Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mischievous AU (Rev! OR no baai) por Adry Robledo

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Estaba pensando que olvidé mencionar cuánto tiempo pienso tomarme en escribir cada capítulo y pienso que, como aproximado, serán tres días hasta que me vean actualizando nuevamente ;) ¡Gracias por leer, y espero que disfruten el capítulo! 

 

¿Estás seguro que no estás dramatizando? Digo... ¿igual que siempre? -la voz de la chica resonó como una musiquita, alegre y descuidada, desde la pequeña bocina, y él sólo se recargó con pereza sobre la mesa de madera, sin hacer muecas, protestar ni irritarse en silencio, simplemente dedicándose a buscar el techo, tranquilo, como meditando todas las implicaciones que había repasado una, dos, trece y un millón de veces.  

— De acuerdo, quiero que te tomes dos segundos, sólo dos segundos, An, para reflexionar sobre lo estúpido de esa última ironía tuya. - Sintió cómo la risa estridente de su amiga hizo retumbar la superficie sobre la que descansaba el móvil, y él sonrió a su vez, contagiado del pegajoso sonido. - Y ahora que comprendiste que no existe momento alguno en mi vida del que no haya hecho ya un auténtico melodrama, inténtalo de nuevo y formula una pregunta más inteligente, por favor. 

— ¡Oh, vamos, cállate! -Aunque ya no se estaba riendo, su voz sonriente, desató la risa propia. De pronto An se escuchaba tan exasperada como podía estarlo cada que ambos se encontraban en el mismo canal. - ¡No es justo! Siempre que intento tener una conversación seria contigo, terminas soltando cualquier estupidez con tal de asesinar completamente mis buenas intenciones.  

— De todos modos, no iba a ser una conversación interesante.  

— Las conversaciones serias a menudo no son interesantes, cielo. -Ritsu sonrió un poco más antes de estirar su cuerpo cual hurón en día caluroso, esforzándose por alcanzar la última rebanada de pizza que descansaba sobre el brazo del sillón. An se interrumpió para decirle que le subiera un poco a la canción que se estaba reproduciendo, y el hurón se estiró sobre el piso al lado contrario; ambos cantaron un par de versos antes de redirigir sus prioridades. - Pero ya enserio, Ritsu, ¿ya lo pensaste bien? ¿Qué tal si al final te arrepientes? Porque será complicado volver una vez que te hayas ido de la editorial, eso independientemente de que Onodera-sama sea tu padre. 

— Quita el honorífico, se me pone la piel de gallina. -Se empinó la lata de cerveza, vaciando todo el alcohol que fue capaz de depositar en su organismo antes de responder. De hecho, lo había pensado tanto que, al final, decidió determinar una decisión permanentemente con tal de no seguirle sacando vueltas al asunto, y estaba convencido de que nadie podría hacerlo reconsiderar su elección. - Estoy seguro, An. Entiendo que para muchos todo el asunto suene como un arranque de ira, una rabieta mal direccionada, o un simple capricho de niño rico y mimado, pero no me interesa, al menos yo tengo la seguridad de que nunca podré considerarme un profesional capacitado si continúo trabajando en una empresa que ya tenía mi nombre desde antes de graduarme de primaria.  

— ...Venganza.  

— ¿Qué? 

—  Fue por accidente, pero hace unas horas escuché a alguien diciendo que hacías todo esto con tal de vengarte de tu familia.  

— ¿Quién dijo eso?

— Como si fuera a decírtelo.

—  Bah, como quieras, ni siquiera yo estoy seguro de nada.  

— ¿Entonces es un "tal vez"?  

—  Es lo que te acabo de decir. - Respondió, volteando a ver el bonito widget que le indicaba la hora desde su computador: faltaban pocos minutos para las siete de la mañana, y Ritsu, más por costumbre que por verdadero sueño, soltó un bostezo y estiró su columna cual gato castaño antes de enroscarse en el sofá. - Pero no voy a negar que, quizá haya algo de retorcido en mi determinación. Quién sabe, quizá enserio tenga que ir al psicólogo, ya que soy demasiado perezoso para hacerme un autoanálisis.  

—  Ahora que lo mencionas, tengo un amigo que es psicólogo, seguro que podría ayudarte con eso y otros tantos problemas con los que se carga esa preciosa cabecita tuya. Es algo mayor que nosotros, pero seguro que te hace un descuento.  

Ritsu se rio, cómplice. - ¿Y desde cuándo nos interesa la edad de nuestros psicólogos, An? 

—  Es que él es lindo, y después de que me rechazó, inmediatamente pensé en ti. 

—  No me digas: te aplicó la vieja confiable de "eres muy linda, pero...". 

—  "Eres muy linda pero, por el momento, no estoy demasiado interesado en las mujeres". 

— ¡Vaya! Aparte de psicólogo un hombre directo. Me gusta.  

— Basta, no hace falta que me recuerdes que tenemos gustos parecidos. 

—  Da igual. Lo siento por tu amigo, An, pero justo ahora me encuentro cumpliendo un voto de abstinencia y no tengo idea de cuánto tiempo durará.  

—  Iba a reírme, pero te escuchaste serio. ¿Qué pasa con el celibato repentino?  

— Me juré a mí mismo no meterme con nadie hasta que todo se estabilice por aquí. Por lo pronto iré a la entrevista en Marukawa el lunes, y esperaré buenos resultados, pero te prometo que en cuanto me sienta mental y emocionalmente preparado, llamaré a tu amigo para agendar una cita.  

—  Te apuesto una cena a que no duras más del mes en abstinencia.  

—  Una cena y una noche de películas cursis en tu departamento a que sí alcanzo al mes.  

—  Trato hecho, lindura, pero las películas las escojo yo.  

Hablaron alrededor de quince minutos más antes de que An se despidiera; aparentemente, en menos de una hora tenía que ir al trabajo "más aburrido del mundo" como todo buen empleado debía de, con tal de ganarse el pan de cada día... o, en su caso, el permiso paternal de permanecer en París otro medio año más como aprendiz de diseño de modas. Pues es que aunque no era un secreto (para nadie) que ella realmente odiaba tener cualquier cosa qué ver con los negocios de su padre, era consciente de que, esa, era la única manera en que podía acceder fácilmente a ese universo de superficialidad inconsciente y consumismo desenfrenado; después de todo "¿qué mejor lugar para iniciar que la Capital de la Moda"? 

Ritsu se puso de pie y observó el mini desastre atómico que había provocado en la sala de su modesto departamento. Se detuvo a presenciar cómo la luz matutina se colaba impertinente a través del cristal de su ventana, y se apresuró a correr las gruesas cortinas antes de darle lugar a más abusos de su parte; esta vez bostezó motivado. 

Era hora de ir a la cama. 

 

Notas finales:

Tengo la mala costumbre de descubrir la mayoría de las cosas que sucederán en la historia, literalmente, mientras escribo, así que cuando termino de escribir me siento justamente como si acabara de leer el fanfic de alguien más (?) En fin, por si no fue obvio, en esta historia la relación de An y Ritsu es de nada más que amistad, y una que me ha gustado mucho, sinceramente; aunque me temo que tendrá que pasar un tiempo a partir de aquí para que An vuelva a aparecer, but well, la situación lo amerita.

Como dije, iré explicando todo poco a poco, dénle tiempo al tiempo y dénme oportunidad de acostumbrarme a mí a este nuevo sistema autorestrictivo de palabras (esta vez me pasé por 22 :v)

¡Nos leemos pronto!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).