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Las estaciones, Roxas por Riolu

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El calor en la habitación, los movimientos en la cama, los ruidos que salen de nuestros labios, llamándonos de un modo suave pero al mismo tiempo seductor, una noche más en que simplemente nos encontramos para esto, desahogarnos sexualmente, tocarnos, abrazarnos, besarnos, todo simplemente con el fin de llegar a olvidarlo todo, quienes somos, que somos, donde estamos, nuestro pasado, nuestros sentimientos, solamente nos entregamos a este calor que nos recorre y nos incita a caer aún más en el momento, nuestras ropas ya no nos cubren, ambos estamos desnudos mientras nos besamos, dejando que la pasión simplemente inicie y evite que lleguemos a pensar en algo más, pues eso es lo que no debo hacer, no debo pensar en nada más que en asegurarme que lo disfrute, ver que es feliz conmigo, con un simple capricho pero que de algún modo puede hacerle sonreír.

 

 

-Roxas-llama mi nombre suavemente, viéndome con esos ojos suplicantes y nublados por el morbo, sus labios están hinchados, su pecho tiene marcas rojizas por mis besos, algunas viejas, otras nuevas y sus pezones están rojos nuevamente, su piel tiembla a medida que mi mano acaricia cada zona de su cuerpo, siento como se mueve para quedar más expuesto ante mí, mostrando que está a mi merced y eso me da la confianza para tocar su erección, la prueba de que disfruta todo esto, que hago un buen trabajo, me acerco más a él, sus mejillas están ardiendo, mostrando que esta entregado a la situación, mi nariz se hunde en su cuello, su agradable fragancia me invita a caer en la locura junto a él.

 

 

"Simplemente un juego, ¿no es así Sora?"

 

 

-No hagas ruido-detengo mis pensamientos con esas palabras, doy orden, no una petición la cual este obedece cubriendo su boca con sus manos, sabiendo lo que ocurrirá, sus piernas tiemblan cuando mi mano comienza a acariciar sus testículos, poco a poco se separan más, exponiéndose a mí para terminar mordiendo su dedo cuando me inclino y respiro sobre su miembro, la punta se encuentra húmeda mostrando su deseo, saco mi lengua para acariciarla suavemente, sintiendo un sabor que no me molesta por lo que repito mi acción, cada vez más rápido y duradero, acaricio con esta toda su longitud, notando como mueve su cadera mostrando que desea atención, finalmente abro mi boca, lo comienzo a introducir en esta y escucho un gruñido bajo, aguanta sus gemidos, me acostumbro al sabor a pesar de no ser ya la primera vez que le hago esto, unos segundos y tengo la mayor parte dentro, alzo mi mirada para encontrarme con la suya, resultándome divertido como cierra sus ojos a medida que muevo mi cabeza, como los abre para indicarme que siga y los vuelve a cerrar por las sensaciones, finalmente me jala mis cabellos con fuerza, mirándome agitado mientras su erección tiembla molesta al haber estado tan cerca de acabar.

 

 

-Yo.....también...quiero-sus palabras apenas salen por su respiración acelerada, lentamente me separo para estar sentado frente a él, solamente verlo en ese estado, que yo sea el causante ya me tiene tan excitado que lucho conmigo mismo para no saltarle encima, darle un verdadero motivo para usar esa expresión mientras grita mi nombre, su mano toca mi pierna, las separo un poco pero noto como se aproxima hacia mí, queda sentado en mis regazo mientras sujeta mis mejillas, ninguno dice nada más, nuestros labios se unen en silencio, siento como muerde me muerde mostrando su ansiedad, nuestras lenguas se tocan, la pasión, el placer, el éxtasis, ambas se mueven transmitiendo esas sensaciones, haciendo que solo uno no sea suficiente y nos aferramos uno al otro, evitando que alguno llegue a escapar de ese contacto, ocasionando que nuestras hormonas griten desesperadas que esto no se detenga, lamentablemente lo hace, el aire es necesario para nosotros, apenas nos separamos un hilo de saliva escurre de su boca, la erótica expresión en su rostro, todo eso no es más que una provocación que correspondo sin detenerme a pensarlo.

 

 

-Te quiero-esas palabras hacen que sus mejillas enrojezcan aún más, veo sus ojos brillar, está feliz, solo eso importa en este pequeño juego, besa suavemente mi nariz mientras se posiciona sobre mí, su miembro queda frente a mi rostro y el mío cercano al suyo, uno de sus dedos comienza a acariciar la punta, obligándome a morderme los labios por sus pequeños tactos y el parece sabe que lo disfruto, comienza a lamerlo de modo lento, quiere torturarme como yo lo hice con el antes, desgraciadamente le funciona, muevo mi cadera para frotarlo contra su mejilla y este hace lo mismo con el suyo.

 

 

-Roxas-siento su miembro palpitar mientras chorrea mas presemen manchándome, mostrando que desea mi atención, ahora la tenía, sujete la base sintiendo un escalofrío en su cuerpo que aumento al momento que volví a introducirlo en mi boca, el gemido que escapo de sus labios resonó en el lugar y en mis oídos, haciendo que comenzara a succionar de un modo ruidoso y fuerte, retomando el ritmo anterior, complaciéndolo como quería y por como su cadera se mecía mostraba cuanto le gustaba, sus piernas llegaban a temblarle, como si estuviera esforzándose para no dejar caer todo su peso, un gemido de mi parte quedo ahogado, mi erección había entrado en esa cálida y húmeda cavidad que Sora usa para hablar,  se sentía bien, ambos nos movíamos a un ritmo cada vez más fuerte, nos dábamos placer mutuamente mientras la habitación se llenaba de gemidos ahogados, sudor, calor, placer, nuestros cuerpos reflejaban todo eso, mis manos se apoyaron en su trasero, sentí como sus caderas se detuvieron, una simple curiosidad me invadió, separe sus nalgas para observaba su entrada, al parecer aún era virgen y mi dedo suavemente la acaricio.

 

-¡Mmm!-gruñí al momento que lo hice pues una mordida llego a mi erección, no una fuerte pero tampoco suave, saque su miembro de mi boca y note como él se detenía pero sin sacarlo de la suya-¿No te gusta que te toque aquí?-le pregunte mientras volvía a hacer presión, sintiendo como nuevamente se tensaba y una sonrisa burlona se formó en mi rostro, moje mi dedo con mi saliva, suavemente comencé a masajear esa zona, viendo cómo se movía intentando apartarse pero sujete su cadera con mi mano libre.

 

-N-No lo toques....eso no está Ahh-un gemido repentino escapo de sus labios cuando comencé a hacer presión, observaba curioso como su erección palpitaba, chorreaba cada vez más en mi pecho y le di unas suaves lamidas, poco a poco las presiones se iban haciendo más profundas, aun sin introducirse, sino simplemente masajeando esa zona y viendo algo de temor y vergüenza en su rostro-No......no hagas.....no-gimoteo temblando más y más, termine introduciendo mi dedo, sintiendo su apretado interior, como estaba ardiendo al igual que su cuerpo ocasionando que soltara un fuerte gemido, note como se tensaba por completo y eyaculo con fuerza sobre mi rostro, apenas alcance a cerrar mis ojos sintiendo como esos chorros me manchaban y su fuerte aroma no me ayudaba en nada.

 

-Mmm...Vaya, eso fue rápido-susurre sin atrever a moverme mientras me relamía los labios suavemente, mala elección lo sé, pero simplemente no puedo encontrar desagradable alguna parte que venga de él.

 

-Ahh...Ahh-la respiración de Sora estaba agitada, como si en cualquier momento fuera a morirse pero yo sabía lo había disfrutado, mi dedo salió de su interior cuando él se movió para quedar sentado en mis piernas-No...No lo vuelvas a hacer-me pidió aun agitado, si quería sonar molesto no lo había logrado, me observo de modo apenado, no era de extrañar pues mi rostro aún estaba manchado.

 

-Quizás encontré otro punto sensible-fue lo único que dije y este inflo sus mejillas, mis manos se apoyaron en sus caderas y me acerque para besar su mejilla-¿Me vas a ayudar verdad mi lindo Sora?-aquellas palabras las dije en su oído, escuchando un murmullo a modo de queja pero aun así se ubicó entre mis piernas, un pequeño suspiro salió de mis labios al momento que volvió a engullir mi miembro, se movía a un ritmo rápido y mi mano se apoyó suavemente en su cabeza, mientras sentía sus movimientos esas palabras se repitieron en mi cabeza, "te quiero", yo también lo hacía, ambos lo sabíamos pero algo me impedía sentirme alegre por ello, quizás porque sabía era una mentira, solo me tomo unos minutos de aquel tortuoso placer alcanzar el clímax, mordiendo mi labio y apretando mi puño eyacule en su boca temblando, respiraba de manera agitada, intentaba calmarme a medida que el orgasmo ocurría y él se quedaba quieto, cuando este término se apartó y observaba impresionado como había tragado todo y relamía sus labios por los cuales habían escapado unas gotas, me acerque a él y comencé a lamerlas, sus brazos rodearon mi cuello y comenzó a lamer los restos que quedaban en mi rostro, al momento que nuestras lenguas llegaron a rozarse el me jalo para terminar besándonos, pequeños contactos que cortábamos y volvíamos a unirnos, esperando pacientes hasta que nuestros cuerpos se calmaran por lo reciente, simplemente nos quedábamos tirados en la cama, ninguno decía nada y yo únicamente veía hacia el techo, buscando alguna cosa que decir pero sin el valor para hacerlo.

 

-Creo que.....debo ir a mi cama-fueron sus palabras una vez deshizo su brazo a mi alrededor, básicamente empujándome de lado para comenzar a buscar con su mirada su pijama, una excusa para no mirarme en realidad, pues esto terminaba así cada vez, donde nosotros como dos idiotas que al desahogarse nos damos cuenta que esto no funciona, al menos yo me doy cuenta, pues ahora no puedo evitar el sentimiento de tristeza, por cómo se mueve apresurado como si quisiera escapar de mí.

 

-¿Estas bien?-le dije al ver como se vestía en silencio, odiaba eso, podía hablar mucho mientras se metía en mi cama, pero tras hacer esto solamente era ignorado, extendí mi mano hacia el pero este se apartó al instante, fue entonces que me sentí peor pero no me iba a evitar esta vez, volví a acercarme pese a sus esfuerzos y apoye mi mano en su mejilla, podía sentir un gran calor en esta y eleve un poco su rostro para que me observara-¿No te quieres quedar?, ya sabes, como antes-le sonreía viendo enternecido su rostro sonrojado, por unos segundos el parecía querer afirmar pero únicamente negó y aparto mi mano con la suya.

 

-Ya nos divertimos suficiente por esta noche, no abuses-me pidió y solamente pude bajar la mirada, yo nunca había pedido nada, era por el que accedía a esto......porque no quería ver esa expresión en su rostro, una vez termino de vestirse se levantó, volteo a mirarme finalmente, en unos pasos estuvo frente a mí y se inclinó para apegar su frente a la mía con una pequeña sonrisa-No puedes irte Roxas, esto es solo para que lo recuerdes, buenas noches-se despidió dejando un pequeño beso en mis labios para salir de mi habitación, toque suavemente los míos con mi dedo y baje mi mirada, aquel tacto había sido frio.

 

-Buenas noches-suspire quedándome unos momentos viendo el lugar donde estuvo antes para levantarme e ir al baño, me lave bien la cara y los dientes para no quedar con el sabor de lo que hice-Si fuera tan fácil quitarlo de mi cabeza- un murmullo al aire mientras me siento asqueroso al verme al espejo, al regresar me tire a la cama aun sin vestirme, ¿por qué seguía permitiendo esto?, el desahogo sexual es bueno, no lo puedo negar y junto a Sora se siente mejor......pero la culpa es peor, ¿por qué?, ¿por qué siempre que se va a ir veo esa tristeza en sus ojos?, él no está obligado a hacer esto, yo sí, pues soy el tonto que le sigue el juego, el idiota que aun sabiendo está mal solamente intenta evitar que se sienta mal y no lo logra al final, quizás solo hago las cosas mal, lo siguiente que pensé fue en sus palabras, ¿a dónde se supone que no debo irme?, más aun, ¿el hace esto conmigo para evitarlo?, mil y un preguntas en mi cabeza que solo me quitaban el sueño, si no fuera por el frio seguramente me quedaría así toda la noche, con una pereza total me comencé a vestir con mi pijama para cubrirme por completo en las sabanas, nuevamente sería una mala noche.

 

 

**********

 

 

La mañana no fue mejor, desde el momento en que desperté podía sentirlo, fue uno de esos instintos que me decían que no importara lo que pasara, no saliera de la cama, pero debía hacerlo, si no trabajaba me quedaría aquí solo con él, haciendo quien sabe qué cosa....jeje, ¿en qué momento mi trabajo se volvió una excusa?, no debería ser así, uno debería estar alegre de poder pasar tiempo con un amigo, conocerse más o hacer tonterías, en lugar de eso estar demasiado tiempo con su presencia se volvía un peso en mi espalda que solo pedía no soportar más.

 

 

-Quizás no somos amigos realmente-susurre al aire y no pude evitar sentirme triste por ello, no había sonado la alarma, otra noche en que no dormía demasiado pero no había de otra, tras darme un rápido baño me vestí, tuve que abrigarme más de lo normal pues hacia bastante frio, decidí correr las cortinas de la ventana y la respuesta vino a mí.

 

 

Nieve

 

 

Aquella fría sustancia blanca cubría las calles y parte de los árboles que habían, aun desde temprano ya se veían niños jugar en esta, apoye mi frente en el cristal, simplemente viendo todo aquello y soltando una pequeña risa, son tan afortunados de no tener que lidiar con estas cosas de mayores, honestamente esperaba que nadie tuviera que lidiar con esto, tras pensar que perdí suficiente tiempo me decidí salir al pasillo, apenas iba a llegar a la escalera y voltee la mirada encontrándome a Sora con una gran cantidad de abrigos encima y una frazada.

 

 

-Buenos días-le salude y este volteo a verme claramente molesto.

 

 

-¿Que tienen de buenos?, hace un frio infernal allá afuera y esta aun peor aquí-gimoteo Sora mientras se abrazaba a sí mismo, la verdad creí que estaba exagerando pero cuando salió la castaña igual de abrigada me di a la idea de que realmente eran sensibles al frio.

 

 

-¿No creen que exageran un poco?-susurre mientras íbamos bajando las escaleras y estos apenas llegaron a la sala se sentaron en la mesa temblando ligeramente, rodé la mirada y fui a la cocina para comenzar a preparar todo.

 

 

-No es nuestra culpa, nacimos en un lugar con un clima más tropical, este clima es horrible para nosotros-gimoteo ella mientras Sora asentía enérgicamente apegándose a la taza de chocolate que le di, supongo que eso tiene sentido, aun así fue un desayuno donde si algo no estaba hirviendo ellos no se le acercaban ni muertos-Además tenemos que salir, Aggg que cosa más horrible es mi vida-gimoteaba ella haciendo un drama de novela y yo solamente le frotaba la espalda suavemente.

 

-¿Me sirves más?-la petición de Sora me llamo la atención, extendía su taza vacía pero sus ojos decían claramente "aléjate de ella", ¿celos?, lo dudo, simplemente no soporta que le de atención a ella de entre todas las personas......aunque eso también son celos ¿no?, simplemente le serví algo de agua caliente para que se preparara otro chocolate y me senté a su lado, este movió su silla para apegarse más a mí y yo fingí que no lo note.

 

-Ustedes dos sí que son apegados-murmuro Iris mientras nos veía de un modo desconfiado, me puse algo tenso, no por su mirada sino por como Sora enredó su brazo alrededor del mío siendo cubierto por la frazada que llevaba sobre los hombros.

 

 

-Tú lo eres con Xion y yo no digo nada-me defendí como pude haciendo que esta desviara la mirada pero no decía nada, seguimos desayunando así pero con una sola mano era difícil, mas por como Sora se apegaba más y más a mí y no, no era por atención, el realmente estaba helado e intentaba que no llegara a meter sus manos en mi ropa como esas malas bromas que me hacía cuando me descuidaba, seguimos así hasta que terminamos de desayunar y la castaña se levantó indicando que me preparara.

 

 

-Espera, ¿vas a salir así?-me cuestiono Sora mientras yo incline la cabeza curioso-Te vas a enfermar, ¿no tienes algo para el?-le cuestiono a su hermana y esta vio con algo de dolor las escaleras, nos suplicó con la mirada no hacerla levantarse y Sora la vio con una ceja alzada.

 

-Aff bien voy a buscarle algo-bufo ella molesta mientras comenzaba a subir las escaleras murmurando contra nosotros por como la hacíamos salir de un lugar cálido, me reí suavemente y sentí como él se movió para terminar sentado en mis piernas, me veía de frente de un falso modo inocente y yo por costumbre rodee su cadera.

 

-Contrólate, ella esta cerca-murmure aunque no hacia esfuerzo por separarlo, sabía que sería inútil pues este solamente me ignoraba mientras se acurrucaba conmigo, más bien me estaba usando de calentador, sus manos frías se colaban en mi chaqueta para tocar mi espalda y darme escalofríos, los minutos pasaban, ninguno decía palabra alguna y simplemente dejábamos el tiempo pasar, últimamente siempre era así cuando se le daba uno de estos extraños caprichos pero estos tactos, simplemente ya habían perdido su encanto, al menos de mi parte al sentirlos forzados que pasado cierto tiempo, se volvían incomodos.

 

-¿Realmente tienes que ir a trabajar?-su voz sonó algo molesta mientras me miraba con una sonrisa-¿Por qué no te quedas?, quizás así puedas darme calor como anoche-murmuro en un tono suave y casi erótico para mi gusto, lentamente sus manos abandonaron mi espalda y se dirigieron a mi entrepierna pero yo las detuve a tiempo.

 

-Ahora no-negué mientras este me veía perplejo por unos momentos, apretó suavemente sus puños y su mirada se comenzó a endurecer.

 

-¿Por qué no?, no es la primera vez que te toco ahí-murmuro a lo bajo mientras apretaba mi camisa con algo de fuerza-Además, no es como si a ti te molestara cuando estamos en la noche-añadió y comencé a separar sus manos de mí.

 

-¿A ti te molesta?-cuestione mientras este se quedaba en silencio unos momentos, finalmente suspiro y sus brazos se alejaron de mí.

 

 

-No me importa mucho, mientras pueda sentirme así-susurro desviando su mirada pero sentía que mentía-En fin, supongo que ella puede bajar en cualquier momento-dijo mientras jugaba con uno de sus mechones sin atreverse a verme directamente-No importa, ya lo haremos cuando ella se vaya-suspiro mientras se quitaba de encima de mí, me comencé a sentir mal, se veía molesto o al menos esa impresión me daba.

 

 

-Sora, en verdad me gusta que te tomes algunas confianzas conmigo, pero siento que quieres decirme algo pero no te atreves-murmure haciendo que este me diera la espalda al sentarse a mi lado.

 

 

-Pues entonces no me conoces, Riku ya lo habría descifrado-aquel comentario me hizo apretar los puños.

 

 

-Entonces quizás deberías llamarle y pedirle a él que cumpla tus caprichos-palabras que salieron solamente por rabia pero que le afectaron pues me vio de reojo molesto.

 

 

-Los cumpliría mejor que tu-bufo y sabía que esto iba a terminar mal, por lo que opte en guardar silencio, la castaña bajo en unos minutos más y se veía algo frustrada.

 

 

-Disculpa la tardanza, nunca recuerdo donde dejo esta cosa-bufo ella mientras me extendía una bufanda de color blanco y negro intercalado, la recibí con una sonrisa mientras esta veía de reojo a su hermano el cual solamente nos veía de un modo nada amigable-Ay que carita, ¿te vas a juntar con Riku?-le cuestiono haciendo que se relajara un poco su expresión.

 

 

-Si es que esta libre, tiene problemas encontrando a un compañero de cuarto-murmuro él y por reflejo voltee la mirada a mi celular pues este solía hablarme en las noches sobre ese problema-En fin, será mejor compañía que ustedes-nos dijo en un tono desinteresado mientras se dirigía hacia las escaleras-Que les vaya bien-nos despidió mientras la castaña solamente suspiraba por su comentario, vaya cambio de humor que tiene, tras acomodarnos un poco las ropas decidimos salir de una vez, ver la nieve desde una ventana es una cosa, pero estar entre ella así de cerca no solo te puede dañar la vista, sino también te puede hacerte relajar, a final de cuentas no es algo que ocurra muy seguido aquí.

 

 

-Hermoso-susurre mientras podía ver mi aliento salir de mi boca, la castaña volteo a verme abrazándose a sí misma y yo le sonreí-No exageres, el día está perfecto-le dije dándole una palmada en la espalda ganándome una mirada fea de su parte.

 

 

-Oh si perfecto, ¿te gustaría que te enterrara en la nieve?-me propuso ella alzando su puño a lo que solamente tome distancia riéndome nervioso, comenzamos a caminar y como un niño me ponía a ver todos los alrededores, más que nada los pequeños arrojándose bolas de nieve y otros juntándola para hacer un muñeco, algunos eran buenos, los otros muy mal formados pero se veía lo disfrutaban, voltee la mirada al sentirme vigilado y note que era la castaña la cual me veía algo divertida-¿Un buen recuerdo?-me cuestiono y me rasque la mejilla al saber que fui muy obvio.

 

 

-Algo así, la verdad donde vivía no era una zona donde nevara mucho,  así que rara vez podía ver esto-le dije sin poder evitar sonar algo nostálgico por como en días así podía estar totalmente relajado en mi habitación, ignorando a todos y simplemente descansar sin presión alguna-Aunque seguro para ustedes es fatal-añadí rascándome la nuca por solo verla temblar.

 

-No es tanto así, la verdad me gusta, me recuerda muchas tonterías que hacía de niña, como cuando le quitaba la nariz a los hombres de nieve para ponerlas en otro lado o enterraba a Sora cuando este me arrojaba una bola de nieve-decía ella con una pequeña sonrisa mientras yo me sentía algo mal al imaginar a un Sora pequeño luchando por salir de la nieve-Jeje, me estoy sintiendo vieja por recordar eso-dijo ella algo sonrojada.

 

-Es normal, la verdad.....tenia algunos buenos recuerdos con mi gemelo cuando nevaba-susurre sin poder evitar sentirme algo nostálgico y mirar las nubes que parecían decir que aun caería mas -Espero no llegue a nevar mientras caminamos-sonreí por como esta veía su propio aliento con una expresión de que tenía frio.

 

-Ojala no se vuelva una tormenta-susurro ella apretando el paso, no dijimos nada más en todo el trayecto, apenas llegamos al café el ambiente cálido me llego a subir más el ánimo, la camarera que había suplido hace unos días debía reposar su tobillo así que habíamos cambiado lugares, esta se encargaba de la caja y yo de las personas en las mesas, si he de ser honesto, no era tan molesto como me imagine que llegaría a ser o como la castaña solía quejarse de cómo era para ella, es mi ventaja de ser hombre, no me andan viendo de más o con ojos lujuriosos.......aunque, seré honesto, algunas veces me dejaban notas con números telefónicos, la mayoría siendo chicas y los otros pues, hombres mayores que esperaba no volver a ver en mi vida, quitando ese molesto detalle la gente en su mayoría era amable, el tiempo pasaba rápido y de vez en cuando en estos días podía llegar a ver a Riku o a Kairi con su prima, a final de cuentas tuve que mentirle a la rubia de que perdí el papel de su número pero no pareció molesta, más bien feliz de finalmente tener mi número, cosas de la vida supongo.....cosas raras de la vida.

 

-Riku, Naminé, ¿quién sigue?, ¿vas a coquetear con mi hermano?-las clásicas burlas de Iris cada vez que ellos venían por algo y que ocasionaban que esta se ganara un zape de parte de Xion.

 

-Tú y tu imaginación, siempre piensas que si uno es agradable con alguien es porque quiere algo más que amistad-le regaño la azabache mientras la castaña se frotaba su cabeza por el golpe-Además si fuera así sería como decir que sientes algo por Roxas, después de todo has sido bastante amable con el-murmuro en un tono burlón haciendo que esta le sacara la lengua.

 

-Oh vamos, todos sabemos que Iris me tiene loco por ella, lo malo es que si intento algo seguro me romperá mi pobre y frágil corazón-decía en falso tono afligido sacándoles algunas risas a ellos y un golpe en el hombro de parte de la castaña, tras tener los pedidos listos todos volvimos a lo nuestro, parecía que había vuelto a nevar, la gente llegaba con sus abrigos llenos de esta y húmedos, al menos era algo bueno pues así las ventas en el café aumentaban pero significaba que estaba más atareado, apenas termine de tomar la orden de unas personas sentí como alguien apoyo su mano en mi hombro-Buenas, que puedo-mis palabras quedaron en el aire mientras el bolígrafo casi se caía de mis manos, mi sonrisa se desvaneció al instante y apreté la libreta con algo de fuerza.

 

-Así que aquí fue donde terminaste-una voz tan fría y desinteresada que me provoco escalofríos, hubiera deseado no haberme volteado, seguir a esa voz en mi cabeza esta mañana y no haberme levantado, ¿porque entre todos los momentos debía ser este exactamente?, donde tenía este breve momento de felicidad para así poder relajarme, ahora todo se había hundido por la persona que me observa de manera soberbia.

 

 

Mi madre

 

 

-¿Q-Que haces aquí?-titubee en preguntar aquello mientras esta solo me miraba, retrocedí para tomar distancia, pensaba en retirarme sin esperar respuesta de su parte, sin embargo sentí como apretó su agarre obligándome a mantenerme firme, me veía de pies a cabeza, luego alrededor y esa expresión de desprecio en su rostro únicamente crecía más y más.

 

 

-No me sorprende que terminaras en este lugar de cuarta-lo primero en salir de sus labios y lo acompañaba un tono de burla y desprecio, no fui el único que lo escucho, Xion que estaba a solo unas mesas de nosotros volteo la mirada frunciendo el ceño-Dime Roxas, ¿aun te sigues revolcando con hombres?, pues claro, era de esperarse-una pregunta que se respondió ella misma, no se controlaba el tono tampoco, como si quisiera que todos la escucharan, mi miedo, mis nervios, todo eso se había ido al instante para ser reemplazado por ira, no era el único, note de reojo como en una mesa Iris nos vigilaba a ambos, parecía que la escucho pues su mirada indicaba que si seguía hablando le rompería los dientes......parte de mi quería que eso pasara, aun así no podía montar una escena, pues si caía en su juego ella ganaría, tragándome mis emociones respire profundo y la vi directamente.

 

-Buenas tardes señora, ¿qué va a pedir?-le pregunte con unos falsos modales a los cuales ella solo bufo molesta-Si no va a ordenar nada, le pido que se retire del establecimiento-quizás suene grosero hablarle así a una madre, pero si esta es grosera primero no le veo nada malo.

 

-Siéntate-me indico ella de modo duro, apuntando con su dedo la mesa más cercana a nosotros, ahí está otra vez, creyendo ella que era la dueña de todo, me cruce de brazos a modo de respuesta notando una de sus cejas temblaba-¡Siéntate enseguida!-me ordeno más molesta por cómo no le obedecía, sabía que así era, si las cosas no salen a su modo muestra como es realmente.

 

-Esto es un local, viniste aquí por algo, no por mí, así que pide algo o sigue pareciendo una loca, seguro apoya mucho a tu imagen-mis palabras fueron duras mientras parecíamos matarnos con la mirada, ella echo un vistazo alrededor notando que tenía razón, estaba llamando la atención de la gente y no de buena manera.

 

-.....Tráeme una taza de té verde-casi escupió las palabras mientras ella se dirigía a sentarse, sonreí de lado y fui por lo que pidió, ninguno me dijo nada, solamente me veían preocupados pero yo me mantenía en control, siempre lo había hecho, podía sobrevivir a esto, apenas tuve la taza me dirigí a llevársela notando como no me había quitado la mirada de encima-Ahora siéntate-nuevamente una orden de su parte pero esta vez obedecí, lo que deba pasar que pase, no escapare de esto.

 

-¿Qué es lo que quieres?-los modales ya no eran necesarios, mis palabras salieron duras y claramente fastidiado ganándome una mirada de reproche de su parte.

 

-¿Qué modo es ese de hablarle a tu madre?, no te crie para eso, mucho menos para que te revuelques con hombres-su tono mostraba estar ofendida mientras dejaba la taza de lado, mostrando que poco le importaba.

 

-¿Mi madre?-estaba molesto por esas palabras y parece que mi cara lo expresaba pues ella me veía desafiante-De entre todas las cosas que eres, jamás has sido una madre, lo que menos has hecho es criarme-negué yo con calma viendo como apretaba su mano, la alzo dispuesta a darme una bofetada pero yo sujete su brazo, me miro sorprendida, más por como hacia presión llegando a herirla, ¿siento culpa?, claro que no, debería quererla para sentir algo así.

 

 

-¿Olvidas quién te cuido?, ¿quién te alimento?, ¡¿quien estuvo a tu lado en tu vida siendo tu apoyo?!-casi gritaba mientras forcejeaba conmigo por liberar su brazo, finalmente la solté, está molesta se froto donde le apreté y yo me acomode en mi silla desafiando su mirada con la mía.

 

-.....¿Qué tipo de sangre tengo?-le pregunte y ella alzo una ceja confundida-¿Mi comida favorita?, ¿mis alergias?.....tengo una cicatriz por un accidente, ¿dónde está?-le preguntaba y ella parecía no comprender nada-No lo sabes ¿verdad?-me reí yo esta vez decidido a dejar salir todo de mi pecho-No lo sabes porque sabes que es mentira que has estado a mi lado, tú y mi padre fueron iguales, unos trabajólicos que pensaron "mientras tengan educación y casa están bien", pues adivina que, el único trabajo que no supieron hacer bien fue de padres-escupí con resentimiento, todo el que había tenido desde niño, simplemente lo dejare salir todo.

 

-Deja de hablarme así, soy tu madre y me debes respetar-gruño ella a lo bajo, sus ganas de llamar la atención parecían haberse ido al no poder dejarme mal a mí.

 

-Yo fui mejor padre que ustedes sabes, yo fui quien cuido a Ventus, yo fui quien nos preparaba la comida, yo me quedaba cuidándolo o lo llevaba al médico cuando se enfermaba, incluso gaste mis ahorros para comprarnos un pastel de cumpleaños el día que ambos se olvidaron de nosotros, fui más maduro que ustedes para cuidar a alguien, aun cuando soy el jodido hermano menor, yo fui el único que intento darle amor familiar.....claro que siendo honesto, no tengo ni idea de lo que es eso-me reí de mí mismo con lo último, me acompañaba una calma tal que llegaba a espantar, ira, frustración, tristeza, ansiedad, nervios, todo se había ido de mi ser, estaba en calma, estaba relajado.....no sentía nada.

 

-¡Soy quien te dio la vida y tú solo fuiste una deshonra!-me grito temblorosa y se notaba algo de temor en su mirada, se estaba rompiendo.

 

-La única vergüenza en mi vida, es que tú me la hayas dado-le dije en cara provocando que abriera los ojos como si no creyera lo que salió de mis labios.

 

-Tú...tú eres...pero-

 

-¿Sabes lo que soy?-le sonreí suavemente mientras la jalaba del brazo, hizo una mueca de dolor pero no me importo pues la tenía prácticamente frente a mi rostro-Soy un joven gay que es más feliz que nunca de saber que no están en mi vida, feliz de poder ser como soy, poder conocer otras personas, ver la vida que ustedes no me dejaron por sus deseos egoístas, ¿querías un hijo perfecto?, tendrás que seguir intentando aunque, seguro lo arruinaras como me arruinaste a mí-dije soltándola y esta retrocedió en su asiento, intentando mantener postura pero le era difícil, buscaba alguna ayuda con la mirada pero sería inútil, nadie vendría.

 

-.....Seguro tu novio te ha hecho pensar así, apuesto a que te dijo esas cosas para que te sintieras mejor contigo mismo-un truco desesperado y bajo, pobre señora, está atrapada y casi cae en su propia tumba.

 

-De hecho el me engaño con su mejor amigo, unas semanas después de que me echaron-le dije con calma mientras esta me miraba sorprendida-Ese día casi me atropellan, no iba muy abrigado y llovía, podría haber muerto de una pulmonía, ¿no crees que es jodida mi vida?-le decía como si todo esto fuera un mal chiste y eso es lo que menos era.

 

-Pudiste haber vuelto a casa, suplicar perdón y ser un buen hijo-susurro a lo bajo mientras comenzaba a echarle azúcar al te que se había enfriado durante la plática.

 

-Me habrían enviado a un psicólogo o a un campamento religioso-una afirmación más que una pregunta, confirmada por su silencio y ningún intento de llegar a negarlo -Eso pensé...la verdad no sé cómo ser un buen hijo, no puedo decir que tuve buenos padres así que, supongo que simplemente somos un fracaso como familia-le indique mientras esta únicamente se quedaba viendo la taza que revolvía suavemente a modo de distracción.

 

-¿Cuándo te volviste así?-murmuro ella deteniendo su mano-Antes solías obedecer cada orden, no nos reclamabas nada... ¿en qué momento te echaste a perder?-último intento desesperado de echarme la culpa a mí y no a ella misma, esta discusión ya había terminado.

 

-Deberías estar feliz, estamos hablando por primera vez, me estas conociendo por primera vez en tu vida-le dije con una gran sonrisa y un tono animado que eran tan falsos que era una burla.

 

-Basta de eso, no es gracioso-gruño apretando su puño mostrándose molesta.

 

-Te diré que no es gracioso, echaron de su casa a su hijo de 18 años, técnicamente soy menor de edad hasta los 21, si alguno de sus colegas lo supiera eso no solo les arruinara la tan preciada imagen que ustedes tienen, sino que apenas una corte lo supiera me darían el visto bueno a mí, ganaría una demanda sin esforzarme e incluso puede que envíen a alguno de los dos a la cárcel-mis palabras finalmente le afectaron pues su mano tembló y su rostro expreso temor verdadero por primera vez.

 

-No te atreverías-

 

-Tu sabes que si-le corte viendo cómo se mordía el labio-pero no quiero nada de ustedes, digan que me morí, fui al extranjero, cual sea la mentira que han dicho hasta ahora, lo único que quiero, es no volver a verlos o saber de alguno de ustedes por el resto de mi vida-palabras crueles, hirientes y ciertas, ellos no me quieren, yo no los quiero, es mejor simplemente terminarlo todo de una vez.

 

-.....Entiendo-gruño ella levantándose apresurada, tomando su bolso mientras la taza de té había permanecido intacta en el lugar, esta me miro unos instantes, titubeando unos momentos antes de respirar profundo-Dime algo, mientras viviste con nosotros, ¿alguna vez fuiste feliz?-una pregunta que me tomo por sorpresa, pero que parecía importante para ella.

 

-...No-respondí tras analizar mi vida por unos instantes-Pero supe eso cuando comencé a vivir con ellos, la chica de ahí-le señale a Iris la cual nos estaba vigilando sin ser disimulada-y su hermano me dieron donde quedarme, un lugar al cual regresar...es lo más cercano a un hogar que he conocido-le dije yo sin poder evitar formar una sonrisa al pensar en todo lo vivido con ellos, al menos hasta ahora.

 

-Ya veo-murmuro mientras comenzaba a sacar su billetera pero yo levante mi mano deteniéndola.

 

-Yo lo invito, es mi modo de despedirme de una vez-dije sin llegar a mirarla mientras me levantaba y recogía las cosas-Adiós, señora Strife-le dije para poder pasarla de largo, aun así note como ella soltó una lagrima, no me importa.....me gustaría decir eso pero también me duele, decir adiós es una de las cosas más difíciles pero es necesario, necesito que sepa cómo me sentí por todo lo que hicieron, necesito ver al menos que sufre algún castigo para que yo pueda finalmente despedirme de ellos.

 

-Oye Roxas, ¿la conoces?-me cuestiono Xion señalando a mi madre, Ethan y Sasha en la caja también me veían preocupados en espera de mi respuesta.

 

-No-respondí mientras dejaba todo para volver a atender otras mesas, un gran peso en mi pecho se había ido, hice mi elección y ahora debía vivir con ello, sentí como Xion apoyaba su mano en mi hombro, me miro algo preocupada y le sonreí-Oh vamos, estoy bien, ni que fuera un niño, ¿acaso quieres cuidarme?-le pregunte en un tono coqueto únicamente ganándome una risa y un empujón de ella, Iris me jalo la oreja regañándome y diciéndome que si intentaba algo con ella me mataría, me comencé a reír suavemente, volví a atender a las personas, aun si las miradas eran de curiosidad por la anterior escena nadie dijo nada, así estaba bien para......es mejor, no pensar en ello.

 

 

El viaje de regreso a casa fue algo más complicado de lo que quería, debido a la nevada las calles estaban resbalosas y si uno no tenía cuidado se le podía hundir el pie, los muñecos de nieve ahora estaban tirados, quizás por el viento mientras la castaña se abrazaba a si misma lanzando insultos al frio, palabras que es mejor no repetir, para cuando llegamos a casa está corrió a la cocina diciendo que quería algo caliente, yo solamente sonreí y me dispuse a ir a mi habitación, apenas estuve me quite los abrigos de encima, aun si el lugar estaba helado me tendí en la cama para así mirar el techo, respire profundamente y me cubrí los ojos con mi antebrazo, ya era demasiado, cada cosa que pasaba últimamente me estaba estresando y no pude evitar pensar en la conversación con ella, ya lo hice, estarán lejos de mi vida y no veré a ninguno de ellos otra vez......supongo que ya no tengo apellido, al menos no de manera emocional, lo único que podría llegar a relacionarme con ellos es un desprecio mutuo....aunque.

 

-"Tampoco puedo decir que no fui feliz....pero eso se acabó"-pensé mientras me acomodaba un poco, cerré los ojos queriendo dormir, simplemente hacer que el día se acabara pero cada vez que lo hacia volvía a mi infancia, esos momentos donde jugaba con mi gemelo o lo cuidaba, donde le animaba en alguna actividad, lo consolaba si se hería, incluso meterme en una pelea con sujetos más grandes donde todos salíamos heridos, mas nosotros pero si el me veía con una sonrisa me decía que hice bien, porque él era inocente de niños, no notaba lo frecuente que nos abandonaban, aun así me aleje de él y terminamos en esa bizarra situación -"Al final te deje de lado también....supongo que ni siquiera sé cómo ser un buen hermano"-me puse boca abajo en la cama para ya no pensar más en ello, solamente queriendo que mi cerebro no me castigara más.

 

-Hey, me hubieras dicho que llegaste-escuche un tono molesto y lo siguiente fue un peso sobre mi espalda, no necesitaba voltearme para saber quién era-Tu sabes que me aburro sin ti aquí-susurro con un aire pícaro, se apegaba a mi espalda frotando su cuerpo con el mío, podía sentir como su entrepierna se apoyaba en mi trasero pero no dije nada, únicamente tenía la mirada perdida en la cabecera de la cama, no tomo mucho para sentir como dejo de moverse y se inclinó quedando su rostro a un lado del mío-¿Roxas?-llamo mi nombre, lo observe de reojo viendo como poco a poco su expresión mostraba un deje de preocupación.

 

-No estoy de humor-murmure suavemente, nunca lo estaba la verdad, desde que comencé esto con el castaño este afecto falso era un castigo a mí mismo y ahora...bueno, simplemente no era buen momento.

 

-Entiendo-susurro mientras me quedaba viendo, yo solamente fije mi vista en la almohada y él se acostó a mi lado-Anda anímate, todo va a estar bien-murmuraba suavemente y no pude evitar sonreír de lado, me acomode para quedar viéndonos de frente, mis manos rodearon su cintura y lo jale hacia mí, simplemente lo abrace para intentar encontrar algo de consuelo....en lugar de ello, solo sentí como se ponía tenso-Roxas.....espacio-susurro el aplicando apoyando sus manos en mi pecho para intentar alejarme.

 

-¿Esta mal que solo te abrace?-cuestione mientras apegaba mi rostro en su cabello, notando como detenía su forcejeo pero aun así sentía que estaba incómodo.

 

-No es malo, bueno, quizás un poco, es solo que no deberíamos hacerlo...ya sabes-murmuro buscando las palabras para convencerme, más bien buscando una excusa pero yo lo sabía, simplemente no quería que lo tocara.

 

-¿Por qué comenzamos a darnos placer?-cuestione bajando la mirada mientras este elevo la suya antes de desviarla y asentir-No necesito un compañero sexual Sora, necesito un amigo-murmure mientras este me miraba de frente confundido.

 

-Soy tu amigo pero...pero-el mismo no pudo terminar esa oración, solamente pude quedarme mirándolo y lo solté notando como se apartaba con la mirada baja.

 

-Déjame solo por favor-susurre dándole la espalda, sentí como apoyo su mano en mi hombro pero yo lo aparte, nos quedamos en silencio, finalmente él se levantó, el sonido de la puerta mostro que estaba solo nuevamente y hundí el rostro en mi almohada, supongo que no somos amigos a final de cuentas, si no puedo siquiera darle un abrazo sin que se sienta raro, ¿cómo espero ser una buena compañía para el?, todo esto fue una mala idea desde un inicio.....realmente no puedo hacer nada bien, tras unos momentos me levante para no quedarme en ese lugar, quizás deba caminar para relajarme.

 

 

-Oye amigo, ¿alguna idea de qué hacer?, la televisión da asco, como que ahora cada película es un plagio de otra-Iris se encontraba sentada cómodamente en el sofá, incluso tenía una frazada sobre ella por el frio, me quede viéndola unos momentos, no dije nada, solo me senté a su lado sintiendo su mirada sobre mí y la mía no se enfocaba en ninguna parte-¿Estas bien?-cuestiono y simplemente negué con la cabeza-¿Quieres hablar de eso?-cuestiono y yo negué nuevamente con mi cabeza-¿Quieres apoyarte en mi hombro?-esta vez me ofreció, me sentí apenado pero simplemente asentí y apoye mi cabeza en este, me observo unos momentos y paso su brazo por mis hombros para acariciar suavemente mis cabellos con su mano-Todo va a estar bien amigo, estamos aquí-susurro casi de modo maternal, no, quizás este era su lado protector como decía Riku, una simple presencia que te dice que te cuidara, simplemente sonreí y deje que el tiempo pasara.

 

-¿Que hacen?-escuchamos la voz de Sora y ambos volteamos la vista hacia este notando que estaba por bajar las escaleras.

 

-Roxas tuvo un mal día, pensé que te había dicho-respondió con calma, mientras el castaño nos miraba uno al otro y se le veía molesto

 

-Pues que bueno-susurro provocando que ambos abriéramos los ojos de golpe-Como si me importara alguno de los dos-aquellas palabras sonaron con desprecio, sin decir nada mas volvió a subir las escaleras, un portazo mostro que fue a su habitación y yo me quedé mudo, no me espere ello, Iris tampoco al parecer pero no pudo evitar sentirse doloroso.

 

-Déjalo así-murmuro la castaña sujetándome de la mano, como si supiera que iba a ir por él, voltee a verla notando que se veía algo triste por sus palabras-Esta bien, enserio-dijo mientras sujetaba el control para ir cambiando de canales, me quede viéndola, al igual que ella respeto mi decisión de no hablar de nada yo respete la suya, simplemente me acomode en su hombro nuevamente y dejamos que el tiempo pasara.

 

 

No volvimos a ver a Sora en el resto de la tarde, cenamos los dos solos, de vez en cuando yo me quedaba viendo como nevaba por la ventana, creyendo que así pasaría mas rápido el tiempo pero no era así, simplemente este día al igual que el clima parecía haber empeorado cada vez más y más haciendo que la energía comenzara a ir y venir, terminamos por ir cada uno a su habitación, seguro ella también estaba cansada de todo el día. Apenas llegue a mi habitación, mire el seguro, mi mano me tembló unos instantes y respire profundo antes de colocarlo, no me importo nada más, no me preocupe por nada y me cambie a mi pijama, tampoco me apetecía bañarme aunque mañana me arrepentiría pues haría mas frio, apenas entre a la cama me mantuve atento a los ruidos, el viento soplaba más fuerte que antes y eso te hace apreciar tener un lugar donde poder acurrucarte y estar caliente, no paso mucho sin embargo hasta escuchar como intentaban abrir la puerta, poco después le siguieron

 

-¿Quién es?-pregunte aunque no había que ser un genio para saberlo.

 

-El hada de los dientes-escuche la voz de Sora siendo sarcástico al otro lado de la puerta-¿qué esperas?, abre-me indico pero yo únicamente me apoye de lado en la puerta soltando un suspiro.

 

-Necesito tiempo a solas la verdad, además ya te dije que no estoy de humor-negué yo mientras cerraba levemente mis ojos esperando algo de comprensión pero lo único que escuche fue un gruñido.

 

-¿Aun no superas eso?, no seas un bebe llorón, todos tenemos malos días-susurro sonando desinteresado y eso ya me cayó mal.

 

-Como digas, solo vete a dormir Sora-murmure sintiéndome peor tras haber escuchado eso, solo eleve un poco la mirada respirando profundo antes de sobresaltarme un poco cuando un golpe llego a la puerta.

 

-Te recuerdo que esta es mi maldita casa, así que entrare al lugar que yo quiera-escuche como su voz comenzaba a subir de volumen, sonando cada vez más molesto y finalmente mi tristeza comenzó a convertirse en rabia.

 

-¿Ah sí?, entonces habla más fuerte, estoy seguro de que a Iris le encantara verte en una escena así-le desafié yo mientras captaba como ese había sido un inhibidor para sus emociones, me lo imagine rabiando en mitad de pasillo y sin poderlo evitar me sentí bien de terminar esta discusión.

 

-Te odio-gruño mientras sentí un golpe en la puerta de su parte, una pequeña risa salió de mis labios y otro golpe más fuerte se añadió-deja de reírte-sus gruñidos iban en aumento pero mis risas también lo hacían, destrozando ambos poco a poco lo que se podía llamar la relación que teníamos.

 

-¡Suficiente!-una voz diferente se escuchó en el pasillo y los golpes se detuvieron, quite el seguro y abrí la puerta observando como el castaño me daba la espalda observando a su hermana la cual estaba en pijama-Vuelve a tu habitación Sora, ahora-le ordeno sonando bastante dura con él.

 

-Estamos teniendo una discusión, no es asunto tuyo-casi escupió esas palabras mirándola molesto

 

-Es mi asunto cuando no me dejas dormir, ahora, no me interesa porque están hablando a esta hora pero los dos se van a dormir, algunos tenemos que trabajar mañana-gruño esta y yo preferí mantenerme al margen.

 

-No eres mi jefa-

 

-Soy tu hermana mayor-

 

-Lo serás cuando actúes como una-

 

-¿Para que ocurra lo mismo que con Vanitas?-dijo esta mirándolo claramente molesta del ultimo comentario y sentí como Sora se puso tenso.

 

-¡Tú no sabes nada!-grito con fuerza-¡no sabes cómo me sentía!-esta vez su voz salió más fuerte pero también como si estuviera desesperado.

 

-Lo se todo, ¿acaso eres tan idiota que olvidaste quien te salvo el trasero cuando te metiste en problemas?, aunque sabes, ahora me arrepiento de eso, mejor te hubiera dejado ahí, quizás así dejarías de ser una molestia para mí-esta vez ella estaba siendo cruel y parecía saber dónde golpear al castaño pues este se veía claramente afectado.

 

-Eres una maldita-su voz sonó herido, no sabía por dónde iba esto pero sabía que ambos se estaban dejando guiar por la rabia.

 

-¿Porque soy honesta?, al menos soy la única persona en tu vida que lo ha sido-quería llegar a interrumpirlos a ambos antes de que esto terminara peor pero tampoco comprendía de que hablaban.

 

-¿Que sabes tú?, lo único que sabes hacer es engañar a la gente y alejarla de mí, ¡lo único que eres es una mentirosa!-gritaba en un acto desesperado de devolverle el dolor que le causo y ella parecía a punto de explotar.

 

-¡Al menos no fui la causa de que Vanitas se fuera!-grito ella con rabia en su voz...eso fue todo, fue un golpe que pareció tocar algo sensible en Sora y lo había destrozado, este comenzó a temblar, respiraba algo agitado y note como unas lágrimas se acumulaban en sus ojos.

 

-Muérete, ¡no sabes cuánto desearía no tenerte en mi vida!-grito antes de jalarme de mi mano sacándome de la habitación, la castaña me sujeto para no caerme de cara al suelo y lo siguiente fue un duro portazo, el seguro en la puerta y por último, un crudo silencio, poco después pudieron escucharse a través de la puerta los gimoteos de Sora, Iris pareció reaccionar, se acercó a la habitación, extendió su mano pero nunca llego a tocar, por primera vez note culpa y tristeza en sus ojos, una mirada de arrepentimiento por lo dicho.

 

-....Ve a dormir-me pidió mientras pasaba a mi lado, no se disculpó, no me replicó nada, simplemente se encerró en su habitación dejándome solo en mitad del pasillo, escuchando en aquel silencio el leve llanto del castaño, me mordí el labio, era un sonido que no me gustaba, que parecía romperme los oídos a cada segundo, me acerque lentamente a la puerta y apoye mi frente en esta, parecía que él estaba apoyado en el otro lado por lo claro que lo escuchaba.

 

-Sora-susurre en la puerta sin saber si tenía el derecho de consolarlo ahora, me sentía mal ante todo lo ocurrido, no había entendido mucho pero solo sabía que él estaba herido, solo saber que estaba llorando me dolía, me hacía sentir más miserable que nunca en toda mi vida-Vamos Sora, abre la puerta.....no llores-una súplica para mi bien tanto como el suyo, una que no escucho o ignoro, me quede apoyado ahí sin sentir el tiempo realmente pasar, poco a poco mis parpados me comenzaron a pesar, no lograría nada ahora-Buenas noches Sora, que descanses-le desee suavemente, casi en un tono comprensivo y cariñoso, no tuve más opción que irme a su habitación, me acosté entre las sabanas de su cama sintiéndome como un miserable, jugamos uno con el otro, nos herimos uno al otro, la amistad que creía que teníamos no creo que exista, no puedo ayudarlo, no puede ayudarme, ninguno puede aliviar el dolor del otro, ni siquiera estar a su lado para hacerle saber que no está solo.....quizás sea una mala persona, quizás no debo tener amigos porque solo les traeré dolor, pues mientras me acomodo queriendo dormirme, deseando que esto hubiera sido una pesadilla, solamente puedo pensar en una cosa.

 

 

Lo arruine todo.


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