“Jamás seré tu esposa Gastón”
Lefou recuerda con toda claridad la primera vez que le vio al chico más enérgico que había conocido, si enérgico no sabía más como llamarle siempre viéndole correr de un lado a otro, ayudando a su madre, siendo tan agradable para los demás, había escuchado los murmullos molestos de varios de sus compañeros sobre él, Gastón el chico que parecía querer la atención de todo el mundo, con frecuencia susurraban a sus espaldas sobre como el engreído buscaba satisfacer su ego ayudando a los demás, de como se creía mejor que todos.
Un día no pudo aguantar más y se decidió a hacerles callar, ahora que lo piensa llamar a un grupo de chicos “idiotas” o “celosos” no era buena idea cuando apenas si podía defenderse, él fue empujado, a un charco de lodo donde ensucio su ropas nuevas y lastimo sus rodillas, Lefou sentía ganas de llorar más aun cuando todos comenzaron a llamarle de aquella forma, “Lefou” un insulto, el deforme de su apellido para molestarle.
- Dejen de atormentarle – la voz de Gastón le hizo detener todos los pensamientos tristes de su cabeza, pues en un instante ahí estaba el, erguido con la barbilla en alto deteniendo a los que le molestaban – es una vergüenza – gruño frunciendo la nariz y cruzándose de brazos – molestar a una chica así.
Y las risas no se hicieron esperar, Lefou se congelo al escucharle llamarlo una chica, los demás niños se burlaron aún más y cuando Gastón quiso hacerles callar los golpes volaron por doquier, perdió, el autollamado chico más valiente de toda la aldea perdió, pero era obvio eran cinco chicos contra el solo y en aquel entonces Gastón no era un soldado condecorado como ahora.
Mas sin embargo tras irse los otros jóvenes, un derrotado Gastón se levantó del suelo, limpio sus pantalones y como un galante caballero le ayudo a ponerse de pie, arreglo uno de sus pechones de cabello tras la oreja y le dio la sonrisa más hermosa de todas, Lefou sintió como su corazón saltaba en ese momento, podía escucharle latir tan fuerte que se preguntaba si Gastón podía oírle también entonces Gastón le miro confundido dejando de hablar y bueno había estado tan concentrado en sus pensamientos que no le escucho lo que decía.
- Lo siento – murmuro una disculpa apenado.
- Yo dije ¿estás bien? – repitió esta vez más lento – Billy y sus idiotas son idiotas – repitió no sabiendo cómo explicarse a sí mismo - atacar a una chica no es digno de un caballero – y ahí estaba otra vez la confusión – mi padre dice…
- No soy una chica – le interrumpió - yo lo siento – y no sabía de qué se disculpaba pues Gastón le había mirado confuso y tras examinarle sorprendido incluso creyó ver algo de miedo en su rostro – te agradezco pero no soy una chica – Gastón abrió la boca pensando en decir algo pero de inmediato la cerro con fuerza se quedaron mirando unos segundos hasta que finalmente hablo.
- Gastón es mi nombre – se presentó extendiendo su mano cuando la vio llena de tierra tallo en sus pantalones y volviendo a ofrecerla.
- Lefou – dijo tomando la mano y agitándola.
- ¿Qué clase de nombre es Lefou? – resoplo el chico y aun que pareció ser grosero a Lefou le hizo reír.
- Lefou no es mi nombre real – rodo los ojos – solo me dicen así, simplemente me acostumbre – se encogió de hombros - supongo que me queda.
- Cada quien es loco a su manera mi amigo – sonrió Gastón – voy a ser un gran héroe algún día – dijo totalmente orgulloso con los ojos brillante de esperanza y anhelo – y sabes lo que dicen de los héroes, que solo los locos lo son – hablo en total concentración – tu puedes ser el loco y yo el héroe ¿Qué dices mi amigo? – empezó a reír, Lefou le miro extrañado estaba seguro que a eso no se referían cuando decían eso pero Gastón estaba tan seguro de sus palabras que no pudo desmentirle.
Asintió sintiendo una alegría inexplicable porque este chico, el más valiente que había conocido le eligió para ser su amigo, su compañero de aventuras, su más fiel aliado como empezó a llamarle tras pasar un brazo por su hombro y acompañarle a su casa, ni siquiera le importo el regaño de su madre al ver su ropa sucia, o el dolor de su rodilla esa noche, no importo nada cuando finalmente había hecho un amigo, cuando Gastón le llamo su “loco”.
Gastón le había visto mucho antes que eso, recuerda que tras el fiasco de su primer amor, encontró a la chica más hermosa que jamás hubiera visto, tal vez exageraba un poco puesto que si había visto más chicas hermosas pero esta simplemente fue diferente, tenía las mejillas redondas más bellas de todas, los ojos más brillantes y una sonrisa soñadora, recuerda a verle visto por primera vez en la iglesia, tras ir obligado por su madre vio a esta bella niña sostener un enorme ramo de flores, tal vez eran silvestres puesto que no eran tan hermosas como las que vendía la florista y sin embargo lucían perfectas en sus brazos, Gastón volvió a verle tres días después, la chica estaba mirando su reflejo en el rio, aun no entendía por qué le dejaban vagar tan lejos sola pero ahí estaba su oportunidad, sin embargo Gastón el más valiente de todos se congelo y decidió no hablarle en su lugar sus traicionares piernas le hicieron huir del lugar.
Una semana después Billy y sus amigos molestaban a su doncella, así había empezado a llamarle en su mente, como todo un caballero fue en su defensa y perdió terriblemente, pero entonces ella había sonreído y sonrojándose tan adorablemente cuando le ayudo que simplemente valió la pena, entonces descubrió que su doncella no era una niña, el pánico se apodero de él, las palabras de su padre resonaron en su mente y el miedo le inundo.
Gastón empezó a sentir que debía alejarse, huir de ese niño antes de que su padre averiguara que su segundo amor era otro joven nuevamente, algo malo podría pasarle a él, o a su padres, simplemente no podría vivir con eso, no otra vez, su padre lo apartaría y….
Su no-doncella se estaba disculpando, pidiendo perdón por algo que no era su culpa, Gastón quería decirle que era él quien estaba mal y que no le molestaría más con su presencia pero entonces el niño parecía tan perdido, indeciso, Gastón se dijo que si no podía caer en amor con un chico al menos podría ser su amigo y así podría ver esa hermosa sonrisa siempre.
Así que se presentó y tras enterarse de su “nombre” se aseguró de que su ex doncella se convirtiera en su mejor amigo.
Desde aquel entonces fueron inseparables, se convirtieron en “le duo “ quienes serían héroes de Villeneuve, con el tiempo Lefou no dejo de cantar alabanzas a su único amigo, con el tiempo la idea de convertirse en héroes se fue deformando, tal vez fueron las alabanzas sin sentido, tal vez el que el mismo pueblo le llenara de expectativas, tal vez fue su padre empujándole para ser mejor, para dejar de perder el tiempo con ese niño inútil, tal vez fue la simple necesidad de satisfacerles a todos y ganar su afecto, de llenar el vacío en su ser, tal vez solo fue su propio egoísmo que en algún momento el “nosotros” convirtió en “Yo”.
Entonces llegaron los invasores y la guerra estallo, todo fue en picada desde ahí.
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- Maldición Lefou quédate aquí – Gastón empujo a su amigo tras los arbustos donde debía permanecer oculto al enemigo.
- No me inscribí en esta guerra para esconderme como un cobarde – repitió Lefou apretando con fuerza el agarre de su arma en un intento de frenar el miedo que sentía.
- No, te inscribiste para seguirme como desde que tenías 11 años – dijo con rabia notando aquellos temblores – ahora quédate aquí.
- No tengo por qué hacerte caso no eres mi superior – insistió levantándose para seguir a los demás que ya estaban en medio de la batalla.
- Te amarrare si es necesario – Gastón gruño tomándole de la chaqueta y atrayéndole a su cuerpo - si vas ahí serás una carga para mí – le miro directo a los ojos furioso - no puedo cuidarte y defenderme a la vez – apretó con fuerza el agarre de su mano.
- ¡No soy un inútil Gastón y no puedes detenerme! – dijo totalmente furioso tomando la mano de Gastón y quitándosela de encima para alejarse de él.
Lefou salió a la batalla, combatió como un valiente hombre y justo antes de ganar alguien disparo a su hombro, tras caer al suelo, tras sentir la sangre emanando en su herida, escuchar los gritos incesantes vio como el enemigo apuntaba su arma para darle el tiro de gracia intento cerrar los ojos pero ni eso pudo vio entonces a el soldado desplomarse, escucho el disparo de un arma y Gastón cernirse sobre el empujando el cuerpo sin vida de su atacante, le escucho llamarle pero no podía responder, vio como le evaluó con la mirada y siguió su camino disparando con su pistola a otro enemigo, le vio tomar su arma del suelo y levantarla para usar el tiro, Lefou no pudo evitar pensar que sería abandonado.
No fue así, Gastón disparo a otro enemigo para despejar su camino y levanto el cuerpo de Lefou protegiéndole para sacarle de ahí, para ponerle a salvo.
Cuando despertó en la tienda donde estaban todos los heridos estaba solo, su herida vendada y Gastón por ningún lado, volvió a caer en la inconsciencia, la segunda vez que despertó Gastón estaba discutiendo con el médico a un lado de su camilla, para su sorpresa Gastón tenía un vendaje en la cabeza y parecía ser que el médico le regañaba por no permanecer en cama.
Gastón le había salvado, le vio ser herido por el enemigo, lucho para sacarlo de ahí llevándole hasta el campamento y tras asegurarse que recibiera ayuda regreso a la batalla, había recibido un fuerte golpe con la culata de un arma enemiga pero no fue nada grave según él, se quedó ahí reprendiéndole por lo estúpido que era por no seguir sus órdenes, Lefou algo molesto insistió que había sido una orden que todos salieran a batalla, Gastón había entrecerrado los ojos en su dirección para después sonreír “ Me convertiré en capitán entonces” dijo totalmente agarrante.
Lo hizo, dos meses después fue nombrado capitán y dándole su propia compañía, el capitán más joven de la historia del ejército, Lefou recuerda ver su sonrisa arrogante mientras lo tomaba como su ayudante, “ahora no puedes decirme que no” murmuro felizmente tomándole de un hombro y llevándole a su tienda una privada por su posición, Lefou había murmurado un suave “jamás capitán” que dejo complacido al hombre.
La guerra se volvió más y más horrenda desde entonces.
Perdió la cuenta de las veces que Gastón salvo su vida, siempre empujándole, siempre reaccionando con violencia extrema si alguien intentaba lastimarle, en algún momento toda la admiración que Lefou tenía para Gastón se convirtió en algo más profundo descubrió que era amor cuando le vio coquetear con unas aldeanas tras un descanso muy breve, se sintió devastado al verlo en brazos de otras mujeres, al ver esa sonrisa que solo daba a el darla tan fácilmente a unas completas desconocidas, Lefou entendió lo que era el amor y el rechazo el mismo día, cuando las alabanzas de unas cualquieras tenían el mismo efecto que las de él en su capitán.
Para Gastón todo era diferente había pasado tanto tiempo cuidando de Lefou, tenerlo a su alrededor que simplemente verlo herido había sacado lo peor de él, cuando se dio cuenta que aquellas emociones iban por el camino equivocado volvió a desviar su atención a las mujeres, no importaban quienes eran gustaba de ellas de cualquier forma, solo era una diversión, una distracción, pronto olvido la verdadera razón por la que gustaba de tener a Lefou cerca, pronto olvido su promesa y las adulaciones ajenas llenaron el vacío en su interior.
Lefou pasó de ser su persona más importante a su mayor seguidor en un santiamén.
Porque Gastón tenía que ser el mejor, porque un hombre no puede amar a otro hombre, porque solo existía el “yo”, la voz de su padre dentro de su cabeza nunca dejaron de repetírselo que termino creyéndose esa gran mentira.
El día en que la guerra termino Gastón ya no era el mismo que Lefou conoció cuando eran niños y tras regresar a la aldea incluso al saber de la muerte de su padre ya se había convertido en él, el ahora héroe de Villeneuve era tan arrogante como se esperaba de él, había vencido y triunfado, se convirtió en lo que todos esperaban, Gastón ya no era el mismo, en su lugar se convirtió en algo que cada habitante contribuyo en hacer y con el pasar de los años construyeron el pedestal tan alto y frágil donde colocarle, era cuestión de tiempo para que algo le hiciera caer.
Entonces Bella llego.
La caída sucedió, todo el pueblo le culpo y el gran héroe se convirtió en el villano de la épica historia de amor.
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- Mi querido Lefou eh estado pensando – empezó a hablar Gastón tras estar toda la mañana en silencio, aquella fría el último día de su viaje de caza, la carne ya lista en su caballo para regresar pronto al pueblo.
- Algo muy peligroso – respondió Lefou sabiendo que eso haría a su amigo un poco molesto pero de igual manera continuo escuchándole mientras terminaba de cargar su caballo.
- Lo sé pero – dijo con una mueca al sentirse un poco insultado - han sido años desde que somos amigos.
- Los mejores amigos y compañeros – asintió
- Creo que ya es hora de continuar nuestras vidas, de tener compromiso en ellas – soltó de pronto elevándose en su corcel.
- ¿Gastón? – Lefou se tensó al escucharlo, levanto la mirada al hombre del que secretamente estaba enamorado para ser correspondido por una hermosa sonrisa, Gastón se inclinó entonces en su caballo para acercarse a Lefou y le miro con tanta intensidad que hizo rebotar el corazón de Lefou en su pecho.
- La vida matrimonial es algo que debemos probar – Y la mirada que le estaba dando confundió por completo al hombre más bajo, algo en su pecho floreció, esperanza tal vez ¿era posible acaso que Gastón se sintiera de la misma forma?, ¿Qué esta era su forma de decir que necesitaba Lefou tanto como lo necesitaba?, ¿ que correspondía a sus afectos?, Lefou solo pudo mirarle fijamente sintiendo la sonrisa en su rostro agrandarse, estaba seguro que se desmayaría, que todos esos años de estar al lado de ese hombre finalmente servían de algo, pues Gastón le miraba intensamente, con suavidad de una forma que jamás vio darle a una sola mujer, realmente esperaba que Gastón le besara de una buena vez - necesitamos esposas mi buen amigo.
- ¿Esposas? - las palabras cayeron sobre el como un balde de agua helada, sus hombros decayó ante tal afirmación, claro que a eso se refería Gastón, fue tan estúpido para creer que alguien tan perfecto sintiera algo más que amistad por él, de hecho a un no entendía por completo porque ese magnífico hombre gustaba de su compañía, un milagro tal vez, un castigo divino por sus aberrantes desviaciones.
- Así es Lefou – Gastón miro al hombre bajo de él, vio como sus ojos se iluminaron para caer al suelo derrotado por un segundo creyó ver algo más que la simple admiración en ellos pero lo descarto enseguida, él debía centrarse en sus enseñanzas y una esposa era adecuada ahora - mi padre siempre lo dijo no eres un hombre hasta que no tengas una mujer, la mejor de ellas para casarte.
- Creí que él estaba a favor de que te divirtieras sin compromiso – murmuro Lefou subiendo a su caballo listo para regresar a Villeneuve sin muchos ánimos realmente, todo había sido espectacular esos últimos días solo ellos dos y ahora habían sido arruinados por la idea de una esposa, como si las miles de mujeres cayendo a los pies de Gastón no fueran suficientes.
- Lo está ¿Cómo has de elegir a la mejor sin probar lo común? – sonrió arrogante agitando las riendas para que su caballo empezara a moverse con Lefou siguiendo muy de cerca.
- Así que casarte – comento después de lo que parecía una eternidad.
- Si y creo que se quién es la indicada – asintió el hombre.
- Por favor dime que es una de las tres Bimbettes – suplico, si se trataba de una de ellas sería más fácil, las tres mujeres estaban tan deseosas de la atención de Gastón que incluso una de ellas aceptaría casarse con Lefou si eso le permitía estar más cerca, casi podía verlo a Gastón tomando a una como esposa a otra como amante y la tercera como su propia esposa.
No es que estuviera encantado de tener una esposa pero entendía un poco a Gastón, siempre pensó que podría conocer a una mujer que lo entendiera, que comprendiera su secreto y aceptara ser su esposa, alguien que pudiera querer pero no amar, no eso solo estaba destinado para Gastón, él podría casarse tener una familia y seguir acompañando a Gastón en sus cacerías, podría seguir a su lado como un simple amigo, realmente sabía que no podía aspirar a nada más y no le importaba, estaba seguro que podría atender sus responsabilidades como esposo, lo había hecho una vez y si tal vez pensó en Gastón todo el tiempo y grito su nombre pero bueno si con eso podía estar con Gastón lo haría.
- Bella, es la mejor, justo lo que yo merezco – y aquellas palabras le sacaron de sus pensamientos, Lefou le miro asustado por que simplemente Gastón tenía que ir con la única chica del pueblo que lo ignoraba - ¿acaso no merezco lo mejor? - miro a su amigo que parecía incrédulo ante sus palabras.
- Si, lo haces – respondió con una media sonrisa lo que tranquilizo a Gastón y volvió a jalar las riendas para ir más rápido, Lefou solo suspiro e intento alcanzarle, si Gastón quería a Bella haría lo imposible para conquistarle, solo que Bella no tenía interés en Gastón ni un poco y hasta ahora solo conoció a una mujer que se resisto al encanto de su capitán y no había terminado bien dudaba que esta vez lo hiciera.
Lefou solo esperaba que como la última vez las cosas no se saldrían de control y el ego de Gastón no estuviera verdaderamente herido, pues el temperamento de su amigo no era muy reservado ante una negativa.
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El día de la caída cuando bella se negó nuevamente a sus afectos, cuando le llamo Bestia, Gastón no pudo evitar recordarle, a ella la primera mujer que se negó a ser suya por lo que la encerró y cuando Lefou intento detenerle, abogar por ella toda su ira se centró en su amigo, porque Lefou volvía a ponerse a favor de esa mujer, era como en aquel entonces, cuando su mejor amigo robo a su objeto de deseo.
Estaba buscando una excusa, solo una pequeña para mandar a Lefou lejos, sabía que estaba mal, que la ira era quien hablaba pero no le importo, ignoro la mirada dolida de Lefou, ignoro su suplica silenciosa y cuando un Clavicordio cayó sobre Lefou sonrió “lo siento viejo amigo” dijo aquellas palabras con odio, en recuerdo de aquella traición de Lefou “es hora del Héroe” y se fue dejándole ahí, sin mirarle sabía que estaría bien Lefou siempre lo estaba pero en ese momento estaba tan furioso con el tan enojado que decidió dejarle atrás.
Lefou sintió como su corazón se partía no entendía lo que pasaba por que Gastón le abandonaba luego de años de lealtad y con el corazón roto cambio de bando.
Cuando la batalla termino, cuando aquel hechizo les hizo recordar a todos los habitantes del castillo, al príncipe cruel de la región supo que Gastón estaba en problemas, aun dolía el abandono de su mejor amigo pero Lefou no era de los que abandonaran tan fácilmente, así que le busco, pregunto a Bella donde estaba tras verla bajar con quien le creyó el príncipe.
Enterarse de que Gastón estaba muerto pues nadie podría sobrevivir una caída tan grave le hizo querer vomitar, disquera termino de escuchar a Bella darle consuelo salió corriendo en su busca, le encontró en un charco de sangre con su pierna en un ángulo demasiado extraño, cayó sobre sus rodillas abrazando el pecho del hombre que amaba para llorar su muerte, cuando sintió el suave latir de su corazón.
Bella le ayudo, ella convenció al príncipe de asistir a Gastón ella solo lo hizo por Lefou y aun que estaba muy agradecido no podía dejar de ver como el hombre que más amaba le había traicionado, Lefou se sintió confundido por una parte esta aliviado de verle con vida y por otra satisfecho de sus heridas por que ese hombre le había lastimado, le manipulo y uso a su antojo para después botarle, no quería permanecer a su lado pero sabía bien que nadie más le ayudaría, si el abandonaba a Gastón ahora este moriría y no podía permitírselo.
En el fondo de su corazón aun amaba a Gastón y el amor no es algo que pueda desaparecer tan fácil de la noche a la mañana.