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El precio de un secreto
Sasuke podía percibir el miedo de Naruto aunque él tratara de ocultarlo, todos los Omegas se horrorizaban cada vez que un Alfa se les acercaba de manera tan amenazante, pero había algo diferente en Naruto, tenía miedo, pero había algo más, algo que él aún no lograba adivinar.
—¿Me harás daño? —preguntó el Omega.
Cuando el Uchiha escuchó aquello enarcó una ceja, le tomó unos segundos adivinar a lo que Naruto se refería, gruñó por lo bajo para luego soltar las muñecas del Omega, al verse liberado el Namikaze se hizo hacia atrás apoyando su cuerpo contra el espaldar de la cama.
—No soy un violador —aclaró Sasuke-, nunca le haría daño a un Omega, mucho menos de una manera tan aberrante.
Naruto parpadeó sorprendido, había conocido a muchos Alfas y Sasuke en un principio le había resultado igual a todos los demás, pero ahora ya no estaba tan seguro de que fuera así.
—¿Dónde guardas tus supresores? —preguntó el Uchiha.
El Omega salió de sus pensamientos rápidamente.
—En el botiquín que se encuentra en el baño. —Señaló.
Sasuke se levantó y sin decir nada caminó hacia el lugar indicado, unos segundos después regresó con un pequeño bote de pastillas y se las entregó al Omega.
—Tómalas rápido, antes de que los demás se den cuenta de lo que está pasado. —Naruto asintió, abrió el bote y tomó una pequeña píldora, no necesitaba beber agua, era una pastilla pequeña así que no tenía problema para ingerirla.
En ese momento un silencio incomodo se formó en el ambiente, Naruto había aceptado hacer cualquier cosa que Sasuke quisiera, pero el Alfa aún no hacía ningún movimiento y eso lo desconcertaba. Y aunque Naruto intentaba descubrir en la mirada de Sasuke algún indicio de que en cualquier momento podría atacarlo y comprobar su teoría de que todos los Alfas eran iguales el Uchiha no hizo nada, simplemente se puso de pie y caminó hacia la salida.
—¿A dónde vas? —preguntó desconcertado.
—Iré a tomar aire, no puedo estar aquí. —Abrió la puerta y se marchó.
Cuando Naruto se encontró completamente solo intentó calmar los fuertes latidos de su corazón, nunca pensó que algo así podría sucederle, sólo había una sola persona en toda la Universidad que conocía su secreto, pero confiaba ciegamente en ella, sabía que nunca lo traicionaría, pero no sabía que pensar de Sasuke, le resultaba un Alfa extraño y su comportamiento lo era aún más. Suspiró para luego cubrirse con las mantas y abrazar su almohada, ojala todo lo que le estaba pasando fuera un sueño, pero sabía que era su dura realidad, y aunque el Uchiha no hubiera hecho nada esa noche sabía que muy pronto intentaría. De todas formas no podía permitir que algo como lo que acaba a de ocurrir volviera a repetirse, debía hablar con Sakura y pedirle que le ayudara a conseguir nuevos supresores. Era en ella en la única persona que podía contar. Al menos en ese momento. Estaba tan cansado que apenas cerró los ojos se quedó profundamente dormido.
~**~
Sasuke caminaba por el campus de la Universidad, a esa hora no había nadie alrededor, sabía que estaba saltándose el horario que tenían para estar fuera de los dormitorios, pero simplemente no podía estar en el mismo lugar que Naruto, al menos no hasta que el aroma del Omega se hubiera disipado por completo. Se sentía frustrado, jamás se había comportado de una manera tan salvaje con nadie, mucho menos con un Omega, pero el Namikaze lo desconcertaba completamente, sentía que era diferente, sonrió ante sus pensamientos. Definitivamente Naruto no era igual a todos los demás, a ninguno Omega se le hubiera cruzado por la cabeza hacerse pasar por un Beta para estudiar una carrera universitaria, todos sabían que eso estaba completamente prohibido, y la pena para los que incumplían las leyes eran sumamente severas, pero Naruto debía tener un motivo muy fuerte para hacer algo tan peligroso.
Aunque Naruto le dijera que haría lo que él quisiera no había nada que Sasuke deseara por el momento, había dicho esas palabras por el momento tan confuso que habían vivido, ningún Omega lo había descontrolado como Naruto, pero estaba seguro de que si hablaba con él e intentaba acercarse de manera correcta podría descubrir sus secretos, además aún tenía dudas sobre su gran parecido con Deidara, eso no era normal, ahora que compartían dormitorio y que Naruto aceptó hacer lo que él quisiera conseguiría la información que necesitaba, y si el Omega resultaba familiar de Deidara se lo cometería a Itachi, por ahora guardaría sus sospechas para él hasta tener alguna certeza.
«Voy a descubrir lo que ocultas, Naruto», pensó el Uchiha antes de seguir caminando por el lugar, esperaba que en media hora el cuarto ya estuviera habitable nuevamente.
~**~
Una semana habían trascurrido desde que Sasuke había llegado a la Universidad y descubrió el secreto de Naruto, las cosas entre el Alfa y él no cambiaron demasiado simplemente eran dos personas que debían compartir la misma habitación, solían saludarse al verse por cortesía pero nada más que eso, y eso a Naruto le extrañaba, Sasuke aún no le había comentado nada sobre su trato, ¿acaso habría sido sólo una broma? No, el Omega no era tonto, sabía que el Uchiha posiblemente estaría esperando el momento indicado para pedirle algo a cambio de su secreto. Para Naruto, Sasuke resultaba un misterio, era un chico muy inteligente por lo que había escuchado hablar a los estudiantes de Administración, y aunque todas las chicas de la Universidad morían porque él las volteara a ver esto no sucedía, era como si para el Alfa ninguna de esas Betas o Alfas estuviera a su altura, o simplemente a él sólo le interesaban los Omegas, eso le hizo pensar que tal vez Sasuke Uchiha podría estar interesado en él, y por eso no debía confiarse mucho de que por ahora las cosas entre ellos siguieran igual.
~**~
Era viernes por la noche y al día siguiente Naruto iría a casa de Sakura, la joven Alfa lo había invitado como siempre a pasar el fin de semana en su mansión ya que su padre estaría fuera del país y su madre trabajando, al Omega le gustaba pasar tiempo con ella y a veces con su familia, era muy unidos y había amor entre ellos, eran la familia que Naruto deseaba tener y que por desgracia se la habían arrebatado, eran las ocho de la noche y estaba realizando un trabajo para la clase del día lunes, miró de manera disimulada a Sasuke quien se encontraba recostado en su cama escuchando música en su IPhone mientras enviaba mensajes.
«¿Con quién hablara tanto?», se preguntó «¿Será su novia? », cuando pensó aquello se sorprendió ¿Qué podía importarle a él que el Alfa tuviera novia. Se había perdido tanto en sus pensamientos que no se percató de como el Uchiha lo observaba en ese instante, cuando fue consciente de eso regresó rápidamente su mirada al monitor y continuó con su trabajo, pero podía jurar que había escuchado una leve risa de su parte.
Aunque Naruto no le notara Sasuke siempre lo observaba, para el Alfa el Omega era un libro abierto sabía perfectamente descifrar sus gestos y su mirada, y podía jurar que él se estaba preguntando a quien le enviaba sus mensajes. Lo vio seguir tecleando en su computadora cuando repentinamente una mueca de disgustó se formó en sus labios, vio como apretaba fuertemente los botones del ordenado y enarcó una ceja al ver aquello.
—Maldición —lo escuchó quejarse, fue cuando comprendió todo, su computadora se había trabado y él no podía continuar con su trabajo.
Sasuke se quitó los cascos de música y se levantó de la cama.
—¿Necesitas ayuda? —le preguntó.
El Namikaze se sorprendió al sentir la presencia del Alfa detrás de él. Pero aun así asintió.
—No sé lo que sucedió, de pronto dejó de funcionar —comentó.
—Déjame ver. —Naruto iba a levantarse de la silla para que Sasuke se hiciera cargo, pero no tuvo tiempo de moverse cuando vio los brazos del Alfa cruzar por sobre sus hombros y agarrar el mouse.
Naruto no pudo evitar sonrojarse, estaban tan cerca que hasta podía escuchar la respiración del Uchiha muy cerca suyo. Sasuke, sonreía internamente, podía sentir como Naruto se movía lentamente hacia adelante intentado hacia poner distancia entre ellos. Y aunque ahora no pudiera percibir el dulce aroma del Omega aún había algo en él que lo atraía fuertemente, tal vez ya era hora de que Sasuke cobrara el precio por guardar el secreto del Namikaze. La habitación se encontraba en silencio y sólo se podía escuchar el sonido que producía el mouse cada vez que el Alfa lo utilizaba, fueron sólo cinco minutos los que tardó en arreglar el problema, pero para Naruto fueron como horas.
—Problema solucionado —dijo finalmente para luego alejarse de él. El Omega miró el monitor y sonrió al ver que todo volvía a funcionar correctamente.
—Muchas gracias —le agradeció.
—No fue nada. —Sasuke regresó a su cama y continuó escuchando música mientras Naruto terminaba su informe, feliz de que su esfuerzo de horas no se hubiera perdido, mientras trabajaba no dejó de pensar en lo que sintió al estar tan cerca del Uchiha.
Una hora después terminó su trabajo, lo guardó y apagó el ordenador, estiló sus brazos para desentumecer sus músculos y se levantó, buscó su pijama y fue al baño a cambiarse, cuando salió miró a Sasuke quien al parecer aún no planeaba dormir. Pero no le tomó importancia, así que sólo fue hacia la cama y se cubrió con las cobijas hasta la cabeza.
—Buenas noches —le dijo.
—Buenas noches, duerme bien —le deseo.
Naruto sonrió bajo las mantas y finalmente cerró sus ojos para en cuestión de minutos quedarse profundamente dormido. Sasuke esperó una media hora, y cuando comprobó que el Omega ya se encontraba profundamente dormido se levantó y caminó hacia su cama, se sentó a su lado y miró el rostro relajado del Namikaze, quien entre sueños se había movido hasta quedar boca arriba, su respiración era tranquila y extrañamente sus mejillas estaban sonrojadas, el Alfa enarcó una ceja, pero luego sonrió.
«Sí, ya es hora de que pagues el precio por guardar tu secreto», pensó. Y simplemente acercó su rostro al del Omega y unió sus labios con los del otro, fue sólo un rose, pero eso terminó de confirmarle a Sasuke que había algo más en Naruto que lo hacía desear estar a su lado. Le dio una suave caricia a su rostro y luego regresó a su cama, mañana ya no se verían, pero cuando regresaran hablaría con el Namikaze, y si él pensaba que había olvidado su secreto estaba muy equivocado.
~**~
A la mañana siguiente cuando Naruto despertó se sintió extraño, pero no supo el motivo, finalmente se levantó y comenzó a arreglarse, debía verse en la salida con Sakura en media hora, cuando salió del baño fue cuando finalmente se percató de que Sasuke no se encontraba, seguramente ya se abría marchado a su casa, caminó hacia el escritorio y encontró una nota escrita con una fina y elegante letra, la tomó y comenzó a leerla.
Que disfrutes tu fin de semana, cuando regresemos hablaremos, no he olvidado nuestro trato, pequeño Omega mentiroso…
Sasuke Uchiha
Arrugó la nota entre sus dedos y suspiró frustado, al final Sasuke no era diferente como él lo había pensado, pero no quería imaginar lo que ese Alfa podría llegar a pedirle a cambio de guardar su secreto, pero no podía hacer nada, no iba a permitir que lo corrieran de la Universidad por culpa de ese desgraciado. Tiró la nota en la papelera y luego comenzó a guardar algunas cosas en una pequeña maleta, cuando estuvo listo salió del cuarto.
Mientras caminaba hacia la salida de la Universidad saludó a algunos de sus amigos, algunos de ellos permanecerían en los dormitorios y otros se marchaban a sus hogares, cuando llegó al portón Sakura aún no había llegado así que la esperó, unos minutos después vio el auto de la familia Haruno estacionarse fuera de la Universidad, el chofer salió y lo saludó con una sonrisa, era un hombre muy amable.
—¡Lo siento! Tuve que regresar a mi cuarto porque olvidé mi laptop. —Sakura llegó corriendo mientras se disculpaba.
Naruto sólo le sonrió.
—No te preocupes.
El chofer guardó las maletas de ambos en el maletero, subieron al choche y en cuestión de minutos estaban en la carretera rumbo a la mansión Haruno. Naruto esperaba poder olvidarse de Sasuke al menos durante el fin de semana.
~**~
Sasuke se había instalado en un departamento que sus padres le regalaron hacía muchos años atrás, siempre había vivido con Itachi, pero la verdad era que no le apetecía estar al lado de su hermano, mucho menos de Deidara, no era que el Omega le cayera mal, simplemente su comportamiento le molestaba demasiado, llevaba años casado con Itachi y aun así no pronunciaba ninguna palabra.
Además estando con su hermano no podría llevar a cabo sus propósitos, no pensaba hacerle daño a Naruto, eso no estaba en sus planes, pero si planea que ambos pudieran llegar a divertirse juntos, y porque no llegar a algo más, debía reconocer que el Omega le atraía, era muy guapo y rebelde, diferente a todos los que había conocido antes. Sí, realmente ansiaba tener al Namikaze entre sus manos y hacerle conocer cosas que tal vez nunca en su vida habría visto, sonriendo caminó por la estancia y abrió una puerta en particular, seguramente Naruto y él pasarían mucho tiempo en ese lugar, y la sola idea comenzaba a excitarlo.
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Sakura instaló a Naruto en el mismo cuarto de siempre, era amplio y sumamente elegante, ese fin de semana se encontraba solos, el padre de Sakura se encontraba en un congreso médico y su madre tenía guardia en el hospital ya que era enfermara. Cuando ambos terminaron de desempacar sus cosas se reunieron en la sala para tomar un poco de té y platicar, algo que durante esa semana no habían podía hacer como les gustaba.
—Toma. —Sakura le extendió un pequeño frasquito que Naruto reconoció perfectamente bien—, papá me los dio para ti —le comentó—. Estará fuera de Japón por un mes y no quería que te quedaras sin tus supresores. —Sonrió.
—Gracias —susurró.
Sakura y su familia conocían su secreto, pero no lo juzgaron como él había pensado, al contrario; ellos comprendieron su situación y constantemente lo ayudaban, el padre de Sakura se encargaba de suministrarle sus pastillas que muchas veces resultaban costosas y su madre solía chequearlo al menos una vez al mes para comprobar que los medicamentos no estuvieran causándole daño a su organismo.
—No sé qué haría sin su ayuda —dijo sinceramente.
Sakura le sonrió y puso su mano sobre la del Omega.
—Eres mi mejor amigo, nunca dejaría que nadie te hiciera daño —aseguró ella—, puedes confiar en mí —le recordó.
—Lo sé, gracias por todo —volvió a agradecerle.
La Alfa le dio unas pequeñas palmaditas en la espalda mientras reía, Naruto aún recordaba el día en el que Sakura descubrió su secreto en la Universidad, pensó que ella lo llevaría directamente ante el directo, pero hizo todo lo contrario, desesperada lo escondió y llamó a sus padres quienes rápidamente acudieron al lugar, y sin que nadie se diera cuenta sacaron del campus a Naruto y evitaron que su secreto fuera revelado, desde ese día ellos comenzaron a ayudarlo y él les estaba agradecido por haber comprendido su situación.
—Ahora, vamos a hablar sobre la fiesta que pienso dar a fin de mes —dijo ella con emoción—, pienso invitar a Sasuke Uchiha. —Sonrió.
Cuando el Omega escuchó ese nombre casi se atraganta con el té.
—¿Por qué a él? —Curioseo—, no me digas que te gusta.
La Alfa lo miró, y unos segundos después rompió en una carcajada.
—¡Claro que no! —Gritó—. Pero se lo ve muy solo en la universidad —contó—, creo que le hace falta sociabilizar, además lo he visto mirar a alguien. —Miró con picardía a Naruto quien se sonrojó.
—Mejor hablemos de la fiesta.
Sakura rio para luego asentir, ambos comenzaron a organizar dicha reunión. La Alfa no se decidía si realizar una fiesta de disfraces o de gala con antifaces, ambas opciones le agradan pero no lograba decidirse por una, así pasaron todo el día, entre risas, planeaciones y comentarios picaros de parte de ella hacia Naruto.
~**~
Durante la tarde decidieron el al centro comercial, cuando llegaron Sakura le dijo al chofer que cuando lo necesitaran ella lo llamaría, el hombre asintió para luego marcharse. Recorrieron las tiendas rápidamente, cuando llegaron a la librería La Alfa parecía estar en su lugar favorito, ella había ido a comprar sólo un libro, pero cuando salieron una hora después llevaba una bolsa con más de seis textos diferentes. Sakura tenía una gran afición por los libros aunque nadie lo supiera, sólo él.
Eran las cinco de la tarde así que decidieron ir a merendar, mientras caminaban hacia la cafetería Sakura vio un bonito vestido en una tienda así que corrió hacia el interior, el Omega decidió esperarla afuera, revisó su celular y tenía algunos mensajes de parte de su jefe, quien le pedía que fuera a trabajar el día domingo porque uno de sus compañeros había enfermado y necesitaban alguien lo supliera, terminó de responder el mensaje y cuando volteó su mirada y la sorpresa se hizo presente en sus ojos, a unas cuantas tiendas de distancia se encontraba Sasuke pero él no se encontraba solo, una joven muy bonita lo acompañaba y ambos sonreían, el Alfa sonreía con sinceridad, algo que él nunca había visto y eso por alguna razón lo hizo sentir extraño, por unos segundos creyó que el uchiha lo había visto, pero en aquel momento su amiga regresó. Así que desvió su mirada.
—Ya podemos irnos —anunció—. ¿Qué es lo que estas mirando? —preguntó ella con curiosidad.
—No es nada, sólo creí ver a alguien conocido. —Naruto miró hacia el lugar donde segundos antes había estado el Uchiha y su compañera pero ellos ya no estaban.
Sakura miró a Naruto, definitivamente estaba actuando muy extraño y eso nunca sucedía, estaba segura de que algo le estaba ocultando, pero aun así no preguntó nada, no quería entrometerse en los asuntos del Omega. Finalmente ambos fueron a la cafetería del lugar, Sakura le platicaba sobre sus clases y el Namikaze la escuchaba con atención, o eso era lo que ella creía porque los pensamientos de Naruto estaban en otro lugar y preguntándose ¿Quién era la joven que acompañaba a Sasuke? Tal vez era su novia, y esa sola idea lo hizo sentir extraño. Pero él simplemente no encontraba una respuesta a sus sentimientos.
Pasaron el resto de la tarde en el lugar y luego regresaron a casa, durante la tarde Naruto estuvo solo ya que Sakura estaba hablando por teléfono con sus amigas arreglando los temas sobre una exhibición que debían presentar la próxima semana. En su cuarto Naruto se dejó caer en la cama y se colocó sus audífonos, la música siempre lo ayudaba a relajarse en sus momentos de tensión. Sin darse cuenta se quedó profundamente dormido.
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El día domingo trascurrió con normalidad para Naruto, pasó la mañana con Sakura y luego se marchó a su trabajo de medio tiempo en un restaurante de la ciudad, así pasó las horas tomando pedidos y llevando órdenes a los clientes, las cosas en su trabajo marchaban bien, todos eran amables y se ayudaban entre ellos cuando tenían algún problema.
Durante la noche Naruto preparó sus cosas, fue en ese momento en que la nota de Sasuke regresó a su cabeza, había olvidado todo eso durante el fin de semana, pero el sólo hecho de recordar que en unas cuentas horas volvería a verlo le hacía erizar la piel. Pero no iba a mostrarse débil ante el Alfa, le haría frente como siempre lo había hecho con todas las personas que querían hacerle daño, y aunque el Uchiha ocupara un estatus mucho más importante que el suyo no permitiría que nadie lo humillara y mucho menos lo pisoteara.
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A la mañana siguiente llegó a la Universidad junto a Sakura, ambos se despidieron prometiendo almorzar juntos y luego cada uno fue a su dormitorio. Pero a penas Naruto entró unos brazos lo aprisionaron contra la pared.
—¡¿Qué te pasa?! —gritó Naruto, al ver la sonrisa de Sasuke.
—No grites, ¿acaso quieres que todos conozcan tu secreto? —amenazó.
El Omega frunció el ceño y logró zafarse del agarre del Alfa, aunque realmente lo había conseguido porque Sasuke así lo quería.
—¿Qué es lo que quieres? —preguntó directamente.
Sasuke sonrió y caminó hacia él para luego tomarlo por la cintura y aprisionarlo contra su cuerpo. El Omega se paralizó ante ese contacto, el Uchiha bajó su cabeza y hurgó en el cuello del Namikaze, haciendo que se estremeciera. Sí, Naruto era lo que deseaba, lo había deseado todo el fin de semana y ahora no lo dejaría libre.
—Te quiero a ti —dijo finalmente.
Naruto abrió los ojos con sorpresa cuando sintió unos labios sobre los suyos. ¡Sasuke lo estaba besando! Y en ese beso Naruto sintió que algo dentro de él cambiaba completamente. Sintió que ahora ya no podría haber nada, sintió que su destino estaba en manos del Alfa.