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Las estaciones, Roxas por Riolu

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Recuerdo que cuando era niño me encantaban los videojuegos, una historia distinta a lo acostumbrado, fuera de lo cotidiano, más fantástico que nada y algo con lo que podía distraerme a mí y a mi gemelo de la realidad que vivíamos, olvidarnos de todos los problemas, ver los finales felices, reírnos juntos.....no, lo que más me gustaba es que no podíamos cometer errores, si los hacíamos podíamos jugar de nuevo y hacer las cosas bien, incluso en las caricaturas que llegábamos a ver un problema se resolvía a las horas siguientes, como si no hubiera sido importante o nadie hubiera estado realmente herido por las cosas que se dijeron o se hicieron, en esta realidad que vivo las cosas no son así, uno no puede reiniciar la vida para evitar cometer un error, no puede siempre ser una buena persona pues tenemos defectos, lo malo son las consecuencias de los errores que cometemos, el peso de la consciencia, en mi caso, no deja de atormentarme, menos cuando estoy en la cama de alguien a quien consideraba un amigo, ¿siquiera puedo llamarlo así?....no, la verdad es que pese a todo lo dicho ayer, quiero seguir siéndolo, quiero simplemente poder estar a su lado y distraer la mente jugando un videojuego o viendo el anime que le gusta, pero ahora lo había arruinado, aun si no fui yo la causa de sus lágrimas, no pude llegar a consolarlo o defenderlo, siquiera me atreví a interrumpir a esos hermanos cuando sabía que la cosa estaba por mal camino, solo me quede al margen y ahora sé que fue una mala elección, aun si Sora actúa raro, si hacemos cosas que no debemos, una parte de mi quiere salvar esa pequeña amistad con la cual empezamos, quiero simplemente que todo ya no sea raro cuando estamos juntos.....quizás, el único culpable soy yo, tenía mis problemas, ahora solamente había generado más en este lugar, si no hubiera estado aquí entonces no habrían discutido, si no hubiera estado aquí seguramente todos estarían mejor.

 

-Nunca debí quedarme aquí.....jeje, ¿no que eras muy inteligente Roxas?, mírate ahora-susurre a mí mismo mientras volteaba la mirada hacia el reloj de la mesa, sobra decir que era muy temprano, no había dormido nada y eso me afectaba, lo sabía porque mi cerebro no quería dejar de castigarme -Además hablas contigo mismo, que bien lo haces-bufe mientras pasaba mi mano por mi rostro, intentando calmarme pero no podía, tenía tanto en la cabeza, tantas emociones negativas, simplemente me estaba hundiendo en esta oscuridad hacia la cual yo mismo había caminado.

 

Me aburrí de estar en la cama, tras lavarme la cara unas 3 veces salí al pasillo, no tenía mi ropa así que solo salí en pijama, ignorando el frio baje las escaleras sorprendiéndome al ver luz venir de la cocina, sigilosamente me acerque solamente encontrando a la castaña desayunando en silencio, respire profundamente, sabiendo que esto sería incomodo pero entre al lugar haciendo que elevara la mirada.

 

-Hey-me saludo sin mucho animo a decir verdad, tenía ojeras, al parecer no había dormido, quizás también estaba mal por lo de anoche- Hazme un favor ¿sí?, no preguntes nada-ni siquiera me vio a los ojos, simplemente se quedó revolviendo su taza lentamente, como si fuera lo único interesante.

 

-Está bien-murmure mientras me acercaba para prepararme algo, me senté frente a ella y ninguno dijo palabra alguna, cuando estaba por terminar suspire profundamente y moví mi mano para que me tomara atención -Gracias a mi beca puedo llegar a tener un cuarto en el barrio de la universidad, tengo pensado irme, sería lo mejor-dije esperando alguna reacción negativa, algo de rabia, ofensa, un comentario sarcástico pero solo sonrió levemente.

 

-Quizás Riku pueda ayudarte-susurro mientras recogía sus cosas-Lamento que ya no te sientas cómodo aquí-se levantó para llevárselas, no era la impresión que quería dar pero simplemente era la verdad, ya no podía estar más aquí, no si solamente causaba problemas.

 

-No es tu culpa, tampoco es de Sora, es mía...desde un inicio fui un intruso aquí-la había seguido a la cocina cargando las cosas que use, ella dejo todo en el lavamanos y solamente me paso de largo para desaparecer por las escaleras, respire profundamente, simplemente comencé a lavarlo todo, queriendo hacer algo, más bien distraerme con lo que fuera, no paso mucho para que ella volviera ya vestida y arreglada para salir.

 

-Me iré temprano, no quiero irme corriendo ni nada-dijo mientras se dirigía a la puerta, apenas la abrió pude sentir el aire frio, esta iba a salir pero dejo entreabierto para poder voltear a verme-Intentaras hablar con él ¿verdad?-más que una pregunta parecía una petición.

 

-Si-afirme mientras desviaba la mirada-Se lo debo, al menos para decir adiós-susurre yo sin atreverme a encararla, tampoco es como si esperara una reacción de su parte.

 

-Buena suerte-fueron sus últimas palabras antes de cerrar la puerta, todo se quedó en silencio, con el frio aun en mi cuerpo camine a la cocina, no sabía si iba a funcionar, pero al menos haría el esfuerzo de hablarle y quizás lograr algo, le prepare su desayuno, lo deje sobre la mesa y respirando profundamente me di ánimos para subir al segundo piso y quedarme frente a la puerta de la habitación que solía usar yo.

 

-Sora ¿estas despierto?-pregunte dando pequeños golpes a la puerta, lo volví a intentar un poco más fuerte y espere, apegue mi oído a esta, podía escuchar unas pisadas acercándose y finalmente detenerse, aun así tras esperar la puerta no se abrió en ningún momento-Necesito algo de ropa, tengo que ir a trabajar-mencione mientras esperaba alguna reacción, algo me decía que estaba del otro lado, prácticamente separados por los centímetros de grosor de la puerta, pero ningún sonido vino-Sora no me ignores.....me duele-susurre apoyando mi frente en la madera, sintiéndome a cada segundo más miserable que antes por no escuchar su voz -No sé porque te afecto tanto ese comentario de ella, pero sé que no es tu culpa, sé que no le harías algo malo a nadie, menos a tu familia-murmure esperando que reaccionara con mis palabras.

 

-No me conoces-escuche finalmente su voz pero sonaba apagada, casi como muerta y algo en mí se apretó, me hacía sentir muy mal siquiera saber que existía ese tono en su voz- Y si lo hicieras, seguro me odiarías-murmuro tan bajo como si no quisiera que escuchara realmente.

 

-.....Te quiero Sora-susurre suavemente mientras me volteaba para apoyar mi espalda en la puerta-Has sido muy amable conmigo, atento, cariñoso, si estaba mal al menos te mantenías a mi lado o me animabas, la verdad, siento que eres mi primer amigo de verdad-suspire con la necesidad de sacar todo eso de mi pecho.

 

-Si me conocieras no lo dirías-escuche nuevamente ese tono que solamente me hacía sentir como basura.

 

-Eres una buena persona, nada puede cambiar ese concepto que tengo de ti- no pude evitar sonreír al decir eso, no salió otra palabra de su parte, al menos lo podía tomar como algo bueno ya que no lo había negado, me quede en silencio, escuchando el reloj marcar como los segundos pasaban, un silencio que ya no era ni bueno ni malo, solo, silencio -Como no vas a abrir la puerta tendré que tomar algo de tu ropa, espero no te moleste-mencione sabiendo que no podía faltar a mi responsabilidad.

 

Me sentí algo incómodo no lo puedo negar, es decir, hasta me tuve que poner su ropa interior y que sus prendas olieran a él me daba una sensación que no podía describir, al menos no me alteraba o me asustaba solo......era su aroma, algo que ya debería estar acostumbrado para este entonces. Golpee su puerta tras estar listo, espere una señal pero nada ocurrió, me di la vuelta para dirigirme a las escaleras y entonces pude escuchar el sonido del cerrojo al quitarse, no dude en voltearme.

 

-Roxas-escuche su voz y entreabrió la puerta dejándome ver uno de sus ojos azules con un leve dejo de tristeza, aun se veían hinchados y esa escena me dolió bastante-Que tengas un buen día-me despidió antes de volver a cerrar la puerta, me quede ahí viendo eso, había querido correr y abrazarlo, darle consuelo pero otra parte de mi me decía que era un hipócrita por querer hacerlo, pues yo también había causado esas lágrimas, al menos sentía que así era, ni siquiera sentí el clima al salir, únicamente me perdía en el camino, avanzando casi automáticamente el camino que ahora sabia hasta reaccionar al calor que desprendía el café.

 

-Hola-me sonrió Xion viéndome algo preocupada, le devolví el gesto para avanzar hacia los camerinos y ponerme mi uniforme, al salir esta me esperaba en la puerta y sujeto mi brazo en señal de que esperara- ¿Esos dos discutieron?-me pregunto Xion señalando con su otra mano a la castaña que terminaba de arreglar unas mesas claramente decaída, únicamente asentí mientras ella se mordía su dedo algo angustiada.

 

-Ella le dijo que fue su culpa que Vanitas se fuera-mencione haciendo que ella se quedara tensa por unos segundos-¿Qué significa eso?-seguí hablando esperando al menos respuestas de su parte.

 

-Que ella lo ataco donde más le duele, aun cuando ambos saben que no es culpa de Sora, el simplemente no deja de culparse-suspiro ella mientras yo sentía que aquí algo más estaba pasando, algo entre el castaño y su hermano mayor mas bien-Espero no termine como la última vez-fueron sus palabras mientras se dirigía a la barra y yo la seguía.

 

-¿La otra vez?-no pude evitar mostrarme curioso por sus palabras.

 

-Es...una historia personal de ellos, en verdad no puedo decirte mucho pero -parecía dudosa de si seguir hablando o no, al final se quedó en silencio por como la castaña se acercó a nosotros.

 

Ninguno dijo nada más, simplemente me dedique a cumplir con lo mío, atender a las personas, mantener una buena actitud, poner una sonrisa que aunque intentaba fuera falsa mostraba que no podía, simplemente eran muchas cosas en mi cabeza para llegar siquiera a hacerlo bien, aunque parece que la gente se lo creía, ya casi para el medio día la gente comenzó a disminuir, no los culpo, por la nevada de ayer las calles no estaban exactamente agradables y el frio mucho menos.

 

-Hey chico, ¿vas a atenderme o qué?-una joven entro al local y enseguida se acercó a mí, yo la mire de frente, su cabello albino me hizo pensar en Riku pero su mirada molesta me hizo mantenerme concentrado-¿Qué esperas?, anota mi orden-me dijo de un modo demandante.

 

-Estoy atendiendo a esta persona antes, espéreme un momento-le pedí pues estaba anotando el pedido de una mujer que si había tomado asiento y esperado por mí.

 

-Inútil-gruño ella cruzada de brazos, iba a darle la espalda para seguir con lo mío pero sentí unos pasos apresurados hacia mí.

 

-¿Que estás haciendo tu aquí?-el tono en que hablo Iris me sobresalto, sonaba molesta y note que su mirada se enfocaba en aquella chica, por instinto tome distancia mientras aquella chica solo sonreía de lado y se acercaba a ella, casi de un modo desafiante.

 

-Solo vine por un café, pequeña sirvienta-lo dijo con un tono tan arrogante y soberbio que me imagine ella se enfadaría, en lugar de eso esta se mantenía igual.

 

-¿Esta cerca tú "querido" jefe?-

 

-Seifer no es mi jefe, solo me pidió le llevara algo de aquí, pero seguro es mal lugar si alguien como tu trabaja aquí, la verdad, no te reconocí sin el labio partido o el ojo morado-su tono burlón hasta a mi comenzaba a molestarme.

 

-Y yo casi no te reconocí sin verte con los pantalones mojados del miedo-respondió de regreso y esta vez note como aquella chica fruncía el ceño molesta-Haz lo que viniste a hacer y lárgate-dijo para pasarla de largo.

 

-¿Cómo está tu hermano?, ¿aun siendo una perra sumisa por compañía?-ese comentario no me lo espere, mucho menos cuando la castaña se volteo de golpe y le sujeto con firmeza el brazo-O-Oye suéltame-gruño comenzando a forcejar.

 

-Creí que les había dejado claro-su voz sonaba despacio, cargada de ira mientras su agarre se volvía más y más apretado, se veía que aquella chica estaba sufriendo pero por su cara no parecía querer dejarlo muy obvio-Que si se acercaban a mi o a Sora, si llegaban a hablar mal de él o siquiera me enteraba que querían contactarlo, les haría pasar un mal rato-trague con algo de fuerza, incluso todo el lugar estaba en silencio mientras el brazo de esa chica se doblaba más, como si en verdad quisiera romperlo.

 

-N-No se siquiera donde viven, no queremos acercarnos a él ni a ti, lo juro-gimoteo ella ya sin poder ocultar su expresión de dolor.

 

-Aun así terminaste aquí y hablaste mal de el-una sonrisa siniestra adorno su rostro-Que mala suerte-gruño aplicando más fuerza.

 

-¡Iris!-Xion se entrometió haciendo que la soltara, aquella chica se sujetaba su brazo adolorida, retrocediendo para tomar distancia e intercambiando una mirada asesina con la castaña.

 

-¡Maldita psicópata!, ¡ojala tú y tu raro hermano se pudran!-grito enfadada, tuve que ayudar a Xion para detener a la castaña que avanzo hacia ella, en cuanto a esa chica vio sus intenciones no dudo en salir corriendo del local.

 

-¡Cálmate ya!-le reprendió Xion sacudiéndola de los hombros, en verdad nunca la había visto tan enfadada, ni siquiera ayer, poco a poco la respiración de ella se comenzó a calmar, más bien ella hacia el esfuerzo por controlarse y se frotaba las sienes suavemente-Ve a descansar, ahora-ni siquiera se quejó, simplemente desapareció por la puerta que daba a los empleados.

 

No faltó decir que la atmosfera era realmente mala desde ese punto, aunque por mi parte la mujer que atendía estuvo mejor de que la chica albina se hubiera ido, se veía que no era agradable, seguí con mis pedidos, ahora tenía más pues la castaña no estaba para ayudar y para el momento de almuerzo vi como Xion hablaba algo nerviosa por el celular, los problemas abundaban por todos lados al parecer, entre con mi comida a la una pequeña habitación que nos daban para comer o descansar, no la había usado hasta ahora ya que normalmente comíamos en los asientos del local por ser más cómodos, en cambio ahora ella se encontraba echada en la mesa sobre sus brazos, bastante pensativa y a su lado una taza de chocolate aun humeante, me senté frente a ella, sin decirle nada comencé a comer, sintiendo de vez en cuando su mirada sobre mí, los humanos somos curiosos en verdad, pues no pude controlar más mi lengua para hacer preguntas.

 

-¿Una chica de tu escuela?-

 

-No-

 

-¿Una conocida de Sora?-

 

-Cerca-

 

-No vas a decirme quien era ¿verdad?-

 

-¿De qué te serviría?-

 

-Para conocerlos mejor-

 

-Eso no es importante-

 

-Si lo es-

 

-No lo-

 

-Si lo es-repetí esta vez elevando mi tono mientras ella me miraba fijamente-Ustedes dos son importantes para mí, y realmente me tiene muy afectado lo que paso anoche, ahora lo que vi me hace pensar que tienen algo grave en manos, algo que simplemente intentan ignorar pero tanto tu como él siempre lo tienen en la cabeza-deje mi comida de lado y cruce mis brazos sobre la mesa-Así que seamos honestos por un rato ¿sí?, confía en mí y cuéntame que no los deja vivir tranquilos-le indique haciendo que ella apretara el puño.

 

-Le perderías el respeto a Sora y a mí-

 

-No lo hare-

 

-Créeme que-

 

-No lo hare-repetí viéndola de modo serio, esta me mantuvo la mirada, como si estuviera probándome pero no me deje intimidar o dudar en algún momento-Por favor, confía en mi-le pedí manteniéndome serio al respecto, ella solamente daba pequeños golpes a la mesa con sus dedos hasta que se detuvo para respirar profundo.

 

-No puedo creer que a la segunda persona que le contare esto serás tú...bueno, ya que, solo prométeme que no me interrumpirás, porque no es fácil para mí contarlo-suspiro mientras se acomodaba bien en su silla, por su expresión se podía ver que hablar de esto no le daba gracia.

 

-Te escucho- esta desvió la mirada, de vez en cuando abría la boca pero la cerraba, como si pensara detalladamente que era lo siguiente que iba a decir hasta que acabo suspirando.

 

-Creo que debo empezar con Sora, veras, mi hermano desde pequeño siempre ha tenido una presencia agradable, veía las cosas buenas en todos e intentaba hacerse su amigo, en la mayoría de los casos lo lograba, uno más a la lista de amigos y recuerdos, Sora, Vanitas y yo normalmente tomábamos nuestras distancias.....no, más bien yo mantenía la distancia de ellos, no solo porque de chicos me molestaban por mis frenos, sino porque me daba envidia saber que Sora era el preferido de nuestro hermano mayor, su pequeño príncipe por así decirlo-Note un tono de molestia y tristeza cuando dijo esas palabras, supongo que ella se sentía dejada de lado en esa época.

 

-Cuando nuestros padres tuvieron un ascenso comenzaron a salir más seguido, al estar vanitas a cargo era normal que formáramos un lazo más dependiente hacia él, pero el lazo entre Sora y él fue bastante.....especial, porque conforme crecíamos los amigos de mi hermano pasaban de muchos a unos pocos, cambios de residencia, cambios de escuela, es normal todas esas cosas, pero para Sora fue la primera vez que conoció como era ser abandonado, Vanitas siempre intentaba animarlo o hacerle sonreír con algún gesto desinteresado, creo que fue en ese punto que se comenzó a apoyar más en el que en nadie más-me parecía algo normal también, todo acorde a lo que el castaño me había platicado una vez.

 

-Riku me dijo que Sora es algo sensible emocionalmente-mencione yo recibiendo un asentimiento de su parte.

 

-Intenta hacerse el fuerte, pero cuando se encariña con alguien y esa persona simplemente se va, es algo muy fuerte para él, así paso con Vanitas, era su mejor amigo, su hermano más querido, su confidente, su consejero, era en quien más se apoyaba conforme crecía, cuando él se fue, el mundo de Sora se cayó a pedazos-hizo una pausa mientras juntaba sus manos cerrando sus ojos-Desde ese día en su último año de escuela el siempre intentaba ayudar a todos, hacerse su amigo, llenar el vacío que le dejo pero esa desesperación era exactamente lo que le llevo por un mal camino, no fue hasta mitad de ese año que supe que las compañías iban de mal en peor, sus compañeros comenzaban a aprovecharse de Sora en dos sentidos, su inocencia y su cartera-bufo ella desviando la mirada y le dio un sorbo a su taza de chocolate mientras yo movía mi pierna inquieto-por mucho que me duela decirlo, era.....su bufón, sin que él se diera cuenta lo tenían a sus mandados y el creía que solo les hacía unos favores, pero un día conoció a un grupo más problemático, Seifer y sus amigos-aquellas últimas palabras las escupió con odio.

 

-Esa chica es parte de ese grupo ¿verdad?-cuestione haciendo que ella asintiera y ahora su mirada se volvía sombría.

 

-No interferí en nada, solo deje que hiciera a donde quisiera, pero fueron demasiado lejos, una noche lo llevaron a una discoteca tras hacer credenciales falsas que obviamente le obligaron a pagar, no sabía nada de eso, al menos hasta que como a las 3 de la mañana me llego una llamada suya, intente contestar pero solamente grito una dirección, no faltaba decir que estaba aterrado, me vestí y fui al lugar, prácticamente compre al guardia para que me dejara pasar-se rio ella y una risa nerviosa salió de mi parte-Me tomo tiempo encontrarlo, varios tipos lo estaban hostigando en una de las esquinas, diciendo que el saldaría sus deudas y esos que decían ser sus amigos estaban bailando tranquilamente, bebiendo, riéndose aun cuando mi hermano estaba en peligro frente a sus narices, hable a los guardias, nos echaron a todos y a esos sujetos, a nosotros por ser menores de edad y los otros detenidos por hacer escandalo borrachos en el lugar-su mirada se tornó más sombría y apretó el puño-Seifer le sujeto el cuello, reclamándole que por ser tan inútil le había arruinado la fiesta, sus amigos también se quejaban, lo culpaban y ahí fue mi punto de quiebre-gruño ella viéndome de un modo amenazante y no hacía falta imaginar que ocurrió después de ello-Termine con el labio roto, un ojo morado, pero ese desgraciado perdió tres dientes y acabo con una pierna rota, claro que llamamos la atención demasiado, los policías llegaron, por ser menores nos salvamos ya que no sabían que entramos al lugar, mis padres tuvieron que pagar una multa pero por más que nos regañaron, yo sabía que estaban aliviados de lo que les hice a ese grupo, sin embargo, Sora volvió a caer en su depresión al darse cuenta finalmente que quienes decían ser sus amigos, solo se aprovechaban de el-dijo dando otro sorbo a su taza y la observe unos minutos esperando que siguiera pero no decía nada.

 

-¿A qué quieres llegar con esto?-susurre sin poder evitar sentirme algo identificado con todo lo que ella me estaba diciendo, solo que en mi caso yo mismo me había alejado de todo eso y por ello me conocieron como un antisocial.....no, siento como si el papel de Sora lo hubiera hecho alguien más antes.

 

-¿Qué es lo que causa una depresión tan fuerte que te deja vulnerable?, una emoción tan especial que llega a desear un medio de ya no pensar en ello para evitar aceptar la realidad-me cuestionaba ella mientras desviaba la mirada estando tensa.

 

-Amor-susurre sabiendo casi de inmediato la respuesta-¿El amor por Riku lo dejo así?-cuestione sin poder evitar sentirme tenso, sintiendo dentro de mí que esa no era la respuesta pero quería creer que sí.

 

-Fue mucho antes que eso, Sora.....estaba enamorado de nuestro hermano mayor, Vanitas-aquellas palabras resonaron en mis oídos, me tomo unos momentos captar todas las palabras y una desagradable sensación se formó en mi pecho, una gran....¿repulsión?, no, no era a tal extremo, enfado, eso era, ¿qué pasaba en el mundo ahora que todos se enamoraban de su hermano?, ¿en qué momento el mundo se volvió loco?, quería gritarlo, quería romper algo por la rabia que me inundaba pero, no pasó nada de eso, no me altere, no grite, simplemente esas palabras hicieron clic en mi cerebro y comprendí con que lo relacionaba todo.

 

-Sora es igual que Ventus-susurre a lo bajo mientras ella me volteaba a ver enseguida, al parecer no había esperado ese comentario y yo solo desvié la mirada sabiendo que se me soltó-¿Sabes que lo llevo a sentir eso por el?-cuestione queriendo cambiar el tema.

 

-Nunca se lo pregunte, pero yo creo que cuando la gente está sola o se siente usada es tan frágil como el cristal Roxas, uno confunde las muestras de afecto de las personas que lo rodean, una simple salida a los ojos parece una cita, un simple acto de bondad lo toman como la idea de que lo hizo solo por el-cada palabra era nada más que una puñalada a mi cerebro, era verdad, cada palabra lo era, cuando conocí a Axel, las palabras, las acciones, incluso como cada salida que tenía me hacía sentir especial, finalmente mi gemelo vino a mi mente y sentí un sudor frio recorrerme.

 

-Vanitas siempre estuvo a su lado ¿verdad?, lo consolaba, lo abrazaba, lo escuchaba, de seguro se escapaban para dormir juntos-decía únicamente recordando como si fuera una película cada una de las acciones que hacía con Ventus hasta que se lo negué y comenzó el desprecio, lo había herido en verdad, lo deje tener esas malas compañías y que se hundiera, podía ver a veces que su mirada suplicaba ayuda de mi parte pero yo...me rendí con él.

 

-Solo sé que una noche se le confeso, lo oí llorar a través de la puerta pero no me atreví a hablarle, estaba molesta, sin entender como pudo decir eso, fue peor cuando a la semana siguiente Vanitas se fue de nuestro lado, lo llevaron al extranjero para estudiar y este no se opuso, para Sora fue demasiado, tanto que no se despidió de él cuándo se tuvo que ir, lo escuche llorar a todo pulmón diciendo "todo es mi culpa", quería decirle que así era, que el alejo a nuestro hermano......pero no pude, porque aun con toda la rabia que tenía contra él, no quería causarle más dolor del que tenía, simplemente, me aleje de todo eso-se quitó una lagrima que parecía asomarse por uno de sus ojos y bebía de golpe lo que quedaba de su taza, junte mis manos en la mesa, pensando en cada palabra y finalmente me quedo solo una duda más.

 

-¿Lo pudo volver a ver a la cara?-cuestione yo mientras ambos nos intentábamos calma y ella me asintió levemente.

 

-Él me dijo que no se fue por Sora, se fue porque quería hacerlo, probarse a sí mismo en otro lugar, que no permitiera que se culpara y que lo cuidará, aun así, después de lo de Seifer no deje que viera a nadie más por un tiempo, no confiaba en el.....aun no confió en el-susurro ella mientras se quedaba en silencio, supuse que era el final de la historia y ahora lo tenía, el mapa completo de esos dos, al menos la versión de ella pero no me importaba, porque ahora podía ver un hecho importante.

 

-Somos un asco como hermanos-susurre mientras pasaba mi mano por mi rostro ganándome su atención-Creo que él te necesitaba más que nunca, seguramente se culpó de eso una y otra vez, se sentía diferente, un fenómeno, un ser asqueroso, pero tú y yo sabemos que él no es nada de eso, simplemente es algo que ocurrió, quizás por confusión, quizás era verdadero, pero de un modo u otro, el termino con el corazón roto, aislado de todos sus amigos e incluso la única familiar que le queda aquí, Sora es más fuerte de lo que pensé- gruñí viéndola molesto y ella se levantó ofendida.

 

-¿Que entenderías tú?-gruño molesta, le mantuve la mirada, mostrando que no me intimidaría lo que llegara a hacer, finalmente suspiro y se dejó caer en la silla otra vez-No sabía qué hacer, también tenía miedo de perder el control porque sé que puedo herirlo y dejarlo llorando en un momento, eso se vio claro ayer-suspiro, esta vez fui yo el que se levantó.

 

-Cometí el mismo error-le dije haciendo que se enfocara en mi-Cuando Ventus.....cuando mi gemelo comenzó a ser odioso conmigo yo me aleje, lo ignore por todos los medios para no tener problemas, pero ahora que veo tu caso me doy cuenta que al final fui un mal hermano, porque sin darme cuenta, yo era todo lo que el tenia, yo era lo único que le traía algo de alegría y solo por una tontería como su actitud lo deje abandonado, me rendí con el igual que como tú lo hiciste con Sora-baje mi mirada pensativo, al decirlo en voz alta realmente me sentía peor pero necesitaba hacerlo, necesitaba sentirme así para saber que hacer ahora.

 

-H-Hey ¿dónde vas?-escuche como me llamo por cómo me dirigí a la puerta.

 

-Dile a Xion que me perdone pero me iré temprano-fueron mis últimas palabras antes de ir por mis cosas.

 

Me cambie lo más rápido que pude, prácticamente salí a paso veloz cruzando el café, pasando de largo a Xion y haciendo oídos sordos a sus llamados, ignorando el frio de las calles, la conversación retumbaba en mis oídos, comparaba sus acciones con las mías, antes y ahora sigo siendo un idiota, siempre alejándome de cosas que parecían difíciles, diciéndome a mí mismo que no valían la pena, no haciéndome escuchar cuando estaba contra algo, solo para evitar generar un problema, siempre sumiso para no complicarme la vida, así he vivido y nunca he peleado de regreso por esforzarme que todo cambie, no puedo seguir así, porque realmente no quiero que esto acabe como con mi familia, no quiero volver a ver el peor escenario, menos aún quiero que sea el quién tenga que sufrirlo esta vez.

 

-Estoy cansado de rendirme-susurre a mí mismo una vez llegue a casa, mientras insertaba la llave respire profundamente, determinado a arreglar esto de una vez, sin dudar más entre a la casa.

 

La calefacción no estaba encendida, se sentía casi tan frio como afuera, me quite mi abrigo y lo deje colgado, cerré la puerta tras de mí y avance hacia las escaleras en silencio, la habitación del castaño estaba vacía, la mía igual y la de Iris también, sin embargo los lugares lucían limpios, algo reciente sin duda, deje algunas cosas en mi habitación, bajé las escaleras y pude escuchar ruidos desde la cocina, al acercarme me encontré a Sora tirado sobre la mesa, a su lado una botella grande de cerveza y este aun con su pijama, di unos suaves golpes a la mesa, lo suficiente para que alzara la mirada y por como abrió sus ojos se veía sorprendido de mi presencia.

 

-Roxas-susurro mientras dejaba el vaso sobre la mesa, me sentí mal de solo verlo así, tenía unas ojeras muy grandes y sus ojos aún estaban irritados, incluso creía ver unos rastros de lágrimas en sus mejillas-Es muy temprano, ¿paso algo?-cuestiono con un leve dejo de preocupación en su voz y pasaba su mano por su rostro.

 

-Algo así, ¿estas bebiendo?-cuestione mientras me acercaba a la mesa notando media botella vacía de cerveza al igual que el vaso de su mano.

 

-No me juzgues, es solo cuando estoy deprimido....como todo mundo-susurro mientras tragaba el resto de golpe, aun así no se veía borracho, quizás había empezado hace poco-¿Quieres?-me propuso mientras volvía a servirse de aquella botella.

 

-No bebo, al menos no desde que fui a una fiesta y dos mayores se abrazaban llorando y cantando, muy mal de hecho-murmure yo recordando con algo de gracia esa escena.

 

-Que loco-su tono sarcástico daba a mostrar que no le importaba, acerco el vaso a sus labios, yo solo lo veía con calma, esperando que bebiera pero este no lo hacía, simplemente lo mantenía apegado al hasta que termino suspirando-Quieres decirme algo ¿verdad?-bufo sin alejar el trago de su alcance.

 

-Tenemos que hablar-fueron mis palabras viendo cómo se tensaba.

 

-Si es por lo de anoche, mira, yo lo siento y-

 

-Iris me conto todo-le corte de golpe haciendo que el vaso en su mano se le cayera, al tiempo que el líquido se derramaba en la mesa este comenzaba a ponerse pálido-¿Podemos hablarlo?-le pedí yo intentando mantener la calma que mostraba, este únicamente se quedó en silencio, meditando o procesando lo que había dicho, finalmente se movió para dejar el vaso bien colocado sobre la mesa.

 

-¿Que tanto te dijo?-no era necesario decir que sonaba molesto.

 

-Lo de Seifer y sus amigos-note como se puso tenso-Como fue tu vida en la preparatoria-esta vez apretó su puño con fuerza y su respiración comenzaba a agitarse levemente-Y lo que sentías o aun sientes por Vanitas-sus ojos se abrieron a modo de terror, lo siguiente fue que arrojo el vaso contra la pared haciendo que se hiciera pedazos el cristal.

 

-Vete de mi casa-

 

-No lo hare-

 

-¡Vete de mi casa!-se levantó y se acercó para sujetarme del cuello de la camisa, viéndose enojado pero yo le mantenía la mirada con firmeza-....¿Por qué?-susurro mientras apretaba más fuerte y yo alzaba mi ceja confuso-¡¿Porque tú también?!, ¿por qué me miras como Van?, como Iris.....¿¡por qué me miras como si me tuvieras lástima!?-grito completa enfadado mientras me sacudía, llegando a lastimarme un poco pero

 

-Sora, yo no te veo con lastima, es solo...solo que...Aff, solo que no es como hablarte-gruñí frustrado por no ordenar mis ideas y entonces mi rostro se volteo por el puñetazo que me dio.

 

-Admítelo de una vez, me tienes asco, por eso no quería decírtelo, pero claro, la boca floja de mi hermana tenía que delatarme-gruño mientras yo me frotaba mi mejilla adolorido, aun así miraba lo veía a los ojos, sin romper el tacto hasta que el suspiro-Solo di que me odias y terminemos con esto-susurro soltándome y cayendo sentado en la silla mientras cubría su rostro con su mano.

 

-No te odio-

 

-Mentiroso-

 

-No te odio-

 

-¡Mentiroso!-

 

-Sora yo no te odio-

 

-¡Deja de mentirme!-grito mientras me veía de frente con sus ojos temblándole, rabia o frustración, no sabía que era lo que se reflejaba en estos-No me hagas tener falsas esperanzas, como si fueras a ser mi amigo sabiendo que soy raro-gruño a lo bajo.

 

-Soy tu amigo, pero porque somos idiotas no hemos llevado esto bien, lo que paso entre nosotros no estuvo bien-susurre mientras este soltaba una pequeña risa.

 

-¿Y tú crees que me sentí bien por lo que pasaba?, me daba asco, yo mismo me daba asco, me convertí en tu puta solo por querer mantenerte junto a mí y ni así funciono.....no funciono ¿verdad?-sus ojos se comenzaron a humedecer y yo intente tomar su brazo pero él lo alejo-Estoy condenado a estar solo ¿no?, primero mis supuesto amigos, luego Vanitas, mi hermana y mis padres me dejan de lado, ahora tu.....¿que tengo de malo?, ¿que aleja a todos de mi lado?-me pregunto comenzando a sonar casi desesperado pero yo me mantuve firme.

 

-Sora, uno no siempre puede estar a tu lado, no importa cuando lo desees-le dije mientras tocaba su mano suavemente-Ahora yo estoy aquí y quiero estarlo, quiero estar para que sepas que cuentas con alguien-mis palabras salían por si solas pero este no parecía creerme.

 

-No lo sabes...todo es culpa de que soy un fenómeno ¿no?, de que...de que-gimoteaba con la voz temblorosa.

 

-De que te enamoraste de Vanitas, lo sé-complete la oración y él se levantó apresurado, caminando rápido como si quisiera escapar pero yo fui más rápido y me interpuse en su camino-¡No me das asco!-le grite de golpe tomándolo de los hombros-No me interesa eso, no quita que eres una buena persona, así que no escapes ni te encierres, porque yo no te odiare-le dije mientras este sujetaba mis brazos.

 

-No es cierto, ¡¿además que sabes tú?!, ¡no puedes entender como me llegue a sentir!-me grito forcejeando para soltarse de mi agarre -Nadie sabe cómo me siento, nadie sabe cuánto he sufrido por culpa de lo que paso, ¡no actúes como si supieras como se siente esto!-sus gritos me hicieron apretar los puños y finalmente explote.

 

-¡Y tú no sabes lo que se siente que tu hermano se enamore de ti!-le grite yo haciendo que se detuviera de golpe, un silencio se formó y finalmente me vio de frente.

 

-... ¿Qué?-murmuro mientras parecía estar luchando por procesarlo todo.

 

-Mi hermano enamoro de mí, Sora no me echaron de casa porque elegí a un amigo, me echaron porque soy gay y tenía novio-Confesé finalmente mientras este me escuchaba atentamente-Ventus me delato, mi familia me rechazo, antes de irme de esa casa me beso y me dijo que me amaba, no tienes idea de cómo me sentí en ese entonces, traicionado, humillado, confundido, estaba tan desesperado por no estar solo que solamente caí en los brazos de Axel, no quería pensar en nada mas, solamente quería olvidarlo todo, que nada hubiera pasado pero lo hizo, yo sé lo que es desear desesperadamente una compañía, se lo mucho que uno solo desea un hombro en el cual llorar-le iba diciendo mientras este abría sus ojos sorprendido.

 

-......Estas jodiendome-susurro el mientras yo me mordía el labio molesto conmigo mismo por abrir una vieja herida-Entonces......ese día que te encontré, cuando te iban a atropellar-comenzó a verme ahora algo asustado.

 

-Encontré a mi novio engañándome con su mejor amigo, ahí si me rompí, estaba destruido, no pensaba, no tenía voluntad, no tenía deseo alguno siquiera, la verdad, si no me movías de la calle seguro hubiera esperado que alguien más me atropellara, pensé que era mejor simplemente morirme, prefería eso que seguir pensando que estaba solo - murmure intentando mantenerme firme pero mi voz llegaba a temblar y la mirada de tristeza de Sora no me ayudaba.

 

-Roxas, yo no-alce mi mano para que no dijera nada y este lo hizo.

 

-Tú no sabes lo que es estar sin un lugar donde volver, que alguien que te diga que te amé te traicione, no tener a nadie a quien recurrir, ser nadie, alguien que no existe a los ojos de todos...no sabes lo que es en verdad el dolor Sora, aun si has sufrido por más tiempo, tu nunca has probado ese nivel de desesperación-me abrace a mí mismo, recordando esa sensación pero manteniéndome fuerte al recordarme que eso ya era el pasado.

 

-Roxas-me llamo de un modo suave, no me gusto tener que contárselo así, pero finalmente se había calmado un poco.

 

-Eres suertudo comparado a mi Sora, tienes muchas cosas que valen la pena, que algunas personas no estén aquí a tu lado en este momento no significa que no te quieran, tus padres te quieren, tus hermanos te quieren, Iris nunca ha dejado de cuidarte, aun cuando estaba molesta por todo lo ocurrido, nunca ha dejado de quererte porque le importas-iban diciendo mientras este bajaba la mirada- A mí también me importas, me importas mucho porque te quiero Sora, si no fuera por ti.....si no fuera por ti lo más probable es que me hubiera matado yo mismo-le dije viendo como su pasaba sus manos por su rostro del cual escapaban unas traicioneras lágrimas.

 

-Pero...aun así yo-gimoteo el desviando la mirada.

 

-No sabes nada de la vida, ni tu ni yo lo sabemos, conocerás gente nueva, algunas pueden ser malas, otras buenas, incluso puede que te enamores de otra persona y esta te haga feliz Sora-le decía viendo cómo se sonrojaba levemente-Pero no lo harás si sigues quedándote así, porque estas estancado culpándote de algo que no estaba bajo tu control, algo de lo que realmente nadie te culpa y tú lo sabes, así que por favor, solo deja lo ocurrido atrás-le pedí mientras este me veía algo inseguro y comenzaba a temblar.

 

-Me da miedo, no quiero que más gente me siga lastimando así, no sé en quien confiar, no sé qué hacer para que no se vayan, ni siquiera sé si quiero estudiar o trabajar, no sé qué hacer con mi vida-gimoteaba mientras sus lágrimas finalmente comenzaron a salir y caer por sus mejillas.

 

-No estás solo, si tienes duda en algo tienes gente con quien hablarlo, es decir, Riku y Kairi aún están ahí esperando que les llames, imagina todas las personas que tendrás mientras sigas siendo tu-le sonreí de modo cálido viendo como poco a poco dejaba de estar a la defensiva.

 

-¿Y cómo estás seguro de que podre conocer más gente así?-cuestiono el mientras intentaba calmarse pero aun así no dejaba de llorar.

 

-Te conocí a ti, eres la prueba de que hay gente buena, también llegarán a lamentarse no haberte conocido antes, yo ya lo hago-me reía suavemente y finalmente una pequeña carcajada salió de sus labios-Eres importante para mi Sora, si es necesario lo gritaría frente a toda la universidad el primer día, claro que después todos pensarán que estoy loco por ti-me seguía riendo al igual que él, finalmente la tensión se había ido, tome su rostro en mis manos y con mis dedos le quitaba sus lágrimas, se dejaba únicamente, viéndome a los ojos y entonces se abrazó a mí con fuerza.

 

-Gracias-gimoteo mientras yo solo sonreía y le correspondía el abrazo, acaricie su espalda suavemente, la frotaba para que dejara salir todo, sintiendo como temblaba de a momentos pero se iba relajando, se acurruco en mí, buscando estar más cómodo y yo solamente me dejaba para hacerle saber que estaba en confianza.

 

"¿Que hare contigo?, a este paso terminare cuidando de ti siempre"-pensaba yo sin poder evitar sonreír por ello, de algún modo ese ya era un objetivo en mi vida, ¿me estaba convirtiendo en un hermano mayor o estaba sintiendo algo más?, no me importaba, solo quería protegerlo y curar sus heridas tal y como el había hecho conmigo.

 

-Roxas-me llamo haciéndome regresar a la realidad, estaba apoyado en el muro y este aferrado a mí-Bueno.....solo quería decirte que, no me sentía mal después de todo lo que hacíamos-susurro mientras comencé a sentir que me ruborizaba sin necesitar recordar eso ahora-Era agradable, quizás porque eran las hormonas como tu decías pero.....la verdad es que a tu lado me siento seguro, me siento tranquilo pues una parte de mi me dice.....que nunca me harás daño-la vergüenza con la que decía esas palabras lo hacía ver lindo, más como un niño pequeño arrepentido.

 

-Y aun así te hice llorar ahora-suspire sintiéndome mal por ello.

 

-No, fui yo quien comenzó a llorar por temor a que llegara a darte asco, es algo que siempre me ha perseguido, que alguien conozca todo de mí y se aleje, aun no lo supero pero.....me alegra saber que al menos cuento contigo-susurro viéndome a los ojos de modo más calmado-La verdad, no sabía que tanto necesitaba sacar todo esto de mí, siento que me has quitado un peso de encima.....muchas gracias Roxas, enserio-me sonrió como solía hacerlo antes, de un modo más honesto y confiado, esta vez con un leve rubor en sus mejillas y le acaricie una de estas, note como se puso tenso al inicio, pero después inclino la cabeza para acurrucarse en ella.

 

-No tienes que ocultarme algo a mí, y yo prometo no ocultarte nada más, pero esa será una plática para otro día ¿sí?-le propuse yo mientras este asentía y se volvía a aferrar a mí, sonreí y tome su mano para ir a la sala, nos sentamos en el sofá, él se acurruco en mi hombro, se le veía ya tranquilo, incluso aliviado y eso era algo bueno.

 

-Gracias por estar aquí -sonreí de lado cuando dijo eso, sujeto suavemente mi brazo, me apoye junto a él, sintiendo como su respiración se iba haciendo suave hasta que termino dormido, estaba cansado, yo también lo estaba, hemos pasado por muchas emociones fuertes últimamente y necesitamos un descanso, lo cargue a su habitación, lo acosté en su cama y lo arrope para tirarme a su lado, me quede viendo como dormía, pensativo en todo lo que sabía ahora y lo que quizás faltaba por saber, había tiempo para eso, por ahora es lo mejor solo calmarse.

 

Después de la tormenta viene la calma, solo espero que esta dure un poco más que antes porque en verdad siento que la necesita más que nadie......pero debo ser honesto conmigo mismo, no soy la mejor persona para muchos, pero deseo mejorar para él, porque me he estado rindiendo en muchas cosas últimamente, he dejado que pasen de largo muchas cosas al igual que me utilicen y me convenzo a mí mismo que es lo mejor, si puedo mostrar genuino interés en él, me pregunto por qué no pude antes, la verdad, no fui el mejor hermano, pues cuando mi gemelo más me necesitaba yo solamente lo deje a la deriva, no me atreví a acercarme ni mucho menos intentar retomar el vínculo que una vez tuvimos aun sabiendo que tan importante era para él.

 

Lo siento Ventus, fui yo quien te fallo.


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