Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nada está escrito por Lauradcala

[Reviews - 101]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Lunes…

Me había acostado bastante tarde y la idea de volver a la rutina realmente no me hacía gracia, estaba cansado y quería darme la vuelta y seguir durmiendo por el resto de la mañana. Pero no. Tenía que ir a clases y el golpeteo de mi madre a la puerta coincidía con lo mismo.

-¿Ángel? ¿Estás bien? ¡Estás retardado media hora! –decía al otro lado de la puerta.

Yo gruñí algo inentendible y me cubrí la cara con la almohada.

Estaba dando la vuelta para seguir en mi estado onírico cuando mi cobija fue arrebatada y la almohada que tapaba mi rostro fue retirada para ser azotado con ella.

-¡Ángel! ¡Qué te levantes! ¿Hasta cuándo vas a seguir comportándote como un perezoso? ¡Yo no te dije que volvieses a la medianoche! –exclamaba mi madre entre risas mientras me golpeaba con la almohada.

-¡Ya, mamá! ¡Ya estoy despierto! –decía yo intentando esquivar los golpes y las ganas de reírme.

-¡Ni lo sueñes! de aquí me muevo cuando te vea metido en la ducha.

De tanto que me alejé de los ataques de mi madre terminé cayéndome de la cama mientras mi madre me miraba con los brazos cruzados y una expresión burlona.

-¡Vale! ¡Ya voy a bañarme! –dije mientras me levantaba y me dirigía al baño.

-¡Asegúrate de que el agua esté fría! ¡Vas a asustar a tus compañeros si llegas con los pantalones apretados! –dijo ella entre risas mientras señalaba mi entrepierna.

Ahí estaba mi ropa interior revelando mi gloriosa erección matutina y poniéndome en vergüenza delante de mi madre.

-¿Qué…? ¡Por Dios, mamá! ¡No hagas esos comentarios! –exclamé cerrando la puerta del baño apresuradamente.

-¡Si te cambié los pañales entonces no tienes nada que no conozca ya! –exclamó ella carcajeándose con la situación y marchándose de mi habitación.

Me metí a la ducha luego de que me aseguré de que el agua estuviese casi antártica, tenía que solucionar ese pequeño molesto problema del cual no tenía tiempo de ocuparme. Una vez limpio, me paré en frente del closet pensando en que ponerme pero, en cuanto me fijé en la bolsa negra, recordé que hoy tenia clases con Dante y en lo divertido que sería llevar un juguete puesto mientras el daba clases. Retorciéndome de emoción, saque el juguete que había utilizado el dia anterior y que me había asegurado de limpiar antes de guardar, y lo coloqué para luego vestirme con mi estilo usual y bajar rápidamente a desayunar, mi madre me mataría si me iba sin comer primero. Cuando llegué a la cocina, mi madre me sirvió la comida con una sonrisita picara.

-Eso fue rápido –comentó.

-Estoy de afán –respondí sin captar el sentido de sus palabras.

Corrección, sin querer captar el sentido de sus palabras.

-Por el bien de las personas que cayeron en tus garras en tus épocas de promiscuidad, espero que ese no sea el caso usual –dijo con una expresión picara.

-¡Mamá! Estoy tratando de desayunar –exclamé horrorizado.

Ella solo rió y siguió en lo suyo mientras yo intentaba que el plato me absorbiese y me sacara de ahí. Apuré lo que quedaba de mi desayuno y, en menos de cinco minutos, me encontraba camino a la universidad para empezar las clases. En realidad, estuve intentando no caer dormido sobre la mesa la mayor parte del dia. Para cuando llegó el receso que tenía para almorzar, me senté en el árbol más alejado que encontré y, luego de colocar una alarma para no perderme la última clase, me recosté en el césped dispuesto a tomar una merecida siesta. El dia estaba fresco y la brisa me arrulló bastante rápido por lo que no tardé en quedarme dormido, tanto así, que cuando sonó el teléfono con el aviso de que ya debía irme a clases, estaba algo desorientado y tardé un momento en reconocer mi entorno, tanto así que, al percibir una presencia cercana a mis pies, lancé una patada sin siquiera pensarlo.

-¡Joder, Ángel! ¡Qué mal despertar tienes! –exclamó Daniel mientras se doblaba en dos y se sostenía el costado con un gesto de dolor.

-¡Lo siento! Me asustaste –le dije mientras me incorporaba y me aseguraba que estuviese bien.

-¿Y era necesario romperme las costillas? Por otro lado, ¿Qué rayos llevas en esas botas? Parecen estar hechas de piedra –bromeó él enderezándose de nuevo.

Yo me reí, parecía que todo estaba en orden.

-Creo que tienen la punta de hierro, no lo sé, fueron un regalo de Jessie –expliqué.

-¿Jessie? –preguntó enarcando las cejas.

-Mi mejor amiga, sabe que me gustan este estilo de zapatos y me las regaló para mi cumpleaños hace un par de años –dije.

-¿No está enterada de que las estas usando para patear gente?

-Si se entera, probablemente se reiría y luego me las quitaría para golpearme con ellas.

-Empieza a agradarme esa chica.

-Sí, se llevarían perfectamente bien, sobretodo porque parece que el pasatiempo de ambos es el de sacarme de quicio.

-Entonces nos llevaríamos más que bien.

-Vámonos ya, llegaremos tarde.

Entramos al salón justo cuando Dante se giraba para encarar al auditorio, por lo que nos ganamos una mirada fulminante y que todos se voltearan a vernos llegar.

-¡Bien! Ahora que el señor White y el señor Saint-Claire se dignaron a honrarnos con sus importantes presencias, ya podemos iniciar con la clase de hoy –dijo nuestro profesor fríamente.

Tragué en seco y Daniel palideció mientras nos apresurábamos a ubicar los únicos puestos disponibles estratégicamente ubicados al frente y con toda la vía libre para que pudiésemos ser mirados asesinamente durante la clase. Oportunidad que Dante no desaprovechó ni un minuto y que llevó a cabalidad en cada ocasión que pudo. Me compadecí de Daniel, el no tenía la culpa y, aunque yo tampoco, sabía que la razón no era que hubiésemos llegado tarde, era que precisamente me había demorado con Daniel, y mi aspecto de recién levantado no me ayudaba mucho a mi favor. Para cuando la clase estaba terminando, me acerqué a Daniel para susurrarle algo rápido.

-Escapa del salón en cuanto puedas, yo me quedaré.

-¿Bromeas? ¡Te va a matar! –murmuró él, alarmado.

-Si me mata, él también morirá –bromeé.

-¡Sabes a lo que me refiero!

-No te preocupes, sé lo que estoy haciendo.

-Si algo te pasa, recuerda que eres un buen amigo.

-No te pongas cursi, solo voy a hablar con un profesor.

-Profesor que me odia sin razón aparente y que te va a matar en cuanto te tenga a solas.

Me mordí el labio para evitar reír y esperé a que el salón estuviese totalmente vacío para abrir la boca y hablar con Dante, que se había sentado en el escritorio y me dirigía la misma mirada fría de hace un momento.

-Interesante clase la de hoy –empecé.

-Si, aunque solo escucharas la mitad –replicó él.

-Solo me tardé diez minutos.

-¿Y se puede saber por qué?

-Me quedé dormido.

-¿Con Saint-Claire? –preguntó horrorizado.

-¿Qué? ¡No!

Su expresión se relajó visiblemente y suspiró.

-Vale, entonces ¿Dónde estabas? –preguntó más suave esta vez.

-Bajo la sombra de un árbol, estaba cansado por quedarme con cierta persona hasta la medianoche y me quedé dormido, Daniel fue a buscarme para venir a clases pero lo pateé inconscientemente y esperamos a que recobrara el aliento, por eso nos tardamos.

Dante sonrió ante la idea de mí pateando a Daniel y su humor mejoró aún más.

-Así que… ¿Saliste con alguien anoche? –preguntó con tono juguetón.

-Puede ser… -seguí la corriente.

-Y… ¿Pasaste un buen rato?

-He tenido mejores.

-¿Es mejor que tu profesor?

-Bueno, ciertamente me ha enseñado un par de cosas.

-¿Mejores que las matemáticas financieras? –en este punto, se levantó de su escritorio y empezó a avanzar hacia mí.

-¡Oh! ¡Definitivamente son mejores que las matemáticas financieras!

Una vez estuvo frente a mí, se inclinó sobre la mesa donde estaba, su rostro a centímetros de mío.

-¿Cómo qué? –susurró.

-Como que uno más uno es lo más satisfactorio del mundo –susurré.

-¿Y eso es algo que tu profesor no puede enseñarte?

-Depende de que tan bueno sea el profesor.

Dante sonrió un segundo antes de eliminar la distancia entre nosotros y besarme lentamente, tomándose su tiempo. Yo le seguí el ritmo, realmente no tenía prisa alguna. Dante succionó mi labio inferior, arrancándome un jadeo, y aprovechó para introducir su lengua en mi boca, paseándola al mismo vaivén lento y volviéndome loco en el proceso. Cuando creí que no podía soportarlo más, se separó y me miró a los ojos.

-Sal conmigo este viernes –dijo.

-¿Qué?

-Lo que oíste, sal conmigo y quédate a dormir en mi casa.

Fruncí el ceño.

-¿Dormir? –pregunté incrédulo.

-Dormir, lo que pase más allá será enteramente culpa tuya. Mi ofrecimiento es claro –respondió él con sorna.

-Suena bien.

-¿Aceptas entonces?

-Sí, ¿Por qué no?

-Entonces asegúrate de tener tu mochila lista, pasaré por ti a eso de las ocho.

-Está bien.

-Mientras tanto, vamos a llevarte a tu casa.

-No es necesario.

-Quiero hacerlo, es peligroso que andes por ahí tú solo –su tono era casual pero su expresión era seria.

-¿Tu también con eso? –pregunté un poco irritado.

-Ángel, ¿no viste las noticias de hoy?

-Estuve todo el dia en la universidad.

-Hubo un ataque aquí en la ciudad.

-¿De verdad?

-Sí, las extremistas ya cruzaron los límites de la ciudad y no te quiero expuesto por ahí.

-Vale, llévame a casa.

Durante el trayecto, hablamos de cualquier cosa y reímos por cualquier tontería pero podía sentir la tensión que Dante emitía. Estaba preocupado por la inseguridad repentina que empezaba a haber en la ciudad. Al llegar a mi casa, se giró hacia mí con el ceño ligeramente fruncido.

-Cuídate, ¿Si? –dijo.

-Está bien…

-No, Ángel, hablo en serio, promete que no vas a ser imprudente –dijo tomándome de los hombros.

-Vale, lo prometo –respondí algo sobresaltado.

-Bien, que descanses.

Se acercó a mí y dejó un beso casto en mis labios antes de mirarme a los ojos fijamente y sonreír.

-Hasta el viernes –dijo.

-Hasta el viernes –repetí.

Y corrí hasta mi casa. Esta iba a ser una semana divertida.

Notas finales:

N/A: Laura no estaba muerta, ¡Andaba de parranda!
Persona X: Ay por favor, Laura, ¡Tú no sales a ninguna parte!
YO: ¡Pero se vale soñar!
¿Como estan? ¿Se olvidaron de mi? Espero que no.
¡Adivinen quien esta en parciales otra vez! Si, yo, y estoy sufriendo.
¡Y adivinen, también, quien está teniendo una vida personal agitada! Si, tambien yo, y tambien estoy sufriendo.
Además que mis musas me abandonaron cruelmente, juro que se arrinconaron y se burlaban de mí en la distancia, estuve sentada frente a mi pc con el archivo de esta historia abierto y listo para actualizar pero mi mente estaba totalmente en blanco TTnTT. Época dura para esta humilde escritora.
¡Pero volví! ¡Con capitulo cursi! Porque ya los hice sufrir demasiado y para recompensarles la larga espera.
-Spoiler-
Probablemente, para el próximo capítulo, se venga el tan ansiado y solicitado lemmon, todo depende de cómo se comportan mis musas esta semana, esperemos que sean buenas conmigo.
Espero que hayan disfrutado del capítulo, lo hice con mucho amorsh.
Nos leemos despues.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).