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fue el por yuki666

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Notas del capitulo:

capitulo nuevo y largo!!! 

Resultó que Hanamiya tuvo voz de profeta y el lunes, Hyuga no se presentó a firmar el documento. Lo que les obligaba a tener que posponer la reunión a 3 (e incluso hasta 5) semanas despues y pagar una cantidad extra pues los abogados no eran beneficencia publica (palabras de Akashi)

Kiyoshi salió del juzgado e intentó contactarse con su ex. Hyuga no contesto.

Como no sabía dónde vivía, pues tendría que usar uso de sus fuentes para investigarlo.

Koga y Mitobe tenían sus buenos años juntos y solía frecuentarles de vez en cuando… tenía más de 8 meses que no les veía, cuando Hyuga le había sido infiel (si, ya lo podía decir sin evadirlo) Kiyoshi había evitado a todos…

Ahora que podía ver todo fríamente, que sus emociones estaban tranquilas y que realmente había superado ese bache, cuando Hyuga le había dejado no podía dejar de pensar que la vida se había terminado. Ese camino de autodestrucción al que se  había zambullido, la soledad, el abandono… todo era una horrible manera de expresar que para él, la vida ya no valía nada… incluso había pensado que iba a morir si Hyuga no regresaba a su lado.

Pero no paso eso.

Muy por el contrario… se dio cuenta, que si una persona que amas mucho, a la que te entregas en cuerpo y alma te abandona o te traiciona, no es el fin del mundo… te dolerá, por supuesto que lo hará… pero la vida sigue… y uno debe aprender a perdonar y amarse a sí mismo para seguir avanzando.

Obviamente Hanamiya le había ayudado a pasar ese bache de mejor manera.

Así que ahora que estaba frente a sus amigos, pudo verlos a la cara directamente y explicarles más o menos la situación. Ambos chicos le miraron primero con cierta lastima, como si estuvieran avergonzados e incomodos de saber que alguien a quien conocían desde hacía media vida hubiera lastimado a otro amigo y despues simplemente agradecieron el hecho de que Teppei les tuviera confianza para contarles todo evitando acusar a otros.

Si una pareja fallaba era porque ambas partes habían tenido sus buenos errores.

-no sabemos dónde vive… nos enteramos a través de Izuki hace un par de días que había vuelto y estaba trabajando en la preparatoria… otra vez está dando clases… -

Bueno, eso era un comienzo.

-¿entonces… realmente se van a divorciar?- cuestiono Koga. Con esa boquita felina y los ojos expresivos como siempre.

-si… esto termino en el preciso momento en el que el respeto se perdió…-

Mitobe vio a su pareja que haciéndole un par de señas comento algo, que Koga tradujo en voz alta.

-¿no será que te estas divorciando por Hanamiya? Izuki nos contó que estas saliendo con el…-

Izuki era muy comunicativo. Teppei miró nuevamente a sus amigos y sonrió con ese gesto paternal y agradecido que usaba en la escuela.

-Hanamiya no tiene nada que ver… no estamos saliendo… lo nuestro es… complicado… me voy a divorciar de Hyuga porque me rompió el corazón y por qué no podría volver a tocarlo sabiendo que estaba quemando dos velas al mismo tiempo.-

Los dos chicos asintieron.

-Hanamiya es raro… y probablemente cruel… también un poco sádico… está bien… es muy sádico… pero Izuki nos contó que te mira mucho de reojo… no se pierde detalle tuyo cuando hablas o cuando comes… si te hace feliz estar con el… inténtalo… nosotros te apoyaremos-

Esa estúpida sonrisa apareció en los labios de Teppei. ¿Sería cierto? ¿Hanamiya lo observaba todo el tiempo? La verdad sentía que era el quien no se perdía detalle del azabache.

-gracias…- comento con simpleza el castaño a sus amigos, poniéndose de pie y con la firme intención de ir al trabajo. Seria hasta el día siguiente que podría visitar a Hyuga en la escuela. Hablaría con él y le pediría la estúpida firma que necesitaba para en serio, sentirse libre.

 

 

 

 

Hanamiya dejo de mirar el estúpido celular y en cuanto noto en donde estaba frunció el ceño realmente molesto.

Lo había hecho de nuevo.

Era la tercera ocasión en esa semana que saliendo de trabajar caminaba rumbo a su casa y sus estúpidos pies le llevaban a saber cómo, al edificio donde Teppei vivía.

Trono los dientes en molestia y se disponía a tomar camino a su casa cuando por los malditos azares del destino, Kiyoshi salió del edificio marcando en su propio móvil.

El teléfono de Hanamiya sonó en su mano, Teppei (que aún no le veía) le estaba marcando.

¡Que pendejada! ¡Aquella era la coincidencia más cursi, estúpida y absurda que le pudiera ocurrir a uno!

-¡Makoto! Te invoque…- canturreo divertido Kiyoshi al vislumbrarle pues el ringtone de Makoto era inconfundible y le había escuchado.

Kiyoshi estaba acercándose a él con el móvil aun marcando y en su oreja.

El azabache rodo los ojos y colgó la llamada metiéndose el aparato en la bolsa trasera del pantalón.

-me equivoque de rumbo… por venir leyendo vine acá… nos vemos…-

Kiyoshi le cogió de la mano antes de que pudiera seguir avanzando y finalmente también guardo su móvil.

-oye… ya que estas aquí podemos aprovechar… ¿Por qué no me acompañas? –

Aquella era una mala idea la vieras por donde la vieras… pero Hanamiya termino aceptando.

Caminaron un par de cuadras, Kiyoshi balbuceando de una cosa y de otra, Hanamiya limitándose a escuchar.

Hasta que llegaron a un edificio bastante bonito, grande y elegante, el moreno por fin se dignó a preguntar.

-¿a que venimos?-

El castaño sonrió y le invito a pasar, tomaron el elevador y presionando el botón 3, por fin aclaró…

-me mudo… lo había estado pensando mucho últimamente y creo que ahora si ya es tiempo… -

El elevador se abrió y Teppei recorrió el pasillo arrastrando de la mano al azabache, cuando llegaron a una puerta, saco una llave para abrirla.

Hanamiya silbo en honesta sorpresa y admiración. El lugar era fantástico, grande, elegante y moderno… los dos juntos recorrieron la sala, la cocina equipada, las dos habitaciones enormes y el estudio.

-tu habitación está bien ¿no? ¿Por qué mudarte a un lugar así de grande estando solo?-

Kiyoshi sonrió rascando su nuca, sonriendo y viéndose tierno.

-extraño dormir en una cama King… la que tengo es muy pequeña para mi… y si a eso agregamos que a veces me visita un gato huraño… pues…-

Ok, Teppei ahí tenía un buen punto… y como se había encogido de hombros de manera simple Hanamiya ni se sintió agredido o des invitado a seguir metiéndose a hurtadillas en esa cama.

-además…- continuó el castaño. –me gustaría tener un lugar más amplio para que… tengas más espacio para dejar tus cosas…-

Hanamiya opto por acercarse al balcón y ver el hermoso parque de enfrente… su corazón estaba latiendo rápidamente y algo muy íntimo en él se hincho de emoción, de saber que en el hogar de Teppei, habría un lugar especial para él.

-pues… tienes buen gusto, la vista es genial… tendrás que comprar muebles nuevos por que el sillón horrible de tu sala no Hara juego con el lugar…-

El azabache seguía recargado en el balcón y no se sorprendió mucho de sentir a Teppei acercándose a él y pronto estar rodeado entre sus brazos.

-toma…- Kiyoshi le estaba dando una llave… y Makoto se dejó hacer cuando los labios del castaño comenzaron a acariciar su cuello de manera gentil.

-cuando quieras dormir aquí conmigo puedes entrar sin problema… cuando quieras estar solo la otra habitación esta libre o puedes irte a tu departamento… eres libre de elegir Makoto…-

Pues… Makoto quería elegir… sexo en el departamento nuevo… los suaves susurros de Teppei y los besitos dados en su cuello y la erección apoyada en su trasero ya lo estaban poniendo cachondo.

Como pudo, se fugó de aquel cálido abrazo y entro de nuevo al departamento, buscando una de las habitaciones con la mirada y sonriéndole de manera muy significativa al castaño, invitándole de manera muda, le alcanzara.

Kiyoshi sonrió y comenzó a seguirle.

 

 

 

 

 

 

Izuki nunca había sido bueno para brindar palabras consoladoras a una persona. Menos aún, si esa persona había lastimado a uno de tus amigos. Pero ahí estaba Hyuga, bebiendo cerveza como si fuera agua y llorando a moco tendido.

-¿puedes creerlo? ¡Me estuvo llamando toda la tarde! ¡Ha de estar enojado conmigo porque no fui!-

Izuki suspiro cansado de tanta palabrería de borracho… la verdad le había agarrado cierta aversión a Hyuga… cada uno podía hacer con su vida íntima lo que quisiera, pero sin lastimar a terceras personas.

-debiste ir… tenían que firmar los papeles y todo habría acabado ya…-

Hyuga se sonó la nariz de manera escandalosa y con la rabia bien plasmada en la mirada, trato de enfocar al ojo de águila.

-¡no le voy a firmar nada! ¡En cuanto se divorcie de mi va a querer casarse con esa zorra y es algo que no le voy a permitir!-

Izuki tenía ganas de darle un buen capo en la cabeza al tonto este, desmayarlo y enviarlo por paquetería a la otra parte del mundo. ¿Pero que en nombre de dios estaba diciendo este estúpido? ¿Cómo se atrevía a negar algo que el mismo había terminado?

-¿te estas escuchando? Parece que la víctima aquí fuiste tú…-

Hyuga hipo, volvió a sorber por la nariz y dio un puñetazo en la mesa.

-¡soy la victima! Él dijo que me iba a amar por siempre… dijo… que… me… perdonaría todo…- el ex point guardian fue vencido por la borrachera y quedo noqueado en la mesa, profundamente dormido, roncando y con lágrimas en los ojos.

Izuki suspiro totalmente agradecido de que por fin dejara de decir tanta burrada. Sabía que el que estaba hablando no era el Hyuga que conocía, el que aceptaba sus errores y asumía las consecuencias, el alcohol estaba sacando sus más profundos deseos de realmente no darle el divorcio a Teppei y había agarrado mucho rencor contra Makoto.

Mañana seria otro día. Y seguramente Hyuga estaría más calmado y podría tomar la decisión correcta.

 

 

 

Kiyoshi sintió una grata nostalgia de entrar al corredor que iba a la dirección de la preparatoria Seirin. Hacia 14 años que había recorrido el mismo lugar con toda la emoción de un adolescente buscando conocer nuevos amigos, entrar al club de básquet, ser alguien del que sus abuelos se sintieran orgullosos… y lo había logrado. Tenía un grato sabor de boca cuando rememoraba aquella época.

Le encantaba comer despues de la escuela con todos los chicos de primero, los entrenamientos espartanos de Riko, los golpes correctivos de Hyuga, los malos chistes de Izuki, el infantil coqueteo de Taiga y Tetsuya, el ferviente amor que ya se notaba desde ese tiempo en Koga y Mitobe… sin lugar a dudas aquellos habían sido unos buenos años.

Suspiro con emoción y finalmente llego a la dirección donde pidió permiso para que le dejaran hablar con Hyuga. Le enviaron a una oficina donde tendrían la suficiente privacidad y su a un esposo no tardó mucho en entrar con gesto titubeante.

-como no contestabas mis llamadas tuve que venir a buscarte en tu trabajo… ¿estabas muy ocupado?-

Hyuga negó y de inmediato fue a sentarse en una silla a su lado, no enfrente de la mesa como sería normal…

-tengo una hora libre… podemos hablar sin problemas…-

El ojiverde se veía ansioso, emocionado de que le hubiera ido a buscar y casi podría jurar que hasta deseoso de tocarle.

Teppei guardo su distancia.

-quería decirte la nueva fecha para la firma del documento… y por favor… por favor no vuelvas a faltar Hyuga… tenemos que terminar esto por lo sano… -

Hyuga tomo la enorme mano de Teppei y sin que este pudiera evitarlo, comenzó a besarla con ternura… las lágrimas se aglomeraron en los ojos oliva y sus labios temblorosos continuaron acariciando la piel.

-Teppei… por favor… perdóname… dame otra oportunidad… solo una por favor…-

Kiyoshi se puso de pie y sin ser demasiado brusco retiro su mano de las de su aun esposo. Hyuga nunca había rogado por nada, menos aún se hubiera puesto a llorar. Verlo en ese estado hizo que la parte pequeñísima de Teppei que alguna vez quiso a este hombre sintiera lastima por verle así.

-no Hyuga… lo nuestro se acabó… ya no podemos continuar con esto… -

Las lágrimas derramadas corrían en las mejillas de Hyuga y caían literalmente hasta el suelo… Teppei tuvo un pensamiento totalmente hilarante ante esto… no pudo evitar recordar la única ocasión en que Hanamiya acepto ir con él al cine… habían ido a ver “el mundo mágico de Terabithia” y Kiyoshi había llorado a moco tendido con aquel tristísimo final… supuso entonces que sus lagrimones habían sido idénticos a los de Hyuga, que seguía llorando y ahora estaba intentando abrazarle.

Teppei lo sujeto de los hombros y sin querer sonriendo, lo que hizo que el llanto del menor se detuviera y le mirara con extrañeza.

-¿te estas burlando de mí? Estoy pidiendo tu perdón, estoy hablando con el corazón en la mano y rogando que me des otra oportunidad ¡¿y te estas burlando?! ¿Quieres vengarte? ¿Estas gozando esto verdad? ¿Es por Hanamiya? ¿Te ha estado metiendo cosas en la cabeza? ¡Cómo te atreviste con el! –

Teppei carraspeo la garganta y le indico con aquella gentileza que le caracterizaba a Hyuga, tomara asiento de nuevo.

-Hyuga… quiero decirte esto solo una vez para que lo entiendas… Makoto no tiene nada que ver con que quiera pedirte el divorcio… si yo no hubiera llegado ese día temprano te garantizo que seguiría siendo un cornudo… -

El ojiverde agacho la mirada en un gesto completamente culpable.

-rompiste mi corazón Hyuga… cada día que despertaba me imaginaba que tú y yo íbamos a estar viejitos en una mecedora viendo un atardecer… rompiste esa ilusión en mi… te odie como por dos horas y despues sentí que mi mundo se iba a terminar… me quería cortar las venas, ahorcarme, darme un balazo… pero estaba tan destrozado que no pude hacer otra cosa más que beber en el mismo lugar por una semana… me dejaste abierto en canal… y fue un milagro que lograra ponerme de pie… logre salir lentamente y creo que lo único que puedes hacer para compensarme es firmar ese papel…-

Hyuga sollozo y cubrió su rostro, con los hombros temblorosos, la mirada gacha.

-perdóname Teppei… por favor… déjame curar tu corazón… déjame redimirme… deja que el amor que sientes por mi crezca y podamos ser felices de nuevo…-

Y entonces, Kiyoshi supo que sin querer, Hyuga había dicho la palabra mágica.

Tomo el rostro de Hyuga para que le viera directamente a los ojos y con una triste sonrisa, dijo esto que ya sabía pero que no había logrado poner en palabras.

-Hyuga… ya no te amo… y quiero que me des el divorcio…-

El ojiverde dejo de respirar como por 30 segundos. Kiyoshi ya estaba contemplando si hacerle o no la maniobra de Heimlich, cuando Hyuga se derrumbó en su silla con tremendas lágrimas en los ojos y finalmente sollozo a viva voz, supo que en un par de minutos, el menor se repondría.

-nos vemos en dos semanas Hyuga… firma por favor… si no tendré que tomar medidas drásticas para que el matrimonio se absuelva y no quiero pelear contigo…-

Teppei salió del lugar con el alma más ligera, aunque no hubiera sido el lugar indicado, decirle todo eso a Hyuga había hecho que por fin se diera cuenta que ya no le amaba. ¡No le amaba! Era un hombre libre… aunque estuviera legalmente casado, por fin podía sentirse un hombre libre.

 

 

 

 

 

 

Hanamiya salió de la tienda de 24 horas y dio un sorbo a su café.

 Pues… había terminado su trabajo, había salido temprano y estaba muy tentado a ir al nuevo departamento de Teppei al que se había mudado ese fin de semana  y darse un buen revolcón, algo así como ¿la follada de estreno?. Pero tenía miedo.

El llavero que estaba en la bolsa de su abrigo pesaba a horrores… era como si la llave que Kiyoshi le hubiera dado estuviera latiendo, tentándole a ser usada, jalándolo magnéticamente hacia el hogar del castaño.

Tenía 4 días que no se veían ni se hablaban, y no exactamente por qué Kiyoshi lo estuviera evitando… es que… es que… cada que pensaba en Teppei se volvía estúpido, su mente siempre fría, lógica y calculadora como que se atrofiaba, quería estar viendo todo el tiempo al castaño, ronroneaba de felicidad cada que le abrazaba… incluso se le hacia super interesante despertar a mitad de la noche y verlo dormir profundamente…

Como si estuviera… como si…

Hanamiya se paró en seco ahí, a mitad de la calle y negó con la cabeza, ¡era estúpido si quiera contemplar algo tan irreal como aquello! Le estaba dando más importancia a las cosas de lo que realmente eran. Kiyoshi le había dado una llave de su nuevo departamento para que pudiera entrar y no obligarle a levantarse cada vez…

¡Aquello era más estúpido de pensar! Kiyoshi no iba por ahí dando llaves de su hogar para no levantarse…

Pero pensar en la respuesta lógica era… abrumador…

En un inicio le hubiera molestado, lo hubiera negado, hubiera asegurado que solo era sexo y nada más…

Tenía mucho que había dejado de ser solo sexo.

¿Cuándo había empezado?

¿Solo había dejado de ser solo sexo para él?

Kiyoshi tenía poco de haber terminado una relación que seguramente idealizaba para toda la vida. Para el castaño, Makoto siempre seria el hombre que le mando a romper la pierna durante la preparatoria, y que lo usaba como juguete sexual en sus noches de locura… seguramente era solo sexo para Teppei y como no quería estar solo… estaba todo confundido.

Al menos Makoto lo estaba.

Y por estúpida coincidencia de la vida, Hanamiya fue y se estampo contra un muro y su café caliente fue y se derramo en su mano.

Pero no era un muro.

Teppei yacía ahí, en medio de la calle viéndole con gesto preocupado, actuando rápidamente al ver que el líquido había quemado la pálida mano y comenzaba a ponerse roja e hinchada.

Makoto lo había hecho de nuevo. Mientras estaba perdido en sus ideas, sus estúpidos pies (que al parecer tenían GPS para la ubicación exacta de Kiyoshi) le habían llevado directamente al nuevo hogar del castaño.

El alto rodeo con toda su enorme mano la de Makoto, observándolo con tanta preocupación, que parecía que iba a soltarse a llorar.

-¿te duele mucho? ¿Aguantas hasta que lleguemos al hospital? –

-¿¡ah!? … ¿Por qué me quieres llevar al hospital por una quemadura de café?-

Kiyoshi lo estaba llevando casi a rastras hasta su departamento…mierda… lo que quiera evitar y ahora ya estaba ahí.

Apenas entraron, Kiyoshi le guio hasta el baño donde abrió la llave del grifo y remojo con agua fría la mano rojísima.

-perdón… no te vi… iba pensando en cosas y cuando chocaste contra mi… perdón…-

Hanamiya creyó conveniente aclarar que el también iba caminando totalmente distraído, pero el agua fría sobre su piel ardiente se sentía bien… además si dejaba que Kiyoshi le mimara un poco podría sentirse un poquito mejor.

-déjame ver…- con muchísima ternura, Kiyoshi seco la mano y despues aplico un ungüento que refresco la piel… el alivio en la piel quemada fue de inmediato y Hanamiya le sonrió en agradecimiento.

-ya está bien… no duele…- los ojos de cachorrito lastimado de Kiyoshi tenían el poder de ablandar hasta el corazón de piedra de Hanamiya.

-yo también iba distraído… - eso iba a ser lo más parecido a una disculpa por parte del azabache.

Entonces… Makoto se dio cuenta que no había sido el único herido de guerra.

En la camisa de Kiyoshi había una enorme mancha del líquido caliente.

Los ojos de ambos se enfocaron en la mancha y fue Teppei con esa estúpida sonrisa y ese tono bobo y esa despreocupada forma de ser el que anuncio.

-creo que… yo también me queme… - el corazón de Hanamiya se saltó como 50 latidos.

Como pudo, logro desabrochar la camisa y con muchísimo cuidado retiro la tela de la piel quemada. La piel estaba rojísima y amputada. ¿Cómo había aguantado tanto dolor? El sentía que su mano se había hervido con el líquido caliente… ardía como los mil demonios… ¿Cómo era posible que Teppei hubiera ignorado por completo su propio dolor para atender su mano?

-espera un poco…-

Hanamiya con la estúpida única mano sana, logro humedecer la toalla y la coloco en la piel lastimada. El frio aliviaría un poco el malestar.

-¿te duele mucho? ¿Tienes kit de primeros auxilios? –

-nop… nop…- esa estúpida respuesta toco los cojones de Makoto.

-¡tómatelo en serio! ¡Tienes ámpulas! –

-me lo tomo en serio… - se defendió el castaño, caminando directo al lavabo y tomando la misma pomada que le había colocado a Hanamiya.

-esta cremita es una receta de mi abuela… seguramente ya no sientes dolor… también ayudara a que no deje cicatrices…-

Aquello era cierto, ya no tenía ni un poco de dolor. Y Kiyoshi termino de embadurnarse a si mismo con la misma.

-tenía mucho que no nos veíamos… ¿quieres cenar? –

Bien quitado de la pena, Kiyoshi salió del baño, invitando a Makoto a que le siguiera.

La mudanza de Teppei había terminado y ya estaba totalmente instalado. El lugar tenía toda la esencia del castaño bien plasmada en todas partes.

Olía a él… los muebles eran pocos, rústicos y bastante acogedores, era alumbrado de manera suave y lo más bonito de todo, lo que sin lugar a dudas le llamo su atención, fue el enorme librero que yacía en un costado de la sala.

-muchos de ahí son tuyos… creo que tienes más libros que ropa…- Kiyoshi camino a la cocina y Makoto fue directamente al mueble para ver que en efecto, varios tomos eran suyos… pero los que estaban ahí y pertenecían a Teppei se veían sumamente interesantes.

-toda la ropa que encontré tuya está en la habitación libre… déjame decirte que tuve que mandar a arreglar varias de mis camisas porque misteriosamente no tenían botones… las que estaban desgarradas se fueron directamente a la basura…-

Aunque quería aparentar que le estaba regañando por maltratar su ropa, Hanamiya pudo darse cuenta que a Teppei le divertía la idea de que su ropa pasaba a mejor vida por su culpa.

-¿quieres vino? Me regalaron una botella hace poco… -

Makoto camino directamente a la cocina y ahí, en el dintel, miro como Kiyoshi estaba moviendo algo en un sartén y ya tenía servidas dos copas de vino.

Verlo de espaldas, sin camisa y hablando todo un monologo de cómo había obtenido esa botella de vino hizo que Makoto se sintiera… feliz…

-si quiero…- comento Makoto, con la voz temblorosa, tragando un fuerte nudo atorado en su garganta, con el corazón latiéndole a mil.

-si… ya te serví una copa…-

Hanamiya caminó directamente hacia Kiyoshi… cuando estuvo lo suficientemente cerca, apoyo su frente en la espalda ancha y desnuda del castaño y sujetó con la mano sana y temblorosa, la pretina del pantalón de vestir…

-vivir aquí contigo… si quiero…- decir estas 5 palabras fueron en serio, lo más difícil que en la vida, Makoto hubiera dicho.

Para los dos, dejo de existir todo sonido, Kiyoshi permaneció de pie, tieso como palo unos 30 segundos y como todo el valor que Makoto tenía, se había ido al decir esas palabras, creyó conveniente, salir del lugar y regresar como en un año.

Teppei no le dio ni oportunidad a que saliera de la cocina.

Le alcanzo de dos enormes pasos y lo tomo en volandas para comenzar a devorarle la boca con hambre.

-¿sabes que acabas de firmar pacto con el diablo verdad?-

La sonrisa de Teppei opacaba el sol, en serio. Y pensar que Hanamiya era el que había puesto esa sonrisa ahí, hizo que algo cálido se asentara en su corazón.

-pues… yo creo que tú te acabas de enredar en la telaraña…-

Kiyoshi les había llevado a la habitación.

-seré una mosca buena… no escapare…-

Hanamiya se dejó quitar la camisa y los pantalones…

Esta era la primera vez con Teppei como su… pareja… y aunque sonara absurdo… sentía nervios. ¡Estaba nervioso!

-tiene mucho que no lo hacemos en una cama… esta será nuestra noche de festejo… departamento nuevo, cama nueva, amor nuevo… -

Mierdaaa… que Teppei susurrara eso mientras calentaba su piel a besos debería de ser delito.

Hanamiya se arqueo contra él y ofreció mas piel, gimió con cierta vergüenza pues esta también sería la primera vez de ambos de esta manera… tan tierna, tan… lenta… como si quisiera dejar uno grabada a fuego, su esencia en el otro…

Notas finales:

pues les dejo este capitulo mas larguito por que creo que se lo merecen! cuanto apoyo para este fic! en serio no pense que les fuera a gustar tantisimo!!

muchas gracias, les estoy dejando tambien un capitulo de "el lobo, su alfa" y apoyenme a difundir!!! <3

 


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