Antes de mudarse a su nueva casa pasaron muchas cosas, como en el jurado que tuvieron que ir ya que Len Kagamine no deseaba rendirse de perder al joven, así que intentaron ver que el hibrido era peligroso con lo que no contaban es que el animal era más razonable de lo que pensaban, así que cuando intentaron provocarlo no hizo nada.
Se dio a conocer que el hibrido no era peligroso por lo tanto no le colocarían la eutanasia ya que no era necesario.
Cuando se despidió de su hermano fue un momento algo extraño este le pedía disculpas por darle a joven Kagamine aires para volar más que todo allá terminado tan mal, lo único que recibió por parte de su hermano fue un; no te preocupes.
El viaje fue largo más para el perro que no estaba acostumbrado a estarse quieto durante tanto tiempo así que de cuando en cuando sacaba la cabeza por la ventana porque era como correr pero sin correr.
-¡Gakupo no saques la lengua! ¡Ni la cabeza! –Se quejó su dueño –
-¿Por qué? –Pregunto –Se siente genial.
-En primera porque estás en tu forma humana, en segunda porque no es bueno –Respondió –
-Uh –Se quejó el perro al sentir que algo se le había parado en la lengua –que asco una mosca –Se exhaló tirándola para limpiarse la lengua con la camisa –
-Te dije –Expreso su dueño mientras soltaba una risita –
El perro hizo una mueca mientras se acomodaba en la ventana sin sacar en totalidad su cabeza o la lengua su orejas estaban hacia atrás sumergido en el paisaje que pasaba a gran velocidad, Kaito lo miro por un segundo se veía tan hermoso.
Los ojos del hibrido se cerraron sintiendo como el viento daba contra su rostro, Kaito solamente sonrió mirando hacia la carretera fueron largas horas hasta que decidió hacer una parada para estirar las piernas un momento, el perro se levantó bostezando explorando un momento el lugar y que su dueño le diera a probar nuevas golosinas que él no conocía y le hacían feliz.
-No sé si esto te haga daño –Habló su dueño observándole comer sus golosinas mientras sonreía por la forma en que se movía su cola por la felicidad le hacía ver adorable –
-¿uh? ¿Por qué me haría daño? –Respondió mientras Kaito no paraba de sonreír quitando algunas migajas que habían quedado en la comisura de sus labios –
-Porque es comida de humanos y tu bueno eres ¿un hibrido? –murmuro el perro lo pensó un momento –
-uh, yo creo que está bien –Respondió para seguir comiendo –Son deliciosas y me gustan.
-¿si? ¿Cuál es el sabor que más te gusta? –pregunto, el perro se quedó mirando un momento hacia el suelo pensando –
-uh, mi sabor favorito es cuando te beso y tienes los labios llenos de helado –contestó mientras se relamía los labios, su dueño se sonrojo completamente – ¿eh? ¿Estás bien?
-uh, si estoy bien, solo que ¿Cómo no te da vergüenza decir esa clase de cosas? –pregunto cubriéndose el rostro –
-Ah… no lo sé, ¿debería? es lo que tú me preguntaste es mi sabor favorito –comento encogiéndose de hombros restándole importancia alguna Kaito solo suspiro –
-Supongo que la culpa la tengo yo –su acompañante le miro más este solo sonrió dejando un beso en su mejilla –dentro de un rato volveremos a emprender camino ¿qué golosinas quieres que te compre para el viaje? –los ojos de su mascota brillaron para levantarse sonriendo feliz –