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fue el por yuki666

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Notas del capitulo:

capiitulo nuevo!!

 

-Kiyoshi… bienvenido…- a Teppei se le crisparon un poquito los nervios cuando vio a Taisuke Otsubo acercarse a él. No es que tuvieran una mala relación de compañerismo o que le molestara su presencia, lo que pasaba es que el moreno es el que había quedado con el cargo de jefatura de pediatría al Kiyoshi rechazar (si, la había rechazado) la oferta que le habían brindado a él.Era un secreto a voces el por qué lo había hecho, las enfermeras y algunos médicos le dedicaban cierta miradita de lastima ante su situación y cuando se acercaba a algún grupito, todos guardaban silencio y se dispersaban para “trabajar.

-gracias jefe… ¿hay algo en lo que pueda apoyar? Termine todos mis pendientes que había dejado de antes de partir de vacaciones, también he ido a la primera ronda de revisión de los niños hospitalizados y ya hice las valoraciones de urgencias…- ¿obsesivo? ¿Quién?

Otsubo miro a Kiyoshi con muchísima empatía, el castaño había trabajado arduamente en toda la mañana, parte de la tarde y de hecho ya parte de la noche… pero su jornada había terminado hace ya bastantes horas, por lo que se había visto en la necesidad de ir a verlo y hacerle una cortes invitación a que se pasara a retirar.

-¿Qué te parece si vamos por un trago? Tiene mucho que no vamos a ese bar…- Kiyoshi se mostró un poco reacio a aceptar la oferta, ESE bar era de los lugares que frecuentaban Otsubo, su esposo Miyagi, Teppei y Hyuga… la verdad no quería ir.

Y como si fuera un grandísimo milagro, como si el destino hubiera conspirado a su favor despues de muchísimo tiempo, su teléfono sonó.

Otsubo le dio espacio para que atendiera la llamada.

-¿diga?-

-necesito de tus servicios hoy cubre descansos… estoy estresado, de mal humor, con un exceso de alcohol en las venas y caliente como olla…-

Makoto y sus sutilezas.

Y aquí Teppei tuvo un debate con su yo interno… beber con el jefe y hablar de eso… o tener una noche loca con aquel gato huraño…

Prefirió al gato huraño.

 

Se habían quedado de ver en un hotel que habían frecuentado  un par de veces, incluso siempre que iban tomaban la misma habitación y apenas sabían que ya había servicio público en la madrugada  cada uno tomaba su dirección con un breve “hasta luego” y se iba cada quien por su lado.

Apenas Kiyoshi había entrado supo que algo malo había pasado.

Hanamiya había corrido a su encuentro totalmente desnudo y se le había colgado como changuito, enredando los brazos en su cuello, las piernas en su cintura y moviéndose de esa manera sugestiva que nunca, nadie en la vida alguien podría rechazar.

-hey… hey… ¿Qué pasa si hubiera sido el de intendencia? No puedes atacar al primero que cruce la puerta de esta manera…-

Makoto gruño, le dio un larguísimo lametazo en la oreja, mordió su cuello y continuó restregándose contra él, casi… casi desesperadamente.

-si hubiera sido el de intendencia dejo que me folle… incluso le hubiera quitado la escoba y me meto el palo por el culo yo mismo…-

Teppei ya se estaba acostumbrando a aquella manera tan vulgar de hablar y aquellas bromas tan pero tan raras, se había reído con ambas cosas.

-entonces que bueno que entre yo…-

Como pudo, Teppei logro desabrocharse los pantalones y froto su erección para que se endureciera. La verdad no se había esforzado mucho, los roces de Makoto ya le habían dado un buen estimulo.

-no me he bañado…- advirtió Kiyoshi. Por regla general, con Hanamiya siempre tenía que bañarse primero, remojarse un rato y despues secarse hasta quedar bonito y a su gusto.

-metelooo… siento que me quemo… yo ya me prepare…- aquella urgencia… definitivamente a Makoto algo le había afectado tanto que estaba así… pero primero lo primero.

Recargando al gato huraño contra la pared, Teppei tanteo con sus dedos la lubricada y tibia entrada, en efecto, Hanamiya ya se había preparado para el así que le deslizo por el tronco hasta tenerlo bien enterrado en su cadera.

Hanamiya se aferró a su espalda, se movió por cuenta propia buscando ser golpeado en donde más le gustaba y gruño en su oído mientras jalaba su cabello.

El moreno era rudo, Teppei a veces temía que le fuera a dejar una zona alopécica.

-cama… cama… - maulló el moreno, aprontando mas sus piernas para que el otro no le fuera a tirar por las prisas de obedecerlo.

Una vez su cuerpo toco el colchón Makoto libero al castaño de su interior y se puso en 4, hundiendo su rostro en la colcha y apretándola entre sus puños.

En ese par de meses Teppei había observado al moreno detenidamente.

Cuando Teppei estaba ebrio y no sabía ni lo que hacía,  Makoto solía montarle y despacharse solito.

Cuando Hanamiya estaba muy estresado o de mal humor solía ser agresivo, demandante, rudo, le gustaba que se movieran en el rápido y le hablaran sucio.

Cuando Makoto tenía alcohol en sus venas era cuando se ponía un poco más tierno y se podían pasar horas y horas besándose.

Este Makoto solo quería indicar algo y Teppei no quería entrar en ese juego.

Así que lo cogió por los hombros y lo obligo a hincarse, el moreno efectivamente estaba tratando de ocultar algo porque en seguida rehuyó su mirada.

-Makoto…- Teppei se inclinó hacia abajo y obligando a que el otro le mirara comenzó a besarle suave y húmedamente.

Makoto sollozo ante la suave caricia y Teppei se sorprendió que ni una lágrima había salido de aquellas orbes oscuras.

-házmelo… solo… házmelo…-

Teppei no dejo que Makoto  volviera a ocultar su rostro en la ropa de la cama, se hinco detrás de él y le levanto hasta sentarlo en su pelvis, llenando su intimidad, abrazándolo fuertemente, viendo con detenimiento el sudor que escurría de sus cabellos oscuros al cuello y reseguía la fina línea de su espalda para despues inclinarse hacia enfrente y lamer la delicada zona.

 

Makoto le dio la espalda por muchísimos minutos despues de aquello.

Teppei pensó que en algún momento se soltaría a llorar y diría aquello que le estaba afligiendo tanto.

Pero Hanamiya no dijo nada y Teppei no creía prudente preguntar.

-tengo frio… - susurro el moreno y el corazón de hierro supo que aquella era la única manera “linda” de pedir un abrazo.

Teppei les cubrió a ambos con la sabana y se recostó a un lado del moreno.

  

 

                      ***************************************

Hanamiya despertó a las 2:45 de la mañana y se quedó quieto, dejando que el cuerpo somnoliento de Teppei le aplastara contra el colchón y le transmitiera de su calor.

Tenía que irse, debía hacerlo pero no quería, no podía, si se ponía de pie y salía hacia su destino sentía que el peso de la realidad le golpearía como mazo y tardaría muchísimo en recuperarse.

Estaba solo… prácticamente y literalmente estaba solo en el mundo. Su madre había muerto en la tarde y los médicos del hospital le habían llamado para solicitar se presentara con los servicios funerarios y a liquidar la cuenta de la clínica que le había atendido en los últimos años.

Todo había sido un burrunazo de hechos a partir de esa llamada. Creía vagamente haber ido a un bar que ni en sus días mas locos iba, había tomado muchísimo, le habían robado la cartera, lo habían querido manosear, salió del lugar a trompicones y se había resguardado en ese hotel donde se había dado una ducha larguísima que le había dado la suficiente cordura como para llamar a Kiyoshi.

Y ahora estaba ahí, sin saber que hacer o cómo actuar. Tenía 29 años no era un jodido sabiondo que enterrara a personas todos los días.

Kiyoshi se movió detrás de él y como si estuviera acariciando un animal pequeño, deslizo su enorme mano por toda su espalda y termino posándola en una de sus nalgas.

Mierda… Kiyoshi en serio tenía todo enorme… o a lo mejor su trasero era muy pequeño.

-duerme… ¿en qué piensas?- el castaño había hablado más dormido que despierto, como seguía con los ojos cerrados, Hanamiya se giró para verlo de frente.

-mi madre murió… tengo que ir por ella al hospital…-

19 segundos despues, los enormes ojos de Kiyoshi se abrieron aún más enormes, llenos de sorpresa, confundidos.

-¿dijiste que… tu… madre murió?-

Teppei había dicho aquello con un profundo pesar, no sabiendo muy bien qué hacer con aquella información.

-ayer por la tarde…- concluyo Makoto por él, mordiéndose la uña del pulgar.

-te acompaño… - Teppei ni se lo pensó, ni dudo. Se puso de pie en la oscuridad de la habitación y corrió al baño a darse un regaderas rápido. Despues de salir obligó a que Makoto hiciera lo mismo y tomaron un taxi que les llevaría a su casa para recoger el auto del castaño.

 

Makoto estaba cansado. Le dolía la cabeza y los hombros y agradecía infinitamente que todo hubiera acabado ya.

Kiyoshi que sabía de estos trámites había agilizado todo y gracias a el ahora su madre yacía hecha polvo en una caja.

Aun no podía creer que estuviera muerta, ni que estuviera en esa caja, menos aún que tendría que volver a esa casa horrible para deshacerse de todo y vender el inmueble. No pensaba conservarlo. No quería nada de ahí, ni de ella…

-¿estás bien?- Teppei estaba manejando regreso a la ciudad, ninguno de los dos había pegado ojo en dos días y Hanamiya entonces recordó que el tontorrón este apenas se había reincorporado a su trabajo. Ahora por su culpa ya tenía faltas y Teppei no le había dicho ni reclamado nada de eso.

-quiero dormir… me duele la cabeza-

Teppei detuvo el auto en la orilla de la carretera y bajó, abrió la cajuela y en seguida Makoto sintió que su puerta era abierta.

El escalofrío que sintió con la corriente de aire fue de inmediato interrumpido con la calidez de una manta cubriéndole.

Teppei baka Kiyoshi le estaba abrigando como si fuera un niño pequeño, había inclinado el asiento hacia atrás para que se recostara e incluso acariciado su cabello.

-descansa… en cuanto lleguemos te despierto- parecía que le estaba hablando a uno de sus mini pacientes o a un animal nervioso.

Makoto opto por cerrar los ojos y apretar en su puño la manta, respirando lentamente, calmando aquel extraño nudo que se había formado en su estómago, subido por su garganta y exigía desesperadamente salir en forma de lágrimas. No iba a llorar, ya ni sabía que era eso… y no lo quería recordar ahora.

Teppei era un hombre cálido, era bueno…

Los dos continuaron en silencio todo el camino, Teppei veía fijamente el camino, Makoto medito con los ojos cerrados.

¿a qué estaba jugando? ¿Por qué cuando el médico le había dado aquella noticia en la primera persona que había pensado había sido en Kiyoshi?

Hara, Seto y Furuhashi eran amigos suyos de prácticamente media vida, pero cuando le habían dicho aquello, cuando le habían pedido ir… Teppei fue el único al que quiso recurrir… fue su lancha salvavidas, y no se arrepentía.

Y eso es lo que lo estaba matando de angustia.

Notas finales:

Ya vali!! xD se supone que iba a durar unos 2 o 3 capitulos y ya se armo todo un drama en mi cabeza!!! La verdad ya no se cuantos capitulos vaya a durar esto… asi que espero que me sigan apoyando en esta historia. :3


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