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Destinados el uno para el otro. por Adri6

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Al verme sentado frente al mar, haría que cualquiera llegara a la conclusión de que me tomé el día libre y que disfruto de las malditas gaviotas, pero no… todos los demás lo hacen menos yo. Si muevo, tan siquiera un poco mi rostro, podré ver a las familias jugando en la arena o paseando a sus perros, eso es demasiado absurdo para mí.

Enciendo un cigarrillo y lo fumó con una paciencia poco usual en mí, me disgusta no haber traído un libro o por último algo que comer, debí haber organizado mejor este momento de ocio, porque ahora lo único que me queda es pensar en cómo va mi vida. Desde que me corte el cabello y me afeite, he notado el cambio, no mío sino más bien el de los demás.

Agacho la mirada y la vuelvo a dirigir hacia el borde costero el cual, se logra apreciar que tan turbulento es el choque del agua contra las rocas, aquella energía furiosa y natural se eleva por sobre todo y cae para después volver a unirse a lo infinito que resulta ser aquella gran masa de agua. Frente a este paisaje es fácil sentirse pequeño y frágil, además no tiene encanto estar tan cerca de un mar agitado por el viento… es como si un agujero negro estuviera pronto a formarse en aquellas profundidades.

Todo se vuelve aun peor cuando no tengo nada más que fumar, creo que soy un vicioso malhumorado. Me pongo de pie y recorro por un largo rato la costa sin importarme de arruinar mis zapatos, me detengo y al tener mis manos en mis bolsillos, recuerdo la última vez que vine con ella aquí, en ese tiempo era tan estúpido que presumía mi felicidad frente a todos, como castigo por mi arrogancia es que ahora no tengo nada. Observó a lo lejos como todos abandonan la playa cuando la lluvia se desata, creo que también debería irme.



De casa me fui a la universidad, recorrer sus pasillos es como caminar por una pasarela, donde quiera que mire, todos me miran. Mis estudiantes o de otras carreras, quedan con caras de ¿qué diablos me sucedió?, la mayoría me conoció con el aspecto de vagabundo drogadicto y les cuesta creer, que debajo de todo aquel desastre exista un hombre con un aspecto prometedor, aunque yo no afirmaría eso.

Al entrar a mi clase, mi maletín es el primero en descansar sobre el escritorio, todos guardan silencio y esperan, como rutina entrego las hojas de asistencia que ira de mano en mano, después planteo una pregunta y todos discuten la respuesta. Cuando tienen el control del tema, ya no soy necesario, tan solo los miro y recuerdo que tan feliz era al estar aquí, estar con ellos o el solo hecho de enseñar… ¿por qué eso cambio? Desde que la perdí, me cuesta abrir los ojos, cada mañana pienso que sería mejor quedarme en la cama, pienso se pueden hacer tantas cosas desde aquel mundo limitado por las sabanas, podría ser escritor o tal vez… dedicarme a la vagancia de forma profesional y responsable.

“¿Profesor?”

Parpadeo y mi audiencia espera algo, me disculpo por mi distracción y se me explica que encontraron una respuesta a mi interrogante, con paciencia e impaciencia, me siento en el borde del escritorio y los miro atento, tratan de explicarme cual es la lógica de algo que se supone que debe ser como nosotros lo vemos que es.

“El hombre evoluciono… pero existen ciertos rasgos que no se han modificado, por ejemplo… el hecho de formar una familia… ¿es por instinto o tan solo nuestra genuina decisión?”

“Tenemos la necesidad de procrear” Ellos llegan a esa conclusión

“… Si creamos vínculos afectivos solo por eso... la humanidad está perdida” Confesé y no sé si me escucharon

Existen muchas cosas difíciles de explicar, entre ellas está en que debo irme, pero estoy inmovilizado en las escaleras de la universidad, no sé por qué o con qué fin pero tan solo observo mi auto y me da miedo que en algún momento sus frenos se corten, que un neumático se reviente provocando que pierda el control causando que me cambie de carril y choque de frente con un camión, ¿puede pasar?... si, puedo ver aquellas imágenes y me son tan reales que tiemblo sutilmente, si mis fantasías se volvieran realidad, no sé si sentiría alivio o angustia de estar condenado a morir así.





“Intentaremos algo diferente… ¿te parece?” Preguntó Emma a lo cual yo solo asentí. “Te diré frases y tú debes decirme que te hacen sentir o pensar”

“Está bien” Le dije mientras me acomodaba en su incómodo sillón. No le he dicho, pero odio este sillón de cuero negro con un respaldo demasiado bajo y rígido.

“El hotel puede estar perfectamente lleno, pero siempre se siente vacío. El descanso y la paz son los protagonistas”

La miro y no entiendo porque eligió una frase sin sentido y estúpida, de todas las palabras que existe en el mundo hubiera escogido un conjunto mejor. Sin apartar la mirada, suspiro y digo algo que no es para nada espontáneo o casual, cada vez que estoy con ella, elijo muy bien mis respuestas.

“Vacaciones” Digo y ella anota en su maldita libreta

“Se me olvidó comprarle comida al gato” Dice y espera lo que tenga que decir

Trato de no fruncir el ceño, trato de no gesticular alguna mueca con mis labios, trato de que mi postura en general no sea de fastidio y apatía. La aprecio como persona, pero como psiquiatra me a traído muchos problemas, he tenido que fingir tanto… que no sé hasta qué punto estoy bien o mal.

“… Todos olvidamos algo” Me encogí de hombros

“Siempre que hablo contigo acabo muriéndome más, un poco más” Lanza aquella frase tan conocida y significativa como un anzuelo, estoy seguro que quiere verme perder el control, quiere ver mi verdadero rostro debajo de toda esta aparente tranquilidad.

“… Frida Kahlo” Respondo y espero que más tiene que decir

“¿No te provoca algo?” Indaga con su lápiz listo para escribir en cualquier momento

Claro que sí, tengo ganas de llorar y buscar entre sus fotografías algún consuelo que me deje dormir tranquilo por una noche, anhelo no sentirme perdido y necesitado, me encantaría quedarme hasta tarde hablando de cosas cotidianas con ella… era entretenido esperar el alba entre susurros a contra piel, era realmente encantador sentir sus manos entre las mías, su sonrisa y la mía eran dos almas gemelas que al morir una de ellas, causó que la otra se hundiera.

“…No” Finjo naturalidad

Me mira con dudas, pero continua, cada frase es peor que la anterior, siento angustia y quisiera que esto terminara, odio cuando me fuerza a que exprese algo. Sostengo mi mirada y resisto tanto como puedo… resisto a la tentación de volverme loco. De pronto noto que mi humor se vio gravemente afectado por su insistencia, eso es algo que solo ella sabe provocar en mí, es en estos momentos cuando me doy cuenta de es tan inteligente como yo.

“La otra semana tendré que viajar fuera de la ciudad, le diré a mi secretaria que agende tus sesiones desde ya para evitar posibles inconvenientes y para que te organices. Es importante que no abandones los ejercicios que te he enseñado y por, sobre todo, debes tomar tus medicamentos al pie de la letra, por favor Charles, no los mezcles con alcohol”

Esa información la obtuvo de Raven, estoy seguro, entonces mi mal humor no solo está dirigido a Emma, sino que también hacía mi hermana. Ambas hablan a mis espaldas y no sé hasta qué punto he sido traicionado por la confidencialidad familiar.

“Estaré bien, no te preocupes” Le digo y ella levanta una ceja tras mi respuesta

“¿No te interesa saber adónde me voy?, eso quiere decir muchas cosas y entre ellas, que no has creado un vínculo conmigo” Comenta algo dolida o finge estarlo

“…Conociéndote debes ir a un congreso, eres muy inteligente y no necesitas que te deseen suerte” Parece sorprenderse y después, una tenue sonrisa adorna su rostro.

Antes de salir de su consulta, disimuladamente admiro su libreta de anotaciones, en ella está registrado todas las cosas que me esfuerzo por ocultarlo pero que, de todas formas, ella ve. Siempre he querido romperla sin siquiera leerla, porque necesito destrozar aquellas verdades tan incómodas e inútiles.

“¿Sucede algo?” Pregunta y le miró en seguida, su rostro aun con cierto grado de preocupación es hermoso.

Tenso mis labios en una sonrisa y me acerco para abrazarla por unos segundos, me aparto y la miró otra vez, continuó con la mueca en mi rostro y me despido. Salgo de su consulta con más problemas que con soluciones, me siento vacío y mi ansiedad no me deja pensar, admiro a los demás y todos en esta ciudad están mal, empezando por mi hermana paranoica y mi amigo posesivo. Que la otra noche asumiera el papel del novio celoso me ayudo en aquel momento, pero después, cuando fue a dejarme a casa, indago que estaba sucediendo. Sencillamente le dije que no sabía pero que, de todas formas con su ayuda, todo estaría nuevamente bien. Al terminar de decirle eso, me miró con dudas, pero le sonreí… siempre termino regalando sonrisas a diestras y siniestras.

Camine un poco más y llegue hasta mi auto, enciendo la calefacción y espero, espero saber hacia dónde quiero ir. Cuando por fin me decido, el atardecer empieza a caer, no importa me digo y de igual forma, sigo conduciendo. Al bajarme, el frio de la brisa marítima me congela los huesos, la arena nuevamente arruina mis zapatos, admiro los colores tan apocalípticos, si me preguntan son los más hermosos.

Llego hasta el límite del mar con la tierra y al igual que en la mañana, me siento solo aquí para descansar del mundo y de su ruido. Con mis auriculares y una buena lista de canciones, ahogo mis pulmones de humo. De tanto en tanto mis canciones se interrumpen y se escucha el sonido de las llamadas entrantes, ¿de quién?, no necesito ver. En ocasiones odio que hayan inventado el celular, uno se vuelve tan ubicable que la privacidad forma parte del siglo pasado.

A lo lejos se ven pequeños grupos de personas, cada uno de un círculo social limitado pero que comparten algo en común, alguna droga recreativa legal o no legal. Puede que alguno de ellos sea mi alumno, puede que tema que le vea, por eso prefiero no prestarle atención a lo que hace en su tiempo libre. Regresó la vista al frente y abrazo mis piernas con determinación, la noche es un evento que aquí luce horrible, esta tan nublado que la luz de luna no brilla como lo hacen en aquellas lindas fotografías que circulan en el internet, al contrario, estoy sentado en una arena húmeda y frente a mí, existe un mundo tenebroso que amenaza con alcanzar mis pies. Siento que la marea sube poco a poco y si no me muevo, llegaré a casa hecho un desastre. Cuando me levanto, cuando regreso a mi auto, cuando estoy a salvo del frío, cuando enciendo la calefacción y entre movimientos involuntarios sostengo mi teléfono en mi oído escucho:

“Charles… será mejor que contestes el teléfono ahora mismo, llevo llamándote por horas… ¿qué diablos estás haciendo?” Es Raven

“Profesor, dime donde estas para que te vaya a buscar” Es Logan

“Charles, Raven está preocupada por ti, ¿por qué no les contestas?, dile que estas bien por el amor de dios…” Es Hank

“Todo está bien, si necesitas tener tus sesiones no me iré ¿de acuerdo?, todos los demás y yo queremos que te sientas mejor, más que tu psiquiatra quiero que me veas como tu amiga. Llámame en cuanto puedas” Es Emma

Y los mensajes siguen y siguen, son como la Muralla China y así de infinito sus reclamos suben de tono y de preocupación. Con apretar un botón paso de uno en uno mientras me acomodo en mi asiento. Cerré los ojos con fuerza y trate de que mis manos sostienen con fuerza en el volante, antes sabía cómo descargar mi rabia, pero ahora no, acumulo, acumulo todo y necesito calmarme. Pienso por un minuto en llamarle, pero creo que sería mejor verle en persona,

Al llegar a casa de mi hermana, en el jardín estaba estacionada una patrulla de policía, mi primera reacción fue asustarme, mi corazón tiene un ligero vuelco de emociones y me baje casi corriendo para averiguar qué sucedió. En la entrada me encuentro con Hank y después con Logan, me discuten, pero tan solo llego hasta la sala para encontrarme con un espectáculo, básicamente con el show de una mujer histérica… mi hermana la histérica.

Me mira, se acerca hasta mí, me abofetea con todas sus fuerzas y termina llorando entre mis brazos, me reclama entre insultos que le hiciera pensar que algo malo me había sucedido. No tengo tiempo de defenderme porque el oficial me interrogo brevemente, a lo mejor quería saber si soy de esos que atentan contra su vida, qué sé yo. Después de unos momentos, se fue advirtiéndonos que solo llamáramos cuando sea una emergencia de verdad.

Me quedé de pie en la sala con la mirada algo perdida, todo se fue a la mierda cuando vi llegar a Emma, a ella también la llamaron para decirle quién sabe qué cosa.

“Charles, ¿estás bien?” Preguntó Emma con cautela

Frente a esa pregunta, tan solo pude voltear el rostro y observar a Raven, verla sentada llorando con Hank consolándola me hace sentir y pensar en que tengo la culpa de todo lo malo de sus vidas.

“¿Cuándo te vas?” Le pregunté a Emma

“Se suponía que esta noche, pero…”

Cerré los ojos con fuerza, trate de respirar profundamente, la ansiedad por fumar o mejor, por beber me consume. Doy unos pasos hasta llegar a la ventana y desde allí, algo de mi reflejo me dice que nada está bien.

“¿Te dejas manipular por una mujer histérica?” Miré a Emma y ella abrió los ojos de par en par. “Porque déjame decirte que esto es lo que está sucediendo” Mire a mi hermana. “…Dejo de hablar contigo por unas horas ¿y armas todo este escándalo?” Susurro inicialmente pero poco a poco mis palabras se escuchan por toda la habitación “¿Esta es la clase de confianza que me demuestras?... ¡¿me voy por unas malditas putas horas y todos ya me dan por muerto o desaparecido?!”

Raven se levanta del sillón y su mano tiembla, tiembla ansiosa por golpearme otra vez, lo intenta, pero logró evitarlo, sosteniéndola de la muñeca le miró como nunca la mire en toda mi vida.

“Te quiero, pero no voy a estar conectado a ti las 24 horas del día… tan solo he querido una cosa en todos estos años y es que me dejen tranquilo, puedo vivir mi duelo como se me dé la gana... no los necesito, en verdad que no. A partir de ahora, tan solo enfócate en tu vida mira que bastante falta te hace” La solté y sin más me fui.

Crucé el jardín estropeando sus flores, me da igual, continúe avanzando no sin dejar de escucharle gritar que era un malagradecido, que no me daba cuenta de lo mal que estaba y que necesitaba ayuda, más ayuda. Voltee y la mire, su cuerpo en la entrada de su casa era una imagen tan parecida de cómo mi madre discutía con mi padre, claro que ella no tiene nada que ver en eso porque llegó mucho después y por, sobre todo, que es adoptada.

“Tú eres la primera persona a la que le encanta que esté así… disfrutas que yo te necesite y que ojalá viviera llorando entre tus brazos”

“… ¿Qué?” Me miró furiosa. “Lo único que quiero es que estés bien”

“Date cuenta de que no soy un niño y que tú eres solo mi hermana, tu obsesión por llamarme no ayuda en nada… ¿Charles, estás bien?, ¿cómo te sientes Charles?, ¿necesitas que te vaya a ver?... ¿por qué no contestas mis doscientas llamadas, Charles?... ¡es porque no quiero!” Grité con rabia

“¡Dejo de hacer muchas cosas por estar pendiente de ti!” También grito

“Y eso es algo que no pedí que hicieras, no voy a darte las gracias de nada… todos los días ustedes me recuerdan que estoy mal y para eso, no necesito de ustedes para saberlo, me doy cuenta, pero eso es mi problema”

Una vecina reclama a viva voz por el escándalo y amenaza con llamar a la policía, miro a la señora que se levantó exclusivamente a observar una escena casual de Raven y yo, regreso la vista hacia mi hermana y tan sólo digo con sarcasmo: “No es necesario, estoy seguro que Raven lo hará” La mire por última antes de irme.






Al llegar a casa, al llegar hasta la ducha y después al estar frente al espejo, me miro y observo como mis ojos brillan como antes, antes de Moira y antes de todo este desastre. Dudo, pero abro el primer cajón, en el habitan todas las prescripciones médicas de Emma, las admiro sin detenerme por un segundo, que fácil sería tomarlas todas por accidente, pero tengo un compromiso de vivir hasta el final, debo vivir, el cómo lo haga… no les debe importar. Tomo frasco por frasco y vierto su contenido al excusado, al quedarme sin nada, es cuando entiendo que la verdadera lucha comienza desde hoy.
Notas finales:

Gracias por leer!!!

Besos!


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