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Fruïta. [OSOMATSU SAN.] por cuscusdefruta

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PV. Osomatsu.

La cabeza me da vueltas.
Hacía tiempo que no tenía que estar en el hospital, las sillas siguen siendo jodidamente incómodas, me dormiría apoyado de Ichimatsu si no fuera por que está temblando.

-Oye, gatomatsu. -le abracé con la cabeza en su hombro- deja de temblar. El estará bien.- Cerré los ojos, no me hacía falta abrirlos para saber la cara de pocos amigos que me ha puesto.

Tampoco me importaba.
Él és cómodo.

-Sería demasiada suerte si no sale de esta, ¿no crees, ichimachu?-Un gruñido. Me esperaba algo más como respuesta. 
Bueno.
Hora de dormir.

Soñé que viajaba a futuro y era un escenario post apocaliptico, todo lleno de magma. Me quemaba vivo.
Los viajes en el tiempo son jugarse el pellejo.

Me despertaron cuándo tuvimos noticias, a las 5 de la mañana.
Nos comentaron que sobrevivió, sí, como no. 
Pero con 1 solo pulmón. 
Que se iba a quedar interno hasta recuperarse completamente de la operación, eso me parece bien, menos molestias.
Y que podríamos empezar a visitarlo dentro de 2 semanas, perfecto, no seré yo el primero que cruce esa puerta.

Pero ahora el tema era que tendríamos que buscar trabajo. Con que un par de nosotros lo haga estará bien; al fin y al cabo estábamos viviendo del sueldo de jubilado de nuestro padre, y no era la gran cosa que se diga.

¡Veamos! Seguramente Totty y Pajamatsu serán los primeros en buscar algo, pero dudo que ichuumachuu lo haga. Y conmigo que no cuenten. Aunque tal vez debería buscar algo, las cervezas, el porno y el pachinko no se pagan solos.

-Oye, ¿podemos irnos ya a casa?-asintieron. Que pocos habladores.
Todo en silencio, desde el trayecto a casa, hasta al poner las cosas para dormir.
¡Pero yo ya no tenía sueño!
Me fui abajo a ver la TV, la teletienda es una buena opción.

Por alguna razón los actores de mierda me recordaron a mi primera semana en casa, no era capaz de hablarles, me comunicaba con gestos con la cabeza y gruñidos.

Cada vez que se cerraba una puerta corría a un rincón, autorrodeándome con los brazos; de echo, estaba así la mayor parte del tiempo.

Por las noches en vez de dormir en el futón, me metía en el armario.
Y cuándo tenían que llevarme al psicólogo me aferraba a lo primero que encontrara. Salir era lo último que quería.

Me costó asociar de nuevo a mi família y a nuestra casa como algo normal y pacífico.
Lo que más me sorprendió es ver que Jyushimatsu se había independizado, aun que aún va con Ichimachito la mayoría de las tardes

Me olvidaba qué ahora tenemos de mascota un hurón llamado Rispi, pero como vivía en la habitación de nuestros padres nunca le vimos mucho.
Eso cambiará a partir de ahora.

Me levanté del suelo para ir a por el, cuándo entré estaba corriendo de un lado para otro en la jaula. Me puse comida en la palma de la mano y lo cogí en brazos, dejando que comiera.

No tengo ni idea de como cuidar de un hurón, me fui a la habitación. 
Choromatsu ya se había despertado.
—Choromachu~ ¿puedo dejar a Rispi vivir en nuestra habitación? El pobre se sentirá solo.

— Hará ruido por las noches, y tendrás que encargarte tú si rompe algo. ¿No prefieres que lo demos en adopción?

—¿Como voy a dar algo tan hermoso? Solo mira esta carita —le puse a Rispi en la cara, que le mordió le nariz.—Ups.

Metió los dedos en la mandíbula de Rispi y lo apartó, sobándose la nariz y maldiciendo. —Aparta ese bicho de mi vista— y salió de la habitación dando un portazo. Que amargado es.

Dejé a Rispi en el suelo.
Al verlo correr tanto dan ganas de patearlo, pero es tan adorable.

—Despierta—cogí a ichimachu por los pies y le arrastré fuera del futón—ayúdame a cargar las cosas de rispi.

—¿Qué? Pídeselo a otro—me miró como queriendo arrancarme la cabeza mientras se arrastraba a dentro del futón.

—No no no no no. Ichimachu, ichimachu—le clavé las uñas en los tobillos y lo arrastré hasta fuera de la habitación—te necesito a ti, tu sabes de bolas de pelos.

—Está bien, pero sueltame de una puta vez—se sobó los tobillos y se puso de pie, aún con voz adormilada—¿sabes al menos lo que come?

—No, escíbemelo después—me puse detrás de él y le empecé a empujar hacía el pasillo dónde está la habitación de nuestros padres.—Ten cuidado con los dedos, no te vayas a hacer daño o a cortar, sería una desgracia tener a 2 personas en el hospital. Y recuerda flexionar las piernas cuándo cargues cosas pesadas o podrías hacerte daño en la espalda.

—Sí, sí.

Tardamos media hora en llevar y colocar todas las cosas en nuestra habitación. 
Me puse a rodar por el suelo del salón mientras Ichimatsu escribía una tabla con la comida. Rispi dormía en la capucha de su sudadera, todos tenemos costumbres raras, y los animales no son excepciones.

Cuándo terminó y lo colgó en la pared me acerqué a leer—¿¡Comen todo eso?! Viven mejor que nosotros. ¿No será dañina la falta de verdura en su dieta? No quiero que tenga problemas del corazón por tanta grasa.

—Los hurones son carnívoros. No te preocupes.—hizo una sonrisa forzada. Como actor se moriría de hambre.—Creo que hay que hacer la compra, ponle un par de huevos batidos.
Podremos vivir de los ahorros de papá por lo menos 2 meses si lo preparamos bien.

—Choromachu que haga las cuentas—encendí la TV y busqué un canal de radio jazz mientras canturreaba—Ichimachito, ven a bailar conmigo.

Hizo una cara de resentimiento pero se levantó, puse sus manos en mi cadera y le rodeé el cuello flojamente, poniendo mis brazos en sus hombros, llevándole el ritmo.
La canción era lenta, en portugués.

Bailar con mis hermanos es algo que llevo haciéndo desde hace un tiempo, es reconfortante. Y aun que no lo admiten sé que a ellos también les gusta.

Sentí como Rispi me mordió el dedo, me puse a reír. Ichimatsu me miró con miedo.
Ichimatsu siempre me mira como si fuera algo de lo que huir. 
Yo no le hice nada para que se comporte así. Me molesta.

Me solté de él, cogí a Rispi de su capucha y se lo lancé al rostro.
El se aferró a su cara con las uñas, Ichimatsu gritó mientras trataba de quitárselo de encima.—¿No ves lo que provocas? Deja de ser así. No puedes ser así, gatomatsu. Me hieres.—salí corriendo de la habitación, fui a la nuestra y me metí en el armario, llorando.

Ichimachu es muy cruel conmigo. 
Choromatsu vino gritando, me tapé los oídos. El no me entiende.
Todomatsu está encerrando a Rispi, pobre animal. 
Karamatsu está al lado de la puerta, observándonos.
Mamá está a mi lado en el armario, viéndome fríamente.

—Yo no he hecho nada malo. Él se lo merecía. Todos os lo merecéis—cerré los ojos y la puerta del armario, gritando como si me arrancaran la garganta y poniendo un palo en el otro lado para que no la puedan abrir.

 

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