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Ni tan casados por jotaceh

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Día 109: Por algo se empieza 

 

A veces necesitas caer muy bajo para entender algunas cosas de tu vida. Supongo que es un mecanismo que tiene el destino para decirte "Hey, has sido muy estúpido, ¡reacciona!" Algo así como una bofetada kármica.

 

-¿Entonces me amas? - le pregunté a Manuel cuando nos quedamos a solas en mi cuarto.

 

-Claro, si siempre te lo he dicho. Eres tú quien no entiende nunca - parecía más bien un reto.

 

Aún estaba borracho, por lo que no pensaba muy bien. Y como estaba triste, decidí hacer algo que no me atrevía hace tiempo.

 

-Fóllame - le supliqué a mi primo por un poco de verga.

 

-Bueno - respondió.

 

Me encanta nuestra buena comunicación, y es que al instante el hombre se bajó los pantalones y me dejó ver su gran dotación.

 

Así, llevé la carne a mi boca y la succioné como si me hubiera convertido en un bebé con su biberón.

 

-Ten más cuidado con tus dientes - replicó el macho.

 

-Lo siento, pero esta guagua está grande y necesita su inyección - quería llegar más lejos.

 

Sutilmente me saqué toda la ropa. Apenas pude y es que todo me daba vueltas. No importaba, traté de hacerlo lo más sensual posible, mostrando mi piel suculenta.

 

-¿Estás bien? ¿Por qué convulsionas? - preguntó el muy tarado.

 

-¡No convulsiono! ¡Soy sensual! - nadie aprecia lo mucho que me esfuerzo.

 

Después de dejar mi ropa en el suelo, me puse en cuatro patas sobre la cama y con toda la lujuria del mundo lo insité a que me follara.

 

Y no sé si habrá sido por la poca práctica o porque a Manuel le creció el manguaco, pero su penetración me dolió más que parto de cabezón.

 

-¡Dios! - grité cual monja.

 

Sé que lo peor en esos momentos es quejarse y es que hay que ser valiente. Siempre una guerrera, nunca una inguerrera. Tan solo que fue tanto el dolor, que no pude evitar gritar. ¿Habrá influido el alcohol? Quizás se me hace chiquito con el ron.

 

-¿Volviste a ser virgen? - preguntó como si eso fuera posible.

 

-Es que me has tenido tan abandonado - y comencé a llorar al recordar lo solito que me he sentido.

 

Olvidamos las palabras y continuamos con el acto carnal. Me aguanté las ganas de chillar mientras el campesino introducía más y más su erección.

 

Ok, si solo es cosa de tiempo hasta que se dilate por completo, debo ser paciente y esperar.

 

-¿Qué es esto? ¿Es sangre? - Manuel preguntó mientras se llevaba la sustancia cerca de los ojos para dilucidar su procedencia.

 

-¡No! ¡De nuevo no! - recordé cuando terminé en urgencias tras conocer al elefante humano.

 

Y como esa vez, me desmayé como si fuera una princesa desvalida.

 

Lo bueno de embriagarse es que después duermes como si fueras un bebé. Lo malo viene al despertar y es que mi cabeza parecía una bomba a punto de explotar.

 

-¿Cómo te sientes? - a la primera persona que vi fue a Diego.

 

¿Qué hacía él en ese lugar? De inmediato recordé lo que le grité cuando estaba en el umbral de la ventana.

 

-Ay, lo siento. Lo que te dije era una broma, ¿cómo vas a creer que quiero contigo? - mierda, se me había salido.

 

-Lo sé, no te preocupes, todos hemos estado borrachos - y no sé por qué en ese momento ese adjetivo me molestó.

 

O sea, siempre te pueden molestar que te gusta tomar alcohol, pero que te lo digan después de una borrachera, es como si te clavaran un cuchillo en el abdomen.

 

-¿Qué haces aquí? - le pregunté extrañado.

 

-Lo que sucede es que Renato quiere hablar contigo, pero como nunca despertabas se marchó - uy sí, todo tiene que ver con su marido.

 

-¿Está enojado porque le conté toda la verdad a Michael? - tenía la duda.

 

-La verdad es que un poco, pero lo que realmente quiere saber es si es verdad que tienes grabaciones de Red teniendo sexo con Manuel - ahí me acordé que había revelado mi secreto.

 

-Ay, sí. No es algo que me enorgullezca, pero tomé ese mal hábito de una vieja amiga. De hecho, tengo una del armario de la cocina. Ahí dónde Renato te la succionó - me reí un poco al recordar que los sorprendí.

 

Diego enrojeció al ser descubierto. Todo recto y buen muchacho, pero en realidad es una fiera. Que afortunado es su esposo.

 

-Ok, te creo entonces. Hablando del negocio, supongo que vamos a utilizar esos videos para hacer la película ¿verdad? - venía a convencerme, lo sabía.

 

-No lo sé, es complicado, porque fue grabado sin consentimiento de Michael. Nos puede denunciar - tampoco soy tan estúpido.

 

-Sí, eso es verdad, pero nosotros recordamos que cuando trabajó con nosotros se marchó teniendo un contrato vigente de por medio. Nunca lo denunciamos, pero ahora podemos chantajearlo con eso. Él nos amenaza y nosotros hacemos lo mismo - sacó su faceta maleante.

 

-¿Estás seguro? - todo me parecía extraño.

 

-Obvio, confía en mí - el hombre tomó mi mano para jurarme lealtad.

 

Qué hombre más tierno. Tan solo que en ese preciso momento estaba ingresando a la habitación Manuel y nos vio con las manos tomadas.

 

-Lo siento, interrumpo - su cara se desfiguró al pensar que tenía una relación con Diego.

 

Tenía la opción de dejarlo pensar lo que quisiera, que no me importara como suelo hacer, tan solo que esta vez mi corazón me exigía que fuera sincero y le dijera la verdad.

 

-¡No! ¡No pienses mal! Él solo trata de convencerme que los ayude con su película porno, pero nada más. La única persona que a mi me importa eres tú - dije mientras apenas me levantaba de la cama.

 

¡Por fin! Por fin había sido sincero con mis sentimientos. Me sentí tan bien que parecía como si hubieran mariposas en mi estómago. Luego me percaté que en realidad era todo el licor que había bebido. Y terminé vomitando sobre Manuel. Terrible todo, ya no tengo decencia, pero sí amor. 

 

 


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