—Naruto-sama, llegamos— anuncio Zabuza —La abro la...
—No se moleste, Zabuza-san. Gracias por traerme. Si hubiese estado listo a tiempo me hubiese traído con Gaara.
—Entiendo, pero yo no llevo a Gaara-sama a la escuela. Es su abuelo. Le queda de paso.
—Ya veo. Gracias— sonrió y bajó del auto.
En cuento puso un pie en la asera, todo mundo se le quedó mirando. Ignoró eso y camino a la entrada pero alguien lo hizo detenerse.
—Naruto-kun. Buen día.
—Hinata-san, buen día. Es la primera vez que nos encontramos— sonrió a la pelinegra.
—Es que no tuve la primer clase. El maestro esta con licencia médica.
—Ya veo. ¿Ino-san?
—No la he visto— se removió nerviosa —¿Hoy va ir a la cafetería?
—Sí. Anteayer y ayer me dió permiso Mikoto-san. Cómo tuve dos días de sanción.
—Eso supe. Es el chisme de estos dos días. No dejan de hablar de ello.
—¿Cómo se han enterado? No creo que Orochimaru-sensei dijera algo— dijo pensativo.
Miró por todos lados —Una hora después de que Orochimaru-sensei los llevará a la dirección. Se vio a los Haruno discutir. Yo pasaba por el lugar y fue cuando me enteré de que era un Namikaze.
—Oh... ¿Todos lo saben?
—Si. Y ahora entiendo— Hinata sonrió.
—¿Qué entiendes, Hinata-chan?— preguntó curioso.
—Por que Naruto-kun se me pareció a a alguien el día que lo conocí. Si es que se parece a Minato-san.
—¿Lo conoces?
—Si. Nuestro padres tiene algunos negocios juntos— respondió nerviosa, ya que había evitado hablar del tema con el rubio.
—¿Eres... Rica?— preguntó sorprendido.
—Bueno, mis padres. Igual los de Ino.
—Pero ustedes trabajan.
Frunció el ceño—Naruto-kun también lo hace.
—Yo lo hice por necesidad. Aún no sabía que ellos eran mis padres.
—Oh cierto. Nos dijiste que tu mamá falleció.
—Es una larga historia. Si gustas la diré más tarde... Pero no aquí.
—Cierto— todo mundo los miraba y ponían atención —¿Entramos, o esperas a Sasuke-kun?
—Vamos. Esto es incómodo.
Ambos entraron a la universidad. Naruto dejó a la pelinegra en su edificio, y luego se dirigió al suyo.
En el trayecto notó las miradas y algunas que otras sonrisas. Aquello le dió mala espina.
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Sasuke sonrió al ver enterar a su lindo novio. Se miraba tan sexy. Deidara habían hecho una buena elección de ropa.
—Buen día— saludó Naruto.
—Buen día— sonrió, jaló a su novio de la mano, y lo sentó sobre su regazo. Lentamente se acercó y besó los sauces y antojables labios de su rubia adoración.
—Nghh— gimió al sentir las manos sobre su cadera. Se separó y miró al pelinegro —¿Me extrañaste, Sasuke?
—Por supuesto. Fueron dos días en los que estuve sin tí.
Rió divertido —Ayer estuviste en casa.
—Sí, pero fue por hacer tarea. Te recuerdo que tú padre me estuvo vigilando.
Naruto rió. Su padre doncel no los dejó solos ningún momento. Solo cuando llegó Iruka de trabajar, fue que los dejó solos.
—Jóvenes. A sus lugares.
—Llega tarde, sensei— reclamaron algunos.
—Estaba en la administración. Estaba esperando la nueva lista— bostezó y comenzó a pasar lista.
—Namikaze Naruto...
—Presente— respondió exaltado.
Sasuke rio al ver la cara de pánico de su novio