A partir de ese día, no solo el cuerpo y mentalidad de Naruto cambiaron, sino que, de igual modo su alrededor.
Su inseparable amiga, Sakura, resultó ser una poderosa Alfa. Era de esperarse, debo admitir que ni yo misma me podía imaginar a esa niña desaliñada con puños de acero como una tierna omega, eso ni soñando.
Y a pesar de pertenecer a una distinta clase social, eso no fue impedimento para que su amistad siguiera en pie. Puesto que, ahora inconscientemente la joven Sakura se había planteado el hecho de proteger con uñas y dientes a su rubio amigo.
Aunque debemos aceptar que su condición de Omega no le impedía volver a darle una paliza a Alex Schmeikl u otro tipo de la misma calaña.
Ahora ya con trece años iba de un lado a otro con su padre, el cual rebasaba los limites de sobreprotección. En estos momentos, Naruto juega pataleando con los pies de adelante hacia atrás. Mientras Zabuza pinta un poste de color rojo.
Algo que debes saber es que en sí Zabuza es un ilustre carpintero, pero en estos tiempos no puedes depender de un solo trabajo.
A menos que seas capaz de aguantar semanas sin comer.
Y por supuesto, que no tengas más bocas que alimentar.
Los oficios que Zabuza era capaz de hacer eran variados, podía hacerla de pintor, de carpintero y de cualquier otra cosa que le garantice llevar pan a casa.
Haku tampoco se quedaba atrás, después de todo prefería contribuir a la economía de su casa que a solo limitarse a cocinar y estar encerrado en casa.
A pesar de que esto no le agradaba a su Alfa.
El Omega solía ayudar en el negocio de los Steiner a cambio de algunas monedas. O hacer el aseo de algunas casas, cualquier cosa era buena en esos tiempos.
Con el poco dinero que ambos llevaban a casa más sumándole la pequeña ganancia que recibían por ser parte del partido les alcanzaba para lo básico.
La comida que se servía a diario en la mesa consistía en sopa de guisantes, pan, patatas y a veces trocitos de carne… Te lo comías, no pedías más y no protestabas.
A pesar de eso, Naruto era feliz en Himmelstrasse en compañía de su mejor amiga, que más tarde se convertiría en su primer amor.
Lástima que no fuera correspondido.
Lástima que Sakura Steiner no tuvo la oportunidad de robar el primer beso de su amigo.
Y luego estaba el incidente de “La niña puños de acero”.
Algo que no mencioné en el transcurso de los años anteriores fue que, Sakura se obsesionó con el deporte del Box. Sí algo bastante extraño pues no era muy popular en su ciudad.
En fin, a pesar de tener unos brazos delgados y unas piernas de palillo, eso no le impedía aspirar a ser una gran campeona. Y los niños siempre sueñan en grande.
Un buen día mientras acompañaba a Naruto de regreso de la escuela, se acercaron a una pequeña calle en donde casi no había gente.
Al final de la calle se podía ver a un grupo de adolescentes, los cuales no desaprovecharían la oportunidad de burlarse de dos niños pequeños.
-Mejor demos la vuelta. –Aconsejó un nervioso Naruto.
Y así lo harían de no ser porque alguien de forma burlona gritó. –¡Hey pelo de chicle! –
Sakura no dudó en ir hacia ellos, lista para insultarles o por lo menos dar la cara.
-¿Qué pasa niñita? ¿Quieres pelear? –
Sakura apretó los puños pensando locamente en darle un buen puñetazo, de pronto dejó de ser un callejón, ahora era un estadio repleto de personas que gritaban su nombre. Estaba sobre un ring, Naruto se había transformado en un réferi…
Pero la niña era lista y logró salir de su ensoñación.
Muchos niños de su escuela llegaron a curiosear pensando en que el agresivo Naruto se encargaría pero no fue así.
-No vuelvas a molestarme…- dijo con autoridad y mirando como depredador al chico larguirucho.
Con fuerza impactó su puño a su costado, creyendo que era la pared. Se trataba de una placa de aluminio en donde estaba el símbolo nazi con las palabras Heil Hitler. El metal se comprimió sorprendiendo a todos ahí, sangre comenzó a escurrir.
-Está loca. –Murmuró marchándose.
Había perdido pequeños trozos de carne en los nudillos, le provocaba dolor y un constante ardor, pero estaba orgullosa de su propia fuerza.
Desde ese día entrenó su fuerza como una verdadera desquiciada, pero había logrado levantar a un avergonzado Omega rubio con un solo brazo. Y eso era sorprendente.
Aunque creo que cualquiera hubiera logrado levantar a ese paliducho niño delgado.
Volviendo al presente.
La llegada del primer celo el cual definía a que clase social perteneces era sinónimo de Juventudes Hitlerianas. Las Juventudes Hitlerianas eran sinónimo de un pequeño uniforme marrón. Al ser omega, a Naruto lo apuntaron a lo que llamaban BDO.
EXPLICACION DE LAS SIGLAS
Bund Deutscher Omega
Liga de Omegas Alemanes
Lo primero que hacían allí era asegurarse de que dominaran el heil Hitler a la perfección. Luego se les enseñaba a desfilar erguidos, aplicar vendajes y zurcir. También los llevaban de excursión y hacían otro tipo de actividades. Los miércoles y los sábados eran los días que se reunían, de tres a cinco de la tarde.
Esos dos días, Haku lo acompañaba a pie y volvía a recogerlo dos horas después. Nunca hablaban mucho de la asociación. Se limitaban a cogerse de la mano y escuchar sus pisadas mientras el mayor le sonreía.
Era un día lluvioso, Naruto caminaba junto a Sakura, varios niños de su edad o un poco mayores iban al mismo sitio.
El uniforme.
Portado con gran orgullo.
Las chicas Alfa, llevaban el cabello atado en una cola alta, una camisa marrón con un pantalón corto negro, unas largas botas negras que se unían a la tela por debajo de la rodilla. El de los chicos era prácticamente igual, a excepción de que ellos llevaban una corbata negra.
Las dulces omegas llevaban su cabellera dividida en dos trenzas bastante monas. Una camisa blanca de mangas largas, una corbata negra y una falda del mismo color conformaba su atuendo. Unos zapatos de agujeta negros con calcetas cortas y blancas adornaban sus pies.
Y por ultimo los omegas. Estos llevaban una camisa marrón al igual que los Alfa. Un pantalón corto a la rodilla de color negro, y por ultimo zapatos negros de agujeta, ellos usaban unas calcetas blancas largas.
Y luego estaban los alumnos mayores, o los que ya habían alcanzado un mayor rango, el suficiente como para poner a marchar a todos los demás. Su uniforme era totalmente de negro.
Al llegar todos se formaron parados expectantes a un hombre el cual hablaría desde un pequeño podio.
-¡Heil Hitler! –gritó a todo pulmón.
El lugar se llenó de gritos infantiles entonando un Heil Hitler colocaban el brazo en un ángulo perfecto de 40º sobre la horizontal.
Naruto gritó bajito, sin la misma euforia que Sakura o los demás. Su brazo fue estirado por inercia. Estaba mecánicamente programado.
Sus ojos de cielo miraban a todos lados, no estaba poniendo atención al discurso el cual le repetían cada día. Su vista curiosa paró en un chico muy alto.
Su cabello.
Su piel.
Le llamaron la atención, llevaba un extraño estilo, nunca lo había visto antes. Y era tan negro como esos pozos que tenía por ojos. Y su piel era tan pálida, que juraba que estaba totalmente blanco. Como la nieve.
Podía notar que estaba con la mirada ausente y con el brazo estirado hacia arriba. Su postura era admirable. Digna de un soldado. Pero no era más que un simple muñeco de porcelana. Eso pensó Naruto.
De igual forma estaba programado como él.
El discurso había terminado pero Naruto seguía perdido observando al muchacho.
-Baja el brazo.- Le susurró Sakura. El lo hizo rápidamente, apenado.
Llamó su atención un pequeño Omega que quedó rígido con la postura de saludo. Cayó en cuenta de que lo estaba observando, le devolvió la mirada. Parece que esta misma lo hizo despertar.
Y a pesar de la vergüenza que pudo haber sentido, le sostuvo la mirada a la del chico de “porcelana”.
-No lo mires a los ojos, dummkopf. –La molesta voz que había dejado de escuchar durante años lo obligó a separar sus ojos. Si, era Alex Schmeikl.
Estaba tan perdido que ni se dio cuenta de que Alex estaba a su izquierda. Lo miró de mala gana. Resultó ser un Alfa, lo supo por su uniforme.
Alex aprovecharía para molestar al ahora Omega Naruto, de no ser porque vio a su protectora amiga, una Alfa, también conocida como la niña puño de acero.
Sakura miró por un momento al Alfa que había captado la atención de su amigo rubio, sintió ¿rabia? O ¿preocupación? Aún no lo sabía.
Yo si lo é.
Alex y Sakura, celosos del chico de porcelana.
-Vamos Sasuke. –Un compañero albino le llamó discretamente. El mencionado comenzó a caminar rumbo a los campos de entrenamiento Alfa.
Sasuke.
Ese nombre se guardó a la perfección en la cabeza rubia de Naruto.
CONTINUARA