Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nada está escrito por Lauradcala

[Reviews - 101]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Luego de esa tarde, Jessie no volvió a sacar el tema.

Los días pasaron y pronto nos encontrábamos a un mes de la graduación, los exámenes habían pasado y, como era de esperarse, mis notas eran bastante buenas, el esfuerzo había valido la pena y podía escoger cualquier cosa que se me ocurriera.

Por esos días no había tenido más encuentros con Dante y era un alivio para mí, aunque mi marca pensara lo contrario, a esas alturas lucía una D y una A detrás de mi oreja, por supuesto eso Jessie no lo sabía, o se convertiría en un dolor en el trasero.

Me encontraba de camino a un restaurante en donde nos habían citado Jeremy y Noah, al parecer tenían algo urgente que decirnos y querían un sitio donde no nos molestaran.

Así que lo más lógico era buscar un local público donde prácticamente cualquiera podía entrar.

Debo conseguir amigos más inteligentes.

Cuando llegue no fue muy difícil ubicarlos, hasta un ciego podría, digo, solo había que ubicarse por el ruido que los chicos hacían, parecían animales, lo digo en serio.

-Chicos por favor, compórtense o me voy derechito a mi casa -Dije en cuanto alcancé la mesa.

-¡No seas aburrido, Ángel! -Exclamó Maia.

¿De verdad era la misma chica que casi llora por estampar mi cara contra el escritorio? Habíamos corrompido su inocencia.

Bueno, nosotros o las cervezas que veía en la mesa.

Dios, esto iba a ser una tarde larga.

Mis amigos estaban un poco elevados por el alcohol.

-Vale, ya me tienen aquí, así que Noah, ¿qué querían contarnos? -Me dirigí a la parejita que sonreía más de lo habitual.

Creo que iba a darme un subidón de azúcar.

Ok, sé que estoy siendo un amargado, pero es que tú no has visto a Noah y Jeremy en su máximo estado de cursilería, hacen que el algodón de azúcar sea amargo en comparación.

-Bueno… es que con todo esto de que la graduación se acerca no queríamos que todo se juntara, así que por eso decidimos decirles ahora -Empezó Jeremy.

-¡Se van a mudar juntos! -Exclamó Jessie.

-No…Bueno si, pero no es eso -Dijo Noah.

-¿Pero si se van a mudar? -Preguntó Jess otra vez.

Podía ver sus ojos algo vidriosos, si, estaba bastante entonada por el alcohol.

-Si Jessie, si nos vamos a mudar, pero esa no es la noticia -Noah lucia exasperado.

Bueno, yo quiero ahorcar a Jessie la mayoría del tiempo así que no lo culpaba.

-¿Hay más? -Preguntó Derek interesado en la conversación.

-¡Hay mucho más! -Dijo Jeremy sin poder contener su emoción.

-Dejen de dar vueltas al asunto y digan ya lo que tengan para decir -Comenté un poco fastidiado.

Cinco pares de ojos me fulminaron con la mirada.

Levanté mis manos con inocencia y esperé a que hablaran.

-¡Vamos a tener un bebé! -Gritó Noah con entusiasmo.

-¡Y nos vamos a casar! -Siguió Jeremy.

¡BUM!

La mesa estalló en gritos y celebraciones.

Noah desapareció debajo de los chicos que se le acercaron a felicitarle.

Yo preferí quedarme en mi sitio y esperar mi oportunidad.

Jeremy me observaba extrañado, miró por un momento el tumulto que ahora era su prometido y, comprobando que no le prestaban atención, se sentó a mi lado.

-Felicidades -Dije levantando mi cerveza en su dirección.

-Gracias, no luces muy emocionado como tus amigos -Comentó con sospecha.

-Lo siento, no soy muy efusivo, además, creo que mi peso encima de Noah haría que su bebé salga disparado a través del local.

Jeremy se rió bajito.

-Sí, es cierto que serias muy pesado para él, pero no es eso a lo que me refiero, en realidad quería decir que pareces un poco molesto con la noticia -Dijo Jeremy mientras me perforaba con la mirada, estaba analizando mis reacciones.

La verdad no tenía ni idea de que estaba hablando y su mirada estaba incomodándome.

-Bueno Jeremy, la única molestia que tengo con respecto a ustedes es lo cursi que pueden llegar a volverse sin importarles el hecho de que estén en un espacio público -Dije con sorna.

Esta vez no se rió.

-Ángel, ¿Qué es lo que realmente pasa por tu cabeza? -Preguntó.

Por el rabillo del ojo noté que Jessie nos observaba con el ceño fruncido, negué lentamente con la cabeza para tranquilizarla y ella volvió a molestar al futuro papá.

-No pasa nada Jeremy, de verdad -Dije en un intento de terminar la conversación.

Pero este chico se ha juntado mucho con las chicas, ya había tomado su costumbre de insistir hasta obtener lo que buscaba.

Pero yo no sabía que era lo que realmente quería.

-Mira, sé que no somos muy cercanos, ni siquiera sé que tan unido eres a Noah, pero somos chicos y siempre hay cierta complicidad entre nosotros, si quieres hablar de cualquier cosa puedes decirme ¿Vale? -Dijo en un tono casi preocupado.

-Hombre gracias, lo tendré en cuenta -Dije sinceramente.

Creo que esta había sido la conversación más larga que había tenido con Jeremy y la más incómoda también.

Cuando volteé a ver a Noah, este seguía rodeado por los chicos, pero tenía la sonrisa más grande que jamás le había visto.

No pude evitarlo y sonreí también, se veía radiante y me alegré por él, al menos era feliz.

El resto de la tarde nos la pasamos tomando cerveza, Noah solo tomo refresco, y hablando de todo un poco, aunque las chicas se empeñaban en hablar de ropa de bebé y maternidad, creo que a estas alturas ya hasta a los futuros padres habían traumado con ciertas anécdotas acerca de partos y esas cosas.

Jeremy lucia horrorizado y Noah se había puesto ligeramente pálido, creí que iban a terminar matando a los chicos del susto de no ser porque Derek cambió el tema rápidamente, ganándose una mirada de agradecimiento de la pareja, aunque estoy casi seguro que lo hizo por beneficio propio, él mismo tenía un todo verdoso en su tez.

Al caer la noche estábamos todos algo borrachos, Jessie no podía mantenerse en pie, Maia estaba a punto de caer rendida en la silla y los próximos esposos estaban comiéndose a besos sin importarles nada más, aunque si me preguntan creo que Noah debería tener algo de pudor, estaba sobrio y permitía que su pareja hiciera semejante espectáculo con él; Por otro lado, Derek acariciaba el cabello de Maia con reverencia lo que no estaba ayudando a los intentos de la chica por mantenerse despierta.

¿Y yo? Bueno, yo estaba luchando contra el sopor que inundaba mi mente y preguntándome como rayos iba a llegar a mi casa, no quería tomar un taxi pero era peligroso andar a pie en el estado en que me encontraba.

Era una sociedad enfocada en la repoblación pero aun existían algunos bastardos que no les preocupaba el asunto y, la verdad, no quería acabar por una razón tan estúpida, además, quería asegurarme de que Jessie llegara a salvo a su casa, estaba bastante alcoholizada, ella estaría mucho más vulnerable ante el peligro.

-¡Chicos! Creo que deberíamos marcharnos, es bastante tarde y ninguno de nosotros está bien -Dije intentando llamar su atención.

¿Resultado? Todos estallaron en risas y me ignoraron.

Suspiré, tenían que estar bromeando.

-¡Un brindis por el aburrido de Ángel! -Gritó Jessie en la otra punta de la mesa levantando su copa.

-¡Salud! -Gritaron todos, algunos derramando un poco de la bebida en la mesa.

Froté mi frente con cansancio, ¿Cómo iba a lidiar con estos ahora?

-¡Chicos! ¡Por favor! ¡Tenemos que irnos ya! ¡Se hace tarde! ¡Noah! -el aludido dio un brinco en su sitio, alejándose de Jeremy.

-¿Si? -Preguntó con aires de inocencia.

-¡Ayúdame! Al menos tu estas sobrio -Supliqué.

-Eso es lo que tú crees -Dijo con una sonrisa pícara.

-¡Oh, por favor! ¡Tú no puedes beber! -Exclamé exasperado.

El bastardo soltó una risita.

-Es gracioso verte fuera de tus cabales, si, tienes razón, estoy sobrio, pero no por eso voy a ser un aguafiestas.

Si no fuese porque estaba embarazado juro por todos los dioses que le habría estampado mi puño en su cara y borrado esa expresión de suficiencia.

Estaba irritado, las meseras ya nos veían con fastidio y me estaba ganando un dolor de cabeza.

El chico debió ver eso porque se levantó y me ayudó a convencer a los demás de que ya era hora de irnos.

Le pedí el favor a la mesera que menos fastidiada se veía para pedir varios taxis, la sola idea de que nos marchábamos la hizo apresurarse.

En la calle nos despedimos entre abrazos y gritos (por parte de ellos) y tomamos taxis por parejas, en mi caso con Jessie.

La pobre estaba hecha un caos, se reía histéricamente y arrastraba las palabras, sus padres iban a matarme luego de agradecerme por llevarla a casa.

-¡Ángel! ¡Mi amigo Ángel! ¡Tú también deberías casarte! -Exclamó con una sonrisa antes de reír a carcajadas.

-¡No me digas!

-¡Si! ¡Con Dante! ¡Y tú usarías un lindo vestido de novia!

-¿En qué planeta pervertido tuyo crees que un CHICO como yo usaría un vestido? -Resalté mi género en la oración, podía estar ebrio pero tenía bien definida mi condición, tenía una excelente relación con el amigo que guardaba en mis pantalones.

-¡No te pongas así! ¡Yo podría ayudarte a elegir uno bonito!

-Calla mujer, estas borracha.

-¡Eso no es cierto! -hizo un mohín que lucía más bien como un puchero.

-Tus padres van a matarte.

-¡A mí no! ¡A ti! Por permitir que llegue borracha a casa.

-O sea que si estas borracha.

-¡Que no lo estoy!

Vale, sé que me estaba burlando de mi amiga, pero a estas alturas hasta el conductor estaba soltando risitas.

-Ya ya, a callar pequeña chiquilla ebria, muy pronto llegaras a casa.

-Ángel…-Murmuró.

-¿Si?

-Te quiero, eres mi mejor amigo ¿Lo sabias?

-Sí, digo, ¿quién más podría soportarte tanto tiempo?

-Eres un cretino.

-Lo sé, también te quiero Jess -¡Dios! Espero que no recuerde esto en la mañana, el alcohol también estaba haciendo mella en mí.

-Lo sé.

Suspiró y no habló más.

Cuando volteé a verla me di cuenta de que se había quedado dormida.

Le pedí al conductor de que nos dejara en la casa de Jessie, a una calle de la mía.

Le pagué y cargué a Jess para dejarla en su casa.

Aun no sé cómo toqué el timbre, lo que si se es que Richard, el papá de mi amiga lucia como si quisiera estrangularme y a la vez lucia aliviado.

-Buenas noches Rick -Saludé con mi mejor sonrisa inocente.

El solo enarcó una ceja, alternando la mirada entre su hija y yo.

-¿Algo que explicar? -Su tono era severo.

-Lamento traerla así, estábamos celebrando el compromiso de unos amigos, Noah y Jeremy, y se excedió con las cervezas, en mi defensa, traté de hacerla entrar en razón pero ya la conoces -Expliqué.

Rick suspiró y negó en la cabeza, ¿Quién podría conocer a Jessie más que sus padres?

-Déjala en su habitación, se cuidadoso, Angélica está dormida -Ordenó.

Asentí sin ganas de desobedecer, la mamá de Jessie tenía un mal despertar, lo había evidenciado un par de veces de pequeño, cuando Jess y yo éramos demasiado ruidosos al jugar, el resto del tiempo nos atiborraba de comida y dulces.

Subí a Jessie a su cuarto y la acomode en su cama, suspirando cuando me liberé de su peso, mañana le diría que se metiera a un gimnasio.

Probablemente me ganaría una bofetada pero la advertencia quedaría dicha.

Bajé con cuidado y me despedí de Rick para dirigirme a mi casa.

Al llegar a mi puerta pude notar que el papá de Jess estaba vigilándome desde la distancia, asegurándose de que llegase a salvo, aun si vivía a solo unos metros.

Entré sigilosamente, pasé por la sala pero cuando me dirigía a las escaleras un carraspeo me hizo brincar y soltar un chillido para nada masculino.

Me di la vuelta y me encontré con mi padre.

Sonreí y saludé con la mano algo tímido.

-¿Ángel? ¿Alguna explicación de por qué llegas ebrio a casa? -Preguntó mi padre.

-No estoy ebrio papá -Suspiré casi ofendido, en realidad estaba bastante bien.

-¡No me digas! ¿Tienes ganas de dormir en el patio hoy? Porque tu habitación está cruzando hacia el otro de la sala.

-¡Rayos!

Mi padre empezó a reír sonoramente confundiéndome aún más.

-¿Qué te pasa? -Pregunté con el ceño fruncido.

-Te has delatado tu solo, tranquilo, no le diré a tu madre que llegaste pasado de copas, si ibas en la dirección correcta a tu habitación.

-¡Papá! -Había caído en su trampa.

-¡Shh! Tu madre duerme.

Lo miré algo enojado, aunque tenía razón.

-¿Cómo te fue? -Preguntó mi padre interesado mientras subía la escalera.

Lo seguí y le conté las buenas nuevas, se alegró por mis amigos y me pidió que los felicitase de su parte, luego me dio las buenas noches y se retiró por la noche.

Me quité la ropa dejando solo el bóxer y me tiré a la cama, mi cabeza daba vueltas y podía asegurar una resaca, por suerte al otro dia seria sábado y podría dormir todo el dia.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).