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Destinados el uno para el otro. por Adri6

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Me dan miedo los deportes extremos, creo que, enfrentado a una situación peligrosa no sentiría adrenalina, sino más bien terror y angustia.

No me gustan los vinos, siempre he escuchado decir que son dulces, pero a mi paladar, no es así. Si bebo… es solo por obligación.

Admiro a las personas inteligentes, adoro que puedan ver al mundo de tal forma, que puedan tener su propia versión de este.

Nunca pude coordinar mi cuerpo, para que salte una cuerda. Es extraño que mi motricidad no me lo permita.

Tengo una personalidad… con rasgos obsesivos. No es que me guste sufrir… tan solo… quiero seguir manteniéndola con vida… aun cuando no lo esté. Mi vida se quiebra aquí, siempre hay un antes y después, ¿por qué?, me han preguntado mi hermana, mi terapeuta… el mundo entero. ¿Por qué sigo aferrado a ella después de tanto tiempo?, ¿será que soy estúpido?... ¿será que no sé olvidar?... ¿será que perdí la razón?... ¿será que la amo tanto, que la odio?




“… Dijiste que lo sentías… pero mentías” Dije débilmente y Moira me miró realmente preocupada

“¿Charles?” Se puso de pie y se acercó a la cama, tan solo para poder tocar mi frente.

“No me dejes” Le susurre y trate de levantarme de la cama, aun cuando el mundo de vueltas y vueltas.

“… No lo haré” Fue ella quien tomó mis muñecas y me impidió moverme de la cama, pero tan solo sonreí cuando la vi acostarse a mi lado.

“No lo vuelvas hacer” Le suplique desde el abismo de mis pesadillas.

“¿Hacer que?” Pregunto rápidamente

“… Destruirme de esta forma…” Cerré los ojos y los abrí tan solo para seguir convenciéndome de que está aquí.

“¿Qué te hice?” Ahora sus manos sostienen mi rostro y me impide huir de su insistencia.

“… Tú sabes…” Susurré extrañado por su pregunta.

“Dímelo de todas formas” Me doy cuenta que sus ojos verdes son muy penetrantes






No me gusta el frío, ya que mis pies prácticamente se congelan. Creo que tampoco me gusta el invierno, y aunque no suelo enfermarme con facilidad, cuando lo estoy, la paso realmente mal.

Siempre he imaginado que unas vacaciones perfectas serian en una isla, de esas con el agua color turquesa. Sentir la arena en tus pies y cuando miras al frente, notas que el mar y el cielo se unen, casi como si estuviesen destinados hacerlo.

Cuando salgo de casa, trato de siempre llevar conmigo una cajita de Tic Tac… aunque ahora, mi vicio más popular sea el cigarrillo.

Me gusta la música clásica, creo que en ciertas ocasiones puede hacerme sentir en otra época y viviendo otra vida.

Siempre fui melancólico, pienso demasiado el cómo sucedieron las cosas, en cómo estas no volverán a ser lo mismo.





“Habla conmigo, por favor Charles, dime que te sucede” Su voz ahora suena más grave y profunda, con algunos toques de un acento que no me es familiar.

“… ¿Por qué te preocupa?” No entiendo su comportamiento

“No estás bien” Dice como si no tuviera nada que ver con que esté así

“¿Te burlas de mí?... ¿cómo quieres que esté bien?... ¡¿cómo quieres que esté bien?!” La golpee por primera vez.







Dicen que los pétalos de los cerezos en flor, caen a una velocidad de 5 centímetros por segundo. Imagino estar ahí, rodeado de aquel sutil color rosa en un día cálido de primavera.

Si bebo café, me gusta agregarle un toque de canela, eso hace una gran diferencia totalmente. Aunque prefiero el té.

En casa, tengo todo ordenado y limpio. Me gusta saber en dónde están las cosas y es aún mejor, cuando al momento de pensar y recordar algo, puedo encontrarlo fácilmente.

Puede que algún día me anime a tener una mascota. Podría ser un perro Siberiano… ya sé que no es muy inglés de mi parte, pero me gustan, y por los videos que he visto, parecen que son muy amigables, inteligentes y graciosos.

Escuchar la lluvia caer mientras mantienes los ojos cerrados, es algo que toda persona debe hacer, por lo menos una vez en su vida.




“Charles... ¡tranquilízate Charles!... ¡Charles!”





Quise acariciar mi rostro, pero al intentar mover mis manos, algo me lo impidió. Enfoque mi vista lo más que pude y noté que mis extremidades estaban contenidas en una cama… al parecer a una cama de hospital. No entiendo qué está sucediendo, pero… no me importa porque me siento tranquilo otra vez.

Deje de intentar moverme, para tan solo observar el mundo exterior que se alza por la ventana, que maravilla, el cielo sigue siendo tan azul como siempre lo fue.

“¿Charles?” Escucho a alguien hablar, pero es como si estuviese en la lejanía.

Por el momento, me conformo con sentirme otra vez en paz, eso ya es suficiente y no necesito nada más. Parpadeo lentamente y decido que me gustaría ver algún pájaro volando por aquel cielo tan infinito.

“Me llamo Magda y soy amiga de Erik” Se acerca e interrumpe el paisaje que la ventana puede ofrecerme. “Estas en el hospital, específicamente en el área de psiquiatría… Erik te trajo a Urgencia, pero rápidamente te derivaron aquí, cuando se dieron cuenta de que tenías alucinaciones y estabas en extremo, agresivo… Charles, ¿como te sientes?” Pregunta directamente, pero tan solo cierro los ojos, odio tener que hablar de esto una y otra vez. “¿Tienes algún familiar que quisieras contactar?”

Abro lo ojos y dejo que éstos, recorran su delantal blanco, tiene su nombre bordado al igual que su profesión. Frente a mi silencio, tan solo se acerca y revisa mis pupilas con una pequeña linterna, satisfecha, se aparta y me sonríe complaciente, como si tuviese simpatía por mí.

“¿Recuerdas lo que te he preguntado?” Alza una ceja y se cruza de brazos, para seguir con la misma expresión.

De nuevo pienso, pero no hay nada, sé que dijo algo, pero no lo recuerdo, todo es confuso... intento mover mis manos, pero estas están contenidas, mis brazos están contenidos por mis muñecas y eso, comienza causarme miedo.

Recorro la habitación con la mirada, casi esperando que Raven, Logan, Hank o Emma estén aquí pero no están aquí, tan solo estoy con… con… ¿cómo se llama? La miro de pies a cabeza y en su delantal tiene bordado su nombre, trato de leerlo y ella se da cuenta, aparta sus brazos de su pecho y se acerca para mostrarme de cerca, que dicen aquellas letras negras y cursivas.

“Me llamo Magda y soy psiquiatra” Sonríe nuevamente y admiro como sus músculos se tensan para dar una expresión de aparente, alegría.

Trato de memorizar su nombre, pero tengo que leerlo nuevamente, para tener certeza de que estoy en lo correcto.

“Agua” Susurre débilmente y mirándola como si fuese mi enemiga.

“Enseguida” Dice y toma un vaso, me lo acerca a la boca y mis labios aprisionan la pajilla para beber todo lo que puedo, ya que tengo la garganta seca. Cuando termino, deja el vaso en la mesa que está al lado de la cama y retoma su postura anterior.

“Sé que te sientes confundido, pero es necesario que hables conmigo… al menos dime tu apellido, porque, aunque se lo pregunté a Erik mil veces, él afirma que no lo sabe”

¿Cómo puedo evadirme de esto?, pienso tontamente cuando cierro los ojos y mantengo mi boca cerrada. ¿Cómo puedo evadirme de la verdad?, pienso ingenuamente, pero sé muy bien, que toque fondo… otra vez.

“… ¿Quieres ver a Erik?, él está afuera… te ha estado acompañando desde que estas aquí”

Nuevamente la miro, mientras instintivamente quise mover mis manos, pero estas siguen siendo sostenidas por las muñecas. Hundí mi cabeza lo más que pude en la almohada y admire el techo, trate de establecer cómo las personas que me conocen deben estar preocupadas por mí. Mi hermana, mi amigo, mis colegas profesores, mis alumnos… pero por más que pensara en todos ellos, no me importaban en lo absoluto.

“Charles… tengo que hacer pasar a Erik porque de lo contrario, hará la tercera guerra mundial en el pasillo” Se rió reconociendo que aquello, era una broma. “… Solo será un momento, ¿de acuerdo?”

No respondí, pero de todos modos, escuche unos pasos, una puerta abrirse, más pasos hasta que de pronto, en mi visión periférica pude percibir a un hombre. Enfocando mi vista en él, note que su rostro tenía varias marcas, golpes y un desasosiego nunca antes visto en alguien.

“Charles” Susurro mi nombre mientras sus ojos verdes estaban fijos en mí, pero en un segundo su expresión se mostró molesta e irritada por algo. “¿Por qué esta así?” Lo vi voltear y mirar a… a… ¿Magda?

“Es solo el protocolo” Contestó rápidamente

“Quítaselas” Exigió mientras regresaba toda su atención en mi. “Charles, durante la tarde te darán el alta y podremos ir a mi casa, yo te cuidare… ahora será más fácil porque sé que debes tomar tu medicina”

“No te hice pasar para que le dijeras esas cosas, tú no decides cuando se da de alta un paciente, no puedes pedir que las contenciones sean eliminadas… Erik, somos amigos, pero no puedes hacer tu voluntad en esto, ¿es que no te das cuenta?, esto es grave y delicado” Dice de forma seria.

“Entonces haz algo, ayúdalo” La mira.

“Por si no lo sabes, Charles recién acaba de despertar… ¿quieres bombardear su mente con lo que paso ayer?, no Erik, así no funcionan las cosas… te quiero mucho, pero ahora mi prioridad es mi paciente, así que te voy a pedir que te retires” Se acercó hasta él y le enfrentó.

“Atrévete” Contestó aparentemente enojado

“No hagas esto, no me puedes hacer esto… ¿buscas crear problemas?, estamos en un hospital, tienes que obedecer lo que dicen los médicos, tienes que hacer lo que te digo” Ahora ella le toma del brazo, pero él la aparta con rapidez y se inclina otra vez sobre mí.

“Charles, ¿me recuerdas verdad?” Susurra con aquel tono de voz que ahora, ya comienza ser familiar para mi.

Magda dice que él se llama Erik, ¿quién es Erik?, pienso y continúe observándole, pero más que su rostro, lo que me llama la atención son los golpes que tiene, es como si alguien hubiese intentado asesinarle no sin antes, intentar arrancarle los ojos.

“Charles... ¡tranquilízate Charles!... ¡Charles!”

Creo que él dijo esas palabras cuando… yo… ¿lo agredí?, no estoy seguro. Fruncí el ceño al darme cuenta de algo perturbador, aparte mi mirada de él y observe los sueros que cuelgan al lado de mi cama… lo hago y es inevitable preguntar: ¿qué me están dando?

“... ¿Charles?” Dice Erik y tengo que mirarlo

“… Yo… ¿yo te hice eso?” Dije todavía algo atontado, pero recordando poco a poco quien es.

No dijo nada y con eso obtuve su respuesta, en verdad, es una vergüenza el alcance que tiene mis problemas mentales, me siento culpable, me equivoqué, no debí intentar algo nuevo cuando estaba bien con la vieja rutina.

“… Lo siento” Dije de forma arrepentida.

“No te preocupes por esto, lo importante es que ahora estas bien” Acarició mi frente y peino mi cabello hacia atrás. “…Tan solo voy a esperar que estés estable, para que podamos irnos de aquí”

“Erik ya basta, no…”

“El no está loco, pero va a perder la razón si lo tratan como tal” La mira y ella se queda pensativa por unos segundos. “Fuiste tú quien me dijo que era un cuadro de abstinencia farmacológica. Ahora que ya lo sé, tan solo tengo que asegurarme que los tome a su debido horario… no veo porqué tiene que estar aquí y contenido a una cama, no cuando ahora está en todas sus facultades”

Siguen discutiendo, pero tan solo me quedo con lo que Erik dijo: “Él no está loco, pero va a perder la razón si lo tratan como tal” Nunca antes alguien me había defendido de esa forma, aun cuando padeció mi descontrol, él sigue aseverando de que no estoy loco y es todo lo contrario de lo que han hecho creer todos los demás.

“… Me llamo Charles Xavier” Dije y ellos, al mismo tiempo, me miraron con asombro.

“¿Charles Xavier?” Preguntó ella y al ver que yo asentí, tan solo se fue de la habitación.

“Es un gusto conocerte Charles Xavier” Dice Erik mientras que, sin autorización alguna, decide quitarme las contenciones.

Él es… un misterio, ¿cómo puede ser así?, ¿cómo y porqué nos encontramos?, ¿estábamos destinados?

“… ¿No sientes lástima por mí?” Le pregunté y él tan solo respondió:

“Yo no siento lástima por nadie y tú no eres la excepción. Si necesitas medicamentos para sentirte bien, entonces no debes dejarlos, es así de simple” Me mira después de quitarme las contenciones de mis brazos. “… Además…” De pronto se acercó y me beso, no fue para nada forzado o prepotente, tan solo, fue algo delicado y… ¿cariñoso? No supe qué hacer, pero él acarició mi mejilla antes de apartarse de mi rostro. “… Te lo dije, ¿recuerdas?, te advertí que, si ponías un pie fuera de la cama, te robaría un beso” Sonrió con aquella particular sonrisa que da miedo. “… Eso es algo que debes aprender de mi Charles, siempre cumplo mi palabra… y aunque… estuvieses hablando con otra persona en tu mente, de todos modos, considero que fue a mí, a quien le pediste que no te abandonará, entonces, lamento decirte que tendrás que soportarme por el resto de tu vida, te guste o no”
Notas finales:

Gracias por leer!!

Besos!!!


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