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JUST FRIENDS por LunaMarcel

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Notas del capitulo:

Holaaaaaa. 


Yey, otra vez aquí con una nueva actualización. Uf, esta vez no tarde tanto, ¿verdad? Al menos yo sentí que no fue así. Perdón y piensan que sí.


Bueno…


Muchas gracias a todos, bellos lectores por continuar leyéndole, y sobre todo infinitos besos y abrazos de oso a esas personitas hermosas que me dejaron su precioso y motivador comentario. 


Pido disculpas por los posible horrores ortográficos.


Sin más, esperando que el cap le guste, a leer.

 

JUST FRIENDS

—Capítulo 19—

So perfect

 

 

Cristal no era de esas chicas que se ponían como locas cuando veían a un chico lindo. No, que horror. Daba pena ajena ver como actuaban tan ofrecidas, resbalosas y molestas. Incluso detestaba a esas que se ponían todas tímidas, la chica sospechaba que actuaban. ¿No podían actuar normal? ¿Se les morían las neuronas o que?

Sin embargo, y a pesar de ello, cuando sus ojos color chocolate observaron al jodido chico más apuesto que había visto alguna ves, sintió las mejillas arderle.

Ella estaba por ingresar en las instalaciones y el chico peli-negro corría hacia la misma dirección. Él portaba el uniforme y Cris sintió un revoloteo al pensar que debía de acabarse de transferir porque de ningún modo lo había visto antes, estaba segura que lo recordaría. Él, al verla, le sonrió y acelero la carrera y la castaña sintió su corazón golpear contra su garganta. Inconscientemente, paso un mechón de su cabello castaño detrás de su oreja. No es que ella fuera a coquetearle, pues ni se había dado cuenta de lo que había hecho pero, por alguna razón, ella no quería que él creyera que tenía un rostro poco atractivo. Suficiente tenia con su carencia de pechos.

En cuestión de segundos él llego. Siendo sincera, pensó que tal vez no le había sonreído a ella, si no a alguien más que se encontraba en su misma dirección. Pero él había llegado y se detuvo justo delante de su persona. ¡Joder, era tan guapo!

El chico separo los labios y hablo:

—Cris, ¿has visto a Liam? Cuando salí de casa él estaba allí, esperándome; lo que me alegró mucho, pero entonces salió corriendo sin decirme nada y no se detuvo a pesar de todo lo que le grite que lo hiciera. Me dejo atrás, ¿puedes creerlo? ¡Jamás lo había visto correr tan rápido! —El chico continuó hablando y diciendo varias cosas referente a lo indignado que se encontraba por lo que su amigo había hecho.

Sin embargo, Cristal dejo de escucharlo cinco palabras después de que comenzó a hablar.

¿Esa era la voz de Eithan?

¿¡Esa era la jodida voz de Eithan!?

La castaña necesitaba estar completamente segura. Así, sus ojos examinaron al sexy chico frente a ella, el cual continuaba parloteando: Cabello negro y cortado de una forma que lo hacia ver incluso más sexy, ojos de un hermoso gris plata, rostro endiabladamente atractivo, cuerpo esbelto. La chica incluso se atrevió a tocarle los músculos del brazo, pues antes ya los había tocado y estaba segura de reconocer si era el brazo de Eith, aun si estaban en una habitación carente de luminosidad. Y, Joder… ¡Era Eithan!

¡Por la madre que la parió!

Cris se dio tremenda paliza mental. ¿¡Como no pudo reconocerlo desde el principio!? ¿¡De verdad podía ocurrir tan tremendo cambio cuando un chico con el cabello largo se lo cortaba, y peinaba de esa forma tan sexy al punto de no reconocerlo!? Cristal quería llorar. La vida era injusta. Eithan ya era suficientemente guapo, ¿¡Porque carajos tenía que serlo aún más!? ¿¡Porque no mejor le crecían un poco los pechos a ella!?

Desanimada, se giro con dirección al edificio sin responder a los llamados de su amigo; ingreso dejándolo doblemente indignado.

No solo Liam, sino que resultaba que incluso Cris lo dejaba vendido. ¿¡Que rayos ocurría con ellos ese día!?

Como sea…

Luego pensaría en que le pasaba a Cristal, por el momento quien más le importaba era Liam. Las chicas podían ser un tanto extrañas a veces, pero Liam no era de hacer ese tipo de cosas. ¿Y si le ocurría algo malo? El oji-verde sabía de sobra que podía decirle lo que fuera… ¿Significaba su actitud que lo que le ocurría era tan grave que incluso no podía decirle nada a él?

El semblante de Eithan cambio de color ante ese pensamiento. ¡Ahora en serio necesitaba encontrarlo y saber que pasaba con su amigo!

Reviso la hora en su celular y noto que aun quedaba tiempo; contemplo el aparato durante algunos segundos más y no pudo evitar recordar como le había destrozada el suyo a Liam. El cual, por cierto, tuvo que reponer con sus ahorros; el chico casi lloro pues su amigo no aceptaría uno que no fuera igual al que le había roto… y no era precisamente barato. Eithan sacudió la cabeza y guardo su celular, no era momento de recordar, tenía que encontrar al dueño de los ojos más bonitos que podía llegar a ver alguna vez.

Se dispuso a recorrer los pasillos y lugar que se le ocurriera, hasta que se abofeteo mentalmente por no haber buscado en la azotea desde un principio, pues Liam solía y allí siempre que algo le ocurrió, si estaba en el Instituto, claro, y quería un momento a solas antes de buscarlo a él, Eithan, para contarle lo que fuera que le ocurriera y luego abrazarse cual Koala a su cuerpo. Algo que al oji-gris, de hecho, le encantaba que hiciera.
Giro sobre sus pies, pues se encontraba en dirección contraria del pasillo que llevaba a dicho lugar, y se dispuso a ir. Sin embargo, la campana que indicaba el inicio de la primera hora sonó en ese momento. Lo cual en realidad le valió un reverendo pepino; él iría con Liam y punto. Lamentablemente no llego a su destino pues se topo con un profesor mientras iba por los desiertos pasillos. El atractivo hombre de ojos azules le dijo que fuera a su salón, pues ya no era hora de estar recorriendo los pasillos. Eith quiso ignorar las palabras del Profesor Evan, pero no le quedo más opción que obedecer.

¡Maldita sea!

Por un momento tuvo la pequeña esperanza de que quizá estuviera en su salón de clases, pero esta murió inmediatamente al llegar a dicho lugar. Liam no estaba. Y no supo de él durante ninguno de los periodos antes del receso. Lo cual lo tenía muy preocupado; incluso a Cristal, quien ya no se sentía tan tonta. Y de igual forma el rubio amigo de los chicos, Jonna, quien para su vergüenza, se había sonrojado un poco, se ilumino con un semáforo cambiando a rojo, cuando observo al chico oji-gris cruzar por el marco de la puerta.

A decir verdad, todos los compañeros del de ojos verde esmeralda estaba extrañados. Liam no era de faltar, y si lo hacia, enviaba algún justificante ya sea con Juli, con alguno de sus padres o regularmente con Eithan, o de paso ni el oji-gris se presentaba por quedarse junto a su amigo. Pues normalmente era por enfermedad si el casi rubio no llegaba a clases.

Pero viendo que Eithan se encontraba allí, muriéndose de la preocupación, no sabían que pensar.

Bueno, quizá algunos de sus compañeros pensaban esto. A otros simplemente no podía importarles menos. Las chicas por otro lado, estaban que se derretían, suspirando y no dejando de ver en dirección de Eithan. Una chica incluso se había casi desmayado cuando lo vio ingresar, sus amigas tuvieron que darle aire con las manos.

Podían ser unas exageradas pero, muy a su pesar, Cris las comprendía.

Cuando la campaña que indicaba el receso sonó, Eithan salió cual rayo del salón con dirección a la azotea. Grande fue su sorpresa y decepción al salir y no encontrar por ningún lado a su amigo.

¿Quizá se fue a su casa?

¿Y si estaba en otro lugar de las instalaciones?

¡La enfermería!

No sintió los minutos que tardo en llegar y mucho menos se detuvo a escuchar los llamados de atención de un par de profesores por correr en los pasillos. Pero largo fue su suspiro al ingresar y encontrar a Liam en una de las camillas, dormido. Avanzo hacia la camilla dispuesto a despertarlo y pedirle una explicación, pero la voz de la señorita Nina lo detuvo.

—No quiso decirme que tiene —dijo la esbelta mujer provocando que el oji-gris diera un brinco, pues no la había visto—, pero lucía muy afectado. Yo que tu no lo despertaba… dejarlo descansar.

—Ya… ya veo —Eith balbuceo.

Demonios. Él quiera hablar, que le contara que ocurría. Escuchar su voz, ver esos hermosos ojos verde esmeralda que tanto le gustaban. Le dolió horrible notar el rastro de lágrimas en sus mejillas, y se sintió sumamente impotente al no poder haber hecho nada para impedir que estas se derramaran.

—¿Que sucedió, Liam? —Susurro bajito al momento en el que acariciaba sumamente la sonrosada mejilla de su mejor amigo. Sin despegar la vista de su durmiente rostro, dijo—: ¿Puedo quedarme con él hasta que despierte?

—Claro que sí —la mujer sonrió—. Yo iré a dejar estos justificantes a los profesor es con los que tenían y tienen clase —le mostro los papelitos que tenia en las manos—. Ya sabes, para que no lo amonesten. De paso les informo que te ausentaras después del receso.

—Gracias.

—Está bien —sonrió una vez más y luego se marchó.

Eithan tomo asiento en el borde de la camilla, su mano aun acariciando el rostro de Liam, a quien parecía gustarle pues suspiraba quedito. O quizá estaba teniendo un bonito sueño. A Eithan le gusto creer que era por su caricia. Él lo contemplo por largos segundos; sus pestañas se veían tan largas con los párpados cerrados, sus labios eran bellos y casi perfectos, su pequeña nariz era tan bonita así respingada como era.

En si, Liam era muy lindo.

El oji-gris no resistió el impulso de pasar su dedo pulgar por los labios de su amigo y acariciarlos. Eran suaves...

Incluso con los recuerdos de la conversación con Julian aún en su cabeza, Eithan no podía evitarlo. ¡Joder, de verdad no podía evitarlo! Ya no había querido pensar tanto en ello y no lo había hecho. Tener un contacto tan intimo con Liam siempre había sido muy normal para él. De una u otra forma lo buscaba, lo necesitaba. Necesitaba tocarlo, tenerlo muy cerca.

¿Realmente era eso tan raro?

¿Por qué tenia que serlo?

Eithan se había dicho a si mismo que siempre y cuando sus pensamientos siempre fueran de amistad, todo estaría bien. Si esa línea no se cruzaba las cosas irían de maravilla. Y él en verdad creía que hasta ese momento todo iba bien. Juli había dicho que el contacto que mantenían no era normal, pero para Eithan lo era; ellos siempre habían sido así, así que estaba bien, era normal en ambos. De verdad lo era…

Sin embargo, algo que Eithan sí entendía que estaba mal, era el querer besarlo. Pero no podía evitarlo… lo pensaba, lo quería, lo deseaba. Y cuando así era, solo trataba de no pensar más en ello y así no carcomerse el cerebro. Si dejaba de hacerlo estaba bien.

Si no cruzaba la línea, continuaría siendo normal.

Eso era lo que Eithan querría, seguir siendo normal.

Así era, ¿verdad?

¿V-Verdad?

Y sin embargo, allí estaba él, inclinándose sobre el rostro de su mejor amigo. Sintiendo chocar la respiración del oji-verde contra la suya, cerrando los ojos y uniendo sus labios de una forma tal dulce e inocente, que simplemente no podía haber nada mal en un acto tan puro.

El contacto entre sus labios no duro demasiado, fue casi efímero; tan corto que bien pudo no haber sucedido pero, sin embargo, sucedió. Sucedió y el rico cosquilleo que azoto sus labios junto al escalofrío que recorrió su espina dorsal provocando que suspirara, era la prueba de ello. Cuando el contacto finalizó, Eithan tuvo que retirar la mano que acariciaba el rostro de Liam, llevarla a su pecho y sostener la tela de su camisa con ambas manos, para así poder tratar de tranquilizar los desenfrenados latidos de su corazón. Lo sentía latir en su garganta, resonar en sus oídos, azotar con fuerza su caja torácica. ¡Joder, las manos le temblaban mientras estrujaba la tela bajo estas!

Había besado a otro chico.

Había besado a su mejor amigo.

¡Eso estaba mal, muy mal! ¡Su padre lo decía! ¡La sociedad lo aseguraba!

Y aun así, su corazón le gritaba que no. Festejaba con felicidad y se regocijaba. Le decía que todo estaba bien, que lo que había hecho no tenía nada de malo. Que era correcto, el acto más puro y más perfecto. Estaba bien… estaba bien.

Pero Eithan sólo quería llorar, pues sus sentimientos en ese momento eran tan abrumadores que sentía que el aire le faltaba, lo asfixiaban. Debía correr y ocultarse, salir de allí. ¿¡Como podría ver a Liam a la cara luego de lo que había hecho!?

¡Tenía que marcharse rápido!

Pero no lo hizo. No lo hizo porque no quería. ¡No quería separarse de su lado, joder! ¡Quería volver a besarlo! La sensación había sido abrumadora, pero hermosa y tan perfecta. Quería abrazarlo con fuerza contra su pecho, incluso si el mundo entero decía que no era correcto.

¿Por qué tenía que estar mal?

¿Por qué dos chicos no podían amarse?

¿Realmente no podían?

¿¡Entonces que era lo que sentía por Liam, si no era amor!?

No sabia que hacer. Estaba desesperado. ¡Podía alguien, por favor, ayudarlo! ¡Quien sea! Sentía como si un agujero negro se estuviera formando bajo sus pies, el cual poco a poco estaba tragándoselo y llevándolo a un lugar de oscuridad y desolación infinita. Eithan no quería ser tragado, pero no sabia como salir solo de allí solo. Todo estaba mal.
¡Todo estaba muy mal!

—Eithan —fue tan solo un murmullo casi imperceptible, y aun así el oji-gris lo escucho perfectamente—. Eithan —Liam suspiro.

Y así, con tan solo su nombre dicho por esos labios, ese agujero negro bajo sus pues desapareció. La turbación en su interior se esfumo y de repente todo estaba bien.

Todo estaba muy bien.

Eithan sonrió y mando las sensaciones y pensamientos negativos al carajo. Se acostó en la camilla junto a Liam y lo estrujó fuertemente entre sus brazos. El de ojos verdes, aun en el mundo onírico, se abrazo a su cuerpo al sentir el calor de su amigo tan cerca y así mismo frotando su nariz respingada contra su pecho e inhalando el delicioso aroma que desprendía Eithan y tan bien conocía. El oji-gris lo vio sonreír y luego suspirar.

En ese momento, Eithan pensó que el mundo podía joderse con lo que según la sociedad decía estaba bien y estaba mal. Pues su interior gritaba que lo que sentía por su mejor amigo, no podía ser más correcto.

 

Notas finales:

Yyyyyyyyy eso fue todo.


¿Qué tal?


¿Qué les pareció?


¿Les gusto?


Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh 


Ay tantas cosas que quisiera decir respecto a este capítulo, pero no quiero aburrirlos así que solo diré que me dieron tantas ganas de llorar mientras estaba escribiendo. Les juró que no sólo a Eithan le temblaban las manos. 


Jsndkdndkwnxksnfie


Yo espero y el capitulo les haya gustado, yo ame mucho escribirlo, pueden hacerme saber por medio de un lindo review, si así fue, y si no, de igual forma pueden dejarme un comentario. Yo acepto de todo tipo. Solo que si quieren insultarme no lo hagan mucho porque mi negro Shinzou es muy frágil aunque las personas me cuestionan con sorpresa si en verdad tengo uno. 


Sí, claro que lo tengo.


Muchas gracias por leerme. Besos y abrazos de oso.


Cuídense.


¡Hasta la próxima!


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