Las palabras del alfa aun se repetían en su mente, siendo que no podía evitar que los colores subieran a sus mejillas. ¿Por qué ese imbécil venía a preguntarle esas cosas después de meses?, no tenía ni la más remota idea de por qué ahora estaba tan interesado en la condición de un omega, pero simplemente bufo, terminando de ver que ropa deseaba para él, evitando romperle la cara a ese idiota alfa.
— No es algo que te tenga que importar, Kakarotto — Le cortó simplemente por respuesta aquello, siendo que se levantó a guardar la ropa en la ropa en la parte del pequeño armario que tenía para él. No había podido evitar eso, tener sus propias cosas ordenadas, pues incluso cuando había sido un pirata espacial, siempre guardaba sus cosas de esa forma.
— Vamos Vegeta, si me dices que es un omega en realidad, te diré como puedes transformarte en súper saiyajin — Sabía que el otro saiyajin había querido aquello desde un principio. Saber cómo él lo había logrado, esa transformación que ningún otro saiyajin había logrado en siglos, llegando incluso a ser una mera leyenda en el planeta Vegeta, pero él sabía realmente cual era el secreto y no le parecía nada del otro mundo en realidad, por eso no tenía problemas en decirle a Vegeta.
Al escuchar aquello del alfa detuvo lo que estaba haciendo. No podía negar que era una propuesta que sonaba realmente bien, el maldito hecho de finalmente saber cómo ese idiota se había transformado en el súper saiyajin legendario, como había logrado aquello, cuando había tenido un nivel de pelea menor al de él cuando se enfrentaron la primera vez.
Lo miró por el rabillo del ojo mientras seguía ordenando su ropa, ese idiota estaba sentado en la cama que a veces compartían, más que nada lo hacían porque el alfa se colaba argumentando que el suelo estaba demasiado helado a veces, con ese gesto de alguien inocente, que no tenía demasiada idea de lo que ocurría a su alrededor.
Bufó con fuerza simplemente, era una decisión realmente difícil en ese momento, aceptar exponer lo que era, explicar detalladamente y de una vez que significaba ser un omega o bien seguir esforzándose por saber cómo era el maldito secreto para convertirse en un súper saiyajin, cosa con la cual aun no tenía ni una miserable pista aún.
— Sólo si me dices primero como convertirme en un súper saiyajin, te diré lo que es ser un omega, Kakarotto — Sin más cerró el closet, para mirar al alfa que parecía hacer puchero en la cama, por no obtener enseguida la información que realmente deseaba, lo que lo hizo enfadarse un poco más, ¿por qué mierda ahora tenía tanto interés en saber cómo era un omega? no podía entender que era lo que realmente aquel idiota quería, pero si él obtenía primero su información, iba a ver si contarle todo en detalle o no, dependía de como resultara, si podía o no transformarse en lo que deseaba en aquel momento.
— Debes prometer que me lo dirás, Vegeta — Le dijo con ese puchero en los labios, que seguramente ni siquiera notaba que ponía, mientras lo observaba fijamente, esperando ver algún signo de que Vegeta lo fuera a engañar. No es como si supiera diferenciar completamente cuando Vegeta lo engañaba o no, pero quería al menos esa promesa para estar seguro de lo que iba a ocurrir.
— Esta bien, idiota, te prometo que te explicaré que es ser un omega, pero sólo lo haré cuando logré transformarme en un súper saiyajin — De esa manera zanjo todo. Kakarotto debía decirle como transformarse y él le terminaría por explicar algo que realmente odiaba, pero únicamente cuando lo lograra hacer.
— ¡Bien, vamos! — Le dijo con una sonrisa mientras le tomaba la mano, para llevarlo fuera de la casa que compartían, sonriendo para ponerse frente a Vegeta, comenzando a explicarle como debía hacerlo — Debes concentrar toda tu ira, tu poder, todo, en el centro de tu espalda, aquí — Le explicó mientras se señalaba entre los omoplatos.
La verdad para alguien como Goku, que no solía enfadarse con facilidad, haberse transformado por un enfado fue algo normal, la culpa de la muerte de su amigo cayó literalmente sobre su espalda, todo cayó sobre él, por lo cual juntar su energía, sus emociones en un solo lugar había sido una tarea sencilla, pero bueno, para alguien como Vegeta...
—
Había transcurrido una semana desde que le había dicho a Vegeta como lograr transformarse en un súper saiyajin, desde esa semana que no habían entrenado juntos ni nada de aquello, pues el omega había tomado la determinación de usar todo su tiempo para lograr su objetivo.
De cierta forma eso lo aburría en demasía, es decir, se había quedado sin compañero de entrenamiento y a la vez se había quedado sin esa respuesta que tanto deseaba, debido a que Vegeta estaba cada vez más y más empeñado en lograr su objetivo, pero bueno, Vegeta era una persona explosiva, siempre estaba enojada y suponía que le iba a costar concentrar su enojo en solamente un lugar de su cuerpo.
El alfa simplemente suspiró mientras veía como Vegeta seguía intentando concentrar todo su poder en un sólo lugar y él simplemente iba a ver que podía cazar para la cena. Si es verdad aun tenían comida que Bulma les había dado, sentía que si la comía o preparaba sin Vegeta al lado este lo regañaría por hacerlo "mal", por lo cual simplemente optaba por ir a cazar algo.
Si hubiera sabido que Vegeta se pondría de esa manera cuando le diera la idea de cómo transformarse en un súper saiyajin simplemente no lo habría hecho, pensó suspirando, caminando en dirección al lago, sí, se le antojaba pescado para esa noche, pensó.
Hace tiempo que no veía a su hijo, desde la fiesta, se preguntaba si Gohan estaría bien, pero su mente enseguida le decía que el niño iba a estar bien, es decir, era bastante fuerte y listo, por lo cual no debía preocuparse, además sabía que Piccolo lo cuidaba, por lo cual Gohan estarían perfectamente bien.
Cuando llegó al lago simplemente se puso a pescar, deseando que Vegeta se convirtiera de una vez en un súper saiyajin, entrenar solo era aburrido, además debía admitir que extrañaba el olor al omega que siempre pasaba sus días con él.