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Entre cielo y tormenta por Joker96

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Notas del capitulo:

Tarde porque quería aprovechar mis vacaciones asi que no hay arrepentimientos :)

Avery POV

 

No había calma, pero había gritos, saltos y ese sonido que hacían las zapatillas deportivas al deslizarse por la cancha. Sentía el sudor y el latido errático de mi corazón, bombeando adrenalina. Era el último tiempo y no podía estar más a la par.

 

— ¡Júntense! — pidió la capitana a lo que todas obedecieron. — Sam tienes que mejorar ese bloqueo, Carly por favor salta más alto, sé que puedes hacerlo y Avery… vuelves a voltear hacia las gradas y te lanzare la pelota a la cara con todas mis fuerzas. — asentí un tanto avergonzada ante sus palabras, y es que Camila estaba ahí y después de lo que había pasado simplemente parecía llamarme de manera magnética. — ¡Bien chicas, a lo que venimos, que no pase la mitad de mi verano con ustedes por puro gusto! ¡Uno… dos… tres…

 

— ¡Halcones! — gritamos al unísono. Nos separamos y cada quien volvió a su posición.   

 

— Concéntrate Avery. — murmuré para mí misma.

 

Carly hizo la seña que significaba que dependía de mí el siguiente remate, y fue cuando volvió a sonar el silbato que la pelota vino hacia nuestro lado. Hanna colocó la pelota y Sam saltó sirviendo como cebo dándome la oportunidad de golpear la pelota de la manera más potente que se me hizo posible. En el segundo que se escuchó su rebote en el suelo se escuchó el ánimo de los espectadores.

 

— ¡A eso me refería! — exclamó Jessica señalándome.

 

Una parte de mi tuvo que luchar para no voltear a las gradas, pero no pude evitar oírla gritar mi nombre con entusiasmo. Dios ya quería ganar para terminar con esto.

 

Los últimos diez minutos fueron largos, en especial cuando vino la última jugada. De hecho, para mí fue todo en cámara lenta. Sentí como en un intento de bloqueo la pelota rebotó en la punta de mis dedos lo que no la detuvo por completo, pero la elevó lo suficiente como para que Sam, casi de la nada, saltará hacia ella y le diera el impulso necesario para que pasara al otro lado de la red y finalmente, terminará en el suelo. Tanto ella como yo nos miramos de manera incrédula, y no reaccionamos hasta que sentimos como el resto del equipo chocaban contra nosotras.

 

— ¡Ganamos! — gritó Hanna muy cerca de mi oído, pero no me importó.

 

Cuando nos separamos miré hacia las gradas y encontré a mi padre saltando y gritando junto con Amelia que lo hacía con más calma, pero con una sonrisa enorme. El entrenador gritaba lo equivocada que había estado su ex esposa y Camila, ella ya estaba a pocos pasos de mí, aunque me dio el tiempo suficiente para atraparla.

 

— ¡Estuviste increíble! — exclamó tomando mi rostro con ambas manos.

 

Y yo con las manos sosteniendo sus muslos, solo me limité a girar con ella, sintiendo como su sonrisa chocaba con la mía antes de sentir sus labios una vez más. Si, así definitivamente sabía la victoria.

 

Poco después, empezaron a repartir medallas, tanto a nosotras como al equipo que había quedado en segundo lugar. Alguien de quien no alcance a escuchar su nombre o su puesto, dio un pequeño discurso y nos felicitó por la victoria para finalmente darnos el trofeo. Todas seguían bastante entusiasmadas, incluso el entrenador parecía estar contento.

 

— Sabía que ganarías, hasta aposté por ello. La próxima cerveza que tomaras saldrá por mi cuenta. — dijo Jax dándome repetidos golpecitos en el hombro.

 

Amanda también estaba aquí y parecía feliz.

 

— Felicitaciones Preston, eres buena en algo al parecer. — dijo ella aun manteniendo esa extraña relación entre nosotras.

 

— En el fondo te agrada Mandy, de eso estoy segura. — Camila apareció nuevamente, esta vez abrazándose a mi cintura.

 

Le sonreí y pasé mi brazo por sus hombros.

 

— Así que… ese fue un gran beso, ¿Eh? — dijo Jax moviendo las cejas de manera juguetona.

 

— Yo ya lo veía venir, me he estado preparando mentalmente para esto los últimos días. — dijo Amanda casi como si nada. — Tenía que hacerlo si Camila iba a empezar a salir con Avery. Lo que me recuerda que tengo que conseguir más amigas.

 

— Oh vamos Mandy, ¿no quieres vernos siendo felices? — cuestione abrazando más a Camila y pasando mi nariz por su mejilla haciéndola reír.

 

— Voy a vomitar. — dijo con disgusto.

 

— Creo que ni yo puedo culparte. — respondió el pelinegro.

 

— Ahí estás. — sonó la voz de mi padre que venía de la mano con Amelia. — Ese fue uno de los mejores partidos que he visto. — dijo acercándose a mí.

 

Solté a Camila y abracé a mi padre con fuerzas.

 

— Gracias por venir. A los dos.

 

— No íbamos a perdernos este momento por nada. — dijo Amelia.

 

Sonreí y me acerqué a ella, poniendo una mano en su vientre. Ya estaba algo abultado.

 

— Tu hermana acaba de ganar un torneo universitario. — dije acercándome al vientre de Amelia.

 

— Esto es algo para celebrar, ¿Por qué no vamos a comer? — sugirió mi padre.

 

— Yo me apunto. — respondió Jax rápidamente.

 

A excepción de Amanda, quien tenía un compromiso, todos aceptamos y salimos del gimnasio rumbo al restaurante de comida italiana que más le gustaba a Amelia, y según ella, al bebé también.

 

Camila intentó ser más discreta y decidió caminar junto a mí sin tocarnos. Tanto ella como yo habíamos notado las miradas que nos dirigían mi padre y Amelia. Supuse que al igual que yo, no quería sacar el tema a flote, no al menos hasta que habláramos entre nosotras primero. Y vaya que teníamos que hacerlo.


--


Afortunadamente ya estando en el restaurante, todo iba bien. De hecho, mi padre estaba muy feliz y era por el hecho de que gracias a que ganamos el torneo me llegaría una beca que pagaría por mis estudios.

 

— Te imaginas querida, todo ese dinero que nos vamos a ahorrar lo podríamos invertir en unas merecidas vacaciones. — dijo mi padre todo ilusionado.

 

— ¿O en nuestro siguiente hijo?

 

Camila, Jax y yo nos reímos al ver la cara que había puesto mi papá.

 

Después de haber terminado la cena me recargue en mi asiento soltando un suspiro y sobándome el estómago.

 

— Me arrepentiré de esto más al rato. — dije con cierta dificultad. — Pero definitivamente no ahora.

 

— Tengo que ir al tocador, ¿me acompañas Camila? — preguntó Amelia mirando a la morena.

 

— Por supuesto.

 

Ambas se levantaron y caminaron hacia el tocador para damas. Cuando terminé de ver a Camila marcharse me topé con la sonrisa traviesa de mi padre y supe de inmediato que esto había sido un embuste.

 

— Así que, tú y Camila…

 

— No empieces. — le pedí. — No hemos hablado aún, así que no diré nada hasta entonces. — solté con firmeza.

 

— Yo solo iba a decir que ya se habían tardado. — respondió él. — Y que a Roberto le va a dar un infarto. — dijo riendo ligeramente.

 

— Oh sí. Él te odia. — dijo Jax con manchas de salsa en la boca.

 

— Gracias por el apoyo. — ironice.

 

— Sabes que estamos de tu lado. — dijo mi padre posando su mano en uno de mis hombros.

 

— ¡Si, equipo Avery! — exclamó Jax llamando la atención de varias mesas alrededor.

 

— Jax. — dije con mirada acusadora.

 

— Lo siento. — murmuró encogiéndose en su asiento.

 

— Ni siquiera sé porque termino con Brody. — comenté un tanto pensativa.

 

— Dah, porque te quiere a ti tonta. — señaló Jax como si fuera lo más obvio.

 

El mero pensamiento de que eso fuera verdad ya no me parecía tan lejano.


--



Después de dejar a Jax en su casa, llegamos a la de Camila y mi padre paró el auto justo en la entrada.

 

— Gracias por traerme, y por la cena. — dijo ella con una sonrisa.

 

— Fue un placer querida. — dijo Amelia mirando por sobre su hombro a la morena. — Avery acompaña a Camila hasta la puerta. — pidió.

 

— Es lo que iba a hacer. — murmuré en bajo para que ella no me escuchara.

Camila y yo nos bajamos del auto y caminamos hasta la entrada de su casa. Antes de que la latina abriera la puerta se detuvo y dio media vuelta quedando cara a cara conmigo.

 

— ¿Que vamos a hacer ahora?

 

Le sonreí y me encogí de hombros.

 

— Tenemos que hablar, después de ahí no sé.

 

— Es raro oír eso de ti. La experta en conquistas. — me acusó con una sonrisa ladina.

 

— Este es un territorio nuevo. Esta vez planeo obtener una segunda cita también. — dije acercándome a ella de manera poco discreta. — No quiero agobiarte, pero tengo tantas preguntas por hacerte. — solté con voz más suave pasando un mechón de su oscuro cabello por detrás de su oreja.

 

— Lo sé. — respondió mirándome a los ojos. — Y trataré de responderlas todas. Si no es con palabras, será con hechos.

 

— Esto parece demasiado bueno para ser verdad. — admití.

 

Camila tomó mi mano y la paso por su mejilla, sin apartar su mirada de la mía.

 

— Sé que esto asusta un poco… pero se siente tan bien. — asentí ante sus palabras y me incliné un poco más hacia ella.

 

— Buenas noches Camila.

 

— Buenas noches Avery.

 

Bese su mejilla, pero no como las veces anteriores, no. Esta vez me asegure de decir algo más con ese beso, que quedara claro el mensaje de que el próximo sería en los labios.

 

Comencé a apartarme de ella lentamente hasta que lo último que nos unía eran nuestras manos, las cuales se soltaron con igual lentitud. Nos sonreímos una última vez y finalmente di media vuelta.

 

Cuando me senté en el asiento del auto la sonrisa que tenía en la cara parecía tenerla tatuada.

 

— Es oficial. Ya la perdimos. — alcancé a escuchar decir a mi padre.

 

— El amor joven es hermoso. — fue lo que dijo Amelia.

 

Y vaya que tenía razón.

 

Camila <3: < Ahora sólo voy a esperar a que pases por mí para ir a la fiesta. Estaciona tu auto al final de la calle para que mis padres no se despierten ;) >

 

Yo: < No puedo esperar. ;) >

 

Si, el amor joven era hermoso.


Camila POV

 

Tuve que esperar por lo menos dos horas para que mis padres decidieran irse a dormir. Pero era fin de semana, siempre se iban más tarde por eso.

 

También tuve que fingir que tenía sueño para que no fueran a molestarme para darme las buenas noches, o al menos para que mi padre no lo hiciera, ya que él acostumbraba a hacerlo siempre que podía y definitivamente no podía dejar que me mirara con el vestido que tenía puesto.

 

Salí casi a hurtadillas, con los zapatos de tacón en una mano y mi celular en la otra, tratando de iluminar mi camino hacia las escaleras. Casi pegué un grito al ver como una puerta se abría, pero solo era Antonio.

 

— Pero mira nada más. — dijo cruzándose de brazos con una sonrisa traviesa. — ¿Vas a algún lugar hermanita?

 

Iba a ser amenazada por mi hermano menor. Vaya fracaso de hermana mayor.

 

— Vete a dormir Toni, ya se te pasó la hora, ¿No? — dije intentando no sonar intimidada.

 

— No lo sé, para mí suena mejor despertar a papá para decirle que quieres escabullirte para ir a ver a tu noviecito.

 

Cierto. Apenas esta mañana había terminado con Brody.  

 

— No iré con él. De hecho, ya no iré con él a ningún lado más. — le dije viendo como me miraba con cierta confusión. — Terminamos… bueno yo lo termine.

 

— Vaya, esto se pone cada vez mejor… pero espera; si no vas a ir a verlo entonces ¿a dónde vas? Sobre todo, vestida así. Sé que solo usas ese vestido cuando quieres impresionar a alguien, oí cuando se lo dijiste a Amanda una vez.

 

Dios. ¿No podía tener a un hermano normal?, o sea medio idiota y que no se dé cuenta de nada.

 

— Hoy es una noche especial, el equipo de Avery ganó el torneo y va a haber una gran fiesta… y no siquiera sé por qué te estoy dando explicaciones. — bufé logrando que mi hermano me mirara con burla.

 

— Ya. Te dejo ir entonces, pero dile a Avery que tiene que venir un día de estos. Quiero volver a jugar con ella.

 

Sonreí, porque incluso con la astucia que tenía, Antonio seguía siendo lo que era, un niño.

 

— Lo prometo. — me acerqué hacia él y le besé la frente. — Ahora vete a dormir.

 

— Diviértete. — dijo antes de cerrar la puerta de su habitación.

 

Suspiré de alivio y volví a caminar de manera silenciosa hasta que salí de la casa. Ya afuera me puse los tacones y caminé por casi cuatro casas hasta que encontré el auto de Avery y a está recargada en el frente. La mirada de asombro que me dio me hizo sonreír, ya que era la expresión que buscaba.

 

— Camila estás… vaya. No sé qué decirte, no creo poder darte justicia.

 

Me planté frente a ella y sentí su mano en mi brazo recorriendo este suavemente.

 

— Tu también te ves muy bien. — dije paseando mi mirada por su figura.

 

Me encantaba cuando usaba bomber jackets. Y ese top que dejaba su abdomen a la vista.

 

— ¿Nos vamos? — preguntó a lo que asentí. — Madame. — dijo abriendo la puerta de copiloto haciendo una reverencia.  

 

— Gracias.

 

Ya estando ambas en el auto Avery encendió el motor y puso el coche en marcha.

 

— Tienes ahora un nuevo privilegio. Puedes conectar tu teléfono al estéreo.

 

La mire incrédula, nunca me había dejado hacerlo. Me dejaba escoger estaciones de radio de vez en cuando pero nunca me dejaba poner música directo de mi teléfono. Teníamos gustos musicales muy diferentes.

 

— ¿Tan mal te tengo Preston?

 

— Tan mal me tienes. — respondió con una sonrisa sin apartar la mirada del camino.

 

— Bien. No vale arrepentirse. — advertí.


--


Avery tuvo que estacionar el auto un poco lejos de la casa donde sería la fiesta puesto a la cantidad de autos que invadía la calle. Bajamos del auto y Avery me ofreció su mano la cual tomé sin dudarlo.

 

— No me dijiste que la fiesta iba a ser en una hermandad. — comenté mientras caminábamos hacia la casa.

 

— Es la hermandad de Carly, es una casa grande y todas ahí son universitarias así que creímos que sería buena idea. Ya sabes, sin control paternal.

 

— Esto será divertido.

 

Ya había una cantidad considerable de personas para cuando llegamos. Y al primer tipo que se me quedó viendo Avery le lanzó una mirada gélida y pasó su mano por mi cintura. Antes hacía esto porque era mi amiga, pero ahora era diferente, y se sentía diferente también, pero en un buen sentido.

 

Avery POV

 

— Estás empeñada a llegar tarde últimamente Preston. — dijo Sam cuando pasamos por la puerta. — ¡Wow! Camila te ves súper sexy. — comentó logrando que su novia le diera un golpe en el hombro.

 

— Cuidadito. — amenazó la pelirroja.

 

— Yo también iba a decir eso. — dije con una sonrisa de lado.

 

— Aunque tiene razón, te ves muy bien Cami. Las dos, en realidad. — dijo Madeleine.

 

— Ustedes no se quedan atrás. — argumento la morena.

 

— Y ya son novias ¿O qué? — cuestionó Sam con una ceja elevada.

 

— Me encanta tu tacto Samantha. — ironice casi entre dientes.  

 

— Amor, vamos a bailar. — dijo Madeleine haciendo un puchero y jalando a su novia hacia ella.  

 

— Pero… — antes de que la castaña pudiera objetar ya estaba siendo arrastrada por la pelirroja.

 

— No pongas mala cara. — me pidió Camila enrollando sus brazos en mi cuello. — Vamos por algo de beber.

 

La miré y sonreí cuando vi sus ojos de cachorro.

 

— Vamos por algo para ti, que yo aún tengo que llevarte a casa saliendo de aquí. — dije pasando una mano por su cintura.

 

— Solo espero que esto no termine conmigo ebria. No quiero que te aproveches de mí. — susurro acercando su rostro al mío.

 

— No sería capaz. — le asegure sintiendo como sus labios casi rozaban los míos.

 

— También tienes que evitar que me suba a una mesa y empiece a bailar frente a todos. Como lo hice cuando teníamos diecisiete. — dijo soltando una pequeña risa.

 

— ¿Lo recuerdas?

 

— Recuerdo más de esa noche de lo que crees. — dijo para finalmente darme un rápido beso en los labios y soltarse de mí.

 

Cuando menos me lo espere ella empezó a caminar, alejándose.

 

— Oye espera Camila ¿A qué te refieres con eso? — pregunté comenzando a seguirla.

 

¿Qué tanto recordaba realmente?


--



La música estaba sonando fuerte, ni saliendo de la casa se podía dejar de escuchar. Pero yo no me iba a quejar, si eso se necesitaba para que Camila siguiera bailando así.

 

— ¡Te encontré! — dijo Jax tomando mi hombro. — ¡Ven conmigo, hay una chica que no cree que somos amigos!

 

— ¡Vete Jax! ¡¿Qué no ves que estoy ocupada?! — le reclamé señalando a la morena.

 

— ¡Solo serán unos minutos!

 

— ¡Vamos las dos! — propuso Camila, a lo que tuve que ceder.

 

Seguimos a Jax hasta el patio trasero de la casa. La mano de Camila se aferró a la mía debido a la cantidad de personas que chocaban contra nosotras mientras avanzábamos y para cuándo llegamos a donde el pelinegro quería, tanto Camila como yo nos sorprendimos.

 

— Amber. — dijimos al unísono.

 

— ¿Se conocen? — preguntó Jax, totalmente incrédulo a la situación.

 

— Hola, chicas. Lamento venir a interrumpir… lo que sea que estén haciendo. — dijo con una sonrisa apenada. — Pero tenía que venir a darte las gracias Camila.

 

Con eso dicho, ahora yo estaba igual de pérdida que el pelinegro.

 

— Está bien… ¿Pero por qué? — cuestionó Camila sin entender.

 

— Bueno, para empezar después de que te fuiste con tanta prisa de nuestra casa, Brody apareció haciendo uno de los berrinches más pesados jamás vistos y después de que la abuela escuchará la razón empezó a regañarlo frente a todos por dejar ir su oportunidad de tener un compromiso serio para obtener el derecho al mando frente a la empresa familiar. En pocas palabras, aparentemente tenían un plan entre ellos para que él pudiera enamorarte y ganar un aspecto más maduro frente a mí padre. — dijo reteniendo la risa. — Como adivinaran, ahora en definitiva seré la que se quede al mando del negocio familiar cuando mi padre se retire.

 

Los demás nos quedamos en silencio por poco más de un minuto. Camila parecía estar conectando todos los puntos de su relación con el rubio en su cabeza y su rostro cada vez se mostraba más confundido. Yo, a diferencia suya, sólo pensaba en encontrarlo para partirle la cara.

 

— Voy a matarlo. — gruñí apretando los puños.

 

— Te ayudo con gusto. — dijo Jax con rostro serio.

 

— Tendría que ser antes de que termine este fin de semana. Después de ese espectáculo que montó, nuestros padres lo van a mandar a estudiar al extranjero. — comentó Amber con simpleza.

 

— ¿Estás bien, Camila? — le pregunté con cautela pasando una mano por su hombro.

 

Ella me miró sacudiendo un poco la cabeza, como si apenas estuviera escuchando.

 

— Si… en realidad, creí que me afectaría más. — dijo soltando un suspiro. — Esa relación ya estaba más que muerta.

 

— Encontrarás a alguien más, por eso no te preocupes. — dijo Amber agitando su mano de manera despreocupada.

 

— Ya lo hizo. — soltó Jax con una risa burlona.

 

Abracé a Camila por los hombros y le di un pequeño beso en la sien escuchando como Amber jadeaba sorprendida.  

 

— Es algo complicado de explicar. — se excusó Camila mirando a la rubia con timidez. — Pero te juro que no pasó nada hasta que termine con Brody.

 

Amber nos miró en silencio por un par de segundos, a los cuales yo retribuía a su clara falta de palabras por decir.

 

— ¿Puedo tomarles una foto? — preguntó finalmente, logrando que tanto Camila como yo nos extrañáramos ante su petición. — Quiero enviársela a Brody, a ver cómo se pone después de eso. — explicó con una emoción casi espeluznante.

 

— Por mí no hay problema. — accedió Camila finalmente. — ¿Avery?

 

— Hagámoslo. — dije encogiéndome de hombros.

 

— Genial. — Amber saco su celular y enfoco la cámara ante nosotras. — ¿Te importaría besarla, Avery?

 

— Sería un placer. — dije ya acercándome a los labios de la morena.

 

Eran suaves y carnosos.

 

— Sabía que nunca te había agradado. — susurro Camila una vez separadas.

 

— Oye Amber, también asegúrate que tu abuela la vea. — dije antes de volver a besar a la hermosa mujer que tenía en frente.

 

Basarla era tan adictivo.

 

 

 

 

Notas finales:

Moonwalking - Kwassa, les recomiendo esta canción es genial.


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