Día 98: De regreso
-¿Entonces se van a casar? - preguntó Manuel, mientras estábamos cuidando a Gabriel.
-Sí, eso te acabo de decir. Me he enamorado de Fabricio y quiero pasar el resto de mi vida con él - quería verle sufrir.
-Estoy seguro que escuché que todo era un plan - el muy tarado recordaba lo del otro día.
-Tuvo que ser un sueño, ese día te desmayaste muchas veces - era la mentira que le había repetido varias veces, y que de a poco se ha ido creyendo.
-Pero parecía tan real - insistía.
-Sí, como tú amor por mí, aunque al final todo era un sueño - ¿cómo se le ocurrió dejarme por la rubia loca ésa?
-Pero se supone que tú ya estás casado, con la verdadera Leticia, no con la gorda que se fue con mi papá - ay, pensé que tendría peor memoria.
-Cuando tú te fuiste a buscar la verdad, yo me reeconcontré con ella porque quería el divorcio, ahora está felizmente casada con un árabe. Estoy soltero, querido, y listo para casarme con el amor de mi vida - tuve que mentir y es que en realidad no he vuelto a ver a mi ex esposa.
Tras eso me fui y es que no quería más interrogatorios. Aunque claramente me quedaba un tema pendiente y ese era Clarisa. Tenía que convencerla de mentir, que no le dijera a nadie que seguía casado y así, hacer creíble mi unión con el muchacho.
-Tenemos que hablar - fue lo que dije cuando entré a su cuarto.
Iba con Gabriel en brazos, quien al ver a su mamá comenzó a balbucear para que lo dejara en sus brazos.
-No voy a dejar a Gianluca - fue su primera reacción.
-Aunque no lo creas, no vengo por ese asunto -pero me gustaría que recapacitara y lo dejara.
-¿Entonces qué quieres? Ah, ya veo, es por tu supuesto matrimonio con ese chico. Claro, como yo sí sé que estás casado aún, si lo cuento todos se darán cuenta de la mentira - mierda, se me había olvidado lo astuta que es.
-Quería pedirte que guardaras silencio, es por una buena razón. Fabricio está enamorado de Anastasia y esta es una forma desesperada de conseguir su amor - sonaba a vieja celestina.
Clari solo me observó unos segundos, como si buscara las palabras adecuadas para señalar lo estúpido que eso sonaba y que no conseguiríamos nada bueno.
-Está bien, los ayudaré, pero con una condición - sabía que pediría algo a cambio.
-Quiero que aceptes mi relación con Gianluca y que lo obligues a dejar de trabajar como gigoló - me quedé un momento pensando.
-¿Y de qué quieren vivir? - era mi duda.
-Bueno, tú siempre estás pensando en otras cosas y soy yo quien administra el burdel, así es que supongo que merezco un salario - si a ella no se le puede engañar.
-¿O sea que además quieres que los mantenga? - lancé una risa burlona. Descarada.
-Tú decides, eso o cuento la verdad - ese hombre la ha cambiado, ahora es toda una mafiosa.
-Está bien, acepto... Aunque insisto en que algún momento te vas a arrepentir - cerramos el trato con un apretón de manos y luego me fui de su habitación.
¿Qué clase de madre le he buscado a mi hijo?
Estaba bajando las escaleras cuando escuché el timbre de la puerta. Nadie estaba cerca así es que me dirigí hasta allí para atender a la visita. Tan solo que tuve que cerrar la puerta de inmediato.
-¡Déjame entrar! - gritaba la mujer al otro lado.
-¡Qué no! ¡Estás muy loca! - le respondía.
A Bárbara se le ocurrió ir hasta la casa una vez más, como si ya no tuviéramos suficiente con su accidente y la mentira del embarazo.
-¿Quién es? - al rato llegó Ani.
-Es la Barbie esquizofrénica - respondí mientras empujaba con mi espalda la puerta, para que la loca no pasara.
-Déjala entrar, yo la invité, es mi nueva mejor amiga - sentenció con resentimiento en su mirada, esa era su venganza.
-Ay que inmadura eres Anastasia. Es porque me voy a casar con Fabricio ¿verdad? - que chica más testaruda.
-Quizás sí - es todo lo que dijo, tratando de mirar hacia otro lugar.
-Lo sabía, estás celosa, y eso es porque estás enamorada de él - tuve que aguantarme las ganas de sonreír y es que nuestro plan estaba funcionando.
-Ay chico, tú si que eres tarado. ¿Cómo crees eso? Mejor vete, que quiero tomar el té con mi amiga - y con toda la fuerza que tiene me corrió de la puerta para hacer entrar a la rubia.
-Gracias por invitarme, ¿sabes si está Manuel por ahí? - claro, Bárbara no venía con la intención de ser amigas.
-Sí quieres te llevo hasta donde está. Como ahora eres mi mejor amiga - recalcaba ese título como si quisiera hacerme enfadar - te voy a ayudar en todo lo que quieras. -
Dejé que se fueran y es que esa amistad no iría a ningún lado, la muchacha solo lo hacía para molestar y es que se siente traicionada. Tal vez se ha dado cuenta que sí le gusta Fabricio, aunque sea un poco.
Iba a salir al patio para cuidar de mis flores, cuando escuché de nuevo el timbre. ¿De quién se tratará ahora? Me pregunté antes de encaminarme nuevamente a la entrada.
-Tanto tiempo, te estuve buscando todo este... - pero no la dejé continuar con sus palabras porque le cerré también la puerta en la cara.
¿De qué se trataba ese día? ¿Todas las locas se tenían que reunir en mi casa?
-Disculpe caballero, ¿qué desea? - escuché la voz de Fabricio cuando abrió la puerta. El muy amable le habló a mi enemiga.
-Estoy buscando a Nicolás, pero entiendo que no quiera verme después de todo lo que le he hecho - dijo con pena la señora Mauri.
Después de quitarme a mis hombres e irse con uno, a vivir la vida loca, regresa arrepentida la muy desgraciada.
-No, no la quiero ver. ¡Que se vaya! - grité antes de irme corriendo y dejarle el enredo al muchacho.
¿Qué debería hacer? ¿Escucho lo que tenga que decir? Y es que de todos modos, me causa mucha curiosidad lo que le habrá sucedido. ¿Qué ocurrió con Claudio?