Nos quedamos mirándonos fijamente hasta que alguien tosió bastante fuerte a nuestro lado, me giré para encontrarme a Jessie mirándome un poco molesta.
¡Jessie! Por poco me olvido de su existencia, bueno, había intentado olvidarme de su existencia la última hora pero esta vez fue algo involuntario.
-No hagan eso chicos, yo también existo-Comentó cruzándose de bazos y haciendo un ligero puchero.
Si, estaba armando un berrinche por dejarla de lado, en serio, ¿Quién entiende a las chicas? ¡Por todo hacen un drama!
-Lo sentimos mucho Jessie, no quisimos hacerte a un lado, supongo que nos estábamos divirtiendo tanto que se nos pasó por alto tu presencia, ¿podrías disculparnos? -Dante hizo uso de todo su atractivo para flechar a mi amiga pues esta asentía y hacia ademanes con la mano para indicar que todo estaba bien.
Charlamos por un rato más hasta que Dante se disculpó y se marchó a trabajar, al parecer había una jornada nocturna en el almacén y tenía que estar allí.
Luego de marcharse sentí un agarre en mi hombro, al ver que era me encontré con que el café de los ojos de Jessie estaba casi negro y sus mejillas estaban sonrosadas, por alguna razón se me vino la loca idea de que podría estar excitada.
-¿Estas bien? -Le pregunté algo preocupado, la chica lucia como loca.
-¡Esta buenísimo!-Exclamó con una gran sonrisa.
-¿Qué?
-"¿Qué?" no, ¡¿Quién?!
-¿De que estas hablando?
-De Dante, por supuesto, ¿De quién más si no?
-Vale si, está buenísimo, ¿Y qué?
-¿Y qué? Que si no lo cazas tu voy a ser yo la que vaya por él, semejante bombón no puede ir por ahí desprotegido ante tantos depredadores, aunque es una lástima, nunca se fijaría en mí.
-Vamos Jess, eres una chica genial, de no ser porque te veo como mi hermanita y seria incesto, ya te habría metido entre mis sabanas hace tiempo.
Mi amiga hizo tal gesto de asco que no pude evitar reír.
-Eres un pervertido Ángel, que asco -Exclamo sin quitar el gesto.
-Solo enfatizaba mi opinión, de todos modos, lo que quería decir es que no tiene razones para no fijarse en ti, ve por él tigrilla.
-Mis esfuerzos serian en vano, Ángel mío, ni siquiera se giraría a mirarme por segunda vez, ya lo he comprobado, le gusta alguien más.
-¿Cómo puedes descifrar semejante cosa con hablar unos momentos con alguien? Digo, siempre pensé que tenías algo de bruja pero esto ya es demasiado.
-Eres un cretino.
-Y tu una bruja, pero dejare que continúes con tu monologo de autocompasión, creo que dirás algo interesante.
-Le gustas muchísimo, Ángel.
-Corrijo lo anterior, no vas a decir nada interesante.
-¡Ay por favor! ¿Un don Juan como tú no se ha dado cuenta de algo tan simple?
-¿Algo como qué? A ver, ilumíname con tu sabiduría.
-Me ha ignorado todo el rato por andar comiéndote con la mirada.
-Se le dice entablar una conversación, Jessie, hasta un aguafiestas como yo sabe eso.
-¡Por el amor de Dios! Ángel, ¡Escúchame! Ve a perseguir ese crucero de ensueños que se muere por navegar entre tus olas…o entre tus piernas.
-¿En realidad eres una chica? ¿Cómo puedes decir algo así?
-Si mis últimos exámenes médicos no mienten, y me los hago regularmente, mi sexo sigue definido como femenino.
-Eres una pervertida.
-Y tu un idiota, Ángel, se gustan y no tienen compromisos, ¿Qué hay de mal un poco de diversión? No hay peligro de involucrar sentimientos porque no son almas gemelas.
-Lo siento Jess, pero estos encuentros solo han sido meras casualidades, voy a dejar el tema zanjado ¿Ok? Si se cruza en mi camino otra vez lo pensaré, pero mientras tanto no voy a buscar nada más.
-De verdad que eres idiota, pero bueno, si vivimos en un mundo comandado por el destino entonces él mismo se encargará de darme la razón, por otra parte y para cambiar el tema, porque veo por tu rostro que estas a punto de irte y déjame aquí tirada -La chica no mentía- quiero ver tu marca-Lucia entusiasmada, como un niño en un zoológico o algo así.
La miré y fruncí el ceño, ¿Qué era? ¿Un mono de circo?
-¿Para qué? Es solo una letra en el cuello, tú tienes dos, no veo por qué hay que emocionarse -Dije en un tono algo frio.
-¡No seas así! ¡He esperado esto por mucho tiempo!
-Pareces una especie de acosadora.
-Está bien, no me muestres nada, voy al baño.
Creo que se molestó.
Se levantó y me volví a mi café que a estas alturas ya estaba frio, pero bueno, un café no debe desperdiciarse.
Sentí una presencia a mis espaldas, pero cuando quise girarme una mano me sostuvo del hombro mientras la otra me tomaba del cabello.
-¿Pero qué…?-Empecé a decir pero un chillido me interrumpió.
Un chillido que conocía demasiado bien para mi gusto.
Nota mental: Consigue mejores amigos, unos que no te ataquen por la espalda, literalmente.
-¡No puedo creerlo! ¡Tiene que ser él! ¡Tienes una D!-Jessie gritaba y chillaba de emoción.
-¡Demonios, Jess! ¿Es que estás loca? ¿Qué rayos estás haciendo? -Mi humor estaba empezando a manifestarse.
-Ya ya, gruñón, solo quería ver tu marca, no te pongas así.
-¡Me has atacado!
-¿Qué eres? ¿Una damisela en apuros? Deja de llorar.
Suspire y me frote la cara, esta chica era imposible.
-Deja de hacer esas cosas ¿Si?, si no fuese por tu voz probablemente habrías acabado en el piso antes de darme cuenta quien eras.
-¿Lastimarías a una chica?
-No, pero estabas a mis espaldas, no sabía si era una chica o que.
-Vale, lo siento, pero lo bueno es que acabo de comprobar que Dante es tu destinado.
-Vale, ahora si enloqueciste.
-¡Claro que no! ¡Tu marca es una D!
-¿Y? Eso no significa nada, podría ser cualquiera.
Era un mentiroso, mientras fingía indiferencia, mi interior quería creer en las palabras de Jessie, pero no, no podía caer a ese abismo de nuevo, era una nueva semana y no podía distraerme de mis obligaciones, no podía ir allí de nuevo, tenía que asegurar otros aspectos de mi vida y darle tiempo al destino de cruzarme con quien era mi alma gemela.
-Jess, mira, aprecio tus intentos de, no sé, ¿alegrarme?, pero él ya tuvo una destinada, y si no murió luego de perderla es porque ha de tener una familia, no se puede tener dos destinados en una sola vida ¿vale?, así que baja un poco tu energía, no va a pasar-Mi voz sonaba un poco floja pero era lo correcto, no podría soportarla brincando alrededor mío y metiendo ideas locas en mi cabeza
-Tienes razón, pero yo creo en los milagros Ángel, además, él te ofreció jugar ¿No? Las reglas del destino no dicen nada acerca de los juegos.
-Ciertamente, pero solo dejare que pase lo que tenga que pasar.