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Destinados el uno para el otro. por Adri6

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Siempre fui… alguien que necesitaba un pequeño lugar en el mundo… quería hacer realidad tantos sueños que nunca me importo que me dijeran que eran imposibles. Escribí mi nombre en un árbol y su lado, deje suficiente espacio para el nombre de aquella persona especial que en algún momento de mi vida llegaría a conocer…

Le supliqué a papá que me construyera una casa en el árbol, le suplique a mamá que me diera permiso de quedarme los fines de semana ahí… le supliqué a mi hermana que no me interrumpiera… le supliqué Logan que no se involucra con los chicos que me molestaban… hasta tuve que suplicarle a Moira… le supliqué al amor de mi vida para que me dijera la verdad… y eso… ya es tocar fondo.

A veces… repaso mi vida en busca de la certeza de que si todo, al final valió la pena… pero dudo que sea así… por eso deambulo pasillo por pasillo con cuidado, como si el suelo estuviese a punto de quebrarse, como si caer terminará por derrotarme. Perdí tiempo valioso al quedarme viendo las botellas de licor, no de cualquier licor, sino más bien del mejor. Lo pensé y deseé… pero… ya no sé.

Seguí mi camino y llegué al mostrador, la luz que se colaba por la ventana me molesta de sobre manera porque irrita mis ojos y de paso a mí.

“Oye amigo… no luces nada bien” Comentó de pronto el vendedor de la tienda, de la pequeña tienda a la cual voy a menudo

Como siempre, me enfrente a un juego de obviedades, sé que no me veo bien y aunque lo niegue, debo admitir que estoy en plena crisis de abstinencia ¿de qué?... no es que consuma drogas ilegales, pero tengo un grave problema… hasta ahora no me había dado cuenta de que tan dependiente era de las recetas médicas de Emma. Dios… anoche sentí que me estaba muriendo y ahora, estoy comprando comida chatarra porque no puedo cocinar porque el temblor de mis manos es algo que no puedo controlar.

“Estoy bien” Repuse impaciente por que me dijera cuánto le debo

“… Hace algo de frío, ¿no?” Pregunto y agache la mirada fingiendo que no le había escuchado hablar

No importa a qué temperatura estemos, tuve que secarme la frente con la manga de mi camisa para no dar un espectáculo aún más penoso. Soy un montón de mierda ambulante, soy un monto de mierda que tiembla como jalea... tengo que tragar saliva para suavizar mi garganta seca, con el fin de que no me duela aún más cuando deba hablar.

El… no sé si se demoraba a propósito o era yo quien saboreaba cada segundo que transcurría. Ahí estaba yo, de pie junto al mostrador viendo como manoseaba mis bolsas de papas fritas, galletas, chocolates y bebidas.

Ahí estaba yo, esperando que mis cosas estuvieran en una bolsa para llevármelas de una buena vez, pero él… tenía que hablar y hablar, del clima, del equipo de fútbol, del programa de televisión, de la gracia que hace su perro, sobre política y de lo mal que está el mundo actual. Después de toda esa mierda, tuve que secarme el rostro otra vez y morderme el labio para no insultarle… afortunadamente hoy me había puesto una prenda realmente grande por lo que las mangas cubren mis puños cerrados y temblorosos, en cierta parte, continúo jugando a ocultar cosas.

Parpadee habituándome al resplandor del sol chocando contra el metal de la caja registradora, asentí con la cabeza al escuchar el valor de todo, tuve que sacar mi tarjeta de crédito y pagar con ella para no sostener un vuelto en efectivo que podría dejar caer. Dios… no podre… sé que no podre, mi crisis de ansiedad esta fuera de mi alcance, no puedo vivir con esta opresión en mi pecho y mucho menos, fingir que todo está bien.

“No luces nada bien” Vuelve a decir cuando por fin cobra lo que le corresponde y me ofrece las bolsas con mis víveres

“… Estoy tratando de… dejar de fumar” Miento

“Buena suerte con eso porque es difícil” Repone masticando como un rumiante su goma de mascar

“No sabes cuánto” Respondo y sencillamente me voy

Al llegar a casa tome un baño tan largo que incluyo que el agua quedase fría, pienso en que debería haber un meteorito que impacte la Tierra, porque de ser así, podría ofrecer mi casa como epicentro… de ese modo borraría todo esto, todo está porquería que no tiene remedio. Cierro los ojos y mis manos se entrelazan para detener aquel leve movimiento involuntario… creo que, si voy al médico en este momento, podrían diagnosticarme erróneamente.




Admire mi auto y no pude atreverme a conducir, mire los jardines de mis vecinos y note que tan lindos son, que tan cuidados y llenos de color están, con suerte… una que otra abeja se posa en mis flores más muertas que vivas. El verde de mi césped aumenta en intensidad cuando ella, si, ella camina con una regadera, era tan detallista… importante. Incluso ahora puedo intentar tocarle, al menos… rozar la mano que lleva nuestro anillo de matrimonio.

“¡Lamento la tardanza!” Escuche y después un periódico golpea mis piernas causando que todo vuelva ser real.

No pude ir a trabajar, preferí cerrar puertas y ventanas con seguro además de desconectar el teléfono, dormir era una buena opción, pero de pronto mi cama era incomoda, mis sábanas ásperas, mis almohadas duras, mi ropa ajustada y mi cuerpo demasiado caliente. Toqué mi frente y cerré los ojos con fastidio al sentir náuseas que pronto se convirtieron en un deseo real de vomitar.

Llegue justo a tiempo y me quede ahí, el frio de la cerámica blanca era un consuelo al igual que el aroma a manzana y canela del aromatizador. Cerré los ojos y apoyé mi cabeza en mi brazo que se mantenía adherido al escusado.

“Está bien… ¿quieres saber… como estoy?... creo que apenas es medio día y ya quiero morirme… necesito mantenerme drogado con las porquerías que me da Emma… dios… en verdad quiero tomarme un frasco de pastillas de lo que sea” Comencé a reírme como tonto, como si todo fuera divertido, pero poco a poco, todo dejo de ser gracioso. “…Por favor cariño, no entres aquí… no quiero que me veas… no así” Susurré mientras mi estómago continuaba retorciéndose y haciéndome sufrir.

Después de un tiempo que me pareció eterno, enjuague mi boca y moje mi rostro, si en verdad me estoy rehabilitando… ¿por qué me siento peor que antes? Me senté en el borde de la tina y admire mis manos, trabaje tanto con ellas… escribieron mi futuro con esfuerzo… firmaron los documentos más importantes de toda mi vida y ahora… lucen como una masa borrosa y no definida. Cerré los ojos y masajee mi rostro cansado, hasta que la mejor idea cruzo mi mente y siguiéndola al pie de la letra, fue que me acosté en la tina a pesar de que era incómodo.

“Charles Xavier… un ilustrado y conocedor del mundo busca un poco de tranquilidad en el baño de su casa… pero eso sí… al menos nadie me ve haciéndolo” Sonreí levemente al sentirme orgulloso de eso.





Ahí estaba yo otra vez en la tienda, no necesitaba nada, pero tal vez tenía que tener una gran bolsa de papas fritas… una montaña de chocolate… o mejor aún… litros y litros de licor. Estaba a un pasillo de aquello y dudaba en seguir o retroceder, soy… me he vuelto alguien con un solo problema y eso es que no sé qué hacer. Intento fijarme metas, superar mis miedos, buscar ayuda y hablar, debería hablar con alguien de lo que me pasa… pero siempre preferí hablarle a una buena botella, tan así es… que nadie sabe que aparte de viudo estoy a un paso de ser alcohólico.

Que cruda es la verdad… que humillante es recibir visitas en casa y tratar de que estas no vean las botellas vacías junto a las que están a medio llenar. Que humillante es ir a cualquier bar y que todos me conozcan, que humillante es saber que estoy cada vez peor. Muevo mi rostro hacia la izquierda y logro visualizar aquello que considero prohibido y necesario… mi mejor amigo y salvavidas.

Es una lucha y es lo que pierdo a diario, me acerque al mostrador notando que él me nota, pero esta vez no hay tema de conversación y mucho menos demora en su atención. En silencio acepta mi tarjeta de crédito mientras que una bolsa de papel cubre mi adquisición, recojo todo y bajo un leve gesto de despedida, salgo al mundo exterior.

Un parque, pero como soy responsable me escondo detrás de un gran árbol en el cual nadie se acerca, soy el mal ejemplo que las madres le advierten a sus hijos… definitivamente… tengo un problema con el alcohol, eso pienso mientras bebo pero no me siento mejor, todo sigue igual… puede que hasta peor… el día no es un lindo día, tal vez necesito regresar a terapia, pedirle perdón a mi hermana y buscar a mi amigo para que me sermonee… tal vez necesito de todos ellos, para mantenerme ligeramente en pie.

¿Cómo era antes de ella?... era un pobre diablo encerrado en la creencia de que se podía ser feliz. Tenía tanta fe… tantas esperanzas… no tenía miedo de la oscuridad de la noche… no tenía esta necesidad. Llevándome las manos al rostro, respire avergonzado de estar perdiendo la razón de forma absurda y inevitable, el espectáculo que hago es darles la razón a ellos… es abrirles la puerta para que hagan lo que quieran con mi vida…si quiero creer que no los necesito debo no estar tan mal.

“No beberé nunca más” Le prometí al viento

A decir verdad, me arrepentí a la hora después. Pensé en ir a la tienda bajo la excusa de comprar cigarrillos, pero algo me detenía y eso era mi palabra. Había dado mi palabra y para mal debía cumplirla, por lo que no me quedaba más remedio que guardar mis manos en mis bolsillos y caminar como un alma en pena de regreso a casa.


Conseguí hacer un almuerzo a media tarde, que resumía en un plato de cosas fabricadas con alto contenido en sal… después de unos minutos, no tuve el ánimo de terminar mi plato, tan solo dejé todo tal cual y me fui a la cama para intentar dormir.

Para cuando la noche llego, parecía que no podía moverme del baño, no cuando al hacerlo todo el mundo giraba tan rápido que no podía mantener el equilibrio. Sentándome dentro de la bañera comencé a balancear mi cuerpo hacia adelante y hacia atrás, me balancee de forma lenta al tiempo que mi vista quedo fija en el tocador de Moira… si, ella está ahí… siempre está ahí.



Casa de Raven.

“… No contesta” Repuso al apartar su teléfono de su rostro

“Ayer te dejo en claro que no quiere que estés pendiente de él” Comentó Hank

“No tienes ni la menor idea de lo mal que está mi hermano” Ella miró a su novio de forma segura y una vez más, intentó comunicarse con él. “…Cuando conociste a Charles, ya había pasado un tiempo de la pérdida de Moira por lo que no viste lo peor”

“¿Lo peor?... por favor Raven, Charles es una persona inteligente no lo subestimes” La cuestiono

“Tan solo quiero protegerlo” Suspiro nerviosa. “…Cuando Emma lo atendió por primera vez, me dijo que los pensamientos de Charles son oscuros y peligrosos… Hank, me da miedo de que abandone el tratamiento” Cerró los ojos cuando su novio la abrazo




Con Charles

Lo próximo que supe era que estaba caminando hacia la tienda, no me importaba la hora o correr con un riesgo innecesario, ¿a quien quería engañar?... necesito beber. Pero el destino es horrible ya que la tienda estaba cerrada y con las luces más que apagadas… ¿qué hace una persona como yo en este mundo?... ¿cómo puedo sobrevivir? Me abracé lo suficiente para no sentirme estúpido o al menos, no más de lo que ya me siento.

Lentamente me senté en la acera de la calle y pensé en ella, en mi… en nosotros. Tal vez… yo no pertenecía a su mundo… tal vez no era suficiente… tal vez no era bueno… tal vez siempre fui un maldito fracasado que no puede hacer feliz a nadie. Me seque la frente y respire el aire frio de la noche como si nunca hubiese respirado… al pasar los minutos trate de controlarme, pero las náuseas me revolvían el estómago una vez más.

Abrace mis piernas y apoye mi frente sobre mis rodillas de forma cansada, lo sabía… sabía que el peso de todo esto al final me consumiría… no puedo. Comencé a balancearme suavemente para sentirme un poco más tranquilo, pero me desagrada sentir mi ropa húmeda.

Todo esto me recuerda cuando recién enviudé, conocí a Emma justo cuando no tenía miedo de decir que era lo que pensaba, pero cada vez que lo hacía… ella recetaba algo especial. Raven, incluso ella en algunas ocasiones me administraba doble dosis sin decirme, pero yo lo sabía porque la veía hacerlo. Cuando se acercaba con el vaso de agua y mi medicación, la miraba a los ojos y quería que se arrepintiera, pero tan solo me decía: “Agregue una aspirina” Reponía y yo, estaba en la obligación de creerle, aun cuando no supiera a aspirina. Después, Logan trato de sacarme de mi claustro, me llevaba con él a los bares y poco a poco me enseñó que un buen trago, era necesario para soportar el día o iniciarlo. De cualquier modo, me moldearon a su antojo y ahora… ahora que intento apartarlos de mí, no sé de qué otra forma vivir.

Cerré los ojos con fuerza y sujete mi cabello con desesperación, no puedo cargar mi mundo y mucho menos dar un paso al frente, ya no más… nunca más.

“¿Charles?”

Levante la mirada y ahí estaba él, él… ¿por qué será que tengo tan mala suerte?, hubiera sido mejor encontrarme con un policía que me confundieran con un necesitado comprador de drogas.

“…” No dije nada y sostuve mi cabeza en mi mano izquierda, al tiempo que con la derecha rodeaba mis piernas

“¿Qué haces aquí?... ¿y así?” Preguntó de forma demandante y también su postura me decía cuanto le interesaba saber aquello. Sus ojos verdes me miran, pero no lo hacen como todos los demás, me mira como si no fuese un problema, me mira como… si todavía fuera yo.

“… ¿Cómo era que te llamabas?” Pronuncie con desánimo

“Erik Lehnsherr” Contestó con voz gruesa y orgullosa

“Erik Lehnsherr” Repetí con suavidad. “… ¿Eres alemán?” El asintió y yo también lo hice de forma lenta y pensativa. Creo que nunca he tenido un amigo de esa nacionalidad, creo que los alemanes son personas serias pero muy trabajadores... creo… que debería dejar de dar lastima en plena vía pública. “…¿Que quieres?”

“Por ahora, que me digas porque luces así… ¿estás enfermo o alguien te hizo daño?” Su postura se volvió preocupada

“¿Crees que abusaron de mí?” Le pregunte con burla, pero aquella pregunta, para él, no era tan descabellada porque seguía observando con aprensión. “… Odio que me vean así” Le dije y agaché la mirada tanto como pude, miré mis zapatillas y como los cordones de estas no estaban atados. “…A pesar de que nuestra plática sea tan interesante, te lo diré lo más educadamente posible mi querido Erik… vete al diablo” Repuse antes de ponerme de pie y caminar, ¿a dónde?, ¿hacia dónde?... a una farmacia.

Cada vez siento más frío, cada vez tengo más deseos de quitarme el cerebro para dejar de pensar, cada vez voy experimentando mis miedos más profundos y eso es dejar de ser yo… me gustaba ser yo porque era capaz de hacer sonreía a los demás, era yo quien cuidaba a los demás, era un tipo genial… en verdad lo era.

No llevo conmigo teléfono, pero si mi tarjeta de crédito, así que con dinero puedo hacer lo que sea, aunque perfectamente podrían asaltarme y en verdad abusar de mí… las calles por las que ahora transito serian un buen lugar para eso. Me detengo y pienso, mis manos tiemblan como si tuvieran vida propia y mis ojos están cansados de mantenerse en vigilia. Respiré rápidamente tratando de controlar las náuseas, pero vomité, vomité un líquido ácido y desagradable. Ahí estaba yo con mi brazo apoyado en un árbol, limpiándome la boca con asco y dolor, no pude levantar la mirada y mucho menos seguir avanzado, tan solo me senté en el césped y dejando mi peso sobre el tronco me dediqué a pensar, en recordar frases de películas que veía junto con ella, todos los viernes casi como una tradición.

“… Si yo pudiera renacer, aunque eso violara los designios de dios… quisiera estar contigo. Si fuera todo un sueño, cuando me despertara… que solamente tú estuvieras allá, pero la luz de la mañana me enseña como soy realmente. Aun así, quisiera decirte… yo te amo” Susurre y cerré los ojos no muy convencido, pero de todas formas estaba tan cansado que lance mi suerte al viento, sin importarme todo lo demás.



Cuando desperté note que me estaban secuestrando, alguien me llevaba sobre su espalda como si yo y mi mundo, no le pesaran absolutamente nada. Note como mis brazos rodeaban su cuello y mis piernas su cintura… mi cabeza descansaba sobre su hombro como si fuese una almohada que me dejase dormir.

Aproveche un momento de luz para averiguar quién era, entonces note un cabello cobrizo, un perfil masculino y un semblante serio. Pude decir mucho pero no tenía ánimos, tan solo deje mi cabeza en su hombro y con mis ojos entrecerrados, observe todo el camino que él hacía para llegar a un hospital… eso pensé, pero no llegamos a un hospital sino más bien a su departamento, él vivía en un quinto piso y aún así, subió las escaleras conmigo a cuesta. Su dedicación rompe el canon que tengo de cualquier persona más cuando se enfrentan a un desconocido. Dejándome sobre su cama, continúe mirándole en silencio a pesar de que mencionó que era necesario quitarme la ropa.

“Esta húmeda, Charles” Me miro y sus manos se acercaron a mi chaqueta

Me quede en ropa interior y eso era el límite de mi sumisión, no dejaría que me desnudara y menos que se aprovechara de mí, sé que estoy como un zombi, pero aun puedo por lo menos, hacerle pasar un mal rato.

“Ven” Me cargó como una mujer para llevarme a su baño

Aquello me molestaba, pero mi prioridad esa solucionar la terrible sensación de frio que tenía, trate de abrazarme y de pedirle que me prestase algo que ponerme pero una bañera llena de agua fue a lo cual me estaba acercando, le mire y él también lo hizo, pero sin detenerse, me bajo hasta que me hundí dentro de ella. Me aferre de su cuello para tratar de que mi rostro no quedase bajo el agua y él con paciencia, tan solo me acompañaba. Sus manos sostenían mi nuca y mi cintura mientras que yo sufría lo peor de mi vida.

“Erik” Dije su nombre con rabia por lo que estaba ocurriendo

“Estas ardiendo en fiebre, pero tranquilo… yo te cuidare, mi madre me enseño que hacer en estos casos… confía en mí” Con descaro se atrevió a besar mi mejilla

“Entonces llévame a un hospital” Maldije de mala gana y con los ojos fuertemente cerrados, me costaba trabajo evitar que mis mandíbulas castañean por el frío

“No te apartaras de mi” Repuso poniendo punto final a toda discusión



Minutos después.


“Tan solo dime que te está sucediendo” Dijo al cubrirme con las cobijas para después sentarse al borde de la cama, pero preferí no decir nada, tan solo me hundí entre las almohadas que extrañamente me eran cómodas y hasta acogedoras. “Está bien… descansa un poco… iré a preparar algo para beber porque debes hidratarte” Repuso mientras se ponía de pie y salía de la habitación.

Su departamento era pequeño, de esos en los cuales todo está cerca y se escucha todo. El, tarareaba una canción y el sonido de los artículos de su cocina acompañaban aquello como una batería en un concierto, de pronto tuve la tentación de quedarme dormido, pero de algún modo, su compañía era como un regalo, me cuida pero lo hace de una forma distinta de cómo lo hacen Raven o Logan, él no sabe nada de mi pasado por lo que piensa, que nada es tan grave… agradezco que no me vea como lo hacen los demás, en verdad que sí.

Bebí cada cosa que me dio, después tuve que probar suerte con los caldos de ave y finalmente, tuve que soportar que me mirase como si fuese mi héroe.


“Déjame llamar a…”

“¿A tu novio?” Pregunto molesto

“… Si” Dije entre verdad y mentira, tenía que llamar a Logan

“Ni lo pienses” Se recostó en el sillón que estaba al lado de su cama

“Ya estoy bien” Le dije intentando levantarme

“Un paso fuera de esa cama y te juro que te robare un beso” Amenazó

“Imbécil” Susurre declinando mi intención

Sonrió y tan solo se quedó ahí, viéndome en todo momento con cara de… con cara de no sé qué. Me acomodé y le di la espalda para huir de aquellos ojos tan penetrantes, tenía que huir, pero la cuestión es que no tenía fuerzas, me siento cansado y peor aún, desilusionado de una vez necesitar de alguien más, porque la verdad es que, con paciencia, me acompaño al baño tantas veces era necesario… así, me convertí en amigo de su excusado y su piso fue lo que me sostuvo en cada ocasión.

Me tiemblan las manos, pero no tanto como antes, quería morirme, pero no era tan urgente como hace unas horas atrás, todo seguía igual, pero con la diferencia de que Erik era alguien que a pesar de estar tan cerca, me da mi espacio.

“Regresa a la cama” Dijo en voz baja al apartar mi cabello de mi frente. “Ven” Intentó cargarme, pero me negué, frente a eso Erik tan solo ignoró mi voluntad de conservar mi dignidad, sencillamente me cargó entre sus brazos y cruzando todo el departamento decorado de forma sencilla y sobria, me dejo finalmente en su cama y entre las sábanas que tenían su aroma. Me arropo y entregándome una botella de líquido el cual debía beber, se volvió a sentar en el sillón para vigilarme.

“Cuando Logan se entere de esto…”

“Cuando tu noviecito se entere en qué condiciones estabas, no tendrá tiempo de decir nada porque le haré pagar caro el haberte dejado solo” Frunció el ceño mientras apretaba los puños.
Notas finales:

Gracias por leer!!

Besos!!


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