Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vinculados por koru-chan

[Reviews - 125]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

.


Capítulo seis:


Sólo perdóname


.


—¿Qué delicioso platillo hiciste para mí?—frotó sus manos con entusiasmo al ver como emergía de la cocina—. No soy fan de comer comida rápida, y cuando me voy de viaje es lo único que como. Pero cuando me dijiste que ibas a consentir con algo delicioso, me emocioné e intenté por todo los medios terminar lo antes posible. Además de guardar espacio—frotó su abdomen—; hoy ni almorcé—caminé con dos platos recalentados de comida que había pedido a domicilio mientras le sonreía decepcionado por el fatídico resultado en mis manos.


—¿Cómo que no almorzaste?—mordí mi labio inferior preocupado.


—Siendo sincero—entonó al verme complicado por sus recientes palabras—, no alcancé. Tuve mucho que hacer y prioricé mi pronta llegada a casa; así podría cenar tu comida, bebé—me sonrió para que no me inquietase. Bufé igual de afligido mordiendo mi labio inferior. Mis nervios me estaban carcomiendo los  sentidos, ¿cómo podría imaginar que podría cocinar algo decente?; después de quemar tres cacerolas me rendí.


—Lo siento. Sé que esperabas más, pero tuve un par de altercados…—entoné dejando la circular porcelana sobre el tapete individual. Este observó un sencillo corte de grasosa lasaña de algún restaurante de paso. Fruncí mis labios viendo como me miró extrañado con un deje divertido en sus ojos. Cuando sus labios se iban abrir para verbalizar alguna interrogante—seguro por el nada casero platillo—, fuimos interrumpidos por un tercero. Alcé mi vista tras oír unas pisadas arrastradas llegar al comedor. Dejé el segundo plato—que era para mí—, frente al puesto que usualmente se sentaba el hijo de mi novio y desaparecí yendo hacia la cocina en busca de otra porción.


—¿Te vienes levantando?—asomé mi cabeza oyendo el despectivo tono de mi pareja. Contraje mi mandíbula. El chico no le respondió, sino, pude ver desde mi posición, como únicamente lo miró y bajó su cabeza ignorándolo. Me senté en silencio viendo como Yuu había cambiado su semblante juguetón a uno duro, autoritario y lacerante hacia su hijo menor quien parecía no tomarlo en cuenta picoteando la masa pringosa sin mucho deseo de probar bocado. El ambiente, después de todo, se había tornado tenso. El moreno chistó haciéndome sentir su intensa mirada la cual provocó que mi cuerpo se inquietara; estaba seguro que podía leer mis gestos a la perfección y mi semblante algo robótico y torpe denotaba, a leguas, que algo había pasado. Sentí una caricia sutil sobre mi muslo que me hizo mirarlo con una interrogante tatuada en mis ojos. Yuu, en respuesta, exhaló un resoplido cansado llevando su mirada hacia su repetido objetivo—. ¿A quién se supone que le pediste permiso para hacer una reunión en mi ausencia?—el menor alzó la vista obviando la de su padre al posarse en los míos. Sus ojos pardos afilados me analizaron de forma rabiosa como si yo lo hubiese delatado.


—No fui yo—susurré. La escena se había vuelto extraña; parecía que Yuu era nuestro padre y nos estaba regañando.


—No culpes a los demás por tus cagadas, Akira.


—Mierda—gruñó en voz baja—. ¿Tengo que pedirle permiso alguien para reunirme con amigos en mí casa?


—Tú no te “reúnes” con amigos, hijo. La tropa de zánganos que tienes como amistades lo único que hacen es hacer desastres. La casa huele alcohol a pesar que Takanori se esmeró en limpiar— suspiré removiéndome incómodo en mi asiento. Mientras que el muchacho rodó sus ojos desinteresado.


—¿Y ahora qué?, ¿me castigarás?—bramó entre diente—. ¡Maldición, Shiroyama. No tengo diez años!—dijo mordaz.


—No me desafíes muchacho—espetó el mayor con tranquilidad.


—Eres nada más que palabras. Nunca haces nada…—el moreno azotó con sus palmas la mesa haciendo que los objetos sobre ella vibraran. Me sobresalté observando la tensa situación.


—Estoy cansado; harto de tus jugarretas infantiles—bufó mirando de forma gélida al menor frente suyo—. Trabajo todo el maldito fin de semana. Lo único que quiero es llegar a mi casa y no oír al insufrible conserje como me enumera las miles de reglas que tiene este lugar y como mi hijo incorregible las rompió—se frotó los costados de su frente cansado para continuar mirando colérico a su hijo—. Quiero cenar con mi familia tranquilo y tú lo único que haces es joderme una y otra vez. ¿Cuándo será el día que encuentre armonía en mi hogar?


—¿Trabajo?—el menor recostó su espalda contra la silla haciéndola rechinar levemente mientras explotaba en una carcajada ladina—. Que tedioso debe de ser lo que haces—canturreó—. ¿Le has contado a Matsumoto?—sonrió moviendo sus ojos hacia mí con mofa contenida—. Recuerdo claramente cuando te ibas de casa; en el tiempo donde sí teníamos una familia, no está mierda, cabe destacar—me miró de soslayo despreciativo—. Y no ibas precisamente a “trabajar.” Claro, no creo que le cobraras a las putas con las cuales te acostabas…—miré a mi novio percibiendo como se le descomponía la cara con cada consonante que articulaba su hijo. Pero antes siquiera que se formara una pregunta en mi mente un nuevo azote a la mesa hizo que la cena familiar se fuera por un caño cuando los vasos cayeron sobre los platos.


—Vete a tu cuarto—murmuró entre dientes iracundo mientras yo me colocaba de pie para ir por algo que limpiar viendo como el muchacho se iba por el corredor y azotaba la puerta de su habitación. Cerré mis ojos suspirando.


—¿Takanori?—me giré viéndolo montar la vajilla sin mucho cuidado—. No creas nada de lo que mi hijo…—negué restándole importancia al hecho. Akira era una máquina de mentiras, y confundir a la  gente era su hobby; quien más que yo sabía eso. Lo vi asentir, pero antes de voltearme para continuar con mí cometido nuevamente oí su voz: —. ¿Por qué no me contaste lo que pasó acá?— con su codo sobre la mesa apoyó su puño en su quijada esperando mi respuesta con una seriedad inquietante. Sentí que palidecía. Habían dos motivos: El primero fue por la reciente escena; sabía las consecuencias de tratar temas delicados a la hora de la comida. Y en segundo porque no tenía deseos de recordar el incidente de anoche. No cuando, según yo, ya lo había ocultado en mis memorias y estaba tapado por escombros de miles de excusas banales. Lo enterré. Lo obvié.


Tragué seco.


—¿Por qué… por qué crees tú?—hizo una mueca de medio lado alzándose de la mesa.


—Por este espectáculo—murmuró mientras tomaba los platos sucios con la comida a medio consumir acercándose a mí.


—Lo iba hacer más tarde. No quería hablar de esto ahora…—entoné en una exhalación tornando mis talones hacia la cocina. Quería que el tema quedara ahí, pero continuó:


—No me vuelvas a ocultar nada más, ¿sí?—dijo tras mi espalda.  Mordí mi labio inferior asintiendo mudo—. Sé que estás cansado de todo esto—acarició mi cabello una vez que dejó la loza sucia dentro del fregadero—, pero no puedo pasar por alto este o cualquier cosa que haga mi hijo—suspiré sintiendo sus labios sobre mi frente—. ¿Salgamos a cenar? A veces este departamento me sofoca.


.


.


.


Cerré mis ojos sintiendo como su húmeda y caliente boca aprisionaba uno de mis pezones  mientras en un rítmico vaivén se inmiscuía en mi interior. Afiancé mis muslos contra sus caderas luchando por soltarme del agarre ejercido contra mis muñecas, quienes como rehenes, estaban sobre mi cabeza luchando por liberarse; necesitaba tocarlo con desespero. Gemí bajito sintiendo sus duras estocadas.


—Móntame—articuló ronroneante. Lo miré con una mueca de medio lado viendo como pegaba su frente contra la mía y besaba de forma fugaz mi boca.


—¿Por qué?—jadee sintiendo sus demandantes labios jugueteando sobre la sensible piel de mi cuello—, ¿por qué… no acabas y ya, amor? Hay que dormir… Mañana me tengo que levantar temprano…—hablé entre cortado tras la frenética acción contra mi cuerpo.


—Vamos, quiero ver como tu pene rebota contra mi abdomen—mi rostro enrojeció; sentí como el calor se me escapaba de las mejillas tórridas bajo una mezcla entre vergüenza, pudor y cólera. Lo observé molesto mientras poco a poco iba frunciendo mi ceño. A veces detestaba que fuera tan sucio. Me alejé de su cuerpo algo mareado viendo como se recostaba expectante a mis movimientos. Me monté con algo de torpeza sobre su ingle sintiendo como nuestros miembros chocaron. Lo oí gruñir acercando mi debilucha anatomía sin darme un ápice de sosiego dada sus latentes ansias.


Terminó por quitar mi camiseta cuando comencé a bajar poco a poco contra su falo. Y tras un jadeo seco y el palpitar de mis oídos, logré que entrara profundamente en mí. Saboreé mis labios secos afirmándome sobre su pecho comenzando alzar mis caderas—las cuales se sentían más pesadas que de costumbre—. Me erguí de forma recta saciando los fetiches visuales de mi novio mientras, parsimonioso, botaba suavecito de arriba abajo dejando que viera toda mi anatomía fluir. Cuando el éxtasis llegó a su cuerpo se aproximó al mío atrayéndome de la cintura para penetrarme sin replica alguna. Sentí que me perdían en destellos luminosos tras perder la nitidez de mis ojos. Pero aquella extraña sensación duró escasos segundos al sentir como mi vientre se embadurnaba con mi semilla y mi trasero se llenaba dejándome un regusto que hormigueó, de forma placentera, mi ingle extendiéndose por todo mí organismo. Jadee sobre su rostro viendo, quizá por mi escasa lucidez, el rostro de su hijo menor en el hombre. Fue tan real que mi cara se desfiguró. Lo miré asustado, quizá por demasiados segundos y mi actuar demente al separarme de él lo hizo preocupar de más. Tragué seco al ver como la diminuta lámpara que alumbraba el cuarto era suprimida por una luz mayor y como yo me encontraba solo en la cama.


—¿¡Qué paso?!—articuló caminando hacia mí. Era su voz, ¿por qué temía mirarlo? Lo sentí tras mi espalda, pero no me tocó. Temblé. Observé hacia todos lados, pero lo único que pude ver en aquel cuarto era al hombre con quien convivía hace años—. Takanori…—me cubrí con las sábanas sin poder borrar su rostro sudoroso, su mirada lujuriosa y su típica sonrisa burlesca; esa instancia tan íntima y utópica me taladraría por semanas el cerebro.


—¿Qué pasa conmigo…?—verbalicé en un susurro inaudible completamente aborrecido.


—Cariño, ¿te hice daño?—el moreno me observó con intenciones de retirar la tela sobre mi menudo cuerpo mientras una lágrima calló por mi rostro. Me sentía tan sucio, tan asqueado, tan torpe, tan vulnerable—. Me estas asustando…—murmuró el hombre desnudo junto a mí.


—Perdón. Perdón. Perdón—emití culpable. Él negó.


—¿Por qué?—no respondí aferrándome a su cuello—. Mierda, te hice daño…—afirmó al ver unas pequeñas gotitas de sangre regadas por las blancas sábanas; ni siquiera había sentido alguna clase de dolor físico.


No dije nada, únicamente lo miré con los ojos aguados junto a una sonrisa rota intentando mostrar que todo estaba bien; pero él me observó intranquilo por la situación. El moreno acarició mi nuca y se apresuró en colocarse sus pantalones de pijama y salir del cuarto dejándome con una sensación de traición pesándome en los hombros.

Notas finales:

¡Hola!

Fue una odisea titánica traer capítulo. Después de publicar el pasado sabía lo que veía para este, así que estuve tranquila y no abrí Word como por una semana, cuando me iba aponer a escribir me enfermé. Ay fue horrible, casi muero. Ok no, pero no tenía ánimos ni de tomar mi teléfono, lo cual es grave. Hahah ¡Cómo sea, estoy viva!

Este capítulo trajo conmigo un montón de divagaciones. Me quedé sin mi borrador de respaldo por ende quedé desnuda al mundo. Literal. Pero cuando edité este capítulo muchas preguntas tuvieron respuesta y muchos cabos se unieron. Por lo cual, eso es muy bueno; el fanfic está siguiendo un camino recto lo que me hace muy feliz.

Por otro lado espero que la historia les esté gustando, siempre estoy infinitamente agradecía por sus leídas y comentarios ya sean en AmorYaoi como Wattpad. Tengo presente cada palabra en mi corazón.

Alguien mencionó por ahí que quiere un POV  de Reita, así como también mencionaron que querían ver la reacción de Aoi cuando se entere del "beso" de Reita y Ruki—malvadas—, como también qué pensó Reita cuando se enteró de la relación homosexual con Ruki y su padre. Espero pronto ir debelando hechos. Sean pacientes, pequeñas hermosuras.

Nos estaremos leyendo pronto. Un beso enorme.

PD: Pueden leer esta historia en Wattpad. Perdón por no haberlo mencionado antes. Me encuentran como: Koru-chan.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).