Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un único deseo por Amelia_Badguy

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Para todos los que realmente conocieran a Goku tenían una cosa bastante clara, siendo que aquello era que habían pocas personas a las cuales el saiyajin de verdad amara, pues si bien siempre daría su vida para enfrentarse a enemigos fuertes, la realidad era que eso únicamente lo hacía porque le gustaba pelear y enfrentarse a enemigos poderosos.

Aquellas personas que el saiyajin amaba se podrían resumir en casi cinco personas en realidad, según la vista del que había sido su maestro durante la infancia del hombre, incluso diría que menos personas si lo meditaba fríamente como en aquel momento lo hacía.

Una de aquellas personas era el propio abuelo de aquel saiyajin, que lo había encontrado en medio de la montaña y lo había criado como si fuera su hijo. Son Gohan había vuelto a ese hombre la persona de buen corazón que era, pero también lo había convertido, sin quererlo, en una persona bastante desapegada a las demás.

Goku muchas veces no podía comprender las emociones de los demás, cuando era pequeño en demasiadas ocasiones había tenido que explicarle alguna situación para que comprendiera que era lo que ocurría a su alrededor, todo eso debido a que se había criado solo en medio de la montaña, sin nadie que le explicara las emociones.

Con lo único que había crecido era con valores, con aquellos que le decían que debía ser honesto, generoso y siempre cumplir sus promesas.

La otra persona que Muten Roshi sabía perfectamente que Goku amaba, era a Krillin. Aquella relación se había dado realmente con el tiempo. El hecho de estudiar y entrenar juntos habían hecho que aquel saiyajin terminara por estimar a Krillin como si fuera su propio hermano, su sangre en realidad, siendo que eso era realmente apreciable a la transformación que sufrió cuando Frezzer había matado al que era su mejor amigo frente a sus ojos.

Goku no habría hecho eso ni por Bulma —que aunque la consideraba una amiga la mujer de cabellos celestes era demasiado opuesta a él como para crear un lazo mayor—, ni por su propia esposa o por su propio hijo, aunque sonara bastante horrible de decir, no era nada más que la verdad que podía apreciar.

Aquel guerrero había terminado comprometido y casado con Chi-Chi simplemente por una promesa, una promesa que hizo sin siquiera saber a lo que se atenía, pero como era un hombre de palabra había cumplido sin más, como le había enseñado Son Gohan.

Siempre había puesto en duda lo que Goku sentía hacía mujer, siempre se había dado cuenta que realmente no la amaba, que era simplemente un compromiso, uno que había roto para sorpresa de todos.

Por aquello sabía que Goku tenía estima por su hijo, más no lo amaba como un padre de verdad debería, después de todo él sabía perfectamente que era Gohan quien buscaba la atención de su padre, sabiendo que algún día ese pequeño niño terminara desilusionado a causa de no poder despertar realmente un sentimiento mayor en su padre, pero aquello no era culpa de ninguno de los dos... era simplemente la situación que se vivía.

Goku y Gohan eran diferentes entre sí, el niño quería ser un investigador cuando fuera adulto, Goku quería seguir siendo un luchador, encontrar enemigos fuertes y pelear, el niño nunca encajaría en el mundo de ese hombre, pues en ese mundo solamente encajaban las personas que Goku amaba, que eran Krillin y él mismo, su maestro Roshi, que fue quién lo educó lo mejor que pudo y buscó darle las habilidades que aún le quedaban.

Por eso durante la fiesta de Bulma se había sorprendido de sobremanera cuando el muchacho había llegado junto con aquel saiyajin que había querido destruir la Tierra en busca de las esferas del dragón.

Durante toda aquella velada había quedado sorprendido observando aquella escena, sin embargo, lo que mayor sorpresa le dio fue casi al final, cuando Vegeta había cargado en su espalda a un borracho Goku, sin parar de maldecir, pero parecía que su discípulo por primera vez se sentía a gusto con otra persona más.

La verdad era que podría haberse imaginado aquello, es decir, Goku y Vegeta eran de la misma raza y eran bastantes similares entre sí, uno era el oponente perfecto para el otro, ambos lucharían y entrenarían sin importar qué y se veía que podían vivir en armonía.

Él no era quién para cuestionar la relación que podría ocurrir, sólo le agradaba que sus queridos discípulos por fin estuvieran haciendo una vida como la que de verdad deseaban.

— Maestro, saldré a una cita con Lázuli — La voz de Krillin lo sacó de sus pensamientos, recordando que el chico le había contado que había conocido a una chica cuando había ido a la ciudad a comprar víveres, además de unirse al cuerpo de la policía, eran épocas de paz y alguien como Krillin necesitaba estar en movimiento, al igual que Goku, no podía estar simplemente tranquilo en un lugar sin hacer nada.

— Dile a esa chica guapa que puede venir cuando quiera — Se rió para sus adentros al sentir el grito de Krillin de que no llevaría a la chica a la casa, haciendo que él simplemente siguiera viendo su revista, pensando que sus discípulos si iban a estar bien.

— Oye Vegeta — El gruñido que le dio el hombre fue lo que le dijo que podía seguir hablando y que estaba atento a lo que le decía, aunque parecía más concentrado en ver que ropa dejar para él, aunque al alfa no le importaba en lo más mínimo que ropa le fuera a dejar de toda aquella que les había dado Bulma para que pudieran seguir viviendo ahí en la montaña como en ese momento.

Debía decir que le agradaba vivir con Vegeta así, se sentía cómodo, no se sentía como un extraño donde constantemente lo fueran a regañar por su comportamiento o por solamente querer entrenar o algo así.

— ¿Qué significa realmente ser un omega? — Le preguntó curioso, porque lo estaba, siendo que pudo ver como Vegeta gruñía ante su pregunta, pero parecía suspirar profundamente, quizás finalmente obtendría las respuestas que quería.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).