Naruto atendió la mesa 7, levantó el pedido y se dirigió a la cocina.
—Uzumaki-kun. La mesa 8 se acaba de ocupar— dijo un chico castaño.
—Voy— soltó un suspiro y camino a levantar el pedido.
Ya casi se cumplían dos meses desde que entro a trabajar a la cafetería. Todo era tranquilo. Lo único malo es cuando intentaban coquear con él y el ajustado uniforme.
—Naruto-kun es tan guapo— el rubio vestía un pantalón negro de vestir ajustado, un chaleco del mismo color, una camisa blanca del manga larga y guantes blancos. Su cabello estaba recogido en una corta cola de caballo y su flequillo cubría sus ojos.
—Es raro escucharte decir algo así, Hinata.
—Ino-chan...
—Pero si, es muy lindo y él no es conciente de eso.
—¿Por qué será?
—Quién sabe.
—Con esa ropa. Siento que Naruto-kun me recuerda a alguien.
—¿A quién?
—No recuerdo. Solo se que debió ser en la reuniones.
—¿De la empresa? — Ino miró al rubio —Cierto. Pero a quien.
—Niñas. A trabajar.
—Sí, Uchiha-san.
Ambas se alejarlo y Mikoto soltó un suspiro de alivio. Había olvidado que esas dos eran hijas de importantes hombres.
Hinata Hyūga, pelinegra de gran delantera, era la heredera de Hyūga Tv. La más importante cadena de comunicaciones y televisión. Mientras que Ino Yamada era la heredera de Yamada Inc. Un empresa especializada en cultivos florales, y socio de los Nara. Ambas habían pedido sus padres trabajar pero se negaron. Así que ella les dió la oportunidad, y tras una charla con sus padres accedieron. Claro, la cafetería estaba vigilada.
Naruto llegó a la mesa 8 y se encontró a un joven doncel pelirrojo. Se miraba de unos 16 años.
—Bienvenido a Amaterasu ¿Ya sabe que ordenar?
Parpadeó confundido y miró a la persona. El cabello rubio no le dejo ver el rostro —Un frappe de moka y una rebanada de tarta de fresas.
—¿Algo más?
—Eso es todo— leyó el nombre en la placa —Uzumaki-san ¿Se encuentra Mikoto-sama?— el rubio asintió —Puede decirle que Gaara Namikaze está aquí.
—Por supuesto. En unos mitos estará su orden— se alejó y dejo al orden. Fue a la oficina y llamo a la puerta —Mikoto-san. Alguien llamado Gaara Namikaze pregunta por usted.
—¿Está aquí?
—Mesa 8.
—Naru. Hazme un favor— le entrego un sobre —Ve al banco xxxx y deposita esto. Aquí está la cuenta.
—Las mesas...
—Las chicas se encargarán. Ve por detrás. Estarás más pronto.
—Entendido. En un rato estoy de regreso.
Mikoto observó a Naruto salir por la puerta trasera. Se dirigió la mesa 8 —Ino, Hinata. Atiendan las mesas de Naruto. Lo envié a un mandado.
—Sí, Uchiha-san.
—Gaara-kun.
—Mikoto-sama. Buena tarde.
—Qué te trae por aquí.
—Mis padres llamaron. Uchiha-san y ellos regresan. Su vuelo llegará a las 9 el sábado. Su esposo tuvo un percance con su móvil, por eso no la ha contactado.
—Ya veo. Ahora entiendo porqué no reciba llamadas de él. ¿Estas bien?
Sonrió —Mis abuelos me cuidan. Mi abuelo a penas y me dejó venir. Traje compañía.
Miró hacia donde Gaara miraba y vio al equipo de seguridad de Jiraiya —Varones.
—Sí— rió —Por cierto, tiene un nuevo mesero.
—Sí, es muy lindo... Por cierto, Gaara-kun ¿Qué te parecía hacer una reunión en mi casa, para celebrar lo negocios? Será en mi casa. Yo me encargaré de todo.
Lo pensó unos minutos —Es una excelente idea. Además, Deidara también estará de regreso ese día.
Mikoto sonrió complacida.