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Ni tan casados por jotaceh

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Día 33: Escándalos

-Primero mi mejor amigo es maricón ¿y ahora tú también?... Esto debe ser una broma.... - terminó diciendo Claudio, antes de derrumbarse en el sofá.

-¿Mejor amigo? - pregunté con ironía.

Éste todavía se cree una buena persona, cuando no es más que un desgraciado. Se acostaba con quién se suponía mi esposa. ¿Y ahora me recrimina por ser Gay?  Sí que es descarado.

-De todos modos, esa criatura es mía y me voy a encargar de ella.... - Claudio seguía molestando.

-¿Qué parte de soy lesbiana no entiendes? - se enfureció Leticia.

-Pues tú se todo lo que quieras, pero mi hijo o hija merece conocer a su padre y no le voy a negar ese derecho... - insistía el costal de mierda.

En toda la discusión que vino después, Gabriela no comentó nada, estaba muda como nunca antes la había visto.

-¿Y qué le viste a esa gorda?... Si es horrenda.... ¿Qué tiene ella que no tenga yo? - Claudio no podía entender que Leticia lo haya rechazado.

-¿Qué crees tú?... Tiene una vagina.... - la embarazada fue directa, nunca la había visto tan tortilla.

Y en ese momento comenzó a temblar. No, en realidad Gaby se desmayó de la nada y remeció toda la casa. Lo primero que vino a mi cabeza, fue que no pudo resistir no hablar y por eso se desvaneció. Eso, o que escuchar hablar a Leti de su chichi le provocó un paro cardíaco.

La atendí, midiendo sus signos vitales y dándome cuenta que no tenía nada, quizás solo fue la conmoción.

-Mi amada está mal, es mejor que te vayas... No le haces bien... - comentó mi exesposa a Claudio, para que se marchara.

En ese instante la gorda despertó y Leticia no encontró nada mejor que tomar su mano y acariciar su frente, demostrando preocupación. Ahí se volvió a desmayar la pobre Gabriela.

El desgraciado de mi examigo, se marchó luego de eso, como si ver a dos lesbianas le diera asco. Y fue para mejor, porque mi amiga no podría resistir más actuaciones improvisadas de parte de la embarazada.

-¿Qué fue eso?.... Fue asqueroso.... -recriminó Gabriela.

-Lo siento, no supe qué más hacer, estaba en shock.... ¿Quién iba a imaginar que ese tarado se vendería por tan poco dinero? - se defendió Leti.

-Yo si lo creería... Si es una zorra.... - comenté y es que sigo ofuscado con ese tarado.

-Mira tú, sé que soy irresistible y que te será difícil no enamorarte de mí mientras fingimos ser novias, pero quiero que te quede claro que no me gustan las mujeres, que soy bien fujoshi para mis cosas y que solo me interesan los ukes suculentos.... ¿Entendido? Está prohibido enamorarse de mí.... - Al parecer Gabriela ayudaría, pero con sus condiciones.

La embarazada la observaba tan solo y es que no le interesaba rebatir algo tan absurdo. Era obvio que no le gustaría estar con ella.

Al día siguiente, decidí buscar a Jonathan por todos lados, para recriminarle lo desleal que había sido.

Fui hasta el paradero donde trabaja y no estaba, recorrí el barrio, vi todas las plazas y esquinas, pero nada, era como si la tierra se lo hubiera tragado. Ya se me había hecho tarde para ir a trabajar, así es que fui hasta el mercado y adivinen, justo ahí estaba el desgraciado.

-Eres el amor de mi vida... Te prometo que todo será mejor... Y para demostrarte lo mucho que te adoro, quiero que.... Te cases conmigo... - se arrodilló el vendedor de dulces para pedirle matrimonio al garzón.

Todos en el mercado estaban pendiente de lo que sucedía con el par de maricas.

-Claro que sí... - respondió Lorenzo como princesa de Disney.

La multitud aplaudió y yo miraba con cara de culo. ¿Qué mierda? ¿No se supone que se habían hecho mucho daño y esas cosas?

-Nicolás... Tú... - se sorprendió el garzón al verme allí. Se suponía que teníamos algo.

Y en ese momento, vino a mi mente lo que Gabriela me había dicho. No, no los mataría, pero si destruiría su matrimonio.

-Ah no, yo esto no me lo pierdo.... - dije antes de acercarme.

Jonathan me miraba con cara de susto, porque había sido él quien me amenazó, tan solo que ahora era yo quien podía destruirle.

-Mira Lorenzo... ¿Te acuerdas que alguien le estaba mamando la polla a tu novio en la plaza? Pues ese fue yo, y no solo hemos hecho eso, porque también me la metió por el culo.... ¿Qué ve usted señora? Si, mire... Que me han metido un rabo por este agujero... - encaré a una vieja que estaba pasmada con mi confesión. - Así que Jonathan no te quiere tanto como dice, porque no le importó saber que yo estaba jugando contigo también, de hecho, hasta le gustó la idea... Y ese es tu novio, espero que sean muy felices en su matrimonio... - dejé la cagada y me fui, si no soy feliz, nadie más lo será.

Y en vez de sentir remordimiento, estaba orgulloso por haber hecho un escándalo y no avergonzarme de mí homosexualidad. Si estoy tan grande.

 


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