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El hombre de mis sueños por darkmiss

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La respiración de Milo se acelera a cada paso que escuchaba , nuevamente se encontrada como había estado durante diez años, con las manos y los pies amarrados a la silla con cinta industrial y  la boca con una mordaza, tener una venda en los ojos, tenía la vaga idea de que toda la habitación se encontraba a oscura, como para tenerlo en esa situación, pero por la mente de su captor, al tener al rubio en esa posición lo hacia ver deseable a los ojos del secuestrador, y la emoción subía más al observar la desesperación del menor por verse libre y lejos de ahí. 

Este lo mira con deseo, relame los labios y sin perder la costumbre toma uno de los mechones de Milo llevándoselo a la nariz aspirando la dulce fragancia que desprendía. Milo comienza a inquietarse, y si no fuera por la venda, estaba más que seguro que sus ojos reflejarían pavor y miedo, deseaba que todo esto solo fuera una pesadilla y que su hermano corriera a despertarlo.

El criminal por dentro sonreía y dejo en paz el cabello acomodándolo detrás de la oreja.

-no hagas ningún ruido, no te haré daño.

Por unos segundos desapareció de los alrededores del blondo regresando trayendo consigo una silla y posteriormente una mesa y una maleta, acomoda la mesa al frente del moreno y encima de esta coloca la maleta,  posteriormente coloca la silla al frente del rubio y toma asiento. Observa al menos sigue moviéndose de las manos y los pies para liberarse, extiende tomando una de las orillas de la venda de los ojos.

-no hagas ningún ruido, no quiero que grites, por ahora te has portado muy bien como para que tenga que castigarte, Milo.

El rubio asiente y se ve despojado de la venda de los ojos, sus pupilas se tardan en enfocar en medio de la oscuras logrando avenas divisar la silueta del hombre que lo trajo

-nuevamente estamos aquí Milo, todo gracias al idiota de Kardia, tal vez le envíe una carta de agradecimiento cuando termine todo esto, solo mírate, has recuperado vitalidad, fuerza y belleza.

Milo desvía la vista, no podía mirarlo a los ojos, no podía soportarás más. El segundo hombre frunce el ceño, por aquella acción, sintiendo herido su orgullo, se levanta y sin cuidado tomo por detrás de la cabeza a Milo.

-mírame Milo- exigió el captor, el menor cierra los ojos fuertemente.- ¡Maldita sea, mírame!

Milo gime de dolor, y sin opción obedece la orden calmando un poco el carácter de su captor. El segundo hombre aflojo el agarre, pero aun sin soltarlo cambia la mirada, complacido por la obediencia del menor. Todo esos años de adiestramiento daban frutos,  a pesar de que la policía trataba de devolverle la voluntad al menor, él lo tenía dominado, Milo se hace que no escucho, aunque su  cuerpo lo traiciono desprendiendo una silenciosa lagrima.  

-finalmente vamos a estar juntos, moya malen’kaya ptichka.
 
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Degel  se había acomodado para dormir un rato, mientras espera a los chicos que regresen para poder cenar,  a punto de caer dormido, tocan la puerta del departamento, se extraña por un momento, pero lo deja pasar pensando que Camus había olvidado las llaves de su casa, vuelve a llamar a la puerta una vez más pero con mayor fuerza que la anterior vez.

-ya voy- exclama el peliverde.-Se apresura abrir la puerta antes de que la tumbaran a golpes.

-no sean desesperados chicos, no tiene que ser ansiosos- Abre la puerta sin ver a quién dejo pasar. La puerta se abre y cierra de forma violenta. 

-Oh, chicos, no necesitan la violencia para…-voltear, y no termina de hablar, palidece, mientras Kardia se le queda viendo y lentamente se le va acercando.

-Degel… me alegra que estés bien, por un momento creí que el maldito ya había ido contra ti.

Degel retrocede lentamente hacia el teléfono, Kardia predice el movimiento y se le arroja hacia el de ojos violeta, lo toma  y lo pega a la pared más próxima logrando solo asustar más al chico, con la mano cubre la boca evitando que gritará, mientras con la otra lo somete. 

-escucha Degel, yo no soy el asesino, mira.-En un movimiento del hombro hace a un lado del cabello dejando ver que no tenía herida alguna ni cicatriz, mucho menos moretón que delataran al moreno como el asesino.

-lo vez, Degel soy inocente, Milo aún está en grave peligro. 

-Eso no demuestra nada Kardia- replica Degel, y trata inútilmente de quitarse a Kardia de encima.

-claro que sí, eso demuestra todo Degel, por favor déjame explicarte.

-no tengo porque escucharte.

-¡mierda solo escucha!- grita Kardia eufórico por la negativa del chico.

Degel sin darle importancia al grito, se tranquiliza y relaja el cuerpo, Kardia lo suelta y ambos se dirigen a la sala para que este último pudiera explicarse mejor.

-Escúchame Degel, lo que menos quiero hacerte es daño, pero quiero que me creas cuando te digo que yo no soy quien torturo a Milo y mande a Hyoga a violarte, pero por favor ahora tu eres el único que me puede ayudar.

Sin embargo el mayor de los Krakov se encontraba en un dilema, en cierta parte quería creerle a Kardia, sin embargo el haber encontrado ese cuaderno en la habitación del ex oficial solo lo confundía.

-¿Qué es lo que me tienes que decir Kardia? 

Kardia sintió al menos que había ganado una batalla al escuchar al ojivioleta le haría caso.

-antes que nada, ¿Dónde está Milo?

-Degel titubeo por un momento,  e incluso se mordió ligeramente el labio

-primero quiero que me digas, porque tengo que creerte Kardia. 

-porque si no me creer, es muy probable que Milo este muerto.

- tu como quieres que te crea si todo estas diciendo que eres tú, la comisaria esta en tu contra, y lo más probable es que te estén buscando Kardia.

-lo  sé, pero todo esto es una trampa, de dejar a Saga en la clínica más próxima, solo espero que pueda sobrevivir. 

-¿Una trampa?, ¿Saga?- cuestiona preocupado el peliverde-¿acaso pasa algo, que no nos hayas mencionado a Milo y a mí?

-sí, pero todo lo hacíamos para no preocuparlos, pero ahora es momento para que lo sepas.- Degel guarda silencio para que Kardia continuara hablando.-en un principio no había nada de lógica en el caso, ni mucho menos sentido.

-pues todo el caso no ha tenido sentido ni lógica.

-claro que sí, pero déjame explicarte, primeramente la aparición de Milo, aunque en un principio todos creíamos que fue porque su agresor lo había descuidado y que logró escapar, toda esta teoría cayo cuando Milo nos mencionó que ese lo dejo atado en el árbol,  por lo que surgió la nueva teoría de que solo quería deshacerse de Milo , pero todo eso iba en contra del móvil, porque iba a ser abandonado en un bosque y no en el parque donde desapareció, eso contrariaba por completo en el móvil de las otras víctimas.

-¡¿hubo más víctimas aparte de Milo?!- grita escandalizado Degel

-sí, otros 4 niños antes que Milo que eran dejados en los sitios donde fueron sustraídos muertos.

-¡Dios mío!

-por lo que entonces tomados la posibilidad de que eran dos hombres en lugar de uno.

- dos hombres que torturaban a Milo, no puede ser. 

-bueno, Milo si era torturado, pero solo por uno, por Hyoga-Degel quedo sorprendido por la confesión.- El chico era uno de los que sabía de Milo, por lo que buscaban su muerte, porque él era el que torturaba a Milo, ya que deseaba tenerlo muerto por estar obsesionado por su compañero .

-¿Hyoga?,  quieres decir que él sabía de Milo, maldición, y yo que deje que él entrara a nuestra casa.

-no es tu culpa Degel, tu no sabías que él, como íbamos a saber que Hyoga estaba interesado en su compañero de crimen, que cazaría a Milo para matarlo.

-¿y él otro?- Kardia no entendió la otra pregunta-¡¿El  otro desgraciado que no deja en paz a mi hermano?,¿Dónde esta?!

Kardia cambio el rostro de dirección, no tenía el valor para mencionar sobre el otro hombre.

-lamentablemente en este punto es donde las cosas se complican Degel, ese segundo hombre era un misterio,   al parecer toda la investigación iba girando en torno a Hyoga, y tal vez todo hubiera sigo así, si no fuera por Saga.

-¿Saga?, ¿Qué tiene que ver él?

-Saga en último momento descubrió algo que no habíamos tomado en cuenta, todo el tiempo Milo nos estuvo diciendo quien era el segundo ignoto.

-¿eso es posible?

-no lo sé, pero en cierto modo, durante todos estos años, el cerebro de Milo estuvo bajo cierto grado de dominio inconscientemente, que lo hacía estar días o semanas en su prisión sin que su secuestrador tuviera que preocuparse con que huyera, y no es hasta Milo se vio libre de ese dominio que en su mente buscaba alguna forma de manifestar su necesitad de su ignoto.

-¿Qué quiere decir?, todo esto es confuso Kardia.

-los dibujos que hizo Milo-Ignora la pregunta de Degel.- En parte hizo canalizar la necesidad de buscar desesperadamente su captor, especialmente el ultimo dibujo, el de la capucha, el que dejo Hyoga el mensaje del atentado.

-¿quieres decir que Milo quería volver con ese maldito?

-no lo sé, no estoy muy seguro de ellos, más lo de los dibujos es más que seguro de ello, Saga dejo escrito eso en el expediente de Milo y análisis de las imágenes, nada de eso fue una coincidencia, Milo se encuentra confundido, perdido por todo, eso lo supo aprovechar el maldito para no sospechar que estaba más cerca de lo que creíamos.

-¿qué quiere decir Kardia?

-ese desgraciado siempre estuvo cerca de nosotros, y ese maldito dibujo era la clave para dar con él.

-¿a qué te refieres?, si ese dibujo no tenía nada, eso era solo un hombre con capucha, que tiene que ver con esa hombre, yo no vi nada.

-eso es lo que vimos en primer momento, pero los detalles eran lo que no tomamos en cuenta, no vistas algo extraño

-no que lo recuerde.

-no te esfuerces Degel, todo esto aunque lo no creas tiene una razón, todo este tiempo, ese segundo hombre estuvo jugando con nosotros, más nunca se esperó que Hyoga fuera actuar.

-¿Por qué?, ¿Quieres decir con eso?

-tal vez los celos hicieron que Hyoga actuara-Degel escucha con atención las palabras de Kardia.-Recuerda lo que te dijo Hyoga esa ocasión, te comparaba con su compañero, que lo deseaba y que ustedes dos eran el obstáculo entre tú y él, el chico se volvió loco por no tener la atención de esa persona, por eso quiso deshacerse de Milo, más nunca espero que tu hermano se soltara de sus ataduras, que  buscaría alguna forma de ir salvarse, que lo encontrarían y se lo llevaría a la ciudad, que todavía existiera el expediente y que tu estuvieras con vida, todo eso arruino sus planes con Milo.

-¡¿Qué?!

-piénsalo Degel, todo tiene ahora una maldita lógica, el chico escapa,  se informa que está vivo, por lo que comienza la cacería entre los ignotos, mientras uno lo quiere muerte, el otro lo quiere vivo, aunque claro ahora que Hyoga no está, el segundo hombre ya puede estar tras de Milo, si no es que ahora ya lo tiene, dime Degel, ¿Dónde está Milo?

-Salió hace un rato con Camus.

Kardia perdió todos los colores, se lleva ambas manos a la cabeza, estrujándolos.

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Milo no deja de observar el segundo hombre, luego de su cabeza finalmente pudo conectarse con el cerebro puedo ver el sitio en donde fue encerrado, podría jurar que era una pequeña bodega con apenas una puerta, una cama de hierro viejo, una mesa y un par de sillas, donde es estaba sentado; y aunque en un principio creyó que iba a desquitarse luego de haber escapado hace medio año atrás, se sorprendió cuando llegó con una bandeja de comida caliente y le dada de comer en la boca, en un principio se negó a comer llegando a escupir lo poco que lograba introducir en su boca, luego de una amenaza contra Degel, lo hizo callar, como también su estómago le pedía algo de comer, luego de no haber ingerido ningún alimento todo el día. 

El rubio había terminado comer, por lo que su captor dejó a un lado la bandeja para que él pudiera comer, el rubio de nada de seguir los movimientos con la mirada, su captor se apresura, aunque por dentro Milo deseaba que se tomara su tiempo, después de todo no sabía que podía hacerle, especialmente cuando ni el mismo sabía que podía hacerle, después de todo, las máscaras había sido retiradas y ahora podría ver a la persona que tenía al frente. Como fue de no se dio cuenta de ello, como se dejó llevar por la paz momentánea  y pensar que con la muerte de Hyoga, finalmente iba a ser libre, que podría caminar sin sentirse perseguido, reír con gusto, cantar y danzar bajo la lluvia, no guardar sus sentimientos en una caja del inconsciente, y ser lo que él era, pero ahora ni siquiera, ni un día de tranquilidad, como para verse atrapado nuevamente, con ese hombre que comenzó todo.

-¿Por qué…-murmura el rubio, llegando esa pregunta a los oídos de la persona al frente de él.-¿Por qué… me haces esto?

El hombre levanto el rostro para mirar a su acompañante deja a un lado el plato con los alimentos a medio consumir y  se incorporó sin mencionar nada. Milo se encoge sobre si mismo, pensando que había cometido un error y terminaría violado, finalmente haría realidad esas amenazas que era víctimas, como las veces en que el siempre preguntaba y el otro solo le decía que si hacia otra pregunta, no solo tendría la delicadeza de robarle su pureza, no, que lo haría sufrir tanto que su cuero y mente no podrían recuperarse y sería abandonado en algún burdel de mala muerte. 

-!por favor-suplica Milo-no volveré hacer otra pregunta, no me violes.

-Porque lo haría- dice el hombre. Milo abre los ojos sorprendido.-¿Por qué dañaría a la persona que he hace sentir humano? 

Milo sorprendido, se queda sin palabras, el rubio esta por mencionar algo más, pero es sorprendido por unos brazos que lo atrapan mientras una mano se posa sobre sus cabellos y lo acarician con devoción.

-perdóname Milo, perdóname por dejarte con ese desalmado. 

El rubio no logra entender las palabras, siente un par de besos posarse en sus mejillas. 

-nunca debí dejarte con Hyoga, no tenía la idea que él te había hecho tanto daño, yo nunca hubiera puesto una mano sobre ti, a menos que tu tratarás de escapar, … pero no, tu eres diferente, tu nunca  hubieras contenido los errores que los otros hicieron, tu eres único, especial, porque tú me hacer sentir lo humanamente disponible, no me hacer ser un monstruo sin corazón. 

El rubio reprimía un quejido al escucharlo hablar, tenía una infinidad de palabras por mencionar. 

-mientes- menciona milo, el compañero se detiene- tu… mientes, tu no me quieres, tu solo me haces daño, tu me quieres ver muerto .

El hombre se alejó de Milo la distancia suficiente para golpear con los puños la mesa y arrojarla  al otro lado de la habitación sin lastimar al chico, aunque eso no evito que se volviera a encojar sobre su asiento. 

-quiere que entiendas una cosa Milo- Lo toma de la cabeza, recargando la frente con la del menor- yo te amo, te amo más que mi propia viva, tu eres como yo, 

-yo no soy como tú, yo no soy tu…-estuvo a punto me mencionar su nombre, pero fue cayado por un beso forzado, Milo, se removió, buscando alguna forma de separarlo de él, 

-quieres saber porque eres como yo,- toma asiento en la silla al frente de Milo.- Te contare un cuento.

Milo lo observa, aún estaba muy alterado y aun cuando no quería escucharlo, tenía la vaga curiosidad de saber qué es lo que le tenía que contar. 

-Hace mucho tiempo, había un niño,, un pequeño niño, el pequeño era como cualquiera, tenía un padre y una madre que los amaba, un hogar donde se sentía feliz y amado, tenía todo lo que un infante de su edad deseaba, un día esa familia fue de paseo a ver la playa, un deseo que ese niño  había querido cumplir, y sus padres estaba por hacerlo realidad, sin embargo en medio de ese camino algo falló, que hizo que todos ellos tuvieran un accidente, el niño lo único que recuerda de ese día es escuchar los débiles latidos de sus padres apagarse mientras la sangre lo bañada antes de caer en el inconsciente, de esa familia solo quedo el niño, estuvo días en el hospital debatiendo entre la vida y la muerte, hasta que despertó, sin embargo algo en él ya no funcionada- señala la cien de la cabeza- algo se rompió en su cabeza, dejo de ver la chispa que la vida le ofrecía, dejo de sentir alegra en las pequeñas  y grandes cosas, dejo de reír, llorar, enojarse, de alegrarse, de aburrirse, simplemente era como ser un autónoma, dejo se sentirse como una persona hasta que finalmente se dio cuenta que era un ser roto, ya no era una persona, ni mucho menos humano. El pequeño niño creció y poco a poco comenzaba a transformarse en un joven para luego pasar a un hombre, sin embargo para él era como estar muerto en vida, sus días eran grises y sin gracia sus días eran con los únicos que le sobrevivían en su familia y tal vez hubiera llegado a la muerte, si no fuera porque vio algo en  la vida de otros, observaba como algunos hacían sus vidas, pero que al final no lograban despertar su interés y no es hasta cuando vio a los más pequeños que comenzaron a despertar algo de interés y es ahí donde comenzó todo. 

Ambos hombres intercambiaron miradas, Milo lo observa sin poder mencionar nada más, mientras el otro se acomoda en el asiento, colocando una de las manos sobre el mentón.

-pero saber, cuando esos niños lo hacían despertar algo de humanidad, él solo pedía una cosa, y es que no trataran de huir, que no se fueran a su lado, pero no… los primeros no lo quisieron, siempre lloraban para que los dejaran ir a casa, pero él no quería que se fueran porque ellos lo hacían sentir amado, ellos le causaban alegría, tristeza, enojo, por lo que cuando trataron de huir, solo pudo enojarse de tal forma que les arrebato la vida. 

-Monstruo_ grita Milo. 

-¡Claro que soy un monstruo!,¿ tiene idea que es sentirse vacío, el no poder expresar alegría, reírse por una broma, alegrarse en un cumpleaños, enojarse por una inconformidad, sentir placer por estar con la persona amada!, ¿¡Tienes idea de ellos Milo?!

-no, pero eso no explica, ¿por qué yo, porque yo?

-la respuesta es muy fácil Milo, recuerdas cuando nos conocimos.-El rubio niega.-Ese día estaba esperando a alguien, él iba a ser la siguiente persona, pero tu… tu curiosidad te acerco a mi, te me acercaste y me preguntaste…

-¿si estabas triste?-.Al caer en cuenta de esa inocente pregunta desato todo ello.

-así es Milo, tus ojos me miraron sin miedo, y ahí fue donde sentir que a alguien le preocupaba,  tus ojos apenas pequeños, tenían tantos sentimientos que algo en mí se removió y por primera vez sentir influir en mi interior alegría, con el simple hecho de ver esos ojos tan lindos observarme 

El hombre de incorporo y camino alrededor de la habitación. 

-ese día nos hicimos amigos, intercambiábamos palabras y vidas, tú me hablaste de tu familia, la relación con tus padres adoptivos y tu hermano, algunas veces tenía envida de ellos, porque ellos podía tenerte todo el tiempo y yo solo unas cuantos minutos, aunque claro, cuando finalmente te tuve, tenía que eliminarlos porque hacían mucho escándalo por un hijo que no era su sangre,… por favor Milo, no llores, ellos ahora están en paz. 

El hombre se incorpora  y limpia las lágrimas de Milo, dejo que el rubio descargara todo el llanto. 

-tú los mataste, mataste a mis padres-solloza- solo tenía 10 años cuando me encerraste. 

- y yo 15 cuando olvidaste que no tienes que hablar con extraño; pero ya tenías las manos manchadas de sangre Milo, la maldad no tiene edad querido.

-¿y que  paso?-El rubio lo ve con furia- ¿Qué más paso con el niño?

-supo que encontró la persona adecuada en el niño de ojos de agua y pelos dorados, pero claro, cuando una persona crece se hace de obligaciones por la que tuvo que pedir a alguien que cuidara a su tesoro, aunque no podía dejárselo a cualquier persona, quien tendría que cuidar su tesoro tenía que ser una persona igual de rota que él… le tomo tiempo para buscarlo, pero al final lo encontró, lo encontró en alguien igual que su tesoro, aunque no despertó sentimientos como lo hacía su pequeña joya, sabía que ese joven lo ayudaría, y que guardaría su secreto, es por eso que esa persona entro en la historia, el joven ruso sabía engañar con sus buenos modales y gestos, que incluso el joven cayo en esas bellas palabras, nunca se imaginó que ese maldito hijo de puta se atreviera a dañar a su joya, las veces que lo veía siempre le decía que su tesoro se portaba más y por eso tenía que ser castigado, claro que había días que él le creía, pero otras que lo veía tan dañado que olvidaba todo para curarlo, su pequeña joya fue creciendo y se volvía en un joven que podía arrancar suspiros, pero que siempre se veía infeliz, eso le partía al niño, por lo que iba hacer algo que ni con sus anteriores tesoros iba hacer.

-¿qué?

-le devolvería la esperanza, le daría la libertad que hace tiempo le había prometido, sin embargo el otro se enteró de lo que iba hacer, por eso quiso enterrar el tesoro, el niño no lo supo hasta que la vida real se lo atrajo, se juró que atraparía a la persona que  quiso enterrar su tesoro, por lo que no descansaría hasta que se pudría en el infierno. 

Milo guardo silencio, termino de escuchar todo el relato, baja la cabeza.

-ese niño, ¿eras tú,  verdad?- El segundo asistió.-¿ahora?-dice Milo con la voz apagada- ¿Qué me va a pasar?

El segundo hombre no menciona nada solo se queda callado, se incorpora de la silla y va a  oscuridad de la habitación, regresa con una de las manos a la espalda, Milo lo sigue con la mirada, hasta que se perdió atrás de él, el segundo se inclina posando la barbilla sobre el hombro de Milo.

-es hora de terminar todo, mí querido Milo. 

Milo estaba por objetar algo cuando su boca tu tapada, solo sintió un piquete en el cuello, comienza a forcejear logrando darle una mordida a la mano de su captor, aun cuando se cayera de la silla, se golpea la cabeza sobre el suelo, sin haber logrado romper la silla, buscaba alguna forma de libarse, sin embargo su cuerpo comenzó a perder fuerza y su conciencia volvía a quedar en negro. El hombre lo levanto bruscamente, dejando la cabeza colgada hacia atrás. 

-muy pronto acabara todo Milo- susurra el hombre al oído de Milo-muy pronto estaremos junto para siempre. 

-Ca…da…Camus. Logra decir Milo antes de terminar desmayado. 

Así sin más, el pelirrojo deja que Milo cayera en el inconsciente de su mente después de toda esta confesión.  Al final todas las piezas estaban cayendo en el ajedrez de la vida que ambos eran protagonistas, ya todas las figuras fueron expuestas, y solo faltaba terminar esta obra. Camus sabía que no tenía mucho tiempo, si no fuera porque su mayor preocupación se encontraba en la comisaría de nombre Kardia, podría decirse que era vencedor en todo, sin embargo por dentro solo podía maldecir a Saga por haber descubierto el secreto que había detrás de ese dibujo, porque  sabía muy en el fondo de su cabeza  no podría y llegaría a culpar a Milo por haber dado la pieza para que lo descubrieran como “El hombre de sueños”, nombre que tanto odiaba, pero que al final era lo que representaba, un hombre que busca sueños en las manos de otras personas para apropiárselas, y que por ahora su mente solo podía buscar satisfacción con la simple presencia del chico rubio que se le ha cerco ese día en el parque hace diez años a ofrecerle un poco de alegría, para saber que él sería su mundo, su remedio y salvación, que ya no dejaría de ser un hombre insensible, que volvería a ser la persona que fue antes del accidente, solo tenía que terminar con las dos personas que falta, Kardia y Degel. 

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Degel quedo sin palabras, negaba tanto en la mente como con la cabeza, Kardia sentía lastima por el mayor de los Krakov, sin embargo no podía decir nada de la impresión e incluso podía sentirse asqueado por todo, pero simplemente solo deseaba que todo esto terminara, que todo volviera a la tranquilidad y que todo el mundo le permitirá estar en paz con su hermano Milo, pero ahora no sabía qué hacer, todo le parecía una locura, que le haría perder la razón.

-dime que no es verdad.

-como me gustaría, sin embargo los últimos registros de Saga mencionaban eso, si  no lo hubiera visto con mis ojos, no te lo estaría diciendo con todas sus palabras Degel. 

-¡pero tiene que ser una maldita broma, porque, porque, porque él, porque Camus, él es un oficial, pero no porque ahora Kardia. 

El moreno dejo que Degel desahogara toda la ira y frustración, él lo había hecho hace unas horas atrás; recuerda lo que hizo antes de llegar con Degel, antes de dejar a Saga en la clínica más cercana para que lo atendieran,  mientras el peliazul arrastraba a Saga afuera de la comisaría, el doctor con la poca lucidez que le quedaba, le daba todo el resumen de los reportes y la identidad del criminal que tenía y no había logrado escribir todavía desde el levantamiento del cuerpo de Hyoga.

El psicólogo tuvo que hacerse cargo de la labor de los dos oficiales por lo que rápidamente pidió todo registro y examen postmorte del cuerpo, como para el atardecer tener todo el registro correspondiente y hacer las conjeturas finales, pero la sorpresa de ver lo que decía los papeles eran cosas que tenía que guardarse antes de poder lograr sacar conclusiones, más nunca se esperó que con el arresto de Kardia, y mientras comenzaban con el papeleo, y descubrir el autor de todo el crimen, el otro oficial aprovecharía la ocasión para eliminarlo dando por concluido los eslabones del crimen perfecto, sin embargo el pelirrojo no había considerado que Kardia haría lo imposible para demostrar su inocencia, sin importar si fuera de forma legal o ilegal como para ser encontrado todavía con vida y decir toda la verdad, por el moreno se llevó al psicólogo que se debatía entre la vida y la muerte, apenas lo dejo a las a fuerzas de la clínica para ser atendido lo más rápidamente, ni perdió tiempo para sacar a los chicos del departamento de Camus y huir, más no se esperó que Camus se llevara a Milo, ahora que sentía la victoria muy cerca.   

-las últimas pruebas realizadas a Hyoga delataron que el chico tenía una vida sexual muy activa, y lo más probable es que ese maldito haya estado con el secuestrado de Milo los últimos días.

-¿Y eso que tiene que ver con el caso? 

-el chico tenía marcas en la espalda- Degel se sonrojó-ya te imaginaras que será .

-si- inquiere incomodo por la dirección que llevada la conversación.

-bueno, si yo hubiera sido, no sería muy factible que yo también tuviera arañazos en la espalda y en el cuerpo –dije Kardia con un tono burlón, como una pequeña venganza por lo que paso unas horas antes, Degel no quería sacar conclusiones, especialmente porque ahora que sabían quien era la persona que iba tras de Milo, no descansaría para matarlo, ahora solo  

-no me quiero imaginar eso Kardia. 

-pero dejando de lado eso, hicieron un cateo en la casa del chico, había condones usados, por lo que los mandaron   a analizar, te imagines de quien es el esperma.

El peliverde se negaba aceptar que ese hombre que había sido quien llevaba toda la investigación del caso, había sido quien inicio todo eso, especialmente por todo el daño que le produjo a Milo, su hermano, cuanto tiempo estuvo en ese lugar, solo, sin salida, sin esperanza, muerto en vida, no, eso si que no, si había algo que nunca perdonaría a Camus Keplers es haberle robado a Milo toda su vida, el haberlo lastimado; le tenía sin cuidado el hecho que por él lo habían violado, solo por ser un reflejo del pelirrojo, no eso ta no tenía caso, pero nunca le perdonaría el hacer destruido la vida a Milo.

-¿Hay algo que tengamos que hacer?

Kardia sintió una helada sensación al escuchar las palabras del chico, nunca antes lo había visto tan determinado como en ese instante, especialmente al cruzar la mirada con él para descubrir que no había ni una duda en ellos, podía sentir que había encontrado una nueva motivación para luchar, por muy dentro de el le gusto ver ese cambio en Degel, ahora sabía que tenía un aliado para detener a Camus.

-hay que buscar alguna pista que nos pueda indicar en donde se puedan encontrar, no recuerdas algo que Milo te haya dicho, algo que ustedes dos se prometieron o un sitio muy significativo para Milo.

-no que yo recuerde, a no ser la última vez que nuestra familia salió de vacaciones, una noche estuvimos hablando con Milo de ellas, y me comentó que le gustaría volverlas a ver. 

-¿y recuerdas a que sitio?

-si…, fue a una playa, donde nos instalamos unas casas de campañas en la, nuestros padres no tenían dinero, pero querían que fuéramos a conocer el mar, al día siguiente  papá estuvo a punto de ser llevado a la cárcel, si no fuera porque mamá se peleó con ellos.
-eso no…-no termino de hablar cuando el teléfono del Degel comenzó a sonar, se evtraño porque las únicas personas que tenían era los dos oficiales, contesta la llamada

-¿Bueno?

-si que me escuchar, y de ante mano quiero pedir una disculpa. 

-¿Quién eres?

-sé que Kardia está contigo, así que solo pásamelo.

-¿no hasta que me digas quién eres?

-maldita sea, pásame a Kardia

Degel sin estar acuerdo le entrega su teléfono al moreno.

-Me alegra que estes libre Kardia.-Logra escuchar  el peliazul, sin que haya formulado aalguna palabra.

-¿Edén?

-ese mismo. 

-¿Qué quieres?-

-bueno solo te llamó para despedirme de ti, ya nada me detiene, y estoy un poco aburrido de ser el chico bueno de la unidad,  ya en algún momento de la vida que nos volvamos a ver, me besarás los pies por lo que te voy a dar.- Cuelga el teléfono.

-pero qué diablos- exclama el mayor sin que el chico lograra escucharlo, lo siguiente que ve el ex oficial es que en el teléfono de Degel, llegaron una serie de fotos, expedientes y coordenadas. Kardia rápidamente las checa solo para concluir en que le daría la razón a ese chico delincuente, aunque no le besaría los pies. 

-hay que irnos Degel. 

-¿Qué pasa?-dice el mencionado sorprendido.

-tengo una idea de donde puedes estar, no tenemos tiempo, hay que apresurarnos.

Degel lo sigue en silencio toma una chamarra y va detrás de Kardia, ambos salen del edificio, ingresan al carro del peliazul y arrancan. Kardia no hace mención alguna más que ver el camino pavimentado de nieve.

-me vas a decir que pasa Kardia.-dice Degel sin poder aguardar más el silencio del vehiculo

-¿me dirás lo que sucede?

-en el archivo donde esta abierto, pagina 23, tercer renglón.- Le extiende el teléfono, sin despegar la mirada del camino. 

Degel lo toma el celular y busca las páginas que el indicó. En ellas, se encontraba el expediente de Camus Keplers, desde los datos básicos, como fecha de nacimiento, nombre de sus padres, historial académico, trayectoria laboral, como los reportes más privados de la vida del joven, desde un accidente a los 5 años de edad, en la cual sus padres fallecieron, mientras él quedaba en coma al filo de la muerte, teniendo una secuela en el cerebro que lo privo de tener cualquier relación afectiva con las personas e incluso de empatía, como una educación muy estricta por parte de una pareja de viejos católicos, la infancia del chico dio una vuelta de 180 grados, de una completa felicidad a un tempestuoso caos. Así en un ambiente de estricta disciplina y carente de cariño, Camus Keplers creció hasta la edad de 15 años, que busco la emancipación y la entrega de la herencia de sus padres, todo el proceso duro un años hasta que el chico logró ser independiente muy joven, a los 18 años ingreso a la academia de las fuerzas locales concluyendo su entrenamiento en un corto periodo y comenzando a trabajar siendo el mejor en su oficio, gracias a la carencia de empatía y susceptibilidad con las víctimas y victimarios. 

Degel continúo leyendo los archivos y expedientes, y mientras el joven Kravok continua con la lectura, Kardia piensa en todas las coincidencias que no había visto, desde la traducción en latín de las primeras confesiones de Milo, como la buena estrategia que había empleado cuando comenzó a darle caza a Hyoga, junto con la única y exclusiva cercanía que tenía con Milo en todo el caso, se precipitó por no sospechar que el criminal hubiera estado tan cerca, ahora tenía un joven desaparecido, un amigo en el filo de la muerte y tal vez un ex delincuente que vuelve a sus andadas, que problema es todo el caso.

El moreno detiene el carro de forma brusca que casi hace que su compañero se golpiara con el tablero del carro, Kardia sale del carro y siguiéndolo de cerca va Degel, el menor ve que lo había llevado a las afueras de la ciudad en la reserva de la región, estuvo a punto de perder al mayor de vista, por lo que se apresura a alcanzarlo, van siguiendo una pequeña pendiente sosteniéndose con los troncos de los árboles, Kardia llega a la sima y busca con la mirada algo, Degel lo alcanza y está por preguntar algo, pero este se vuelve a ir dejándolo atrás, una vez de bajada  el menor continua siguiéndolo, hasta que ve que en medio de su camino, visualiza un refugio subterránea y que el peliazul va hacia este. 

Kardia llega a la puerta, busca algo en el suelo, logra tomar una rama y abre la puerta, el chico lo sigue de cerca, a pesar de quedarse solo en el marco de la entrada, el lugar estaba oscuro, por lo que no llegaba a ver más allá de un brazo, la temperatura del sitio solo le causaba escalofrió por lo que se abraza a si mismo, el silencio de la reserva solo le daba mala espina por lo que procura quedarse lo más cerca, e inspeccionando contantemente su alrededor, el sonido del crujir de las ramas, solo lograba poder los nervios de punta.  

El ruido de una rama crujirse lo hizo exaltarse, una mano  toma la suya por puro reflejos, lazó el puño, sin ver quien lo toma, la voz de Kardia lo saca de la sorpresa, solo para verlo tirado en el suelo del escondite.

-tienes un buen puño Degel. 

-¡Kardia!- dice el escandalizado-Lo siento, no fue mi intensión.

-no te preocupes, me lo merecía por no decirte que venía. 

-¿estas bien?- Avergonzado por dejarle el pómulo enrojecido.-¿encontraste algo? 

-al menos estamos seguros que estuvieron aquí.-señala un retazo de la camisa que llevaba Milo ese día. Degel se niega a tomarlo, lo que menos quiere es pensar lo peor.

-hay que seguir buscando.-dice el peliazul.-No deben estar muy lejos.-Degel asiente y comienzan a caminar lejos de ahí.

-tenemos que seguir este camino, no muy lejos hay un lago de pesca.

-un lago, ¿para que?

-todo con el tiempo Degel, no tenemos tiempo para explicaciones, si no llegamos al lago, Milo morirá. 

-¿Qué?, pero esto no tiene sentido.

-La mente de un criminal es un mar de misterios, pero lo más seguro es que Camus tiene pensado en ahogar a Milo en el agua, el único sitio donde hay un cumulo de agua es el lago que hay en la reserva, es un sitio turístico tiene algunos botes, pero por ahora está congelado por lo que no tiene servicio, casi no hay gente más que uno que otro velador, lo que haría el sitio perfecto para deshacerse de una persona .

No mencionaron nada más, por lo que ambos se apresuran a llegar al lugar, Degel tenía un presentimiento, a pesar de que Kardia se negaba hablar, su mente sacaba una infinidad de conjeturas y preguntas por todo, pero en algo de que estaba seguro es que cuando todo terminara le pediría explicaciones de todo.

Siguieron caminando con la poca luz que había, sin embargo Kardia caminaba como si conociera el lugar, mientras Degel procuraba no perder de vista al moreno, tuvieron que ascender y descender pequeñas colinas de toda la reserva para llegar al sitio turístico. Por otro lado, la caminada que ambos hombres tenían comenzaba a   cansar sus cuerpos y junto con las pesadas ropas abrigadoras, dificultada su camino, sin embargo para suerte de los dos, Kardia es el primero de visualizar las largas lámparas que tenía el lago, ambos sacando últimas fuerzas escalan la última colima y descender lo más rápido posible a la planicie del lago. 

Las nubes blancas de la respiración de los hombres solo delataban el esfuerzo que habían hecho, e incluso el peliverde se apoyaba con las rodillas mientras se recupera. Kardia por motivo de su entrenamiento podía aguantar más tiempo el insólito terrero. Le pregunta a Degel si todavía aguantaba y este le responde que no se preocupara, que buscara a Milo, Kardia no muy seguro de su decisión se adelanta, buscando entre los puntos así como los botos estancados, si había rastro alguno de los chicos. Termina de revisar los botes, pero nada, ingresa a la única cabaña de madera que había en el sitio, sin embargo estaba igual de oscura que tuvo que buscar algún interruptor y una lámpara, pero nada que pudiera ayudarlo.

-¿Quién anda ahí?- grita una voz en medio del puerto, el peliazul levanta la cabeza y ve a un hombre de media edad con una lámpara enfocándolo directamente a la cara, este por instinto se cubre los ojos para no quedar segado por la luz, siente un clic junto con que el calor de la lámpara comenzaba a pegarle en el cara.-Como lo pensaba, tú debes ser la persona que se llevaba mi material, pero ya veremos qué hacer cuando llame a la policía. 

El hombre sacó del saco que vestía un teléfono celular y  sin dejar de apuntar a Kardia con el arma marca a la policía de la zona.  El moreno estaba por explicarle al hombre que estaba buscando a un criminal que intentaría terminar con su labor, por la que estaban ellos para evitar una desgracia, pero ahora tenía una ceguera momentánea y le apuntaba con un armas como para poder realizar su propósito, podía escuchar con claridad como el hombre le daba los datos del lago, por lo que se imaginaba que llegarían lo más pronto posible,  alcanzó escuchar que lo llevarían a una habitación mientras esperaban cuando Degel golpea con la cabeza al hombre con remo. Kardia, que recientemente recuperaba la vida, aprovecha para acercase y quitarle el arma junto con la lámpara, examina el cuerpo del hombre y saca un par de balas que tenía guardadas.

-gracias- dice Kardia.

-la próxima vez, ten más cuidado, vamos, todavía falta ver el otro lado del lado, Kardia asiente antes de retirarse y dejar al hombre al interior de la cabaña continúan caminando por la orilla del lago y no muy lejos de ahí una sombra llevaba arrastrando algo, el joven Krakov logra divisar algo que apenas Kardia trata de distinguir.

-¡Camus!-gritan los hombres, la sombra se detiene, solo para levantar la cabeza dejando ver los cabellos rojos sobre de la capucha de la gabardina, en el suelo el cuerpo de Milo amarrado con una gruesa cadena, trata de gritar el nombre de su hermano, pero todavía no pasaba por completo el efecto de la droga, junto con sonidos gutural.

Los recién llegados corren a pesar del cansancio, logran llegar a lis límites del muelle, Camus usando una gabardina oscura que cubría gran parte de su cuerpo, mientras Milo se vio despojado de toda su ropa dejándolo solo con una camisa sencilla y unos pantalones de vestir, gracias a las bajas temperaturas, Milo tenía la piel completamente morada y azulada mientras las cabezas y la mordaza le habían algunos cortes en la piel por motivo del frío.

-suelta a mi hermano, desgraciado.

-Espera Degel. –grita Kardia, pero el sonido del primer disparo hizo que el joven se detuviera y buscara refugio en las cajas de madera que había en el muelle, Kardia que iba detrás de Krakov, igualmente se cubre y saca el arma que había tomado. Camus apunta con su arma a la cabeza de Kardia, y dispara, el moreno se hace a un lado logrando cubrirse con varias cajas alejadas de Degel, tres disparos más antes de que pudiera levantarse, el pelirrojo logra pero sin alejarse mucho de Milo, y el rubio se tiende en el suelo del muelle, los disparos continuaron, pero ninguno de los oficiales se negaban a dejar de lado, Kardia gruñe por no lograr acercarse y ver la desesperación en ambos hermanos, Milo suelta laridos de ayuda, mientras Camus no deja de alejarse llevándose consigo al chico, los últimos disparos detonan con el resultado de un impacto en ambos hombres a la altura de los hombros, se logra escuchar una maldición en otro idioma por parte de Camus, antes de huir llevándose consigo a Milo.

El Joven Krakov se levanta y va con Kardia que buscaba con desesperación tener la hemorragia de Kardia.

-no- exclama el oficial-Ve tras ellos, síguelos.

El joven estuvo por objetar, pero al final le dio la razón , y salió a la misma dirección de donde se fueron el par.  

Degel había mirado impotente como lentamente Milo volvía a desaparecer en medio de la oscuridad, y luego de dejar a Kardia en la orilla del muelle, grita el nombre de Milo, sin recibir respuesta, vuelve a gritar esperando que al menos él menor pudiera hacer algún ruido, pero nada, las lágrimas estuvieron a punto de salir, cuando pudo ver el rastro de sangre de la herida de Camus, no lo pensó y comenzó a seguirlo, camina unos metros hasta ver las figuras de Milo y Camus sobre el hielo, Milo daba patadas al aire mientras Camus lo arrastraba sobre el hielo hasta que ambos llegaron a un agujero sobre el lago congelado. Degel se apresuró a llegar hasta ellos, Camus  apenas tuvo tiempo para reaccionar y evitar un golpe por parte del hermano mayor, suelta a Milo a solo unos centímetros de ambos y el hoyo en el lago, y comienza una lucha cuerpo a cuerpo con el mayor.  Tal vez la adrenalina del momento y el ser consciente de que su hermano estaba en peligro, hacía que Degel pudiera suportar los golpes que Camus le daba en todo el cuerpo, lo tenía sin cuidado el hecho que la sangre comenzaba a salir de su boca y que su nariz estuviera rota, las manos del pelirrojo se enredan en el cuello del peliverde, con lo que empieza a ahorcarlo, entierra las uñas en la pálida piel sin lograr obligar al pelirrojo soltado, logra darle una patada en el abdomen y soltarse, ambos se incorporan del hielo y se miran a los ojos, Degel se limpia la sangre que salía de la boca, pero sin dejar de observar al otro.

-se supone que no deberías estar aquí-gruñe Camus indignado por la presencia del mencionado.- pero no te preocupes, igual puedes morir junto a  tu hermano. 

-eso no lo creo Camus.- Se escucha la voz de Kardia, ambos se detienen mientras en al aire solo se escucha un silbido que cortaba el aire del lago, los dos giran el cuerpo para ver a Kardia que traía consigo una pistola, mientras la sostenía con una mano,  Camus siente un intenso dolor en la zona lumbar, se lleva la mano al sitio y llega a tocar algo líquido, no hacía falta mencionar que era, por lo que comienza a reír, siendo una risa que asustada a los presentes, los tres hombres aun en sus condiciones ven a Camus que reía con un poco de demencia, la nieve se va tiñendo con la sangre de Camus, Kardia sin dejar de apuntar a Camus se acerca a degel, que era el más cercano a él, y le ayuda a incorporarse, mientras tanto el pelirrojo se inca ante Milo, enreda uno de sus dedos con los rulos del joven krakov.

-Así es como se terminarán las cosas, ¿no es así?- sonríe y deposita un beso en la mejilla del menor, Degel trata de ir con su hermano, pero Kardia lo detiene, todo esto había terminado, Milo movió los labios sin que pudiera salir algún sonido, la piel estaba entre tonos azules y morados, pero aún tenía fuerza para seguir viviendo, Milo a pesar de todo lo que pasaba no podía pensar y sentir un poco de lastima por Camus.

-Camus Keplers, quedas arrestado, por la muerte de cuatro niños, el secuestro y tortura de Milo Krakov, y ser  cómplice de la violación de Degel krakov, tienes derecho de guardar silencio, todo lo que digas será usado en tu contra. 

-no Kardia.- Se incorpora, va caminando alrededor de ellos.-esto solo sea el inicio de algo grande. 

El pelirrojo se cae en el agua, no sin antes que su mano lograra tomar el tobillo de Milo, llevándoselo con él 

-¡Milo!- gritan los dos hombres, Degel corre y se arroja al agua, las pesadas prensas en un principio lo sostenían a la superficie, pero solo fue cuestión de segundos para que ayudaran al peliverde sumergirse, Kardia desde la superficie, retiraba la nieve e iluminaba con la lámpara cualquier parte del hielo  para que Degel pudiera ver donde estaba el chico, por su parte el hermano de Milo pudo ver de reojo los cabellos rubios de Milo  que descendía rápidamente por el lago, nada lo más rápida que podía. 

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Milo con la poca fuerza que tenía  forcejeaba para liberarse tanto de las cadenas como el agarre de Camus.  Por su mente del menor, solo podía pasar el medio año que recupero de su vida, el hecho de haber vuelto a ver a su hermano y el conocer a todas las personas que le ayudaron a superar esa parte de su vida lo hacían pensar que su vida había sido realizada. El optimismo y sarcasmo de Kardia, el cariño y arrepentimiento de Degel, la solidaridad que el doctor Saga eran cosas que se las llevaría a la tumba, y aun cuando no quisiera admitirlo el hecho de conocer a Camus, solo podía dejarle la enseñanza de que había tanto maldad como bondad en el mundo, que podía ser la persona más feliz del mundo y ser la más desdichada al mismo tiempo, y tal vez si no se hubiera dado así las cosas, el conocer a Camus de otra forma, en otras condiciones e incluso en otra situación le hubiera sido la persona más feliz del mundo. 

Siente los pulmones contraerse, había dejado de sentir el agarre de Camus, por lo que podía imaginarse que en algún momento lo había soltado, el poco aire que aún conservaba se escapaba en forma de burbujas, el cuerpo comienza a sentirlo más ligero, así como el agua ingresaba por la garganta y los pulmones, todo esto estaba por terminar, si no fuera porque algo toma su rostro y le da un beso, su cerebro vuelve a reacción, tiene la sensación de querer toser, pero no puede, una sombra al frente de él lo empuja hacia adelante, aun cuando todo el peso que cargaba lo arrastraba hacia abajo, el movimiento del lago lo arrastra, mientras la sombra sigue luchando para subirlo, e incluso podía jurar que había sido depositado sobre algo para que no hiciera algún esfuerzo.

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Kardia sigue señalando la luz de la lámpara se pasea alrededor de la una cuarteadura que tenía el lado, pero no observaba nada, ya había pasado 3 minutos y ninguno de los chicos daba señal de salir, tenía la sensación de ir tras los chicos, pero nada de ello iba a funcionar solo podía esperar lo peor.

Una mano sale a la superficie seguido con unos cabellos que pudo identificar rápidamente.

-Milo, Degel.- toma primero el cuerpo de Milo y quita las cadenas,  luego el de  Degel que queda acostado mientras recupera la respiración, sin embargo  Milo no despertaba, por lo que comienza aplicarle el RCP, tiene cuidado para no lastimarlo no es hasta la tercera reanimación e intercambio de aire, cuando Milo expulsa todo el agua que tomo,  el moreno le quita la ropa húmeda y le da su abrigo, Milo abre los ojos siendo a Kardia el primero en ver, mira por todos lados para ver a Degel que lo observada y se arrastraba hacia él.

-Hermano, Kardia. 

-ya está, ya todo termino Milo. – dice Degel cansado, pero feliz porque esto había terminado.

Los tres se abrazan dejando a Milo en el centro, y mientras a lo lejos se escucha las patrullas que recién llegaban al sitio.  

Continuara…

Notas finales:

*Notas:

1. Queridos lector@ si llegaste está aquí, entonces me quiero imaginar que te sorprendió el giro que se dio, antes que nada en mi mente siempre estuvieron así los personajes, aun cuando en algunos capítulos si tenía mis dudas, y cuando escribía el capítulo, tenía mi duda en cambiar, pero creo que al final la idea inicial se concretó. 

2. En sí, aquí termina la historia, sin embargo como esto tiene un epilogó,  con ello daría por concluida la historia. Así que nos iremos leyendo en el próximo mes.


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