Día 14: Bares
-Bueno.... Si no te gustan los hombres que te traigo. Búscalos tú mismo... - es lo que me respondió Gabriela muy enfadada el otro día.
Luego del vagabundo que me trajo, no se le ocurrió nada más que traer a un jovencito punk.
-Ando en búsqueda de mi identidad sexual, por eso quiero probar con un sugar daddy como tú... - fue la forma en que se presentó el chico de cabellera estrafalaria.
Ay no, si parece que no hay varones decentes allá afuera. Le alegué a mi amiga por sus intentos, que estaba agradecido por su ayuda, tan solo que no servían de mucho.
Así ella se enfadó y prometió no buscarme una cita nunca más. Aunque...
- Sigues siendo mi mejor amigo, independiente de cómo me rechazas, así que te traje datos de bares gay en la ciudad... - mencionó al otro día cuando llegué de mi trabajo.
-Yo te acompaño y te ayudo a conseguir a tu macho... - la gordita incluso se ofreció a acompañarme.
-No, gracias, ¿qué harías tú ahí? - me pareció muy extraño su ofrecimiento.
-Ir al baño... - respondió apenada.
-Pero si tienes baños acá, ¿para qué...? - me detuve en seco, porque solo en ese momento me acordé de lo sucedido en el gimnasio.
Gabriela se había metido al baño de hombres para verlos desnudos y.... Tocarse. En realidad es una pervertida.
Debo reconocer que me dio vergüenza ir solo, así que acepté la compañía de mi amiga, aunque supiera sus intenciones. Era como si fuéramos juntos a ver porno.
Fuimos al primero de la lista: Pasión. El nombre prometía, así que entramos esperando lo mejor. ¿Y qué encontramos? Solo viejos en cuero, con bigote y ebrios a más no poder. Era como la vieja escuela de la homosexualidad.
-¿Vamos a otro? Ninguna de estas momias me calienta... - aseguró Gaby.
-Ni a mí... - dije aún sorprendido por lo decadente del lugar.
Nuestro segundo bar era más iluminado, lleno de vida, colores y música de moda. Y por sobre todo, chicos delgados con ropa apretada, mirada coqueta y movimientos de trasero enérgicos.
-¿Activo? - preguntó el primer hombre al verme.
Esa sola pregunta sirvió para que todos quienes estaban allí dejaran lo que estuvieran haciendo y se centraran en mí, el nuevo.
Activo... ¿Activo?... ¡Activo!... Comencé a escuchar desde todos los rincones del antro. Todos me miraban y se reclaman los labios.
Este es más guapo... Mira que porte... Tiene cara de potro... Eran los comentarios que escuché después.
-Maravilloso, una orgía. Nos quedamos.... - respondió Gabriela, sin consultarme.
Yo quedé pasmado, porque ya imaginaba que todos venían hacía mí para violarme. Colapsé, no pude moverme y me quedé allí.
Para mi suerte y sorpresa, no era a mí a quien querían toquetear, sino que a mi amiga.
Que hombre más grande, me encantan los gorditos... Hombre, que lo quiero morder... Habían confundido a mi amiga con un hombre.
No tiene polla.... ¡No tiene polla!... ¿Sin polla ? ¡¡Sin polla !!... ¡Falsa alarma! Repetían todos como loros, antes de regresar a sus puestos y seguir con los suyo.
-Por un momento estuve en el paraíso... - mencionó Gabriela entre sollozos mientras nos íbamos.
-Creo que deberías depilarte el bigote, por eso te confundieron... - traté de no reírme y es que todo me pareció cómico.
-Para la otra vez vendré con un calzón con dildo... Así esos ángeles siguen con su toqueteo... - prosiguió.
-Vienes sola, porque ya me cansé de los bares... Creo que mejor me meto a un chat gay... - esa la mejor forma de conocer gente, supongo.
-Mejor a uno con vídeo cámara, es más entretenido... - me aconsejó Gaby.
¿Por qué mierda ella sabe más del mundo gay que yo?