Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Excusas en tinta por Ilusion-Gris

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—Para llegar al reino de Muspelheim es necesario atravesar el abismo. No lo harás solo, llevarás contigo a los tres guerreros. Volstagg, Hogun y Fandral te acompañarán.

—¿Qué hay en el mundo de los demonios de fuego que sea de nuestro interés? —demandó saber.

—Un dispositivo, los ojos del mago, no será sencillo localizarlo y mucho menos obtenerlo.

—¿Qué hace ese dispositivo?

—Basta de preguntas, lo sabrás a su debido tiempo —sentenció y con un gesto de la mano le indicó que podía retirarse.

—Padre, ¿cuándo partimos?

Se levantó de su trono.

—Thor, tú estás a cargo ahora —descendió los escalones y al llegar a su lado le aconsejó—: pero será mejor que te marches hoy mismo. El viaje es largo.

Se quedó unos segundos reflexionando y cuando dio media vuelta ya se había marchado Odín. Observó el pasillo desierto y con los puños apretados soltó el aire con pesadez. Aquella encomienda sería su redención con Asgard.

[...]

Dirigió sus pasos a la bóveda de armas, tenía que prepararse y salir cuanto antes. Asgard disponía de espadas, dagas y flechas poderosas y extraordinarias, forjadas por los enanos. Se concentró tanto en buscar la mejor de entre miles que no advirtió la nueva presencia hasta que habló.

—¿Te vas? —Apareció a su lado.

El mayor de los Odinson dejó caer la espada que examinaba.

—No hagas eso —le reprochó con fastidio y se agachó para recoger el arma.

—¿Pensabas despedirte de mí?

Había llegado a sus oídos el viaje que realizaría; todo se alineaba perfectamente.

—Loki, volveré pronto —dijo sin mirarlo—. ¿Te importaría? No tengo tiempo que perder.

—¿Qué insinúas? —suspiró aparentando pena—. Creí que la pasabas bien conmigo.

Thor levantó la mirada por fin y se encontró con una mueca extraña en su rostro.

—Anda, salgo en un par de horas y...

—Sé lo que te pasa —le interrumpió—, tienes miedo de Surtur.

Tenía miedo a fallar. Confiaba en sus habilidades, pero reconocía a un verdadero rival cuando le superaba en fuerza.

—¿Nuestro padre realmente cree que puedo lograrlo? —expulsó la pequeña duda que nacía en su interior. Pensando que quizá se trataba de una prueba para ser elegido rey.

Loki entornó los ojos y tomándose su tiempo contestó:

—Acaso, ¿Odín te mencionó qué ganaríamos al conseguir los ojos del mago?

—No, pero lo averiguaré —dijo con convicción.

Lo observó y le quitó de las manos la espada; la dejó en su lugar y tomó una alabarda de mango largo, en la cuchilla rezaba «Vita» que significaba saber y en el extremo tenía una daga sin adornos superfluos. Se la extendió, creía que era el arma apropiada para él, no la mejor, pues no existía arma capaz de soportar su fuerza, pero al menos la alabarda le sería de utilidad.

—Estoy seguro que padre tampoco confía en ti, al menos no completamente. Habrá cosas que por nuestra cuenta tendremos que descubrir —habló cuando hubo tomado el arma.

—Al menos tengo el consuelo de...

—¡Thor! —lo llamaron a su espalda.

Al voltear se encontró con un agitado Fandral, regresó su mirada a Loki, pero ya no estaba. Suspiró.

—¿Ya estás listo? —preguntó en cuanto el otro estuvo en frente.

—Tengo que hablar contigo —vio que no parecía interesado—, es realmente importante —enunció.

—¿Tiene que ver con nuestro viaje al reino de Muspelheim? —levantó una ceja.

—No, pero...

—Entonces puedes decírmelo en el camino. —Le dio un apretón en el hombro y pasó por su lado con intención de ir a su habitación por una última cosa.

—Solo responde esto —pidió deteniéndolo por el brazo—, ¿confías en mí?

—Fandral, amigo, lo hago. —Le dedicó una de sus sonrisas sinceras y deslumbrantes.

El espadachín bajó la mirada y cerró los ojos; no quería defraudar a Thor. En su cabeza había una especie de bruma que le impedía pensar con claridad, pero entre tanta confusión reinaba una voz: Tienes que hacer lo correcto.

[...]

Al entrar no le sorprendió ver acostado a Loki en su cama. Tomó el primer objeto que encontró a la mano y se lo lanzó.

—¡Oye! —exclamó atrapando la figurilla de cerámica.

—Me alegra que esta vez me encuentre frente al verdadero tú.

—Siempre soy yo, solo que mi cuerpo se queda en un solo lugar.

—A eso me refiero... —dijo acercándose con lentitud.

—Debiste escuchar a Fandral, en realidad, deberías prestar atención cuando tienes algo más grande delante de tus ojos. —Se acomodó entre las almohadas y con una mano bajo la barbilla lo observó.

—Bueno, fue un placer dialogar contigo, ahora me tengo que marchar. —Le daría el gusto de una despedida.

—No te vayas aún —en un instante la ironía de su voz se esfumó—. Cualquier otra cosa puede esperar, solo permíteme disfrutar los últimos segundos.

—Regresaré —con suma delicadeza tomó su mano y la alzó hasta sus labios—. Estaré de vuelta cuando menos lo esperes —musitó contra su piel y depositó un beso.

Lo extrañaría, y odiaba admitirlo; pero hizo a un lado su orgullo al mirar las esmeraldas titubeantes de Loki que casi le suplicaban que se quedara.

—¿Qué les has dicho? —Subió la mano y acarició la mejilla del rubio.

—Les he dicho a todos que eres mi hermano, les he mentido cuando aparento que no te deseo. Miento cuando sé que sospechan...

—Está bien —se acercó a su rostro y depositó un beso contra sus labios.

Lo había hecho bien, había superado sus expectativas. Thor se convirtió en un mentiroso por Loki, aquel ser que no se doblegaba ante nada ni nadie, se había inclinado a sus pies.

—Ningún viaje será tan largo para hacer que te olvide —le recordó al verle extrañamente cariñoso. Solo significaba que el menor no quería que se fuera, pero era su deber.

—No, ninguno... Pero es lo mejor para ambos.

Quería decirle que no eran hermanos, sentía que las palabras se amontonaban en la punta de su lengua para que las expulsara, por eso con desesperación lo tomó por los cabellos y lo besó para sellar sus labios.

Thor se sobresaltó al principio, con los ojos abiertos observó la expresión triste del menor. «No demoraré», quería explicarle, «estaré aquí, regresaré». Sin embargo, entendió que Loki no quería hablar más; ya decía mucho todo el tiempo, siempre buscaba lo forma de expresarse, lo hacía con soltura, con elegancia y astucia. Hoy no había nada de aquello, ahora solo necesitaba el silencio.

Tenía que marcharse, pero Loki tenía razón, todo lo demás podía esperar, ellos no. Ellos no podían esperar más. Aunque el mañana fuera prometedor, a pesar de que sus vidas eran largas y que a comparación de otros seres podrían ser inmortales, aunque estaban cerca, porque eran hermanos y vivían en el mismo reino, pero no importaba el futuro si lo único seguro era el presente.

Loki se subió encima de él y con el corazón palpitando en sus oídos lo despojó de todas sus prendas. Con los dedos detalló cada uno de los rincones de su cuerpo, consciente que lo olvidaría, que olvidaría su hermosa figura.

—Escúchame —le llamó Thor con voz lejana—, no te preocupes, seguiré mintiendo.

Se enderezó y tomó su rostro entre sus manos, con los pulgares dibujó círculos imaginarios en sus mejillas.

—Ya no es necesario —al fin confesó y antes de esperar una respuesta cargada de incredulidad añadió—: ¿te sientes culpable?

—Sí.

No era necesario explicar su respuesta, debía de saberlo. Al principio sintió que traicionaba sus principios, que traicionaba a su propia carne, que era abominable la manera en que su cuerpo reaccionaba, pero lentamente sucumbió ante al placer. Por cada resquicio de su voluntad se coló ese sentimiento hasta invadirlo del todo, ahora reconocía que no era correcto, pero no le importaba. Si lo desterraban, si lo exiliaban, si lo asesinaban, cualquier cosa parecía mejor que continuar viviendo sin Loki, sin el Loki que estremecía su corazón.

—¿Te arrepientes? —Las caricias de Thor lo hicieron sentir somnoliento y dejó que su lengua tomara el control.

—No, ¿y tú? —Lo abrazó por la cintura y lo subió a su regazo.

—Eso no importa —negó con la cabeza y rodeó sus hombros—, existen prioridades.

Sintió un pinchazo en el corazón, no imaginó lo mucho que dolería su rechazo.

—¿Qué es más importante que esto? —No sabía si podría soportar sus palabras, pero se arriesgó.

Adelantándose a cualquier interrupción prolongó ese momento al crear una barrera alrededor de la habitación de Thor.

No, todavía no estaba listo para olvidarlo.

—Yo, yo soy más importante...

Creyó que después de esa respuesta Thor lo apartaría, en cambio solo sonrió. «Lo sabía», se dibujó en sus ojos.

En un acuerdo tácito sus labios hicieron contacto por lo que dura una exhalación.

Todavía tenían muchos errores, a su lista se sumaban a cada instante razones para no estar juntos. Ambos querían triunfar; pero se permitieron olvidar Yggdrasil. Se permitieron olvidar que fuera existían criaturas supremas capaces de destruirlos, con la magia de Loki y con la perseverancia de Thor crearon unos minutos más de intimidad.

El mayor con desesperación se deshizo de las vestiduras del hechicero y con aquella familiaridad que antes le era desconocida se deleitó con la fricción de sus miembros.

Quería ir despacio, quería disfrutar como pocas veces lo hizo.

Su extraño juego se había vuelto muy en serio. Nunca se imaginó que el Loki que se paseaba orgulloso y sin pretensiones modestas ahora se entregara tanto como él.

Era lo opuesto, era lo que necesitaba y quería. Sin él jamás se habría dado cuenta de lo que carecía, sin Thor habría sido más fácil, pero nada habría tenido sentido.

Fuera estaba el caos, dentro sus almas se fundían en una sola cosa.

Entre aquellos besos entrecortados, uno bajaba, luego subía y era el turno del otro de bajar, pero siempre regresaban para besarse en los labios, entre uno de aquellos besos se alejaron para mirarse. Sus respiraciones agitadas —más que por quedarse sin aliento, sino, por la adrenalina que les imponía el explorarse sin miedo—, les hizo sonreír. Se observaron, el rubio acarició con sus dedos los labios del menor, los delineó y no tuvo reparo en meter uno. Ya todo era caliente y húmedo, pero le encantó la sensación de la lengua de Loki al envolverlo.

Quería hacerlo sentir bien, quería que ambos gritaran si es que sus pechos no eran capaces de contener todo aquello.

—Loki, volveré por más.

Quiso reírse de aquello, en otro tiempo habría soltado la carcajada, pero ya no era gracioso.

—Lo estaré esperando —dijo deseando que sus planes fallaran.

Estiró las manos hasta alcanzar el cuello del menor y con una ferocidad hambrienta por Loki lo besó, su saliva se entremezcló de tal forma que le resultó imposible entender dónde comenzaba él y dónde terminaba el hechicero, y eso le gustó.

Se acomodaron entre aquel desorden de sábanas y almohadas, Loki con la espalda en el colchón y Thor entre sus piernas.

—Tienes que esperarme —le pidió.

Las uñas de Loki se clavaron en la espalda de Thor cuando lo penetró, lo hizo tan lentamente que pensó que era la mejor tortura del universo. Su mente se puso en blanco, ni una mancha ensució su cabeza.

Deseando más rodeó con sus piernas su cadera y apretándole le exigió que comenzara a moverse, así lo hizo, ocasionando que poco a poco sus mentes se tiñeran de todos los colores. Lo deseaba más y colgándose de sus hombros lo besó. No quería enterarse del inicio o del final, lo único que quería era continuar con aquella barrera, que jamás se rompiera.

—Thor, Thor —jadeó su nombre—, Thor yo...

Un gemido se escapó de su garganta e impidió que formulara alguna frase con coherencia. Ya no había tiempo para hablar.

Con su mano acarició el miembro del hechicero y bombeó al mismo ritmo que sus embestidas. Este apretó los párpados y al girar su rostro se topó con la otra mano de Thor, aprovechó aquel éxtasis y le dio una buena mordida en la muñeca.

Soltó un grito ahogado y quiso reprocharle, pero no era tiempo de conversar. Con movimientos más rudos lo penetró mientras Loki lamía la herida y succionaba la sangre.

—¡Thor, Thor! —gritó perdiendo la razón. Ya no distinguía lo que tenía delante, todo se desdibujó y la explosión sonó tan lejana.

Alcanzó a correrse fuera del menor y cayó rendido a su lado.

El techo ondulaba y las paredes temblaban, todo carecía de sentido. Las luces en su cabeza cobraron un sonido real y explotaron a su alrededor.

Una lágrima rodó por la mejilla de Loki. Solo sintió cuando lo tomaron del brazo y lo lanzaron contra el suelo.

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer! 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).