Todos los días era la misma rutina monótona de siempre. Levantarse temprano y fingir que estaba conforme con su vida.
Probablemente la única esperanza o sueño que podría tener Sasuke para ese momento de su vida, era reunir el dinero suficiente para irse por lo menos del estado y si por él fuera, también del país. Irse lo más lejos que pudiera para por fin dejar de ver esas asquerosas caras que lo torturaban todos los días a la misma hora.
Como siempre, una vez que Sasuke abría su tienda, a eso de las ocho y media no podía faltar la entrada triunfal y arrogante de aquél que tanto daño le hizo.
-¿Por qué? – Pensó el chico, levantándose de su asiento al ver a ese tipo cruzar la puerta como cada mañana-
-¿Qué hay sexy panadero? ¿Cómo estás? –La sonrisa descarada de Naruto mezclada con su prepotencia airosa llena de superioridad lo hacía querer nunca volver a trabajar; pero tenía la suficiente necesidad como para tener que aguantar sus humillaciones- dame lo de siempre –en ese momento y después de que Sasuke como de costumbre no contestó a nada, Naruto optó por sentarse en una de las pequeñas mesas cerca de la entrada.
De mala gana, el moreno tomó de una cesta los dos panecillos preferidos de Naruto, así como le sirvió el café en una taza que el mismo rubio le había dejado desde hacía algún tiempo.
Sasuke prefería no contar los días ni semanas de su calvario, sino solamente sobrevivir a tan burda tragedia.
Años atrás, cuando al fin ambos habían terminado sus respectivas carreras, Sasuke estaba a punto de aceptar una oportunidad que le cambiaría la vida para siempre; sin embargo, un mensaje de texto fue el encargado de robarle todo el futuro por el que había luchado. Y por ello, ahora ahí estaba, siendo la versión de él mismo que jamás hubiera querido interpretar; haciendo, lo más denigrante de su carrera misma, por decirlo de algún modo. No era tan malo, pero si tan solo Naruto no le hubiera robado todo su dinero, probablemente la historia sería muy diferente.
-¿Quién lo diría no? –Sasuke escuchaba que Naruto estaba al teléfono como siempre. Por algún extraño motivo, todos los días le gustaba alardear y decir cosas que en teoría deberían de hacer “sentir mal” de algún modo a Sasuke; tal vez, que se sintiera inferior. Pero ese chiste ya se lo sabía desde casi toda la vida, por lo que en realidad, le daba lo mismo. O al menos así fue hasta la conversación de esa mañana- lo sé Shikamaru, ni yo me lo puedo creer –Naruto se escuchaba feliz- en menos de un mes voy a casarme con Sakura –en ese momento, Sasuke tiró la taza, sacando de su ensoñación a ambos- ¿Pero qué demonios? –El rubio lucía molesto- ¿sabes qué? Te llamo luego, al parecer no saben hacer ni un café en este lugar de porquería –dedicándole una mirada furiosa, Naruto tomó sus cosas, pero antes de irse tenía que dejarle en claro a Sasuke quién mandaba en su vida- Supongo que la noticia te cayó por sorpresa ¿verdad? -Espetó de forma burlona- descuida –El rubio sacó la billetera de su pantalón, tomando un par de billetes- limpia este desastre. Por sí mismo el lugar es una basura, con este desorden nadie pagaría un peso por él. Y ¿Sasuke? –Naruto apenas volteaba a verlo- necesito que hagas el banquete para mi boda
-Vete a la mierda –espetó-
-Oh vamos –exclamó divertido- parece que sí hablas- piénsalo. Si aceptas, puedo pagarte todo el dinero que necesites para que te vayas de este lugar –el moreno frunció el ceño, intentando no verse sorprendido. ¿Cómo ese imbécil sabía?- ¿Qué piensas? Tu pon el precio; además supongo que querrás lucirte ¿no es así? Sé que puedes hacer algo que valga la pena. Estamos en contacto –sonrió para luego salir del lugar, dejando algunos billetes en el suelo para que el Uchiha los recogiera después-
-Ese bastardo –murmuró. Sasuke tenía en sus manos algunas piezas rotas de la taza, sin embargo, las apretó tanto que no se percató en que había comenzado a sangrar hasta que bajó la mirada y vio algunas gotas de su sangre en el suelo- solo espera –hablaba para sí mismo- juro, que voy a destruirte.
[*]
-Estoy buscando a mi hermano, Uchiha Sasuke, ¿dónde está? –Dos horas más tarde, Uchiha Itachi ya se encontraba en la comisaría buscando a su hermano menor- ¿Alguien podría decirme dónde está mi hermano? –Se podía notar la desesperación en su voz. No comprendía lo que estaba sucediendo, no tenía noticias de Sasuke desde hacía mucho tiempo y de la nada un detective de homicidios le llama a su celular para decirle que su hermano estaba metido en serios problemas.
Cinco minutos más tarde, el detective a cargo de la investigación Hatake Kakashi se encargó de darle todos los detalles acerca de lo que sucedía con su hermano.
-Tengo que pedirle primero que se calme –el oficial invitaba a Itachi para que entrara en una pequeña habitación- así será mejor que le cuente lo que está sucediendo –una vez dentro, Kakashi tomó la palabra, antes de que el mayor de los Uchiha entrara en histeria- mira Itachi, ¿puedo hablarte de tú? –El joven asintió rápidamente- bien –sentenciaba- iré directo al grano –el hombre intentaba buscar alguna manera no tan abrupta de pasarle el mensaje; al fin y al cabo no estaba frente a cualquier familiar- hace unas horas, recibimos una llamada anónima que nos alertaba acerca del asesinato de una chica –Itachi solo lo miraba con angustia, demostrando que no le importaba en lo más mínimo lo que decía, lo único que le interesaba, era su hermano- su nombre era Haruno Sakura –el detective sacaba de una de las bolsas ocultas de su saco, la fotografía de la muchacha para mostrársela- sé que te preguntarás qué tiene que ver todo esto con tu hermano –suspiró fuerte para tomar aire y poder pronunciar las siguientes palabras- pero lamento informarte Itachi, que toda la evidencia hallada en la escena, involucra directamente a tu hermano…
-Eso no puede ser verdad –el joven interrumpió de golpe al mayor; trataba de evitar perder el control, sabía que no sería una buena impresión por lo que debía relajarse, pero ¿cómo? Por lo menos, intentando no golpear la mesa- mí hermano nunca…
-Puedo comprender que te sientes sumamente confundido, pero encontramos evidencia que muestra que Sasuke estuvo en la escena…
-¿Dónde están nuestros padres? –Ahora, Itachi trataba de cambiar de estrategia. La verdad era que con la confusión y la falta de creencia en las palabras de aquel hombre, se sentía con desconfianza; además necesitaba saber si sus padres también ya habían sido informados o si ya estaban por llegar- necesito hablar con ellos, Sasuke lo necesita, debe estar aterrado; él… tengo que hablar con él, ¿dónde está? –Lo miró suplicante; en situaciones como esa, los familiares terminaban de hacer su trabajo mucho más difícil de lo que por sí mismo ya era-
-Mira Itachi, seré sincero contigo –le dedicaba una mirada seria- puedes esperar a que tus padres lleguen; mi recomendación es que ahora mismo no hables con Sasuke; él, no está en condiciones de hacerlo –habló un poco más bajo de lo normal pudiendo notar la extrañeza en las facciones de Itachi- además, si realmente quieres ayudarlo, consíguele un buen abogado –dijo de manera contundente- porque lo va a necesitar
-¿Qué quiere decir…
-Sé que hay algo que no termina de cuadrar en todo esto –el detective se paró suavemente para después darle la espalda y mirar hacia el cristal de doble vista- porque es el crimen perfecto; tengo pruebas que incriminan a tu hermano, el arma homicida, el motivo y todo lo que necesito para meterlo a la cárcel e inclusive pedir pena de muerte.
Sin embargo, algo me dice que hay algo que no está bien dentro de todo esto; pero también sé, que hay muchos que no piensan como yo y van a apelar para que este caso acabe lo más pronto posible
-Entiendo… -apenas habló-
-Por lo que te sugiero, que le consigan no a cualquier abogado, sino a alguno muy bueno de la ciudad o si se pudiera, del país
-¿Qué tan grave es? –Preguntó con cierto aire de inocencia, aun sin poder creer en lo que estaba pasando-
-Sus huellas y su sangre están por todo el lugar –dejaba el resto de la respuesta al aire-
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-¿Sasuke? –Esa chica lo miraba. Lo miraba confundida- ¿Qué estás haciendo?
-Ella me quitó todo –murmuró-
-Déjame llevarte a tu casa –ella podía notar que algo no estaba bien- ¿tomaste o bebiste algo? ¿Por qué actúas así de raro? ¿Estás solo?
-Él va a arrepentirse por lo que me hizo –por la actividad errática del chico, podría decirse que estaba sumamente borracho o mejor aún, había consumido algún tipo de droga-
-¡Sasuke estás ardiendo¡ -exclamó- ¿cómo llegaste aquí si no trajiste tu coche? ¿En dónde lo dejaste?
-Desearía poder entrar a esa casa, a esa maldita casa… y que ella estuviera de espaldas, sentada en la cocina. Así yo podría entrar sin que se diera cuenta, no haría ningún ruido, y cuando menos lo esperara, ¡bam¡ -exclamó, haciendo gesticulaciones con su rostro mientras apretaba ambos puños- la tomaría de ese asqueroso cabello rosa y la arrastraría por la cocina, y ahí, podría… podría ponerla boca abajo, agarrar bien su maldito cabello y estampar su cara ¡una y otra y otra y otra y otra vez contra el suelo, hasta que su maldito cráneo estallara en miles de pedazos¡
-¡Sasuke, basta¡ -la chica gritó- Estás asustándome
-No descansaría hasta ver muerta a esa maldita zorra y ver a ese malnacido retorciéndose de dolor
-No –murmuró la joven- tú no serías capaz de…
-Claro que lo sería –sentenció casi con voz de ultratumba- sería capaz de matar a esa zorra llamada Sakura…