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All things grow, all things grow.. por lUZzz UzUMaKI

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Poco a poco las semas fueron pasando, y él tuvo que acostumbrarse a estar en contacto de nuevo con las personas, a tener amigos que estuvieran ahí, siempre, en cada momento del día.

Sin embargo, por las noches las cosas eran diferentes, las pesadillas lo acorralaban, lo encerraban en mundos terribles, y la única forma de escape era el insomnio.

Pero esas noches comenzaron a cambiar.

De Derek:

No importa lo que tú y Erica digan, el profesor X y magneto no está enamorados el uno del otro

Yo

Eso es lo que quieres creer, vamos, si hasta Eric se casó con una mujer muy parecida a su mejor amigo.

De Derek:

Admito que Magda tiene algunos rasgos parecidos a Charles, pero eso no quiere decir que subconscientemente Erick tenga un deseo reprimido por él

Yo

Si tomamos en cuenta lo que paso con Apocalipsis, como literalmente se volvió contra él solo por salvar a Charles, entonces podemos suponer que al menos siente algo más que amistad por el hombre discapacitado.

Esas conversaciones iban por horas, hablando de todo y nada al mismo tiempo, siempre que Stiles despertaba de una pesadilla sabía que podía hablar con Derek, mandarle un mensaje a cualquier hora o momento del día.

No entendía por qué Derek le contestaba si no se habían llevado bien hasta después de lo que paso con el Noguitsune.

Sin embargo estaba agradecido, muy agradecido de tener a una persona que estuviera ahí para él. No entendía las razones, pero no lo cuestionaría, lo necesitaba demasiado en ese momento como para preguntarse por qué seguía hablándole a pesar de todo.

De Derek:

Lo que digas Stiles, creo que es momento de que vas a dormir, lo necesitas, mañana tienen clases y Erica dice que probablemente Harris les vaya a hacer un examen sorpresa, inténtalo, al menos por esta noche.

Releyó el mensaje varias veces, no sabía cómo, pero Derek parecía saber en qué momento ambos necesitaban un descanso.

Dejo el celular sobre la mesa de noche, y se quedó viendo al techo durante un buen rato.

Las cosas habían cambiado tanto en las últimas semanas.

Scott.

Dioses, no importaba cuanto tiempo pasara aún le seguía doliendo el hecho de que su mejor amigo no hubiera luchado aunque fuera un poco más por él.

Tantas cosas que habían pasado y aun así al primer gran problema que tenía que enfrentar Scott huye.

Paso una mano por su rostro.

No era el mejor momento para estar pensando en eso.

Si, muchas cosas cambiaron, y aún no podía dormir por las noches, pero ahora había cuatro personas dispuestas a hacer cualquier cosa por él.

Como sabía que él estaba dispuesto a hacer lo mismo por ellos.

Su último pensamiento antes de caer dormido fue sobre calidez y una extraña sensación de pertenencia.

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De Stiles:

La próxima vez que tus betas me acompañen a comprar la comida recuérdame traer correas, no sé qué estaba pensando como para traerlos sin una al supermercado.

Sonrió al mensaje, después de algunos meses de convivencia entre todos ellos las cosas se estaban desarrollando de mejor manera de la que hubiera esperado.

Yo:

Tú fuiste el que decidió llevarlos en vez de hacerles escribir la lista de la comida, además, lo más probable es que solo Erica e Isaac anden corriendo por la tienda, llevándote cosas para que las compres.

De Stiles:

Y como sabe que no puedo resistirme a su mirada de cachorro apaleado Isaac se aprovecha de mí!

Yo:

Stiles, estas pagando con mi tarjeta.

De Stiles:

El hecho de que esté pagando con tú tarjeta no quiere decir que no me duela gastar dinero de más.

Yo:

Stiles, hemos gastado más dinero en las salidas al cine que tenemos entre todos que en la lista de las compras.

De Stiles:

Tus betas están haciendo un desastre en la isla de los dulces, necesito ir a ver que no los maten, o peor que nos veten de esta tienda, es la única en donde encuentro todas las cosas raras que me piden.

Yo:

Solo tengan cuidado al volver.

 De Stiles:

Siempre Sourwolf.

No sabía si estar nervioso, si ponerse en guardia siempre esperando a que un nuevo peligro comenzara a acechar desde la obscuridad. Si debía dormir con un ojo abierto y uno cerrado para que nadie le hiciera daño a su manada.

Soltó un suspiro.

No podía perderlos a ellos también.

Media hora después escucho el sonido del jeep, y cuando estuvo lo suficiente cerca las voces de los adolescentes discutiendo sobre lo que compraron y que comida les haría esa noche Stiles.

No se dio cuenta de que estaba sonriendo hasta que vio su rostro reflejado en una de las ventanas.

Aún había mucho que discutir, mucho que arreglar…

Pero mientras los escuchaba subir las escaleras no pudo evitar pensar que tal vez todo estaría bien.

Tal vez ellos podían salir adelante.

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Despertó con el corazón acelerado, los últimos vestigios de la pesadilla aún muy presentes en su mente.

Tomo el celular y de inmediato comenzó a escribir un mensaje

Segundos después su pantalla se ilumino.

De Derek:

Cuenta tus dedos, son solo cinco Stiles, no estás en un sueño, no eres el Noguitsune, no estas poseído, eres Stiles Stilinski, estas en tú cama y todo está bien.

Yo:

Derek

Siente que no puede respirar, como se va cerrando su garganta y los ojos le comienzan a arder.

No debería tener un ataque de pánico por algo tan estúpido como lo es una pesadilla.

Las ha tenido por tanto tiempo.

Intenta levantarse de la cama, luchar contra el terror que se va hundiendo en su pecho, que lo va llevando cada vez más abajo, lo va dejando más en el fondo, pero no puede. No puede, no puede, y no puede.

Porque se está ahogando.

Y entonces lo siente, una mano que lo está levantando, brazos que conoce, no sabe de dónde, pero los conoce.

-Estas bien Stiles, respira conmigo – una voz que escucha a diario – adentro, afuera, vamos Stiles, puedes hacerlo, solo tienes que esforzarte un poco más –

Sintió como el pánico se iba esfumando, dejando solo una sensación de vacío que no sabía cómo interpretar.

Cerró los ojos con fuerza, no quería que nadie viera las lágrimas traicioneras que bajaban por sus ojos.

-Stiles – permaneció con los ojos cerrados, no quería ver aquella mirada llena de pena que seguro lo estaba esperando detrás de sus parpados. – Stiles – repitió de nuevo aquella voz – abre los ojos Stiles, todo está bien –

Y esa frase le hizo abrir los ojos, porque no importaba que tanto lo intentara nada estaba bien.

-Derek – dijo el nombre en un susurro reverente.

-estoy aquí, no me voy a ir a ningún lado –

Se quedaron viendo a los ojos durante algunos momentos, solo respirando, calmando la terrible adrenalina que corría por sus cuerpos.

-¿Por qué estás aquí? – cuestiono Stiles, sin hacer amago a moverse.

-No me contestabas – fue todo lo que dijo Derek.

Después de ese episodio de pánico los dos se quedaron hablando un buen rato en la cama, solo hablando, diciéndose pequeños secretos, cosas que los demás no sabían.

Si durante todo ese tiempo Derek mantuvo su agarre firme sobre Stiles, y Stiles no dijo nada sobre eso, bueno, nadie tenía que saberlo.

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De Stiles:

Estoy casi seguro que Erica está construyendo un culto.

Dejo escapar un bufido.

Claro que Erica estaba construyendo un culto, y uno muy grande por lo que parecía.

De Stiles:

No sé si estar preocupado, porque parece que Lydia está comenzándose a interesar en lo que dice Erica.

El aire se quedó atascado en su pecho.

Lydia.

Lydia estaba hablando con Erica.

Su manada estaba conviviendo con la manada de Scott.

De Stiles:

Perdón, quiero decir que Lydia siempre está callando a Erica, diciéndole que las cosas no pueden ir de esa manera, que es realmente imposible que dos personajes se amen de esa manera, bla, bla, bla.

Se dejó caer en una de las sillas de la cocina, estaba bien.

Solo era la típica estupidez adolescente.

De Stiles:

Estoy seguro de que no importa lo que pase a partir de ahora Erica será más famosa en la escuela que Lydia. Por cierto Sourwolf, que haces que no contestas mis mensajes?

Yo:

Estaba preparando la comida de la tarde.

De Stiles:

Que?? Pero si hoy le toca  a Boyd cocinar!

Yo:

Me pidió de favor que lo hiciera yo, parece que quiere llevar a Erica y a Isaac a algún lugar especial.

De Stiles:

Espera, como en una cita????

Yo:

Es lo que parece.

De Stiles:

Ahora todo tiene sentido!!! Durante el último mes Isaac estuvo preguntándome mínimo tres veces por día si lo seguiría viendo de la misma manera si estuviera en una relación polígama. Erica estuvo pidiéndome investigar como una relación polígama podía llegar a ser exitosa.

Y Boyd, pues Boyd me dijo directamente que él amaba a Isaac y a Erica, que esperaba que no tuviera ningún problema con ello.

No logro detener la carcajada, eso sonaba tanto a sus betas que no le sorprendía en lo más mínimo.

De Stiles:

Entonces hoy seremos solo tú y yo Sourwolf

Yo:

Si, espero que te guste la pasta porque es lo único que se hacer sin quemar el loft.

De Stiles:

Espera a que salga de la escuela y te ayudo con la cena, estoy seguro que aun quedo un poco del Rib eye que hicimos la semana pasada, eso con la pasta que vas a hacer quedaría perfecto.

No se dio cuenta cuando su vida se había vuelto tan doméstica, cuando esos mensajes se volvieron parte de su rutina.

Aspiro el aroma del loft.

Ahora olía a familia, a hogar, a un lugar en donde estaban seguros en todos los momentos.

Yo:

Si Stiles, te espero.

Siempre, hubiera querido agregar.

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Todo había estado tan bien, las cosas estaban tranquilas en la ciudad, no había peligros acechando en cada esquina, aquellas terribles cosas que vivían en la oscuridad.

Debió haber sabido que no podía durar.

Corría por la reserva, con el sonido de su respiración como único acompañante.

La cosa que los ataco los tomo por sorpresa, paso demasiado tiempo entre la última amenaza que habían enfrentado y este nuevo ataque.

No estaban preparados.

Se detuvo enfrente de un árbol y recargo la frente en la corteza. Saco su celular del bolsillo y reviso los mensajes.

De Derek:

DONDE ESTAS?

Si no hubiera estado tan fuera de aliento habría sonreído, Derek siempre se preocupaba por él.

Como cambiaron las cosas en ese tiempo.

Yo:

Estoy en la reserva, el minotauro aún sigue mi rastro, si tienen una idea de cómo detenerlo creo que este es el momento de aplicarla.

De Derek:

Stiles, se supone que Isaac sería el señuelo, él es más rápido y fuerte que tú, esa cosa no debería estar detrás de ti.

Yo:

Ya sabes cómo son las cosas, planeamos algo para que al final el tiro siempre nos salga por la culata, en este momento concéntrense en continuar con el plan, intentare llevar a cabeza de toro al lugar de reunión

De Derek:

Stiles…. Solo ten cuidado si?

Y eso le hacía tan feliz.

Esos pequeños gestos que le demostraban de Derek y los demás se preocupaban por su bienestar, por su salud física, emocional y psicológica.

Cerro el teléfono, no sabía cómo explicarlo, pero por momentos era como si sintiera la presencia de aquel ser en las cercanías.

Comenzó a correr de nuevo.

No entendía como se guiaba por la reserva como si hubiera vivido toda su vida en ese lugar, pero en esos momentos eso le parecía. Corrió, corrió y corrió, sabía perfectamente a donde tenía que dirigirse.

Cuando vio a Erica en uno de los arboles supo que ere momento de detenerse, y lo hizo tan abruptamente que si no fuera por la extraña aura que lo rodeaba tal vez el minotauro habría chocado contra él.

Derek camino lentamente, deliberadamente imponiendo autoridad, con la espalda recta y los ojos clavados en la amenaza.

-¿Qué haces en mi territorio? – le cuestiono en un gruñido, dejando que su voz de alfa se colara en su tono.

La cosa no contesto.

-te lo preguntare una vez más – dijo Derek – si contestas tal vez te dejemos ir, sin rasguño alguno –

El minotauro continúo en silencio, preparándose para envestir contra ellos.

Stiles le dirigió una mirada desinteresada.

No entendía que paso, pero en el transcurso de la noche algo cambio, algo fundamental dentro de sí mismo.

Algo que lo unía más a la manada.

El alfa le lanzo una mirada significativa, como si estuviera buscando la confirmación de sus palabras.

Asintió.

-Bien, intente ser misericordioso, te di la oportunidad de explicarte ante mí, no la tomaste – le dio la espalda, haciendo que Stiles se girara con él – ahora cumpliré mi amenaza – con un movimiento de cabeza los betas ya tenían rodeado al minotauro, dejándolo encerrado en un círculo de ramas de olivo.

Pocos segundos después estas estaban en llamas, y se podían escuchar los terribles sonidos de una criatura poderosa al morir.

Cuando estuvo de nuevo en su casa, acostado de nuevo en su cama comprendió que las cosas no volverían a ser iguales.

Ahora el realmente formaba parte de la manada.

Ahora él era el emisario de la manada Hale.

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De entre  todas las cosas que podían haber unido a la manada la que menos se esperaba que sucediera era esa.

La noche anterior las cosas se pusieron realmente peligrosas, y por momentos pensó que volvería a perderlo todo.

Pero había sido al revés.

Había ganado un emisario.

Siempre había sabido que Stiles tenía la posibilidad de hacer magia, lo podía oler en ocasiones, cuando estaba muy estresado, o cuando estaba tan cansado que no lograba mantenerse en pie. Había esperado el momento en que esa magia se manifestara.

No esperaba que cuando sucediera él se encontraría tan cerca de Stiles, y mucho menos sospecho que su magia estaría tan unida a su manada, a su tierra, a él mismo.

No sabía que pensar de eso.

Suspiro y tomo su teléfono.

Yo:

Ahora ya no tienes excusas para faltar a las reuniones.

De Stiles:

Como si lo hubiera hecho de todas formas.

Sonrió, un poco más de entrenamiento y tal vez todo podría estar bien.

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Aunque quisiera no lo hubiera podido evitar.

Tarde o temprano tendría que ver a Scott de nuevo, tarde o temprano tendría que enfrentar ese pedazo de su pasado.

Solo no espero que fuera tan pronto.

-Stiles – y como dolía escuchar aquella voz con un tono tan frío.

Después de tantos años de conocerse, de tantas cosas que pasaron juntos, de las piyamadas, los secretos compartidos, las miradas traviesas, las aventuras y tonterías que hicieron desde que estaban pequeños, después de todo eso Scott le dirigía una mirada fría y  una expresión de desdén.

-Que sucede alfa McCall – dos podían jugar ese juego.

Ese día iba a ir con Deaton, necesitaba a alguien que le ayudara a controlar sus poderes recién despertados.

No quería utilizarlos hasta que estuviera bien seguro de que podía controlarlos por completo, que no le haría daño a nadie. Que no repetiría el error del Noguitsune.

-¿Qué es lo que estás haciendo con Derek? –

Esa pregunta le sorprendió, más de lo que quería admitir.

-¿A qué se refiere? – cuestiono de vuelta.

-¿Qué es lo que haces con Derek? ¿Lo estas controlando? – y vaya si eso no le dolió, ser acusado de estar controlando a una de las personas más fuertes que conocería en su vida.

-¿Y cómo según usted estoy controlando a mi alfa? –

-No lo sé, solo sé que en los últimos meses ninguno de ellos me han estado haciendo caso, no han acudido a ninguna de las reuniones obligatorias de la manda, no dejan que sus compañeros se acerquen a ti – Scott le dirigió una nueva mirada fría, en esta ocasión con un toque de poder de alfa.  – Solo sé que desde que te sacamos de nuestra manada ellos ya no se acercan para nada a nosotros – termino.

Se quedó callado unos segundos.

¿Enserio nunca se dio cuenta que Scott era tan denso?

-Alfa McCall, con todo el respeto que le tengo en este momento – se acercó a él y se puso frente a frente, de tal manera que sus ojos estuvieran clavados en los del otro adolecente – vete a la mierda – y se alejó caminando.

O lo hubiera hecho si un muy enojado alfa no lo hubiera detenido.

-¿crees que puedes continuar con esta pequeña charada? ¿Crees que ellos no se darán cuenta de lo peligroso que eres? – Scott se acercó hasta hablarle en el oído – tarde o temprano se darán cuenta de lo peligroso que eres, tarde o temprano verán que lo que sucedió con tú madre y con Allison no fue un accidente –

Eso era un golpe bajo.

Uno que Scott había jurado nunca utilizar.

Ni siquiera cuando estuvieran tan enojados como para dejar de hablarse el uno al otro. Sintió la furia surgir por un instante, tan fuerte, tan grande, tan poderosa, que sabía que si la dejaba salir no podría retomar el control jamás.

Apretó sus manos, e intento soltarse de nuevo del agarre de Scott.

-Vamos Stiles, no crees realmente que ellos seguirán contigo ¿verdad? – con cada nueva palabra esa persona se le hacía menos parecida a su amigo, a la persona que estuvo con él por tanto tiempo, a quien lo apoyo en cada una de sus travesuras – tarde o temprano ellos te dejaran, como todos lo han hecho –

Y con esas palabras Scott se retiró.

Sin darse cuenta tomo su celular, y marco al último número al que había llamado.

Las formas a su alrededor comenzaban a desdibujarse. Y cada vez le costaba más respirar, sentía como el pánico se anidaba en su pecho.

-Stiles – si, Derek, necesitaba a Derek en ese momento – Stiles, ¿Qué sucede? –

Quería contestarle, contarle su encuentro con Scott.

Pero la obscuridad pudo más con él.

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Stiles no le contestaba, y podía escuchar su respiración errática al otro lado de la línea; por un instante deseo poder escuchar el latido de su corazón de la misma manera, para saber si había algo más, si estaba en algún peligro.

-Stiles, Stiles, contesta –

No se dio cuenta de que estaba en camino a la escuela hasta que sintió el volante en sus manos y escucho el rugir del motor.

-Stiles, estaré ahí en poco tiempo – le prometió al chico, porque no podía hacer otra cosa más que eso, y apretar el pie sobre el pedal.

Si mientras conducía rompió varias leyes de tráfico y casi termina atropellando a más de tres personas, bueno, tenía una excusa muy buena.

Cuando llego a la escuela lo primero que noto fue la esencia de Scott por todo el frente, como si hubiera marcado el lugar como su territorio. Lo siguiente fue el terrible sonido de la respiración agitada de Stiles, y por último el alterado ritmo de sus latidos.

Corrió hasta el adolecente y lentamente lo tomo en sus brazos, con el mayor cuidado del mundo paso uno de sus dedos por su rostro, quitando las lágrimas que ahí había.

-Ya estoy aquí Stiles – le susurro, apretando su agarre en aquel cuerpo, no entendía cómo era posible que sus betas no se encontraran ya en ese lugar, cuidando de su compañero herido.

Se levantó lentamente, jalando el peso completo de su emisario con él, sabía que dejarlo en la escuela no era una opción, no en el estado en que estaba. Con una última mirada hacía la escuela se dirigió a su auto, el jeep se podía quedar, más tarde le mandaría un mensaje a Isaac para que fuera por las llaves al loft.

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Cuando recobro la conciencia lo primero que noto fue el peso cálido y conocido de una mano sobre su pecho, a continuación el olor a hogar y a seguridad invadió sus fosas nasales. Conocía ese olor, claro que sí, solo había una persona en todo el mundo que despedía ese olor.

Se acurruco más contra la figura conocida, necesitaba esos momentos de tranquilidad.

La siguiente vez que despertó fue por el sonido de voces ahogadas.

-No podíamos salir Derek, aunque lo intentáramos no podíamos hacerlo, era como si nos tuvieran atrapados – escucho a Erica decir en voz baja.

- Lo intentamos, gritamos, pataleamos, y casi hacemos una escena en medio de la escuela, pero no lográbamos salir de ahí – continuo Isaac, con un tono desesperado y roto, como si con solo recordar el incidente tuviera que vivirlo todo de nuevo.

- No me explico  cómo paso, en un instante estábamos por salir para ir a recoger a Stiles, y al siguiente estábamos encerrados en la escuela – Boyd, siempre la voz de la razón - Sabes que no importa lo que dijera McCall, nosotros no dejaríamos a Stiles solo – y si eso no hizo que un nudo en la garganta se formara entonces nada lo haría. Aún tenía las palabras de Scott clavadas en el cerebro, aunque lo intentaba no lograba olvidarlas.

Escucho un suspiro, y de pronto Derek estaba frente a él.

-Stiles – él sabía que Derek sabía que había escuchado todo lo que los betas dijeron, pero eso no evitaba que se sintiera sacudido, que aquellas palabras dieran vueltas en su cabeza como aves en su jaula. – Stiles – no quería voltear a ver a Derek, ver la mirada de pura lastima y melancolía que el mayor tendría en esos momentos.

Unos dedos que deslizaron por debajo de su mentón, y lo obligaron a encontrarse con los ojos cambiantes de su alfa.

-Stiles, quiero que escuches lo que te voy a decir – aquella no era la voz normal con la que le hablaba, aquella era la poderosa voz del alfa, la que hacía que le temblaran las piernas, la que le recordaba el poder dormido que yacía debajo de la piel de Derek – No importa lo que diga Scott, no importa como lo diga, o si te conoce desde hace más tiempo que nosotros – sus enormes manos estaban sosteniendo su rostro, acariciándolo lentamente – tú nos perteneces Stiles, nos perteneces, eres nuestro emisario, nuestro amigo, parte de nuestra manada – con cada nueva palabra el brillo rojo en los ojos de Derek se comenzaba a hacer más obvio, y él se sentía cada vez más atraído a esa increíble mirada.

Le debería molestar el tono posesivo con el que hablan de él, como si no hubiera duda alguna de que les pertenece. Sin embargo, nada de eso se le pasaba por la mente, porque ahora pertenecía a un lugar, ahora las personas lo querían alrededor, ahora por fin tenía un lugar  en donde estaba seguro.

Después de unos instantes dejo que todo su peso se dejara caer por completo en el cuerpo de su alfa, no había nada que temer, ya no.

Estaba en casa.

Si durante esos momentos lagrimas traicioneras se escapaban de sus ojos, y él inútilmente intentaba ocultarlas de aquellos que estaban a su alrededor, bueno, nadie le diría nada, porque ellos también lo estaban intentando.

Cuando esa noche se quedó dormido fue en medio de cuerpos tibios que lo rodeaban y que lo protegían, como si fuera la cosa más preciada del universo, no pensó en las posibles pesadillas que lo acechaban en los oscuros rincones, solo dejo que su cuerpo se relajara y que el reconfortante calor de la manada lo envolviera.

Esa noche fue la primera en la que las pesadillas no llegaron.

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Ver a su manada dormida, cómodos los unos con los otros, brindándose apoyo y cariño era algo de lo que Derek nunca se cansaría.

Tantas cosas pasaron, superaron, sobrevivieron y ahora estaban ahí, juntos, como debió haber sido desde el principio.

Se acercó un poco más al cuerpo tibio de Stiles. Él era la razón por la cual habían terminado de unirse, era la parte faltante, lo que los iba a mantener juntos.

Aspiro, la combinación de olores del loft variaba cada vez que todos sus betas se encontraban juntos, sin embargo en ese instante lo único que llegaba a la cabeza de Derek era el olor a familia, a seguridad y amor.

Sonrió.

Apretujo más el cuerpo de Stiles contra el suyo y lo sintió moverse; por un instante pensó que había despertado, y que le pediría que lo soltara, por alguna razón estúpida, pero nada de eso sucedió.

Stiles se movió, sí.

Quedo con su rostro escondido en la coyuntura del cuello de Derek, aspiro con fuerza y dejo escapar un pequeño sonido de satisfacción, unos segundos después su cuerpo quedó completamente laxo de nuevo.

Y fue en ese momento en donde Derek supo que estaba jodido.

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El día siguiente fue algo que recordaría entre las brumas del sueño siempre, porque fue el inicio del gran cambio.

Al principio no lo noto, cuando despertó estaba apretado contra Derek, respirando el olor de su piel, cerró sus ojos durante un segundo, estaba cómodo. Podía sentir como los demás despertaban lentamente a su alrededor.

A medio día los cinco estaban sentados en la cocina, todos usando la ropa de Derek, comiendo cereal directo de la caja y bromeando sobre lo difícil que era masticarlo.

Durante ese tiempo Stiles noto que no importaba lo que pasara Derek siempre terminaba a su lado, siempre tocándose, de una forma u otra.

Un brazo sobre sus hombros, una mano en su rodilla, un suave toque en la mejilla, una mano que se iba infiltrando entre las suyas, no importaba la razón, ellos dos mantenían ese contacto en toda ocasión.

Para cuando la tarde llego los cinco estaban de nuevo en la sala, viendo viejas repeticiones de Hawaii five-0.

-¿Qué vamos a hacer con Scott? – pregunto de repente Isaac. De fondo se podían oír los tiroteos y las voces de los personajes de la televisión.

Stiles se tensó.

Scott había sido su amigo durante tanto tiempo, la persona que lo protegía y lo quería como nadie, el hermano de otra madre que siempre quiso, durante un tiempo había sido lo único que necesitaba, si estaban juntos nada pasaría, todo estaría bien.

Y entonces Scott fue mordido.

Gracias a eso sus vidas dieron un giro de ciento ochenta grados, todo cambio de una forma tan absoluta, que en ocasiones si se ponía a pensar demasiado en ello aun le dolía la cabeza.

-Si se les acerca de nuevo recibirá una advertencia, por el respeto que le tenemos al haber luchado con nosotros en tantas situaciones – la voz de Derek lo saco de sus pensamientos, no se dio cuenta en que momento termino envuelto en los brazos del alfa, pero estaba cómodo, estaba seguro, así que todo estaba bien – si después de esa advertencia el alfa McCall sigue amenazándolos de una forma u otra, entonces… - la sentencia quedo colgando en el aire, pero en esa habitación bañada por el sol todos la entendieron claramente.

Los volteo a ver a todos, uno por uno, estudiando sus rostros, no sabía que estaba esperando encontrar; pero en cada una de sus miradas solo vio determinación y una lealtad absoluta a su alfa.

Sonrió.

No lo notaría, pero a partir de ese momento su magia comenzaría a crecer exponencialmente, se iría haciendo más fuerte con cada momento que pasara cerca de su manada.

Volteo a ver su alfa al ultimó y noto la mirada fereal que este le dedicaba, una mirada que hablaba de muchas cosas, algunas no las entendió, aun no era tiempo; sin embargo una cosa quedo clara entre ellos, pasara lo que pasara se protegerían, lo harían incluso si eso significaba derramar sangre.

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En los días que siguieron Derek tuvo que aprender a controlar mejor sus impulsos.

Nunca fue una persona que estuviera acostumbrada al contacto físico, a darlo o a recibirlo de nadie que no fuera parte de su manada.

Pero ahora cada vez que veía a Stiles tenía que reprimir la urgencia de ir y abrazarlo, de tomar su mano, de entrelazar sus dedos, de pasar sus dedos una y otra vez por el cabello que se veía tan suave, de acurrucarse con él en el sillón y dejar que los betas preparan la cena solo porque sí.  

Había algunas cosas que podía permitirse, eran cosas que hacía con los demás, así que si las hacía con Stiles no había forma en que este sospechara de que algo estaba pasando con él.

Como pasar su nariz por el cuello de Stiles, o abrazarlo cuando estaba cerca de él, lo estaba marcando después de todo, de la misma manera que lo hacían los demás betas.

Pero en ocasione sospechaba que algunos de sus betas ya se estaban comenzando a oler algo, las miradas conspiradoras que le dirigía Erica, la sonrisa sabionda de Isaac, esos dos parecían conocerlo mejor de lo que pensaba.

Soltó un suspiro y recargo su cabeza contra el respaldo del sillón.

Había tantas cosas que podían salir mal, tantas cosas que los llevarían a estar en situaciones de vida o muerte, que los llevarían a los límites de sus capacidades.

En ocasiones realmente deseaba no haberles dado la mordida, haberlos dejado tener una adolescencia común.

No quería perder a ninguno de ellos.

De repente escucho como alguien abría la puerta del loft.

Se tensó de inmediato, no había escuchado a nadie subir, no notaba un latido y ninguna esencia llegaba a su nariz.

Escucho como pasos se acercaban a donde estaba.

Y vio con horror como una de sus peores pesadillas se volvía realidad.

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De Derek:

Ven al loft, de inmediato.

Yo:

Sucedió algo?

Derek no contesto el último mensaje, y eso es lo que lo tenía conduciendo a más de ciento cincuenta.

Derek siempre contestaba sus mensajes, no importaba a qué hora llegaran, el alfa siempre los contestaba.

Cuando llego al loft espero encontrarlo total y completamente destruido, con rastros de sangre por todas partes, con enemigos muertos en el piso, o al menos algo parecido.

Sin embargo se encontró cara a cara con una persona que nunca espero conocer.

-Stiles, me imagino – le dijo aquella mujer con una sonrisa adornando su cara.

-Si señora – contesto, porque no podía hacer nada más, conocía a aquella mujer, claro que sí, la vio cientos de veces en los periódicos, y recientemente en la habitación de Derek, en una de las fotografías de la familia.

La sala quedo en silencio, un silencio opresivo que hacía difícil respirar.

-Oh, disculpa mis modales, mi nombre es Talia Hale – la mujer le ofreció su mejor sonrisa y estiro su mano para apretar la suya.

Fue entonces cuando Stiles salió de su trance y se puso a buscar con la mirada a Derek.

Se lo encontró en el piso, con el teléfono en una mano y su mirada clavada en su madre.

¿Qué rayos estaba pasando?

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Stiles estaba ahí, lo había escuchado llegar, y olio su esencia desde que bajo del Jeep.

Lo sintió moverse, ponerse a su lado, tomar su rostro entre sus manos y decirle una y otra vez que todo estaba bien, que no estaba alucinando, que Talia Hale si estaba en su sala, viéndolo con una mezcla de preocupación y cariño.

No fue hasta que vio cómo su madre se acercaba a él que su cuerpo reacciono.

Se aventó hacia ella con todo el peso de su cuerpo, esperando encontrarse con un ser incorpóreo, solo un espíritu que estuviera en su loft. Sin embargo choco contra un cuerpo sólido y cálido, que si bien no tenía olor, estaba ahí, existía.

No supo cuánto tiempo estuvo abrazado a su madre, ni cuando empezó a llorar, a pedirle perdón, solo tomo conciencia cuando se encontró en el sillón, acurrucado como cuando era niño, escuchando las historias que le contaban sus hermanos. Tantas cosas cambiaron. Volteo a ver a Stiles, quien estaba en la cocina, calentando un poco de agua para poder prepararles un té.

No sabía la razón por la cual le mando ese mensaje a Stiles.

Pero no se arrepentía, el adolescente siempre sabía qué hacer, no importaba la situación.

-Veo que te has conseguido una buena manada para ti – comento su madre, en un susurro, algo que estaba designado para solo ser escuchado entre ellos.

Su voz no había cambiado nada.

-Si – respondió, no confiando en su voz para decir otra cosa, aun no podía creer que a su lado se encontrara la persona que fue su alfa, su madre, su guardián.

Stiles entro en la sala cargando una bandeja con tres tazas de té, cada una oliendo de forma diferente.

-Bien, té de Jazmín para ti Derek, lo necesitas en este momento, para usted señora Hale una combinación de especias que ayudan a los nervios y para mí un clásico té de canela – les dijo mientras pasaba las tazas de mano en mano.

El loft quedo en silencio unos cuantos minutos, en lo que los habitantes intentaban aparentar normalidad mientras tomaban las infusiones que Stiles les había dado.

-Ok, ya no puedo más con esto – como siempre el primero en romper la tensión era el hiperactivo adolescente – no sé cómo preguntarlo sin que suene mal, pero no podemos seguir ignorando el asunto – dejo la taza de té que traía ente manos en la mesa y le dirigió una mirada de disculpa a Derek antes de seguir hablando – Señora Hale, usted lleva muerta por lo menos 7 años, y para ese tiempo me parece que se conserva en muy buen estado – eso lo hizo sonreír sin querer, no importaba que tan serio fuera el asunto Stiles siempre le sacaba al menos un lado bueno a todo – a lo que me refiero mi querida señora, es ¿Cómo es posible que usted este aquí después de tanto tiempo? – le pregunto, dirigiéndole una de sus miradas más poderosas.

En ocasiones Derek se preguntaba si Stiles era consciente del poder que tenían sus miradas, podían calmar las aguas, agitarlas, hacer que todos entraran en desesperación o que el mundo a su alrededor se detuviera lentamente. En ocasiones eso le daba miedo, sentía que algún día alguien más se daría cuenta de ese poder, y lo aprovecharía, haría que el adolescente hiciera estallar en llamas al mundo. Por eso nunca le decía nada. Se conformaba con mirarlo, apreciar ese poder y saber que aún era salvaje que no estaba entrenado y nunca lo sería.

-eso es muy fácil de responder – contestó su madre, dejando de la misma manera su taza en la mesa – mi trabajo aquí está empezando, como te habrás dado cuenta emisario no soy exactamente una presencia física en este plano – con esas palabras la consistencia de la persona a su lado cambio, haciéndola casi plasmática – no tengo esencia de la misma manera que no tengo latido – continuo Talia, volteándolo a ver con una sonrisa triste – estoy aquí por una única razón – tomo las manos de Derek entre las suyas y planto un delicado beso en ellas, casi reverencial – cada nuevo alfa debe tener un guía, si aún estuviera viva ese debió haber sido mi trabajo – lo volteo a ver a los ojos – tuviste que hacer todo por ti, tú solo, sin nadie que te dijera si lo que estabas haciendo está bien o mal; pero lograste sobre ponerte a todo lo que el destino te enviaba – con cada nueva palabra el corazón de Derek latía con más fuerza.

-Eso no responde a mi pregunta – intervino Stiles, haciendo que ambos lo voltearan a ver, la postura de Stiles había cambiado, ahora estaba casi a la defensiva, como si estuviera a punto de ser atacado por algo.

-Lo sé – contesto Talia con una sonrisa, antes de girarse a encarar al emisario – en este momento Derek ya no necesita un guía, ya es un alfa respetado por todos en su manda, es querido y él quiere – ella hizo una pausa, mirando insistentemente al joven a los ojos – sin embargo, tú aun no entiendes tus poderes – termino.

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Esperen un momento.

¿Qué?

Se le quedo viendo un buen rato a la matriarca de los Hales, porque enserio ¿Qué?

Su cerebro estaba trabado en esa oración, le estaba diciendo que no volvió cuando su hijo se volvió un alfa  ¿pero si volvía porque un completo desconocido venia y adquiría poderes mágicos?

-¿Por qué? – fue todo lo que pudo articular, lenta pero seguramente la furia se comenzaba a formar en su cuerpo, estaba enojado, sí, pero no por él, por Derek.

Como era posible que aquella mujer dijera algo tan poco sensible enfrente de su hijo ¿Que acaso no sabía todo lo que el alfa había tenido que aguantar? ¿Todas las malas jugadas que le hizo el destino?

-Tranquilízate Stiles – fueron las siguientes palabras que salieron de la boca de la mujer – si no te tranquilizas terminaras por romper todos los vidrios de la casa – ante esas palabras Stiles dejo escapar un poco del aire que no sabía que estaba sosteniendo – y para responder tu pregunta, cuando un emisario acepta su papel en la manada, cuando acepta sus poderes y deja que la tierra se integre en el mismo los ancestros de la manada eligen a una persona para que guie al nuevo emisario, para que lo lleve a costa segura y siempre mantenga protegida a la manada – ella sonrió – los emisarios son, además de los alfas, las personas más poderosas de la manada, quienes la mantienen unida y segura, es por eso que se necesita mayor entrenamiento para ellos, necesitan mantenerlos en orden, ayudarlos a encontrar un balance consigo mismos y con su magia –

Stiles volteo a ver a Derek, realmente no le interesaba lo que ella le estaba diciendo, si era importante se lo repetiría  tarde o temprano. En ese momento lo más importante para él era asegurarse de que Derek estuviera bien.

Pronto sus miradas se encontraron, y pudo ver claro en los ojos cambiantes de su alfa que esa situación le afectaba, claro que sí, pero no de una manera negativa, porque en ese instante parecía tan feliz de tenerlos ahí, de verlos, de saber que ambos podrían pasar tiempo juntos.

-Entonces me está diciendo que a partir de ahora usted será mi guía –  pregunto, aun sin apartar su vista del alfa.

-Si Stiles, no sé por cuanto tiempo sea, pero a partir de ahora yo soy la encargada de entrenarte –  contesto Talia.

La habitación quedo en silencio después de eso, no había mucho más que se pudiera decir, y la verdad él ya se estaba cansando de tener experiencias tan extrañas cada dos por tres.

-bien, como eso ya quedo aclarado yo me retiro – se levantó del sillón y dirigió sus pasos a la puerta.

Cuando salió del loft dejo escapar un pequeño suspiro, su vida se iba complicando cada vez más, se recargo un instante en la pared, poco a poco la adrenalina lo había ido dejando y ahora solo se estaba sosteniendo a base de pura fuerza de voluntad.

De pronto la puerta de se abrió, y ahí estaba Derek.

Un par de brazos lo estaban sosteniendo con fuerza, apretándolo contra su cuerpo. Vaya que se sentía bien estar así, dejo que sus propios brazos vagaran hasta llegar al cuello del alfa, y ahí comenzó a masajear lentamente en pequeños círculos.

Ese tipo de contacto, la intimidad que venía con él en ocasiones lo confundía, por que podía sentir como su corazón aumentaba su ritmo de una forma exagerada, como todo su cuerpo temblaba un poco, como en su interior comenzaba a crecer la sensación de querer, de desear y no sabía qué hacer con eso.

-gracias por estar aquí Stiles – le susurro Derek, sosteniéndose de él como si fuera quien lo mantuviera anclado al momento.

Se aferró a su alfa y no lo dejo ir por mucho tiempo.

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Pasaron algunas semanas.

El shock de la manda al ver a su madre era algo que siempre lograría sacarle una sonrisa; la forma en la cual la miraban con adoración, como se ella hubiera colgado las estrellas.

La forma en la cual ella los guiaba con delicadeza y con cariño, buscando la mejor forma de hacerles entender las cosas.

En ocasiones eso le hacía preguntarse qué hubiera pasado ¿Cómo serían las cosas si Kate nunca hubiera entrado en su vida?

Suspiro, no tenía tiempo de arrepentirse, las circunstancias no se pueden cambiar, no importaba que tanto lo intentara.

Volteo su mirada al jardín, en donde Stiles y su madre estaban comenzando su entrenamiento vespertino.

Siempre le sorprendía ver las cosas de las que era capaz Stiles cuando se concentraba.

La semana pasada fue capaz de invocar un gran número de ninfas con solo un silbido, hace tres días logro hacer que lloviera dentro de la sala de estar (aunque después no logro secar los muebles y tuvieron que sacarlos al jardín). Con cada día que pasaba Stiles se estaba haciendo más fuerte, estaba controlando mejor sus poderes, y eso se reflejaba en su vida diaria.

La hiperactividad que lo caracterizaba ya no estaba a flote, si, seguía sin poder estar quieto demasiado tiempo, pero ya no tenía aquellos típicos tics que volvían a todos locos. Su mirada se volvió más madura, más sabia, como si con cada nuevo conocimiento fuera ganando además el recuerdo de algo, algo que lo mantenía anclado y unido con la realidad.

Y con cada instante que pasaba a su lado se daba cuenta que estaba más allá del punto de salvación.

Cuando llegaba la noche, era cada vez más difícil dejarlo ir, buscaba hasta la más mínima excusa para que se quedara un momento más, que no se tuviera que retirar a su casa, que se quedara con ellos en la casa de la manada…

Que se quedara con él.

Cuando llegaron las vacaciones de verano supo que Stiles tenía que quedarse en la casa.

El entrenamiento que tenía con su madre era cada vez más duro, y lo dejaba agotado casi al extremo, así que en esas ocasiones no tenía problema alguno cuando le sugería que se quedara a pasar la noche.

Al principio lo dejaba en una de las habitaciones de invitados, dejándolo tener su espacio personal que se acostumbrara a los sonidos y movimientos de la casa en la noche. Pero en cuanto vio que ya estaba completamente cómodo en el lugar comenzó el plan para hacerlo dormir en su habitación.

La primera vez que logro hacerlo fue pura suerte, ambos estaban tan cansados por la pelea de esa tarde que a ninguno se le ocurrió dirigirse a otro lugar, simplemente llegaron a la casa, abrieron la puerta y automáticamente se dirigieron a la habitación del alfa, se tiraron a la cama, uno al lado del otro, y se quedaron inmediatamente dormidos.

Si al otro día despertaron pegados el uno al otro, como si de piezas de rompecabezas se tratara bueno, no había nada malo en acurrucarse con amigos de vez en cuando.

La segunda vez tomo algo se convencimiento.

Fue después de una noche de películas, todos estaban apretados en el sillón grande del loft, viendo los créditos de la última película de DreamWorks, sin querer moverse y contentos de estar ahí.

Así fue por un rato hasta que Erica se levantó.

-Bien, yo me voy a mi habitación, esta noche realmente necesito dormir un rato, mañana voy a comenzar a trabajar en la cafetería y no quiero llegar tarde a mi primer día – con esas palabras se dirigió a las escaleras y les dedico un cansado gesto de mano, que se podría interpretar como un adiós.

Si había algo en lo que Derek era estricto era en que ni Boyd, ni Isaac podían dormir con Erica, ya los había dejado una vez y nunca cometería el mismo error.

Aun había días en los cuales no podía ver a ninguno de sus betas a la cara.

-Bien, creo que nosotros también nos retiramos, no tenemos nada que hacer mañana, pero en este momento realmente desearía estar en mi cómoda cama – dijo Isaac, levantándose y jalando a Boyd de la mano.

-Cada uno en su habitación – advirtió Derek antes de que sus betas terminaran de subir las escaleras.

Solo escucho risas como respuesta.

Debería haber invertido en sound-proof walls cuando pudo.  Dejo escapar un suspiro, solo esperaba que no fueran tan ruidosos como para despertarlo.

-Bien, creo que es momento de que yo me vaya retirando también, mi papá se debe de estar preguntando donde estoy tan tarde – Stiles intento levantarse del sillón, sin embargo Derek no lo iba a dejar, acababan de tener una increíble tarde y aun no estaba listo para que se terminara.

Así que lo entretuvo, se puso a hablar sobre todas las cosas que le gustaron de la película, y sobre las coas que realmente odio sobre ella. Y Stiles le respondía, riéndose de sus comentarios, y discutiendo con él cada vez que algo no le parecía.

Cuando menos acordó los dos ya estaban bostezando, intentando mantenerse despiertos a base de pura fuerza de voluntad, así que hizo la oferta, era momento de irse a dormir.

Cuando Stiles escucho eso sus ojos se abrieron cómicamente antes de que un enorme sonrojo cubriera su rostro.

Sin embargo después de unas pocas negociaciones termino aceptando.

Y bueno si a la mañana siguiente despertaron en la misma posición en la que habían despertado anteriormente, ninguno de los dos se movió hasta después de media hora, era cómodo estar así.

La tercera vez que sucedió era la única en la cual no le gustaba pensar.

Ese día su madre quería intentar algo nuevo, así que les había pedido que dejaran la casa sola para que Stiles estuviera completamente concentrado.

Ese fue el primer signo de que las cosas no iban a acabar bien.

Durante todo el día Derek se la paso con su manda, intentando prestar atención a lo que decían, pero cada cierto tiempo revisaba su celular, esperando ver un mensaje de Stiles diciéndole lo cansado que era el entrenamiento, alguna anécdota chistosa o algo por estilo, sin embargo nada de eso había sucedido.

Ese fue el segundo signo.

Cuando al llegar a la casa se encontraron con su madre en el piso, a medio camino de desaparecer por completo supo que nunca debió abandonar la casa en primer momento.

Se encargó de que sus betas cuidaran de Talia y salió corriendo en la búsqueda de Stiles.

Lo encontró en el jardín, sentado frente a una persona que nunca creyó volver a ver en su vida.

Se acercó lentamente, no sabía lo que estaba sucediendo y no creía que fuera prudente hablarle a Stiles en ese momento.

Cuando estuvo frente a él sintió como su corazón dejaba de latir en su pecho.

Los ojos de su emisario estaban desenfocados.

Su mirada se desvió a la persona que estaba frente a Stiles, la bilis que se juntaba en su garganta rogaba salir, y él no estaba muy seguro de poder controlar ese reflejo.

Frente a ellos se encontraba la única persona que nunca había conocido, pero que no esperaba ver.

Claudia Stilinski lo miraba con los ojos llenos de terror y arrepentimiento.

Ella abrió la boca, como si intentara hablar, pero ningún sonido salió, haciéndola ver aún más frustrada con la situación.

Derek aparto sus ojos de la mujer y los posos de nuevo en Stiles, con cada momento que pasaba los temblores del adolecente aumentaban, al igual que el ritmo de su respiración.

No sabía qué hacer, se sentía inútil en situaciones como esa.

Estiro la mano, estaba a punto de posarla en el hombro del adolecente cuando una voz que nunca había escuchado lo detuvo.

-No lo toques – apenas fue un susurro, y por un instante no estuvo muy convencido de haberlo escuchado, hasta que se volvió a la madre de su emisario, quien  se había levantado, y tenía una mano estirada hacia él – no lo toques en este momento – le repitió, volviendo a la posición en la que estaba instantes antes – si lo tocaras podría ser peligroso para él y para todas las personas alrededor –

Volteo su mirada a Stiles, y noto como el sudor comenzaba a empapar lentamente su camisa. La respiración cada vez más acelerada, y los ligeros temblores que con cada minuto que pasaba que hacían más obvios.

-¿Qué puedo hacer? – pregunto. Se sentía impotente, viendo como el cuerpo de Stiles se forzaba más y más.

Estaba seguro que si continuaba así no habría forma de salvarlo.

-Tienes que distraerlo, hacer que pierda el control lo suficiente como para ya no tenerme atada a este lugar –

No era la mejor de las ideas, pero era lo único que tenía.

Lentamente comenzó a contarle a Stiles cosas sobre el día, lo que habían hecho los betas, que nuevas cosas compraron para la casa, todo lo que le venía a la mente y pensaba que a Stiles le podría gustar. Sin embargo nada parecía funcionar.

Estaba a punto de rendirse y posar una mano en el hombro de Stiles (que se jodieran las consecuencias) cuando recordó algo.

Sabía que no era jugar limpio, y que probablemente después su emisario se lo recriminaría. Sin embargo no había nada más importante para él que la seguridad de su emisario.

-Vimos a el sheriff hoy, estaba hablando de lo especial que va a ser este año la celebración del cumpleaños de tú madre – comenzó, preparándose para lo que venía – de cómo esta tan orgulloso de que ahora puedas hablar con él sin miedo, de cómo se alegra tanto de que tengas nuevos amigos – con cada nueva palabra casi podía ver como el control de Stiles se iba facturando – de cómo se sintió mal después de que dejaste de hablarle a Scott – y eso fue todo, simples palabras y el control férreo que mantenía Stiles se rompió, como si no fuera nada.

Derek lo tomo entre sus brazos, estrechándolo contra sí, no quería pensar que hubiera pasado si no hubiera llegado a tiempo.

Cuando se levantó y entro a la casa su mirada se dirigió al lugar en donde vio a Claudia Stilinski, la única evidencia que quedaba de que ella hubiera estado ahí eran unas pequeñas marcas de dedos en el pasto.

No les dijo nada a los betas, simplemente los dejo entrar a la casa, mientras el subía a su habitación, cerraba la puerta y dejaba que los eventos del día lo atraparan.

Dejo a Stiles en la cama, y unos minutos después se recostó el también, abrazando fuertemente a esa persona que era tan importante para él.

No se quedó dormido, simplemente monto guardia hasta el día siguiente.

Siempre viendo que nada molestara el sueño de Stiles.

Después del incidente con su madre las cosas se habían puesto intensas por un tiempo en la manada.

Nadie lo dejaba solo nunca, ya fuera en la escuela, en la casa, cuando volvía con su padre, siempre había alguien con él.

No los culpaba.

Así como ellos no lo culpaban a él.

Después de todo quien no quisiera tener aunque fuera un momento más para hablar con una persona que ya no estaba ahí.

Si, se había excedido un poco, y probablemente hubiera terminado muerto si  no fuera por Derek, pero poder hablar de nuevo con su madre lo valió.

Aunque sabía que no podría volver a hacerlo hasta mucho tiempo después.

De lo único que no se quejaba de aquella incómoda situación era de sus interacciones con Derek.

El alfa lo seguía como si de un cachorro se tratara, siempre donde lo necesitaba cuando lo necesitaba.

Y más ahora que podía invitarlo a dormir en su casa, sin que su padre se sintiera extrañado si los encontraba  al otro día en el sillón, abrazados el uno al otro.

Sonrió.

En el tiempo que llevaba conviviendo con lo sobrenatural nunca pensó que tantas cosas cambiarían.

Bajo la vista a su teléfono.

De Derek:

Que tengas un buen día, y no olvides que hoy en la noche los betas quieren ir al cine a ver la nueva película de Illumination studios.

No importaba que dijeran esos pequeños textos que Derek le mandaba en el día, nunca fallaban en hacerlo sonreír.

Yo:

La película se llama Sing, y no podría olvidarlo ni aunque quisiera, Isaac lleva toda la semana emocionado por esa historia.

Camino un poco más rápido, ya veía a Isaac y a Erica, lo más probable es que lo estuvieran esperando para dirigirse a la cafetería.

Esperaba que ese día sirvieran algo mínimamente comestible.

Justo cuando estaba a punto de saludarlos sintió la mirada de alguien sobre él. Era una mirada tan pesada que por un momento se quedó sin aire.

¿Quién lo estaba viendo de esa manera?

Lentamente volteo a su alrededor, esperando encontrarse con problemas. Sin embargo el pasillo estaba casi vacío, y parecía que las únicas personas que estaban ahí eran Isaac, Erica y él.

Devolvió su mirada al frente, y se encontró con los rostros tensos de ambos betas.

Parecía él no era el único que lo había notado.

Camino con mayor velocidad hasta donde estaban ellos, sintiendo como su magia comenzaba a alzarse con cada momento que pasaba.

-Stiles – comenzó Erica, había algo en el ambiente, como si de un momento a otro se hubiera corrompido – no sé qué está pasando, pero creo que necesitamos ir por Boyd – dijo mientras lo  jalaba de la mano.

-No estoy muy seguro de que nos dejen hacerlo – susurro para sí mismo Stiles, el sentimiento de pesadez no se disipaba, y con cada momento que pasaba podía sentir como su magia rogaba por salir, que la dejara combatir lo que fuera que los estuviera acechando.

-Aun así tenemos que intentarlo – contribuyo Isaac, apretado más el paso, hasta casi estar corriendo por los pasillos de la escuela.

No importaba en qué dirección fueran, sentía el peso de aquella mirada, y en ocasiones juraba que podía escuchar una respiración cavernosa detrás de ellos.

-Vamos, ya casi llegamos – le dice Erica, arrastrándolo detrás suyo.

Intenta mantener el ritmo que llevan ambos betas, pero sabe que no durara mucho, el cansancio ya se está comenzando a notar.

Unos segundos después doblaron la última esquina que los separaba del aula en donde sabían que se encontraba Boyd.

Justo cuando estaban a punto de llagar lo escucharon. Un sonido suave que les puso los pelos de punta.

Hasta ese momento no lo había pensado, pero ahora que lo notaba ¿Cómo era posible que no hubiera nadie en los pasillos? Estaban en hora de receso, al menos debería haber algunas personas yendo a sus casilleros.

Llegaron al aula, y se encontraron con que Boyd llevaba tiempo buscándolos, pero no había logrado encontrarlos hasta ese momento.

Tenía un muy mal presentimiento.

Estaba a punto de decírselo a los betas cuando la puerta del salón se abrió estrepitosamente.

Sin pensarlo dos veces dejo que su magia saliera, que reconociera el lugar, tenía que familiarizarse con su atacante.

Y en la puerta se encontraba la última persona que esperaba ver.

-¿Danny? ¿Qué haces aquí? – le pregunto, intentando controlar un poco su magia, pues parecía que esta en cuanto salió de su cuerpo ya no estaba muy interesada en entrar de nuevo.

-¡Chicos! Qué bueno que los encuentro, no había visto a nadie en la escuela – Intento acercarse a ellos, pero antes de que pudiera dar un paso Erica estaba en su garganta.

-¿Cómo sabemos que es Danny? ¿Que no nos está mintiendo? – Apretó la mano que tenía en la garganta del chico – hasta hace un momento no había nadie en los pasillos, y ni Isaac, ni Boyd ni yo lo escuchamos venir – además de que no logro escuchar el latido de su corazón -

Escucho a los otros dos betas gruñir quedamente detrás de él acercándose lentamente a donde estaba Erica con el chico.

Eso lo extraño, pero antes de darles la orden a los betas de que acabaran con lo que fuera aquello decidió aplicar una pequeño test  que Talia le había enseñado al principio de su entrenamiento.

Cerró los ojos, y lentamente dejo escapar todo el aire de su cuerpo, hasta que sintiera como el vacío se formaba en su pecho. Cuando lo logro abrió los ojos y se concentró en el rostro de Danny, si escondía algo él lo notaria de inmediato.

Pasaron unos segundos y nada sucedió, estaba a punto de decirle a Erica que lo soltara cuando lo vio.

Era una cosa que no sabía cómo describir, algo obscuro que pululaba en el rostro bien parecido de Danny. Como si se tratara de una masa que le recorría el cuerpo entero. Cerró los ojos, algo estaba muy mal en la escuela.

-tenemos que ir con Deaton, no entiendo que sucede – les dijo a los otros tres, aun sin abrir los ojos, tenía que procesar lo que fuera que vio – y en este momento arriesgar que esa cosa infecte a Talia está fuera de la cuestión – si algo aprendió en el tiempo que llevaba conviviendo con la mujer era que no importaba lo que pasara, aun podía ser infectada por muchas cosas del mundo físico.

-¿con Deaton? – cuestiono Isaac inseguro.

Y lo comprendía, o vaya que si, después de todo el veterinario seguía siendo fiel a  Scott, con eso de ser un alfa verdadero y todo aquello. Pero sabía que necesitaban su ayuda, aquello era algo que no conocía. 

Decir que no le molestaba seria mentir.

-Sí, puede que no sea el mejor aliado, pero en este momento necesitamos a alguien que sepa que está pasando – volteo a ver al hawaiano y dejo escapar un suspiro.

Solo esperaba que si Danny aún estaba debajo de aquella cosa no les pusiera una orden de restricción, bastante tenía con la de Jackson.

 Salir de la escuela fue difícil, seguían teniendo la sensación de que alguien los observaba, que seguían cada uno de sus pasos, y que de un momento a otro serian atacados.

Pero al final lo lograron.

Dejo escapar un suspiro, ahora entendía porque las personas paranoicas lo tenían tan difícil. Aquella sensación era una de las peores cosas que había sentido en su vida.

Tomo su celular y abrió un nuevo texto.

Yo:

Vamos con Deaton, algo está pasando, te vemos allá

Presiono enviar y encendió el Jeep.

 


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