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Entre cielo y tormenta por Joker96

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Notas del capitulo:

Logre salir con vida este semestre, por lo cual he de admitir que estoy algo sorprendida. Supongo que debo darme más crédito. Por las buenas noticias me puse a escribir de nuevo y decidí publicar antes de noche buena. No quiero que esto sea muy largo, pero a cualquiera que este leyendo esto les deseo lo mejor para las festividades y este año que viene.

Espero y les guste el capítulo.

Camila POV

 

Avery se veía bastante enfocada en el entrenamiento de hoy. De hecho, todo el equipo lo estaba; lograron llegar a las semifinales. El partido de esta semana sería fuera de la ciudad y aunque Avery me aseguro que no era necesario que yo fuera hasta allá, ya me había perdido varios partidos, y de alguna manera tenía que enmendarlo.

 

— ¡Preston tu remate está muy blando! — gritó el entrenador a lo que Avery solo asintió.

 

Se acomodó nuevamente y en cuanto pudo, dio un salto e impactó su mano con la bola de una manera limpia y potente. Samantha lo esquivó por los pelos.

 

— ¡Estoy bien! — exclamó Sam poniéndose de pie con las manos al aire.

 

— ¡Qué buenos reflejos cariño! — ánimo Madelaine, quién estaba justo al lado mío.

 

Avery y las demás del equipo rieron, pero el entrenador West resopló de manera frustrada.

 

— Primero Preston y ahora Bushnell. — alcancé a oírlo murmurar. — ¡Suficiente por hoy, nos vemos mañana!

 

Casi de inmediato la mayoría del equipo se dirigió hacia las duchas, excepto por Avery y Sam que venían hacia nuestra dirección. Pero antes de que se acercarán Madelaine se lanzó a los brazos de su novia, quién la recibió con una sonrisa.

 

— Dios, vayan a un motel. — dijo Avery pasando de ellas y llegando conmigo a las gradas.

 

Le tendí una botella de agua que ella tomó con una sonrisa.

 

— Estuviste genial. — la animé.

 

— Si, seguro que el entrenador piensa lo mismo. — soltó con cierto grado de ironía.

 

— Solo está un poco estresado, ya se le pasará. — dije yo tratando de restarle importancia.

 

— Si tú lo dices. — se encogió de hombros y empezó a tomar agua de la botella.

 

— ¿Qué les parece la idea de ir por una malteada? — preguntó Sam acercándose junto con la pelirroja.

 

— Hoy no, tenemos un compromiso. — respondió Avery. — Voy a ir a las duchas no tardaré mucho, ¿Está bien?

 

Asentí y ella y Sam se dirigieron a los vestidores.

 

— Qué bueno que volvieron, Avery se ve más animada estos días. — dijo Madelaine con una sonrisa.

 

— Ya somos dos, estos últimos días habían sido duros para las dos.

 

— Te entiendo. Sam y yo tuvimos una pequeña pelea que duró solo dos días, pero fue un infierno.

 

Quise decirle que nuestro caso era distinto, no solo porque fue más serio, sino también porque Avery y yo no teníamos el tipo de relación que ellas tenían; pero decidí dejarlo así.

 

--

 

Antes de llegar al cementerio, Avery había comprado un ramo de gardenias que tenía muy asegurado sobre sus manos. Ambas caminamos en total silencio hasta la lápida de mármol y nos detuvimos estando frente a ella.

 

— Hola mamá. — saludo Avery con voz suave. — Son gardenias esta vez, son hermosas. — se acercó a la lápida y dejó el ramo justo al lado.

 

Me acerque hacia ella en el momento en que sus dedos trazaban las letras talladas sobre el mármol.

 

— Le encantaban las gardenias. — dije yo casi en susurro. — Las tenía en su jardín. Y de hecho, siguen ahí.

 

— Gracias por acompañarme, Camila.

 

— Yo también la extraño.

 

Nos quedamos en silencio absoluto por unos minutos, simplemente disfrutando de la tranquilidad que brindaba el lugar. Hasta que Avery soltó un suspiro.

 

— Puede que suene tonto, pero en realidad vine aquí porque quería decirle algo. — dijo mirando el suelo.

 

— ¿Quieres que te deje sola? — pregunté a lo que ella negó rápidamente.

 

— No, está bien… puedes quedarte si quieres.

 

— De acuerdo.

 

Avery suspiro una vez más y miró la lápida de su madre.

 

— Es sobre Amelia, ella y papá esperan un bebé. Voy a tener un hermano o hermana mamá.

 

Abrí la boca de manera sorprendida y cuando Avery me vio se rió ligeramente.

 

— ¡Oh por dios! — exclamé tapándome la boca con las manos.

 

— Sorpresa. — dijo sin borrar su sonrisa. Se veía feliz, muy feliz.

 

— Es maravilloso Avery. — dije tomando su brazo. Ella asintió y volvió a ver la lápida.

 

Nos quedamos por un tiempo, yo simplemente oía lo que Avery le decía a su madre y a ratos pasábamos por unos minutos de silencio. Pero el frío empezaba a hacer de las suyas y decidimos despedirnos. Y era la parte que no me gustaba, porque sabía que a Avery no le gustaban las despedidas.

— Nos veremos pronto mamá, jugaré el fin de semana, deséame suerte. — acarició la lápida trazando las letras una vez más y después tomadas brazo a brazo, nos marchamos.

 

Avery aparcó su auto en la acera de mi casa, pero algo que nos sorprendió a las dos fue ver un auto deportivo negro. Era el auto de Brody.

 

— ¿Tenías planes con él? — preguntó Avery mirando el auto.

 

— No. En realidad, no he hablado con él últimamente.

 

Avery volteó a mirarme con clara sorpresa en sus facciones.

 

— Deberíamos salir. — fue lo único que dijo saliendo del auto. Segundos después yo hice lo mismo.

 

Entramos a la casa y seguimos las voces que escuchamos salir de la sala de estar. Eran mi padre y Brody, quienes como siempre, parecían estar pasando un buen momento. Cuando nos vieron llegar, ambos se quedaron en silencio.

 

— Buenas noches. — saludo Avery tratando de romper dicho silencio.

 

— Tiempo sin verte Avery, ¿Dónde te habías metido? — cuestionó mi padre con una sonrisa ladina.

 

Él sabía cómo había estado la situación entre nosotras, he iba a reclamarle, pero antes de que pudiera hacerlo, Avery habló.

 

— Lo importante aquí es que ya puedes dejar de extrañarme, de hecho, creo que a partir de ahora vendré a verte más seguido. — dijo con una sonrisa con la que pudo borrar la de mi padre.

 

— Iré arriba, para que tengan privacidad.

 

Brody se levantó casi al mismo tiempo que mi papá y le ofreció su mano.

 

— Como siempre fue un gusto hablar con usted señor. — dijo Brody ofreciendo su mano.

 

Mi padre la apartó y lo tomó por los hombros dándole un abrazo. Mire a Avery esperando una mala reacción de su parte, pero en cambio se veía sonriente, cosa que me preocupaba más.

 

— No hay de que, eres un buen chico.

 

Cuando se separaron mi padre se acercó a mí y me dio un beso en la frente, Avery sonrió y extendió los brazos.

 

— ¿No hay abrazo para mí?

 

— Buenas noches. — dijo mi padre con voz firme subiendo las escaleras.

 

— Ya caerá. — garantizo Avery con seguridad.

 

Brody carraspeó un poco y nos miró con cierto nerviosismo. La verdad es que nuestra relación no estaba en las mejores condiciones y era mayormente mi culpa. Después de lo que había pasado entre Avery y yo tenía miedo de cometer el mismo error y dejarla a un lado debido a mi relación con Brody.

 

— Te he extrañado. — dijo él con una sonrisa leve. No dije nada, y tampoco me animé a verle a la cara. — Me gustaría que pudiéramos hablar… pero primero quiero hablar con Avery.

 

Tanto ella como yo nos miramos sorprendidas ante esa declaración.

 

— Si eso es lo que quieres. — respondió Avery tratando de componerse.

 

— ¿Te importa si lo hacemos afuera?

 

Avery se encogió de hombros a lo que Brody tomó como afirmación y luego ambos me miraron.

 

— Todo estará bien. — dijo Avery. — Solo hablaremos.

 

Ambos salieron de la casa, y Brody me lanzó una mirada significativa antes de salir y cerrar la puerta.


Avery POV

 

— No quiero perderla. — soltó el chico ni bien salimos de la casa. — Y siento que estoy a punto de, pero debe haber algo que pueda hacer.

 

— ¿Y yo que tengo que ver con eso?

 

— Todo. Ella te adora, por sobre muchas cosas, incluso, probablemente por sobre mi también. — antes de que pudiera objetar él continuó. — No te preocupes, es algo que ya he aceptado. Ahora lo que más me preocupa es recuperar lo nuestro, si es que aún no es tarde.

 

— No sé qué quieres que te diga. — solté colocando mis manos en los bolsillos de mis jeans.

 

— Como están las cosas creo que solo te escuchará a ti… y necesito tu ayuda.  

 

— Genial. — murmuré cruzando los brazos.

 

— Mi familia está invitada a una gala fuera de la ciudad. Será en un hotel de lujo con un salón al aire libre muy hermoso. Y quiero llevarla conmigo, siento que le encantará la atmósfera del lugar.

 

— Y quieres que la convenza de ir. — sentencie.

 

— Te lo agradecería infinitamente.

 

Exhale una pequeña bocanada de aire y lo mire, tratando de ver si había algo ahí, algo que me dijera que esto era una broma, pero no lo era. Mierda.

 

— ¿Y qué harás tú por mí? Por qué eres idiota si crees que dejaré que me deje de lado otra vez para pasar todo su tiempo solo contigo.

 

— Si, tienes razón. No es que fuera mi intención desde el principio, es solo que… lo siento. Me deje llevar, Camila es maravillosa y me encanta pasar tiempo con ella, todo el que sea posible. — declaró pasando su mano por su cabello. — No quiero robártela, solo no quiero perderla. Y haré lo que sea, incluso lo que debí haber hecho desde un principio que es respetar tu relación con ella.

 

Lo miré con cierta desconfianza, pero en parte no pude negar que parecía ser sincero. Gruñí para mis adentros sabiendo lo que estaba a punto de hacer.

 

— Bien. — acepté, casi a regañadientes. — Entonces trataré de convencerla de ir contigo a esa cosa y tú dejarás de tratar de robar tanta parte de su tiempo. ¿Tenemos un trato? — pregunté ofreciendo mi mano.

— Tenemos un trato. — afirmó apretando mi mano con la suya.

 

— Ahora vete, este día es mío. — dije soltando su mano y caminando hacia la puerta.

 

— ¡Habla con ella! — alcanzó a exclamar antes de que yo entrara y cerrara la puerta.

 

No voy a mentir, una parte de mi estaba más que dispuesta a no ayudar al idiota ese, pero la otra parte de mi, la más grande, estaba cansada de pasar por tanto drama. Ya a este punto solo quería enfocarme en lo positivo, el campeonato, mi futuro hermano y mi familia y amigos; y si para eso tenía que estar en paz con Brody, pues entonces así sería.

 

Camila estaba sentada en un sillón de la sala. Tenía el televisor prendido, pero no parecía estar prestando atención. Cuando me adentre, su mirada no se apartó de mí ni un segundo.

 

— ¿No hubo heridos? — preguntó mientras yo tomaba asiento a su lado.

 

— Al menos por mi parte no. — respondí a lo que ella me dio un ligero golpe en el hombro.

 

— Pero ya en serio, ¿De qué hablaron?

 

— De ti. El pobre se ve desesperado, lo tienes mal.

 

— No sabía cómo manejar las cosas, yo tampoco estaba pasando por el mejor momento.

 

— Pero ahora lo estás, y pienso que deberían hablar.

 

— Probablemente.

 

— ¿Te parece este fin de semana? Al parecer te piensa llevar con él a una gala a las afueras de la ciudad. Hotel de lujo y toda la cosa.

 

— Espera… ¿Qué? — cuestionó la morena notablemente confundida.

 

— Hotel de lujo, a las afueras de…

 

— Sí escuché eso. Pero no puedo ir, es el día de tu partido y te prometí que estaría ahí.

 

— Y yo te había dicho que no era necesario, has estado yendo a todos mis entrenamientos esta semana, y te he estado viendo todos los días.

 

— Pero…

 

— Camila. — la corte. — Creí que lo que querías era poder pasar tiempo con los dos.

 

— Si, pero…

 

— ¿Y cómo piensas conseguirlo? Si cada vez que estás con uno de nosotros ignoras por completo al otro. Así no vas a conseguir nada.

 

— No quiero estropearlo todo otra vez.

 

— No lo harás. Solo tienes que aprender a repartir tu tiempo. Sí, puede que no vayas a mi partido esta semana, pero puedes ir al próximo. Podemos vernos algunos días después de clases, no tiene que ser siempre.

 

Camila me sonrió con ternura y pasó una de sus manos por mi mejilla. Su tacto era cálido y reconfortante.

 

— Eres increíble. — murmuró sin ninguna gota de sarcasmo o ironía.

 

— Solo quiero que seas feliz.

 

— A veces pienso que no te merezco.

 

— No digas eso. Tú y yo somos y seremos siempre un equipo. — y eso era algo en lo que no podía mentir, ya no importaba que pasara entre ella y Brody, porque Camila y yo éramos punto final. — Ahora solo llámale y dile que lo verás este fin de semana.

 

— Está bien, pero será mejor que ganes ese partido porque quiero ir a verte en la final.



--




Camila POV

 

La familia de Brody parecía conocer a todos los presentes en la gala, y parecían emocionados por presentarme ante todos también. Debía admitir que al principio no estaba tan segura de que esto fuera buena idea, pero después de haber llamado a Avery para desearle buena suerte me sentí mejor. Y era algo que pude haber hecho desde el principio para evitar tanto egoísmo de mi parte, no estar, pero tampoco olvidar.

 

— Brody querido, ayúdame a llegar a la mesa. — pidió la abuela de Brody, la señora Aldrich.

 

— Por supuesto abuela. — dijo él tomando a la mujer del brazo.

 

No era algo que me habían dicho, pero él era su nieto favorito, eso ya lo había notado.

 

— Vamos Camila. — dijo Amber llevándome con ella.

 

Al principio creí que nuestra relación sería incómoda después de lo que pasó con Avery, pero Amber resultó ser una mujer muy madura, no por nada era la mayor de los hermanos Aldrich.

 

Me senté al lado de Brody quien se sentó junto a su abuela. La mujer me sonrió con ternura y yo le devolví la sonrisa.

 

— Me alegra que hayas venido Camila, ya hacía tiempo que no sabía de ti.

 

— Me disculpo, la universidad y mis prácticas profesionales me tienen muy ocupada. — me excuse.

 

— Lo entiendo. Eres una chica muy trabajadora, y eso lo admiro mucho.

 

Brody sonrió y me tomo la mano apretándola.

 

— Camila es muy especial por lo mismo abuela. — dijo dándome un beso en el dorso de la mano. Sonreí un poco de manera nerviosa y aparte mi mano de manera sutil.

 

Siempre me incomodaba que hablara de esa forma sobre mí ante su familia.

 

— Tienes que ser listo muchacho, no la puedes dejar ir.

 

Afortunadamente la conversación terminó hasta ahí debido a que la cena estaba siendo servida.

 

La gala se estaba haciendo aburrida, en eso no podía mentir. Todo lo que hacían era hablar de negocios, beneficencias y de propiedades. El padre de Brody y su hermana Amber estaban enfrascados en una conversación con uno de los tantos socios de la familia. Amber como legítima heredera tenía que estar al tanto de todo lo que se interponía en los negocios familiares.

 

— Tu hermana no está lista para tal grado de responsabilidad. — le dijo su abuela a Brody, de una manera poco discreta.

 

— Está aprendiendo abuela. — objeto él con una leve sonrisa.

 

— Tu deberías ser el que se haga cargo. Eres el único varón. — ante la dureza del comentario me sentí incómoda.

 

Puede que la abuela de Brody haya crecido bajo una generación distinta, pero eso no quitaba lo mal que estaba su comentario, la abuela de Avery jamás diría algo así. Otra cosa fue que Brody no dijo nada más, simplemente siguió comiendo de su plato. Quise pensar que fue porque no quería discutir con la mujer.

 

El tiempo pasaba, pero cada vez más lento. Definitivamente este tipo de eventos no era lo mío. Venía de una familia en donde sí había mucha gente reunida era imposible que no pasarás un buen rato. Podías bailar, comer, beber o simplemente charlar con gente animada. Así eran las fiestas en mi familia, pero Brody no sabía eso. Él estaba más que acostumbrado a este tipo de eventos. En este aspecto éramos muy distintos.

 

Brody había invitado a bailar a su madre y por un momento me quedé sola con la matriarca de la familia.

 

— Camila querida, ¿Sería mucha molestia acompañarme al tocador?

 

— No, claro que no.

 

La señora Aldrich se agarró de mi brazo y juntas caminamos hacia el tocador para damas.

 

— Sé que las cosas entre tú y Brody no iban bien últimamente. — comentó la mujer logrando sorprenderme.

 

— Señora yo…

 

— Dime Lucille querida. Pero no te preocupes, de hecho, fue mi idea invitarte. No podía dejar que mi nieto perdiera su oportunidad contigo, tú eres una en un millón.

 

— No estaría tan segura de eso.

 

— Una mujer que ha vivido tanto como yo sabe muchas cosas Camila.

 

— ¿Camila? — ante el sonido de mi nombre y el tono familiar de esa voz volteé hacia mi derecha y me encontré con Carol. La tía de Avery.

 

— Señora Martí. — la saludé un tanto sobrellevada por su presencia.

 

— Vaya sorpresa. No te había visto desde mi boda, ¿Cómo has estado? ¿Cómo está Avery, vino contigo?

 

— No ella no…

 

— Camila te estaba buscando. — dijo Brody apareciendo.

 

— Si, yo iba a llevar a Lucille al tocador.

 

— Es un gesto muy amable de tu parte. — dijo dándome un beso corto en los labios.

 

— Oh, supongo entonces que tú y Avery terminaron.

 

— ¿Que no es tu amiga? — preguntó Lucille y ante los tres pares de ojos expectantes empecé a sentirme mareada.

 

— Si bueno es que…

 

— Es una lástima, se veían muy enamoradas. Bueno te dejo Camila, que tengas buena noche. — Carol se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. — Aldrich. — soltó secamente.

 

— Martí. — respondió Lucille, mirándola con indiferencia. Carol se marchó sin más después de eso.

 

— ¿Hay algo que quieras decirnos Camila? — cuestionó Brody a lo que cerré los ojos con pesar.

 

— Es una historia algo larga. — ninguno de los dos se inmutó así que decidí seguir hablando. — Bueno, todo comenzó hace poco más de dos meses…

 

Les conté todo el asunto, y ambos se veían muy interesados en la historia. Para cuándo termine tanto Brody como su abuela intercambiaron miradas.

 

— Eso es…

 

— Muy gracioso. — dijo Lucille interfiriendo a su nieto. — Ahora definitivamente debo conocer a tu amiga Avery.

 

— Sí, claro. Como usted quiera. — dije forzando una sonrisa.

 

No se necesitaba ser un genio para saber que esa no era una buena idea, pero sabía que si me negaba no se lo tomarían tan bien.

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, nos vemos el próximo año :3


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