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El hombre de mis sueños por darkmiss

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Capítulo 10. Una bella ocasión para ver las estrellas.

La unidad policíaca conformada por los forenses de la comisaria y un par de ambulancia llegaron al departamento de los hermanos Krakov,  mientras unos comenzaron a recoger el cuerpo de Hyoga, Kardia y Camus llevaron a los hermanos a las ambulancias para que los checaran. El pelirrojo observa como curaban las cortadas y quemaduras que le había hecho rubio a  Milo, mientras el rubio apenas y se mantenía tranquilo, pues su mayor preocupación era el bienestar de su hermano, que no dejaba que nadie se acercara a él a excepción de algunos pocos. En otro sitio, Kardia tenía abrazado a Degel luego de le había dado su propia camisa y él se cubría con una playera de tirantes y una chamarra de cuero, el mayor no dejaba de abrazarse a si mismo, tenía la mirada perdida en otro lugar que tal vez ni se había percatado de la presencia  Kardia a un costado suyo o el cambio de sitio.

Mientras tanto el oficial no dejaba de consolarlo a la nueva víctima, sabía que ahora mismo tendrían que ir a la comisaria para realizar los exámenes correspondientes después de que Hyoga había violado a Degel, sabía que ahora mismo tendría problemas por su comportamiento y su tan bajo desempeño , sin embargo algo en él nublo su cabeza, el ver a Degel en ese estado decadente, mientras Misha o Hyoga disfrutaba torturar a Milo y Degel fue lo que lo hizo disparar, e incluso había visto en la mirada de Camus, un ligero cambio en sus ojos cuando el rubio apunto a Milo con el arma a la cabeza, sin embargo nunca espero ser el quien le quitara al cómplice del “El hombre de mis sueños”.

-Listo-exclama el paramédico a Milo y Camus- . Ya estas mejor, solo evita hacer esfuerzo todavía faltaalgunas cosas pero por ahora esto sería suficiente hasta que lleguemos a la clínica.

Sin esperar ni un segundo Milo se aleja y va con su hermano, se coloca al frente de él tomando unos de sus hombros, Degel sale del ensueño levanta el rostro y mira a Milo, le sonríe aunque esa sonrisa fuera cansada, Degel extiende una de las manos, acariciando la mejilla de Milo, este estrecha la mano contra la suya, y lo abraza.  Milo procura no abrazar tan fuerte a su hermano, especialmente porque el mayor no tiene la disponibilidad de flexionarse sin lastimarse, como él en no querer arruinar las primeras curaciones, aunque eso no evita que querer cubrirlo con su cuerpo, especialmente por solo tener una camisa sobre la anatomía. 

-Gracias a dios que estas bien Milo- susurra Degel.

-no hermano, yo soy el que tiene que estar agradecido, todo se acabó.

Por su parte, Kardia se alejó de los chicos dándoles privacidad, se dirige a la patrulla de donde llegaron y  toma asiento, coloca ambos codos sobre sus piernas, mientras oculta la cabeza entre las manos. 

-¿estas bien Kardia?

-Si- responde sobriamente. 

Camus  se coloca a un lado, posa una de las manos sobre el hombro del moreno.

-El capitán Lina se enojara por la muerte de Hyoga-explica Kardia.

-no fue tu cumpla-inquiere Camus-. Tu reacción salvo a un inocente, que tal vez ahora mismo tendríamos otro cadáver con un inocente muerto, y a un sospechoso  gustoso por su labor.

Kardia siguió unos minutos más en esa posición hasta que se incorpora, extendiendo los brazos por encima de la cabeza.

-¿Cómo esta Milo?-pregunta Kardia más tranquilo.

-no lo se, por ahora tenemos que llevar a Degel a una clínica, tiene que ir a cuidados para lograr sacar toda evidencia de la violación, y posteriormente llevar a los chicos para que los vea Saga.

-esto será un largo día.-Camus asiente con la cabeza, y posa una de las manos sobre el hombro del Kardia en señal de apoyo.

-¿y tú cómo te sientes?- pregunta Kardia.

-con unas ganas tremendas de darle un tiro por la cabeza a Hyoga.

-creo que ya somos dos con ese sentimiento. 
-solo que uno si pudo, y yo me quedo con las ganas.

Kardia ríe de irónico por la oración, se incorpora cuando unos de los paramédicos se acercan a ellos, no veían a los chicos por ningún lado, así que supusieron que ellos ya estarían al interior de alguna ambulancia. 

-señores, ya estamos listos, los forenses se llevaran el cuerpo del ignoto a la morque, pero necesitamos saber quién se quedara con los chicos, no podemos dejarlos solos, además de que Degel necesita algunas atenciones que tal vez no podemos hacer en la clínica de la comisaria. 

-¿Qué cosas?, ¿acaso paso algo?- pregunta Camus. 

-pues el joven Krakov tiene un artefacto en la zona rectal, no sabemos si podremos quitarse en el interior de la ambulancia.- Ambos oficiales miran sombríamente al paramédico, no querían que cualquier noticia con respeto al caso saliera al aire-.Pero haremos lo posible para no dañar al joven Krakov.

-vale- dice Kardia- .Yo iré con los chicos Camus, tu ve en la patrulla.- Camus asiente –.Hay que darle informe al capitán de lo que paso.

Los paramédicos se retiran permitiéndole a los oficiales prepararse, Milo está en el interior de la ambulancia y Degel esta acostado de lado en una de las camillas, Kardia observa al mayor de los Krakov dopado balbuceando palabras que no lograba identificar, está por preguntar por qué lo sedaron, pero al final  prefirió callar, tal vez le dolía mucho el objeto en su interior, como para  que se pudiera mover con facilidad, además de que no podría soportar ese reflejo de miedo en unos ojos tan lindo, por lo que toma asiento a un lado de Milo, que no soltaba la mano del mayor.  Los dos paramédicos al ver a los hombres preparados, cierran las puertas y van a la caseta dando marcha a la ambulancia. 

Mientras tanto, Camus se colocó en el lado del piloto de la patrulla, cuando la ambulancia comenzó a moverse, esta enciende las sirenas, y él le sigue el ejemplo, va detrás del vehículo escoltando a sus protegidos,  no faltando mucho para llegar a la comisaria, Camus desvía de ruta para poder hablar con el capitán Lina  y deja a Kardia que siguieran a los hermanos. 

La ambulancia no tuvo que seguir una ruta diferente a menos de una cuadra de la comisaria, estaba la clínica que por lo general la comisaria usaba de base médica en caso de alguna autopsia, morgue, o extracción de pruebas corporales, la Ambulancia se estaciona al frente de las puertas donde los esperaban los médico,s ya tenían preparado todo  para comenzar con el peritaje de violación y por si se requería atender alguna herida que los paramédicos no pudieron atender. 

Con sumo cuidado los paramédicos bajaron la camilla donde está el  peli verde,  el sedante fue perdieron efecto sobre él, por lo que se apresuraron a  ingresarlo a una de las habitaciones disponibles, mientras Milo tuvo que quedarse afuera de la sala para ser examinado con mayor cuidado los quemaduras y cortes sobre el cuerpo siendo cuidado por Kardia.

Cuando Degel desperta por completo por un momento se asusta, pero todo paso cuando ve que aún tenía puesto la camisa de Kardia, mira por otros lados buscando algún indicio que le diga en donde se encuentra, escucha la puerta abrirse, nuevamente se sobresalta, pero rápidamente se tranquiliza cuando ve una doctor ingresar. 

-buenas tardes señor-menciona la mujer- .Me llamo Hilda Nexanas, y necesito hacerle algunas preguntas para posteriormente hacer las  pruebas correspondientes. 

La doctor, una joven de cabellos platinados, se le acerca, ve que tenía una plantilla en su mano que luego la deja sobre una plancha metálica, y le ayuda a incorporarse de la camilla, y  al levantarse de la camilla, siente una incomodidad en el recto y la necesaria sensación de ir al baño.  

-¿que pruebas doctora?-Teniendo la vaga idea de lo que  iba pasar.

-como sabrá, las personas que pasaron por lo que pasó usted.- Sin querer mencionar la palabra violación-. Se le abre un expediente, por lo que necesitamos conseguir cualquier prueba disponible sobre el caso, así que por favor, le pido que venga para que se quite la ropa. 

Degel hace caso sigue a la médico donde lo llevó a una malpara desplegable, colocándolo de otro lado de esta.

-en un momento le paso una bolsa para que ponga su ropa, hasta que yo le diga, se pasara a la camilla, lo primero que haremos será conseguir toda la evidencia visual del acto, posteriormente extraer todo fluido que puede estar en su organismo, y si se requiere de algo más pues los análisis nos mostraran cualquier daño posible.

-¿crees que tardaremos, señorita?

-todo va dependiendo de lo que pase, como su caso no ha pasado menos de 3 horas, será muy rápido conseguir algunas evidencias que otras. 

La médico le extendía la bolsa y por un momento Degel duda en tomarla, aquella prenda era la única cosa que lo protegía, de lo que lo mantenía a salvo después de la violación de Hyoga, no podía dejar de sentir las manos de ese chico sobre su cuerpo, el cómo se movía sobre su cadera sugiriendo un montón de palabras vulgares, cuando él solo quería gritarle a Milo que huyera, que corriera por su vida y que no volteara hacia atrás, que él lo quería, que todo iba a estar bien, que no se preocupara por él, que todo esto iba pasar muy pronto, aun cuando podía ser la última vez que se verían.

Nunca paso por la mente de él, que ambos fueran sometidos de esa forma, que Hyoga torturará a Milo y él terminara violado al frente de su hermano menor, quería ir con éla  preguntarle el como estaba, que todo había terminado, sin embargo en el fondo de la cabeza, no sabría cómo responderle en caso que Milo preguntara por su estado, sabía que ahora estaba roto, que ahora estaba en las misma condición en la que Milo fue encontrado hace meses, tenía las ganas de preguntarle a Milo el cómo pudo soportarlo, cuando él apenas y puede aceptar lo que le hicieron.

-por favor joven, tiene que apresurarse, entre más tiempo perdamos, todas las pruebas se irán degradando.

-no se… si pueda-susurra Degel.

-¿quiere que llame a alguien?- inquiere la doctor con paciencia, esa clase de reacciones estaba acostumbrada a verlas, especialmente en jóvenes que nunca se imaginaron que sus vidas fueran violentadas de esa forma.

-¿se puede? –dice Degel de forma esperanzador.

-puedo hablar con el oficial que lo trajo para que lo acompañe.

-si por favor-responde  sin dudarlo. 
La doctor asiente y se retira a buscar a Kardia, no tarda mucho cuando el oficial ingresa después de la médico. Todo el valor que había juntado había desaparecido,  baja la mirada, no podía soportar los ojos de Kardia aun cuando era la persona que más confianza tenía en esos momento. 

Por su parte, Kardia había estado atrás de la habitación luego de dejar a  Milo con otros doctores y llamar a Camus para que no tardara e hiciera compañía al menor de los Krakov, o en caso de que necesitaran de su reporte, y a pesar de que tenía en buena estima al Milo para hacerle compañía mientras esperan a Degel, pero su mayor prioridad era conseguir sacar bien librados a los dos chicos, especialmente al hermano mayor que fue él quien se llevó el mayor daño, toma asiento a un lado de la habitación donde puede escuchar todos los movimientos del interior, cierra los ojos para descansarlos aunque sea por unos segundos. La puerta se abre y aparece la cabeza de la doctor que haría el examen,  ya por un momento pensaba que ya había terminado de hacer los análisis correspondientes por lo que le pediría algo de ropa para el mayor, más todo fue lo contrario, le pidió ingresar donde Degel apenas asomaba la cabeza sobre la cortina que lo dividía a él del exterior. 

Pudo percatarse del cambio corporal, y la rigidez que toma el peli verde cuando apareció, e incluso como ocultaba el rostro de su vista, maldijo internamente a Hyoga, que ardiera en el infierno por lo que le hizo a una persona inocente.

-Degel-. Kardia llega hasta el chico sin pasar al otro lado de la cortina, el mayor de los Krakov aprieta ligeramente los labios, suprime las palabras y suelta el aire que había contenido desde que la puerta apareció la figura del oficial.

-Aquí estamos jovencito, por favor le pido que coloque toda la ropa en la bolsa- inquirió la doctor extendiéndole nuevamente la bolsa de papel. 

-Aquí tiene doctor.- Degel solo levanta la cabeza e intercambia mirada con Kardia, haciendo uso de todo control, solo pudo sonreírle ligeramente y asistir con la cabeza, Degel corresponde el gesto, y deposita la camisa de Kardia al interior de la bolsa. La doctor la coge, y la coloca sobre una plancha metálica, luego toma una cámara fotográfica y pasa al otro lado de la mampara.

-Extienda las manos por ambos lados del cuerpo- dice la médico-.No las baja hasta que yo le diga.-Enfoca la lente sobre el cuerpo de Degel y sacar  las primeras fotos.
 
Degel sientes el resplandor de la lente, primero fue la espalda, luego la cabeza, posteriormente los glúteos y las piernas, y Kardia no puede dejar de observar la silueta que aparecia a cada flash de la cámara, la doctor le pidió a Degel que se volteara para continuar con las fotos,  Degel asiendo caso a lo dicho, permite que le fotografíen el pecho, caderas y miembro; termina de sacar las fotos y deposita  la cámara en la pancha metálica.

-por favor baje las manos, ahora vamos a continuar con las extracción de  evidencias sólidas y fluidos, por favor de acomodarse  boca arriba en la camilla jovencito.

Degel sale de la mampara,  camina desnudo hasta la camilla de la habitación, tiene dificultad de acostarse, por lo que Kardia se adelanta en ayudarlo a acostarse, lo toma de la mano, trata de trasmitirle la confianza que necesite para pasar todo esto

-no te preocupes Degel-murmura Kardia-. Ya casi termina esto. 

La doctora trae consigo un pequeño peine de cerdas delgadas quedando al frente de Kardia que no se atrevía a separarse de él, la médico se coloca a un lado del peliverde, pasa el peine sobre el vello púbico, dejándolo cada pelo que conseguía en una bolsa de evidencias. Luego tomo un par de isotopos pasando la punta de estos sobre el pene de Degel, pasa otros dos isotopos antes de colocarlos en un tubo de evidencias. Le pide a Degel voltearse para continuar con el procedimiento.

Hilda le abre  las nalgas a Degel y  toma las muestra de los fluidos con un par de isotopos, Degel reprime un gruñido al rozar la pequeña fibra sobre  la enrojecida zona.

-Ya basta, por favor- gime el peliverde.

-solo un poco más por favor, aguanta- le suplica Kardia. 

-pero bueno…duele mucho. – gime Degel.

La doctor se apresura en sacar toda las evidencias posibles, deja los isotopos y  continua con su labor, tomando unas pinzas quirúrgicas, introduce la punta al colón del joven, Degel se estremece y gruñe de dolor,  Kardia aprieta mucho más fuerte la mano, la doctor gira las pinzas procurando tener firmemente el dispositivo y empuja hacia adelante , logra sacar el dispositivo del interior del cuerpo de Degel, con el dildo afuera lo coloca encima de la bolsa de evidencias con el resto de evidencias para enviarlas a laboratorio.
 
-sería todo- dice la doctor-. Voy por algo de ropa para que la use joven, no  tardo mucho en llegar. 

La doctor se retira de la habitación, Kardia le extiende una de las sabanas quirúrgicas, el peliverde la acepta envolviéndose con ella, 

-eres una persona muy valiente Degel- le dice Kardia-.Milo deberá sentirse orgulloso por ti.

-no sé cómo salir adelante oficial Elsestetra.

-yo creo que si lo sabes Degel, solo es cuestión de tiempo. 

-tengo miedo- admite Degel-. Por favor,  no me va a dejar oficial.

-claro que no, este el tiempo que no necesites.

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Milo había sido atendido de todas las heridas, solo esperaba que Degel saliera para regresar a casa, aunque claro, ahora no sabía en donde iban a vivir, no había sitio donde pudieran dormir esta noche,  y estaba más que seguro que no quería volver a ese lugar. 

Las puertas de la sala se abrieron, Milo observa y ve a Camus ingresar, por su parte, Camus no dejaba de pensar en todo lo que le dijo Edén cuando se lo topo en la comisaria, le había entregado los expedientes y toda la información que habían logrado sacar de Misha Dmitri, no era mucho, pero si indispensables para comenzar a cerrar el caso.

Joven de  rubio cenizo de 26 años, con problemas mentales y hormonales, siendo obsesivo compulsivo, además de ser muy territorial con desorden de la realidad. Sus padres, un matrimonio mayor habían hecho todo lo posible para que el rubio lograra una vida normal, aunque claro todo eso no había valido sus esfuerzos, a los 13 años comenzaron sus primeros delitos, primero robo a transeúntes y pequeños locales comerciales, no fue hasta que en uno de sus asaltos, termino hiriendo con arma blanca al vendedor, el hombre termino casi muerto, mientras el joven tuvo que ir a reformatorios logrando solo cumplir tres meses cuando escapo del sitio, sin dejar rastro alguno. 

En algún punto de su vida se topó con un hombre llamado Hyoga Dubocs , este debía ser muy mayor para Misha pues apenas y encontraron un acta de defunción de 13 años antes de la aparición de Milo, por lo que Misha pudo apropiarse de la identidad de Hyoga para continuar con sus vida. 

El verdadero Hyoga Dudocs era dueño de una serie de casas privadas y de campo junto con una pequeña fortuna por su larga trayectoria militar de forma activa, de ahí su facilidad económica y de recursos como experiencia  en el campo y nudos, tenía una extensa colección de sogas y cuerdas, desde las más simples hasta aquellas que sirven para hacer ejercicios. Por la mente de Camus pasa la idea de que si lograban  encontrar estos sitios, podrían dar con el sitio en donde Milo estuvo apresado por todos estos años.

Camus toma asiento a un lado de Milo, el rubio no dice nada, pero busca la mano de Camus, entrelazando los dedos con el mayor.

-¿no han dicho nada?-pregunta el hombre de ley

-nada oficial Camus.

-no te preocupes, ya verás que todo mejorara. 

Milo deja caer la cabeza sobre el hombro de Camus.

-esto espero oficial, eso espero.

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La doctora había regresado con el oficial y su protegido, le extendió un par de prendas para que el peli verde las usara, Degel quiso incorporarse sin embargo sus piernas no le respondían, tuvo que apoyarse de la camilla para poder incorporarse y tomar asiento,  y con la ayuda de Kardia lograr quedar parado a un costado de la camilla, sin embargo una mancha de sangre lo asusto, Kardia igual se asusta obligando al peliverde quedarse quieto y buscar el origen del sangrado.  El oficial se tomó la libertar de examinar la desnudez y ver que el menor sagra de las nalgas.

-doctor- llama Kardia a Hilda, ella no pierde ni un segundo en atender al menor que nuevamente iba perdiendo fuerza en las piernas. 

-permítame por favor–dice la doctor, haciendo a un lado a Kardia, mira que entre las nalgas de Degel salía una importante cantidad de sangre-Maldición.

Hilda se apresura a llamar al personal, esto tenía que ser muy malo para el joven, acomoda a Degel de tal forma que evitara que continuara sangrando y poder trasladarlo a otro sitio para poder atender el sangrado.

Kardia observa en silencio como la doctor se moviliza, y se lleva a Degel a una nueva sala, se apresura a seguirlos, tenía que conseguir toda la información antes de hablar con Camus y Milo y cerciorarse que el joven Krakov estuviera bien.
  
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Milo se quedó dormido con la cabeza inclinada sobre el hombro, Camus igual quería descansar pero no podía moverse sin que Milo despertara, dejo que su cabeza se recargara ligeramente sobre la de Milo, quedando en esa posición y despejar por un momento su cabeza.

A lo lejos la figura de Kardia se visualiza, Camus es el primero en percartarse, mueve ligeramente a Milo para despertarlo, cuando Milo se incorpora, Camus se levanta.

-quédate aquí Milo.- El rubio asiente mientras el pelirrojo  se apresura a ir con su compañero.

-¿Pasa algo Kardia?

-Degel comenzó a sentirse mal, al parecer tuvo un desgarre en el colón, los médicos quieren internarlo.

-espero que no sea nada grave.

-por suerte no es nada que requiera una cirugía, pero se quedara en observación este día,  si es ese el caso, creo que me quedare con él.

-no creo que sea tan grave para que sea internado. 

-el maldito de Hyoga le introdujo un dildo de púas- Camus esta por preguntas, pero Kardia continuo-.Esos juguetes los usas en las casas o juegos BDSM, se suelen emplear en esclavos sexuales como un método de entrenamiento, puede causar incomodidad y desgarre interno, otras veces en escenas de violaciones sádicas. Los chicos de victimas sexuales mencionaron que  algunas veces se topan con esos juguetes en algunos de sus casos.

-¿Hablaste con ellos?,¿Qué no se supone que teníamos que manejar eso con discreción?

-es la primera vez que veía esa cosa, tuve que preguntarle a quien tenía más disponible. 

-¿y que te dijeron los chicos?

-es que una suerte que Degel solo tenga desgarra, esas cosas sueles ser hechas de metal que puedes provocar cortaduras en algunas venas rectales y que te pueden desangrar lentamente, si no se le extrae y se le atiende las heridas.

-¿Por cuánto tiempo crees que  este internado Degel?

-no lo se, supongo que un día o dos máximo.

-mierda- Camus golpea con el puño la pared-.Como le voy a decir a Milo esto.

-no tengo idea, pero te recomiendo que le digas al chico que su hermano estará hospitalizado, pero no las causas.

-eso haré, aunque no estoy muy seguro en como se lo tomara Milo.

-no te preocupes Camus, estoy seguro que Milo trata de ser fuerte por su hermano que lo necesita en estos momentos.- Camus asiente por la afirmación y se despide de Kardia que tenía que volver.  El pelirrojo regresa con Milo. 

-¿pasa algo oficial Camus?

-si, Degel tuvo complicaciones y será internado por esta noche- Milo siente pierde la fuerza en las piernas-ya es tarde como para buscarte un lugar, así que te llevaré a mi casa para que puedes descansar. 

-pe..pe…pero, ¿y Degel?… ¿y mis cosas?

-bueno podemos ir por un par de prensas para que puedas usar, aunque no creo que sea conveniente, es una escena de crimen y tendremos problemas si violamos los sellos.-Camus piensa en una solución.-ya se vas a usar algo de la mía, aunque puede que te quede un poco grande y por Degel no te preocupes, el oficial Kardia se quedara con él.

-¿y no cree que pueda ir a verlo?

-lo dudo, está en chequeo, y dudo mucho que te dejan ir a verlo, será mejor retirarnos, ha sido un día muy largo y tú no has comido, ven Milo.

Milo obedece al oficial, salen de la clínica, toman  la patrulla y Camus comienza a conducir hacia su casa, debes en cuanto mira a Milo que tenía el rostro recargado en una de sus palmas y mirada la ventana de la puerta del copiloto, en cada semáforo le preguntaba ¿si se encontraba bien?, o ¿si necesitaba algo? Milo le respondía con una negativa para que él pudiera continuar, sin embargo él no era tonto sabía por todos los gestos que hacia el menor que se moría de miedo, especialmente por verse separado de Degel después de mucho tiempo juntos, e incluso cuando Milo le tenía toda su confianza,   era la primera vez en meses que se reparaban completamente los dos hermanos, Camus decide no hacer más preguntar y continuar con su atención en el camino. 

La tarde iba cayendo en la ciudad y muy pronto iba a ser de noche, Camus se detuvo en uno de los diversos edificios que tiene el centro de la ciudad, es el primero en salir de la patrulla seguido de  Milo, el rubio observa el edificio se parecía en cierta medida al primer lugar donde estuvieron. 

-llegamos Milo, vamos, es por ahí. 

Ambos hombres ingresan al edificio, Camus se encarga de guiar a Milo hasta el ascensor que tenía el lugar, pues el departamento del pelirrojo se encontraba unos pisos arrida y no quería cansar a Milo en subir 6 pisos, lo toman y el oficial señala el piso a llegar, las puertas se cierras y elevan a los dos hombres, cuando las puertas del ascensor se abrieron nuevamente, ambos hombres salen y  encabezados por Camus   llegan a la puerta dela única persona del piso que trabaja como oficial en la Comisaria de la ciudad. Camus abrió la puerta del departamento, y   ambos ingresan. Milo en silencio observa el lugar, era diferente a donde estuvo viviendo, estaba mucho mejor ordenado a pesar de las pocas pertenecías que poseía. Camus deja todo sus cosas de oficio desde la placa, chaleco y arma en un mueble que tenía a un lado de la puerta. 

-¿te gustaría descansar Milo.- El joven afirma con la cabeza-. Es por ahí Milo-. Le señala cada una de las habitación desde la cocina, el baño y la habitación principal.- puedes descansar en la cama, yo dormiré en el sillón de la sala, ahora vuelvo tengo que llamar a mi jefe.
 

El rubio observa la habitación de Camus, tenía una cama con un mueble, un ropero de una plaza con una gaveta que probablemente serviría para guardar productos de aseo personal, toma sitio en una esquina de la cama, esta por acostarse en la cama cuando ve que la habitación había un espejo de cuerpo completo, aquello le sorprende, por su mente no paso la idea de que Camus tuviera esta clase de cosas, la necesidad de verse lo obligo a levantarse de la cama, caminar hacia él, mira su reflejo, todavía tenía la ropa desgastada, sus heridas cubiertas con vendas y gasas, levanta la vista para apreciar cada gesto de sus rostro, memorizando cada expresión del mismo así como cada rincón del cuerpo, lleva las manos a los botones del pantalón, y se los retira, luego el siguen la  ropa interior, después lleva las manos a los botones de la camisa y los comienza a desabotonas y deja caer la camisa al suelo, Milo mira nuevaemnte su cuerpo, había dejado caer cada prenda , mira por encima del hombro a Camus.
 
El pelirrojo  había ingresado al cuarto luego de hablar con el capitán y decirle que no regresaría a la comisaría, el hombre acepto la situación además de haber ordenado al pelirrojo que no se separara del menor,  se detuvo en el marco de la puerta, había abierto la puerta justo el momento en que Milo dejaba caer la ropa, quedando completamente desnudo al frente de él.

De algo que estaba seguro camus es que  el cuerpo de Milo era diferente a la del chicos que había conocido al principio del caso. No dejaba  de apreciar las cicatrices que le dejado Hyoga en la espalda y cintura, además de que tenía que admitir que durante todos esos meses aquella cabellera que apenas rozada los hombros, había crecido una gran medida que ahora llegada a media espalda,  había ganado masa musculas y peso, por lo que sus músculos ya no se veían placidos, sus piernas tenían fuerza y podía resistir su peso, el color de la piel era de un tono sano a comparación de la palidez enfermiza que tenía, además de que ya se había librado de todos los moretones que manchaba todo el cuerpo del menor.

-oficial Camus.

-milo, deberías vestirte, vas a tomar un catarro.

Milo regresa la vista al espejo, recorre cada una de sus partes, como si buscara memoriza la forma que tenía su propio cuerpo, e incluso extiende la mano hasta el reflejo serciorandose que esto era real.

-Milo…

-soy una persona horrible- exclama Milo sin darle oportunidad de terminar Camus.

-¡¿Qué?!- exclama Camus con duda.

-soy una persona horrible, ahora veo porque Hyoga me hacia todo esto… soy feo. 

-espera ¿que?- Sin poder entender lo que le decía Milo.

Milo le regresa la mirada a Camus y le sonrie, caminar hacia la cama y toma asiento, recoge las robillas con los brazos y oculta el rostro en las rodillas. 

-Ahora se porque Hyoga me hacia todo esto, porque siempre me golpeaba, me ahogaba, me colgaba, me quemaba, me dejaba sin comer, porque soy una persona horrible, no soy bella, ni soy valiosa, no tengo nada de valor… soy un chico que  soy nada, no soy atractivo, ni inteligente, no tengo fuerza ni soy valiente…por eso Hyoga me hizo todo esto, porque si  hubiera sido valiente hubiera huido de todo lo que me hizo, hubiera intentado escapar, pero nunca lo hice, porque cada vez que lo veía solo quería ocultarse para que no me viera, algunas veces creía que moriría de todo el daño que me hizo… pero cuando me cuidaba como si fuera lo más delicado del mundo, me decía que tenía que ser fuerte para vivir, que tenía que mostrarle al mundo que yo era un guerrero, esas palabras y el recuerdo de Degel y mis padres me hacían seguir adelante… y a pesar de todos los golpes, yo si llegue a creer esas  palabras … que hubo momentos que me llegó a confundir, su trato cuando me  veía punto de morir me hacía pensar que si le interesaba… me hacía sentir amado, y ahora lo tengo claro…puedo decir que yo…- Las lágrimas comenzaron a salir de los ojos de Milo-. Yo también haya llegado a querer a Hyoga, si él no me hubiera hecho tanto daño.. 

Los sollozos de Milo inundan la habitación, de pequeños gemidos, a un sonoro llanto hicieron que Camus abrazara a Milo, el rubio acepto el abrazo del oficial, lo necesitaba, dejo que todo esto saliera del pecho, Camus no hizo comentario alguno, y deja que Milo termine de llorar.

-Yo pienso que… soy muy pocas las personas que puedes hablar abiertamente de todo lo que le paso –susurra Camus al oído de Milo- tu eres fuerte por soportar todos estos años cautivo, eres valiente por no dejarte caer, eres hermosa, por las cosas hermosas soy forjadas en medio del dolor y aun conservan la esperanza.

-tal vez debí haber muerto, así Degel no hubiera sido violado, solo causo problemas, soy una persona horrible, no debí haber existido.

- no digas eso Milo- Toma las manos de Milo, besa los nudillos del rubio-.Yo creo que eres una persona muy hermosa a pesar de todo el que te paso.

-oficial camus- Milo sale de su escondite, cambia de posición y se asienta en un lado de Camus, el pelirrojo aprovecha el movimiento para abrazar por los hombros al menor. 

-eres un hombre que te forjaste en medio del dolor, pero que aun así decidiste seguir el camino de la vida, algunas personas en tu lugar hubieran enloquecido de dolor, pero tu no lo hiciste, yo saliste victorioso de todo esto y eso aunque no lo creas Hyoga no logro derribar de tu espíritu. 


-para, no siga.- suplica el chico.


- yo creo que eres un hombre valiente- Ignora la petición de Milo-. A pesar de todo lo que te paso, creo que eres un hombre que pudo superar todo, y estoy seguro que serás igual de valiente para lograr ser el apoyo de Degel ahora en adelante. 

Milo recarga la cabeza sobre el hombro del Camus.

-no estoy muy seguro como hacerlo. 

-yo creo que lo sabrás con el tiempo Milo, eres una persona muy lista para ver los detalles que otras personas no ven. 

-claro que si, solo que tú no te has dado cuenta de ello.

-que quieres decir con ello Camus. 

-por ejemplo, esto- Toma de la barbilla al rubio, deposita un beso sobre los delgados labios de Milo.

El rubio siente la presión sobre su boca, y aunque en un principio no hizo mención alguno, dejo que Camus lo besara, aun cuando él no hiciera algo para alterar el momento.
Camus se separa y espera paciente la respuesta de Milo, el rubio mira a los ojos de camius, puede ver un brillo en la mirada del oficial que nunca antes había percatado. 

-¿Qué fue esto?

-tu que crees. – Milo tarda en responder.

- es un beso, como esos que mis padres se daban cuando ellos pensaban que Degel y yo ya estábamos dormidos.

-entonces en que piensas.

-¿desde cuándo oficial Camus?

-se puede decir que  fue formándose en todo lo que llevamos en el caso, pero lo más cercano y definitivo fue en la ocasión de que hablaste lo que te hizo Hyoga, desde entonces tuve la necesita de esforzarme para atrapar al maldito que te hizo tanto daño Milo. El rubio se sorprende por la confesión, aquella charla tenía mucho tiempo como para que el pelirrojo todavía recordara sus palabras, pero él también claro el pequeño sentimiento que fue desarrollando por el pelirrojo siendo él uno de sus salvadores de toda su vida, y el hecho que Camus tuviera un sentimiento por él lo hacía sentir especial, pero aún tenía duda. 

-¿Por qué?- pregunta Milo-¿Por qué alguien como tu puede estar interesado en una persona como yo?

Camus internamente le echaba la culpa a Hyoga por haber destrozado el autoestima de Milo.

-al igual que tu, yo también fui lastimada, soy una persona que entiende tu dolor, y que igual que tu esta rota, esta rota aquí- se señala la cabeza-.Y nunca podre ser normal como una persona.
  
El rubio busca comprender las palabras de Camus, era algo que no podía imaginarse, especialmente por la considerar a Camus como una persona triste y no seria, como había escucha decir por parte de Degel, Kardia, Saga y del mismo Camus. 

-voy a buscar algo para que cenes, si quieres tomar un baño, es la siguiente puerta.

Camus se levanta y camina hacia la salida. 

-Espera Camus.-exclama Milo, el mayor a solo unos pasos de llegar a la puerta se detiene.

-¿para algo?

-enséñame amar, bésame por favor.

-no creo que sea el momento correcto Milo.

-yo estoy preparado Camus, quiero sentirme amado por alguien más que no sea mi hermano, y se que tu eres la persona correcta..

-Milo. 

-por favor Camus, bésame otra vez.

Tal vea la necesidad de que Milo se sienta amado le hacia actuar de esa forma, sin embargo el saber que el rubio aceptada su cercanía, era tal vez el gesto más humano que puede sentir  y le causaba mucha alegría, a pesar de que no lo puede expresar.

Milo sin ver alguna respuesta por parte de Camus, tuvo la iniciativa de incorporarse de la cama y besar nuevamente a Camus, con un poco de torpeza por su falta de experiencia, Camus acepta el gesto, especialmente por no querer herir los sentimientos del rubio, pero aun así ayudo un poco a Milo con el primer beso de Milo, se permitió con la lengua explorar la cavidad del joven rubio que con mucho esfuerzo.

-no hagas esfuerzo Camus, déjame ser yo enseñarte el arte de amar, solo déjame guiarte en esta labor. 

Esta vez Camus fue quien tuvo la iniciativa de besar lentamente la boca de Milo, capturando los finos labios del rubio con los suyos, se tomó el tiempo en estimular aquella parte, hasta que estaba seguro que el menor se acostumbrado a sentirlo en aquel zona,  Milo siente la necesidad de cerrar los ojos cada vez que sus labios entran en contacto con las de Camus, lleva las manos alrededor del cuello del oficial mientras él explora cada rincón de la boca, jugando con la torpeza de su lengua y el interior de las mejillas.

Ambos caminan sin dejar de besarse y caen sobre la cama quedando en la misma altura, Camus recorre con una de las manos delineando el perfil del Milo, pasando por los hombros, descendiendo por los brazos y terminar por la cadera,  por su parte Milo procuraba imitar los movimientos de Camus a pesar de que sus manos pasaban por encima de la ropa del oficial, continuaron recorriéndose mutuamente, descubriendo cada parte del cuerpo contrario. Milo juega con los pliegues de la ropa de Camus, pero se detiene cuando Camus se separa, el pelirrojo cruza miradas con el rubio, sin despejar la mirada, poco a poco se va quitando la ropa hasta quedar desnudo, se vuelve acomodar y continúan con la danza de caricias. 
Camus continuo besando los labios de Milo, mientras el rubio recorría con las manos cada rincón de su cuerpo,  el oficial se encarga de acariciar cada rincón de Milo, los delgados dedos del pelirrojo se deslizan sobre la marcada piel de Milo, teniendo cuidado de rozar  por encima de las cicatrices para no poner más nervioso de lo que estaba el chico, se mueve un poco permitiendo de sus manos quedan a cada lado de Milo, sigue recorriendo la tersa piel del menor hasta los glúteos, y con ambas palas las sostiene, Milo se sobre salta pero los labios de Camus lo distraer el tiempo suficientes mientras las toma, masajeándolas con cuidado.

El menor disfruta todas las sensaciones que Camus lo hacía experimentar soltando pequeños suspiros y gemidos, deja que Camus tome control de su cuerpo que incluso se permite que el oficial lo acomodo de tal forma por quedaba por dejaba del policía, por su parte Camus a pesar de la nula experiencia de Milo, le excitaba cada expresión que hacia Milo, desde el saber de su salida, el calor que emanaba e incluso el simple hecho de que Milo cruzara la mirada con él, lo hacia perder la poca cordura que tenía.

Dejo los labios de Milo, ahora formando un camino de besos sobre la excitada piel, Milo se estremecía cuando Camus dejaba un beso en cada rincón del cuerpo, gira la cabeza, dejando al descubierto el cuello, el oficial aprovecha para dejar un beso en la sensible piel, Milo gime al mismo tiempo que sus manos sostiene la cintura de Camus llegando a pellizcar los glúteos, por instinto mueve la cadera, dejando que ambos miembros rocen mutuamente, Camus gruñe por el improvisado movimiento y a pesar de la atención que recibía, siguió su camino de besos llegando a las tetillas, como su fuera un bebe, comienza a lamerlos y chuparlos, mientras con otra de las manos   estimulaba la otra tetilla, no quería dejar sin atención cada rincón del cuerpo del menor, al tener suficiente de las tetillas, las deja en paz y sigue su camino llegando a las caderas del menor. 

-Camus…

-shh… la lección aún no termina.

Milo gruñe, clavando las uñas sobre la espalda de Camus, lo araña al sentir la presión en el pene así como la saliva de Camus, suelta gemidos y gruñidos, Camus se detiene  pasando con lentitud el pene de Milo, con una mano juega con los testículos ejerciendo un poco de presión para torturar al joven de forma que pudiera sentir placer. Milo lleva las manos sobre la cabeza de Camus, con una de ellas juega enredando  los dedos con los cabellos de Camus, mientras la otra le sirve de apoyo para no dejar de observar la coronilla de Camus entre las piernas. 
Milo no sabía como actuar, pues aun cuando su cuerpo era de un hombre, su mentalidad conservada todavía la inocencia de los años pasado, deja que Camus tenga el control de la situación, especialmente por que le provocaba un calor que nunca antes había sentido, podía jurar que era esa misma sensación que tenía cuando Hyoga dejaba de lado ese lado sádico, para tratarlo con cuidado. 

El pelirrojo subía y bajaba enredando la lengua alrededor del falo, la tensión que tenía el miembro hizo que ya se viniera pero Camus se detiene, Milo se sobresalta, esta por reclamarlo, pero se detiene cuando sus ojos cruzan con el rostro de Camus, el pelirrojo tenía adornado una sonrisa que lo hacía estremecer de solo imaginar lo que tenía en mente, además de que esa sonrisa solo lo excitaba.

Camus  vuelve a tomar los labios de Milo, elevando la cadera del rubio, vuelve a ingresar en él, moviéndose delicadamente, Milo gime por el movimiento rápido del policía, sin embargo después de que pasa el dolor inicial, todo dolor le parece placentero que el menor busca por mas  y conforme van pasando y con la necesidad que ambos comenzaban a ejercer, de lentas y gentiles estocadas, la fricción fue en aumento, Milo gemía y gritada por más aun cuando estos fueran bloqueados por sus bocas, tenía atrapado por los brazos y las piernas a Camus y este además de   dar todo lo que Milo necesitaba, disfrutaba el tener a Milo cerca, solo se separaban para recuperar el aliento para continuar con su danza carnal , hasta que finalmente ambos sintieron que toda la tensión desaparecía en un orgasmo aliviador, Camus termino en el interior del rubio, mientras Milo se derramaba entre ambos. Agitados por todo, juntas las sudadas frentes mirándose a los ojos

-te amo Milo. 

-Yo también.

Camus cierra y delineando con la nariz, aspira el aroma de Milo, aun cuando este fuera una combinación de fluidos y calor humano, se recarga sobre el pecho del menor, depositando la cabeza sobre el pecho del rubio.

-deberías sonreir más seguido Camus, tienes un bonita sonrisa.-menciona Milo, el oficial levanta la cabeza desconcertado por las palabras de Milo. El joven lo mira con curiosidad y señala su propia cara.

-tienes una bonita sonrisa camus, no deberías ocultarla al mundo.
-tal ves tienes razón, aunque ahora solo quiero mostrársela a una sola persona.

El calor lentamente iban desapareciendo de sus cuerpos, por lo que Camus se apresura a envolver a Milo con la sabana de la cama, acaricia el rostro de Milo, mientras el menor hace lo mismo con el pelirrojo.

-¿Camus?


-¿Si Milo?

-cuando dijiste que estabas igual de roto, ¿Porqué estas roto?,¿Qué te pasó?

Camus no dice nada, se queda mirando a Milo por unos segundos. El rubio al percartarse de ello baja la mirada.

-en otra ocasión te cuento, todavía no es el momento- Milo acepta la oración, cierra los ojos y caer rencido, camus lo observa en silencio y en poco tiempo después él también caer rendido al sueño. 

Camus es el primero en despierta siendo el rostro de Milo lo que ven, se percata que todavía era de noche por lo que se incorpora y viste la camisa y la ropa interior que había arrojado en alguna parte de la habitación, por un largo rato observa el sereno rostro de Milo, lo veía con mucha paz en sus facciones, se le acerca y besa los inmóviles labios del rubio, Milo se remueve entre sueños y se acurruca sobre la cama, podía jurar que el chico no despertaría hasta mañana, esta por volver a la cama cuando el celular comenzó a brillas. Lo tomo y sale del cuarto para contestar.

-Keplers.

-soy yo Camus.

-Kardia,¿ como salio todo?

-bien, la doctor dijo que todo esta bien y que mañana darán de alta a Degel.

-que bueno, Milo se alegrara que Degel esta bien, estuvo muy triste por lo que le paso a su hermano, se echa la culpa por ello, pero no hay que preocuparse logra tranquilizarlo y que olvidara esa idea.

-me alegra Camus,cuando salgamos  lo llevare a mi departamento para que lleves a Milo con él.

-vale, ¿a que hora?

-si quieres en la tarde, dudo que la médico nos autoricen antes.

-ok, nos vemos en tu casa en la tarde.

-vale tomatillo, nos vemos en mi casa- terminando la llama. 

Camus deja el teléfono, regresa a la habitación y abre la puerta para cerciorarse que Milo continuara dormido,  tenía trabajo que hacer y no podía darse el lujo de descansar.

Por otra parte Kardia luego de hacer la llamada, regresa y toma asiento al único mueble que tenía la habitación, un viejo sillón de dos plazas que servía para aquellos que velaban a los pacientes, no había despegado el ojo desde que Degel había sido instalado en la habitación, la médico le había dejado algunos analgésicos en caso que Degel comenzara a sentir dolor, sin embargo el chico no había despertado durante toda la tarde y noche, y podía jurar que no lo haría hasta mañana, así que  ahora él podía descansar, aunque su mente no dejaba de atormentarlo hasta que hiciera lo que tenía en la cabeza. Por lo que se levanta y se sienta en la cabecera de la cama.

-Degel, se que no soy la persona más correcta que hayas conocido en tu vida, se que voy una persona mal hablada y que las veces que hemos interactuado, tú has residido por parte mía más que un grito, e incluso podía jurar que fui yo quien te robo ese beso que tal vez en su loca idea de amor tu pensabas preservar a esa persona especial, sin embargo de algo que estoy seguro, es que por estos meses que nos llevamos conociendo, he descubierto una persona especial en ti y bueno… lo que quiero decirte  es que…bueno creo que te quiero… y no es un te quiero ligero, es un te quiero de mucho, y no es un te quiero de atracción física, sino es un te quiero con todo y tus defectos, y te puedo prometes que muy pronto todo esto acabara.
Kardia se acomoda en el único mueble disponible y cae rendido de sueño.

La mañana llegó a la ciudad, Milo estira los brazos afuera de las sabanas, extiende las manos hacia Camus que todavía dormía, busca algún reloj que le dijera la hora, pero no encuentra ninguno,  mueve ligeramente a Camus que despiértalo

-buenos días Camus.

-buenos días, te veo un poco mejor.

-me alegra, supongo que tendrás hambre.

-algo, ven vamos a desayunar. 

Camus le proporcionó un par de prendas y ropa interior, además de que tenían que asearse y limpiar sus heridas, y aun cuando ambos querían experimentar nuevamente el acontecimiento dela noche anterior, tenían que aguantar al menos por ahora.

El desayuno paso entre conversaciones banales y anécdotas, especialmente de Camus sobre el oficio en la comisaria, Milo lo escucha con atención estas por terminar de almorzar en el momento que Camus recibe una llamada de Kardia informando que les entregarían a Degel pasando las tres de la tarde, por lo que eran libres de ir a verlo, la noticia alegro a Milo que no podía esperar, camus tuvo que calmarlo, además de que tenían que ir por algo de ropa para él por el tan deseado reencuentro. Lo que quedo de la mañana y parte del medio día fue de conseguir algo de ropa junto con productos médicos, este eso y el caminar por los alrededores hizo que el tiempo pasara muy rápido hasta que dieron la hora correspondiente. Camus tenía que llevar a Milo al departamento de Kardia y se reencontrara con su hermano, por lo que se pusieron en marcha.
 
Por tu parte, Milo debes en cuenta intercambiaba miradas con Camus y este se las regresaba en cada oportunidad que tiene, juega con los dedos de la mano, aunque no podía dejar de pensar en todas las sensaciones que Camus le hizo experimentar la noche anterior, pues nunca antes se había sentido tan diferente, con una nueva forma de ver el mundo. 

-Milo- le mencionado se sobresaltó al escuchar su nombre en la voz de Camus, ya habían llegado al departamento de Kardia –acabamos de llegar, ¿pasa algo?

-no nada, solo recuerdo. –Camus no muy convencido, acepta la palabra del rubio.

-Kardia y tu hermano nos esperan en el piso 5, donde vive Kardia, nos falta 

-Camus, con respeto ayer…, bueno no se como decirlo, es decir, lo quiere tu y yo hicimos…

-no te preocupes Milo, si no quieres que Degel o Kardia se enteres, no dire nada más

-no, bueno si, es decir, no se como …-Milo continua ablando, pero Camus coloca el dedo índice para callarlo.

-shhh, no te preocupes Milo- se acerca a  Milo, besa la frente del rubio-yo te puedo esperar.

Milo sonríe dando por concluida la conversación, ambos hombres salen del vehículo e ingresan al edificio, el pelirrojo a la cabeza guía al menor al departamento de Kardia, toman el ascensor que tenía el edificio hasta llegar al piso de Kardia, Camus busca el número, dan con el y llaman a la puerta.

Degel aparece vistiendo una camisa larga y un short, mientras el moreno vestia únicamente un pantalón de vestir con una toalla alrededor del cuello. Degel le sonríe a su hermano por lo que ambos hermanos se encontrara, Kardia se lleva a Camus .

Degel vuelve al cuarto de kardia, busca un cepillo entre los pero no encuentra ninguno, abre el último cajones que tenía el ropero y haya haya un cuaderno ,

Degel lo toma y por curiosidad ojea las primeras paginas, siente la sangre congelarse cuando ver que en las páginas había fotos algunas viejas, otras no tan viejas de niños semi desnudos con algunas marcas, paga las hojas y se detiene a la mitad del cuaderno, ve la foto del niño rubio que lloraba, mientras unas cuerda rodeaba el cuello, daba patadas al aire buscando sostenerse aunque sea de la pared, se lleva la mano a la boca, no tenía que ser un genio para saber que el niño de la foto era su hermano menor, pasa cada una de las paginas viendo que cada fotografía con un  mechón de cabello, podía ver cuando el rubio iba cambiada así como el estado que se encontraba en ellas, algunas era cuando el menor estaba  dormido, despierto, gritaba, lloraba, dejaba ser fotografiado semi desnudo, acostado  mientras la sangre fluida de la nariz y boca.

-Degel apurate, te estamos esperando- .Kardia estaba en el marco de la puerta lo llama, Degel se  voltea asustado soltando el cuaderno de las manos-¿Qué es esto Degel?

-eras tu.- logra decir el joven.

-¿de que hablar- dice Kardia desconcetado.

-siempre fuiste tu.

-¿Degel?

-no te me acerques- le advierte, toma el cuaderno alejándose del moreno.

Kardia sin entender el comportamiento de Degel se acerca, toca uno de los hombros del hermano.

-no me toques- exclama Degel, dándole un manotazo a Kardia.

-¿Qué te pasa Degel?.¿Acaso perdiste la razón?

-no… ahora estoy más seguro que no estoy loco, siempre fuiste tu, eres tu el maldito que lastimo a Milo.

-¿pero que estas hablando?- Mira el cuaderno-¿Qué es eso Degel?

El mencionado se lleva a la espalda el cuaderno, Kardia impaciente se lanza sobre Degel buscando tomar la empastadura.

-entrégame eso.

-¡Camus, Ayuda!-grita Degel.  Kardia forcejea con el peliverde, tomándolo de las manos pegándolas contra la pared, el peliverde lucha con el oficial, logra darle un rodillazo de Kardia, este por el dolor lo suelta, el peliverde aprovecha para huir del cuarto, no sin antes lograr encerrar la puerta detrás de él sin embargo Kardia es más rápido y logra alcanzarlo. 

  -¡escucha Degel!

-no me toques- dándole un golpe entre las piernas, Kardia por el dolor lo suelta, Degel lo aprovecha para liberarse y correr hacia el segundo oficial que iba llegando hacia él. 

-¿Qué pasa Degel?

-toma camus, lo encontré en el cuarto de Kardia

-Degel- gruñe Kardia. Camus se adelanta colocando ambos hermanos atrás de él.

Milo logra arrebatar el cuaderno y empieza a ojearlo, pierde todo color en el rostro, aunado a unas ganas de vomitar, Degel  le quita el cuaderno

-Degel, Milo, ¿Qué está pasando?¿Que alguien me explique que está pasando?

-yo también quisiera saber- se expresa Camus. 

-Toma Camus velo por ti mismo

El pelirrojo lo examina y solo puede negar por lo que encontraron los chicos. Kardia esta por preguntar nuevamente por lo que esta pasando, pero Camus se le adelanta colocándose atrás de él, esposándolo.

-Kardia Elestetra, quedas detenido por los cargos de asesinato en 1 grado de 4 infantes, el secuestro, tortura de Milo Krakov y Sodomia de Degel Krakov, tienes derecho de guardar silencio, todo lo que digas será usado en tu contra…

Camus le retira la placa policiaca y su arma, le llega, a la fuerza a la salida, del departamento.

-¿Que estás diciendo Camus?, ¿Porque me hacen esto?

-porque tú eres el maldito que se llevó a Milo-grita indignado Camus.

-esto es un error, yo no soy “el hombre de mis sueños”, suéltame Camus, yo soy inocente.

Camus se hace de oídos sordos arrastrando a Kardia a la patrulla para llevárselo a la comisaria.

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El capitán Lina había recibido una llamada en plena reunión, tenía que encontrarse con algunos procuradores de las zonas aleñadas a la ciudad,   tuvo que salir temprano de la ciudad para lograr llegar a tiempo a la reunión, ni siquiera había tenido tiempo de avisas de su salida, por lo que nadie a excepción de él sabía su retirada. 

En medio del trayecto, había una sección de curvas, por lo que tenía que reducir la velocidad para lograr avanzar, pisa los frenos para reducir la velocidad, pero este no responde, vuelve a pisar nuevamente pero nada, comienza a buscar algún modo para descender la velocidad del vehículo, pero todo lo que hacía solo provocaba que la velocidad fuera en aumento.  

El coche se dirigía a una curva cerrada, el hombre trata de girar, pero el auto dejo de responder, lo último que vio el capitán de la comisaria de la ciudad fue el tronco impactando contra él

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El hecho de que a Kardia se le haya encontrado un cuaderno con todas las pruebas del “El hombre de mus sueños” hizo que toda la comisaria se movilizara, aquellos que conocían al moreno se negaban a creer que un hombre con toda la trayectoria  profesional del hombre la hubiera arruinado por un delito de esa magnitud, otras simplemente podía pensar que la maldad existe en medio de toda la justicia existente, sin embargo todo esto ya estaba hecho, Kardia fue llevado a que se le hicieran los trámites correspondientes del delito, y a pesar de que existía la posibilidad de que Kardia fuera la victima de las circunstancia, se podría decir que el caso estaba cerrado.
  
Saga en compañía de Clare iban al sótano de la comisaría, traían consigo todo el expediente que  se había hecho, para el dia siguiente que vinieran los judiciales, se llevarían a Kardia y todo el caso para ser investigado y juzgado en otro lugar. Saga era de las pocas personas adentro del edificio que podían jurar con los ojos cerrados la inocencia de Kardia, pero desde el momento que el moreno ingreso a las puertas del edificio, recibió toda clase de vulgaridades que hacían hervir la sangre.

Ambos esperan afuera del ascensor a que las puertas se abran, llevaban documentos que requerían ser archivados, pero por la carga de documentos, el doctor  se le cayeron, a excepción de un par de hojas, Saga se detiene y observa las hojas regadas, eran los dibujos de Milo, especialmente los primeros que hizo, no tenían gran relevancia por lo que se le hizo extraño que los haya dejado caer como si nada, los observa fijamente hasta que algo dejar al doctor congelado.

-¿Pasa algo Saga?

-no puede ser….

-saga, que pasa- exclama la oficial.

-no puede ser, esto no puede estar pasando. 

-¡Saga, responder!

- no puedo responder Clare, ahora vuelve.- tomas todos los dibujos y sale corriendo, Clare se le queda observando la huida del doctor, esta tentada en regresar y seguirlo, pero desiste y continua caminando.

Saga llega a su oficina, extiende todos los dibujos de Milo sobre el escritorio, examina cada uno de ellos, descartando los que no necesitaban hasta quedarse con solo tres dibujos, toma  dos de ellos dibujos y los compara. Después tomó el tercer dibujo y los examina. Saga los observa atentamente, buscando algún indicio y lo encuentra, abre los ojos como si estas estuvieran a punto de botar, comienza a perder fuerza en el cuerpo, los deja caer al suelo, antes de que él se cayera sobre la silla del escritorio, las manos le tiemblan, niega en la cabeza lo que descubrió, pero ahí estaba toda la evidencia, todas las pistas que Milo le había dejado, como es posible que no las hubiera visto.  

-solo era cuestión de tiempo Saga- responde una voz. Saga gira el rostro y ve al hombre que boqueaba la única salida.

-porque no lo vi antes, todo estaba claro, eras tu.

-claro que era yo, siempre fui yo, Milo te dio muchas pistar que no pudiste ver Saga, y hubiera sido mejor así, el caso hubiera sido cerrado con la muerte de Hyoga. 

-¿y dejarte libre maldito?

-pequeños detalles sin importancia. 

-¡sin importancia!- grita Saga-le robaste la vida a cuatro inocentes y a Milo 10 años de su vida, ¿vas a matarlo como tenía planeado Hyoga?

-eso fue iniciativa del puto de Hyoga, tenía la orden especifica de no acercarse a Milo. 

-oh si, como si un amante despachado hiciera caso.

-él solo era mi puta del momento, él lo sabía y no lo quiso aceptar, Milo era mi joya, a él  nunca lo tocaría de alguna forma  que él no quiera, yo lo amo, es la única persona que me hace sentir cosas humanas.

-¿porque él?, ¿Por qué todos esos niños?

-es muy sencillo, ellos tenían algo que atrae, ellos despiertan intereses muy humanos.

-maldito. –gruñe Saga

-si, muy maldito, que te matara- el hombre saca una pistola y encañona a Saga, el doctor retrocede. Dos impactos y el cuerpo de Saga cae al suelo.

-dos menos, faltan 3.

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Clare termino de acomodar las cajas y si no fuera por el compromiso del labor, podía saltar de felicidad por haber terminado el caso, sin embargo ahora era compromiso de Camus averiguar la inocencia de Kardia o su completa culpabilidad, y esto último lo lograban estaba segura que no volvería a ver la luz del sol. 

En parte sentía lastima por su ex compañero, algo en ella le decía que el moreno era inocente con respeto a la acusación, sin embargo estaban presentes las pruebas para que no pudiera salir libremente, y mientras piensa en todo eso, termina de alistar sus cosas para ir a casa y descansar, tal vez pediría un par de días, dejando que su mente se despejara de toda duda. Se despide de los pocos oficiales con quien se cruza, va a su carro, enciende y comienza a conducirlo.  Dio vuelta un par de cuadras, antes de que el vehículo estallada con la oficial al interior.

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Después del arresto de Kardia, Camus se llevó a Degel y Milo a su casa, a los hermanos les perturbo el hecho que una persona allegada a ellos haya sido el causante de todo esto, tuvo la idea de llevar a ambos hermanos a caminar, pero Degel se negó permitiéndoles un momento a solas a los chicos.

Ya a solas en el departamento de Camus, Degel se acuesta en el sillón, abrazando y ocultando el rostro entre las manos, cae exhausto, tendría al menos 3 horas en paz, antes de preparar la cena para Milo, Camus y él, ahora que todo el caso estaba por terminar siente un gran peso caer de su espalda, se siente en paz consigo mismo, aunque ahora mismo tuviera unas tremendas ganas de llorar, lleva la mano a sus ojos ocultando en vano las lágrimas que caían sobre sus ojos, pues a pesar de que el caso estaba ya cerrado, no puede recriminarse por el hecho de haberse enamorado del hombre que tanto daño le hizo a su hermano. 

Mientras tanto  Kardia había sido puesto en la cárcel improvisada de la comisaria luego de su llegada. Había pasado 30 minutos después de que lo arrestaran y 5 cuando dejo de gritar por su inocencia. No era tiempo para entrar en crisis, estaba más que evidente que el maldito ignoto había puesto una trampa e implantado las evidencias en su departamento para que lo culparan de la muerte de esos niños, y el caso cerrará, pero ¿por qué?, ¿Por qué él y no Camus que igualmente estaba sumergido en el caso?   

-ahora le traemos su comida, no se valla a mover. – dice una voz del otro lado del cuarto, Kardia levanta el rostro para encontrarse con un par de novatos que traían una bandeja metalica y jugaban con las llaves como si fuera una pelota.

-como si tuviera oportunidad de ir a otro lado- responde Kardia con un tono de sarcasmo.

Los oficiales a cargo lo dejaron solo, eso era malo, como esa evidencia termino en su casa, no tenía idea, sin embargo no podía perder la cabeza, como un momento atrás, invoca toda la paciencia posible para pensar alguna forma de escapar, sabía que todo esto era una trampa de ese maldito hombre, la puerta se abrió y uno de sus carceleros, tal vez un novato porque no lo había visto cuando le tocaba dejar a sus delincuentes, se acerco a la reja, error fatal..

 Saca uno de los brazos a través de las rejas, atrapa al novato por el cuello, este se aferra al brazos para rasguñarlo y separarse de él, sin embargo la fuerza con la que Kardia lo tenía agarrado, solo hacía que aumentara la desesperación del novato, que lentamente fue perdiendo el conocimiento, ya cuando piensa que el chico no se moverá, Kardia lo suelta, toma las llaves de las esposas y la celda y sale. Tenía que buscar a quien, y sabía a donde podía ir, moviéndose entre las sombras, tenía que ir a la oficina de saga, solo esperaba que todavía estuviera, se apresura en llegar a la oficina de Saga, se alegra al ver las luces encendidas por lo que abre la puerta, aquel gesto de felicidad fue sustituida por uno de miedo al ver la habitación cubierta de sangre y al psicólogo en medio de un charco de su propia sangre. Literalmente se avienta sobre Saga, no sentía el pulso de doctor.

 Kardia lo acomoda, había perdido una significativa cantidad de sangre, busca algún modo de sin embargo el psicólogo apenas y abre los ojos al sentir como lo movían, Kardia haciendo presión a la herida, se siente esperanzador al ver que el doctor continuaba con vida.

-Kardia…

-Resiste saga, ya vendrán los refuerzos 

-peligro…Milo…Hombre…confianza…

-que quieres decir saga.-Saga vuelve a repetir las palabras que no tenían sentido para Kardia.  

-Saga no hagas más fuerza, solo resiste, ahora vuelve la ayuda.

-corre…Milo…peligro.

-¿peligro?¿Que peligro?

-sueños…engaño… cerca.

-que dices. 

-Asesino…es…

Kardia pierde toda expresión al escuchar el nombre del asesino. 

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Camus y Milo llevaban caminando un rato pasenado y observando los llamativos puestos, no había mucha genta por lo que podían ir a sus anchas por la banqueta, Milo dejaba que el aire frio revolviera sus cabellos, van pasando por uno de los callejones solitarios cuando algo caer, Milo retrocede unos pasos, mientras Camus se coloca alfrente del menor. Camus extiende el arma apuntando al suelo.

-espérame aquí, voy a ver.-dice Camus, deja atrás a Milo y se dirige al oscuro callejón. 

Por su parte, Milo voltea de un lado, vuelve a escuchar un ruido en el mismo callejón, llama a Camus, pero este no le responde,  comienza a caminar acelerando el paso hacia una zona concurrida, camina deprisa pasando a los pocos transeúntes que cruzaba con él, e incluso logro disculparse con una pareja cuando choco con ellos, pero sin dejar de acelerar el paso, alejándose de aquel callejón.

Pasa unos minutos más y se detiene súbitamente, mira por todos lados sin reconocer el lugar que lo llevo sus pies, maldice internamente su suerte, especialmente porque no había nadie a su alrededor.

Milo vuelve a escucha un ruido, se estremece, da media vuelta para regresa por donde vino, tal vez Camus ya regreso y ahora mismo lo está buscando, pero algo lo atrapa por detrás, comienza a forcejar, pero quien fuera que lo atrapó, le cubre el rostro con un trapo, aun con la boca cubierta grita por ayuda, pero sus palabras son obstruidas por la tela, con los puños cerrados .golpea los costados de la sombra, da patadas al aire logrando estrecharla contra los botes de metal   con la esperanza de que Camus haya escuchado el escándalo. 

Lentamente  todo comenzó a nublarse fue perdiendo fuerza, los parpados de Milo  comienzan a pesar, va perdiendo fuerza, no tenía fuerzas para resistirse.

-y vuelves a estar entre mis brazos Milo.  

Continuara…

Notas finales:

La siguiente entrega se terminara la historia, de ahí se uncluye un epilogo. ya nos iremos leyendo. Chao 


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