así no estaría carcomiéndose la mente en ese momento.

 

Pero no, Liam era irremplazable.

 

Eithan sentía que había transcurrido una completa eternidad desde que había visto a Liam directamente a los ojos. Se había visto tan lindo, tan atractivo… y tan ansioso y un tanto desesperado.

 

Minutos antes de que se acercara, Jonna le había estado diciendo que Liam no le quitaba los ojos de encima, y que incluso estaba ignorando olímpicamente a la zorra de Alessa.

 

—Te lo juro, la estúpida está haciendo unas caras tan desagradables —le había dicho a la vez que lo abrazaba. Y Eithan no pudo hacer más que sonreír. La idiota se lo merecía.

 

Entonces Liam se había acercado y le había, prácticamente rogado para que fuera a su casa. Y ¡Maldición! Eithan quería aceptar. Pero Liam había sonado como si lo invitara porque no tenía mejores cosas que hacer y fuera a morirse del aburrimiento estando solo. Como si lo viera a él como algo para distraerse. Además, de que tenía el descaro de pensar que aceptaría como si nada, y sin disculparse con él.

 

¡Oh, demonios! Eso había puesto muy furioso al oji-gris, aunque no lo había demostrado.

 

Una mirada hacia Jonna y noto que pensaban lo mismo. Con la vista le interrogo si podía seguirle la corriente y este acepto. Y luego el imbécil de Liam había dicho lo que dijo y él había respondido y había visto la expresión en el rostro del Will al hacerlo.

 

Fue desgarrador, ¡Joder! En ese instante solo quería abrazarlo y decir que todo estaba bien, ¡Pero no lo estaba, demonios! Eithan también estaba muy herido y molesto.

 

Antes de ceder, mejor se marcho.

 

Y ahí estaba, pensando una y otra vez en las palabras de Julian y la expresión de Liam. En un sinfín de recuerdos. Pero de estos, había uno que destacaba notoriamente y que estaba volviendo lo a Eithan.

 

Era el recuerdo de esa vez en los sanitarios de chicos, esa vez en la que Jonna había besado a Liam. Esa vez en la que Eithan mismo había admitido que incluso el besara a Liam si le decía: «Te necesito», luciendo de esa forma.

 

¿Por qué esa vez no le pareció extraño?

 

¿Por qué ni siquiera le cruzo por la cabeza que tener esos pensamientos era muy raro?

 

Eithan quería darse contra el tronco del árbol. Antes podía pensar con libertad lo que quisiera acerca de Liam. Pero ahora, ahora con cualquier cosa sentía que estaba mal luego de esa charla con Julian.

 

El solo hecho de pensar que era lindo, atractivo, ahora estaba mal, mal, mal, mal.

 

MAL.

 

 

 

Jonna se sentía como un grandísimo tonto. Pero bueno, no era como si el sentimiento fuera nuevo para él. Estaba acostumbrado a sentirse como un tonto… a lo que iba, era que ahora se sentía más tonto de lo normal.

 

Pensando en despejar un poco su cabeza, camino con dirección a los sanitarios de chicos, una vez dentro, se planto frente al espejo, giro la llave del agua y ahuecando las manos, se remojo el rostro. Una dos, tres, hasta cinco veces.

 

Entonces se sumió en un mutismo en el que cual solo se observaba una vez más en el espejo.

 

Sin embargo, el silencio que reinaba se vio interrumpido por unos sollozos. Jonna, sorprendido y pensando cosas que nada que ver, se acerco al único cubículo que estaba cerrado.

 

Quien estaba sollozando, obviamente estaba haciendo un intento, inútil, por acallar su voz. Jonna se imagino a esta persona, chico obviamente, cubriendo sus labios con ambas manos, cerrando los ojos con fuerza mientras todo su cuerpo temblaba.

 

—Soy un idiota —susurro el chico al otro lado de la puerta, y gracias a ello, la imagen mental de Jonna obtuvo un rostro.

 

Al descubrir de quien se trataba, Jonna se sintió terrible. Se mantuvo en silencio escuchando los sollozos, hasta que decidió decir algo. Inhalo hondamente primero, luego hablo.

 

—Will —le llamo.

 

Silencio.

 

Los sollozos ya no se escuchaban.

 

—Will, soy Jonna.

 

Nada.

 

No es que el rubio de ojos caramelo haya realmente esperado que Will le respondiera, le abriera la puerta y le contara que sucedía, algo que ya suponía obviamente. Jonna admitía que le divirtió ver la expresión del oji-verde cuando Eithan lo mando a comer espárragos. Se lo merecía por idiota. Pero sinceramente no espero la reacción que estaba teniendo.

 

Que se enojara, que rompiera cosas, que gritara, que lo ignorara. Que el orgullo impidiera volver a hablarle a Eithan.

 

Pero no. Ahí estaba llorando solo.

 

A Jonna le dolió saber que provoco eso, en parte. Will era un buen chico. Un tonto idiota, bastante últimamente con respecto a Alessa. Pero allí, en ese instante, el rubio creía que ya había tenido suficiente, que ya había tenido un buen escarmiento. Que ya había aprendido la lección.

 

¿Por qué no darle una mano?

 

—Oye, Will. Sé que soy la última persona a la que quieres ver en este mom…

 

—¡Déjame tranquilo, maldito roba amigos!

 

Jonna puso los ojos en blanco y luego se masajeo el puente de la nariz.

 

No, no había esperado que le abriera y lo abrazara y hablara con él, pero mínimo lo hubiera dejado terminad de hablar. Porque le venía escucharlo, vaya que lo hacía.

 

—Solo abre la puerta, Will. Porque te conviene, joder —nada, silencio. Ninguna respuesta. El rubio decidió que usaría la psicología inversa—. Bueno, y yo que pensaba ayudarte a reconciliarte con Eith. Supongo que ya no quieres hablarle después de lo hoy, así que mejor me voy —Comenzó a alejarse de la puerta dando fuertes pisadas para el oji-verde supiera que en verdad se alejaba.

 

Unos segundos después, Will abrió la puerta del cubículo de forma abrupta.

 

—¡No! ¡Espera!

 

Dándole la espalda aun, Jonna sonrió. Luego se giro. Will lucia terrible: los ojos rojos e hinchados, las mejillas sonrosadas y empapadas por las lágrimas, el cabello revuelto y la roma del uniforme arrugada con la playera fuera del pantalón.

 

Si, definitivamente ya había aprendido la lección.

 

—De… ¿De verdad me ayudaras? —cuestiono dudoso pero esperanzada.

 

El rubio se cruzo de brazos y lo observo suspicazmente.

 

—¿Valdrá la pena? —pregunto—. ¿No volverás a cometer la misma estupidez?

 

Will negó con la cabeza una y otra vez de forma rápida. Jonna no pudo evitar pensar que se quebraría el cuello si seguía así.

 

—¡No, no lo hare! ¡No lo hare! —Jonna observo una lagrima bajarle por la mejilla izquierda—. Fui un imbécil, me di cuenta hace mucho. Por favor, ayúdame. No quiero estar más tiempo alejado de Eithan… él es muy importante para mí. Lo quiero demasiado.

 

Jonna sonrió.

 

—Está bien, te ayudare.

 

Entonces presiono el botón de la aplicación de su celular, el cual ocultaba en entre sus brazos, para que dejara de grabar sonido.

 

 

 

Julian abrió los ojos y, al instante, reconocido el lugar en el que se encontraba. Ya había estado allí en demasiadas ocasiones para su desgracia.

 

—Oh, Julian —la señorita Nina dijo.

 

El de mirada somnolienta se incorporo en la camilla en la cual había estado recostado, y volteo la vista hacia la mujer de cabellos castaños recogidos en una coleta alta.

 

—¿Cuánto tiempo llevo dormido?

 

—Unos quince minutos.

 

El chico observo a su alrededor, todo estaba como él lo recordaba. Sin embargo, había algo que no encajaba en sus recuerdos… ¡Oh, cierto! se suponía que debía estar en la cafetería. ¿Cómo llego a la enfermería? No, era obvio como llego. La cuestión importante era: ¿Quién lo llevo allí?

 

Julian sintió un revoloteo en el corazón.

 

¡Maldito órgano!

 

Si no fuera vital para vivir, se lo arrancaría ahí mismo.

 

—Señorita Nina —llamo la atención de la mujer, ella volteo a verlo con una sonrisa en sus labios—. ¿Quién me trajo?

 

Ella desvió su azules irises y continuo con lo que estaba haciendo antes de que Julian despertara. Escribir informes.

 

—El profesor Evan —respondió luego de uno segundos.

 

Oh, vaya decepción.

 

Bueno, no es como si realmente haya esperado que Jonna hubiera sido quien lo llevo a la enfermería, pues el chico lo ignoraba olímpicamente. Aunque hubiera sido bastante lindo… ¡Lindos los calzones de William, Joder!

 

—¡Maldición! —susurro el de mirada somnolienta.

 

«Ese imbécil esta afectándome demasiado». Pensó.

 

Se sentía como un idiota al admitirlo, que él tuvo la culpa, pero de verdad extrañaba al tarado rubio oxigenado ese.

 

Necesitaba dejar de sentirse así. Quería hacerlo. Debía quitarse esa duda de la cabeza. Esa de si en verdad las intensiones de Jonna eran sinceras hacia su persono, o no.

 

Pero, ¿cómo acercarse si el idiota lo ignoraba?

 

Tal vez si hablaba con Eithan, con eso de que últimamente parecían tan unidos, ¡Malditos!, y pedirle ayuda, funcionaria. Bueno, cierto era que pedirle ayuda al oji-gris de media coleta no era la mejor idea del mundo, y mas con el estado de ánimo que se cargaba. Pero, hey, peor era nada.

 

Estaba decidido.

 

Obligaría a Eithan a ayudarlo.

 

PLEASE, HELP ME

 

Eithan no quería pensar, no quería darle vueltas a las palabras de Julian. No quería profundizar en ella y que después de tanto meditar, resultara que el chico de mirada somnolienta tenía razón. Y lo estaba haciendo perfectamente. Jonna ayudaba también. Esa semana había transcurrido y apenas había cruzado por su mente algo de lo que Julian había dicho.

¿Por qué las cosas no podían seguir así?

¿Por qué las palabras de Julian estaban golpeándolo tan fuerte en ese momento?

¿Por qué los recuerdos de sus acciones rondaban su mente y no lo dejaban tranquilo?

—Maldición —susurro, a la vez que se cubría el rostro con ambas manos.

Tenían una hora libre luego del receso, ya que todos los profesores se encontraban en una reunión. El motivo, Eithan no lo sabía, de todos modos ya se enteraría. Por el momento no le interesaba.

El oji-gris se encontraba en el jardín trasero de las instalaciones, sentado en la verde gramilla y con la espalda contra un gran e imponente roble. Cabía decir que era el único árbol, pues ene l lugar dominaban las mesas de concreto así como lugares donde sentarse alrededor de estas. Dominando también la vista y el lugar, habían varias bancas de madera y hierro. En ese momento, todo estaba despejado de otros jóvenes a excepción de él.

A Eithan le encantaba estar bajo ese árbol. Era relajante, tranquilo. de igual forma, a William también le fascinaba.

—¡Demonios! —grito en susurros.

Flexionó ambas piernas hasta que estas chocaron contra su pecho, entonces se abrazo a ellas y oculto su rostro entre el hueco de sus extremidades.

¿Por qué, Jonna, tenía que dejarlo solo en un momento como ese?

Luego de la «conversación» con William, y que tanto él como Jonna se marcharan de la cafetería, el rubio le había dicho que se adelantara, que compraría algo más porque tenía hambre, pero que luego volvería con él. Acordaron donde encontrarse y entonces se separaron.

—Maldita sea, Liam, ¿Por qué tenias que acercarte? ¿Por qué tenias que decir eso? —se mordió el labio inferior con fuerza.

Como si realmente pudiera cambiarlo tan fácil.

Ojalá y pudiera, así no estaría carcomiéndose la mente en ese momento.

Pero no, Liam era irremplazable.

Eithan sentía que había transcurrido una completa eternidad desde que había visto a Liam directamente a los ojos. Se había visto tan lindo, tan atractivo… y tan ansioso y un tanto desesperado.

Minutos antes de que se acercara, Jonna le había estado diciendo que Liam no le quitaba los ojos de encima, y que incluso estaba ignorando olímpicamente a la zorra de Alessa.

—Te lo juro, la estúpida está haciendo unas caras tan desagradables —le había dicho a la vez que lo abrazaba. Y Eithan no pudo hacer más que sonreír. La idiota se lo merecía.

Entonces Liam se había acercado y le había, prácticamente rogado para que fuera a su casa. Y ¡Maldición! Eithan quería aceptar. Pero Liam había sonado como si lo invitara porque no tenía mejores cosas que hacer y fuera a morirse del aburrimiento estando solo. Como si lo viera a él como algo para distraerse. Además, de que tenía el descaro de pensar que aceptaría como si nada, y sin disculparse con él.

¡Oh, demonios! Eso había puesto muy furioso al oji-gris, aunque no lo había demostrado.

Una mirada hacia Jonna y noto que pensaban lo mismo. Con la vista le interrogo si podía seguirle la corriente y este acepto. Y luego el imbécil de Liam había dicho lo que dijo y él había respondido y había visto la expresión en el rostro del Will al hacerlo.

Fue desgarrador, ¡Joder! En ese instante solo quería abrazarlo y decir que todo estaba bien, ¡Pero no lo estaba, demonios! Eithan también estaba muy herido y molesto.

Antes de ceder, mejor se marcho.

Y ahí estaba, pensando una y otra vez en las palabras de Julian y la expresión de Liam. En un sinfín de recuerdos. Pero de estos, había uno que destacaba notoriamente y que estaba volviendo lo a Eithan.

Era el recuerdo de esa vez en los sanitarios de chicos, esa vez en la que Jonna había besado a Liam. Esa vez en la que Eithan mismo había admitido que incluso el besara a Liam si le decía: «Te necesito», luciendo de esa forma.

¿Por qué esa vez no le pareció extraño?

¿Por qué ni siquiera le cruzo por la cabeza que tener esos pensamientos era muy raro?

Eithan quería darse contra el tronco del árbol. Antes podía pensar con libertad lo que quisiera acerca de Liam. Pero ahora, ahora con cualquier cosa sentía que estaba mal luego de esa charla con Julian.

El solo hecho de pensar que era lindo, atractivo, ahora estaba mal, mal, mal, mal.

MAL.

 

Jonna se sentía como un grandísimo tonto. Pero bueno, no era como si el sentimiento fuera nuevo para él. Estaba acostumbrado a sentirse como un tonto… a lo que iba, era que ahora se sentía más tonto de lo normal.

Pensando en despejar un poco su cabeza, camino con dirección a los sanitarios de chicos, una vez dentro, se planto frente al espejo, giro la llave del agua y ahuecando las manos, se remojo el rostro. Una dos, tres, hasta cinco veces.

Entonces se sumió en un mutismo en el que cual solo se observaba una vez más en el espejo.

Sin embargo, el silencio que reinaba se vio interrumpido por unos sollozos. Jonna, sorprendido y pensando cosas que nada que ver, se acerco al único cubículo que estaba cerrado.

Quien estaba sollozando, obviamente estaba haciendo un intento, inútil, por acallar su voz. Jonna se imagino a esta persona, chico obviamente, cubriendo sus labios con ambas manos, cerrando los ojos con fuerza mientras todo su cuerpo temblaba.

—Soy un idiota —susurro el chico al otro lado de la puerta, y gracias a ello, la imagen mental de Jonna obtuvo un rostro.

Al descubrir de quien se trataba, Jonna se sintió terrible. Se mantuvo en silencio escuchando los sollozos, hasta que decidió decir algo. Inhalo hondamente primero, luego hablo.

—Will —le llamo.

Silencio.

Los sollozos ya no se escuchaban.

—Will, soy Jonna.

Nada.

No es que el rubio de ojos caramelo haya realmente esperado que Will le respondiera, le abriera la puerta y le contara que sucedía, algo que ya suponía obviamente. Jonna admitía que le divirtió ver la expresión del oji-verde cuando Eithan lo mando a comer espárragos. Se lo merecía por idiota. Pero sinceramente no espero la reacción que estaba teniendo.

Que se enojara, que rompiera cosas, que gritara, que lo ignorara. Que el orgullo impidiera volver a hablarle a Eithan.

Pero no. Ahí estaba llorando solo.

A Jonna le dolió saber que provoco eso, en parte. Will era un buen chico. Un tonto idiota, bastante últimamente con respecto a Alessa. Pero allí, en ese instante, el rubio creía que ya había tenido suficiente, que ya había tenido un buen escarmiento. Que ya había aprendido la lección.

¿Por qué no darle una mano?

—Oye, Will. Sé que soy la última persona a la que quieres ver en este mom…

—¡Déjame tranquilo, maldito roba amigos!

Jonna puso los ojos en blanco y luego se masajeo el puente de la nariz.

No, no había esperado que le abriera y lo abrazara y hablara con él, pero mínimo lo hubiera dejado terminad de hablar. Porque le venía escucharlo, vaya que lo hacía.

—Solo abre la puerta, Will. Porque te conviene, joder —nada, silencio. Ninguna respuesta. El rubio decidió que usaría la psicología inversa—. Bueno, y yo que pensaba ayudarte a reconciliarte con Eith. Supongo que ya no quieres hablarle después de lo hoy, así que mejor me voy —Comenzó a alejarse de la puerta dando fuertes pisadas para el oji-verde supiera que en verdad se alejaba.

Unos segundos después, Will abrió la puerta del cubículo de forma abrupta.

—¡No! ¡Espera!

Dándole la espalda aun, Jonna sonrió. Luego se giro. Will lucia terrible: los ojos rojos e hinchados, las mejillas sonrosadas y empapadas por las lágrimas, el cabello revuelto y la roma del uniforme arrugada con la playera fuera del pantalón.

Si, definitivamente ya había aprendido la lección.

—De… ¿De verdad me ayudaras? —cuestiono dudoso pero esperanzada.

El rubio se cruzo de brazos y lo observo suspicazmente.

—¿Valdrá la pena? —pregunto—. ¿No volverás a cometer la misma estupidez?

Will negó con la cabeza una y otra vez de forma rápida. Jonna no pudo evitar pensar que se quebraría el cuello si seguía así.

—¡No, no lo hare! ¡No lo hare! —Jonna observo una lagrima bajarle por la mejilla izquierda—. Fui un imbécil, me di cuenta hace mucho. Por favor, ayúdame. No quiero estar más tiempo alejado de Eithan… él es muy importante para mí. Lo quiero demasiado.

Jonna sonrió.

—Está bien, te ayudare.

Entonces presiono el botón de la aplicación de su celular, el cual ocultaba en entre sus brazos, para que dejara de grabar sonido.

 

Julian abrió los ojos y, al instante, reconocido el lugar en el que se encontraba. Ya había estado allí en demasiadas ocasiones para su desgracia.

—Oh, Julian —la señorita Nina dijo.

El de mirada somnolienta se incorporo en la camilla en la cual había estado recostado, y volteo la vista hacia la mujer de cabellos castaños recogidos en una coleta alta.

—¿Cuánto tiempo llevo dormido?

—Unos quince minutos.

El chico observo a su alrededor, todo estaba como él lo recordaba. Sin embargo, había algo que no encajaba en sus recuerdos… ¡Oh, cierto! se suponía que debía estar en la cafetería. ¿Cómo llego a la enfermería? No, era obvio como llego. La cuestión importante era: ¿Quién lo llevo allí?

Julian sintió un revoloteo en el corazón.

¡Maldito órgano!

Si no fuera vital para vivir, se lo arrancaría ahí mismo.

—Señorita Nina —llamo la atención de la mujer, ella volteo a verlo con una sonrisa en sus labios—. ¿Quién me trajo?

Ella desvió su azules irises y continuo con lo que estaba haciendo antes de que Julian despertara. Escribir informes.

—El profesor Evan —respondió luego de uno segundos.

Oh, vaya decepción.

Bueno, no es como si realmente haya esperado que Jonna hubiera sido quien lo llevo a la enfermería, pues el chico lo ignoraba olímpicamente. Aunque hubiera sido bastante lindo… ¡Lindos los calzones de William, Joder!

—¡Maldición! —susurro el de mirada somnolienta.

«Ese imbécil esta afectándome demasiado». Pensó.

Se sentía como un idiota al admitirlo, que él tuvo la culpa, pero de verdad extrañaba al tarado rubio oxigenado ese.

Necesitaba dejar de sentirse así. Quería hacerlo. Debía quitarse esa duda de la cabeza. Esa de si en verdad las intensiones de Jonna eran sinceras hacia su persono, o no.

Pero, ¿cómo acercarse si el idiota lo ignoraba?

Tal vez si hablaba con Eithan, con eso de que últimamente parecían tan unidos, ¡Malditos!, y pedirle ayuda, funcionaria. Bueno, cierto era que pedirle ayuda al oji-gris de media coleta no era la mejor idea del mundo, y mas con el estado de ánimo que se cargaba. Pero, hey, peor era nada.

Estaba decidido.

Obligaría a Eithan a ayudarlo.

 

Notas finales:

Eso fue todo por ahora.


Fjsldfkjañiesjñes


Quería hacer más a Liam pero… aaaaaahhhhh estoy de buen humor así que. asldfjasldfjañsldkfjañsldkf


Si les gusto el capitulo pueden hacérmelo saber por medio de un comentario, es muy importante para mí el saber que opinan, pues los review son una fuente de inspiración hermosa.


Hasta luego.


Sayo. 


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