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Ni tan casados por jotaceh

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Día 120: Hasta siempre 

 

Desperté con un fuerte dolor de cabeza, como si me hubieran reventado una bomba en el cerebro. Apenas podía abrir los ojos y es que la luz intensa que se colaba por la ventana me impedía divisar qué había a mi alrededor.

 

¿Cuál había sido mi último recuerdo? Traté de hacer memoria mientras me tomaba la cabeza con ambas manos.

 

Tenía cierta noción de haber ido con Claudio y más gente a un restaurante muy caro en Las Vegas. Claro, ahora entendía que ni siquiera estaba en mi país, había viajado hasta los Estados Unidos porque aquel que fue mi amigo nos había invitado.

 

Llegó fugaz el recuerdo de escuchar a aquel hombre confesarle a la señora Mauri que estaba arrepentido, que se sentía muy solo y que se había dado cuenta que lo amaba. Sí, era verdad, después de haber sido un desgraciado con todos, al final recapacitó y decidió que quería pasar el resto de su vida al lado de la marica reina.

 

-Ya no quiero pasar más tiempo alejado de ti, ¿quieres ser mi esposo y compartir todo nuestro dinero? -

 

Habíamos llegado recién al aeropuerto de la ciudad, apenas habían hablado ambos y de inmediato él le propuso matrimonio.

 

-Me engañaste, me robaste mi dinero, me trataste como una basura ¿sabes cuánto lloré mientras me follaban los putos de Nicolás? Casi ni podía acabar por secarme los mocos... Y ahora vienes con tu cara de niño bueno a pedirme perdón y que me case contigo. ¿Acaso esperas que caiga de nuevo en tus mentiras?-

 

Me sentía orgulloso y es que al parecer, después de tanto tiempo por fin la vieja tenía un poco de amor propio.

 

-Pues me conoces bien, porque ya caí y me voy a casar. Ahora agárrame que me tienes que sacar en brazos del aeropuerto -

 

Y bueno, hay gente como Clarisa que sí puede cambiar y otros como Mauri que ni aunque le roben todo, es capaz de madurar. En fin, como es mi amigo tenía que acatar sus decisiones. Eso y que la fiesta sería en el Caesars Palace, uno de los hoteles más caros de la ciudad del pecado.

 

Aquel lugar decorado finamente con ornamentas griegas nos sorprendió por todo el lujo que poseía. Claudio nos pagó una habitación a cada pareja. Una a Clarisa con Bárbara, a Gabriela y Florencio, y otra para Manuel y yo.

 

-Espero ya no tengamos enemistades - le comentó el millonario a mi novio.

 

-Mientras no veas a Nico con otros ojos -

 

-Eso jamás, ahora solo tengo ojos para Mauri -

 

-Por eso lo digo, no hay mucho que ver y te vas a cansar luego -

 

Mejor le cerré la boca al campesino y es que la vieja estaba justo al lado escuchando todo.

 

Nuestro cuarto era lujoso, con un jacuzzi en la mitad, con piso de mármol, cortinas  bordadas en hilos de oro, y una cama de los mismos dioses, tan blanda y grande que podía saltar como My Little Pony sobre el pito de Manuel y no me caía al suelo. ¡Qué lujo!

 

Lo mejor es que había champaña en el bar, por lo que para celebrar me tomé una botella. Creo que eso me hizo mal porque cuando salí para asistir a la boda de la señora Mauri, ya todo me daba vueltas.

 

-¿Y se van a casar tan rápido? -

 

-Así es Las Vegas, cualquiera puede casarse -

 

Y después de eso... No recuerdo nada más... ¿O sí?

 

Algo en mi interior me decía que las cosas no estaban bien. Asustado abrí por fin los ojos y me encontré con un trasero, alguien seguía durmiendo a mi lado.

 

Tuve que levantar la almohada que estaba sobre su cabeza para ver de quién se trataba. Respiré aliviado al darme cuenta que era Manuel. Muy bien Nico, no te folló nadie más.

 

¿Entonces qué debía recordar?

 

Volví a tocarme la cabeza y en ese momento me percaté que una argolla estaba alojada en mi dedo anular.

 

-¡¡¡POR LA MIERDA!!! -

 

Sabía que no tenía que tomarme otra botella de ron en la fiesta. Claro, había copiado a Claudio y me terminé casando con Manuel.

 

-¿Qué pasa? -

 

Mi novio se despertó por el grito.

 

-¿Nos casamos? -

 

-Sí, ayer me lo pediste, fuiste muy romántico. Llegaste montado en un caballo blanco, totalmente desnudo. Te bajaste, me regalaste una rosa roja, te arrodillaste y me dijiste que ya estabas cansado de fingir, que en realidad eres alguien apasionado y que lo único que querías era volver a casarte, pero esta vez con la persona que amas, o sea yo... Después vomitaste, pero trataré de no recordar eso -

 

Y no solo estaba casado, sino que había hecho un escándalo monumental. 

 

¿Qué iba a hacer ahora? ¿Acaso quería estar casado nuevamente? Tomé la decisión borracho, eso no debería contar. Aunque por ahí dicen que los ebrios siempre dicen la verdad, tal vez sí quiero unirme con Manuel. 

 

-¿Entonces estamos casados? - 

 

-Sí, y me hace muy feliz - 

 

Sonreía como si fuera un niño pequeño. Aunque no estoy muy seguro, seguiré adelante con esto, total, uno nunca está completamente seguro de nada. 

 

Iba a besar a quien es mi esposo, cuando una idea pasó por mi cabeza. 

 

-¿Dónde está mi hijo? - 

 

Se me había olvidado por completo, ¿acaso lo habíamos llevado al viaje? Ni de eso me acordaba. 

 

-Lo ha tenido todo el tiempo Clarisa, está en su cuarto - 

 

Eso me aliviaba mucho y es que si lo hubiera llevado yo, probablemente lo hubiera perdido. 

 

-¿Y el burdel? - cabía la posibilidad que sin mí, el negocio se fuera en picada. 

 

-Quedó en buenas manos, no te preocupes, si al final nunca te has hecho cargo tampoco - 

 

OK, estaba bien. Entonces, ¿por qué no podía sacarme esa sensación que algo iba mal? 

 

-No te preocupes, amor. Todo está bien, tienes una familia que te ama, un esposo que te ama, el negocio va bien, tienes salud... Todo está bien en tu vida - 

 

Manuel me consolaba, pero no tenía por qué. Tenía razón, las cosas por fin me estaban saliendo bien y era eso lo que me sorprendía. Por primera vez en mi vida podía decir que era realmente feliz. 

 

-¿Y si tengo cáncer? - 

 

Pero no, no estaba enfermo. Y las cosas no se pusieron feas de nuevo. Todo ha salido bien, soy feliz y estoy rodeado de personas que me aman. Supongo que es suficiente para mí. 

 

El camino ha sido largo, no muchas veces me fue bien, pero hemos llegado al final. No es que me muera después de ahora, tan solo que ya no les contaré sobre mi vida, no porque no quiera, sino que porque no es tan entretenido cuando comienza todo a salir bien. 

 

Les agradezco por haber leído mis problemas, espero que lo hayamos pasado bien y que en algún momento, volvamos a vernos. Les dejo invitados a mi burdel, donde siempre podrán satisfacer todos sus deseos, hasta los más extraños. 

 

 

Con cariño, 

 

Nicolás. 

 

 

P. D. Si quieren chismes, aquí se los traigo:

 

Clarisa se casó con Bárbara después de seis años de noviazgo, creo que tenía miedo de verse opacada por la rubia al estar ambas vestidas de novias en el altar. Así es que esperó hasta engordarla lo suficiente para que las dos se vieran mal. 

 

Leticia siguió con Eric y tuvieron otro hijo más, ahora es una feliz dueña de casa. Si es que eso existe. 

 

Gabriela siguió con Florencio. A veces encuentro al anciano vestido de enfermera y a la gorda de cazador. No sé qué juegos inventan. Y obvio, viven con nosotros. 

 

La señora Mauri se dio cuenta que el amor dura más que el dinero, y es que Claudio ya había gastado toda la herencia. Siguen juntos, aunque ahora no les veo tan felices como en Las Vegas. 

 

Gabriel ha crecido un montón, camina y le han salido los dientes. No me voy a dar ni cuenta y ya será todo un adulto. Qué viejo que estoy. 

 

Manuel ya no rinde como antes, parece que el matrimonio le sentó mal, por eso le doy todas las mañanas media pastilla de viagra con el juguito, y santo remedio, volvió a ser el mismo de siempre. 

 

 


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