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Un único deseo por Amelia_Badguy

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Jadeó con fuerza a penas pudo salir de debajo de la tierra que había estado cubriendo su cuerpo, siendo que miró sus manos algo atontado por la situación, ¿acaso... acaso Freezer no lo había asesinado?

Se levantó pesadamente, algo aturdido y confundido, mirando a su alrededor, viendo que planeta Namek que estaba a punto de ser destruido, además la negrura del cielo. ¿Qué estaba ocurriendo?.

No tenía ni la menor idea de aquello, pero sintió la presencia de Kakarotto, de ese alfa, siendo que emprendió el vuelo a donde sentía aquello, algo aturdido aun, voló hasta donde se veía aquel gran monstruo que era el guardián de las esferas.

Voló y sin pensarlo le lanzó una bola de energía a Freezer gritando, pero fue cuando lo vio, vio a aquel alfa con su cabello rubio que lo miraba, casi sonriendo al ver que él estaba vivo en aquel planeta que estaba por colapsar.

— ¡Vegeta! — Lo escuchó gritar feliz. Algo dentro de Goku estaba demasiado feliz por ver a Vegeta con vida, como si algo dentro de su mente le diera tranquilidad al ver a ese despiadado Saiyajin con vida.

Fue bueno, pensó, en haber hecho que todos se fueran del planeta Namek, pues Vegeta desapareció frente a sus ojos, de esa manera estaría seguro y él ya no tendría nada de qué preocuparse realmente.

**

Todo a su alrededor cambio y se encontró sobre un árbol del cual bajo, mirando a su alrededor confundido.

Eso no era el planeta Namek, se dijo, mientras caminaba mirando a su alrededor, sintiendo la presencia de los humanos junto con varios otros insectos, por lo cual camino, mirando curioso aquello, viendo al grupo de namekianos, pensó, mientras veía al enano hijo de Kakarotto.

Bufó sin saber dónde estaba el alfa, no podía sentir su energía, quizás estaban en un planeta demasiado lejos para aquello realmente.

Sólo estuvo ahí en silencio, observando a los namekianos, mientras esperaba saber que ocurría en Namek, siendo que estaban en la Tierra.

Espero un buen rato, bastante aburrido, quería que ese tonto alfa llegara, quería ver sus poderes, quería superarlo. No podía quedarse atrás, siendo que las palabras que le había dicho Freezer antes de matarlo aun le pesaban.

Él era un omega, pero podría ser un súper saiyajin, se dijo, la condición no le impedía nada, se decía, él podría lograrlo, podría superarlo si seguía entrenando y algo para lograr aquello sería luchar con Kakarotto.

Aunque la parte omega de su cerebro, aquella voz que siempre suprimía en su mente, le decía cada vez con más fuerza que Kakarotto debía ser su alfa, era perfecto en eso, era fuerte, era el legendario súper saiyajin, pero claro, como siempre en su mente ganaba su orgullo, de querer ser más fuerte, aquel orgullo que nunca lo había dejado, que nunca lo había abandonado a pesar de todo lo que había tenido que vivir en su vida.

Él era el príncipe de los saiyajin y debía poder transformarse en el legendario súper saiyajin.

Después de un rato de tener que estar soportando todos los parloteos, escuchó como esa mujer vulgar parecía estar hablando con alguien y decía que Goku había derrotado a Freezer, pero que había muerto.

Parecía muy soberbia al decir que las esferas del dragón de Namek podrían revivir a una persona sin importar la cantidad de veces que esta hubiera muerto, pero de pronto dijo que no sería posible, porque Goku reviviría en el espacio.

— ¿Por qué simplemente no desean que el alma o lo que sea transportado acá? — Ninguno de ellos parecía tener cerebro para pensar esa fácil solución, la más lógica posible, siendo que cuando el mocoso beta se le acercó a agradecerle solo le golpeo la mano para alejarla de él.

Sólo le importaba ver a aquel alfa nuevamente, ver su poder... aunque una voz en su cabeza le dijo que también quería volver a sentir la nariz de Kakarotto en su cuello, hecho que lo había hecho temblar.

**

Había terminado en la casa de aquella mujer tan vulgar, pues no tenía donde más ir en la Tierra y lo único bueno que había visto en ese sitio había sido una nave espacial que le podría ser útil, pensó.

Cuando invocaron al dragón de Namek, este les dijo que Goku estaba vivo y que no podía llevarlo a la Tierra porque Kakarotto se negaba a aquello.

Eso le hizo bufar con fuerza y sin ni siquiera pensarlo se fue al interior de aquella nave espacial que estaba completamente adecuada para un viaje de unos seis meses, al menos podría ocultarse ahí con su celo, pensó, pues esta vez tenía a penas pastillas para eso y no quería desperdiciarlas todas de una vez.

Y de esa manera comenzó su viaje en aquella nave, volando por el espacio, siendo que buscaba sentir la energía de Kakarotto, su ki, más no podía sentir nada.

Lo bueno que había descubierto en aquella nave es que tenía algo que controlaba la gravedad, por lo que había comenzado a entrenar aumentando la gravedad, entrenaba duro, siempre atento a encontrar el ki del alfa, buscando a aquel guerrero, pero nunca podía encontrarlo realmente.

Su espera se estaba haciendo muy larga, pensó, siendo que se había llevado un supresor a la boca, bufando con suavidad. Su celo llegaba cada cuatro meses terrícolas y había estado ya casi seis en el espacio, siendo que calculaba que podría llegar a la Tierra con las pastillas que le quedaban y esperar ahí a Kakarotto.

Fijo ese curso a la Tierra, para esperar a Kakarotto ahí, pensó, cuando sintió como la nave aterrizo y simplemente bajo de ahí.

Observó a uno de esos inútiles que había matado antes, en su primera llegada a la Tierra, tomar una posición para atacarlo, pero sólo lo miró, como el insecto que era, para pasar de él, pero escuchó a la mujer que lo enviaba a bañar.

La siguió más bien porque le hacía falta una ducha y lo necesitaba, pensó, mientras entraba y dejaba su ropa afuera, para entrar a ducharse, aunque podía sentir a la mujer humana diciendo que había dejado ahí su ropa.

Sólo suspiró bañándose, sintiendo el agua contra su cuerpo, según sus cálculos pronto llegaría su celo y quería probar si aquella mujer que se decía ser tan lista podría reproducir sus pastillas.

Para cuando salió no encontró su ropa, siendo que comenzó a entrar en pánico, pues la mayoría de sus pastillas habían estado con su ropa azul, esa que iba bajo la armadura.

— ¡MUJER! — Gritó sin importarle salir en toalla hacía donde estaba aquella estúpida humana, ¿qué había hecho con sus pastillas?. — ¡¿DÓNDE ESTA MI ROPA?!

Le gritó y vio como ella fruncía su ceño indignada, como si el hecho de que él le gritase molesto no la afectase en lo más mínimo.

— Apestaba, se está lavando — Le dijo como si nada, siendo que sintió como palidecía, ¿qué ella había hecho qué?

— Mierda — Gruñó mientras iba a aquello que estaba afuera de la ducha, que parecía ser donde lavaban la ropa y simplemente la abrió, sacando su ropa sin importar el desastre que pudiera hacer, encontrando a penas una miserable pastilla que se había salvado, todo aquello bajo la mirada de aquellos humanos.

— Mujer idiota, sin estas pastillas mi vida estará pérdida — Le gruñó con fuerza, con aquella pastilla entre sus dedos mirando a aquella mujer estúpida y aquellos insectos que lo miraban demasiados curiosos.

Decir que estaba enojado era poco, realmente estaba furioso por aquello que había hecho aquella humana, la que sólo miró aquella pastilla, la única que quedaba pestañeando.

— No hay problema, podemos tomar esa pastilla como muestra y volver a hacer varias, Vegeta — Le dijo como si nada tomando aquella pastilla de las manos del príncipe, que la miraba algo sorprendido por aquello, pero sin dejar de fruncir su ceño mientras la miraba con atención. — Ahora vístete y vamos al laboratorio.

Le dijo Vegeta gruñó, tomando esa ropa para ponerse cuando la mujer salió del baño, siendo que afuera Yamcha y Bulma miraban sorprendidos aquella pastilla.

— ¿De verdad morirá si deja de tomar estas pastillas? — Preguntó curioso Yamcha viendo aquello, pero Bulma simplemente se encogió de hombros.

Para cuando Vegeta salió vestido, bufando por la ropa, Bulma lo guió hacía el laboratorio de su padre, donde el doctor Brief asintió a hacer lo de la pastilla lo más rápido que pudiera.

— ¿Qué problema tienes, Vegeta, que debes tomar aquello? — Le preguntó curiosa Bulma después de haber dejado el labor a su padre.

— No es algo que te importe, mujer — Dijo como si nada, cuando sintió esa presencia, ese ki.

Tembló al sentir aquello y maldijo, corriendo hacia afuera, aquel ki, aquella presencia era de Freezer, ¿acaso el alfa no lo había eliminado finalmente?...


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