Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un único deseo por Amelia_Badguy

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Los meses transcurrieron entre ellos y nunca más hablaron sobre la situación de los celos de Vegeta que había mostrado esa noche cuando había vuelto de cenar en la casa de su ex esposa. El omega porque simplemente no quería hablar de eso y el alfa porque sentía que el otro le partiría la cara si hacía un comentario sobre aquella situación que habían vivido.

Vegeta había logrado, finalmente, convertirse en un súper saiyajin, por lo cual cada vez que entrenaban se hacía más y más divertido, cosa que ambos disfrutaban, aunque el príncipe nunca iba a admitir aquello por completo, pero haber logrado transformarse en el guerrero legendario del cual siempre había hablado su pueblo y, más aún, siendo él un omega... eso era mucho decir en realidad, siendo que su orgullo de príncipe estaba cada vez más alto por aquella situación.

Aunque claro, seguía el maldito problema de sus celos, esos que aparecían cada cuatro meses sin descanso, donde siempre acababa en la tina de aquella extraña habitación en el templo del Namekiano, pero para su mayor molestia siempre acababa de la misma forma, con los dedos en su interior, rogando por el alfa, algo que nunca admitiría a viva voz.

Era algo completamente odioso de su naturaleza, pero que estaba dispuesto a aceptar, por todo lo demás que estaba logrando. Se hacía cada vez más fuerte, cada vez que entrenaban hasta quedar exhaustos con el alfa sentía que se volvía a cada segundo más fuerte y era algo que lo complacía por completo. Siempre había deseado ser poderoso, no quedar atado por la condición biológica de su pueblo y cada vez lo estaba logrando de mejor forma, pensó.

Si bien sus sentimientos por el alfa era algo que realmente lo molestaba, era algo que apartaba de su mente, dejando aquellos pensamientos en lo más profundo de su ser, callando aquella voz de su lado omega, que le decía que no desperdiciara a su alfa, que era perfecto para él, pero el príncipe de los saiyajin no necesitaba a nadie, ni mucho menos sería un omega de un alfa de tercera clase.

Por su parte Goku se había resignado a no encontrar el significado a la palabra procrear, al menos no en un futuro cercano, siendo que no le molestaba mucho en realidad, es decir, entrenar todos los días con Vegeta de verdad que se le hacía bastante divertido y siempre quería hacerlo. Sin notarlo en realidad se había ido acostumbrando al omega, a sentir su olor, su ki a su alrededor, todo de él y extrañamente se sentía... cómodo.

Nunca antes se había sentido con ese nivel de comodidad, pues si bien era cierto había vivido con distintas personas a lo largo de su vida, nunca había sentido como si perteneciera ahí al cien por ciento.

Durante esos dos años también Gohan había acudido a la escuela, según le contaba, que había conocido a una chica bastante fuerte de la cual era amigo, Videl —le parecía que de esa forma se llamaba la muchacha—, siendo que además Krillin se había comprometido con una linda chica, según su mejor amigo, que tenía por nombre Lázuli.

— Vamos Goku, debes venir a mi boda — Con una sonrisa el hombre más pequeño sonrió, mirando a su amigo que lucía un gesto despreocupado en realidad, aunque Krillin podía ver las marcas de lucha en su cuerpo. Tenía el labio partido y distintos moretones alrededor de su cuerpo, además de que su uniforme de combate estaba bastante roto a decir verdad, pero el alfa parecía contento de estar así, de estar compartiendo su vida con alguien de esa manera.

Estaban afuera de la casa del saiyajin, donde este estaba vestido con unos pantalones anaranjados que habían visto tiempo mejores y estaba sin ninguna camiseta en realidad.

— No lo sé, hace tiempo que no voy a ninguna de esas cosas Krillin — Le comentó mientras se pasaba una mano por su cabello pensativo. Una boda en realidad sonaba bien, porque si había boda, habría fiesta y si había fiesta había comida, lo que significaba comer algo distinto a pescado a algún dinosaurio, aunque debía admitir que el dinosaurio le gustaba. — Debería hablarlo con Vegeta.

— ¿Qué tienes que hablar conmigo, Kakarotto? — Los dos hombres se fijaron en ese momento en el omega, que iba caminando en dirección a la pequeña cabaña que esos dos habían transformado en su hogar, claro está, que el humano se sorprendió demasiado al ver a Vegeta, pues aunque aun vestía esos pantalones de su uniforme de pirata espacial y las botas, tenía puesta la camisa anaranjada que siempre había pertenecido al uniforme de pelea de Goku.

— Krillin nos invita a su boda, Vegeta — Le dijo con una sonrisa boba, mientras veía al omega pararse a su lado, casi como mirando la situación que sucedía, siendo que para Vegeta la cosa fue igual de clara que para el alfa, en la boda podrían comer distintas cosas a las que comían siempre y eso de verdad estaría bien.

— Sí hay buena comida no veo por qué no — Cortó simplemente como respuesta, para entrar a la casa, debería buscar que ropa ponerse, debido a que constantemente estaban luchando con Kakarotto, la mayoría de sus trajes de pelea habían terminado rotos o dañados, deberían ver cómo obtener más ropa, pensó.

— Oye Goku — El nombrado miró a su amigo, al cual le dio una sonrisa, siendo que pudo sentir como lo jalaba del brazo para ponerlo a su altura, bastante curioso por toda la situación que estaba ocurriendo en realidad. — ¿Qué hay entre tú y Vegeta?

Era una duda que había tenido siempre, que en realidad todos tenían. Nadie podía comprender del todo por qué Goku se había separado de Chi-Chi —bueno sí comprendían pero no querían sonar crueles— ni como había terminado viviendo junto con Vegeta en la montaña como si nada.

— Pues somos amigos — Dijo como si fuera obvio, con una sonrisa. El humano aún recordaba cómo había podido matar a Vegeta, pero Goku le había dicho que no, que no hiciera aquello, aunque todos sus instintos le decían realmente lo contrario a decir verdad. Dejar vivo a Vegeta, siempre lo había considerado como una amenaza latente, pero ahora veía que esos dos vivían en bastante armonía, entrenando y peleando a diario seguramente, pero en armonía después de todo.

— Cuando vivías con Chi-Chi siempre me comentaste que no te sentías cómodo, ¿eso ocurre ahora? — Goku nunca había sido un hombre para formar una familia, es decir, él le había tenido que explicar que era un matrimonio en realidad, porque el tonto de su amigo lo había prometido sin siquiera saberlo y únicamente había cumplido su promesa al casarse con Chi-Chi y ya.

— Pues con Vegeta me siento bastante a gusto en realidad, nos gustan las mismas cosas y aunque aun es gruñón, se vive bien — Le dijo con una sonrisa, siendo que Krillin sonrió al ver a su amigo así, más tranquilo en ese ambiente, por lo que únicamente siguieron hablando sobre la fecha de la boda, que sería dentro de dos meses, para luego despedirse el uno del otro.

Después de que se había marchado el humano habían comido algo para ir a entrenar, siendo que ambos luchaban con sus transformaciones de súper saiyajin. Entrenando de esa manera y meditando, ambos iban subiendo sus poderes bastante a la par en realidad, alcanzando nuevos niveles que sorprendían, pero únicamente lo hacían por diversión y Vegeta por su ego de príncipe.

Ese día no estaba marchando distinto, aunque claro, cuando le dio un puñetazo a Kakarotto, que parecía estar algo más cansado que de costumbre, pues estaba comenzando a jadear con fuerza, y lo tiro al suelo, fue cuando sintió que en realidad iba algo bastante mal.

— Oye idiota, ¿qué es lo que te ocu.... — Las palabras murieron en su boca al ver al alfa tendido en medio del cráter que había formado, con una mano en su pecho, apretando con fuerza ahí, mientras comenzaba a gritar, como si algo le estuviera dañando el pecho. — ¡Kakarotto! ¿Qué te pasa, maldición?

Gruñó con fuerza sin saber qué hacer en realidad, su alfa estaba sufriendo, algo lo estaba afectando gravemente a nivel de salud y él no tenía remotamente idea de que hacer.

Había sido un día bastante aburrido para ella, firmar uno que otro papel, investigar cosas nuevas para sus tecnologías, lo usual, por lo cual el hecho de que Vegeta, ese saiyajin que una vez le había pedido su ayuda y ella no había podido darle, entrara a su casa, rompiendo el techo, con Goku en su espalda quejándose de dolor, si fue algo que cambio completamente su día.

— Mujer, ayuda a este idiota — Le gruñó sin siquiera notar que gruñía, sintiendo como el alfa se quejaba en su pecho, como si algo no lo dejara respirar en realidad.

— Ponlo en esa camilla — Le dijo intentando mantener la calma, mientras el saiyajin hacía lo indicado, dejando el cuerpo de Goku sobre la camilla que tenía en su laboratorio, pudiendo escuchar los quejidos y gritos de dolor de su mejor amigo y como se llevaba una mano a su pecho. Definitivamente estaba ocurriendo algo bastante malo.

Sus malditos nervios estaban de punta, siendo que nadie le decía nada en realidad. La mujer había llamado a un médico, para que atendiera al alfa y a él lo habían mandado afuera, para que no estorbara a la hora del control de aquel humano.

Estaba nervioso sentado en el césped fuera del edificio, aunque bastante cerca para entrar por una ventana por si ocurría algo. No comprendía que era lo que estaba ocurriendo en realidad. Ellos no se enfermaban con nada, los saiyajin eran una raza bastante resistente a decir verdad, incluso aunque el alfa fuera un soldado de tercera clase, no tendría por qué enfermarse, a menos de que hubieran estado a una temperatura demasiado extrema, lo cual no era para nada el caso.

Odiaba toda esa maldita situación, odiaba todo lo que estaba ocurriendo, pero sobre todo odiaba su lado omega, que le gritaba que su alfa estaba en peligro, que perdería a su alfa aun incluso antes de haber podido formar algo con él, a lo cual nunca daba el paso.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).