Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Harper por ElleLover

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Cuantos años, eh? Ah, me siento vieja... ya no soy esa Ellelover quinciañera que hablaba con Light y Elle, en mis primeros fanfics.

Allan: ¿y con nosotros tampoco?

Kazuo: ¿¡Si, eh?! ¿Ya estás corrigiendo nuestra saga?!

 

Perdí el pen donde había corregido el primer libro... ahora me toca hacerlo de nuevo.

 

Soichiro: ánimo, ...

 

:D pero, mientras, para darle un aire fresco, nueva historia. 

 

El cantante de rock empezó a mirar el público, como si supiera que sería su última actuación.

—Y vamos a por la última canción, cabrones.

El público enloqueció. ¿Pero se acordarían de él dentro de un año o dos? No podía aguantar la presión. Ni los comentarios. Era demasiado sensible a las críticas y ya no podía fingir la amabilidad y las sonrisas como antes. Y se creían que formaba parte de su personaje o de una estrategia de “chico malo”, pero la verdad es que a sus 24 años se sentía como un viejo.

 Se sentía como un asesino en serie. La rabia y frustración se mezclaban hasta solo querer estar borracho para sentir algún tipo de sensación liviana que le hiciera desaparecer de aquel lúgrube estado patético.

Bebió otra lata de cerveza sin preocuparse de mancharse sus ropas de marca.

- Al menos lo hago con estilo... - se dijo, sarcástico.

****

Se quedó en el hotel.

Los otros estaban de karaoke, pero él pasaba de cantar más.

Estaba empezando a odiar la música.

¿Se preguntaba qué más podía hacer? ¿Empezar en algún lugar en el que no fuera famoso? Pero los medios no pararían de perseguirle. ¿Dejar su carrera? ¿Y luego qué? Tenía dinero suficiente para vivir bien, si no lo gastaba en tonterías.

Se miró en el espejo.

Era un hombre rubio de ojos azules: le llamaban en nuevo Kurt Cobain, pero sin ser un drogadicto. (¿Acaso aquello no le restaba encanto? La típica pose a rastras del joven artista torturado).  Pero él era un chico bueno: todas sus ex parejas se lo confirmaban. "Porque no se han metido en mi cabeza, sino verían lo malo que puedo llegar a ser".

Le atraían tanto hombres, mujeres, intersexuales, sin género, como lo que fuera… había hecho y probado de todo con la esperanza de encontrar una motivación en el acto sexual o el juego de la atracción.

Pero, "I get no satisfaction", ha...

Nada le complacía en aquel mundo. Se sentía desmotivado.

Y como si algo superior a él se lo hubiera enviado, un japonés le llamó a la puerta. Lo podía ver desde el móbil. 

- Puedes pasaar...

Pensó en divertirse un poco con él: parecía un pringado y aquello le hacía que se sintiera cómodo.

—Vaya, no he llamado a nadie de servicio... ¿cómo te llamas? Seguro que vienes a curiosear, ¿eh?

Sorprendentemente le habló en un perfecto inglés.

—Me llamo Harumi, señor. 

El joven se dio cuenta de que a pesar de su apariencia joven debía ser mayor que él.

—¿Qué edad tienes?

—     54 . Vengo porque el universo me ha dicho que te protegiera... 

El joven abrió una cerveza del mini-bar, riendo.

— El universo, claro... vaya excusa. Eh... ¿Te gustaría acompañarme a asesinar a alguien…? Porque solo por ese motivo el universo me mandaría a un tipo tan grandote como tú... más bien pareces un sicario... ¿no querrás matarme? jajaja adelante, no me importaría en absoluto...

El hombre se quedó de piedra ante esa insinución tan tétrica.

—Deberías estar alegre… idiota.

— Oh, ¿eso quiere el universo? Entonces.. ¿te gustaría… animarme? Tengo la impresión de que si no hubieras venido me hubiera suicidado: tengo un montón de pastillas. Podría hacerlo. O quizás podría usar un hilo de cortinas… ¿qué sería lo mejor? Otro más para el club de los ni siquiera 27...

El japonés se sentó a su lado, esbozando una sonrisa.

—Mi vida seguiría, te suicides tú o no. Si quieres llamo a alguien para que te dé las estúpidas drogas que todos los famosos se meten para no sentirse deprimidos al descubrir que lo tienen todo y nada. Pero tú no quieres de eso, ¿verdad, Harper? Por eso el universo me manda. Tú eres especial. ¿Por qué no te buscas un buen hombre o una buena mujer y dejas de hacer el capullo? ¿No hay nadie que te guste?

El joven se quedó helado ante aquella respuesta. Entonces él se encaró.

—¿¡Quién coño te crees que eres?! No me conoces, hijo de puta. ¿¡Crees que es fácil ir por el mundo y llenar estadios más grandes que el tokyo dome? Ç¿Y que todo se puede solucionar con tener a alguien a quien amar? No me hagas vomitar...

El hombre rió, cruelmente.

—¿Y de qué te ha servido ser famoso? Estás en un hotel, más solo que la una, hablando con un estúpido viejo mientras amenazas con suicidarte. Qué penoso. Lo que me faltaba: he soportado a muchos ricachones de mierda, ¿sabes? Yo tampoco soy uno cualquiera… si yo fuera rico y tuviera la belleza y el talento que tú tienes yo no sería como vosotros. Me das asco, Harper. ¡Haz algo que no sea lamentarte, joder!

El joven rió ya en estado de embriaguez obvia.

—¿Y aún así me tienes envidia? Pues sí: envidias a un penoso… lo cual es más penoso, aún. Pero a ti realmente te importo, por eso estás aquí… tú y todos mis fans... como si me conociérais de algo por cantar cuatro canciones de mierda sobre emociones generales que ni siquiera entienden...

El hombre puso los ojos en blanco.

—¿Ves? Eres un cabrón hijo de puta… Deja de jugar a ser Jesucristo o Satanás. Veo que me equivoqué. No eres nadie especial ni nunca lo serás. Por eso estás vacío y solo. Mejor me voy, pues...

El joven sintió una rabia inmensa. Agarró una botella de wiskey y se lo arrojó a la cabeza, sin dudarlo. El japonés no se esperaba aquello: tenía en las manos una bandeja con los regalos del hotel y sus ojos pasaron a la nada en un segundo, mientras la sangre le fluía de rabia tras esos impulsos de un joven rockero de mierda que podría haberle matado.

- No deberías haber hecho esto... estoy aquí para salvarte, ya te lo he dicho. ¿Soy como tu puto ángel oscuro y así es cómo me lo agradeces? No sé porqué Dios sigue mantentiendo viva a perdedores como tú...

Llamaron a la puerta antes de que Harper pudiera agarrar otra cosa la cual tirar a ese estúpido hombre. Apareció otro japonés. Pero ese tipo era extremadamente serio y muy grande.

- ¿¡Vienes con otro cómplice para violarme en manada como unos cobardes!? ¿¡Queréis secuestrarme o qué!? Antes os corto la polla, ¿me escuchas?

Como si supiera que todo había terminado se quedó bebiendo en el sillón, lleno de sangre. Ni siquiera podía sacar la navaja que tenía siempre guardada en su bolsillo interior del jersei.

—¿Cuántos años me van a tocar si os mato por defensa propia, mh?

Entonces el nuevo hombre cerró la puerta de inmediato.

—¿Qué le pasa a Harper…? ¿Está borracho?

Le hablaba de tú a tú, cosa que le sorprendió, al no haberle dirigido la palabra en todos los meses que llevaba de gira por Japón. Era uno de sus guardianes, no se había dado cuenta.

—No. Yo solo estaba aburrido…  y este capullo me ha insultado y … se me ha ido la mano. ¡No era mi intención…!—miró su mano, como si nada— Esperaba que fuera algo más… emocionante. Pero no he sentido nada. Tal vez… estoy enfermo, realmente, de la cabeza. Ya nada me place. Ya no soy el mismo…

El guarda se quitó la vestimenta. Quedándose completamente desnudo. Harper no entendía nada de nada.

- ¿¡qué coñ...?!

—Harper: ahora mismo no sabes lo que dices. ¿Has tocado muchas cosas de la habitación? Mierda… da igual. Solo tenemos que desaparecer. He hecho bien en cambiarte de habitación a un nombre falso. Se te veía raro desde ayer…

- ¿¡por qué te quitas la ropaaaÇ?!

Todo daba vueltas. No entendía nada. ¿Estaba muerto el otro tipo?

—     Mira… vas a llamar a tu mánager y decir que te vas a tomar unas vacaciones. No hay tiempo que perder. Vámonos.

El cantante agarró una silla y empezó a destrozar el cadáver. Ni siquiera se había dado cuenta de que acaba de matarlo. Empezó a llorar al darse cuenta de que era real. La emoción le había secuestrado totalmente. Ese tipo le había hecho sentirse tan mal y ahora... estaba... muerto.

—¡JODER! ¿¡Aún creéis que soy una buena persona?! ¡PUTOS INGENUOS! Que si Harper no haría daño ni a una mosca, que si es un marica que se va tras cualquiera… que si las mujeres me usan y todo el mundo inventándose mi puta vida… una vida que ni siquiera vivo porque me paso entre discográficas sanguinarias que me quitan cada puto dólar… HIJOS DE PUTA, TODOS.

El guarda se lo quedó mirando con calma, como si realmente le entendiera.

—¿¡Y por qué cojones no llamas a la policía?! ¡¿Sigues pensando que es por estrés o alguna mierda de estas?! Eres como todos los demás… eres un ingenuo que solo ve al personaje…

El japonés se le acercó y le empezó a estrangular… hasta que se quedó sin conciencia. Ya lo había hecho otras veces: no estaba muerto. Pero así estaría quietecito durante un rato.

Unas lágrimas se le cayeron de su cara.

—¿Qué ha hecho el mundo contigo…? Eres inteligente, Harper… eres demasiado inteligente como para perderlo todo de este modo. Deja a este retrasado y ten fe en ti. Era un violador...

*****

Cuando el rubio se despertó se vio con un esparadrapo en la boca, impidiéndole gritar. Estaban en una especie de garaje… o… ¿un ferry? ¿A dónde iban? ¿¡A dónde le llevaba!? ¿Le estaban secuestrando?

—El estrés te ha podido. Al menos no te has suicidado. Es culpa mía… debería haber estado a tu lado o… No sé cómo decirlo: no puedes morir. Todos cumplimos una especie de plan en esta vida. El mío me empuja a ser más que un guardaespaldas en este momento. Tu amigo...

Le miró con una decepción enorme.

—Lo has tenido todo…tu familia, una carrera envidiable… pero nunca te han dejado realmente libre. No has sentido el miedo, ni el fracaso… ¿es eso, verdad? Ni siquiera te has enamorado nunca. Te sientes… solo y… depresivo. Y yo voy a abrirte la mente. Lo siento… hasta nuestro destino te necesito dormido. 

****

Cuando se despertó se encontró en un quirófano. Una vez más empezó a dormirse. Veía luces y personas dispuestas a operarle. 

Cuando despertó le dolían los ojos.

Y supo enseguida que aquel tipo estaba loco, aunque pareciera tan serio y hablara como si no lo estuviera. ¿Era un acosador? ¿¡QUIÉN LE HABÍA CONTRATADO!?

—Ya está…

Ni siquiera se había dado cuenta de que con el golpe de la botella se había rasgado una parte de su cara. Debía estar realmente borracho. Cuando se despertó Harper se sintió peor que en el hospital.

—¿¡Por qué cojones todo el mundo me trata como a un producto o un puto muñeco!? ¡Déjame ir, ahora mismo!

El hombre sonrió, con tranquilidad.

—Lo siento Harper, no puedo hacer lo que me pides… ahora mismo no eres tú mismo. Era un vampiro y te estaba induciendo a la violencia para poder escudarse luego en las cámaras que os grababan. ¿Realmente querías ir a la prisión porque te da igual todo? Tienes el mundo a tus pies… ¿Qué es lo que te falta?

Cuando vio que estaba atado en una cama se dio cuenta de que estaba en un psiquiátrico. 

—¡Él me engañó! . ¡Un acosador! Me quería llevar fuera y...

De repente, el médico, también japonés, le habló, de manera tranquilizadora.

—No recuerda nada. Dime, Harper, ¿qué es lo último que recuerdas?

El rubio tenía barba de varios días. Estaba maquillado como si hubiera hecho un concierto.

—¡¿Qué queréis de mí!? Maté a un hombre, eso es lo que recuerdo. Porque me insultó. Porque quería que yo fuera un asesino o yo que sé, estaba borracho.

El psiquiatra miró los resultados y encontró droga en su sistema.

—Aún está bajo los efectos de las drogas...

******

En las noticias Japón se repetía una y otra vez la masacre, mientras los fans lloraban. Un asesino había matado a todos los componentes del grupo, exceptuando a su cantante, el cual se lo habían  llevado drogado del hotel. El asesino se había vestido de botones para entrar. Una vez allí dentro, el guardaespaldas pudo sacar al cantante, a pesar de su estado psicótico. Ahora estaba recuperándose en el psiquiátrico.

****

Habían pasado las semanas y le habían dicho que sus compañeros estaban muertos. Pero aquello no tenía sentido. Tenía que ser una broma. No podía aceptarlo. ¿¡Cómo podía haber perdido todo?!

Eran su única familia.

Su madre adoptiva había muerto de cáncer hacía unos cuatro años. Ellos habían sido su único enlace a la vida. Al menos la madre había visto como triunfaban: ¿pero cómo podían haber acabado así? Todos muertos.

¿Qué tenía que hacer ahora?

Recordó los discos que habían compuesto. Y a pesar de que no quisiera continuar con ellos y la vida no tuviera sentido, se daba cuenta de que habían tenido mucho talento.

¿Por qué algún enfermo mataría a los componentes de un grupo? ¿Y por qué a él no? ¿Por qué la gente era tan retorcida y sin compasión? Estaban locos.

Empezó a llorar mientras el corazón le dolía. Perdía el aliento y le seguía doliendo la cabeza. Le habían dejado solo en aquella tranquila habitación de psiquiátrico, atado como un puto perro.

- ¡¡HEEEEEY!!!

No entendía nada. ¿Le tenían reservado algo peor? ¿Era uno de esos fans raros? ¿Le había reconocido y por eso le había matado bajo los efectos de esa droga extraña? Recordaba no ver con claridad. Ni siquiera hoy el mundo tenía claridad… y sin embargo, ahí estaba ese guardaespaldas.

—Gracias por … salvarme. Aún mi cabeza no procesa bien todo lo que... está pasando o ha pasado. Aunque… quizás hubiera sido mejor morir con ellos. Ahora me siento culpable.

El guardaespalda sintió una pena por la conmoción enorme de ese joven.

—La persona que mató a ese hombre… no eras tú. Lo supe enseguida. No te culpes por ello…

De repente le inundó una desesperación escalofriantemente fría. Nada parecido a la corriente caliente de sangre burbujeante que había sentido al matarlo. 

—Se lo merecía… de lo único que me arrepiento es  de no haberme ensañado más. Me miraba con un asco infinito. Y resulta que ya había matado a los demás en el karaoke... Era como si me tuviera envidia y a la vez me adorase. Era un puto enfermo… creo que si no le hubiera matado me habría violado antes.

El guardaespaldas se pasó la lengua por el labio inconscientemente.

—Nunca había escuchado vuestra música. Y ahora me arrepiento. Creo que… soy vuestro fan. ¿Qué harás ahora?

Harper se sentía perdido. Pero, de algún modo, aliviado. Rió.

—Quizás aprenda japonés y… me quede por aquí. Esta cultura es bastante diferente de la mía. América es tan… peligrosa. Lo raro es que no nos hayan asesinado aquí y no en los tugurios de la mayoría de fiestas privadas que hemos estado. La verdad es que… eran bastante hijos de puta. Se metían en muchos líos… y ... no nos llevávamos bien... 

Estuvo a punto de llorar, pero aguantó.

—A veces es cierto que los famosos podemos llegar a ser un poco cabrones, con la excusa de que no tenemos vida privada y es muy duro ser el centro de atención. Pero ellos eran unos cabrones de verdad que se aprovechaban de la fama para hacer el mierda. En cierto modo... es como si el karma los haya matado por ciertas cosas que sé de ellos...

El guardaespaldas puso una mirada sombría. Entendía perfectamente a lo que se refería.

—Ese tío que has matado era un famosos psiquiatra… pero resultó ser también un asesino en serie. Era fan de vuestro grupo y… bueno, supongo que quería experimentar con tu psique. De algún modo notó que no estabas cómodo por cómo iban las cosas debido a tus canciones. Y decía que era tu ángel protector o algo así. Ahora tendrás que cambiar el contrato, ¿no? Porque ya no hay grupo… eres… como se diría: ¿libre?

Miró al guardaespaldas como si pudiera ser su aliado en todo aquello.

—¿Completamente libre? O solo...

El guardaespalas le sonrió.

—No tan solo como crees... Tienes la habilidad de atraer serpientes con tu música, ¿sabes?  Tus canciones atraen a mucha gente parecida a ese hombre… Tienes un club de fans al acecho para saber qué harás ahora. Y si no les gusta… bueno, a veces se creen con el derecho de tomar represalias.

Harper le miró como si lo que dijera no fuera algo de loco paranoico. Sin embargo, no se atrevía a bromear sobre ello. Era demasiado serio.

- No recuerdo haberte tratado muy bien duerante la gira, perdona.

Le había salvado la vida. Pero era algo misterioso. ¿Era él también… una de esas serpientes perturbadas que quería ver si se suicidaban o que querían matarle como a John Lennon?

—¿ Entraste porque pensanste que me podía suicidar aquella noche?  ¿Estabas escuchando tras la puerta? 

El guardaespaldas se hizo el mudo. Luego no le dio importancia.

—No pienses mucho en ello. Ni siquiera yo recuerdo muy bien lo que sucedió esa noche. Estaba bastante perdido. Ese hijo-puta tenía algún cómplice, seguro… alguien a quienes quería pasar el vídeo.

El rubio de liso pelo tragó saliva.

—¿Eso crees? ¿Y qué opina la policía?

El hombre sonrió.

—Oh, vaya… no debería habértelo dicho. Ahora estarás más paranoico. Si quieres visitarme o quedar alguna vez, cuando salgas de aquí, llámame. Realmente me gusta tu voz. Creo que eres alguien muy especial. Me gustaría conocerte mejor…

 

Harper vio como ese hombre de quien no sabía el nombre se despedía amablemente. Pero en su corazón no sabía si es que aquel hombre estaba jugando con él como todos o… realmente se preocupaba e interesaba por él mismo. ¿O quizás ambas cosas?

Miró su tarjeta. Estaba en japonés. No se atrevía a preguntárselo.  ¿Había sido casualidad o el destino?

—¿Qué… haré…?

Miró las canciones de su teléfono. Intentó sacar valor.

—Necesito nuevos componentes… Y yo voy a elegirlos. Yo voy a mandar. Yo tengo el poder. —miró a sus ex-acompañantes.

Debía dejarlos en el pasado. Debía empezar de nuevo.

Algunos de ellos le había violado y le había amenazado, diciendo que se iría del grupo si no se dejaba. Aquello era un grupo de abusadores asquerosos porque todos lo habían permitido, aprovechándose de su embriagadez. No era su banda, ni eran amigos... en absoluto.

—Gracias... ¿Harumi? - por alguna razón había podido leer aquello en su mente-. Resultó que mi ángel de la guarda era un demonio y sí supo descifrar mis canciones. Pero gracias a ti ahora siento que puedo tomar el control de mi vida, de nuevo. No sé qué habría hecho si no hubieras aparecido... probablementer volverme loco al descubrir que lo acababa de matar, sin saber que él iba a matarme antes...

Harper sonrió malvadamente, como si Dios fuera Lucifer.

—Voy a empezar a creer en el "Karma". Así se va a llamar mi nuevo grupo. 

 

 El japonés le sonrió satisfecho. Y se alejó, sabiendo, ambos,  que volverían a verse. Simplemente lo sabían: sus caminos no se habían cruzado por azar.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Canción: https://www.youtube.com/watch?v=4_bUtuSDXK8

 

Harper: que se jodan estos capullos... mi nueva era empieza. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).