Gracias a la influencia de Akashi, solo tuvieron que esperar dos semanas más y se les convoco nuevamente en el juzgado donde Hyuga y Kiyoshi se re encontraron y una vez les leyeron las cláusulas de la demanda de divorcio, los dos firmaron en común acuerdo.
Cuando Teppei agradeció al pelirrojo y se disponía a salir del lugar, Hyuga le detuvo con aquel gesto desolado que en otro tiempo, a Teppei le hubiera roto el corazón y hubiera movido cielo mar y tierra para quitarlo.
-supongo que eso es todo…- comento Hyuga con los ojos brillosos.
Teppei asintió en silencio y le estiro la mano a modo de despedida. Seguía sintiendo que un divorcio tan pacifico era lo más raro del mundo. En otra de las oficinas se lograba escuchar los gritos de una pareja. Ambos entraron al elevador, ahora que los papeles estaban firmados, Teppei podía tolerar un poco más la presencia del otro.
-Hyuga… no soy nadie para aconsejarte nada, pero sería bueno que vivieras un duelo adecuado… terminamos esto… terminaste con Riko y has de estar confundido… calma tus emociones… busca un amigo, sal, diviértete, embriágate… -
-tú eras mi mejor amigo y mi compañero de borracheras…- susurro el ojiverde, limpiándose un par de lágrimas y apretando los labios para no sollozar.
-ya no más… eso también se perdió… al menos durante un tiempo… así que cuídate… nos vemos…-
Kiyoshi se disponía a salir del elevador pero Hyuga, con aquella tremenda fuerza que siempre procuraba ocultar, le jalo de nuevo hacia adentro y cerrando con el botón de emergencias, emparedo al castaño y se lanzó contra el en un beso desesperado.
Kiyoshi solo tardó en reaccionar 3 segundos, apenas los labios de Hyuga habían tocado los suyos, una enorme ola de repulsión recorrió todo su cuerpo.
En definitiva ya no amaba a Hyuga, para nada.
-no vuelvas a hacer eso…- comentó de manera tajante, alejando a Hyuga de si y limpiándose los labios como si le hubiera besado un perro.
-es en serio Hyuga… no lo vuelvas a hacer o a la otra no respondo…-
El ojiverde le miro con verdadera sorpresa en su cara. Teppei nunca, jamás en la vida se había mostrado tan molesto con él.
-¿es en serio? ¿En serio ya no me amas? ¿Me golpearías? ¿Prefieres que te bese el?-
Ante lo obvio, Teppei se limitó a dar una seca cabezada y presiono el botón que abría las puertas del elevador.
-adiós…-
Hyuga miro como Teppei se alejaba del lugar y salía por las puertas de cristal sin lanzarle una mirada. ¿Así había terminado todo? ¿Todas las promesas de amor? ¿Todos los años de amistad? ¿Así terminaba todo?
Como pudo salió del juzgado y la verdad no se sorprendió nada, que hubiera comenzado a llover. Su interior se sentía igual de nublado.
Teppei ya no lo amaba…
Teppei ya no era su amigo…
Teppei era feliz con otro…
Y todo era culpa de Hanamiya Makoto…
Makoto entro al departamento y apenas vio a Kiyoshi, sentado en la sala, quiso salir corriendo de ahí.
Habían pasado dos semanas y no había podido decirle nada… es que… si le decía a Teppei que tenía que mudarse a Tokio en 3 meses, aquello podría ser tomado como una ruptura a la relación que apenas habían iniciado o dar un paso más grande a la misma. Ambas opciones eran más de lo que el podía tolerar. Kiyoshi le gustaba mucho, habían logrado adaptarse muy bien uno, al ritmo del otro, aunque varios de los amigos de Teppei se mostraron un poco reluctantes a aceptar la relación de ambos, su pareja le había dicho que mientras ellos estuvieran felices, que todos se jodieran (¡si!, ¡Teppei habia dicho que sus amigos se jodieran!) y aquello solo habia provocado que Makoto bajara mas sus defensas.
Kiyoshi Teppei, el bobo corazón de acero, con toda esa ternura y ese carácter tan ingenuo, habia hecho que el bad boy bajara todas sus defensas.
Se relamió los labios y casi corre de la sala a la habitación para tomar un pijama y escabullirse al baño.
Rápidamente se quitó la ropa y se metio debajo del chorro de agua sin esperar a que se entibiara.
Toda su mente estaba conflictuada. No quería terminar con Kiyoshi… tampoco quería que su relación subiera a otro nivel.
Makoto no era un hombre sentimental, no era alguien tierno, tampoco era alguien que se atara a las personas por estúpidas emociones banales que más adelante te harían sufrir… pero con Kiyoshi… todo era diferente.
Todo era muy diferente.
La cortina del baño se corrió y Teppei entro al cubículo, gloriosamente desnudo y de manera inmediata le abrazò por atrás, permitiendo que su cuerpo también se mojara y besando el hombro del azabache en un saludo tierno despues de toda una tarde de trabajo.
-¿Cómo te fue? ¿Qué tal tu día?-
Kiyoshi tomo el shampoo y comenzó a tallar el cabello oscuro mientras Hanamiya se recargaba contra el en una forma muy a su estilo de aceptar las caricias del castaño.
-bien…- se limitó a contestar el moreno y disfrutando los enormes dedos del bobo lavando su cuero cabelludo.
Tomando la esponja, Kiyoshi la lleno de jabón y comenzó a limpiar con suavidad todo el cuerpo de su pareja… aprovechando esto para darle un suave masaje en el cuello y los hombros, frotando con su mano libre el pecho plano, el vientre delgado, apretando un pezón cafecito y acercando toda la anatomía de Makoto a la suya y finalmente descendiendo a la entrepierna semi erecta la cual empezó a acariciar.
-estas muy quietecito hoy… ¿Qué te tiene estresado?- Teppei habia descubierto que cuando los limites de estrés de Makoto le sobrepasaban, se dejaba tocar, como si fuera un gato brioso que buscara algun distractor… ¿y si le compraba un raton de peluche?
Hanamiya se giró sobre su propio eje para mirar directamente al castaño.
Los emocionados ojos color chocolate atravesaban su alma. Si no era en este momento, si no lo decía ahora, mas adelante seria mas difícil…
-gane el concurso… y nos van a apoyar a mi equipo y a mí para patentar y comercializar el producto…-
El castaño sonrió lleno de orgullo tomo el rostro de Hanamiya y se inclinó para besarle con demasiada alegría las mejillas, la frente, los labios, parecía más una madre felicitando a su hijo que un hombre a su pareja.
Pero a Makoto aquello lo puso feliz.
-¡te dije que ibas a poder! ¡Me alegro muchísimo por ti! De seguro Hara ha de estar festejando a lo grande… ¿Qué quieres que te regale? ¿Quieres ir a cenar algo?
-idiota… eres un tonto… ¿Cómo puedes ponerte feliz por algo así? ¿Sabes lo que implica ganar esto? ¿Sabes lo que…?-
Su respuesta fue interrumpida cuando los labios de Teppei se posaron gentilmente en los suyos, callándole de manera efectiva, acariciándole dulcemente hasta hacerle sentir aquella mariposa estúpida que a veces sentía en el bajo vientre.
-se cuál era el premio… a nosotros los médicos también nos llega una invitación al concurso, ¿recuerdas que es ciencia y salud?… - Makoto abrió los ojos y la boca en un círculo perfecto y casi se da un golpe contra la pared a sí mismo. ¿Cómo habia omitido aquel pequeño e importante detalle?
-¿te mudaras a Tokio? ¿Es indefinido? ¿Quieres que te acompañe? ¿o te voy a esperar?-
Hanamiya sintió que sus piernas perdían fuerza ante esto.
¿Así de fácil? ¿Eso era todo? ¿se había estado atormentado dos semanas pensando una manera de confesarle a Teppei que se tenía que mudar a Tokio y no quería terminar lo suyo para que Kiyoshi con la mano en la cintura le diera tantas opciones en menos de 3 segundos?
Pero ahí estaba la palabra clave. Teppei le estaba dando opciones, no le estaba atando a si ni imponiéndole su compañía, incluso de manera implícita, el también le estaba dando a entender que no quería que su relación cambiara o terminara.
-si te dijera que nos vallamos… ¿te mudarías conmigo? ¿Qué pasa con tu trabajo? ¿El departamento? ¿Tu familia? ¿Tus amigos?-
Kiyoshi cerro la llave del grifo y tomo una toalla para comenzar a secar el cabello oscuro. Hanamiya le miro con cara de enfado y el castaño levanto las manos en señal de defensa sabiendo porque de aquella molestia.
-yo ya me había bañado… quise asegurarme que tu estivaras bien limpiecito porque tengo una buena noticia para ti…-
El alto continuó secando el cabello oscuro, la piel palida, cada pequeño rincón húmedo y sonrió emocionado cuando Makoto hizo lo mismo con él.
Una vez los dos estuvieron listos, para Kiyoshi no fue nada difícil levantar a Makoto entre sus brazos, permitiendo que el moreno le rodeara la pelvis con las piernas.
-el departamento esta rentado por 6 meses, si acaso un mes estará vacío y simplemente no renovare contrato, no pasa nada… familia no tengo, mis amigos seguirán siendo mis amigos y yo puedo trabajar en cualquier hospital… no pasa nada… ¿quieres que te acompañe? ¿Quieres que vaya contigo?-
El cuerpo de Hanamiya fue depositado en la cama y por reflejo, las piernas de este apretaron más la pelvis de Teppei, acercándole más a su propia entrepierna.
Kiyoshi pesaba mucho, pero ese peso le hacía sentir seguro, cómodo… feliz.
-si te pido que vayas ¿en serio te irías?-
-si es necesario esconderme en una maleta, claro que si-
Hanamiya enredo sus brazos delgados en el cuello fuerte del castaño y le atrajo hacia abajo, besándole lentamente, abriendo su boca en una muda invitación para que Kiyoshi profundizara el beso.
-en dos meses y medio me tengo que ir…-
-genial… pediré mi transferencia y empezare a buscar casa… a lo mejor unos días tendre que estar aquí en lo que se arreglan los tramites, pero prometo alcanzarte…-
Los labios de Kiyoshi besaron su delgado cuello, la clavícula marcada, los pezones duritos, la piel de su vientre y la erección alerta que reposaba en su ingle.
-festejemos que ganaste y que yo soy un hombre libre legalmente que podrá irse contigo a donde sea siempre y cuando quieras que estemos juntos…-
Era imposible que Hanamiya entendiera totalmente el significado de aquellas palabras… lo seria para cualquiera que estuviera siendo masturbado con tanta lentitud. Kiyoshi acariciaba su pene y besaba la cabeza de este de manera sugerente.
Kiyoshi ya era libre legalmente…
Era un hombre libre…
Y le estaba mamando la verga.
Arqueando su espalda ante el infinito placer, Hanamiya tuvo una extraña sensación en su corazón.
Kiyoshi ya estaba divorciado…
Kiyoshi había aceptado mudarse con el…
Kiyoshi era suyo…
Suyo, suyo…
Como pudo se impulsó un poco, obligando a que Teppei estuviera recostado en la cama, en lo personal le gustaba que se la mamaran… pero que te lo hieran mientras tú hacías era mejor…
Así que maniobrando un poco, puso su vientre caliente en el rostro del castaño y su cara fue a parar a centímetros del tronco grueso y lleno de Teppei.
La respuesta de ambos fue inmediata… comenzaron a felarse con verdaderas ganas, saboreando la piel limpia, acariciando con las manos y la lengua cada venita que resaltaba, chupando el pequeño meato…
Makoto se detuvo y apretó la sabana entre sus puños cuando la lengua de Teppei comenzó a acariciar su intimidad, abriéndole suavemente, humedeciéndolo mas, preparándolo para el…
-ven… móntate en mi…- a Kiyoshi no le costó mucho acomodar a Makoto encima de él, manteniendo firme su erección para que el moreno se empalara en él.
Ambos sisearon de placer.
Ambos se movieron buscando complacer al otro.
Los dos continuaron mirándose fijamente mientras era arrastrados a una ola de pasión y emociones cada vez más y más fuertes.
Se iban a Tokio.
Y Makoto interiormente se sintió completo despues de mucho tiempo.