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Investigación
Cuando las clases finalizaron Naruto salió rápidamente del salón, debía evitar a todas las chicas —y chicos —, que seguramente querían preguntar sobre su relación con Sasuke, ¿tan extraño les resultaba que ellos fueran novios? Naruto debía recordar que aún mantenía su mentira de ser un simple “Beta”, seguramente ninguno podía creer que el Uchiha hubiera puesto sus ojos en él en lugar de escoger un Omega o bien un Alfa como él.
Caminó por los pasillos atestados de estudiantes que corrían de un lado hacia otro, para algunos la jornada aún no había terminado. Cuando salió del edificio pensó en ir directamente a su habitación, pero debía hablar con Sakura. Revisó la hora en su celular y seguramente ella estaría a punto de entrar a su próxima clase, aun así se dirigió al edificio “B” en donde la Alfa cursaba su carrera. Caminó por el largo pasillo y llegó hasta el salón de la chica, la puerta estaba abierta así que se asomó por ella. Cuando finalmente la encontró la llamó. Sakura al escuchar su nombre y reconocer la voz de su amigo dejó la plática con sus amiga y caminó hacia él.
—Naruto, finalmente te dejas ver. —Se cruzó de brazos—. Creo que alguien me está robando a mi mejor amigo —bromeó. Las mejillas del Namikaze se sonrojaron.
—Lo siento, han sucedido muchas cosas en las últimas semanas —se disculpó—. Me gustaría hablar contigo cuando tengas tiempo —le dijo.
—En cuanto terminen mis clases podemos ir a tomar algo en la cafetería que está cerca de aquí —propuso. El Omega asintió.
—De acuerdo, te esperaré en la salida a las cuatro, ¿está bien? —preguntó. Sakura sonrió para luego asentir.
—Perfecto. —No pudieron seguir hablando porque en ese momento el profesor llegó al salón. Naruto se despidió de su amiga y haciendo una pequeña reverencia al profesor se marchó del lugar.
Mientras caminaba hacia su cuarto pensó en cómo le diría a Sakura todo lo que estaba sucediendo. Ella lo había apoyado mucho en sus mentiras, sin su ayuda y la de sus padres no podía imaginar que hubiera pasando con él. Ni siquiera podría seguir estudiando. Cuando llegó a su cuarto dejó el bolso en la silla de su escritorio y luego se acostó en su cama, suspiró mientras abrazaba su almohada. No podía creer lo mucho que había cambiado su vida en tan poco tiempo. Ahora sólo podía esperar que su hermano se recuperara y que el causante de su sufrimiento fuera encarcelado, estaba seguro de que sólo de esa manera Dei volvería a ser la persona alegre y feliz que él recordaba. Cerró sus ojos y sin poder evitarlo se quedó profundamente dormido.
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Sasuke estaba agotado, sus clases le habían resultado particularmente largas y agotadoras. Necitaba ducharse y luego hablar con Naruto para avisarle que visitaría a Itachi en la empresa ya que necesitaba hablar con él. Grande fue su sorpresa cuando al entrar se encontró al Omega profundamente dormido, el Alfa suspiró, como siempre Naruto no se había cubierto con ninguna manta, así que tomando una de las suyas la deslizó con cuidado sobre el cuerpo del menor. El Omega se removió un poco pero no despertó, el Uchiha sonrió, era complicado que Naruto despertara. Así que decidió no despertarlo y tomando algunas cosas entró al baño, ya lo despertaría cuando estuviera por marcharse.
Veinte minutos después Sasuke salió del baño ya listo, tomó su billetera y celular y luego se sentó en la cama de Naruto, lo movió un poco para despertarlo. El Omega abrió los ojos y al ver a Sasuke sonrió.
—Hola —le dijo como saludo.
—Hola —correspondió el Uchiha—. Voy a salir, necesito hablar con Itachi, regresaré en la noche —le explicó. Naruto se tomó unos segundos para procesar la información, aún se encontraba adormilado.
—De acuerdo, yo saldré con Sakura-chan —respondió.
—Bien, te veré en la noche entonces. —Sin que Naruto lo esperara el Alfa se acercó y lo besó en los labios, luego se pudo de pie y caminó hacia la salida. Se despidió y luego salió del cuarto. Cuando estuvo solo suspiró y luego se dejó caer nuevamente en la cama, sonrió. Le gustaba cuando Sasuke lo besaba. Miró la hora en su celular y aún le quedaba una hora para reunirse con Sakura así que decidió dormir un poco más.
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Itachi se encontraba revisando algunos documentos en su oficina, miraba la hora y contaba los minutos para regresar a casa, nunca le había gustado dejar a Dei solo, pero estaba seguro de que el Omega estaría bien pues nunca había sucedido nada fuera de lo común mientras él trabajaba. Su trabajo fue interrumpido cuando la puerta se abrió y Sasuke entró. Itachi enarcó una ceja, ¿dónde estaban los modales de su hermano?
—Hola, Sasuke. Podrías al menos tocar antes de entrar —le dijo dejando los papeles sobre el escritorio. El menor de los Uchiha bufó.
—Está también es mi compañía. —Señaló todo el lugar—, puedo entrar y salir cuando yo quiera. —Caminó hacia la silla frente al escritorio y se sentó. Itachi suspiró, no tenía caso pelear con su hermano, Sasuke siempre sería una persona que haría lo que él quisiera y nadie podría impedírselo.
—Bien, ¿de qué quiere hablar conmigo? —preguntó. Sasuke dejó el portarretratos que había tomado en el mismo lugar y procedió a hablar.
—Naruto recordó algunas características de quien podría haber secuestrado a Deidara —comenzó a hablar—, lamentablemente no recuerda su nombre. Pero recuerda que siempre estaba cerca de él y eso a Deidara no le agradaba —explicó—. Ese detalle me lleva a pensar que quizás su víctima no siempre fue Deidara, sino Naruto, pero al no poder tenerlo a él se llevó a su hermano. —Itachi apretó los puños, ese hombre era un verdadero monstruo, su mente no podía aceptar que hubiera personas a quienes le agradara lastimar a los niño, era simplemente aberrante.
—¿Cómo era? —preguntó. Sasuke procedió a relatar las características que el Namikaze le había dado, a cada detalle la sorpresa se iba reflejando en los ojos del Uchiha—. No puede ser… —murmuró. Sasuke asintió.
—Sí, yo también pensé en esa persona —dijo el Uchiha. Había un hombre que se movía en su mismo círculo social, era un Alfa, pero a Fugaku nunca le había agradado y por ese motivo sólo tuvieron contacto con él en algunos eventos. No sabían mucho de él, pero si se trataba de la persona que ellos pensaban no se encontraba en Japón—. Hablaré con Suigetsu, sé que llegará a Japón en estos días y seguramente podrá averiguar todo lo que necesitamos. —Suigetsu era uno de los mejores amigos de Sasuke, se habían conocido por casualidad y nunca perdieron contacto a pesar de que el Uchiha regresó a Japón, Suigetsu trabajaba para la policía, así que era la mejor opción para realizar una investigación.
Itachi asintió.
—De acuerdo, mantenme al tanto de lo que suceda, yo intentaré hablar con Deidara —le dijo.
—Bien, te llamaré si tengo noticias. —Se pudo de pie—. Por sierto, Naruto quiere ver a Deidara, ¿crees que podríamos ir a almorzar un día de estos? —preguntó.
—Claro, se lo diré a Dei, sólo avísame el día. —Sonrió.
—Lo haré, adiós. —Itachi se despidió de su hermano y al verse solo suspiró mientras se masajeaba el puente de la nariz, no quería imaginar lo que habría sufrido Deidara si sus sospechas eran reales.
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Sakura no podía creer todo lo que Naruto le estaba contando. ¿Cómo era posible? No podía imaginar todo lo que su amigo había sufrido hasta ese momento. Vivó años buscando a su hermano a quien un maldito se lo había arrebatado, en su camino se cruzaron personas crueles que sólo deseaban obtener provecho del sufrimiento ajeno. Le encantaría tener a ese maldito Alfa que se burló de su amigo, si tuviera la oportunidad lo asesinaría con sus propias manos.
—Lo siento, Naruto. Siento tanto que hayas pasado por todo esto. —Lo tomó de las manos con fuerza. El Omega sonrió, aunque no era una sonrisa de completa felicidad.
—No es tu culpa, Sakura-chan —le dijo—. A pesar de todo lo malo agradezco que tú hayas aparecido en mi vida, nada sería igual sin ti. —Sus palabras eran verdaderas. Él ni siquiera estaría en ese lugar sino fuera por su amiga, quien guardaba su más grande secreto y junto a sus padres lo ayudaban a seguir estudiando—. Nunca podré agradecerte todo lo que has hecho por mí.
Sakura se mordió el labio inferior, era un Alfa, pero ella tenía sus propios sentimientos. Naruto era su mejor amigo y saber cuánto sufría le partía el corazón, ella sólo deseaba que fuera feliz, que obtuviera todo aquello que soñaba, y si ella podía ayudarlo a conseguirlo lo haría.
—¿Qué puedo hacer para ayudarte? —preguntó.
—Necesito hablar con tu madre. Itachi me dijo que ella es quien se está haciendo cargo del caso de Deidara —explicó. Sakura asintió.
—De acuerdo. Mi madre está en casa, hoy fue su día libre, podemos ir ahora si tú quieres —propuso. Naruto no lo dudó dos veces.
—Sí, eso estaría bien. —Sakura sonrió. Llamó al mesero y luego de pagar la cuenta salieron del lugar. Tuvieron que regresar a la universidad para buscar el auto de la chica. Subieron a el y en cuestión de segundos estaban camino a su casa.
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Cuando llegaron fueron a la sala y encontraron a Mebuki, ella se encontraba leyendo un libro mientras bebía un poco de té, al verlo dejó todo sobre la mesa y se puso de pie, con una sonrisa fue a saludarlos.
—Hola…, no es que no me agrade tenerlos aquí, ¿pero no deberían estar en la universidad? —dijo luego de abrazarlos.
—Sí, pero Naruto necesita hablar contigo —explicó. La mujer miró al Omega y asintió.
—¿Qué sucede, Naru? —habló con cariño. Los tres decidieron sentarse y entonces el Namikaze comenzó a explicarle todo lo que estaba sucediendo. Mebuki estaba sorprendida al escuchar el gran secreto de Naruto. Debía admitir que cuando conoció a Deidara de inmediato notó el gran parecido con el Omega, de hecho se lo había comentado a Sakura, pero por supuesto su hija tampoco sabía nada sobre aquel parentesco. Naruto no había entrado en demasiados detalles, pero trató de darle la mayor cantidad de información a ella.
—Déjame decirte que cuando conocí a Deidara instantáneamente me recordó a ti. —Sonrió—. Sabes que cuantas con nosotros para lo que necesites —le recordó tomando una de sus manos.
—Sí, muchas gracias —agradeció el Omega.
—Bien, tienes que saber que el caso de Deidara no ha sido fácil —comenzó a hablar—. Llevó meses trabajando con él y aún no he conseguido averiguar muchas cosas. —Suspiró—. Lo que sufrió ha causado en gran trauma en él, cuando recuerda algunos fragmentos sufre una crisis nerviosa. —Naruto asintió mientras recordaba lo sucedido cuando se reencontraron—. Deidara necesita tiempo para abrirse y contar lo que sucedió, sólo enfrentando el pasado podrá pensar en su futuro. —Sonrió—. Sé que quizás no era lo que esperas escuchar, pero es todo lo que puedo decirte. —Su ética profesional no le permitía hablar mucho más. Había cosas que Dei había hablado con ella, pero por respeto no podía contarlas, ni siquiera a Naruto.
Naruto asintió. Sabía que ella no podía hablar mucho sobre su hermano, aun así saber lo que estaba pasando le daba un panorama mucho más amplio de todo. Debía evitar preguntarle a Dei sobre su pasado cuando se encontraran nuevamente, de esa manera evitaría que el Omega tuviera nuevamente una crisis nerviosa. Estuvieron hablado por alrededor de una hora, a las seis de la tarde se despidieron de Mebuki y regresaron a la Universidad. Mientras Sakura conducía Naruto miraba por la ventana.
—¿Cómo vas con tu relación con Sasuke-kun? —preguntó ella sin apartar la mirada de la carretera. El Omega sonrió.
—Todo marcha bien —dijo—. Sasuke es todo lo que había sonado. —Suspiró. Sakura sonrió, escuchar que su amigo estaba bien con el Alfa le quitaba un gran peso de encima. Siempre tuvo miedo de que el Uchiha sólo quisiera divertirse con él, pero para su buena suerte sus miedos no se hicieron una realidad.
—Te vez feliz.
—Lo soy —admitió el Omega.
No volvieron a hablar durante el resto del camino, cuando llegaron a la universidad aparcaron el auto de la chica y luego de salir se despidieron con un abrazo antes de cada uno tomar un rumbo diferente a sus respectivas habitaciones. Al entrar vio al Uchiha sentado frente al escritorio mientras escribía en su computadora. El Namikaze sonrió y caminó hacia él, sin que Sasuke se percatara el Omega le cubrió los ojos con sus manos.
—¿Quién soy? —bromeó. El Alfa bufó.
—Un Omega muy fastidioso —le respondió. Naruto frunció el ceño y quitos sus manos.
—Eso ha sido muy cruel —se quejó cruzando sus brazos. El Uchiha sonrió, antes de que el Omega dijera algo más lo tomó de la cintura y tiró de él haciendo que Naruto se sentara en sus piernas.
—¿Está todo bien? —preguntó Sasuke. Naruto asintió.
—Sí, ahora que te veo está todo perfecto. —Sonrió antes de tomar el rostro del Alfa entre sus manos y unir sus labios en un dulce beso el cual fue correspondido.
A pesar de lo malo que había sucedido en su vida, Naruto comenzaba a pensar que todo iba a cambiar, quizás sería un proceso lento, pero estaba seguro de que eso un día sólo serían recuerdos, aquellos que sólo debían ser olvidados para nunca entorpecer la felicidad.