Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Las estaciones, Roxas por Riolu

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Cuando yo era niño la vida era bastante agradable, mis padres me compraban lo que querían, mis hermanos jugaban conmigo si les pedía, los cinco salíamos a divertirnos ya fuera solo una salida a un parque de diversiones o a una plaza cercana, ellos decían que tenía una agradable presencia que lograba que muchos se acercaran a mi sin sentirse intimidados, mamá decía que era porque era un buen niño, al menos mi infancia recuerdo que era divertida, caricaturas con historias increíbles, libros donde habían aventuras, mis hermanos viéndolas conmigo y después de eso nos vestíamos diferente, intentando lucir como uno de esos personajes, claro, mi hermana insistía en ser el villano, ni idea de porque, quizás le gustaba la risa malvada de ellos, pero aun así siempre nos divertíamos tanto que yo pensaba que sería así para siempre, lo que más me gustaba eran personajes estilo Disney, sobre todo Goofy y Donald, puede que te resulte gracioso pero, siempre me imaginaba a mí mismo siendo un héroe, acompañado de esos dos personajes, aventurándome de cuento en cuento para ayudar a los protagonistas a alcanzar sus finales felices, derrotar a los malos y sentirme bien de haber sido parte de aquel proceso. Sin embargo, conforme iba creciendo poco a poco ese mundo de colores y fantasía se volvió cada vez más y más gris, finalmente un día aprendí lo que era la realidad.

 

-Los cuentos no son reales-

 

-Las caricaturas no eran reales-

 

-Yo no era un héroe-

 

Dicen que es normal para alguien dejar ir las cosas del pasado, incluso sin darse cuenta uno lo hace para concentrarse en otras cosas, hacer otros amigos y así poder compartirlo, pero a mí me tomo totalmente desprevenido que el que sería dejado de lado iba a ser yo, me catalogaban de infantil, algunos no me hablaban o me evitaban, no insistían en jugar conmigo, intente acercarme pero me di cuenta que ya no habían muchas cosas en común, fue ahí donde por primera vez conocí lo que era estar solo......y no me gusto.

 

Cuando los años pasaron aquello se fue repitiendo, incluso con mis hermanos, Iris es mujer, es normal que desarrolle otros intereses que yo no entendía, aun no los hago, Vanitas por otro lado se volvió....un cretino, lo sé, es raro decir eso cuando lo tengo en un escalón tan alto, de niño no entendía porque su actitud se volvió tan desagradable, pero viéndolo bien, entendí que era para protegernos, la escuela a la que los tres íbamos era buena, pero socialmente era un infierno, como si todos estuvieran a punto de empujar a alguien por la escalera o hacerle pasar un mal rato solo por hacerlo, saber que estábamos relacionados con el mantenía a los bully alejados, al menos, la gran mayoría, pero cuando estaba en casa, siempre era el hermano mayor dispuesto y cariñoso que conocía de niño, no tan cariñoso, pero siempre sabia como animarme cuando hubieron momentos malos, dependía más de él que nadie, al menos hasta que conocí a Riku en ese lugar, después vino Kairi y ellos dos fueron mi compañía principal durante toda la primaria, pero Vanitas siempre fue mi favorito en toda mi vida.

 

Sin embargo...no fue suficiente.

 

Estaba tan acostumbrado a tener atención sobre mí que era la única vida que conocía en ese entonces, intente ser una buena persona, entusiasta, sin temor, hiperactivo, optimista, ocultando rastro de tristeza o preocupación aun si estaban latentes, sentía que así la gente me quería mas, tanto que no podía hablar nada serio con ellos, varios amigos.....conocidos, no podía llamarlos como tal pues solo eran charlas leves, momentos pasajeros, compañeros a lo máximo quizás, pero fue en ese entonces que comencé a aprender cosas de la vida, tales como si una relación, fuera cual fuera llegaba a descuidarse terminaría finalmente, mi hermano se preocupaba por mí, aun si no lo dijera en voz alta yo lo sabía, me aproveche de eso y siempre me termine metiendo en situaciones para que el no dejara de hacerlo, ya que era a quien menos quería que me abandonara. No lo negare, estaba siendo un niño mimado, quizás eso llevo a mi hermano a regalarme aquel collar con esa corona, llamándome "príncipe" como modo de burlarse, pero no le salía bien pues siempre que me llamaba así yo lo abrazaba diciendo "entonces tu eres mi caballero" provocando que se pusiera incómodo y se sonrojara, al inicio fue todo una broma, después comenzó a volverse un apodo cariñoso y por último, comencé a sentirlo como algo más.

 

¿Amor?

 

Fuera del cariño entre hermanos, fuera de lo simple entre dos personas, cada vez que veía a Vanitas me comencé a sentir raro, claro, para ese entonces ya iba en secundaria, las hormonas despertaban pero normalmente debería ser ese sentimiento hacia las chicas, honestamente pensé que me sentiría atraído hacia Kairi, era mi mejor amiga desde la primaria pero por más que pasaba tiempo con ella mis sentimientos no lograban sobrepasar esa pared de amistad, no lograban ser algo más que eso, en cambio verlo a él salir de la ducha o siquiera estar sin su playera me hacía sentir vergüenza y algo de curiosidad, ocurría lo mismo por mis compañeros tras clases de deporte, me quedaba viéndolos curioso y bueno, finalmente termine investigando y descubriendo que era la homosexualidad, estaba confundido, desorientado, pero tenía que mantenerme todo eso para mí, no podía quitar mi fachada de ser el chico despreocupado de siempre, estuve casi un año reprimiendo esas emociones hasta que una noche nos quedamos los dos a solas, sabía que podía confiar en él, nunca me dio motivos para no hacerlo, fue la charla más incómoda de mi vida, pero al final.

 

Solo me sonrió

 

Si te soy honesto esperaba un grito, una reacción alterada, un regaño, un chiste pero no, nada de eso, solo me sonrió como siempre lo hacia diciéndome que estaba bien, que cual fuera mi decisión el solo deseaba que fuera feliz, casi lo mate con el abrazo que le di, me sentía aliviado, aceptado y libre pues podía ser realmente yo en su cercanía, estar entre sus cálidos brazos, sentir su aroma, ser querido, era algo que siempre había tenido a mi lado y que sabía siempre lo estaría, quizás me metí tanto en esa idea que comencé a verlo de otra manera, admirarlo, amarlo, no sabía cuál de las dos era, pero todo iba bien, al menos hasta el día que me entere que podía irse de casa.

 

Entre en pánico.

 

No podía aceptar que se fuera, aquella idea me comenzaba a aterrar, pero tampoco podía ser egoísta con él, no con todo lo que había soportado de mi parte, aun así una parte mía me gritaba que hiciera lo necesario, que buscara una manera de hacerlo quedarse aquí conmigo, fue entonces que una noche le pedí hablar, estaba nervioso, atemorizado y entonces simplemente me arroje sobre él, lo abrace tan fuerte que pensé que le rompería la espalda, suplicándole que no se fuera y en mi desesperación, termine diciéndole como me sentía respecto a él.

 

Se alejó de mí.

 

No me vio a la cara, solo me dio la espalda pidiéndome que fuera a mi habitación, intente tocarlo, le pedí que me viera a la cara pero él no lo hizo, me evitaba, lo hizo hasta que en un punto me cargo, me saco de su habitación y cerro con llave, nunca me sentí peor en mi vida, aquella noche supe que lo había arruinado todo, lloraba en silencio, pues yo sabía que mi peor temor se iba a cumplir y lo hizo, al día siguiente mi hermano se había ido, no tuve fuerzas para despedirme, para verlo, para explicarme ni tampoco para defenderme cuando mi hermana se enteró de lo ocurrido y me echo la culpa, porque sabía que la tenía, pero él no lo hacía, Vanitas solamente me dejo una carta en su habitación diciendo que no me odiaba y que el había tomado esa decisión hace mucho tiempo, quería creerle, en verdad quería, pero mi propia consciencia no me lo permitió.....el resto me imagino que ya lo sabes.

 

He hecho mal las cosas, todos mis esfuerzos para no quedar solo me llevaron a estarlo finalmente, hundido en esto, estancado, repitiéndome una y otra vez mis errores de tal manera que no quería volver a intentar mantener a alguien a mi lado.....pero me doy cuenta que no estoy solo, al menos no totalmente, he dado por sentado a Riku y a Kairi que aún se esfuerzan por verme, no he entendido totalmente a mi hermana, pero quiero hacerlo, sé que Vanitas no me culpa, pues él me conocía mejor que nadie, solo vivo con ese miedo de que si cometo un error más termine cayendo otra vez, eso me ha impedido moverme más de este punto, pero quiero avanzar, más que nada por mí mismo.

 

Dime Roxas, aun sabiendo todo esto... ¿tú seguirías a mi lado?

 

************

 

Aquel día en que le mostré que no me rendiría con el decidió contarme su vida, una prueba final en que se mostraría como verdaderamente es, escuche su historia con atención, sin comentar, sin detenerlo, simplemente estando atento a cada palabra que salía de sus labios, dolor, tristeza, culpa, todo eso salía en el relato, algo que él se había guardado para sí mismo durante todo este tiempo, para el momento que termino lo abrace, recuerdo como tembló en mis brazos y comenzó a llorar nuevamente, sin decir nada, me quede callado mientras acariciaba sus cabellos, haciéndole saber que estaba en compañía de alguien, que aun sabiendo todo eso no sería suficiente para alejarme, este me correspondió el apretón y finalmente después de tantos días su sonrisa volvió a su rostro, aquella con la que lo conocí, que me llenaba de la sensación de que todo saldría bien, que podía salir adelante y que estaba en confianza a su lado, sus ojos me vieron con una mezcla de alivio y gratitud, solo eso quería, que por un momento el estuviera calmado, que ya no tuviera algo en su cabeza o su corazón haciéndolo sentir mal.

 

Desde eso pasaron ya tres días, al día siguiente de nuestra conversación él se enfocó más en volver a retomar contacto con Riku y Kairi, al menos cuando llegaba a casa él no estaba, volvía mucho más tarde por juntarse con ellos o salir a hacerles compañía, no negare que me sentía algo abandonado ya que no es muy agradable llegar a una casa donde nadie te espera, pero aun así podía descansar, al menos antes de que fuera a buscarme, ya fuera porque me quedaba dormido, quería que viéramos algo o solo contarme como paso el día con ellos, al menos todo parecía ir cuesta arriba para él, recuperando su ánimo, sus energías y esa actitud que tanto me agradaba, pero como siempre, había una piedrita que lo hacía caer en mitad del ascenso.

 

Su hermana

 

Ninguna palabra, ninguna mirada, simplemente se evadían por todos los medios posibles, ella salía más temprano, después iba a quien sabe dónde volviendo a horas bastante tardes con la excusa "Estuve ocupada" y escapaba hacia su habitación dejando a su hermano decaído, lo peor es que el me decía que esto pasaba siempre, no digo que sean mejores amigos, sino que hablen del tema y lo terminen finalmente, pero como supongo yo, ser testarudos es de familia.

 

-Debería estudiar psicología, quizás así entienda a las mujeres-gruñí dándole una mordida a mi sándwich, era la hora de almuerzo en la cafetería, Riku siempre venía a esta hora y nos sentábamos, ya fuera para platicar un momento o solo para hacernos compañía, él es agradable, no me molestaba este tiempo.

 

-Créeme que ni aun así lo lograrías, menos a ella, necesitarías quizás 10 años de experiencia-me respondió este viendo de reojo a la castaña que comía en una mesa apartada con Xion.

 

-Si una chica nos escuchara hablando de esto ya nos habría golpeado-sonreí yo mientras este se reía suavemente dándome la razón, finalmente deje mi comida y me revolví mis cabellos-No sé qué hacer, sé que no debería entrometerme pero no quiero que Sora este decaído otra vez-suspire aliviado de que al menos tuviera a alguien con quien hablar esto.

 

-Te entiendo, pero es el quien tiene que confrontarla y finalmente arreglar sus problemas, lo único que puedes hacer es estar a su lado en el peor escenario-me explico mientras bebía de su taza.

 

-Lo sé-suspire dándole la razón mientras veía de reojo hacia afuera, estaba nublado y soplaba un viento helado, descanse mi mejilla en mi mano, intentando no estar más preocupado por el tema, escuche el sonido de la silla moverse, me enfoque en él y note que había estirado su mano hacia mí, tocando la comisura de mis labios con uno de sus dedos-¿Uh?-murmure yo confundido, este me veía fijamente y finalmente pareció reaccionar a lo que hizo.

 

-T-Tenias una mancha-se explicó retrocediendo a su asiento, al parecer apenado por su acción.

 

-Pues gracias gentil caballero, me pregunto cómo podría pagárselo-le dije en un tono coqueto que lo hizo enrojecer, no pude aguantarme la risa mientras este se cruzaba de brazos-Jajajaja, lo siento, no quería ponerte nervioso-sonreía mientras este estiro su mano para jalar mi mejilla suavemente.

 

-No lo hiciste nerd, necesitas más que un coqueteo para eso, no soy como tus otras víctimas-me dijo casi a modo de regaño mientras me soltaba.

 

-Hey, no lo hago, al menos no a propósito-hice un pequeño puchero con mis mejillas sintiendo como el rodaba la mirada-Enserio-me queje esta vez siendo el quien se reía y supe que solo lo hacía para molestarme y había caído.

 

-Supongo que deberé creerte, aunque será difícil-saque mi lengua como respuesta y este la suya, burlándonos como si fuéramos un par de niños pequeños, nos reímos de nosotros mismos, eso me había relajado, note como poco a poco estaba adoptando una expresión más seria, me veía a los ojos y por algún motivo yo no aparte mi mirada de los suyos-Hey Roxas, quería preguntarte algo, yo -no pudo seguir hablando pues su celular comenzó a sonar, me vio algo preocupado y le hice un gesto con la mano que atendiera, me servía a mí para terminar de comer y al final de la llamada se veía algo decepcionado-Discúlpame, debo irme ya-me indico mientras terminaba de comer algo apresurado.

 

-No te preocupes, gracias por hacerme compañía-le dije mientras comenzaba a recoger todo, este se levantó, rodeo la mesa para estar frente a mí y sentí como apoyo su mano en mi cabeza-¿Riku?-murmure yo confundido y este solo me sonrió.

 

-Cualquier cosa sabes que puedes hablarme, ¿verdad?-me dijo a lo que yo solamente asentí, me revolvió los cabellos con algo de fuerza y dejo el dinero en la mesa, yo solo me quede curioso de esa actitud, viéndolo como se alejaba, este volteo para observarme, solo me dio una sonrisa que le correspondí, moví mi mano a modo de despedida y finalmente cruzo la puerta….mmm, aquello había sido extraño, claro que no pude pensar por mucho más pues debía volver a trabajar, pero aun así sentía que algo mas ocurría aquí.

 

 

Mis pasos eran lentos y pausados, parte por el cansancio del trabajo y otra parte por no tener el deseo de llegar a casa, sabía que nadie estaría ahí pero tampoco tenía a alguien con quien salir a estas horas, me encontraba a solas ya que Iris se había quedado en el café, ¿por qué motivo?, no tengo idea y sabía que nunca lo sabría, simplemente aprovechaba para sentir el frio en mi cara, incitándome a relajarme y olvidar mis preocupaciones, sin embargo la vida no te lo deja tan fácil, el trayecto se me hizo corto, sin darme cuenta ya estaba abriendo la puerta principal con la llave, cerrando para quitarme uno de los abrigos que llevaba y notando curioso que ya había alguien aquí.

 

-Oh, pensé que no estarías-susurre yo notando al castaño acostado en el sofá, este aparto la mirada de su celular, me sonrió mientras este se quitaba los audífonos para sentarse, le dio unas palmadas al cojín a su lado y yo sonreí aceptando su invitación dejándome caer sobre este.

 

-Te estaba esperando, necesito apoyo para lo que va a pasar hoy-susurro mientras me veía visiblemente nervioso y no me tomo mucho tiempo comprender el motivo.

 

-¿Vas a encararla hoy?-cuestione viendo como él se mordía el labio inferior y asentía.

 

-No puedo evitarla siempre, he evitado este tema lo más que pude, pero no puedo seguir haciéndolo ¿verdad?-murmuro mientras bajaba la mirada jugando con uno de sus mechones en un acto de nervios.

 

-Puedes tomarlo con calma, es tu hermana, deberá escucharte-murmure yo haciendo que este torciera lo labios no muy convencido-Además, estaré aquí apoyándote, no lo harás solo-añadí notando como el suspiraba y se veía más relajado.

 

-Lo sé, créeme que lo aprecio, no sabes cuánto me ayuda que estés aquí-susurro el mientras me sonreía de modo tímido, lo abrace por el hombro para acercarlo a mí, haciéndole saber que aquí estaba para él y poco a poco dejo de ponerse tenso, apoyo su cabeza en mi hombro, nos quedamos así por un tiempo, ni siquiera sé cuánto, solo reaccionamos al escuchar el sonido de la cerradura.

 

-Empieza el show-susurre yo estando a su lado, este trago algo nervioso y finalmente la puerta se abrió, la castaña entro soltando un suspiro, nos dio un vistazo rápido pero no dijo nada, simplemente se quitó su abrigo y comenzó a avanzar hacia la cocina.

 

-Espera-el castaño la llamo haciendo que esta se detuviera-Necesitamos hablar-dijo levantándose.

 

-No ando de ánimos Sora, será después-dijo ella volver a emprender su camino pero su hermano se adelantó bloqueándole el paso.

 

-No puedo esperar-

 

-Y ya te dije que no ando de ánimos-su voz sonó más dura intentando quitarlo pero este se rehusó.

 

-¡Deja de evadirme con eso!-su voz salió algo subida de tono pero aun así se pudo sentir que estaba molesto y desesperado-Estoy cansado de que cada vez que quiero hablarte me salgas con eso de "hablaremos después", pues no habrá después, hablaremos ahora y me escucharas-gruño cruzado de brazos

 

-¿Y por qué debería?-

 

-¡Porque soy tu hermano!-le grito en cara, respirando agitado en señal de que estaba molesto, la otra se puso algo tensa, de vez en cuando abría la boca como si quisiera decir algo pero termino callando.

 

-Como quieras-finalmente ella cedió, dejo su bolso en uno de los sillones de la sala y se sentó en este viéndolo fijamente-Habla-le indico moviendo su mano, el castaño respiro profundo y avanzo determinado hacia ella.

 

-Quiero que te disculpes por lo que me dijiste hace días-le pidió, más bien parecía exigirle eso.

 

-Lo haría, pero entonces preguntaría porque querías entrar tan desesperado en la habitación de Roxas...la verdad, siento que debería echarlo por intentar algo contigo-murmuro esta vez viéndome de un modo feo pero no me intimido.

 

-No iba a hacer nada-

 

-Mentiroso-

 

-No iba a...Aff, tienes razón-suspiro haciendo que esta lo viera atentamente-Tenemos que ser honestos, la verdad es que me iba a acostar con el-dijo y esta abrió los ojos de golpe aterrada-¡No en ese modo pervertida!, ¡en la misma cama!, ¡acurrucados!-chillo completamente sonrojado.

 

-"Aunque si hacíamos mas que dormir"-pensé desviando la mirada pero manteniéndome al margen de la situación.

 

-¿Desde cuándo están así?-cuestiono sonando molesta pero aliviada al mismo tiempo.

 

-Poco después de que comenzó a vivir aquí-solo decir eso basto para que ella llevara una mano a su cabeza-P-Pero solo lo hizo porque se lo pedí, él no se me insinuó ni nada-añadió apresurado.

 

-Sabía que dejar que se quedara era mala idea-gruño acariciándose el puente de su nariz para calmarse-¿Por qué lo hiciste?-su tono sonaba molesta.

 

-Porque me sentía solo-

 

-Otra vez con eso-gruño encarándolo-Tienes 18 años, no puedes seguir con esas actitudes-

 

-Me importa un pepino mi edad, esto no se trata de eso, se trata de cómo me siento, de cómo me he sentido este último año-le interrumpió mientras la veía de frente, esta pareció entender de que hablaría y cerró los ojos.

 

-No voy a hablar este tema-dijo con la intensión de levantarse pero el castaño se colocó frente a ella.

 

-¿Por qué?, ¿por qué es tan difícil hablar de esto contigo?, ¿por qué siempre me evitas en vez de ayudarme?-le preguntaba apresurado-¿Es porque me odias?, ¿Te doy asco?, ¿qué es?, ¡¿qué?!-su voz se estaba descontrolado y sonaba desesperado.

 

-¡Porque no lo entiendo!-grito levantándose enfadada, nos quedamos en silencio, todos lo hicimos y vi como ella apretaba tanto sus puño que sus nudillos se veían blancos-No lo entiendo, puedo entender que seas gay, heterosexual, cualquier orientación pero.......no importa cuanto lo piense, nunca entiendo porque de entre todos te enamoraste de Vanitas-susurro ella mientras se dejaba caer en la silla, apretando uno de los brazos del sillón, quizás en un esfuerzo por calmarse, Sora me vio de reojo, me acerque a él y este sujeto mi mano, buscando apoyo y le correspondí el apretón, se vio agradecido, respiro profundo y se le acerco.

 

-Fue inesperado ¿no?, pero así era yo, el chico alegre, optimista, que aprecia a sus amigos y que adora hacer nuevos amigos y ayudarlos con sus problemas-decía en un tono tan alegre que se mostraba falso-Claro que todos me querían así pero......a final de cuentas, solo Riku o Kairi me ayudaban con algún problema pequeño, son mis amigos, los mejores pero cuando volvía a casa, no había nadie a mi lado-sentí su mano temblar y su mirada entristecerse-Mama y papa casi nunca estaban en casa, era trabajo, era por nosotros y lo entendía, porque quieren darnos buena vida, pero en verdad yo extrañaba tener al menos una cena todos juntos a la semana, si tenía un problema personal no podía preguntarles, porque no quería ponerles más estrés, solo Vanitas estaba aquí para oírme-su mano comenzaba a temblar y solamente pude acariciar el dorso de esta con uno de mis dedos, me vio de reojo y le sonreí a señal de que lo hacía bien.

 

-¿Y yo estaba pintada o qué?-bufo ella al parecer ofendida y el castaño se rio.

 

-Tú estabas igual que ellos, "Sora saldré con unos amigos", "ahora no tengo actividad del club", "me invitaron a algo, más tarde hablamos", el mas tarde nunca llego, aquí en casa estaba solo......más bien, Vanitas era el único que si se quedaba aunque fuera a hacerme compañía-suspiro mientras elevaba la mirada al techo-Me escuchaba, me regañaba, me consentía de vez en cuando con algo, incluso me llegaba a decir bromas para animarme, muy malas la verdad pero que lo intentara por mí, me hacía sentir especial, me daba la seguridad de que alguien me estaba apoyando siempre y que me sentía querido, al final me convencí a mí mismo de que lo amaba porque así nunca se iría, claro que cuando le dije fue lo primero que paso-esta vez yo tuve que apretar su mano de modo suave para evitar que decayera por como su voz sonaba triste.

 

-Vanitas sabía que no era amor-ambos nos fijamos en ella- Eso decía el siempre pero sabía que mientras estuviera cerca no haría mas que dañarte cada vez que te rechazara, así que tomo su decisión y se fue-por su mirada parecía ser la verdad.

 

-Al menos me lo hubiera dicho en persona-bufo el castaño sonando molesto.

 

-¿Tu lo habrías dejado ir?-cuestione finalmente metiéndome en la conversación, este me miro y finalmente negó con la cabeza- La verdad, seguro también para él era difícil, quizás él te quería tanto que no pudo decirte a la cara que se iría, pues sabía cuánto daño te haría-murmure yo mientras él me sonreía de modo triste.

 

-No ayudas Roxas-gruño la castaña.

 

-Ayuda más que tu-le regaño Sora mientras la veía fijamente-Me hubiera gustado que fueras como el, así quizás no me habría sentido tan mal-bufo molesto

 

-...No voy a ser como Vanitas, yo no voy a cuidarte todo el tiempo o hare cosas por ti- note como este bajo la mirada algo decaído, pensando que no terminaría bien -Yo soy Iris, no el, te quiero y te apoyo pero lo hago a mi manera, eso es algo que debes entender-aquellas palabras hicieron que elevara la mirada, al parecer más relajado, todo quedo en silencio por unos momentos y finalmente sonrió.

 

-Viendo hacia atrás creo que me doy cuenta de que lo haces...también, ¿es por eso que un chico que me pego un chicle en el cabello volvió con el brazo roto?-cuestiono el a lo que yo me sentí algo atemorizado por ese dato.

 

-...Tal vez, quizás solo se resbalo por la escalera, una muy muy larga-el tono suave en que lo decía delataba que ella tenía relación con eso.

 

-Das miedo-Sora se rio suavemente

 

-¿Que querías que hiciera?, el desgraciado te hizo algo horrible, no podía dejar que saliera riendo nada mas-se cruzó de brazos mostrando que no estaba arrepentida.

 

-¿Solo fue por eso?-cuestiono el castaño.

 

-Claro que no, Sora soy tu hermana, no importa lo que pase o lo que hagas lo seré siempre, mi deber es protegerte, ya sea de un bully que solo lo hace por diversión o un grupo de imbéciles que se aprovechan de ti-no faltaba decir a quienes se refería con ese último dato.

 

-Entonces, ¿por qué nunca pudimos hablar de todo esto?-

 

-Porque no sabía que decirte, no podía apoyarte en eso, ni siquiera sabía que necesitabas, pensé que lo mejor para mi seria solo ignorarlo, no eras el único con problemas en ese entonces-murmuro desviando la mirada-Pensé que sería mejor dejar que cometieras tus errores y aprendieras de ellos, aunque bueno, también debí ponerle un alto al ver unas señales, ya sabemos que paso con Seifer-murmuro ella mientras se quedaba viendo al techo pensativa, finalmente sonrió y se cubrió sus ojos con su mano-Je, Roxas tiene razón, realmente soy una mala hermana-susurro está sonando arrepentida pero Sora le tomo la mano haciendo que lo viera.

 

-Pues yo tampoco he sido exactamente bueno tampoco-este mantenía la mirada baja, al menos por un tiempo hasta que la elevo con una sonrisa -¿Podemos empezar de nuevo?, no digo que olvidemos todo lo ocurrido, solo, intentemos ser un buen hermano uno para el otro-le propuso a lo que ella le sonrió de regreso.

 

-Eso me gustaría, puede que esta vez podamos hacerlo bien- murmuro ella mientras el castaño se veía mas aliviado que nunca, la jalo hacia ella para abrazarla, este le devolvió el gesto dándole unas palmadas en la espalda, por mi parte suspire aliviado, al menos esto ya estaba solucionado, para cuando se separaron ella respiro profundo y suspiro-Okey, intentare ser una mejor hermana, ser más abierta de mente contigo, con tus problemas y....relaciones-aquello ultimo lo dijo en un tono algo incómodo mientras me miraba a mí.

 

-¿Que tiene que ver el?-cuestiono Sora confundido

 

-Bueno pues ya sabes, ustedes son, ya sabes-murmuro ella mientras juntaba sus dedos, incline la cabeza confuso por ello mientras que la cara de Sora se volvía más y más roja.

 

-¡No!, no, no, no, no, no, ¡lo estas entendiendo todo mal!-grito Sora agitando sus brazos claramente alterado y entonces entendí a que se refería, no pude evitar sentirme algo incómodo por eso.

 

-Oh, ¿entonces qué son?-cuestiono entre aliviada y confusa.

 

-¡Amigos!, mejores amigos, solo eso, nada más, ¡¿verdad?!-casi me grito en cara a lo que yo asentí enérgicamente.

 

-Aja, entonces dormían juntos y te estuvo tomando la mano ahora porque solo son amigos-murmuro ella sin estar nada segura de sus palabras y yo me reí algo nervioso-Tampoco había que hacer una pataleta-murmuro ella haciendo que el castaño dejara de agitar sus brazos.

 

-Lo siento...Ahh ¿a quién engaño?, tienes razón en algo, aun soy un chiquillo que le deben tomar la mano-suspiro Sora mirándome a mí y con todo lo ocurrido no podía decirle que no, aunque tampoco podía dejarlo así nada más.

 

-No es tan malo-sonreí mientras le daba unas palmadas en la espalda- A veces necesitamos que nos den una mano para levantarnos, créeme, ustedes son la prueba de eso, eso demuestra que son unas lindas personas- le sonreí a modo de calmarlo, en lugar de ello note como ambos me quedaron mirando algo ruborizados y desviaron la mirada.

 

-¿Siempre es tan embarazoso?-bufo Iris jugando con uno de sus mechones.

 

-Sí, lo es-gruño Sora sin mirarme tampoco.

 

-Con tal de ver esas lindas caras sonrojadas, sé que hago bien mi trabajo-sonreí de modo prepotente y lo siguiente que sentí fueron dos almohadas golpearme en la cara.

 

Quizás sonaría de que arruine el momento en su reconciliación como hermanos, pero al menos había relajado algo el ambiente, al menos lo suficiente para que pudiéramos sentarnos a comer todos en la mesa por primera vez en varios días, lo malo fue que ella nos interrogo como si fuera policía experto de todo lo que habíamos hecho a sus espaldas, Sora insistía e insistía que solamente dormíamos juntos, ella no se lo creía nada hasta que confesé que cada noche y mañana en ese entonces besaba su frente, tuve que agacharme para esquivar el salero que me arrojo, parecía querer matarme pero el castaño la sujetaba como podía gritándole que todo eso había sido por petición suya y él era el culpable.

 

"Pues si no se negó es porque el también lo quería"

 

Esas palabras me hicieron ponerme bastante tenso, por no decir que Sora estaba tan sonrojado que creía le saldría humo de las orejas, a final tras sobrevivir varios intentos de asesinato de parte de ella esta decidió olvidar el tema, solo haciéndome prometer que cuidara a su hermano y el dolor que me haría sufrir si le hacía daño, yo asentía a todo eso, no solo porque me miraba de un modo asesino sino que también ella sostenía un cuchillo en su mano que estaba seguro tenia escrito mi nombre en él, les seré honesto, parecía una escena como si estuviera pidiendo a una madre permiso para salir con su hijo, el pobre castaño escondía la cara entre sus brazos diciendo que nunca antes había pasado tanta vergüenza en su vida.......bueno, aun lo hace.

 

 

-Ahh, no puedo creer que ella ahora piense que somos pareja, no nos quitara el ojo de encima ahora-gimoteaba Sora con la cara hundida en la almohada mientras yo le frotaba su espalda para calmarlo-Lo peor de todo es como si ya hubiera dado su aprobación, no necesito su aprobación para salir contigo-gimoteo a lo que yo me quede en silencio, unos segundos después este se sentó de golpe en la cama-O-O alguien, para salir contigo o alguien, no estoy diciendo que estamos saliendo ¿entendido?-me pregunto algo alterado a lo cual solamente asentí pensando que le daría un ataque de nervios a este paso.

 

-Lo sé, aunque bueno, ella tiene sus motivos para sospechar que lo somos, solo tenemos que tomar algo de distancia entre nosotros-decía yo, este me sostuvo la mirada por unos momentos y al final yo suspire-No va a pasar ¿verdad?-cuestione y este negó con la cabeza, me reí suavemente mientras este se abrazaba a su peluche dream eater.

 

-No quiero tener una pareja ahora, entre lo ocurrido con Vanitas, contigo y como me siento con Riku...Aff, simplemente no se ni que siento por cada uno realmente-suspiro mientras acariciaba la cabeza del juguete, yo solamente sonreí mientras miraba el techo.

 

-No estamos en un cuento para que el primero sea el perfecto, algún día encontraremos a alguien a quien amar y que nos ame de regreso, no hay prisa-decía yo solamente queriendo mantenerme en calma, disfrutar este tiempo con ellos dos y ver qué pasaría más adelante, aun así al rodar mi mirada note como este lucia pensativo.

 

-La verdad...ahora tengo miedo de enamorarme-susurro mientras se cubría su rostro con una de sus manos, supe bien que era por el apego y el temor a ser abandonado por esa persona, me acerque a él, este me vio curioso y lo jale suavemente hacia mí para abrazarlo.

 

-Creo que ninguno de los dos debería pensar en eso-le dije sintiendo como apoyaba su mentón en mi hombro-Solo intentemos descansar, ambos lo merecemos-susurre yo mientras sentía como poco a poco se iba relajando, su cabeza descendió, se apoyó en mi pecho y yo solamente me dedique a acariciar sus cabellos, escuchándolo suspirar y permaneciendo así por unos momentos.

 

-Tienes razón, pero dime-sentí como alzaba su mirada para encontrarse con la mía-¿Esta mal que se sienta bien esto?-cuestiono mientras sus brazos rodeaban mi espalda, de un modo suave, casi cariñoso y sentí un leve cosquilleo en mi columna.

 

-Si lo esta no quiero estar bien-susurre mientras sus mejillas enrojecían suavemente, otra vez ocurría, estaba perdiendo la noción de todo, el tiempo, el lugar, lo correcto y lo erróneo, simplemente me incline y deposite un casto beso en su frente.

 

-Estas siendo malo-gimoteo mientras me soltaba y se cruzaba de brazos inflando sus mejillas, yo solamente sonreí, poco a poco me comencé a reír por el puchero que estaba haciendo y el también termino riendo, para cuando comenzamos a calmarnos un poco fue que reaccione a la poca distancia que nos separaba, este pareció hacerlo de igual manera pero en sus ojos había algo, no podía decir que era, solo que parecía llamarme-Roxas.....estas muy cerca-susurro algo nervioso, incluso lo sentí temblar cuando mi frente hizo contacto con la suya.

 

-Lo siento, quizás se me hizo un mal hábito-susurre a lo que este suspiro, podía sentir como su piel ahora estaba algo caliente al tacto con la mía-¿Debo alejarme?-me sentí tonto por preguntar eso.

 

-No, no es algo malo-me dijo mientras se me quedaba viendo fijamente, sus ojos azules eran iguales y al mismo tiempo diferente de los míos, cautivadores a su manera y no entendía en que momento el ambiente había cambiado-Solo, no sé, se siente diferente-busque algo de temor en su voz pero no lo había, creo que más confusión que emoción en realidad.

 

-¿Es incomodo?-cuestione a lo que este negó con su cabeza tras unos momentos, ninguno de nosotros se separaba, no había que ser un genio para saber lo que iba a ocurrir a medida que nuestras respiraciones se iban mezclando y mi mirada bajo hasta sus labios-¿Vamos a besarnos?-cuestione notando como este se ponía tenso, aun así asintió lentamente.

 

-Jeje, estoy nervioso... ¿por qué estoy nervioso?, ya nos hemos besado antes, muchas veces-su voz confirmaba que lo estaba, más por como jugaba con sus dedos-¿Tu cómo te sientes?-la verdad me sentía igual, no como si tuviera mariposas en el estómago, sino nervioso como cuando vas a hacer una travesura...pero también.

 

-Algo ansioso-confesé notando como se sonrojaba-Sé que quizás sea un paso para atrás en todo esto, pero una parte de mi realmente quiere besarte, no preguntes porque, solo me pareces muy lindo ahora-le decía a lo que sus mejillas iban enrojeciendo cada vez más y más siendo una imagen adorable a mi parecer.

 

-Los hombres no son lindos-bufo acortando más la distancia entre nosotros.

 

-Tu si lo eres-esta vez pude notar que sonreía, tocando mi nariz con la suya y frotándola levemente entre si-¿Puedo?-cuestione tocando su mejilla, haciendo que nuestras respiraciones se volviera a encontrar y el entrecerraba sus ojos.

 

-.....Hazlo-no dijimos nada más, nuestros labios se tocaron, estaba tenso, al menos los primeros segundos, cuando comencé a moverme junto al poco a poco esa sensación desapareció, lamí sus labios, un gemido de su parte quedo ahogado entre nosotros, no sentí culpa, no sentí que cometía un error, tampoco me sentía completamente feliz, simplemente, era agradable, más cuando él me correspondía, al cerrar mis ojos la sensación fue más intensa, un sabor que conocía pero también me gustaba, al separarnos abrí mis ojos, este lo hizo de igual manera mirándome apenado, como esperando que dijera algo.

 

-Eso fue.....¿raro?-murmure yo haciendo que este pusiera una expresión de temor -N-No de esa manera, solo que fue algo diferente a lo de antes-me explique enseguida a lo que este inflo las mejillas.

 

-Tsk, ¿cómo quieres que lo sepa?-chasqueo su lengua mientras me desviaba la mirada, me rasque la mejilla imaginando que ninguno lo sabría y temía que lo haya molestado-Pero-llamo mi atención y note como tocaba sus labios con sus dedos-Fue algo lindo-una sonrisa tímida pero que expresaba estar feliz por lo ocurrido, estaba seguro que tenía la misma expresión, nos quedamos viéndonos uno al otro hasta que recordé que ya era algo tarde.

 

-Sera mejor que vayamos a dormir, ya han pasado muchas cosas por hoy-murmure yo a lo que este bajo la mirada un poco, sujete su mentón con mi dedos y bese su mejilla-Todo está bien, nos veremos mañana, vivimos en la misma casa-sonreí haciendo que este me correspondiera el gesto.

 

-Lo sé-asintió mientras me levantaba, este también lo hizo acompañándome hasta la puerta-Roxas-me llamo haciendo que volteara a verlo notando que estaba apoyado en la puerta-Algún día volveremos a salir ¿verdad?, solo nosotros dos- un leve rubor acompañaba sus mejillas, estaba seguro que las mías se encontraban igual y estaba seguro que tenía una gran sonrisa en mi rostro.

 

-Es una promesa-afirme yo viendo como aparecía un brillo de emoción en sus ojos, eso se interrumpió cuando escuchamos como alguien hacía sonar su garganta, ambos volteamos la mirada y me puse tenso al ver a su hermana viéndonos.

 

-¿Y así dicen que no tienen algo?-cuestiono levantando una ceja, la cara de Sora pareció brillar por lo rojo que se puso y cerro de golpe la puerta de su habitación, yo le sonreí de modo nervioso a la castaña que me veía fijamente-Voy a tener que vigilarte ahora-me dijo antes de darme la espalda, trague algo fuerte al sentirlo más amenaza, voltee la mirada hacia la puerta y suspire.

 

 

-Buenas noches-dije yo tanto para ella como para el castaño que estaba seguro que estaba detrás de la puerta, me dirigí a mi habitación, apenas supe que estaba en un lugar seguro suspire y caí sentado en el suelo, vaya día, charlas, actitudes raras, soluciones y ahora otra vez con mis actitudes extrañas, apoye mis dedos en mis labios, recordando claramente el reciente momento con el castaño-"Fue cálido"-pensé sonrojado, sintiendo mi corazón algo acelerado y sabía que estaba sonriendo como tonto, al menos la ducha me ayudo a calmar ese sentimiento, no soy inocente, tenía una idea de que podría ser esa sensación pero era mejor ignorarlo, tanto para mi bien como el suyo, al menos por ahora.

 

 

Apenas me acosté en la cama no pude evitar relajarme, en verdad necesitaba algo de descanso y al menos esta vez estaría calmado, no había problema alguno en mi mente, frote mi mejilla con la almohada dispuesto a dormir pero escuche un sonido, me voltee y estire mi mano para tomar mi celular notando curioso que era un mensaje.

 

"Buenas noches :3" -Sora-

 

No pude evitar sonreír, solté un bostezo mientras dejaba mi celular donde estaba, cerré mis ojos pero enseguida escuche el sonido de este nuevamente, gruñí y lo tome notando que esta vez era de otra persona.

 

"Hola, lamento hablarte tan tarde, es sobre lo de esta tarde, lo que quería preguntarte era... ¿quieres tener una cita conmigo?" -Riku-

 

......Oh vaya.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).