Mientras esperaba, abrí mi computador y decidí investigar acerca de cómo era realmente el sexo entre dos hombres.
Ese fue el dia que descubrí que tenía un equipo de alta calidad pues, cuando comencé a leer, cerré la tapa con tanta fuerza que fue un milagro que no se rompiera.
¿De verdad iba a hacer algo como eso? ¿Eso era lo que implicaba el juego previo para poder al final? ¿Eso es lo que hacían los chicos con los que salía para poder acostarse conmigo?
O sea, yo quería estar con Dante, ¿Tendría que hacer todo eso?
Cuando mi madre me llamó a cenar, bajé las escaleras lo más rápido que pude para escapar de la perversión que era el internet.
Para cuando terminé de cenar, el reloj marcaba las ocho y media, por lo que me levanté apresurado de la mesa y me disponía a salir cuando mi madre me llamó.
-¿Vas a salir? –preguntó preocupada.
-Si…-dije extrañado de su actitud.
-¿Es necesario? –insistió.
-Bueno, sí, ya quedé en verme con Jeremy, no puedo cancelarle.
-¿No pueden verse otro dia? –su tono de urgencia estaba afectándome.
-No.
-¿A dónde vas?
-Al parque central.
-¿No pueden ir a otra parte?
-¿Estas bien, mamá?
-Preferiría que no salieras.
-¿Por qué?
-¿Es que no has visto las noticias?
-No, en realidad.
-El grupo de mujeres extremistas se está acercando cada vez más, ayer hubo un ataque cerca de la ciudad.
-¿De verdad?
-¿Crees que bromearía con algo así? Por favor, Ángel, no salgas.
-Mamá, no puedo encerrarme aquí solo porque un grupo de locas quieren conquistar el mundo.
-¿Puedes, al menos, llevarte el auto?
-¿Puedo? –pregunté dirigiéndome a mi padre.
Mi madre me dio la espalda para encararlo y, puedo apostar, en que le dirigió una mirada bastante escalofriante porque mi padre tembló ligeramente antes de asentir enérgicamente en mi dirección.
-Diviértete –murmuró mirando a su mujer algo asustado.
-Cuídate –dijo mi madre cuando se dio la vuelta en mi dirección otra vez.
-No te preocupes, no tardaré mucho, solo quiero preguntarle un par de cosas.
Mi madre me acompañó hasta la puerta y no entró a la casa hasta que no hube llegado a la esquina.
Conduje hasta el parque central y esperé a que Jeremy llegara.
No lo habría notado de no ser por su cabellera rubia, el chico se bajaba de un sencillo pero elegante automóvil y miraba en todas las direcciones, sin duda buscándome.
Me bajé de un salto y me le acerqué.
-¿Qué tal, Jeremy? –saludé.
El chico se sobresaltó y se dio la vuelta.
-¡Me asustaste, Ángel! Estoy bien, creo, ¿Tú? –saludó él con una mano en el pecho.
-Algo nervioso, creo.
-¿Por qué? ¡Fuiste tú quien me citó aquí! Lo cual me causa bastante curiosidad he de decir.
-Es que creo que tú puedes ayudarme.
-Bueno, has que valga la pena, no tienes ni idea de lo pesado que se puso Noah cuando le dije que iba a reunirme contigo.
-¿Le dijiste?
-¡No iba a mentirle! Probablemente me habría seguido y no quiero que salga tan tarde en su estado.
-Por cierto, ¿Cómo está?
-Enorme, aun no entiendo como algo tan pequeño puede crecer tanto.
-¿Te refieres al bebé?
-Me refiero a Noah.
-Oh, vale, ¿Cuántos meses tiene ya?
-Está por cumplir cinco meses.
-O sea que ya deben saber el sexo.
-Será un niño, solo espero que no salga con el temperamento de Noah, terminaría enloqueciendo.
-¡Por favor! ¡Tú adoras a Noah!
-Que lo ame no significa que no me saque de quicio a veces.
-No sé cómo lo aguantas, yo no podría.
-Tú no eres su destinado, por algo somos el uno para el otro.
-Raro asunto este del destino, ¿No?
-Eso lo dices porque no has encontrado a tu persona ideal, solo espera.
-Bueno…
Me sonrojé y miré a otro lado, este era el tema al que quería llegar pero no creí que sería tan rápido.
Jeremy me miró algo sorprendido pero su voz fue suave cuando habló.
-Es por eso que me has llamado hoy, ¿Cierto? –preguntó.
-Algo así.
-No deberías hablar de esto con, no sé, ¿Jessie?
-En realidad, lo que voy a pedirte es algo que solo tú puedes ayudarme, bueno, tú o un médico.
Su sorpresa pasó al horror en un segundo.
-¡No voy a tocar nada! –exclamó.
-¿Qué? ¡No! ¿Qué estas imaginándote?
-¡No lo sé! Pero estas muy extraño, incluso para ser tú.
-Se te está pegando la actitud de Noah.
-Habla ya, así puedo saber qué es lo que quieres.
Suspiré largamente y miré a otro lado mientras hablaba.
-Quiero que me expliques como se llega hasta el final en una relación entre dos hombres –me sonrojé furiosamente.
Las carcajadas de Jeremy me sacaron de mis pensamientos.
Lo miré algo molesto.
-¿Qué es tan gracioso? –espeté.
-De todas las cosas, nunca me esperé algo como esto –dijo entre risas.
-Bueno, eres el único que conozco que tiene un destinado hombre –murmuré.
-¿No podías preguntarle a Noah? Eres más cercano a él que a mí.
-¡Como si Noah fuese a ayudarme de algún modo! –exclamé.
-Sí, cierto, bueno, ¿Qué quieres saber exactamente?
-Dante me dijo que no podíamos llegar al final porque era un primerizo, que tenía que esperar, ¿Qué puedo hacer para acelerar el proceso?
-Espera, ¿Vas a ir abajo? ¿Tú?
-¡Deja de burlarte!
-Es que nunca creí que cederías a algo así.
-Bueno, creo que podríamos cambiar algunas veces pero, Dante realmente quiere ser “el primero” así que quiero intentarlo –me sonrojé nuevamente.
-¿Quién es Dante? ¿Te importa tanto como para que estemos teniendo esta charla?
-Es mi destinado, bueno, eso creo.
-¿Crees? ¿Cómo puedes tener dudas al respecto?
-Hay otro posible sujeto, el punto es, que quiero que me enseñes.
-Repito, no voy a tocar nada.
-¡No quiero que toques nada!
-Vale, ¿siquiera sabes algo al respecto?
-Estuve investigando por la red, pero no creo que haya visto algo útil.
-¿Por qué?
-Todo era demasiado asqueroso.
-¿Y qué esperabas? ¿Pétalos de rosas y arcoíris? El sexo no es así, pensé que a estas alturas, hasta tú deberías saberlo.
-Deja de sermonearme y habla ya.
-¿Hablaste de esto con tu destinado?
-No.
-¿Siquiera sabe que estamos teniendo esta charla?
-Algo así.
-¿Algo así?
-Sabe que estoy contigo, eso es suficiente.
Jeremy torció el gesto algo desesperado pero no dijo nada más.
-Bueno, yo ayudé a Noah en el proceso pero creo que tú no quieres algo como eso, así que podrías intentar con tus manos o algunos juguetes –explicó Jeremy.
-¿Juguetes? –pregunté.
-¿Pero qué clase de relaciones has tenido todos estos años?
-Lo básico, si se sentía bien entonces estaba bien para mí.
-Noah tiene razón, eres un idiota.
-Bueno, lo siento ¿Si? Yo solo buscaba descargarme y divertirme, no es como si estuviese buscándole el sentido al asunto.
Jeremy empezó a frotarse la frente como si tratara de aliviar un dolor de cabeza.
-¿Y bien? –pregunté.
-Deberías ir a una tienda y comprar algunos accesorios especializados en ello, las dependientas podrían ayudarte y aconsejarte –dijo con tono suave.
-¿Me acompañarías?
Jeremy se giró hacia mi tan rápido que tropezó consigo mismo y poco faltó para caerse.
-¿Perdón? –exclamó.
-Es que…me da vergüenza ir solo y…no sabría que comprar.
-De verdad, ¿No deberías estar hablando de todo esto con tu destinado?
-Bueno…todo esto lo pensé como una sorpresa para él, en realidad.
-Ya… ¿Y por eso nos estas arriesgando a perder la cabeza a manos de Noah?
-Tengo la sensación de que valdrá la pena.
-Creo que voy a arrepentirme de esto pero, está bien, te acompañaré.
-¿Cuándo puedes?
-Deberíamos ir el sábado, así nos aseguramos de que los horarios de clase no se interponen.
-¿Y Noah?
-Dijo que quería ir donde sus padres una tarde, le diré que saldré contigo y que le dejaré en su antigua casa para que no se sienta solo.
-Por favor, no le comentes de esto, se burlaría hasta quedar sin aliento y no creo tener compasión con él si lo hace.
Jeremy me miró, seguramente debatiéndose entre hacerme caso y ocultarle algo a su pareja o ignorarme y contarle todo.
-Está bien, mantendré el secreto por un tiempo, de todos modos se dará cuenta cuando conozca a tu destinado –dijo luego de un rato.
-Haré todo lo posible por retrasar ese encuentro, créeme.
-No lo sé, tengo curiosidad por conocer a ese misterioso sujeto que te trae así.
-Se los presentaré, en algún momento, pero no será pronto.
-Tranquilo, Ángel, no te estoy presionando, pero igualmente creo que deberías hablar de estos temas con él.
-Sí, lo sé, pero será después.
Él frunció el entrecejo y asintió resignado.
-Será mejor que nos vayamos, Ángel, es bastante tarde y no es seguro para nosotros estar por ahí –dijo él.
-¿Tú también estas con eso? –dije fastidiado.
Jeremy me miró extrañado.
-Ángel, ¿No comprendes la gravedad del asunto? Estas chicas van en serio, no van a detenerse por nadie, el chico de ayer era hijo de un poderoso empresario, el tipo está poniendo todo en juego para apurar las investigaciones pero no han podido conseguir nada, son cuidadosas y no tienen un modo fijo de actuar, pueden atacar a cualquiera en cualquier lugar, ya nada es seguro –su tono era serio, casi parecía un regaño.
Una cosa era mi madre preocupada por una noticia, pero que incluso Jeremy se asustara me dejó perplejo.
-Entonces… ¿el peligro es real? –pregunté con cautela.
-Tan real como tú y yo, debes cuidarte, Ángel, entre más jóvenes son más vulnerables, por eso están atacando a chicos que estén más o menos en los veinte, es la época más fértil para los hombres.
-Lo tendré en cuenta, gracias por el dato.
-Presta más atención a tus alrededores, el mundo se está volviendo loco…otra vez…
-Si…
Jeremy se despidió con un gesto de la mano y arrancó el auto al mismo tiempo que yo, asegurándose de que no me quedaba solo y expuesto en medio de la noche.