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La marca del lobo por Kuroyami Mirai

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Notas del capitulo:

Siento muuuuucho haber tardado! Estuve de viaje con mi familia y allí no había internet de ningún tipo! Lo siento. Pero aquí está la recompensa por la espera. Espero que lo disfruten. Nos vemos al final!!!

 

Sasuke se materializó en la Casa Akimichi, justo fuera de la puerta de Rasuke. Él estaba totalmente quieto, escuchando. Sintiendo.

 

No había ninguna perturbación. Ningún olor de alguien más. Ninguna sensación de sentimientos probando el plano de él o de Rasuke. Todo parecía completamente normal.

 

Relajado, empujó para abrir la puerta y encontró a Rasuke tal como lo había dejado. Solo en su cama. Sasuke entró lentamente al cuarto, sólo para asegurarse que su hermano estuviera bien. Fue al lado más alejado de la cama. Rasuke no se movió o crispó. Su garganta se oprimió al percatarse de que parecía no respirar.

 

-Oh mierda, no- dijo, ahogándose de pánico. Sasuke agarró a su hermano, quien al instante ladró y gruñó. - ¡Maldito seas, bastardo!- gruñó con ira-. Te mueres sobre mí y te juro que te arrancaré la garganta.

 

Rasuke lo mordió hasta que Sasuke lo liberó. Su hermano se recostó de nuevo en la cama en su estado comatoso.

 

-Rasuke, escucha. Nuestro padre sabe que estamos aquí y envió un escuadrón detrás de nosotros. Vamos, háblame.

 

No hubo respuesta. Rasuke simplemente, se quedó acostado ahí, mirando fijamente al vacío.

 

-Vamos, Rasuke, esto no es lindo para mí. No sé qué hacer para ayudarte.- Intentó hacer que lo mirara- y te extraño, demonios.

 

Inmóvil, su hermano no le respondió.

 

Sasuke quiso golpearlo por su obstinación. Entonces sintió una extraña ondulación en el aire alrededor de él. Echó un vistazo sobre su hombro para encontrar que Kiba estaba de pie allí con una sonrisa sarcástica en su cara.

 

Sin pensarlo un segundo, Sasuke atacó. Agarró a Kiba por la cintura y los dos atravesaron la dura puerta de roble, saliendo al pasillo. Karin brincó para alejarse de ellos y comenzó a gritar por ayuda mientras Sasuke tiraba a Kiba al piso y lo aporreaba con fuerza y con furia.

 

En vez de atacarlo, Kiba cambió a su forma de lobo y corrió por las escaleras. Sasuke corrió detrás de él. Pero antes de que Kiba pudiera escapar de ellos, Shikamaru, que en su forma humana saltaba hacia ellos, agarró al lobo por el cuello y lo arrastró de regreso al pasillo.

 

Kiba gruñó, intentando morder a Shikamaru. El ciervo lo sostuvo con una confiada fuerza que le dio a Sasuke un descanso. Él no tenía ni idea que el joven y tranquilo ántropo fuera tan fuerte.

 

Sasuke se detuvo, respirando entrecortadamente, mientras Choza salía de su cuarto al final del vestíbulo. Karin corrió hacia el patriarca mientras Shikamaru mantenía sujeto al lobo que gruñía.

 

-¿Qué es lo que pasa aquí?- preguntó Choza.

 

Sasuke señaló al lobo.- Él estaba en el cuarto de Rasuke.

 

Kiba cambió a su forma humana, destellando en su ropa, luego apartó a Shikamaru de él. El, por lo general tranquilo, ciervo, apenas se alejó un paso y la imagen de su cara prometía un Armagedón  si Kiba lo tocaba otra vez. Aquella áspera mirada logró tranquilizar a Kiba y se alejó otro paso del ciervo.

 

-Yo no estaba haciendo nada. Sólo comprobaba si ellos realmente estaban aquí- Kiba curvó su labio hacia Sasuke-. Él me atacó a mí.- Se volvió hacia Choza con una expresión que era casi respetuosa.- Pensé que era contra las reglas de La Guarida atacar a alguien sin provocación.

 

Sasuke estrechó sus ojos mientras comenzaba a entender. Él comprendió demasiado tarde que había sido todo preparado. Kiba fue más listo, en eso había que darle crédito.

 

-¿Sasuke?- Choza lo miró-. ¿Lo que dice él es verdad? ¿Lo atacaste?

 

-Él venía a matar a Rasuke. Tú sabes que sí.

 

-¿Pero lo atacó?

 

Sasuke se puso rígido mientras miraba a Kiba.- Lo habría hecho sino lo hubiera detenido.

 

-¿Él atacó primero, o lo hiciste tú?- insistió Choza.

 

La cólera de Sasuke rompió su control.- ¿Qué eres tú? ¿Un abogado de mierda?

 

-Cuida tu tono, mocoso- advirtió Choza severamente-. Soy la ley suprema aquí y tú lo sabes mejor que nadie.

 

El moreno se disculpó aunque se le quedó atascado en el buche hacerlo. Shikamaru le brindó una comprensiva mirada que decía que también le gustaría descuartizar a Kiba. Su cuerpo entero se retorcía por hacerlo, pero se quedó quieto.

 

Choza levantó su barbilla, aceptando la disculpa de Sasuke.- Ahora dime la verdad. ¿Quién atacó primero?

 

Quería mentir, pero Choza lo sentiría y eso sólo empeoraría las cosas.- Yo lo hice.

 

Él cerró sus ojos como si esto le doliera. Cuando los abrió, su expresión decía cuanto lamentaba lo que estaba a punto de decir.- Entonces no tengo ninguna opción excepto desterrarte, Sasuke. Lo siento.

 

Los ojos de Kiba brillaron.

 

En aquel momento, Sasuke los odió a todos por igual. Así que esto era lo que conseguía. Él era castigado por proteger a su hermano. Así sea. Esta no sería la primera vez. Al menos Choza no lo había azotado como castigo.

 

-Bien- dijo con los dientes apretados. Se dirigió al cuarto de Rasuke para recoger a su hermano, sólo para descubrir que Karin se precipitaba a detenerlo. La pelirroja cerró de golpe la puerta, luego corrió para bloquear su paso hacia la cama.

 

Sasuke intentó pasar alrededor de ella, pero Karin no lo permitió.- Sasuke, escúchame. Choza sólo está enfadado. Dale tiempo...

 

-No, Karin- su tono era terriblemente bajo, mientras luchaba por no descargar su cólera con la joven tigresa-. Yo conocía las reglas y las rompí. Choza nunca me perdonará por eso y lo sabes.

 

Karin levantó sus brazos mientras él intentaba pasar por delante de ella.- Deja a Rasuke aquí- insistió-. Tú y yo y hasta Choza, sabemos lo que Kiba está haciendo. Me aseguraré que a Rasuke nunca lo dejen solo. Me quedaré con él yo misma cada momento del día y de la noche. Nadie le hará daño mientras resida en La Guarida.

 

Su oferta lo confundió. No entendía por qué la tigresa se preocuparía por lo que les pasara.-¿Por qué?

 

Sus ojos cárdenos eran suaves y amables cuando alzó la vista hacia él y dejó caer sus brazos hacia sus lados.- Porque nadie debería ser lastimado de la manera en que ustedes lo fueron. Lo que ellos hicieron fue cruel e innecesario. Ese fue un castigo humano, no uno animal. He perdido a mis padres y mis hermanos y sé directamente el dolor que ustedes sienten en su corazón por Itachi. No dejaré morir a Rasuke, lo juro.

 

Karin echó un vistazo a la mano de Sasuke donde su señal estaba escondida, luego contempló la puerta detrás de él como si tuviera miedo que alguien pudiera oírla por casualidad.

 

Bajó su voz.- Ahora tienes a alguien más para proteger. La última cosa que necesitas es a Rasuke contigo en este estado. Ve y protege a tu pareja. Puedes llamarme en cualquier momento, día o noche, para averiguar sobre tu hermano.

 

Sasuke la tomó entre sus brazos y la abrazó amablemente.- Gracias, Karin.

 

La chica le acarició la espalda.- Hasta cualquier momento. Ahora ve, y espero que le des de patadas a ese lobo de mierda allí afuera.

 

Él se rió con poco entusiasmo antes de alejarse y regresar al vestíbulo. Kiba arqueó una ceja provocativamente, aguijoneándolo para que Sasuke le hiciera daño.

 

Pero él no era estúpido.

 

De acuerdo, Sasuke le haría daño, pero no lo haría en la propiedad de Choza. En cambio, se dio vuelta hacia Papá Oso para asegurarse que Kiba entendía lo que él tenía intención de hacer.- Rasuke no rompió ninguna de las reglas. ¿Está a salvo quedándose?

 

Choza asintió, luego le echó una conocedora mirada a Kiba, que maldijo.- Él está bajo nuestra protección y nos aseguraremos que no sufra ningún daño.

 

Ver la cara de Kiba no tuvo precio. Y esto le dijo algo. Esto estaba lejos de terminar.

 

Sasuke se dirigió a la escalera.

 

-Esto no ha terminado- gruñó Kiba.

 

-Conozco el cliché- dijo Sasuke fatigosamente mientras hacía una pausa para mirar de nuevo al lobo-. Esto no terminará hasta que uno de nosotros esté muerto.-Le lanzó una sonrisa satisfecha e insultante.- Y para que conste, ese no seré yo.

 

Kiba gruñó bajo en su garganta, pero sabiamente mantuvo su distancia. Mientras Sasuke iba a la salida, intentó seguirlo.

 

Shikamaru lo detuvo.-Las reglas de La Guarida- dijo tranquilamente.- Sasuke tiene una ventaja y si intentas seguirlo, estarás cojeando... Permanentemente.

 

El Uchiha intentaba decidir lo que debería hacer. Una parte de él estaba aterrorizada de ir a cualquier lugar cerca de Naruto para no conducir a Kiba y a los demás directamente a él. La otra parte estaba aterrorizada de dejarlo solo. Sobre todo con Sai allí. No había ningún modo de que pudiera defenderse contra cualquiera de ellos.

 

Se abatió mientras recordaba las cicatrices en la cara y el cuello de su madre, las que había recibido al luchar con su padre y sus guardias por intentar escapar.

 

Mataría a cualquiera que tocara a Naruto. Nadie jamás le causaría daño. Incluso silo rechazaba, todavía sería su compañero, y él pasaría el resto de su vida asegurándose que tuviera todo lo que necesitara.

 

En cuanto a Rasuke, él estaba a salvo bajo la protección de los osos. Sasuke no tenía duda de esto. Pero Naruto...

 

Deseaba poder quitar la señal de las manos de ambos. De todos los momentos para encontrar un compañero... Maldición. La suerte no estaba de su lado. Si tan sólo Naruto fuera un Lykos, sólo tendría que esperar que decidiera terminar su unión.

 

Aunque su conocimiento de los humanos fuera limitado, él no creía que Naruto aprobaría que él apareciera, de pronto, desnudo en su cama y para luego ofrecerse a él mismo y su eterna lealtad. Eso lo asustaría hasta la mierda.

 

Tenía que volver y conseguir alejar a Sai de Naruto. El lobo era imprevisible en lo mejor y terriblemente preciso en el peor de los casos. Así que se transportó dentro de la tienda, teniendo cuidado en escoger un armario en el cuarto trasero donde dudaba que Naruto estuviera.

 

Salió y fue al patio trasero donde encontró a Sai fuera de la puerta en forma humana.-¿Qué estás haciendo?- gruñó Sasuke. Él nunca había querido que Sai estuviera en su forma humana cerca de Naruto.

 

-¿Yéndome?

 

Antes de que pudiera responder, Sai cambió a su forma de lobo. Naruto entró en el patio un segundo más tarde. Sasuke maldijo mientras se obligaba a volver invisible la ropa de Sai.

 

-Ah, regresaste- dijo el blondo con una sonrisa mientras cerraba la puerta de su tienda.-  Pensé que te habías caído dentro.

 

Sasuke frunció el ceño.- ¿Caído dentro de qué?

 

-Tu hermano dijo que habías ido al baño.

 

Ahora estaba más confundido.- ¿Mi hermano?

 

-Sai- Naruto miró alrededor.- ¿Dónde se fue? Él estaba justo aquí, cuidando la puerta de atrás mientras cerraba durante unos minutos para almorzar.

 

-Vamos, Sasuke- dijo Sai en su cabeza-. No pude pensar en nada mejor.

 

Miró airadamente a Sai.- ¿Y por qué estabas en forma humana cerca de Naruto para empezar? Se suponía, que eras un lobo.

 

-Me asusté, ¿vale? Además, quería conocerlo.

 

-¿Por qué?

 

El lobo se rehusó a contestarle.- Sabes, si no me hubiera convertido en humano, él habría pensado que te escapaste sin más. No podía hablarle como lobo, no sin que le diera un ataque.

 

-¿Sasuke?- preguntó Naruto-. ¿Estás bien?

 

Sasuke entrecerró aún más sus ojos.- Sai se tuvo que marchar. Y será mejor que se quede lejos si quiere seguir respirando.

 

Sai gruñó profundamente en su garganta.

 

-¡Ah!- Naruto miró hacia abajo y sonrió a Sai-. Aquí estás, amigo. Estaba preocupado por ti.

 

Sai brincó para poner sus patas contra su pecho y lamerle la cara.

 

-Ya, abajo- gruñó Sasuke, haciendo retroceder al lobo-. No hagas eso.

 

-No importa- dijo Naruto generosamente.

 

Sai meneó su cola y rió malvadamente, luego intentó mirar por entre las piernas flexionadas de Naruto. Sasuke lo cogió rápidamente por el cuello.- ¡Para!-le gruñó mentalmente a Sai-. O te arrancaré la cabeza.

 

Naruto les miró con el ceño fruncido.- ¿No te gusta mi lobo?

 

-Sí, claro- dijo, acariciándolo bruscamente en la cabeza-. Él es mi nuevo mejor amigo.

 

-Soy tu único amigo, imbécil.

 

Sasuke apretó su puño en la piel del lobo como una advertencia.- Sabes que tienes que ser firme con los lobos. Dejarles saber quién es el alfa.

 

-¿Fugaku?

 

Sasuke le dio una palmada en la cabeza a Sai.

 

-Ow. Eso dolió, Uchiha.

 

-Sí- dijo Naruto.- Esto es lo que mi padre dice sobre todos los caninos.

 

-¿Tu padre?

 

Él asintió.- Es veterinario, el principal experto en Konoha sobre el cuidado de los perros. Puedes haber visto su publicidad. “Si quiere a su mascota cástrelo o esterilícelo”. Él encabezó la campaña completa.

 

-¿En serio…?- dijo, sonriendo abiertamente a Sai-. Tal vez nosotros deberíamos hacer una cita.

 

-Sí, claro. Inténtalo y morirás.

 

Sasuke apretó sus puños mientras intentaba ocultar su cólera a Naruto. Estaba sólo a un paso de distancia de ahogar al lobo delante de él. El rubio, en cambio, frunció el ceño mientras echaba un vistazo a Sai.- Que extraño...- buscó su pata trasera-. No recuerdo que tuviera una mancha marrón allí.

 

Sasuke se tragó una maldición mientras comprendía que Sai no era idéntico a él. Maldición, Naruto era observador.

 

-Tal vez no lo notaste antes.

 

-Tal vez.- Abrió la puerta de su departamento y dejó entrar al lobo. Hizo una pausa en la entrada.

 

Sasuke apoyó su mano contra el marco de la puerta encima de su cabeza y le sonrió.- Estás nervioso- dijo suavemente-. ¿Por qué?

 

-Es que no estoy seguro de qué haces aquí todavía.

 

-Estoy hablando contigo.

 

Él se rió de eso.- Sabes, precisamente no tengo un manual de etiqueta sobre qué hacer cuando un tipo como tú aparece en mi vida. No sé a dónde nos dirigimos

 

-Tengo que decir que es la primera vez para mí, también- extendió la mano y dejó que sus dedos rozaran el mechón de cabello rubio que descansaba contra su frente-. ¿Qué puedo decir? Eres irresistible para mí- suspiró.

 

Era difícil quedarse cuerdo y racional cuando él lo miraba así. Como si estuviera sediento por su sabor.

 

-Y ahora estás aún más nervioso- suspiró, luego dio un paso atrás.

 

-Lo siento- dijo calmadamente.- Es sólo que no estoy acostumbrado a que cosas como estas me sucedan.

 

-Tampoco yo- bajó su cabeza y lo besó. Paladeó su sabor hasta que recordó que tenían audiencia .Abriendo los ojos, vio a Sai mirarles fijamente con mucha curiosidad. Definitivamente odiaba a ese lobo. De mala gana, Sasuke se retiró.- ¿Por qué no cierras la tienda durante una hora y comes un verdadero almuerzo conmigo?

 

Naruto vaciló, luego asintió. Almorzar con él sería maravilloso.- Creo que lo haré. Tengo unos espaguetis en el refrigerador. Podríamos ir a la tienda que está a dos calles y conseguir algo de vino para acompañarlos.

 

Sasuke pareció bastante incómodo con su sugerencia mientras exploraba el patio exterior. ¿Buscaría a su hermano? Pensaba Naruto.

 

-Eso sería agradable- dijo, pero su lenguaje corporal desdecía el tono despreocupado.

 

Por primera vez en su vida, Naruto tuvo una idea realmente radical. Comprobó su reloj. Eran casi las dos treinta y nadie había entrado en su tienda durante la pasada media hora. Los viernes por la tarde eran tradicionalmente lentos.

 

-¿Sabes qué?- dijo antes de acobardarse-. ¿Por qué no cierro temprano?

 

Su mirada escarlata ardió con interés.- ¿Puedes hacer eso?

 

Asintió.- Dame unos minutos para hacer el trabajo administrativo.

 

-Tómate tu tiempo. Soy todo tuyo.

 

La mirada en sus ojos le dijo exactamente qué quería decir eso.

 

Naruto se sonrojó inevitablemente. ¿Cuán a menudo podía escuchar algo así de la boca de un hombre que lucía como este? Regresó a su tienda y rápidamente hizo el arqueo de la caja registradora mientras Sasuke lo contemplaba a través de las estanterías.

 

Era difícil concentrarse en clasificar talones de pago mientras él estaba allí, distrayéndolo. Le estaba dando la espalda mientras miraba los cajones con anillos. Tenía el trasero más firme que jamás honrara la parte trasera de un hombre.

 

Tragando duro, Naruto se obligó a llenar una boleta de depósito bancario. Sasuke le pasó por detrás mientras ponía todo en un sobre grande con cierre. Apoyando sus brazos a cada lado de él, se inclinó y respiró en su cabello como si lo saboreara.

 

-¿Tienes idea de lo que me haces, Naruto?

 

-No- contestó francamente.

 

Sasuke estaba de pie detrás del doncel, su corazón palpitando salvajemente. Su cuerpo duro y adolorido. Su presencia era una locura. Él había cubierto su olor antes de aparecerse en la tienda, pero Kiba y los demás eran condenados buenos en lo que hacían. No pasaría mucho tiempo antes que ellos lo encontraran.

 

Desde luego, mientras Naruto llevara su marca, tendría su olor, e incluso si él lo abandonara, ellos probablemente aprovecharían eso y se le aparecerían mientras lo estaban buscando.

 

Estaba desesperado por su sabor y sabía que Naruto no se negaría. Pero no podía tomarlo otra vez. No a menos que él entendiera el completo impacto de esa decisión. Y los peligros inherentes.

 

De hecho, no debería estar ahí, en su forma humana. Pero a diferencia de Sai, su encarnación más fuerte era de humano. Era como podía protegerse mejor. Esto también lo hacía incluso más vulnerable a Naruto.

 

Inclinándose, rozó la piel expuesta de su cuello con sus labios.- Deseo que seas mío- respiró, inhalando el olor cálido de su piel.

 

Naruto no podía respirar mientras oía el tono profundo, como un gruñido. Se sentía como en una especie de extraño sueño. ¿Cómo esto podía ser real? Se inclinó hacia atrás contra el pecho de Sasuke para poder alzar la vista hacia él. La mirada sobre su rostro lo abrasó.

 

Una risa juguetona aligeró la intensidad de su mirada.- ¿Tomamos las cosas demasiado rápido, verdad?

 

Él asintió.

 

-Lo siento por eso. Cuando veo algo que quiero, tengo la mala tendencia de tomarlo primero y pensar más tarde sobre si realmente debería tenerlo.- Se alejó un poco y se dirigió a la puerta.- Vamos- dijo, indicando la salida con su cabeza-. Te acompañaré al banco y conseguiremos el vino.

 

El blondo se deslizó de su taburete y lo siguió. Afuera, había un indicio de frío en el aire. Y una aureola de peligro alrededor de Sasuke. Tenía la sensación que él le prestaba demasiada atención a las calles que los circundaban. Cada vez que alguien se acercaba, él lo miraba atentamente como si esperara que saltara sobre ellos.

 

Hizo su depósito y luego lo dejó escoger su vino después que cruzaron la calle y entraron en una tienda. Cuando intentó pagar, podría haber jurado que Sasuke le gruñó como un animal.

 

-Yo lo hago- dijo.

 

-Sabes, puedo cuidarme por mí mismo.

 

Sasuke se rió entre dientes.- Tranquilo. Tengo un especial respeto por las mujeres y los donceles. De donde vengo, ambos son letales.

 

Naruto lo miró sorprendido.- No sé qué decir respecto a eso, honestamente.

 

El moreno resopló ante esto.- Sí, bien, deberías conocer a mi madre. Entonces lo entenderías. Ella hace que los hombres más fuertes y peligrosos parezcan un conejito mullido.

 

Había mucha cólera y dolor en su tono y en su rostro cuando dijo eso. Su madre realmente no debía tener un verdadero instinto maternal.- ¿Alguna vez la ves?

 

Sacudió su cabeza.- Ella aclaró hace mucho tiempo que no estaba interesada en tener ningún tipo de la relación conmigo.

 

Naruto enlazó su brazo alrededor del de él y le dio un ligero apretón.- Lo siento.

 

Sasuke cubrió su mano con la suya.- No lo hagas. Los de mi especie no tienen madres como...

 

Naruto hizo una pausa en la calle.- ¿Tu especie?

 

Sasuke se detuvo ahí, conmocionado por lo que se le había escapado de la boca. Maldición. Con Naruto era mucho más fácil hablar que lo que debiera ser. Estaba acostumbrado a estar en guardia cerca de la gente.

 

-Lobos solitarios- dijo, tontamente tomando prestado el término de Sai.

 

-Ahh… entonces tú eres uno de esos tipos machos “no-necesito-ningún-tipo-de-ternura”.- Fingió una voz gutural, que le salió más graciosa que intimidante.

 

Sasuke rió por lo bajo. Él solía serlo, pero después de pasar un tiempo con Naruto... Lo que sentía por este chico lo asustaba como la mierda.-Algo así.

 

Naruto asintió mientras emprendía el regreso hacia su tienda.- ¿Así que son solamente tú y tu hermano, no?

 

-Sí- dijo él, con su garganta apretada mientras recordaba a Itachi-. Somos sólo nosotros. ¿Y tú?

 

-Mis padres viven en la zona alta de la ciudad. Cerca del monumento de los antiguos Hokage. Tengo dos hermanos. Uno de ellos está en Suna por trabajo, lo veo dos o tres veces por año, y el otro es un excelente artista escultor. Tiene su propia tienda en el distrito comercial.

 

-¿Estás unido a ellos?

 

-Oh sí. Más unido de lo que quisiera a veces. Ellos todavía creen que pueden dirigir mi vida.

 

Sasuke sonrió. Así era como Itachi solía sentirse respecto a él y Rasuke. Esto trajo un dolor agridulce a su pecho.- Debes ser el más joven.

 

-Sí, ¿te imaginas que mi madre todavía corta mi carne siempre que voy a casa? Soy un adulto, pero todos me siguen viendo como un bebé.

 

Él era incapaz de imaginarse una madre tan cariñosa como esa. Debía haber sido agradable conocer semejante amor.- No lo rechaces.

 

-La mayor parte de las veces no lo hago.- Naruto frunció el ceño hacia él-. ¿Por qué sigues haciendo eso?

 

-¿Haciendo qué?

 

-Vigilando la calle como si tuvieras miedo de que alguien vaya a saltar sobre nosotros.

 

Sasuke se frotó la parte de atrás de su cuello con nerviosismo. Tenía que darle su crédito, era realmente observador. Sobre todo para ser un humano. Lo último que podía decirle era que realmente lo que temía era eso. Si Kiba o los demás alguna vez lo detectaban...

 

No quería pensar en las consecuencias.

 

-Supongo que no podría decirte que cerraras tu tienda durante un par de semanas y fueras a alguna isla exótica conmigo, ¿verdad?

 

Naruto se rió de él.- Estaría bueno.

 

Si realmente supiera que estaba hablando en serio. Una parte de él estaba tentada a secuestrarlo, pero después de lo que había pasado entre sus padres, él supo que era mejor no arriesgarse. Cuatrocientos años más tarde, su madre todavía estaba emocionalmente herida porque su padre la había secuestrado contra su voluntad. Él no quería destruir la bondad de Naruto. Su risa abierta. Él confiaba en la gente, y esto era tan raro que haría cualquier cosa para mantenerlo así.

 

Abrió la puerta de su jardín y lo condujo al apartamento donde Sai los esperaba. Precipitándose hacia ellos, Sai fue directamente a la ingle de Sasuke para atormentarlo en la manera típica de un perro.

 

-¡Baja!- gritó, apartando al lobo.

 

-Le gustas.

 

Le gusta molestarme.-Sí, lo noté.

 

Naruto frunció el ceño mientras se dirigía al estéreo, que tocaba a todo volumen una canción al estilo Rock MetalÀ.

 

-Qué extraño- dijo, apagándolo.- No dejé el estéreo encendido.

 

Sasuke intensificó su apretón sobre el cuello de Sai.

 

-Eso duele, Sasuke. Déjame.

 

Lo hizo de muy mala gana.- ¿Qué más hiciste?

 

-Nada, en serio. Sólo miré algo de TV, examiné sus CDs... Él tiene realmente unas buenas mierdas... E hice algo de café.

 

-¡Sai, se suponía que no te moverías!

 

-Dijiste vigílalo, que implica movimiento.

 

Sasuke se estiró hacia Sai, quien se lanzó hacia Naruto.

 

-Tal vez tienes un fantasma- dijo Sasuke.

 

-No eres gracioso- gruñó, frunciendo el ceño.

 

Tomó el vino y se dirigió a la pequeña cocina donde lo puso cerca de su cafetera de dos tazas. Sacó la jarra y la miró.- ¿Qué diablos pasa aquí?

 

-¿Qué?

 

Encontró la mirada fija de Sasuke.- ¿Hiciste café esta mañana?

 

-Ups-dijo Sai.- Probablemente debería haberlo tirado una vez que hube terminado.

 

-¿Oh, en serio lo crees?- bufó Sasuke con ironía.

 

-Sé agradable conmigo, hombre. No tengo que quedarme aquí.

 

-No tengo que dejarte vivir, tampoco.

 

-¿Estás bien?- preguntó Naruto mientras reemplazaba la jarra.

 

Sasuke sonrió y se obligó a relajar su expresión.- Estoy bien.

 

-Este café es fresco.- bajó la mirada hacia Sai, luego sacudió su cabeza.- De ninguna manera. Esto es simplemente estúpido.

 

-¿Qué?

 

-Nada. Ni siquiera lo diré por miedo a que me encierren por el resto de mi vida.

 

Puso el vino en el congelador para que se enfriara mientras abría los gabinetes y sacaba una cacerola y una cazuela.

 

Sin pensarlo, Sasuke fue a la diminuta despensa a buscar la salsa de espagueti. Por alguna razón, a Naruto le gustaba ponerla sobre todo.

 

-¿Cómo sabías que estaba allí?- preguntó.

 

Sasuke se encogió. Maldición, él no debería haber sabido donde la guardaba.- Este me pareció el lugar más probable.

 

Naruto apareció aceptar eso.

 

Sai se levantó de un salto y lo empujó hacia Naruto. Sasuke tomó aliento bruscamente cuando sus cuerpos chocaron y sintió su pequeña figura contra él. El áureo alzó la vista, sus labios separados por su jadeo de sorpresa.

 

-Lo siento- dijo, su corazón palpitando-. El perro me golpeó.

 

-No soy un perro.

 

-Vas a ser comida para perros si no paras.

 

-Oh vamos, idiota. Él es tu compañero. Sigue adelante.

 

-No puedo obligarlo. Créeme, es algo que no haré.

 

Para su sorpresa, Sai asintió con su cabeza y lo miró hacia arriba.- Creo que sólo por eso te respeto. Eres un buen lobo, Sasuke. Ahora dame tu camisa y déjame salir.

 

-¿A hacer qué?- Sasuke estaba tan atontado que habló en voz alta.

 

-¿Qué?- preguntó Naruto.

 

-Nada- dijo, preguntándose en qué punto de la noche Naruto iba a decidir que él estaba completamente chiflado.

 

-Confía en mí- dijo Sai-. Usaré tu olor para conducir a los demás lejos de aquí. Al infierno, cuando acabe con Kiba y su pequeño pene, él estará persiguiendo su cola en círculos.

 

Sasuke estaba impresionado. Esa era una buena idea.- ¿Puedo confiar en que no lo conducirás hasta aquí?

 

-Sí, puedes.

 

Qué respuesta tan desacostumbrada para Sai. Sasuke lo miró mientras debatía si realmente podía confiar en él. Al final, no tuvo ninguna otra opción.

 

Sai fue a rasguñar la puerta.

 

-Lo dejaré salir- dijo Sasuke, dirigiéndose al lobo.

 

-Gracias- dijo Naruto mientras sacaba los fideos que habían sobrado.

 

Sasuke siguió al lobo al patio trasero. Se quitó su camisa, luego conjuró una nueva mientras Sai se dirigía en forma humana a tomarla.

 

-Ponte algo de ropa, Sai. Me voy a quedar ciego.

 

-Cállate- replicó Sai.- No soy tan talentoso como tú con mis poderes y no permanezco como humano el tiempo suficiente como para preocuparme. Además, no tengo complejos- puso las manos en jarra sobre sus caderas y sacó el pecho.

 

Sasuke rodó los ojos. Sabía que Sai estaba orgulloso de su cuerpo, por eso vivía burlándose de los atributos de los otros.

 

Entonces la expresión de Sai cambió por completo. Se puso inesperadamente serio mientras decía:- Solamente quiero decirte que seas cuidadoso. Naruto parece un chico bastante agradable, para ser humano. Sería una maldita pena ver que algo le pasara.

 

-Lo sé.

 

Un coche se acercaba a la puerta. Sai dio un paso en las sombras y desapareció. Sasuke no se movió mientras miraba al coche acercarse. Era la desnudista que vivía en uno de los apartamentos de arriba. Aliviado de que fuera un coche amistoso, regresó adentro para encontrar a Naruto revolviendo la salsa en la cazuela.

 

Tenía que encontrar algún modo de conseguir que su pareja accediera a marcharse con él hasta que ellos pudieran separarse seguramente.

 

Sasuke lo miró y sintió algo muy peculiar. En su mundo nadie cocinó para él. Él comía la carne cruda o la compraba en forma humana, luego la cocinaba él mismo. Nadie jamás le había preparado el alimento excepto cuando les pagaba para hacerlo.

 

Esto era casi hogareño. No es que entendiera cuan hogareño era. Tal vez esa era la extraña sensación en su estómago. Sintió muy adentro el impulso de tocarlo incluso cuando no debería.

 

-¿Naruto?- preguntó, acercándose.- ¿Crees en lo imposible?

 

Sacó un cuenco de ensalada de su refrigerador.- ¿Imposible cómo?

 

-No sé. ¿Hadas? ¿Duendes? ¿Lobos que pueden convertirse en humanos?

 

Eso le causó gracia.- Ahh. Claro. ¿No estarás comprando libros de leyendas locales, verdad?

 

Se encogió de hombros mientras su corazón se estremecía. Era demasiado esperar que fuera algo más que un humano típico.

 

-Aunque- dijo, haciendo que su corazón se aligerase- realmente creo que sería fascinante conocer a un ser de las leyendas. Tengo una amiga que asegura que lo imposible es posible. Está loca, pero mierda, la quiero demasiado.

 

-Sí- él suspiró.- A Hinata le falta algo más que un tornillo.

 

Naruto se quedó quieto.- ¿Cómo es que  la conoces?

 

-Todo el mundo en Konoha conoce a Hyuuga Hinata. Ella va por las calles asegurando que es una cazadora de monstruos- dijo rápidamente. En verdad daba gracias a dios tener un cerebro ágil.

 

Naruto se rió.- Tendré que decirle que es una leyenda. Eso la complacerá bastante.

 

Sasuke se volvió hacia él.- ¿Pero en cuanto a ti? ¿No crees en cosas extrañas, verdad?

 

-No realmente. La cosa más espeluznante que alguna vez he visto es a mi contable en abril.

 

En apariencia, él se rió de eso, pero por dentro temblaba. Naruto nunca estaría abierto a su mundo. A la realidad de que, a veces, la gente que pasaba por la calle no era realmente gente en absoluto. Que ellos eran el peor tipo de depredadores.

 

Déjale tener sus ilusiones. Sería cruel quitárselas. ¿Y con qué objeto? ¿Para mostrarle un mundo dónde perpetuamente los dos serían perseguidos? ¿Dónde sus hijos serían parias?

 

No, esto no sería justo para Naruto. Él no necesitaba un compañero, y estaba malditamente seguro que no necesitaba hijos.

 

Se dijo a sí mismo.

 

-¿Estás bien?- preguntó el doncel mientras disponía dos platos.

 

-Sí, bien.

 

Él sólo esperaba que ambos estuvieran bien hasta que la señal desapareciera de sus manos.

 

 

 

Continuará…

Notas finales:

Well, espero que la hayan disfrutado. Me encantan estos dos, debo admitir. Y Sai… I Loved!!!!! En esta historia, es mi preferido. Lo quiero incluso más que Sasuke, y eso es demasiado decir.

¿Ustedes que creen?

Díganme vuestras opiniones en los rews. Es la parte de esto que más disfruto. Aunque a veces tardo en responder por falta de tiempo, pero los leo todos, todos, todos. Y cuando me puedo sentar con calma frente a mi lap, los respondo muy emocionada. Así que no se corten!!

 

Hasta la próxima!


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