Lo había estado meditando los últimos días y simplemente había llegado a la conclusión de que por su cuenta nunca podría llegar a saber que era la nombrada procreación y preguntarle a Vegeta era algo que estaba simplemente fuera del tema, es decir, el hombre a penas le había explicado que era ser un omega, como para que ahora le explicara la palabra que había usado para expresar lo dicho.
Sabía que si iba donde Bulma, la mujer comenzaría a cuestionar el por qué le preguntaba esas cosas, su amiga siempre había sido curiosa, desde que eran niños, además de que seguramente se terminaría burlando de él, por no saber lo dicho, siendo que suspiró mientras intentaba pensar que hacer.
Vegeta seguía meditando para transformarse en súper saiyajin y la verdad es que cada vez iba mejor, él calculaba que pronto podría mantener bien la transformación, para que ellos pudieran tener un combate, cosa que realmente lo emocionaba, pero por otro lado aun quería resolver la incógnita que tenía.
Fue entonces que una idea cruzó por su mente, una idea bastante peculiar en realidad, pero que podría tener resultado en realidad.
Recordaba que en casa de Chi-Chi Gohan había tenido bastantes libros, más de alguno debería haber sido un diccionario, como le había explicado una vez el maestro Roshi que tenían por nombre los libros que explicaban las palabras. En ese momento, cuando pequeño, no le había dado mayor importancia al nombrado libro en realidad, él lo que quería era entrenar para participar en el torneo de las artes marciales y ya, simplemente eso.
— Vegeta, iré al río a pescar — Dijo simplemente mientras miraba al otro saiyajin que estaba concentrando su energía en su espalda, siendo que su cabello ya iba más en punta y de un color dorado, haciendo que sin poder evitarlo el alfa sonriera a ver que el omega cada vez progresaba más con el entrenamiento.
— Sólo lárgate de una vez — Bufó con fuerza, siendo que esa fue la señal para el alfa de comenzar a volar, claro que cuando llegó al río llamó a su pequeña nube voladora, no quería que Vegeta sintiera su ki moverse, aunque dudaba que en realidad se concentrara en otras cosas en ese momento en especial, a veces ni siquiera lo oía cuando le hacía alguna pregunta.
Se subió a su vieja amiga, comenzando a volar camino a la casa donde había vivido tantos años en realidad, siendo que no sentía ningún apego hacía ese lugar, más allá de que era donde vivía su pequeño hijo, que en ese momento no estaba ahí, ni él ni su madre en realidad, seguramente andaban comprando o cosas así, o tal vez en alguna ciudad, ella había mencionado muchas veces que Gohan debería ir a una escuela a aprender cosas, pero nunca lo había enviado realmente, algo que lo desconcertaba un poco, pero que en ese momento le servía para colarse en aquella pequeña casa.
Cuando llegó ahí fue fácil colarse por la ventana de la habitación donde Gohan dormía, el niño siempre se había escapado por ahí y nunca habían puesto mayor protección a decir verdad.
Con cuidado comenzó a ver cada uno de los libros, buscando lo que pareciera ser un diccionario en realidad, pasando primero por varios libros que tenían números y cosas bastantes extrañas, nunca acabaría por entender por qué a Gohan le gustaba tanto aquello, para él era simplemente algo aburrido de tener, pero bueno, eran las elecciones que su hijo realizaba.
Termino pasando por varios libros, buscando no desordenar lo que el pequeño beta tenía, cuando finalmente encontró algo que parecía ser un diccionario, al menos esas palabras tenía en la portada.
Comenzó a ver cada letra, hasta que finalmente llegó a la P, buscando la palabra deseada, procreación, se decía una y otra vez, hasta que la encontró, aunque claro, no fue para nada lo que espero.
"Procreación
Del lat. procreatio, -ōnis.
1. f. Acción y efecto de procrear."
— Pero esto... es casi igual — Gimió sin poder evitarlo confundido con las palabras, ahora más que nada parecía un trabalenguas o algo así para él, siendo que bufó sin poder evitarlo, pero comenzó a buscar la otra palabra, procrear, ¿por qué las personas utilizaban palabras tan complicadas para poder expresarse?
Sus dedos pasaron por las hojas, buscando ahora que era la palabra procrear, esa debía ser la palabra que le diera su solución, se dijo, aunque claro, un pequeño ruido lo sobresalto y cuando alzó la mirada vio a su hijo entrar, observando con cierta confusión en su rostro la escena frente a él, es decir, nunca había pensado encontrar a su padre en su cuarto leyendo un libro.
— Hola papá — Le dijo con una pequeña sonrisa, mirando a su padre, el niño había dejado su cabello más corto en realidad, no ese corte que su madre le había hecho para ir al planeta Namek, sino que uno que iba más acorde con él. — ¿Buscas algo?
— Venía a verte, pero como no te encontré me puse a ver estos libros, ¡de verdad que sabes mucha cosas Gohan! — Le sabía mal mentirle a su hijo, esa era la verdad, nunca había pensado en hacerlo, pero bueno, no quería que descubriera que estaba buscando una palabra que podría definir a Vegeta, algo que el saiyajin simplemente no había querido decir en voz alta y de verdad le había costado demasiado decirle a él.
— Sí papá — Le dijo emocionado sin poder evitarlo, después de todo su padre nunca se había interesado mucho por lo que él sabía, pero sólo cerró con suavidad su puerta para que su madre no escuchara que el otro hombre estaba ahí, la última vez que su padre había estado en la casa, su madre lo había echado a gritos y la verdad era que no quería escuchar eso ahora.
— Eso es bueno, estoy seguro de que serás un gran investigador, Gohan — Se levantó de donde había estado sentado, dejando el libro a un lado, no supo cuanto tiempo había estado buscando la respuesta en el libro, quizás por eso no calculo el tiempo en que Gohan y Chi-Chi habían regresado, pero eso ahora no importaba. Se acercó a su hijo y simplemente lo despeino con una sonrisa.
— Gohan, querido, la cena estará lista pron... — Los dos saiyajines vieron como la puerta de la habitación fue abierta y la mujer de cabello obscuro entro a la habitación, siendo que en su rostro se veía la sorpresa de que el alfa estuviera ahí, como si nada.
— Hola Chi-Chi, ¿cómo estás? — Le dijo de una manera nerviosa, no había hablado con la mujer desde que se había ido de ahí, siendo que si bien se habían encontrado en la fiesta no habían intercambiado mayores palabras.
— ¿Qué haces aquí, Goku? ¿Vienes a alejar a Gohan de sus estudios? — Rápidamente la mujer comenzó a enfadarse, le estaba costando horrores en realidad financiar la educación de su hijo, siendo que lo llevaría a un colegio a la ciudad, era más barato y conveniente, para que ellos pudieran seguir viviendo con lo que le quedaba de la fortuna de su padre.
— No, claro que no, Chi-Chi — Explicó de manera rápida, poniendo sus manos frente a su cuerpo, como crear de esa manera una distancia entre él y esa mujer. Si bien no le tenía ya el menor miedo ni nada, no quería que ella destrozara sus oídos con esos gritos tan fuertes que siempre había solido darle. — Sólo venía a ver como estaba Gohan, hace días que no lo veía y sólo quería ver si estaba bien, si seguía estudiando duro como tú le dices siempre.
Pudo ver la mirada de desconfianza en la mujer, que al final solo soltó un suspiró para mirarlo con el ceño fruncido.
— Quédate para la cena, Gohan de igual manera necesita a su padre — Cortó sin más para volver a la cocina, a preparar un poco más de comida para el hombre, el cual miró a su hijo y rió quedo un poco, hablar y jugar con Gohan un poco estaría bien.
—
Bufó con fuerza sin poder evitarlo, habían pasado más de tres malditas horas desde que ese idiota había ido a pescar, pero claro, había sido una mentira, porque cuando había ido al río a buscarlo, para ver por qué rayos tardaba tanto con un estúpido pescado, se encontró con que el alfa no estaba ahí.
Se había sorprendido por eso, pero únicamente se había concentrado para sentir su poder, su ki, pudiendo encontrarlo no demasiado lejos de la montaña en realidad, pero no estaba solo. Aquel idiota estaba junto con el beta y un poder mucho más pequeño, que seguramente era de la madre de aquel chico que muchas veces iba a ver los entrenamientos que ellos tenían.
Su ira había crecido aun más y simplemente se había ido a recostar a la cama, cerrando los ojos. Ese estúpido alfa seguramente volvería a su hogar, cosa que no le extrañaba en lo más mínimo, sólo habían tenido una discusión de pareja seguramente, y él seguiría ahí solo, en esa pequeña casa en esa montaña abandonada por la mano de Dios.
Se decía una y otra vez que estaría mejor de esa manera, pero su lado omega le decía que no sería así, que debía luchar por lo que era suyo, su alfa, siendo que no supo en qué momento comenzó a llamar a aquel estúpido su alfa, algo que lo molesto más en toda esa situación.